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06/04/2022

JORGE MAJFUD
Russia y la OTAN: el juego más peligroso del mundo


Jorge Majfud, 5/4/2022
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Mientras por un lado los grandes medios de todo el mundo reproducen sin cesar las horrorosas imágenes de cientos de cadáveres desparramados en Bucha, Ucrania, por el otro atizan el fuego de una escalada bélica que puede llevarnos en meses al holocausto nuclear.



"¡Morid, cerdos imperialistas!"-Tasos Anastasiou, Grecia

Sea quien fuese quien cometió esa matanza (parece que lo más probable es que hayan sido los soldados rusos) quedará en los anales de la historia como un crímen imperdonable. Pero creo que el humo no deja ver el horizonte. No se ve de dónde venimos y, peor, no se ve a dónde vamos. Aunque lo he repetido en diferentes medios desde mucho antes de la guerra, equivocado o no, voy a insistir sobre esos dos lados del camino que el fuego no deja ver.

Comencemos por una pregunta simple y más inmediata: en lugar de continuar el inacabable, peligroso y conocidamente inútil juego de las sanciones arbitrales, ¿por qué no se imponen la obligación de negociar una resolución al conflicto entre Russia y la OTAN de una buena vez y antes de que sigan muriendo inocentes?

Una solución razonable sería la disolución de la OTAN a cambio de la retirada de Rusia de Ucrania, pero eso sería tachado de radical. Los dueños del negocio no negocian.

Hay muchas otras opciones, como la más obvia y pragmática, es decir, el estatus de neutralidad de Ucrania (con autonomía provincial del Dombas), que es por donde se debió comenzar en lugar de provocar a Rusia con integrar a Ucrania a la OTAN y desplegar misiles a cuatro minutos de Moscú.

La neutralidad o no membrecía de la OTAN ha sido desde siempre el caso de Austria, Finlandia, Suecia y otros países vecinos, algunos de los cuales acaban de manifestar la posibilidad de unirse a la OTAN, demostrando por dónde va el negocio de los viejos mercaderes de la guerra y demostrando, una vez más, que no sólo en América latina la lucha contra el comunismo no era otra cosa que la excusa perfecta para mantener el predominio geopolítico y proteger los intereses corporativos, de clase y de capitales.

¿Qué pretenden, aparte de expandir la militarización más y más en un mundo, ahora que se le ha acabado la excusa del comunismo y, más recientemente, del terrorismo islámico, el que solo en Afganistán dejó ocho billones de dólares de ganancias a las grandes empresas especializadas en “seguridad”?

¿Piensan que una Rusia rodeada por esa organización anacrónica y mafiosa de la OTAN haría de Europa y del mundo un lugar más seguro?

Hay que estar bajo los efectos del alcohol para olvidar que estamos hablando de una de las dos superpotencias atómicas e imaginar semejante estupidez. O semejante maldad del crimen organizado. Si realmente se tratase de “seguridad”, si realmente fuesen sinceros en eso de “el derecho a defenderse” que tienen los países, nunca hubiesen intentado quebrar este orden que, a juzgar por la guerra en curso, no ha hecho al mundo más seguro, sino todo lo contrario. Mucho menos a Ucrania.

Claro que quienes tienen ese poder de negociar no están siendo salpicados con la sangre de rusos y ucranianos sino, por lo contrario, están haciendo su negocio, por lo que tal vez le lleve unas semanas, sino meses, dejar de caer lágrimas de cocodrilo sobre el whisky y ponerse a negociar en serio.

05/03/2022

LUIS CASADO
Ucrania: un epifenómeno

Esopo se equivocaba al afirmar “La insignificancia es garantía de seguridad”. Por el contrario, los débiles, los miserables, suelen ser utilizados como carne de cañón. Lo peor: siempre hay sicarios que, voluntariamente, hacen de guaripolas

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Foto: Daniel K. Cheung, en Unsplash

Sé que el título le provocará erisipela a algunos amables lectores. Solo les pido leer lo que sigue. Merece la pena.

La guerra en curso tiene, como todo, una génesis. Una genealogía. Para descubrir sus raíces hay que cavar profundo. La memoria colectiva, aseveró Tony Blair, conocido politicastro europeo, no va más allá de un par de semanas.

