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27/12/2021

Paul McLoughlin
Los investigadores que trabajan para sacar a la luz los crímenes de guerra en Siria

Paul McLoughlin, The New Arab, 22/12/2021
Traducido del inglés por
Sinfo Fernández, Tlaxcala

Los crímenes de guerra en el conflicto sirio han sido documentados y archivados casi exclusivamente por investigadores independientes. Estos primeros aficionados ahora están allanando el camino para una nueva forma de rendir cuentas.

Cuando los primeros manifestantes fueron abatidos a tiros en las calles de Siria en marzo de 2011, el mundo fue testigo de sus muertes a través de videos granulosos subidos a Internet por los activistas.

 El régimen sirio, temiendo que el levantamiento masivo a favor de la democracia condujera a su derrocamiento, dirigió sus fuerzas de seguridad contra los manifestantes, deteniendo y matando a miles de activistas.

 Siria, cerrada en gran medida al mundo exterior, se convirtió en uno de los primeros conflictos en ser monitoreados, relatados y archivados casi exclusivamente por periodistas ciudadanos e investigadores aficionados.

A miles de kilómetros de distancia, los investigadores trabajaron para verificar las imágenes de los crecientes bombardeos del régimen, mientras que otros colaboraban con los sirios sobre el terreno para contar el número de muertos tras las numerosas masacres en Siria.

El trabajo de estos antiguos aficionados allanó el camino para una nueva forma de periodismo que identificaba las armas utilizadas contra la población civil, contaba a los muertos y registraba los nombres de los desaparecidos.

Se espera que algún día las víctimas puedan utilizar su trabajo para que los responsables de todos esos actos puedan rendir cuentas.

10/12/2021

Vidas destrozadas: Comprender las necesidades psicosociales y de salud mental de las mujeres y l@s niñ@s en el noroeste de Siria

World Vision’s Syria Response, World Vision, 5/12/2021
Traducido del inglés por
Sinfo Fernández, Tlaxcala

Aproximación al impacto en la salud mental de la guerra, la violencia y el desplazamiento en el noroeste de Siria, aunque hay vacíos y limitaciones significativos que siguen incidiendo negativamente en la respuesta del personal de Salud Mental y Apoyo Psicosocial (MHPSS, por sus siglas en inglés).

Entre el 28 de septiembre y el 5 de octubre de 2021, el equipo de World Vision's Syria Response (WVSR) entrevistó a 16 miembros de MHPSS, entre los que figuraban miembros de los equipos de World Vision y colegas de seis Organizaciones No Gubernamentales (ONG) sirias que trabajan en el noroeste del país. 


 
Introducción

Más de una década de guerra en Siria ha expuesto a mujeres, niñas, hombres y niños a violencia, traumas y desplazamientos múltiples junto con unas condiciones de vida extremadamente duras. Este es el caso del noroeste del país, donde 2,8 millones de sirios siguen desplazados internamente y necesitan ayuda humanitaria. La mitad de las personas que viven en esta región son niños y niñas; la gran mayoría experimenta síntomas de trastorno de estrés postraumático (TEPT) al haber nacido y crecido en un entorno de conflicto. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), una de cada diez personas vive con una problemática de salud mental de leve a moderada en Siria, mientras que una de cada treinta es probable que sufra situaciones más severas que pueden tener un impacto paralizante en su vida diaria. Mientras tanto, se estima que el 75% de las personas ya vulnerables que viven con problemas de salud mental no reciben ningún tipo de tratamiento. En consecuencia, se está produciendo una prolongada emergencia de salud mental, con síntomas preocupantes observados especialmente entre las mujeres, las niñas y los niños desplazados.

