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11/10/2024

SAMAN MUDUNKOTUWAGE
Por qué era inevitable una victoria de la izquierda en Sri Lanka

Saman Mudunkotuwage, 10/11/202
Traducido por Fausto Giudice, Tlaxcala

El autor es un exiliado de Sri Lanka que vive en Francia. Participó en la campaña para la elección presidencial del 22 de septiembre en Sri Lanka, que dio la victoria al candidato del JVP, Anura Kumara Dissanayake.

La victoria electoral de la izquierda en Sri Lanka es el resultado de varios años de lucha inquebrantable de los oprimidos de todos los orígenes sociales, étnicos y religiosos del país. Es importante señalar que esta victoria no habría sido posible sin la unificación de todos los revolucionarios supervivientes y víctimas de todas las represiones llevadas a cabo por los poderes corruptos desde la independencia en 1948. El principio británico de divide y vencerás fue finalmente derrotado por el pueblo de Sri Lanka el 21 de septiembre de 2024.

Anura Kumara Dissanayake, candidato del JVP de 55 años, fue elegido Presidente de la República Socialista Democrática de Sri Lanka el 21 de septiembre de 2024

Sin embargo, el Poder Nacional Popular (NPP), dirigidO por el partido marxista JVP (Frente de Liberación Popular de Sri Lanka), desea continuar con el programa del FMI. Al mismo tiempo, el partido se compromete a establecer un sistema económico más justo y razonable sin abolir completamente la propiedad privada de los medios de producción ni la economía de mercado que el país ha adoptado desde 1977. El gobierno del JVP se encuentra en una situación alarmante, enfrentado por un lado a conflictos regionales e internacionales organizados por USA, China e India, y por otro a una deuda de 55.000 millones de dólares que debe reembolsar a instituciones financieras de todo el mundo, sin olvidar a la parte de su electorado que exige un freno a las privatizaciones y la venta de recursos públicos. En definitiva, el JVP mantiene la llama encendida para preservar su poder y satisfacer a su electorado de izquierdas.

Para entender este nuevo giro político en Sri Lanka, es importante tener en cuenta que, durante 70 años, el pueblo ha estado dividido en varias tendencias político-étnicas y religiosas, impuestas abiertamente por la élite del país. Es más, durante todo el periodo colonial, las autoridades británicas también utilizaron criterios étnicos para elegir a los representantes de su asamblea consultiva nacional, con el fin de dividir a esta pequeña nación insular. A pesar de ello, el pueblo de Sri Lanka obtuvo el sufragio universal en 1934. Tras la independencia en 1948, el UNP (Partido Nacional Unido), un partido conservador de derechas apoyado por el Partido Comunista estalinista que actuaba siguiendo directrices de Moscú, obtuvo una mayoría relativa en el parlamento. Una vez en el poder, retiró inmediatamente el derecho al voto a los trabajadores de las plantaciones de té, cuyo único delito sindical fue negarse a apoyar la formación de un gobierno de derechas dirigido por el UNP. Estas buenas gentes llamaron a las fuerzas de izquierda del país a manifestarse junto a los trotskistas del LSSP para formar un gobierno socialista. Sin embargo, el Partido Comunista apoyó discretamente al UNP con la ayuda del SLFP, dirigido por el clan Bandaranaike, contra este proyecto. El Partido Nacionalista Tamil del Norte también apoyó al UNP en su plan de retirar la ciudadanía a los tamiles de las plantaciones de té, que habían sido traídos a pie por los británicos en pésimas condiciones desde la India para trabajar en el centro del país.

Desde 1960, el LSSP y el PC participaron juntos en la constitución de gobiernos capitalistas con el SLFP, obteniendo algunos ministerios, pero pronto olvidaron a los trabajadores que habían perdido su ciudadanía y su derecho al voto y que habían hecho campaña en gran medida junto a estos dos partidos de izquierda. Tuvieron que esperar hasta 1988 para recuperar su ciudadanía. Por otra parte, estos trotskistas y estalinistas respaldaron la redacción de constituciones con rasgos discriminatorios: la lengua cingalesa se convirtió en la lengua oficial, el budismo pasó a ser la religión del Estado, etc. Se estableció un sistema de cuotas para los estudiantes tamiles del Norte ante la existencia de escuelas católicas dirigidas por misioneros usamericanos para formar funcionarios, científicos, abogados y médicos al servicio de las autoridades británicas. En lugar de crear escuelas similares en el sur, el gobierno de izquierdas, apoyado por el PCSL y el LSSP, al igual que el gobierno de derechas, aprobó una ley que restringía el acceso de los estudiantes tamiles a la enseñanza superior en el país. Esta discriminación en la educación se convirtió en una de las causas preliminares que animaron a los jóvenes tamiles a convertirse en guerrilleros de los Tigres Tamiles ( LTTE) para la creación de un Estado independiente.

