03/11/2025

Simplemente no conviertan a la fiscal militar israelí dimisionaria en una mártir

ACTUALIZACIÓN

Yifat Tomer-Yerushalmi fue detenida en el marco de una investigación sobre la difusión de un video que muestra actos de violencia cometidos en 2024 contra presos palestinos por soldados israelíes en una prisión de alta seguridad, según informó el lunes el ministro de Seguridad Interior. Tras anunciar su dimisión el viernes, Tomer-Yerushalmi desapareció brevemente el domingo, lo que desató especulaciones en la prensa sobre un posible intento de suicidio. En un mensaje en Telegram, el ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir, anunció el lunes que «se ha acordado que, a la luz de los acontecimientos de la noche anterior, el servicio penitenciario actuará con mayor vigilancia para garantizar la seguridad de la reclusa en el centro de detención donde se encuentra bajo custodia».

¿Valió la pena, mayora general Tomer-Yerushalmi, servir con tanta servilidad al ejército criminal, con un final tan patético? 

Gideon Levy, Haaretz, 2-11-2025 

Traducido por Tlaxcala

Cuando la noche se vuelve día, una fiscal militar puede convertirse en mártir, alguien que luchó por la ley y los derechos humanos hasta ser quemada en la hoguera, víctima inocente de la malvada derecha. Cuando la noche se vuelve día, solo cuando la abogada general no incumple su deber y da un paso valiente por primera (y última) vez en su carrera, es destituida. 


La Grala. de división Yifat Tomer-Yerushalmi en el cuartel general de las FDI en Tel Aviv, el mes pasado. Foto Itai Ron

El monstruo insaciable nunca se sacia. Usted puede defender el genocidio, Grala. Yifat Tomer-Yerushalmi; puede disimular todos los crímenes, ocultar todas las investigaciones y blanquear los delitos cometidos por los soldados israelíes, complaciendo así a sus superiores. Pero al primer tropiezo, el monstruo la hará responsable.
¿Valió la pena, Gral. Tomer-Yerushalmi, servir con tanta servilidad a un ejército criminal, para acabar de forma tan patética? ¿No habría sido más correcto cumplir su deber, hablar con valentía e integridad, y al menos ser depuesta con algo de dignidad? Como dice la vieja parábola judía: comió el pescado podrido y aun así fue expulsada de la ciudad. ¿Valió la pena?

Durante años, usted dictó sentencias en tribunales militares que nada tienen que ver con lo que le enseñaron en la universidad. Fue fiscal y jueza, enviando a miles de personas a prisión sin un juicio real. Impidió cualquier investigación sobre miles de crímenes cometidos por soldados contra palestinos en Cisjordania y en la Franja de Gaza.

Cada caso de un niño asesinado sin motivo o de un soldado abusivo recibió el respaldo legal suyo y del sistema que dirige. En ese sistema, nunca hay soldados culpables de crímenes, ni siquiera después de los horrores de Gaza.
Usted participó en el espectáculo más despreciable: el llamado sistema de justicia militar, donde basta con ser palestino para ser condenado; un tribunal de apartheid en el que los acusados no tienen derechos ni absoluciones, todo una farsa barata en un sistema judicial falso. Así ascendió en las filas, hasta convertirse en fiscal militar, todo con el propósito de blanquear los crímenes del ejército al que servía.

No existe institución judicial seria en el mundo que blanquee los crímenes del ejército israelí en Gaza y Cisjordania. Y usted, Gral. Tomer-Yerushalmi, lo hizo con entusiasmo. Fue la abogada del genocidio, y llegará el día en que eso se le reproche. Ahora el sistema le devuelve el golpe: fue despedida por las peores razones posibles.

Es difícil saber qué llevó a Tomer-Yerushalmi a desviarse de repente de su papel asignado y escandalizarse por un video en el que guardianes de prisión militares sádicos –no “soldados de combate”, como suelen llamarlos– maltratan brutalmente a un detenido palestino indefenso. Según la acusación, esos cinco guardias, escoria humana, apuñalaron a su víctima en el recto, desgarrándolo, además de romperle las costillas y perforarle un pulmón.

Era importante mostrar a los israelíes lo que hacen nuestros soldados, especialmente en el ambiente de “todo está permitido al ejército” que domina desde el 7 de octubre. De repente, la generala aportó un momento de verdad al debate. Comprendió que las posibilidades de condenar a los acusados, con el clima público actual, eran mínimas. Por eso publicó el video, el único acto por el cual merece una medalla.


Sde Teiman


Es un hecho rutinario en las prisiones militares, pero esta vez se escandalizó. ¿No ha oído hablar de los 80 detenidos muertos en prisión, algunos a manos de soldados israelíes? ¿Qué hizo respecto a esas muertes? ¿Qué hizo respecto al soldado que disparó y mató a un niño de 9 años en el pueblo cisjordano de al-Rihiya hace dos semanas? El portavoz del ejército dijo que “el caso fue remitido a la Oficina de la Abogada General Militar para su revisión”. La investigación terminará en unos años, ¿y qué le pasará a ese soldado? El hecho de que siga libre es la respuesta.

Cuando la noche se vuelve día, los cinco hombres acusados de abusos en el centro de detención de Sde Teiman se convirtieron en las víctimas. Sus indultos ya están en camino, y quien les clavó el cuchillo en el recto es la abogada general militar. El ministro de Defensa, Israel Katz, ya babea con ansias de venganza.
Cuánto le gusta destituir a oficiales de alto rango, cuán embriagante es la sensación de poder –y todos, incluido el comentarista moderado Nadav Eyal, consideran la filtración del video “escandalosa”. Este es el crimen y esta su autora. Pero no la conviertan en mártir.

Cuando la noche se vuelve día, los cinco hombres acusados de abusos en el centro de detención de Sde Teiman se convirtieron en las víctimas. Sus indultos ya están en camino.

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