La mitad de los niños de Siria no han conocido más que guerra y violencia, y han tenido que crecer en uno de los lugares más peligrosos del mundo para la infancia. Viven temiendo constantemente por sus vidas y corren el riesgo continuo de que se les inflijan graves violaciones. Las víctimas infantiles se encuentran entre las más altas de los conflictos modernos; los ataques a la educación y la atención sanitaria son los más constantes a nivel mundial desde 2014. UNICEF estima que un niño ha resultado herido o muerto cada ocho horas de media durante los últimos diez años de conflicto. La violencia doméstica y el matrimonio infantil forzado y precoz también son frecuentes entre las mujeres y las niñas en particular, mientras que la actual pandemia de COVID-19 ha exacerbado aún más sus vulnerabilidades y su salud mental. Como resultado, un mayor número de niñas se ven obligadas a contraer matrimonio a edad temprana en el noroeste de Siria. Mientras tanto, los sectores de la protección y la salud siguen sufriendo una enorme falta de financiación. Según un reciente análisis del déficit de financiación de octubre de 2021 para el noroeste de Siria, hasta ahora solo se ha conseguido el 9% de los fondos necesarios para la respuesta sanitaria, con más de 2,5 millones de personas afectadas por la escasez de fondos, en comparación con el 66% de los fondos para la protección, con 0,6 millones de personas afectadas por el déficit de financiación.

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03/12/2021

¿Por qué el consenso de la UE sobre Siria podría estar deshaciéndose lentamente?

Giorgio Cafiero & Alexander Langlois, The New Arab, 30/11/2021
Traducido del inglés por
Sinfo Fernández, Tlaxcala

Giorgio Cafiero es el director general de Gulf State Analytics, una consultora de riesgos geopolíticos en Washington. @GiorgioCafiero

 

Alexander Langlois es un analista usamericano de política exterior que centra sus trabajos en cuestiones de Oriente Medio y Norte de África. @langloisajl

La unidad del bloque respecto a la ilegitimidad del régimen de Assad se ha debilitado en los últimos años, impulsada en parte por los Estados miembros de derecha que ven la guerra de Siria a través del prisma de la migración.

El conflicto de Siria, que dura ya casi once años, sigue siendo un tema que divide a Europa y contribuye a las preocupaciones más amplias sobre seguridad y migración en todo el continente.

 Aunque durante años los Estados miembros de la Unión Europea (UE) se han mantenido en gran medida alineados en su posición respecto a la ilegitimidad del régimen sirio, la unidad del bloque tras esta postura se ha ido debilitando en los últimos años.

 La situación en Afganistán, junto con muchos otros factores, podría acelerar la erosión de tal consenso, antaño sólido, contra el régimen de Damasco.

 Los últimos acontecimientos han reavivado los temores de una nueva oleada de migrantes. Son los mismos temores que siguieron a la “crisis migratoria” de 2015-2016, que catalizó la renovación de la extrema derecha en toda Europa y el discurso político antiinmigración.

 Esta “crisis”, en la que 1,3 millones de refugiados emigraron a Europa en busca de asilo, fue explotada por los partidos de derecha y construyó efectivamente una base de apoyo para que los líderes volvieran a comprometerse con Damasco, especialmente en el este y el sur de Europa.

 Puede decirse que el húngaro Viktor Orban es el líder del bloque europeo antiinmigrante y de extrema derecha. Desde que en 2019 salieron a la luz los primeros rumores sobre los planes del primer ministro populista  para normalizar las relaciones con Assad, Budapest ha implementado activamente acciones concretas esbozadas en el documento, como el envío de un chargé d’affairs a Damasco en 2020.

 Serbia, Chipre y Grecia han vuelto a normalizar recientemente sus relaciones formales con el gobierno de Siria, mientras que Bulgaria y la República Checa nunca rompieron relaciones diplomáticas con Damasco.

 Además, el gobierno nacionalista de Polonia podría volver a formalizar sus relaciones diplomáticas con Damasco, teniendo en cuenta sobre todo su tradicional postura de línea dura sobre la migración y los recientes problemas fronterizos con Bielorrusia. Tal vez Austria, cuyo exministro de Asuntos Exteriores dijo hace seis años que “en esta lucha [contra el Estado Islámico] estamos del mismo lado [que Assad]”, pueda moverse también en esta dirección.