Desde la independencia, el pueblo tamil ha exigido, mediante manifestaciones pacíficas, el derecho a utilizar su lengua materna en sus relaciones con las autoridades. Estas luchas democráticas han sido violentamente reprimidas por todos los gobiernos, de izquierda y de derecha, desde 1948. A pesar de que el cingalés se ha convertido en la lengua oficial del país, todos los asuntos gubernamentales se llevan a cabo en inglés. Al final, el pueblo cingalés también fue víctima de esta maquinación lingüística anglosajona. Cuando los británicos abandonaron el país en 1948, sólo el 10% de la población -la élite de las comunidades cingalesa, tamil, musulmana y europea- hablaba inglés. Dentro de esta élite no había conflictos ni guerras, pero manipulaban sistemáticamente a las comunidades no anglófonas para acceder al poder exacerbando el racismo.

La participación del LSSP y el PC en los sucesivos gobiernos provocó la decepción y la ira de los trabajadores de Colombo y los campesinos. En los años 60 y 70, la revolución cubana y la guerra de Vietnam despertaron el odio contra el imperialismo en todos los países del mundo. En Sri Lanka, un joven marxista, víctima de la política del Kremlin, fundó un partido maoísta llamado Frente de Liberación Popular de Sri Lanka (JVP). Se convirtió en un icono entre los jóvenes no anglófonos, y fue visto como un enemigo a destruir por las dos formaciones burguesas, el UNP y el SLFP, apoyadas por el PCSL y el LSSP. Rohana Wijeweera, fundador del JVP, consideraba que en aquel momento la posición china era más progresista e internacionalista que la de Moscú. Por ello, las autoridades soviéticas se negaron a conceder un visado al joven marxista, que estudiaba medicina en la Universidad Patrice-Lumumba de Moscú.

Rohana Wijeweera, por Darsha Kapuge



Una de las escasas fotos de las semanas sangrientas de 1971: la mayoría de los jóvenes detenidos desaparecieron sin dejar rastro.

Frente a la represión dirigida por la Alianza Popular, formada por el PCSL y el LSSP, estalló una insurrección en abril de 1971 bajo la dirección del JVP. El gobierno, apoyado por una «Santa Alianza» (URSS, Yugoslavia, India, Pakistán, USA, China, Egipto), eliminó a más de 20.000 revolucionarios en una semana sangrienta, y 10.000 supervivientes fueron encarcelados. Este acontecimiento fue bautizado como «la Comuna de Ceilán» por el agrónomo René Dumont, futuro candidato ecologista a las elecciones presidenciales fraancesas de 1974, que se encontraba en la isla en el momento de la insurrección y publicó una columna sobre el tema en el número de julio-agosto de 1971 de la le revista Esprit, en la que recordaba que esas «semanas sangrientas» en Sri Lanka habían tenido lugar en el centenario del aplastamiento de la Comuna de París [lea la columna en francés aquí]. Sin embargo, «los ministros trotskistas del gobierno no dimitieron», se lamentaba Dumont en su libro de 1972, « Paysannerie aux abois (Ceylan, Tunisie, Sénégal)[Campesinados en apuros]».

Sacando lecciones de la insurrección, el gobierno emprendió una vasta reforma agraria, distribuyendo tierras a los más desposeídos. Hoy, el 80% de las tierras de Sri Lanka pertenecen directa o indirectamente al Estado. En estas tierras abundan el agua, las materias primas, el hierro, las piedras preciosas, el silicio, etc.


En la cárcel, el fundador y sus partidarios del JVP se reorganizaron y se convirtieron en un partido marxista-leninista, renunciando al maoísmo, al estalinismo, al trotskismo y al guevarismo, pero sin negar su compromiso con el socialismo. El partido ha creado un sistema de formación de revolucionarios profesionales que se comprometen sin recibir ningún salario, privilegio o compensación. Al día de hoy, los salarios de los representantes electos del partido se ingresan en un fondo para ayudar a la población en dificultades. En 1977, cuando llegó al poder, el UNP decidió liberar a los presos políticos del JVP. El nuevo gobierno también quería liberar a unos cuantos multimillonarios corruptos que habían sido encarcelados de por vida en virtud de la misma ley que había condenado a los militantes del JVP tras la insurrección de 1971.

