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27/07/2025

LYNA AL TABAL
¿Es ésta tu novedad, Ziad?

Lyna Al Tabal, Rai Al Youm, 27/7/2025
Traducido por Atahualpa Guevara, Tlaxcala

 

¿Así que es ésta tu novedad, Ziad…? Entonces no la queremos.
Ziad Rahbani sigue sonriendo, con un silencio extraño. Nos mira con los ojos cerrados, como si ya lo hubiera visto todo… y nada importara. Duerme como un príncipe cansado de su reino. Ziad duerme, ¿no?

No. Ziad resiste a su manera: se retira. Simplemente se niega a formar parte de todo esto.

Su decisión de guardar silencio a partir de hoy es su declaración más fuerte. Ha elegido cerrar los ojos… y soñar.

Pero ¿quién sueña todavía hoy? ¿Quién tiene aún el coraje de soñar? Ziad, solo Ziad.

Ziad duerme, sí. Y sueña con esta nación… Qué nación tan extraña es la que sueñas, Ziad…


Caligrafiti de Ashekman que representa a Ziad Rahbani con la célebre frase “¿Bennesbeh Labokra Chu?”, “Y mañana, ¿qué?” (título de una obra de teatro musical de 1978), ubicado estratégicamente en el centro de una antigua zona de guerra en Beirut, conocida como la línea de contacto, en la intersección de Basta/Bechara el Joury/Sodeco. Foto: Yad Jorayeb

 

En su sueño, ve Palestina… sin barreras, sin checkpoints, sin soldados que te arranquen la flor porque su color les recuerda la sangre que siempre han derramado, y luego te griten: “Quédate ahí, bajo el sol… y arde.”
Ziad sueña que la ocupación ha terminado, y con ella se han evaporado los rostros pulidos del poder —los que firmaban los acuerdos de normalización con una sonrisa, mientras el enemigo nos lanzaba bombas. Nadie se pregunta dónde está “Abbas”, claro. Y nadie llora una autoridad dormida desde Oslo.

Damasco, en el sueño, ha reintroducido a “Jules Jammal”* en los manuales escolares, y ha levantado el signo de la victoria sobre el cementerio nacional donde fue enterrada la mitad del pueblo, en toda su diversidad. Y en el sueño, todos aplauden, incluso los mártires. Hay allí una estatua de una combatiente hermosa, llamada Siria, que hace la señal de la victoria.

Gaza se ha convertido, de verdad, en la Riviera de Palestina —quieran ellos o no. Plazas verdes, arena dorada, un mar de azul intenso, barcas pintadas.
Así es como Ziad ve el sueño… a todo color.

¿Y tú? ¿Alguna vez te has preguntado si tus sueños tienen colores o si solo son en blanco y negro?

Sí, en el sueño, las calles de Gaza huelen al perfume de Sinwar y Deif —un perfume de resistencia, mezcla de pólvora… y de nostalgia. Los niños juegan en plazas que llevan los nombres de los mártires de Palestina. A su alrededor, mujeres… las mismas que dieron a luz a los hijos que Israel exterminó.
Los mismos nombres.

Los mismos rostros.

Los mismos ojos… pero esta vez, sin lágrimas. Porque en los sueños de Ziad, las lágrimas están prohibidas.

Qué derrota para Israel… Por cada casa bombardeada, hemos reconstruido diez. Y por cada niño asesinado… nuestras mujeres han dado a luz a cien.

Beirut ya no manda a sus poetas al Golfo para servir como coartada cultural, ni a mendigar migajas de subvención al Occidente sacio. Y las cámaras encima de las embajadas han sido arrancadas —como dientes podridos.
En el sueño, el mundo árabe es un solo país, pero que reúne a todos los pueblos, de Tánger a Salalah… Sueña que los pueblos árabes cruzan las fronteras hacia Palestina, las derriban, como lo proclamaba el militante Georges Abdallah, las arrasan y recuperan la tierra.
¿Cansado al punto del colapso? ¿O simplemente asqueado hasta la muerte, Ziad? Vamos, las dos cosas… y basta.

Ziad ha cambiado de acorde musical, dejándonos tambalear solos… Nosotros, su generación, aquella que él arrulló cantando el derrumbe.
Somos la generación de los escombros: nacidos entre el 70 y el 90, diagnosticados como inestables porque la guerra, esa, nunca fue estable. Y mejor así: no queremos curarnos de un mal que nos hizo lúcidos.
Sobrevivíamos a doble velocidad: guerra de día, Ziad de noche. Así nos manteníamos en pie. Los muertos al amanecer, las melodías al atardecer. Y nadie nos preguntaba cómo lo lográbamos.
Correr bajo las bombas por un casete de Ziad… Hay que estar loco, ¿verdad? Y sin embargo, lo hicimos. Preferíamos su voz a nuestras vidas. Así era nuestra forma de amar. Idiota. Feroz.
¿Alguna vez esquivaste a un francotirador con un casete en el bolsillo? ¿Un casete de Ziad? Nosotros sí. Entrábamos así, entre dos ráfagas, sin pensar. Instinto, amor, pura locura.

Cada uno creía que Ziad solo hablaba con él. No éramos un público. Éramos su generación, sus hijos.