24/11/2021

TREVOR AARONSON
Los bombardeos dirigidos por USA que acabaron con el “califato” del ISIS mataron a decenas de civiles

 Trevor Aaronson, The Intercept, 18/11/2021
Traducido del inglés por
Sinfo Fernández, Tlaxcala

Trevor Aaronson es redactor de The Intercept y becario del programa de la Universidad de Arizona Future Security 2020 en la Fundación New America. También es director ejecutivo de la organización sin ánimo de lucro Florida Center for Investigative Reporting y autor de “The Terror Factory: Inside the FBI's Manufactured War on Terrorism”. Su conferencia TED de 2015, “Cómo esta estrategia del FBI está creando realmente terroristas con base en Estados Unidos”, ha sido vista más de un millón de veces y traducida a más de 20 idiomas. Dos veces finalista de los Premios Livingston, Aaronson ha ganado el Premio Nacional de Periodismo Molly, el Premio Internacional de Periodismo de Datos y el Premio John Jay College/Harry Frank Guggenheim a la Excelencia en la Información sobre Justicia Penal. Su trabajo para The Intercept ha sido galardonado con los Premios al Periodismo Online por el periodismo de investigación de datos y la redacción de artículos. @trevoraaronson

La campaña aérea en el este de Siria desalojó al grupo terrorista del último territorio que controlaba, pero costó un número incalculable de vidas.


 Foto tomada por el ciudadano estadounidense Russell Dennison, tras incorporarse al ISIS, después de los bombardeos de la coalición estadounidense en la rotonda de Sousa, Siria, en enero de 2019
(Foto obtenida por The Intercept)

 

En los fríos meses finales de 2018 y principios de 2019, la coalición liderada por Estados Unidos intensificó su campaña de bombardeos y artillería en el este de Siria como parte de un esfuerzo final para despojar al Estado Islámico de cualquier territorio que el grupo aún controlara. La campaña aérea tenía dos objetivos: debilitar a las fuerzas del ISIS sobre el terreno y empujar a los combatientes y civiles restantes hacia el sur a lo largo del río Éufrates. Los combatientes kurdos, aliados de la coalición, tomarían entonces el control de los pueblos bombardeados.

 

Los últimos combatientes del ISIS fueron finalmente acorralados en marzo de 2019 en un pequeño pueblo llamado Baghuz, entre el Éufrates y la frontera iraquí. El ISIS hizo su última parada allí, los combatientes se mezclaron con los miembros de sus familias y los civiles atrapados por el conflicto mientras la coalición liderada por Estados Unidos machacaba la aldea desde el aire.”

 

“Es difícil imaginar que pueda sobrevivir alguien”, dijo el reportero de CBS News Charlie D'Agata, que observó los ataques aéreos desde el suelo cerca de Baghuz en marzo de 2019.

 

En una investigación publicada el pasado fin de semana, el New York Times contó la historia de uno de esos asaltos. El 18 de marzo de 2019, la Fuerza Aérea estadounidense lanzó una bomba de unos 230 kilos, seguida de dos explosivos de 1.000 kilos, sobre una multitud de mujeres y niños cerca del río en Baghuz.

 

“¿Quién ha lanzado eso?”, escribió en un chat protegido un analista del Departamento de Defensa que supervisaba un avión no tripulado, según el artículo del Times.

 

“Acabamos de caer sobre 50 mujeres y niños”, respondió otro analista.

 

El Times describió el ataque aéreo como “uno de los mayores incidentes con víctimas civiles de la guerra contra el Estado Islámico”. Esto salió a la luz solo después de que las investigaciones, incluidas las del inspector general independiente y de la Oficina de Investigaciones Especiales de la Fuerza Aérea, acabaran bloqueadas o enterradas.

 

Pero este bombardeo de mujeres y niños no fue un trágico accidente en una campaña aérea por lo demás controlada y estrechamente vigilada. El bombardeo fue, de hecho, uno de los últimos ataques en una cadena de meses que mató a decenas de civiles. Lo sé porque estuve en contacto casi a diario con un estadounidense que vivió esos bombardeos hasta que murió en un ataque aéreo en Baghuz, probablemente justo antes del bombardeo que describe el Times.

 

Russell Dennison, que fue uno de los primeros estadounidenses en unirse al ISIS como combatiente, me envió en secreto más de 30 horas de grabaciones desde agosto de 2018 hasta febrero de 2019. Las grabaciones posteriores de Dennison capturaron el estruendo de los ataques aéreos que él y su pequeña familia presenciaron, y Dennison me envió regularmente fotografías de las secuelas. Cuento la historia de Dennison, incluidas sus descripciones de la campaña de bombardeos de la coalición liderada por Estados Unidos, en “American ISIS”,  un podcast documental de ocho episodios de Audible Original publicado en julio por The Intercept y Topic Studios.