Una vez excarcelados, los militantes del JVP abandonaron la lucha armada e iniciaron actividades políticas para participar en las elecciones. El partido obtuvo 13 escaños en las elecciones de distrito de 1981, que el UNP presentó como una solución a la cuestión nacional tamil. Durante la campaña electoral, la prestigiosa biblioteca en lengua tamil de Jaffna (con 100.000 obras] fue incendiada por un equipo dirigido por el antiguo jefe de Estado, Ranil Wicremesinghe, derrocado tras las elecciones del 21, según los medios europeos, un «liberal prooccidental» que aún no ha sido castigado por este crimen contra la humanidad. También estuvo implicado en la dirección de un cuartel de tortura donde fueron eliminados más de 5.000 jóvenes durante la guerra civil de 1987-1990.

El nuevo gobierno del UNP, instalado en 1977, introdujo un sistema liberal cada vez más salvaje, basado en los principios neoclásicos de Milton Friedman, asesor económico de Pinochet en Chile. Se recortó más del 60% de la producción agrícola del país animando a los sectores privados nacionales y extranjeros a importar más de lo que exportaban. Los cultivadores de cebollas rojas, pimientos, frutas y verduras (en su mayoría tamiles) se vieron obligados a abandonar la agricultura y emigrar al Mashreq y a Europa. Al mismo tiempo, el UNP creó una estructura neoliberal a escala nacional para promover la privatización de los servicios públicos y del sector industrial, incitando a las clases trabajadoras a rebelarse y desafiándolas en varias ocasiones. Se han privatizado los transportes, los servicios, la sanidad, etc. Los funcionarios convocaron una huelga general en 1980; más de 40.000 huelguistas fueron despedidos sin indemnización ni readmisión. Más de 50 funcionarios en huelga se suicidaron. La mayoría de los despedidos se unieron a la lucha armada contra el régimen.

Aprovechando la inestabilidad social y la división de los partidos de la oposición, el presidente del UNP, JR Jayawardene, apodado « Yankee Dickie », convocó una elección presidencial anticipada en 1982. Utilizando métodos de terror y fraude masivo, el UNP se toma el poder con el 52% de los votos. Rohana Wijeweera obtuvo el 4% de los votos y el JVP se convirtió en la tercera fuerza política del país. Sin celebrar elecciones generales en 1982, el gobierno en el poder convocó un referéndum para salvaguardar a sus diputados, que tenían mayoría absoluta en la Asamblea Nacional. El jefe del Estado diría más tarde que el objetivo del referéndum era utilizar todos los medios posibles para impedir que los diputados del JVP entraran en el Parlamento. El JVP emprende acciones legales contra el referéndum y el fraude electoral. Se convierte así en un enemigo para el UNP.

SAMAN MUDUNKOTUWAGE
Pourquoi la victoire de gauche au Sri Lanka était-elle inévitable ?

Saman Mudunkotuwage, 11/10/2024

L’auteur est un exilé srilankais vivant en France. Il a participé à la campagne pour l’élection présidentielle du 22 septembre au Sri Lanka, qui a vu la victoire du candidat du JVP Anura Kumara Dissanayake.

La victoire électorale de la gauche au Sri Lanka est le résultat de plusieurs années de lutte inflexible du peuple opprimé, issu de tous les milieux sociaux, ethniques et religieux du pays. Il est important de noter que cette victoire n’aurait pas été possible sans l’unification de tous les révolutionnaires survivants et des victimes de toutes les répressions menées par les pouvoirs corrompus depuis l’indépendance en 1948. Le principe britannique du « diviser pour mieux régner » a finalement été vaincu par le peuple sri-lankais le 21 septembre 2024.


Anura Kumara Dissanayake, candidat du JVP, 55 ans, a été élu président de la République socialiste démocratique du Sri Lanka le 21 septembre 2024

Néanmoins, le Pouvoir national populaire (NPP), dirigé par les marxistes du JVP (Front de libération populaire du Sri Lanka), souhaite continuer le programme du FMI. En même temps, le parti est engagé à mettre en place un système économique plus juste et raisonnable sans abolir totalement la propriété privée des moyens de production ni l’économie de marché que le pays a adoptée depuis 1977. Le gouvernement du JVP se trouve dans une situation alarmante face aux conflits régionaux et internationaux agencés par les USA, la Chine, et l’Inde, d’une part, et, d’autre part, face à une dette de 55 milliards de $ à rembourser auprès d’institutions financières du monde entier sans oublier la partie de ses électeurs qui exige un arrêt des privatisations et de la vente de ressources de l’État. En fin de compte, le JVP maintient une flamme entourée de feux afin de préserver son pouvoir et de satisfaire son électorat de gauche.