Y cuando nuestras casas fueron destrozadas por el enemigo, ¿eras de los que primero buscaban bajo los escombros el casete de Ziad? ¿Y cuando el exilio te atrapó, no metiste primero en tu maleta el casete de Ziad… y la voz de Fairuz?

Sí, somos esos enfermos. Los sobrevivientes de una época, de un régimen, de guerras clavadas en nuestra carne y nuestra mente. Damos un salto ante el menor ruido. Ya no son las bombas, son las puertas que se cierran de golpe… y despiertan en nosotros todo lo que intentamos olvidar.
Nosotros, los resistentes, un portazo basta para despertar las ruinas de la infancia, y toda la guerra regresa, sin avisar.
Una mirada basta para tambalearse: en ella vemos demasiado. Demasiado de lo que huimos, demasiado de lo que callamos.

Ofrecemos nuestros sentimientos con una generosidad enfermiza, sin condiciones. Somos los hijos de las grietas mentales, de los traumas en espiral, de eso que hoy llaman un trastorno y que nosotros simplemente llamamos nuestra vida.

Confiamos como idiotas, apenas sanamos, y recaemos al primer recuerdo o a la primera canción.

Este texto no trata de un artista. Trata de un padre, un terapeuta sin bata, que curaba nuestras heridas con casetes. Diagnosticaba a golpes de piano rabioso. Somos su generación. Aquellos a quienes el país, el banco, la religión, los partidos y el exilio crucificaron… y que, al final, fueron a casa de Ziad.

Él reía, abofeteaba a los poderosos con sus palabras… luego reía otra vez, y reíamos con él. Esa era su forma de resistir, y también la nuestra.
Tienes razón, Ziad… en este Levante, dormir se ha vuelto el único verdadero descanso.

Ridiculizabas a todos, y sin embargo nadie te odiaba. Te burlabas de todos a la vez, y te escuchaban como se escucha a un profeta desencantado.
Fuiste el único que no nos exigió tomar partido. Todos los bandos te parecían absurdos, vacíos, intercambiables… excepto uno: el de la resistencia.
La resistencia no es una elección. Es un reflejo. Como respirar bajo el agua. Como gritar en silencio. Como reconocer, en la mirada de tu vecino, al soldado que pulverizó tu casa… Entonces ya no piensas: resistes.
Pero Ziad, nuestro Ziad… abre los ojos. Ya no es hora de soñar. El soldado está aquí, sentado en el sofá, bebe mi café,
y tararea tus melodías…

¿Es ésta tu novedad, Ziad?

No la queremos.

Lanza tu frase, Ziad… Queremos palabras como balas. Que tu voz golpee este mundo que se duerme al sonido de las bombas sobre Gaza.
No, no te equivoques… No creas que te lloro. En medio de mis lágrimas y mi dolor, no escribí para llorar, sino para maldecir el destino que nos ha roto.
Solo suavicé mis palabras, para no asustarte, nuestro príncipe dormido… Suavicé mis palabras, Ziad, para no asustar a los lectores. Que no crean que lloro. Que no lo tomen por una lamentación. Duermes, eso es todo. Tal vez demasiado pronto.

No se llora a quien nos legó un vocabulario de lucha. Yo no lloro. Escribo.
Esto no es una despedida. Son las palabras de una generación golpeada. La tuya, Ziad. La de la guerra, de las ráfagas, de la angustia que se bebe como café negro.

Tu generación, Ziad, la que verá el fin de la ocupación israelí… sin ti.
Somos esa generación.

Y jamás perdonaremos a este mundo que te llevó hasta el agotamiento… y te obligó al sueño.

NdT
* Jules Youssouf Jammal es una figura legendaria del nacionalismo árabe: este militar sirio cristiano ortodoxo habría lanzado un ataque suicida contra un buque de guerra francés durante la “operación de Suez” franco-israelo-británica de 1956.

 

 

26/07/2025

NADIA ELIAS
La muerte del artista libanés Ziad Rahbani a los 69 años: una pérdida devastadora para la cultura árabe

Nadia Elias, Al-Quds Al-Arabi, 26/7/2025

Traducido por Fausto GiudiceTlaxcala

Con profunda tristeza, el pueblo libanés recibió la noticia del fallecimiento del gran y brillante artista Ziad Rahbani, a la edad de 69 años, tras luchar contra una enfermedad.

Emad Hajjaj

Muchos expresaron su inmensa pena ante su partida repentina, compartiendo sus fotos en redes sociales y lamentando esta gran pérdida para el arte y la cultura libanesa y árabe. Fue una voz libre que denunció la injusticia y la hipocresía, rompiendo el silencio con la palabra y la acción.

Ziad Rahbani, nacido el 1 de enero de 1956, era hijo de Fairuz y del fallecido músico Assi Rahbani. Es reconocido como uno de los músicos y hombres de teatro más destacados del Líbano, así como dramaturgo, compositor, crítico político, comentarista radial y periodista consumado.

Conocido por su afiliación a la izquierda y su apoyo a la idea de la resistencia, fue un defensor firme de la causa palestina y un opositor del sistema político tradicional libanés. Sus obras, centradas en una crítica satírica y directa de la realidad social y política libanesa, le valieron una gran audiencia en el Líbano y en el mundo árabe.

