por Anjuman Rahman انجمن رحمان , Middle East Monitor, 10/5/2021
Traducido del inglés por Sinfo Fernández
La violencia se ha convertido en una característica
permanente del Ramadán para el pueblo de la Palestina ocupada. El primer día
del mes de ayuno de este año comenzó con el ejército israelí rompiendo las
cerraduras y cortando los cables de los altavoces en la mezquita de Al-Aqsa, en
Jerusalén, para silenciar las llamadas vespertinas a la oración. En otro
movimiento de provocación, Israel permitió que solo 10.000 palestinos entraran
en Jerusalén desde Cisjordania.
Fuerzas israelíes detienen
a una mujer palestina durante una manifestación en la barriada de Sheikh Jarrah en protesta contra los planes
del gobierno israelí para expulsar de sus hogares a las familias palestinas que
viven en Jerusalén Este, 5 de mayo de 2021. (Foto:
Mostafa Alkharouf/Anadolu Agency)
El primer viernes del mes, solo 70.000 musulmanes
pudieron rezar en la mezquita de Al-Aqsa; un viernes de 2019 había 200.000
fieles en el noble santuario. Y no era algo inusual.
Colonos extremistas israelíes acosan a los palestinos en Jerusalén. Viñeta de Mohamed Sabaaneh/Middle East Monitor |