 

08/11/2021

ASSER KHATTAB
Robert Fisk, el hombre que murió dos veces


Asser Khattab, Raseef22.net, (original árabe, 2/11/2020, versión inglesa, 30/10/2021)
Traducido del inglés por Sinfo Fernández, Tlaxcala

 

Asser Khattab es un periodista sirio que cubrió la guerra civil siria durante seis años para el Financial Times, el Washington Post y otros medios de comunicación. Actualmente es el responsable de comunicación regional para Oriente Medio y el Norte de África de la Comisión Internacional de Juristas. Vive en Francia desde 2020. @KhattabAsser

No fue fácil que los romanos prestaran atención a Marco Antonio, a pesar del sentido discurso que pronunció, que se niega a abandonar la memoria de cualquiera que lea su adaptación en la obra Julio César de William Shakespeare. Aliado del renombrado líder, se presentó para dirigirse a una nación dividida tras el asesinato de César a manos de los senadores en el año 44 a.C. De los que apoyaban a Bruto, Casio y los suyos, que preferían preservar la democracia de la República frente a la obediencia ciega a este autoproclamado “dictador vitalicio”, no estuvo dispuesto a escuchar ninguna veneración y glorificación en su memoria.
Pero Antonio dejó claro pronto su propósito:

He venido a enterrar a César, no a alabarlo.

El mal que hacen los hombres les sobrevive;

El bien suele quedar sepultado con sus huesos;

Que así suceda con César.

 

Estas palabras me vinieron a la mente desde el momento en que leí la noticia de la muerte del periodista británico Robert Fisk en la noche del domingo. Fisk había fallecido a la edad de 74 años de un ataque al corazón en la víspera del 2 de noviembre de 2020. A los ojos de algunas de las personas que lo conocieron o de quienes siguieron su trabajo en todo el mundo, Robert Fisk era un periodista audaz, valiente, inteligente, ingenioso, perspicaz y que desafiaba a la autoridad, además de un escritor brillante. A los ojos de muchos otros, Robert Fisk nunca tuvo la audacia, el coraje o la credibilidad de la que tanto hablaba el otro bando, o bien la había perdido con el inicio de la Primavera Árabe de 2010, concretamente la revolución siria que estalló el 15 de marzo de 2011 y que, en palabras de muchos, fue “traicionada” por Fisk.

Fisk en Duma, 2018 

Hay otro grupo de personas que optó por permanecer en silencio a pesar de tener mucho que decir. Quizá la razón por la que se abstuvieron de hacerlo fue que consideraban válidos los puntos de vista de cada uno de los dos equipos anteriores, lo que hacía que hablar de Fisk en un momento como éste fuera tan peligroso como caminar por un campo de minas o tocar un interruptor eléctrico expuesto después de una noche de lluvia.

 

Para mí, Fisk era el hombre al que admiré durante mis años de estudiante universitario en el campo de los medios de comunicación, y cuyo nombre era mencionado por quienes me deseaban éxito profesional en el futuro: “¡Espero verte convertido en el próximo Robert Fisk!”... A menudo escuchaba estas palabras de los miembros de mi familia, que adoraban las agudas críticas de Fisk a la ocupación israelí y sus crímenes en Palestina. También las escuché en la escuela de mi profesor, que había huido con la comunidad armenia del centro de Turquía al norte de Siria tras el genocidio armenio que tuvo lugar hace más de cien años, elogiando a Robert Fisk y su papel al escribir sobre dicho genocidio.

 

Durante mis años de universidad, leía cuidadosamente todos los artículos famosos escritos por Fisk, copiando algunos de ellos en papel para mejorar mi escritura en inglés. Intentaba tener cuidado al leer o copiar artículos delicados, como aquel en el que hablaba de la masacre de Hama cometida por el anterior régimen de Asad (padre y tío Asad) en la década de 1980 y detallaba el bombardeo de mezquitas e instalaciones residenciales, además de otros en los que hablaba de la naturaleza dictatorial del régimen de Asad. Recuerdo un artículo que escribió en 2006 sobre el Ministerio de Información sirio, un artículo que compartí en secreto con algunos de mis compañeros de entonces para que vieran el caos y la corrupción de la institución a través de los ojos de un distinguido reportero extranjero. Cuando escribí sobre “El caos del Ministerio de Información sirio en tiempos de guerra” para Raseef22 y de nuevo mientras preparaba este artículo, busqué ese artículo muchas veces pero no fui capaz de encontrarlo.