Rahbani es famoso por sus obras teatrales revolucionarias, que se han convertido en clásicos del teatro libanés y se transmiten de generación en generación con cariño e interés. Entre las más destacadas se encuentran: Sahrieh, Nazl al-Surur, Haga Fashal, Asb’l Bi-Luqra Shou?, Film Amriki Tall, Lawla Fashat Al-Amal, Bi’s-Karama wa al-Sha’b al-’Aneed, entre otras.

Extrajo su material teatral del lenguaje cotidiano, presentando a sus personajes con el habla del pueblo y un talento cómico poco común, lo que lo destacó como un actor hábil que sabía elegir sus papeles conforme a su personalidad y capacidades.

Ziad comenzó su carrera artística a muy temprana edad, escribiendo y componiendo para su madre, Fairuz. Se convirtió en el tercer pilar cultural tras sus padres, proponiendo una nueva visión del teatro árabe contemporáneo que combinaba música, comedia, política y audacia.

A pesar de su retiro relativo de la vida artística en los últimos años, mantuvo un gran respeto entre un amplio público de intelectuales y amantes del arte auténtico.

Los detalles del funeral se anunciarán en las próximas horas, con la participación de su madre, Fairuz, su hermana Rima y su hermano Hali.

Las comunidades oficiales, artísticas y populares del Líbano lamentaron su pérdida. El presidente Joseph Aoun expresó su “dolor por el fallecimiento del gran artista Ziad Rahbani, quien murió tras una carrera artística excepcional que marcó profundamente nuestra conciencia cultural”.

Declaró: “Ziad Rahbani no era solo un artista, sino una entidad intelectual y cultural completa. Más aún, era una conciencia viva, una voz rebelde contra la injusticia y un espejo fiel de los sufrientes y marginados. Escribía sobre el dolor de la gente y tocaba las cuerdas de la verdad sin ambigüedad. A través de su teatro comprometido y su música rebosante de creatividad, oscilando entre lo clásico, el jazz y la música oriental, ofreció una visión artística única y abrió nuevas perspectivas para la expresión cultural libanesa, ganando así renombre internacional con sus innovaciones”.

El Presidente añadió: “Ziad fue una prolongación natural de la familia Rahbani, que le ha dado tanta belleza y dignidad al Líbano. Es hijo del creador Assi Rahbani y de Fairuz, nuestra embajadora ante las estrellas, a quien hoy dirigimos nuestras sinceras condolencias y estamos con ella de todo corazón en esta gran pérdida. Compartimos con ella el dolor de perder a quien fue para ella mucho más que un apoyo. También extendemos nuestras condolencias a la honorable familia Rahbani por esta enorme pérdida”.

Concluyó diciendo: “Las numerosas obras notables de Ziad permanecerán vivas en la memoria de los libaneses y los árabes, inspirando a las generaciones futuras y recordándoles que el arte puede ser resistencia y que las palabras pueden ser una toma de postura. Que Ziad Rahbani descanse en paz, y que su música y sus obras, llenas de memoria y vida, sigan siendo un faro de libertad y un llamado a la dignidad humana”.

El primer ministro Nawaf Salam también expresó su pésame, escribiendo: “Con la desaparición de Ziad Rahbani, el Líbano pierde a un artista creativo excepcional y a una voz libre, fiel siempre a los valores de justicia y dignidad. Ziad encarnaba un profundo compromiso con las causas de la humanidad y de la nación. En el escenario, con música y palabras, Ziad dijo lo que muchos no se atrevían a decir, y tocó las esperanzas y los sufrimientos de los libaneses durante décadas. Con su franqueza dolorosa, insufló una nueva conciencia en la cultura nacional. Ofrezco mis más sinceras condolencias a su familia y a todos los libaneses que lo amaban y lo consideraban su voz”.

El ministro de Cultura, Dr. Ghassan Salameh, escribió en su cuenta de X: “Temíamos este día, porque sabíamos que su estado de salud se deterioraba y su deseo de recibir tratamiento disminuía. Los proyectos de tratarlo en el Líbano o en el extranjero se volvieron ideas del pasado, porque Ziad ya no podía imaginar los tratamientos y operaciones que eso implicaba. Que Dios tenga piedad del creativo Rahbani. Lo lloraremos cantando sus eternas canciones”.

Por su parte, la actriz libanesa Carmen Lebbos, quien fue pareja de Ziad Rahbani, cubrió su perfil con un fondo negro y escribió con tristeza: “¿Por qué es así? Siento que todo ha desaparecido... Siento que el Líbano está vacío”.



