Traducido por María Piedad Ossaba
El viernes 27 de octubre tuvieron lugar en Nueva York, a 800 metros de distancia uno del otro, dos eventos casi simultáneos. Tenían un tema común pero enfoques diametralmente opuestos: uno desde arriba, el otro desde abajo.
Primer evento: la votación de una resolución no vinculante propuesta por los Estados árabes en la que se pide una "tregua humanitaria inmediata, duradera y sostenida" entre Israel y Hamás y se exige la provisión "continua, adecuada y sin trabas" de suministros y servicios vitales a los civiles atrapados en el enclave. El lugar: el Salón de la Asamblea General de la ONU, en el Palacio de Cristal a orillas del Hudson. Los actores: delegaciones de los 193 Estados miembros. Resultado de la votación: 120 votos a favor, 45 abstenciones y 14 votos en contra. Los Estados europeos fueron minoría entre los que votaron a favor, ya que sólo 13 (Armenia, Bélgica, Bosnia-Herzegovina, España, Francia, Liechtenstein, Luxemburgo, Malta, Montenegro, Noruega, Portugal, Rusia y Suiza) de los 46 miembros del Consejo de Europa votaron a favor de la resolución, mientras que 22 se abstuvieron, desde Alemania hasta el Reino Unido. Merece la pena conocer la lista de las 14 delegaciones que votaron en contra:
Austria, Croacia, República Checa, Fiyi, Guatemala, Hungría, Israel, Islas Marshall, Micronesia, Nauru, Papúa Nueva Guinea, Paraguay, Tonga, USA. El ridículo dejó de matar hace mucho tiempo. Algunos consideraron que el texto no condenaba claramente a Hamás, mientras que otros, como Túnez, consideraron que equiparaba a los verdugos (Israel) con las víctimas (Palestina).
Segundo evento: durante unas horas, el pasillo de la estación de tren Grand Central estuvo literalmente negro de gente, abarrotado hasta los topes de neoyorquinos todos con camisetas negras [vendidas al precio de 12,95 dólares] que llevaban dos inscripciones: "Los judíos dicen alto al fuego ya" en la espalda y "No en nuestro nombre" en el pecho. Algunas banderolas proclamaban el derecho de los palestinos a la libertad y a la vida. La mayoría de los manifestantes eran jóvenes, blancos y mayoritariamente judíos, pero también había personas de la 2ª y de la 3ª edad, así como personas no blancas. La manifestación fue convocada por una organización relativamente joven, Jewish Voice for Peace (Voz judía por la paz), que ha experimentado una considerable expansión. Se definen como "la mayor organización judía progresista antisionista del mundo. Estamos organizando un movimiento popular, multirracial, interclasista e intergeneracional de judíos usamericanos en solidaridad con la lucha por la libertad de los palestinos, guiados por una visión de justicia, igualdad y dignidad para todos los pueblos". En definitiva, una respuesta y una alternativa a los múltiples lobbies sionistas de USA, de los cuales el más estruendoso es el AIPAC [American Israel Public Affairs Committee, Comité Usamericano de Asuntos Públicos de Israel]. La policía neoyorquina se comportó correctamente, sin utilizar gases lacrimógenos ni balas de goma, y se limitó a esposar y detener cortésmente a unos 200 manifestantes. Después de todo, no estaban tratando con salvajes de los guetos negros, ¿verdad?
¿Qué podemos concluir de estos dos eventos?
Por el primero: las resoluciones no vinculantes de las instancias superiores suelen tener el mismo efecto que mear en un violín. Pero al menos tienen la ventaja de dar una idea del estado de las relaciones entre los gobiernos representados en la ONU y la opinión dominante en sus países.
Por el segundo: 3.300 manifestantes de abajo [una estimación basada en la superficie de la sala central: 3.300 m2], la mayoría de ellos judíos, manifestándose por el derecho de los palestinos a la vida y a la libertad en una ciudad con 1,6 millones de judíos, es una gota en la piscina. Nada que ver con los 100.000 manifestantes de hoy en Londres. La difusión de vídeos de la manifestación en los medios electrónicos está llegando a millones de personas y (tal vez) haga reflexionar a algunas de ellas antes de seguir tragándose los horrores escupidos por el Propagandaministerium globalizado. (ver vidéos de la sentada)