 

Lo que Fisk escribió sobre el Líbano, sus políticos y la guerra civil de ese país se convirtió en la causa principal de mi gran interés por la política del país vecino que siempre he amado, disfrutado visitándolo y en el que más tarde busqué refugio.

 

26/10/2021

Carta abierta de l@s profesor@s del noroeste de Siria a los líderes del mundo

The Syria Campaign, 25/10/2021
Traducido del inglés por
Sinfo Fernández, Tlaxcala 

 

Dos pequeñas lloran aterradas tras los ataques que mataron a diez personas, entre ellas cuatro estudiantes, en la ciudad de Ariha, Idlib, al noroeste de Siria (Foto vía Cascos Blancos)

🚩Si eres educador·a y quieres firmar esta carta en solidaridad con l@s profesor@s siri@s, envía un correo electrónico a info[at]thesyriacampaign.org  con tu nombre completo y tu afiliación.

A los líderes mundiales:

Somos los profesores de los alumnos del noroeste de Siria que son atacados deliberadamente en sus casas, en las aulas y mientras se dirigen a la escuela. Vamos a trabajar con miedo a que se produzca otro ataque, un día traumatizante más, que sabemos afectará a nuestros alumnos para el resto de sus vidas.

Nuestra carta no puede ser más urgente. En la madrugada del miércoles 20 de octubre, cuatro estudiantes y nuestro colega, el profesor de árabe Qamar Hafez, murieron trágicamente de camino a la escuela cuando las fuerzas gubernamentales sirias atacaron con proyectiles de artillería la ciudad de Ariha, en el sur de Idlib.

Al menos 55 niños han sido asesinados en los últimos cuatro meses por los gobiernos sirio y ruso, casi un niño cada dos días, y un millón de niños en Idlib están aterrorizados de poder ser los siguientes o de perder a su mejor amigo en cualquier momento. Al igual que los profesores de todo el mundo, estamos profundamente comprometidos con los niños a los que enseñamos, y hacemos todo lo que podemos para intentar protegerlos, pero no es suficiente. Necesitamos que los líderes mundiales detengan los ataques y garanticen que los niños estén a salvo y puedan continuar su educación.

Estamos entrenados para evacuar el aula cuando caen las bombas. Hacemos simulacros regularmente con los niños, ya que solo disponemos de unos minutos cuando hay un aviso de que se acerca un bombardero, así que tenemos que movernos rápido. El entrenamiento en sí puede ser confuso para los niños pequeños, que no entienden qué estamos practicando.

Cuando hay un avión de guerra cerca, pedimos a los niños que mantengan la calma y los llevamos a un refugio, normalmente una pequeña habitación bajo la escalera, donde nos escondemos durante horas hasta que es seguro salir. Esos son los momentos más difíciles. Respondemos a las llamadas y los mensajes de texto de los padres, y hacemos todo lo posible para ayudar cuando los niños entran en pánico y piden volver a casa.

Una de nuestras estudiantes, Yamila al Yasem, de diez años, fue asesinada en julio. Ya había Ya había huido de su casa muchas veces debido a los ataques, pero no quedaba ningún lugar seguro al que ir y, a las 5 de la mañana del 12 de julio, las fuerzas de Asad bombardearon su casa matando a Yamila. Ninguno de sus compañeros de tercer grado se sentó en la silla de Yamila durante todo un mes hasta que llegó un nuevo alumno. Nuestras escuelas ya han sido objeto de ocho ataques en 2021 y nos preocupa que cada vez sean menos los niños que regresan a la escuela cada año escolar. El intenso miedo ha hecho que muchos estudiantes se aíslen y se depriman. La mitad de los niños en edad escolar en el noroeste de Siria están ya fuera de la escuela debido a los bombardeos y los desplazamientos. Estos niños necesitan desesperadamente la rutina y los sistemas de apoyo que conlleva la escuela.

