La perle du jour

 « Le public n'est plus dupe des mensonges propagandistes qui résonnent dans les médias. Ces lettres ont été écrites par un petit groupe de radicaux, manipulés par des organisations financées par des fonds étrangers dans le seul but de renverser le gouvernement de droite. Ce n'est pas une vague. Ce n'est pas un mouvement. C'est un petit groupe de retraités bruyant, anarchiste et déconnecté, dont la plupart n'ont pas servi [dans l’armée] depuis des années ». C’est ainsi que Netanyahou a réagi aux pétitions qui se succèdent en rafales, émanant de centaines et de milliers de réservistes de l’armée de l’air, du corps médical militaire, de la marine, demandant au gouvernement d’arrêter de bombarder Gaza pour épargner les Israéliens encore captifs [les fameux « otages », qui sont encore une trentaine en vie plus une trentaine à l'état de cadavres]]. Bibi, qui a 75 ans, n’a pas l’intention, quant à lui de devenir un paisible retraité, ni bruyant ni silencieux. Les pilotes signataires de la première pétition seront rayés des cadres de l’armée génocidaire, ce qui est une bonne chose.

المقالات بلغتها الأصلية Originaux Originals Originales

Affichage des articles dont le libellé est Jeff Bezos. Afficher tous les articles
Affichage des articles dont le libellé est Jeff Bezos. Afficher tous les articles

19/08/2021

JONATHAN COOK
¿Cómo afrontar el apocalipsis climático de la mejor manera posible? Las fantasías del búnker de los multimillonarios se popularizan

Jonathan Cook, CounterPunch, 18/8/2021
Traducido del inglés por Sinfo Fernández

Jonathan Cook ((1965) es un escritor británico y periodista independiente afincado desde 2001 en Nazaret, que escribe principalmente sobre el conflicto palestino-israelí. Ha ganado el Premio Especial de Periodismo Martha Gellhorn en 2011.
Entre sus libros destacan Israel and the Clash of Civilisations: Iraq, Iran and the Plan to Remake the Middle East (Pluto Press) y Disappearing Palestine: Israel’s Experiments in Human Despair (Zed Books).


Al llevar varios años escribiendo sobre los medios de comunicación, me he vuelto cada vez más sensible a la forma en que, como consumidores de noticias, estamos sometidos a la ideología, las arenas invisibles y cambiantes de nuestro sistema de creencias.

Por supuesto, esas creencias no son innatas. ¿Cómo podrían serlo? No nacemos con un software precargado como el de un ordenador, aunque nuestro “hardware” mental pueda moldear el tipo de información que somos capaces de procesar y cómo lo hacemos.

Y, a pesar de lo que podamos imaginar, nuestro sistema de creencias no se ha autogenerado realmente, sino que viene dictado por las experiencias de la vida. No son solo los acontecimientos del mundo real los que determinan nuestros valores y puntos de vista. Los acontecimientos y las experiencias se interpretan y se les da un significado en virtud de esas creencias y valores. Por eso es muy posible, incluso común, que tengamos creencias contradictorias al mismo tiempo: como preocuparnos por la amenaza que supone el cambio climático para el futuro de nuestros hijos, mientras apoyamos sistemas políticos comprometidos con la construcción de más carreteras y pistas de aterrizaje.

Los psicólogos tienen un término para este fenómeno: disonancia cognitiva.

La ideología no es un fenómeno que se produzca por sí mismo, sino que nuestro paisaje ideológico se construye socialmente y se nos impone en gran medida desde el exterior. La ideología enmarca las experiencias para nosotros, añadiendo una capa oculta de interpretación que nos anima a dar sentido al mundo de forma útil. Por tanto, la pregunta más liberadora que podemos hacernos es: ¿a quién le resulta útil una determinada ideología?

Fábrica papelera en Halsey, Oregón
(Foto: Jeffrey St. Clair)