EEUU entró en la II Guerra Mundial algo tardíamente, y hay controvertidas teorías acerca del porqué. Unos dicen que era útil esperar que los contendientes europeos se destruyeran mutuamente antes de venir a socorrer la victoria, otros que la población estadounidense –sin olvidar a sus oligarcas– no veía con buenos ojos inmiscuirse en los asuntos de un mundo que les caía lejos.

Winston Churchill supo lo que le costó convencer al Senado, a la Cámara de Representantes, y al propio Roosevelt, para entrar en guerra. Algún historiador señala que EEUU provocó, o facilitó, o incitó, el ataque a Pearl Harbour solo para justificar ante la opinión pública una decisión que preveían ampliamente impopular.

EEUU aun no salía de la Gran Recesión, y nadie sabía que la guerra sería la palanca mágica que crearía todos los empleos y la actividad industrial que proyectarían a EEUU a la cabeza de la economía mundial. Y de paso al control militar de buena parte del mundo.

La intervención estadounidense no fue free of charge: eso de que no existen almuerzos gratis ya formaba parte de la filosofía local. La factura enviada más tarde al Reino Unido, a Alemania, a Rusia y otros países europeos fue muy salada.

Pero esa no fue la única consecuencia: gran parte de Europa tuvo que seguir albergando, amablemente, las tropas estadounidenses. En algunos casos hasta el día de hoy. Quienes llamaron las cosas por su nombre, como Charles de Gaulle, lo definieron como “un protectorado”. Europa es “un protectorado” estadounidense, o sea, claramente, una colonia.

Si te caben dudas, el costo para Alemania de los 32 mil soldados del Imperio estacionados en su territorio fue de mil cien millones de dólares en la década 2010-2019. No lo digo yo: lo dijo el ministerio de Finanzas alemán, respondiéndole a Brigitte Freihold, diputado al Bundestag. Y Alemania puede alegar que otros países de Europa pagan aun más caro.

Como quiera que sea, EEUU gasta más en defensa que los 29 países aliados en la OTAN. Tú dirás que es normal, visto que el Imperio es EEUU. No obstante, Donald Trump se tomó la libertad, en Bruselas, de decirle a esa manga de manos de challa que tenían que pagar más precisando que 23 de los 29 estaban atrasados en el pago de sus miserables contribuciones (https://www.youtube.com/watch?v=2Cm8Su-bbmw).

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27/01/2022

Sergio Rodríguez Gelfenstein
Europa, jugando con fuego en Ucrania
Un artículo «profético» de 2014

Cuando me preparaba para escribir mi artículo semanal que había decidido dedicar al análisis de la situación en Ucrania, me llegó un correo de mi apreciado amigo, Juan Pablo Cárdenas, periodista chileno de dilatada trayectoria profesional, cuyas opiniones son siempre altamente consideradas por mí, a fin de mejorar el trabajo.

Juan Pablo me recordaba un artículo que escribí el 2 de septiembre de 2014 denominado “Europa, jugando con fuego en Ucrania”, que fue publicado por las Ediciones de la Radio de la Universidad de Chile que en ese momento él dirigía en un libro titulado “Mundo de locos donde he nacido. Un sistema internacional en permanente transformación”. En el mensaje, Juan Pablo rescataba el carácter “profético y acertado” de dicho análisis. Le consulté si creía que debía publicarlo nuevamente y su respuesta fue contundente: “Me parecería muy bien”.

Con el mayor respeto hacia el lector, siete años y medio después, vuelvo a entregar estas líneas. Increíblemente –y tal como lo percibió Juan Pablo- el análisis tiene plena vigencia, solo habría que cambiar algunos nombres y hechos que en ese momento eran recientes. Pero lo dejó sin cambios para que el lector valore los acontecimientos actuales y pueda percibir que los mismos responden a una política calculada y continuada de Estados Unidos que en el período ha tenido gobiernos demócratas y republicanos.  