Se supone que las escuelas son un espacio seguro para que los niños aprendan y crezcan, no un objetivo de aviones de guerra y misiles. Como profesores, seguiremos yendo a trabajar aunque tengamos que arriesgar nuestras vidas bajo las bombas, pero necesitamos que la comunidad internacional actúe para poner fin a los ataques y hacer que Rusia y el gobierno sirio rindan cuentas de tan horribles crímenes para que nuestras aulas puedan volver a estar llenas de estudiantes.

Firmantes

 

 

01/10/2021

MARTIN CHULOV
Asad, el proscrito, se vende a Occidente como la clave de la paz en Oriente Medio

Martin Chulov, The Guardian, 26/9/2021
Traducido del inglés por Sinfo Fernández, Tlaxcala
 


Martin Chulov cubre la información sobre Oriente Medio para The Guardian desde hace dieciséis años. En 2015 recibió el Premio Orwell de periodismo.@martinchulov

Tras diez años de derramamiento de sangre, los aliados extranjeros intentan rehabilitar al líder sirio


Carteles en Damasco con imágenes de Bashar al-Asad poco antes de las elecciones presidenciales del pasado mayo (Foto: Firas Makdesi/Reuters)

 
Qamishli, Siria.- Durante casi una década fue un paria que luchaba por conseguir alguna reunión en el extranjero o incluso por hacerse valer ante sus visitantes. En gran medida solo en su palacio, excepto por la presencia de sus ayudantes de confianza, Bashar al-Asad presidía un Estado roto cuyos escasos amigos exigían un precio humillante para protegerle y no temían demostrarlo.
Durante sus viajes regulares a Siria, Vladimir Putin organizó reuniones en bases rusas, obligando a Asad a ir trás de él en los actos. Irán impuso con demasiada facilidad su voluntad, dictando a menudo las condiciones militares o dejando de lado al líder sirio en decisiones que determinaban el curso de su país.
Pero con el estruendo de la guerra y la insurrección retrocediendo y una región exhausta que intenta configurarse nuevamente tras diez años agotadores, está surgiendo una dinámica improbable: Asad, el marginado, está siendo muy requerido. Los enemigos que se oponían a él cuando Siria se desintegraba, consideran cada vez más a Damasco como la clave para recomponer una región rota. La barbarie que supuso la muerte de medio millón de personas,-las autoridades dejaron de contar las víctimas en 2015- ya no parece ser el obstáculo que era. Tampoco lo es el papel central de Asad en una catástrofe que desarraigó a la mitad de la población del país e infectó el cuerpo político de Europa y más allá.

06/09/2021

OMAR SABBOUR
Solidaridad S.A.
Una crítica árabe de los “antiimperialistas adolescentes” occidentales

 Omar Sabbour, New Politics, julio-agosto de 2021
Traducido del inglés por Sinfo Fernández, Tlaxcala


 INDICE

 Parte I.- La industrialización de la solidaridad (pág. 2)
Parte II.- Las recetas de los antiimperialistas occidentales para sus homólogos árabes
(pág. 12)
Parte III.- La ausencia de protestas
(pág. 23)

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29/07/2021

El fotógrafo sirio Bassam Khabieh da testimonio en su libro “Witnesses to War” de los niños bombardeados de Siria

 

John Washington y Elise Swain, The Intercept, 25/7/2021

Traducido del inglés por Sinfo Fernández

Bebé rescatado de entre los escombros por los Cascos Blancos y miembros de la comunidad de Duma, Siria, el 7 de enero de 2014. “Conozco al niño”, dijo Bassam Khabieh a The Intercept. “Se quedó huérfano dos años después… Eso es la guerra. Es demasiado duro para todos. Este libro está dedicado a esos niños”.
(Foto: Bassam Khabieh/Reuters)
 

En su libro “Testigos de la guerra”, el fotógrafo Bassam Khabieh confronta al mundo con la vida y la muerte en la guerra siria, que dura ya más de diez años.