 

 شو هالأيام

كأنه المصاري قشطت لحالا عهيدا نتفة وهيدا كتير

حلوة دي حلوة دي حلوة دي بتعجن في الفجرية

بيقولولك من عرق جبينه طلع مصاري هالإنسان

طيب كيف هيدا وكيف ملايينه وما مرة شايفينه عرقان

مش صحيح مش صحيح مش صحيح الهوا غلاب

شو هالإيام اللي وصلنالا قال إنه غني عم يعطي فقير

كأنه المصاري قشطت لحالا عهيدا نتفة وهيدا كتير

حلوة دي حلوة دي حلوة دي بتعجن في الفجرية

الغني من تلقاء نفسه حابب يوزع ورق المال

مانه بخيل أبدا على عكسه ذكركم يا ولاد الحلال

ليل يا لال ليل يا لال ليل

كل واحد منا عنده ستيله ما بيمنع إنو يصير تنسيق

جبلي لمضيلك قلمي ستيله كل الشعوب بكرا هتفيق

يا سلام يا سلام يا سلام سلم

شو هالإيام اللي وصلنالا قال إنه غني عم يعطي فقير

كأنه المصاري قشطت لحالا عهيدا نتفة وهيدا كتير

حلوة دي حلوة دي حلوة دي بتعجن في الفجرية

كل المصاري اللي مضبوبة الما بتنعد وما بتنقاس

أصلا من جياب الناس مسحوبة لازم ترجع ع جياب الناس

هيا دي هيا دي هيا دي هيا الأصلية

هيا دي هيا دي هيا دي هيا الأصلية

Qué días son estos que vivimos, dime?

Parece que el dinero cae del cielo,
Un poco pa’ uno, pa’l otro, un carretel.
¡Ay, qué bonita! ¡Qué linda es ella!
Amasa la masa sin pena ni estrella.

Dicen: “Él lo ganó con sudor y empeño”,
Frente en alto, luchando sin sueño.
¿Y aquel con millones, sin gota de frente?
¡Jamás lo vimos sudar entre gente!

Estribillo:
¿Qué días son estos que estamos viviendo?
¿Crees que un rico da sin estar mintiendo?
Parece que llueven billetes del aire,
Un poco pa’ ti, pa’l otro un millonario baile.
¡Qué linda es ella! ¡Tan viva, tan bella!
Amasa la masa con risa y estrella.

El rico de pronto se pone a donar,
¿No es tacaño? ¡Eso hay que dudar!
No es generoso, ni es corazón,
Es viejo teatro sin emoción.

Recuerda, pueblo noble y sufrido,
Lo que te quitó debe ser restituido.
Pero te lanza una sonrisa y un billete,
Y aplaudimos todos sin hacer un debate.

Estribillo
¿Qué días son estos que estamos viviendo?
Un mundo al revés, sin rumbo ni tiempo.
Parece que crecen los billetes en flor,
Un poco pa’ ti, pa’l otro el honor.
¡Qué linda es ella! ¡Qué fuego su huella!
Amasa la masa con luz de centella.

Layl ya lal, layl ya lal,
Cada uno con su propio ritual.
Pero unamos la voz, el canto y la herida,
Mañana los pueblos alzarán la vida.

Tantos tesoros que no se pueden contar,
Nos los sacaron sin parpadear.
Ya es hora de cambiar el guión,
Que el oro del mundo regrese en canción.

Estribillo final
¿Qué días son estos que estamos viviendo?
¿Un rico que da sin estar fingiendo?
Parece que el cielo reparte sin ley,
Un poco pa’ ti, pa’l otro la grey.
Pero la verdad, la única, la entera,
Es que lo robado regrese a tu acera.

Sí, es esa, sí, es esa,
La única ruta, la voz más espesa.
Sí, es esa, sí, es esa —
La justicia viva, sin palabrer
ía


بلا ولا شي

ولا فيه بهالحب مصاري ولا ممكن فيه ليرات

ولا ممكن فيه أراضي ولا فيه مجوهرات

تعي نقعد بالفي مش لحدا هالفي

حبيني وفكّري شوي

تعي نقعد تعي نقعد بالفي مش لحدا هالفي

حبيني وفكّري شوي

بلا ولا شي بحبك بلا ولا شي

بلا كل أنواع تيابك بلا كل شي فيه تزييف

بلا كل أصحاب صحابك التقلا والمهضومين

تعي نقعد بالفي مش لحدا هالفي

حبيني وفكّري شوي

تعي نقعد تعي نقعد بالفي مش لحدا هالفي

حبيني وفكّري شوي

بلا ولا شي وحدك بلا ولا شي

بلا جوقة أمّك فيّي ورموش وماسكارا

بلا ما النسوان تحيك بلا كل هالمسخرة

تعي نقعد بالفي مش لحدا هالفي

حبيني وفكّري شوي

تعي نقعد تعي نقعد بالفي مش لحدا هالفي

حبيني وفكّري شوي

Te quiero sin un mango


Te quiero sin un mango, sin un sope,
sin guita, sin anillo, sin escote.
Este amor no viene con billete,
ni campos, ni oro, ni juguete.
Venite a sentarte a la sombrita,
que no es de nadie, pero es bonita.
Quereme... y pensá un cacho.
Venite, che, quedate un rato.

[Estribillo]
Te quiero sin un mango, sin chamuyo,
sin trajes caros, sin barullo.
Sin esos amigos tan copados,
pero en el fondo re caretas y pesados.
Venite a sentarte a la sombrita,
que no es de nadie, pero es bonita.
Quereme... y pensá un cacho.
Venite, che, quedate un rato.