Ali Divandari (Irán), en colaboración con Mondrian, 2014

Europa, jugando con fuego en Ucrania

No sé si alguien se habrá dado cuenta, pero en mi opinión, el conflicto de Ucrania es el más peligroso de cuantos se hayan desarrollado en el planeta desde el fin de la guerra fría. Es verdad que en el período se han vivido varias invasiones a países africanos, golpes de Estado en América Latina, una profunda crisis económica y financiera, la sangrienta desintegración de Yugoslavia, el genocidio en el marco de un asedio permanente de Israel  contra el pueblo palestino, la amenaza constante de ataque  de la OTAN a Irán y las guerras posteriores a las intervenciones imperiales en Afganistán, Irak, Libia y Siria, pero en ninguna de ellas ha estado o está tan cerca el enfrentamiento directo entre dos o más potencias nucleares. Ello tiene explicación en el contexto local, regional y global. Vayamos de lo particular a lo general.

Para nadie es un secreto que en Ucrania hubo un golpe de Estado. El mismo tiene su origen, precisamente en la necesidad de la OTAN de crear una situación de conflicto como la que hoy existe. El gobierno del derrocado presidente Yanukovich era un obstáculo para ello. En ese sentido, el actual gobierno ucraniano no ha sido más que una creación de Estados Unidos y Europa.

Al igual que en Siria e Irak, donde hasta hace dos meses el Estado Islámico estaba formado por luchadores por la libertad de Siria y hoy son catalogados de terroristas, en Ucrania no se debe olvidar que las revueltas conducentes al golpe de Estado, aupadas por Occidente, fueron llevadas a cabo por organizaciones de inspiración nazi cuyas primeras acciones fueron el ataque a sinagogas. Incluso el principal rabino de Ucrania Moshe Reuven Azman recomendó a su comunidad, en febrero de este año, abandonar Kiev y el país, afirmando que no quería tentar la suerte, porque “constantemente existen amenazas de ataque a las instituciones judías”. Por supuesto, el gobierno de Israel y el de Estados Unidos mantuvieron vergonzoso silencio.

Así, se crearon condiciones para imponer en medio de una brutal campaña sicológica las elecciones que llevaron al poder al actual gobierno. En la situación actual, su discurso, secundado por el de los voceros de la OTAN es tan agresivo que hace recordar con añoranza la guerra fría. El presidente de Ucrania, Petro Poroshenko, aseguró que Ucrania estaba “muy cerca del punto de no retorno”. Según él, “el punto de no retorno es una guerra a gran escala". Echándole leña al fuego el secretario general de la OTAN Anders Fogh Rasmussen, quien es famoso por sus declaraciones bruscas según el periodista alemán Michael Stürmer, afirmó que la organización que dirige está dispuesta a fortalecer la cooperación con Ucrania.

En el mismo contexto, el ministro de defensa de Ucrania Valery Geletey indicó que su país “está en el umbral de una ´gran guerra` con Rusia, cuyas pérdidas se medirán en miles y decenas de miles” de víctimas. Llama la atención la utilización de la denominación de “gran guerra” que fue, la dada por los pueblos de la Unión Soviética a la que emprendieron para expulsar al ejército nazi de su territorio con el costo de 20 millones de ciudadanos caídos.

Vale decir que los argumentos que se dan tanto por parte de los gobiernos occidentales como el de Ucrania para hacer estas inflamantes aseveraciones, se basan en una supuesta participación directa de las fuerzas armadas rusas en el conflicto. Lo cierto es que hasta ahora nadie ha podido presentar una prueba válida al respecto. Ante el emplazamiento del gobierno ruso en ese sentido, las respuestas han sido vagas y superficiales.

En la memoria, están las armas atómicas nunca encontradas en Irak, los asesinatos masivos de Gadafi en Libia que después se supo habían sido un escenario hollywoodense montado en Catar y decenas de historias falsas que signan la historia de la agresiva política exterior de Estados Unidos y la consuetudinaria tendencia a tergiversar la realidad por parte de sus presidentes. 