En 2020, un padre joven en Idlib, Siria, publicó un video de él mismo haciendo reír a su hija de cuatro años al escuchar unas bombas que cada vez sonaban más cerca. En el video, se puede escuchar un estruendo, después, la pequeña de mejillas rosadas, de pie en un sofá junto a su padre, estalla en carcajadas. Entre chillidos, dice: “¡Sí, es muy divertido!”

El video capta la paradoja de Siria: en medio del sufrimiento, la destrucción y la muerte generalizados, la vida continúa de alguna manera. Esta perseverancia dolorosa se refleja conmovedoramente en “Witnesses to War: The Children of Syria” [Testigos de la guerra: Los niños de Siria], un nuevo libro de fotografías de Bassam Khabieh.

En 2011, cuando se inició el conflicto, Khabieh se vio obligado a tomar fotografías no porque quisiera ser fotógrafo, sino porque estaba en posición única para documentar su propia comunidad y los horrores que estaba soportando. Como informante cuyas fotografías pronto se distribuyeron por todo el mundo, Khabieh se convirtió en un reportero gráfico que se negó a mirar hacia otro lado cuando el país empezó a arder a su alrededor. Tomó fotografías de sus amigos, parientes y comunidad mientras sucumbían a los bombardeos, los ataques químicos, el empobrecimiento causado por los bloqueos y por una despiadada guerra de desgaste.

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27/06/2021

ARAM ABU SALEH
Nosotros, los ojos de Siria

Un relato sobre las historias de los muchos sirios encarcelados por Israel, los “huérfanos” políticos olvidados por la historia.  

Aram Abu Saleh آرام أبو صالح, 23/7/2020  

Traducido del inglés por Sinfo Fernández

Original árabe  نحن، عيون سوريا   

Versión inglesa We, the eyes of Syria

 


Aram es una escritora nacida en el pueblo druso de Majdal Shams, en los ocupados Altos del Golán sirios. Tiene un grado en Estudios Árabes e Islámicos por la Universidad Hebrea de Jerusalén. Trabaja en el Centro Al A Marsad de derechos humanos en el Golán.

 

 

 El 8 de agosto de 2012, el periódico israelí Haaretz publicó un informe sobre las células de la resistencia siria local en el Golán sirio ocupado en la década de 1970. Cuando lo leí, me vi a mí misma como ellos, los colonizadores, me vieron. El titulo del informe en hebreo era: “Éramos los ojos de Siria”.

Este texto está inspirado en los testimonios de muchos sirios encarcelados por la ocupación israelí. Algunos son fruto de mis propias experiencias, mientras que otros solo los escuché o leí, pero los guardé conmigo mucho tiempo después. Los pronombres pueden cambiar a lo largo de las historias porque a veces combiné varios testimonios en un solo hablante. Si bien esto puede generar cierta confusión en el texto, la mayoría de nosotros no recordamos con perfecta claridad todo cuanto sucedió; quizás sea como modo de afrontar la brutalidad de estas experiencias. Olvidamos los detalles minuciosos. La negación y la supresión de la memoria son rasgos eminentemente humanos. Al escribir sobre eventos que se recuerdan de forma imperfecta, hacemos todo lo posible para llenar los vacíos. A partir de un destello aquí y un sentimiento allá, reconstruimos y restauramos la narrativa completa. Toda la historia es narrativa, y las narrativas difieren en cómo se llenan esos vacíos. Puedo omitir algunos detalles aquí y allá, por olvido o descuido, o por el prudente disimulo que todavía me encadena, a mí y a todos los que aparecen en este texto. Con suerte, llegará el día en que nos liberemos de esos grilletes para siempre. Al principio traté de documentar la memoria del movimiento de resistencia emprendido por los presos sirios en las cárceles de la ocupación israelí. Esta historia olvidada hace mucho tiempo es rica en significado, importancia y valor simbólico. Sin embargo, no quisiera reducir estas experiencias a un mero simbolismo. Esta narrativa, 54 años después de su inicio, es parte integral de una historia más amplia: la de hombres y mujeres sirios, muchos de los cuales perdieron la vida como resultado del encarcelamiento. Otros perdieron la audición o perdieron años y décadas con cadenas perpetuas. Algunos perdieron a sus familias mientras estaban atrapados en una celda y otros perdieron la capacidad de dormir sin pesadillas. Dado que son seres humanos, afectados por la mayor pérdida siria, la de la libertad, intentaré honrar sus sacrificios para afrontar esa pérdida. No será mediante una documentación en el sentido legal, sino de una documentación que permita al lector, aunque sea por unos momentos, mirar a través de los ojos de quienes estuvieron allí. 
 Dedico este texto a esos hombres y mujeres, a los que fueron martirizados, a los que fueron liberados y a los que están por venir.