Te quiero solita, sin tu troupe,
sin tu vieja, ni rimel ni tul.
Sin las minas que viven bardeando,
sin todo ese circo que estás armando.
Venite a sentarte donde no joden,
lejos de todo, donde no hay orden.
Quereme... y pensá un cacho.
Venite, che, quedate un rato.

 

[Estribillo final]
Te quiero así nomás, sin maquillaje,
sin careta, sin embalaje.
Sin consejos, sin moralina,
quereme simple, sin cocina.
Venite a sentarte a la sombrita,
que no es de nadie, pero es bonita.
Quereme... y pensá un cacho.
Venite, che, quedate un rato.

30/09/2024

SCARLETT HADDAD
Apesar das críticas ao Hezbollah, este não é o momento para discórdia interna entre os libaneses


Scarlett Haddad, L’Orient-Le Jour, 28/9/2024
Traduzido por
Helga Heidrich, editado por Fausto Giudice, Tlaxcala

Scarlett Haddad é jornalista e analista do jornal libanês de língua francesa L'Orient-Le Jour. Ela é especialista em questões políticas internas libanesas, além de assuntos sírios, palestinos e iranianos do ponto de vista do Líbano, incluindo tópicos relacionados ao Hezbollah e ao conflito árabe-israelense.

Em um momento em que está travando uma guerra feroz, embora de apoio, contra os israelenses, o Hezbollah teme que possa enfrentar distúrbios internos. Em um momento em que os habitantes do sul voltaram a refugiar-se por causa da violência dos bombardeios israelenses em sua região, vozes políticas e de outros tipos se levantaram para criticar o Hezbollah e pedir que ele feche a “frente de apoio”. Isso pode ser pura coincidência ou a expressão da inquietação popular em relação a essa frente e à perspectiva de sua ampliação, mas também pode ser um passo em um plano para colocar o Hezbollah contra a parede como um prelúdio para seu enfraquecimento.


Kamal Sharaf, Iêmen

Depois de ter mais ou menos evitado criticar o Hezbollah muito abertamente, especialmente após a escalada israelense dos últimos dias, algumas figuras políticas decidiram levantar a voz. Isso pode ser totalmente justificado pela intensificação e ampliação dos ataques israelenses em várias regiões do Líbano e pela ameaça de uma invasão terrestre, mas a natureza simultânea dessas críticas levanta questões para o Hezbollah.

Em um momento em que é alvo de ataques assassinos e está conduzindo uma investigação interna sobre uma possível infiltração, que seus oponentes estão explorando para minar sua credibilidade entre seus apoiadores, o Hezbollah está se questionando se essa súbita onda de críticas é espontânea ou se é orquestrada por partidos estrangeiros. Ele também se pergunta  se esse é apenas um meio indireto de pressioná-lo a aceitar determinadas condições ou se há um plano mais amplo.

O que realmente chama sua atenção é o momento dessa campanha, que ocorre em um momento em que as negociações de trégua devem ser realizadas em Nova York. Essas negociações, lideradas por americanos e franceses, devem, em princípio, envolver uma interrupção de 21 dias nos combates, o tempo necessário para se chegar a um acordo sobre uma solução aprofundada para a situação na fronteira sul do Líbano. O Hezbollah e, com ele, o Líbano oficial estão insistindo que o acordo também deve abranger Gaza, mas os israelenses e os americanos querem separar as duas questões. Portanto, eles poderiam tentar pressionar o Hezbollah para que mude de ideia sobre o último ponto.

Entretanto, o Hezbollah é inflexível e continuará a apoiar o Hamas em Gaza por meio da frente aberta no sul do Líbano. Ele considera que todas as tentativas de mudar de ideia estão fadadas ao fracasso, especialmente porque, após os últimos ataques israelenses, qualquer concessão de sua parte seria interpretada como uma derrota. Portanto, ele está preparado para enfrentar as consequências dessa posição, mas o que o preocuparia é se essa súbita onda de críticas não fosse o prelúdio de uma agitação interna. Além dos ataques israelenses, ele terá de lidar com a notória discórdia intercomunitária que se tornou uma obsessão para ele desde os confrontos de maio de 2008 entre o Hezbollah e o governo de Siniora.

Nos últimos meses, as pessoas próximas ao Hezbollah consideram que uma das maiores conquistas da abertura da “frente de apoio” foi a consolidação das relações entre os partidários do grupo e a rua sunita que favorece o Hamas. Esse tipo de “lua de mel” que sunitas e xiitas no Líbano estão vivendo atualmente, unidos pela causa palestina, significa que o Hezbollah pode sentir que sua retaguarda está protegida e, portanto, pode se dedicar totalmente à frente e ao seu ambiente popular. Além disso, o fato de que, de tempos em tempos, combatentes palestinos e outros de vários grupos sunitas lançam mísseis contra o norte israelense a partir do sul é uma forma de mostrar a extensão do entendimento e da coordenação entre eles e o Hezbollah. Da mesma forma, a recepção de pessoas deslocadas do sul em regiões predominantemente sunitas é mais uma prova das boas relações que existem atualmente. Esse é um golpe terrível contra qualquer tentativa de provocar discórdia entre sunitas e xiitas. Mesmo após os chamados ataques com bip e walkie-talkie, muitos jovens sunitas, especialmente de Tarik Jdidé, correram para dar sangue aos feridos.

