Traducido del inglés por Sinfo Fernández, Tlaxcala
Los crímenes de guerra en el conflicto sirio han sido documentados y archivados casi exclusivamente por investigadores independientes. Estos primeros aficionados ahora están allanando el camino para una nueva forma de rendir cuentas.
Cuando los primeros manifestantes fueron abatidos a tiros en las calles de Siria en marzo de 2011, el mundo fue testigo de sus muertes a través de videos granulosos subidos a Internet por los activistas.
El régimen sirio, temiendo que el levantamiento masivo a favor de la democracia condujera a su derrocamiento, dirigió sus fuerzas de seguridad contra los manifestantes, deteniendo y matando a miles de activistas.
Siria, cerrada en gran medida al mundo exterior, se convirtió en uno de los primeros conflictos en ser monitoreados, relatados y archivados casi exclusivamente por periodistas ciudadanos e investigadores aficionados.
A miles de kilómetros de distancia, los investigadores trabajaron para verificar las imágenes de los crecientes bombardeos del régimen, mientras que otros colaboraban con los sirios sobre el terreno para contar el número de muertos tras las numerosas masacres en Siria.
El trabajo de estos antiguos aficionados allanó el camino para una nueva forma de periodismo que identificaba las armas utilizadas contra la población civil, contaba a los muertos y registraba los nombres de los desaparecidos.
Se espera que algún día las víctimas puedan utilizar su trabajo para que los responsables de todos esos actos puedan rendir cuentas.