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La estación de metro Argentine en París se llamaba hasta 1948 Obligado, en conmemoración de la victoria argentina del 20 de noviembre de 1845, cuando la Confederación Argentina infligió una derrota decisiva a las fuerzas anglo-francesas en la Vuelta de Obligado, en el río Paraná. El 20 de noviembre, que se convirtió en día feriado bajo el nombre de Día de la Soberanía Nacional en 1974, se ha trasladado este año al 24 de noviembre, para permitir un fin de semana largo del 21 al 24, un regalo del gobierno de Milei a la industria hotelera y turística. Con motivo de esta celebración, publicamos un pequeño libro que explica hasta qué punto la «soberanía nacional» argentina se encuentra en mal estado. A continuación, su presentación.
“En
el territorio más rico del planeta vive un pueblo pobre, mal alimentado
y con salarios de miseria. Mientras los argentinos no recuperemos para
la nación y el pueblo el control de nuestras riquezas, no seremos ni una
nación soberana ni un pueblo feliz.”
Arturo Jauretche (1901-74)

En esta recopilación se incluyen tres artículos publicados en octubre y noviembre de 2025 sobre la involución y los retos de la catastrófica crisis que atraviesa Argentina, un país que fue el «granero del mundo» en el siglo pasado y que hoy se ha convertido en su basurero transgénico. Alrededor de 18 millones de hectáreas (con variaciones anuales), la mitad de la superficie dedicada a los «grandes cultivos», se dedican al cultivo de soja transgénica, un cereal verdaderamente diabólico que ahora «alimenta» no solo a las vacas y los cerdos de la mitad del planeta, empezando por China e Israel, sino también a los niños de las escuelas desde el Río de la Plata hasta Tierra del Fuego.
Los argentinos, los mayores consumidores de carne del mundo después de los norteamericanos, ya no pueden permitirse la carne que tanto les gusta para sus asados. Siete de cada diez niños argentinos no comen lo suficiente. Javier Milei, el hombre de la motosierra, no es el único responsable de esta catástrofe, solo es el ejecutor de las tareas sucias, al servicio de los yanquis y sus secuaces del Banco Mundial y el FMI. Los chinos desempeñan un papel nada desdeñable en el juego de póquer mentiroso que se juega a costa de los pobres y los empobrecidos. Han tomado al pie de la letra el lema del camarada Deng Xiaoping: «No importa si el gato es negro o blanco, lo importante es que cace ratones». Todos somos potenciales ratones argentinos. Lean y comprenderán.
ÍNDICE
Argentina: laboratório de la pobreza bajo tutela usamericana
La guerra de la soja: anatomía de una semilla
Cómo la soja, entre China, USA y Brasil, se convirtió en el nervio oculto del comercio mundialLa semilla, la bestia y la deuda
Argentina, su soja, su carne y su deuda en el nuevo orden alimentario mundial
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