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16/06/2021

Cuestión de vida o muerte: ¿Va a cerrarse el último punto de entrega de la ayuda de la ONU a Siria?

Kareem Chehayeb, Aljazeera, 14/6/2021
Traducido del inglés por Sinfo Fernández

 

Kareem Chehayeb es un periodista y analista político libanés que colabora con Al Jazeera, Middle East Eye y otros medios. Vive en Beirut.
@chehayebk

Las ONG temen la escasez de médicos y la hambruna de millones de seres en la provincia de Idlib si el Consejo de Seguridad de la ONU no extiende el uso del cruce fronterizo de Bab al-Hawa para la entrada de la ayuda.

 A truck carrying COVID-19 vaccines arrives in Syria's Idlib in April through the Bab al-Hawa crossing on the border with Turkey [Yahya Nemah/EPA-EFE]

Un camión que transportaba vacunas COVID-19 llega en abril a Idlib, Siria, a través del cruce de Bab al-Hawa en la frontera con Turquía [Foto: Yahya Nemah / EPA-EFE].

Una votación crucial en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas en julio puede cerrar el último salvavidas humanitario para unos 4,4 millones de sirios en las zonas controladas por la oposición en el noroeste.

El cruce fronterizo de Bab al-Hawa, en la frontera entre Turquía y Siria, es el último cruce con mandato de la ONU que permite que la ayuda se entregue directamente a las regiones necesitadas sin pasar por el gobierno de Asad en Damasco. Cada mes entran unos 1.000 camiones que transportan ayuda humanitaria.

“Dependemos completamente de la ayuda”, dijo a Al Jazeera el Dr. Hamzeh Hassan, del Hospital Bab al-Hawa, el centro médico más grande de la zona. “Carecemos de medicamentos y equipos quirúrgicos, todo lo que conseguimos nos llega a través del paso de Bab al-Hawa”.

En julio de 2014, el Consejo de Seguridad estableció cuatro cruces fronterizos humanitarios hacia la Siria devastada por la guerra, pero en las renovaciones posteriores de ese mandato, Rusia y China, aliados de Asad, redujeron su número y para ello hicieron uso de sus poderes de veto y suspendieron tres cruces: al- Ramtha, cerca de la frontera con Jordania, al-Yarubia, en el noreste entre Iraq y la provincia de al-Hasakeh, controlada por los kurdos, y el cruce de Bab al-Salam entre Turquía y el norte de Siria.

“Estamos ahora en la segunda ola de la COVID y los casos están creciendo exponencialmente”, dijo el Dr. Hassan, que espera ayuda médica para poder salvar a más pacientes. “Deberían llegar pronto más equipo y medicamentos, pero si la frontera se cierra, se producirá una catástrofe humana”.

El lanzamiento de la vacuna en Idlib ha sido también lento. “Están vacunadas poco más de 17.000 personas, en su mayoría trabajadores de primera línea”, dijo a Al Jazeera el Dr. Fadi Hakim de la Fundación de la Sociedad Médica USA-Siria (SAMS, por sus siglas en inglés). “Si alcanzamos un pico, Dios no lo quiera, no podremos afrontarlo”.

Durante la última década, cientos de miles de sirios murieron y millones se vieron forzados a desplazarse. Idlib es hoy el último bastión de la oposición de Siria, bajo el control de antiguos afiliados de al-Qaida, Hay'et Tahrir al-Sham (HTS) y grupos rebeldes respaldados por Turquía.

Las fuerzas sirias y rusas han atacado Idlib en los últimos años para recuperar la provincia, bombardeando habitualmente hospitales, escuelas, mercados y hogares, provocando una grave crisis humanitaria. La pandemia de COVID-19 también ha empeorado una situación que ya era nefasta.