No que diz respeito à comunidade drusa, o Hezbollah também pode ficar tranquilo devido às posições assumidas por seu líder Walid Joumblatt, que expressou repetidamente seu apoio à causa palestina e ao Hamas em particular nessa guerra que já dura mais de 11 meses. Ele também fez várias declarações pedindo aos habitantes da montanha que abrissem suas portas para os deslocados do sul e aumentou o número das chamadas reuniões de reconciliação e aproximação com várias partes na montanha e em outros lugares, com o objetivo declarado de cortar pela raiz qualquer tentativa de discórdia interna.

Ainda restam os cristãos, que parecem ser mais difíceis de serem tratados pelo Hezbollah no período atual. Suas relações com o Movimento Patriótico Livre (MPL) se tornaram mais complicadas e ele não pode mais contar com o apoio inabalável da base do partido. É verdade que o MPL elaborou um plano para ajudar os deslocados no sul, mas a sensibilidade de sua base não é mais tão favorável ao Hezbollah. Por outro lado, a maioria dos outros partidos é totalmente hostil ao Hezbollah e, mesmo que seus líderes tenham esperado antes de expressar abertamente suas críticas, elas já estavam no ar.

Quanto a isso, sem dúvida não há nada de novo. Mas recentemente circularam rumores de que alguns partidos estão se organizando e treinando para um possível confronto com o Hezbollah. Imediatamente, o espectro da guerra civil, em todos os seus estágios, que ocorreu entre 1975 e 1990, reapareceu. Obviamente, as partes envolvidas negam qualquer desejo de se envolver em um novo confronto armado e afirmam que suas críticas são apenas a expressão de uma posição política justificada. Da mesma forma, fontes militares bem-informadas negam totalmente os rumores de uma possível militarização do conflito político, garantindo-nos que não há preparativos nesse sentido. Declarações tranquilizadoras nestes tempos de ansiedade. Portanto, este não é o momento para discórdia.

José Alberto Rodríguez Avila, Cuba

 

29/09/2024

SCARLETT HADDAD
A pesar de las críticas a Hezbolá, no es momento para discordias internas entre los libaneses

 Scarlett Haddad, L’Orient-Le Jour, 28/9/2024
Traducido por Fausto Giudice, Tlaxcala

Scarlett Haddad es periodista y analista del diario francófono libanés L'Orient-Le Jour. Está especializada en cuestiones de política interior libanesa, así como en asuntos sirios, palestinos e iraníes desde la perspectiva libanesa, incluidos temas relacionados con Hezbolá y el conflicto árabe-israelí.

 En un momento en que libra una guerra feroz, aunque de apoyo [a los palestinos de Gaza], contra los israelíes, Hezbolá teme enfrentarse a disturbios internos. En un momento en que los habitantes del Sur han vuelto a tomar las calles por la violencia de los bombardeos israelíes en su región, se han alzado voces políticas y de otros ámbitos para criticar a Hezbolá y pedirle que cierre el «frente de apoyo». Esto puede ser pura coincidencia o la expresión del malestar popular ante este frente y la perspectiva de su expansión, pero también puede ser un paso en un plan para poner a Hezbolá contra la pared como preludio de su debilitamiento.


Después de haber evitado más o menos criticar a Hezbolá demasiado abiertamente, sobre todo tras la escalada israelí de los últimos días, algunas figuras políticas han decidido alzar la voz. Esto puede estar totalmente justificado por la intensificación y ampliación de los ataques israelíes contra varias regiones del Líbano y por la amenaza de una invasión terrestre, pero la simultaneidad de estas críticas plantea interrogantes a Hezbolá.

En un momento en que es objeto de ataques asesinos y está llevando a cabo una investigación interna sobre posibles infiltraciones, que sus adversarios aprovechan para minar su credibilidad entre sus partidarios, Hizbulá se pregunta si esta repentina oleada de críticas es espontánea o si está orquestada por partes extranjeras. También se pregunta si se trata sólo de un medio indirecto de presionarle para que acepte determinadas condiciones o si existe un plan más amplio.

Lo que más le llama la atención es el momento elegido para esta campaña, que se produce en un momento en el que se van a celebrar negociaciones sobre la tregua en Nueva York. Estas conversaciones, dirigidas por usamericanos y franceses, deberían suponer en principio un alto en los combates de 21 días, el tiempo necesario para llegar a un acuerdo sobre una solución en profundidad a la situación en la frontera sur de Líbano. Hezbolá, y con él el Líbano oficial, insisten en que el acuerdo abarque también Gaza, pero los israelíes y los estadounidenses quieren separar ambas cuestiones. Por tanto, podrían intentar presionar a Hezbolá para que cambie de opinión sobre este último punto.

Sin embargo, Hezbolá se mantiene firme en que seguirá apoyando a Hamás en Gaza a través del frente abierto en el sur del Líbano. Considera que todos los intentos de hacerle cambiar de opinión están condenados al fracaso, sobre todo porque, tras los últimos ataques israelíes, cualquier concesión por su parte sería interpretada como una derrota. Por ello, está dispuesto a afrontar las consecuencias de esta postura, pero lo que le preocuparía es que esta repentina oleada de críticas no fuera el preludio de un malestar interno. Además de los ataques israelíes, tendrá que hacer frente a las notorias discordias intercomunitarias, que se han convertido en una obsesión para él desde el golpe de Estado del 7 de mayo de 2008 y los enfrentamientos que le siguieron.