23/12/2021

NICOLAS TETEREL
Bitcoin : Rusia y China se preparan a una desconexión del sistema SWIFT

Nicolas Teterel, Coin Tribune, 20/12/2021
Traducido por
Luis Casado

 La nueva guerra fría se caldea y se juega en el ámbito económico y militar. Nunca un Imperio cayó sin hacer ruido... Las consecuencias podrían ser desastrosas para el mundo entero. Coin Tribune es una publicación francesa especializada en el Bitcoin. Este análisis merece el desvío y, aunque no lo creas, no tiene nada de catastrofista: es la desdichada realidad. Prevenido quedas.

Vladimir Putin y Xi Jinping convinieron el miércoles 14 de diciembre conectar sus economías vía un nuevo sistema financiero para combatir la amenaza de una desconexión de la red SWIFT.


SWIFT (Society for Worldwide Interbank Financial Telecommunication) es el sistema de mensajería financiera que infiltra todas las transacciones internacionales. Él permite – ni más ni menos – a los países comerciar entre ellos. Ser desconectado de SWIFT es sinónimo de embargo y de asfixia económica.

Los EEUU tienen un peso considerable en esta piedra angular del sistema monetario internacional, completado por el famoso “petro-dólar”, es decir el hecho que todos los países del mundo pagan sus importaciones de petróleo en dólares. Orden del imperio…

Estos instrumentos de guerra económica le permiten a Washington mostrar un déficit comercial crónico sin consecuencias para su tasa de cambio, colectar datos sobre sus adversarios y aplastarlos con sanciones.

Irán los ha sufrido. Ese país ya no tiene acceso al sistema SWIFT, lo que le valió la pérdida instantánea de la mitad de sus ingresos de exportación de petróleo. De donde proviene el uso del Bitcoin por el Banco Central persa para pagar las importaciones, dicho sea de paso.

De manera más preocupante para la paz en Europa, la República islámica podría ser imitada muy pronto por Rusia:

“Quiero ser muy claro para quienes escuchan en Moscú, en Kiev y en otras capitales del mundo: una invasión rusa activará sanciones económicas devastadoras, como nunca se han visto previamente”, declaró el presidente de la comisión senatorial de Asuntos Extranjeros Bob Menéndez, refiriéndose a la red SWIFT.

¿Porqué los yanquis sacaron los tambores de guerra? Porque Washington quiere integrar a Ucrania en el seno de la OTAN. No solo eso. Se trata igualmente de reaccionar a los 100 000 soldados rusos que se situaron en la frontera ucraniana con fines de disuasión.

El jefe de la Defensa rusa declaró por su parte que los EEUU forman una “brigada multi-esfera” en Europa. Serguei Shoigú habló después del presidente Putin en una Conferencia del Ministerio ruso de Defensa. He aquí algunas afirmaciones de Shoigú, reportadas por RIA News :

• EEUU prevé suministrar diversos sistemas de misiles a Europa,
• Unos 8 mil soldados yanquis están desplegados en Europa del Este (aquellos que no regresaron a EEUU después del ejercicio militar “Defender Europe”),
• En la Región de Donetsk, más de 200 mercenarios de empresas privadas yanquis equipan y capacitan a las fuerzas especiales ucranianas,
• Empresas militares privadas yanquis preparan provocaciones por medio de ataques químicos en Ucrania oriental.

25/11/2021

MEDEA BENJAMIN/NICK DAVIES
¿Qué es lo que está en juego en el enfrentamiento entre USA y Rusia por Ucrania?

 Medea Benjamin y Nicolas J.S. Davies, CODEPINK, 21/11/202
Traducido del inglés por Sinfo Fernández, Tlaxcala

 

Un informe de la revista Covert Action desde la autoproclamada República Popular de Donetsk, en el este de Ucrania, describe graves temores de una nueva ofensiva de las fuerzas gubernamentales ucranianas tras el aumento de los bombardeos, el ataque de un avión no tripulado de fabricación turca y el ataque a Staromaryevka, una aldea dentro de la zona de amortiguación establecida por los Acuerdos de Minsk de 2014-15. 

