Affichage des articles dont le libellé est Izquierdas. Afficher tous les articles
Affichage des articles dont le libellé est Izquierdas. Afficher tous les articles

29/12/2021

Sergio Rodríguez Gelfenstein
Chile: “Ante el mal menor, yo elijo el bien mayor”

 Sergio Rodríguez Gelfenstein, 29/12/2021

Una vez celebrada la “fiesta de la democracia” con la que por segunda vez llegó la alegría a Chile y en la que también eligió a su nuevo presidente, es menester hacer algunas reflexiones  de cara al futuro.

Me parece que el tema a debatir tiene relación con la autocrítica que se debería hacer la izquierda por su incapacidad para construir una alternativa de contenido popular que favorezca los intereses de las mayorías. En esa medida, al pueblo se le conmina a aceptar el “mal menor” perpetuando de esta manera la admisión que hizo Patricio Aylwin en el sentido de de que solo era posible que hubiera “verdad y justicia en la medida de lo posible”. Esta propuesta se ha transformado en una doctrina que cercena el espíritu revolucionario del pueblo, constriñe la lucha por sus intereses mediatizando sus objetivos estratégicos y subordinando el combate cotidiano a lo estrictamente electoral en el que se juega con las reglas de la democracia representativa.


Encuentro “franco” del candidato Boric en noviembre con los representantes de las seis ramas de la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC) -Cámara Nacional de Comercio (CNC); Sociedad Nacional de Minería (Sonami); Sociedad de Fomento Fabril (Sofofa); Cámara Chilena de la Construcción (CChC); Asociación de Bancos e Instituciones Financieras (Abif); Sociedad Nacional de Agricultura (SNA): “Tengo claro que para construir un Chile mejor tenemos el deber de conversar con todos y de convocar a todos y en este caso a las grandes empresas, que entregan la mitad del empleo en Chile, tienen que ser parte de este proceso”

En esta medida, el “mal menor” es expresión del facilismo con que la izquierda renuncia a la búsqueda de sus objetivos históricos, cuando en Chile más del 50% de la población no se siente identificada con ese sistema y lo rechaza no sólo desde el punto de vista electoral, sobre todo en la práctica cotidiana de su lucha. El levantamiento popular del 18 de octubre de 2019 es expresión de la capacidad del pueblo de construir una alternativa al margen del status quo, más allá de que “por ahora” (como dijera el Comandante Chávez tras fracasar la rebelión del 4 de febrero de 1992), los objetivos no pudieron ser cumplidos. La incapacidad de los partidos de la izquierda tradicional de dar conducción a ese movimiento no se puede entender como sumisión del pueblo y sometimiento al sistema.

El levantamiento popular de importantes sectores de la sociedad chilena a partir de octubre de 2019 mostró que a pesar de las insuficiencias organizativas y de conducción, subyace el espíritu y la voluntad de un pueblo que sufrió la pérdida de 34 de sus hijos, además de lo cual hubo alrededor 12.547 heridos que pasaron por urgencia hospitalaria, entre ellos 440 casos de ciudadanos que sufrieron trauma ocular según cifras entregadas por la Fiscalía y del Instituto Nacional de Derechos Humanos.

Un pueblo rendido que acepta el sistema al que está subordinado, no es capaz de protagonizar estas heroicas jornadas que sólo pudieron ser paralizadas por la pandemia por un lado, y por otro, por el acuerdo de las élites en las que tuvo destacada participación el actual presidente electo. La jugada estuvo orientada a impedir que la decisión del pueblo se tomara en las calles para llevarla a los espacios de la democracia representativa donde tiene todas las de perder, habida cuenta de un sistema en el que unánimemente desde los sectores fascistas hasta los de la izquierda que se limita a hacer política “en la medida de lo posible”, esquilmaron la voluntad popular para hacer creer que esta se define en las elecciones.

Nada más falso, la idea de que el nuevo presidente ha sido el más votado de la historia, es parte de la retórica construida para sembrar la idea de mayoría. El presidente Frei sacó 56,09% en elecciones de una sola vuelta. Por comparación, Boric sacó solo el 25,3%. Ese es su apoyo real. El resto acudió a votar por otras razones: los partidos de la Concertación y Marcos Enríquez-Ominami por el oportunismo natural del que hacen gala desde más de tres décadas, cuando aprendieron que esgrimir la bandera del “mal menor” los conduciría a manejar el poder en provecho propio obteniendo pingües ganancias personales, usando la política para ello. Por supuesto, sustentan su doctrina en la suposición de que el pueblo es idiota, fácilmente engañable por lo que cree poder apostar a que ese artificio será eterno.