En los últimos meses, los allegados a Hezbolá consideran que uno de los mayores logros de la apertura del «frente de apoyo» ha sido la consolidación de las relaciones entre los partidarios del grupo y la calle suní favorable a Hamás. Esta especie de «luna de miel» que viven actualmente suníes y chiíes en Líbano, unidos por la causa palestina, permite a Hizbulá sentir que tiene las espaldas protegidas y, por tanto, dedicarse plenamente al frente y a su entorno popular. Además, el hecho de que de vez en cuando combatientes palestinos y otros de diversos grupos suníes lancen misiles contra el norte israelí desde el sur es una forma de mostrar el grado de entendimiento y coordinación entre ellos y Hezbolá. Del mismo modo, la acogida que reciben los desplazados del Sur en las regiones predominantemente suníes es una prueba más de las buenas relaciones que existen actualmente. Se trata de un golpe terrible a cualquier intento de desatar la discordia entre suníes y chiíes. Incluso después de los denominados atentados con buscapersonas y walkie-talkie, muchos jóvenes suníes, sobre todo de Tarik Jdidé, se apresuraron a donar sangre a los heridos.

En cuanto a la comunidad drusa, Hezbolá también puede estar tranquila por las posiciones adoptadas por su líder Walid Joumblatt, que ha expresado repetidamente su apoyo a la causa palestina y a Hamás en particular en esta guerra que dura ya más de 11 meses. También ha hecho numerosas declaraciones instando a los habitantes de la Montaña a abrir sus puertas a los desplazados del Sur, y ha aumentado el número de las llamadas reuniones de reconciliación y acercamiento con numerosos partidos de la Montaña y de otros lugares, con el objetivo declarado de cortar de raíz cualquier intento de discordia interna.

Quedan los cristianos, que parecen más difíciles de manejar para Hezbolá en el periodo actual. Sus relaciones con el CPL se han complicado y ya no puede contar con el apoyo incondicional de la base del partido. Es cierto que el CPL ha elaborado un plan de ayuda a los desplazados del sur, pero la sensibilidad de su base ya no es tan favorable a Hezbolá. Por otra parte, la mayoría de los demás partidos son francamente hostiles a Hezbolá y, aunque sus dirigentes hayan esperado antes de expresar abiertamente sus críticas, éstas ya estaban en el aire.

En este sentido, sin duda no hay nada nuevo. Pero últimamente circulan rumores de que algunos partidos se están organizando y entrenando para un posible enfrentamiento con Hezbolá. Inmediatamente, reapareció el espectro de la guerra civil, en todas sus fases, que tuvo lugar entre 1975 y 1990. Por supuesto, las partes implicadas niegan cualquier deseo de entablar un nuevo enfrentamiento armado y afirman que sus críticas no son más que la expresión de una posición política justificada. Del mismo modo, fuentes militares bien informadas niegan totalmente los rumores de una posible militarización del conflicto político, asegurando que no hay preparativos en ese sentido. Declaraciones tranquilizadoras en estos tiempos de zozobra. Así pues, no sería momento para la discordia.

José Alberto Rodríguez Avila, Cuba

 

12/10/2021

AMENA ELASHKAR
El Líbano en las tinieblas

Amena ElAshkar, The Electronic Intifada, 4/10/2021
Fotos de Ahmad Abu Salem

Traducido del inglés por Sinfo Fernández, Tlaxcala

 

Amena ElAshkar es una refugiada palestina y periodista en el Líbano, trabajando en Alaraby TV Network y escribiendo para varios sitios internacionales. Tiene un máster en Estudios Israelíes por la SOAS (Universidad de Londres) y una licenciatura en Interpretación y Traducción de Lenguas por la Universidad Internacional del Líbano.

 

 Burj al-Barajneh, un campo de refugiados palestinos en Beirut, se ha visto afectado por los cortes de electricidad durante todo el verano

Umayma al-Ali mantuvo la puerta de su casa abierta de par en par durante los meses de verano. Dejar que la brisa del mar entrara en su casa significaba que al menos el salón estaría fresco. Era la única zona a la que alcanzaba la luz solar.

Como tantos otros en el campo de refugiados de Burj al-Barajneh, al-Ali y su familia sufrieron unos meses de verano extremadamente duros.

Los precios de los alimentos eran altos y ella solo podía permitirse comprar carne -un alimento básico en su dieta- de vez en cuando.

Intentó congelar la carne. Sin embargo, debido a la escasez de electricidad, su congelador no podía contar con un suministro de energía constante.

“La carne se me descongeló varias veces, pero nos la comíamos de todos modos”, dijo. “Sé que no es saludable. Pero con el precio que pagué por ella, me resultaría muy difícil tirarla”.

“Convertirme en vegetariana no cambiaría mucho las cosas”, añadió, riendo como para demostrar que su sentido del humor sigue intacto a pesar de todas las dificultades. “En estos días de calor, las verduras se pudrirían enseguida”, dijo.