 

Las Repúblicas Populares de Donetsk (RPD) y Lugansk (RPL), que declararon su independencia en respuesta al golpe de Estado respaldado por Estados Unidos en Ucrania en 2014, se han convertido de nuevo en puntos álgidos de la intensificación de la Guerra Fría entre Estados Unidos y Rusia. Estados Unidos y la OTAN parecen apoyar plenamente una nueva ofensiva gubernamental contra estos enclaves respaldados por Rusia, ofensiva que podría escalar rápidamente hasta un conflicto militar internacional en toda regla.

 

Frontera entre Ucrania y las Repúblicas Populares de Donetsk y Luhansk tras el golpe de Estado, basada en los Acuerdos de Minsk.(Mapa: Wikipedia)

 

La última vez que esta zona se convirtió en un polvorín internacional fue en abril, cuando el gobierno antirruso de Ucrania amenazó con una ofensiva contra Donetsk y Luhansk, y Rusia estacionó miles de tropas a lo largo de la frontera oriental de Ucrania.

 

En aquella ocasión, Ucrania y la OTAN ni se inmutaron y se canceló la ofensiva. Esta vez, Rusia ha vuelto a reunir unos 90.000 soldados cerca de su frontera con Ucrania. ¿Se disuadirá a Rusia una vez más de una escalada bélica, o se están preparando seriamente Ucrania, Estados Unidos y la OTAN para seguir adelante con el riesgo de una guerra con Rusia?

 

Desde abril, Estados Unidos y sus aliados han intensificado su apoyo militar a Ucrania. Tras el anuncio en marzo de una ayuda militar de 125 millones de dólares, que incluía lanchas patrulleras costeras armadas y equipos de radar, Estados Unidos entregó a Ucrania otro paquete de 150 millones de dólares en junio. Dicho paquete incluía equipos de radar, comunicaciones y guerra electrónica para la Fuerza Aérea ucraniana, con lo que el total de la ayuda militar a Ucrania desde el golpe de Estado respaldado por Estados Unidos en 2014 asciende a 2.500 millones de dólares. Este último paquete parece incluir el despliegue de personal de entrenamiento estadounidense en las bases aéreas ucranianas.

 

Turquía suministra a Ucrania los mismos drones que proporcionó a Azerbaiyán en su guerra con Armenia por el disputado territorio de Nagorno-Karabaj en 2020. Esa guerra mató al menos a 6.000 personas y ha vuelto a estallar recientemente, un año después del alto el fuego mediado por Rusia. Los drones turcos causaron estragos tanto en las tropas armenias como en la población civil de Nagorno-Karabaj, y su uso en Ucrania supondría una horrible escalada de violencia contra la población de Donetsk y Luhansk.

 

El aumento del apoyo de Estados Unidos y la OTAN a las fuerzas gubernamentales en la guerra civil de Ucrania está teniendo consecuencias diplomáticas cada vez más graves. A principios de octubre, la OTAN expulsó a ocho oficiales de enlace rusos de su sede en Bruselas, acusándolos de espionaje. La subsecretaria de Estado Victoria Nuland, gestora del golpe de Estado de 2014 en Ucrania, fue enviada a Moscú en octubre, en apariencia para calmar las tensiones. Nuland fracasó tan estrepitosamente que, solo una semana después, Rusia puso fin a 30 años de compromiso con la OTAN y ordenó el cierre de sus oficinas en Moscú.

 

Al parecer, Nuland trató de asegurar a Moscú que Estados Unidos y la OTAN seguían comprometidos con los Acuerdos de Minsk de 2014 y 2015 sobre Ucrania, que incluyen la prohibición de operaciones militares ofensivas y la promesa de una mayor autonomía para Donetsk y Luhansk dentro de Ucrania. Pero sus garantías fueron desmentidas por el secretario de Defensa Austin cuando se reunió con el presidente ucraniano Zelensky en Kiev el 18 de octubre, reiterando el apoyo de Estados Unidos al futuro ingreso de Ucrania en la OTAN, prometiendo más apoyo militar y culpando a Rusia de “perpetuar la guerra en el este de Ucrania”.

 

Más extraordinaria, aunque confiemos en que más exitosa, fue la visita a Moscú  del director de la CIA, William Burns,  los días 2 y 3 de noviembre, durante la cual se reunió con altos cargos militares y de inteligencia rusos y habló por teléfono con el presidente Putin.