06/08/2021

BISSAN FAKIH
Un año después de la explosión en Beirut, el Líbano está más destrozado que nunca

Bissan Fakih بيسان فقيه, Al-Jumhuriya, 3/8/2021
Traducido del inglés por Sinfo Fernández 

Bissan Fakih es una estratega y formadora de campañas y defensa de derechos en Beirut (Líbano). Durante la última década, ha trabajado con la sociedad civil y los movimientos de base para dar fuerza a las demandas en torno a los derechos humanos, la paz y la justicia. Su enfoque de las campañas se basa en el pensamiento feminista, insistiendo en que el liderazgo lo asumen las comunidades directamente afectadas por un problema. Apoya a las organizaciones y movimientos en el diseño de estrategias de campaña y promoción y domina las herramientas para ponerlas en práctica. @Bissan_Fakih

Desde la oscuridad de una ciudad con apenas suministro eléctrico, Bissan Fakih relata la explosión que devastó la capital del Líbano hace un año, y traza el vertiginoso colapso del país, hundido desde entonces en la más absoluta disfunción y desesperación.

Como muchos otros en la ciudad, sentí la explosión en dos oleadas.  

Durante la primera salté del sofá para mirar por las ventanas, buscando el humo o los escombros del ataque aéreo que estaba segura acababa de producirse. Mi apartamento tiene vistas al barrio de Sin al-Fil, plagado de rascacielos de cristal. El sol caía sobre ellos de tal manera a las 6:08 de la tarde que, en medio de mi pánico, pensé que los destellos anaranjados eran cohetes o fuegos que se precipitaban sobre el suelo. La segunda oleada fue tan fuerte que estaba convencida de que el edificio estaba derrumbándose. Entrenada por los años de inquietud de mi madre, envié una nota de voz al grupo familiar de WhatsApp solo segundos después de que terminara: “¡Hay ataques aéreos, pero estoy bien! ¡Hay ataques aéreos, estoy bien!” Agarré mi cartera, las llaves y un cargador de teléfono, corrí hacia la puerta y envié otra nota de voz: “¡Decidme qué está pasando, por favor, que alguien me diga qué está pasando!” Y luego un mensaje de texto, por si no hubieran escuchado mis notas de voz: “Dile a mamá que estoy bien”. En los días siguientes, cuando el sonido de los vidrios rotos crujía bajo nuestros pies, y cuando mis rodillas no dejaban de temblar, supe de muchos padres que no pudieron llegar nunca hasta sus hijos ese día.  

Durante todo ese verano nos habíamos estado sintiendo como si estuviéramos cerca de una implosión. La moneda nacional había perdido el 80% de su valor. Los bancos nos habían robado el dinero y los ahorros de toda la vida, excepto el de los muy ricos y bien conectados, que habían logrado sacar sus millones de contrabando. Las profundidades en las que pronto nos hundiría la crisis económica se hicieron más evidentes, y la gente tenía que pelear ya para poder comer, encontrar medicinas y educar a sus hijos. La pandemia de la covid-19 había acelerado nuestro declive y nos había obligado a abandonar las calles, donde muchos habían permanecido desde que estalló el levantamiento contra el régimen por todo el país en octubre de 2019. Habíamos pasado de la euforia de la revolución, de reclamar nuestras plazas públicas y bailar entre nosotros en las calles, a lo surrealista de los toques de queda, las mascarillas, y las imágenes perturbadoras de los entierros masivos en Italia y Nueva York. En el sofocante calor y la humedad de julio y agosto, la realidad de nuestra desaparición, y lo larga y dolorosa que sería, había quedado claramente establecida. Los signos de la descomposición ya estaban allí.

Y luego el mundo estalló a nuestro alrededor.

Poco después de la explosión, los llamamientos para pedir sangre cero negativo estuvieron sonando por toda la ciudad y más allá para nuestros miles de heridos. Me puse dos mascarillas y conduje hasta el hospital Hôtel-Dieu para donar. Mis neumáticos crujieron sobre los cristales rotos durante todo el viaje, a pesar de que estaba a kilómetros del epicentro de la explosión. Me di cuenta de mi error rápidamente a medida que me acercaba al hospital: era un automóvil más en medio del tráfico que transportaba a los heridos en busca de ayuda y familiares que venían a buscar a sus seres queridos desaparecidos. Un voluntario de la Cruz Roja saltó de una ambulancia, agitando los brazos, gritando y suplicando a los automóviles que se movieran para dejar pasar a la ambulancia. Salí de la carretera lo más rápido que pude, pero en la oscuridad, en medio de los crujidos, me asombró la visión apocalíptica de los autos y la gente que los conducía. Cáscaras de metal, con todas las ventanillas voladas, y sus conductores, algunos gritando por los teléfonos, otros silenciosos y angustiados, con los ojos muy abiertos, las luces delanteras iluminando fragmentos de vidrio rotos. 

Mi mente ansiosa, que durante años había controlado y atemperado el miedo a base de hacer listas, hizo otra más para la ciudad: encontrar a los desaparecidos, ayudar a los heridos, enterrar a los muertos, vengarnos.