Pour comprendre ce nouveau virage politique au Sri Lanka, il faut prendre en considération que, durant 70 ans, le peuple a été divisé en plusieurs tendances politico-ethniques ou religieuses, imposées ouvertement par l’élite du pays. De plus, durant toute la période coloniale, les autorités britanniques ont également utilisé le critère ethnique pour choisir les représentants au sein de leur assemblée nationale consultative afin de diviser cette petite nation insulaire. Malgré tout, le peuple sri-lankais a obtenu le suffrage universel en 1934. Après l’indépendance en 1948, l'UNP (Parti National Uni), un parti conservateur de droite, soutenu par le parti communiste stalinien agissant sur les directives de Moscou, a obtenu la majorité relative au parlement. Une fois au pouvoir, il a immédiatement retiré le droit de vote aux ouvriers des plantations de thé, le seul crime de leur syndicat étant de refuser de soutenir la formation d’un gouvernement de droite dirigé par l’UNP. Ces braves gens ont appelé les forces de gauche du pays à manifester aux côtés des trotskystes du LSSP pour former un gouvernement socialiste. Cependant, le parti communiste a discrètement soutenu l'UNP avec l’aide du SLFP, dirigé par le clan Bandaranaike contre ce projet. Ainsi, le parti des nationalistes tamouls du Nord a également soutenu l'UNP dans le projet de retrait de la citoyenneté aux Tamouls de plantation de thé, amenés à pied par les Britanniques dans des conditions épouvantables depuis l’Inde pour travailler dans le centre du pays.

Depuis 1960, le LSSP et le PCSL ont participé ensemble à la constitution de gouvernements capitalistes avec le SLFP, obtenant quelques ministères, mais ils ont vite oublié le travailleurs ayant perdu leur citoyenneté et leur droit de vote qui avaient milité largement aux côtés de ces deux partis de gauche. Ils ont dû attendre 1988 pour retrouver leur citoyenneté. En revanche, ces trotskistes et staliniens ont entériné l’élaboration de constitutions aux caractéristiques discriminatoires : la langue cinghalaise est devenue la langue officielle, le bouddhisme est devenu la religion d'État etc.  Un système de quota pour les étudiants tamouls du Nord a été mis en place face à l’existence des écoles catholiques dirigées par des missionnaires usaméricains pour former des fonctionnaires, des scientifiques, des avocats et des médecins au service de l’autorité britannique. Au lieu de créer des écoles similaires dans le sud, le gouvernement de gauche, soutenu par le PCSL et le LSSP, tout comme la droite, a adopté de loi limitant l'accès des étudiants tamouls à l'enseignement supérieur du pays. Cette discrimination en matière d'éducation est devenue l'une des causes préliminaires incitant les jeunes Tamouls à devenir guérilleros au sein des Tigres tamouls LTTE, pour la création d’un État indépendant.

Depuis l’indépendance, le peuple tamoul a, par des manifestations pacifiques, revendiqué le droit d'utiliser sa langue maternelle dans ses relations avec les autorités. Ces luttes démocratiques ont été violemment réprimées par tous les pouvoirs de droite comme de gauche depuis 1948. Même si la langue cinghalaise est devenue la langue officielle du pays, toutes les affaires de l'État se sont faites en anglais. En fin de compte, le peuple cinghalais est également devenu victime de cette machination linguistique anglo-saxonne. Lorsque les Britanniques ont quitté le pays en 1948, seulement 10 % de la population – l’élite appartenant aux communautés cinghalaise, tamoule, musulmane et européenne - parlait anglais. Au sein de cette élite, il n’y a pas eu de conflit ou de guerre ; mais ils ont systématiquement manipulé les communautés non-anglophones pour accéder au pouvoir en exacerbant le racisme.

La participation du LSSP et du PCS aux gouvernements successifs a provoqué des déceptions et des colères parmi les travailleurs de Colombo et les paysans. Dans les années 60-70, la Révolution cubaine et la guerre du Vietnam ont suscité la haine contre l’impérialisme dans tous les pays du monde. Au Sri Lanka, un jeune marxiste, victime de la politique du Kremlin, a fondé un parti maoïste, dénommé le Front de libération populaire du Sri Lanka (JVP). Devenu une icône chez les jeunes non-anglophones, il était perçu comme un ennemi à abattre par les deux formations bourgeoises, l’UNP et le SLFP, soutenus par le PCSL et le LSSP. Rohana Wijeweera, lefondateur du JVP, considérait qu’à cette époque, la position chinoise était plus progressiste et internationaliste que celle de Moscou. En conséquence, les autorités soviétiques refusèrent d’accorder un visa au jeune marxiste, qui était étudiant en médecine à l’université Patrice-Lumumba de Moscou.


Rohana Wijeweera, par Darsha Kapuge

Une des rares photos des semaines sanglantes de 1971 : la plupart des jeunes raflés ont sans doute disparu sans laisser de traces

Face à la répression menée par l’Alliance populaire, composée du PCSL et du LSSP, une insurrection a éclaté en avril 1971 sous la direction du JVP. Le gouvernement, soutenu par une « Sainte Alliance » (URSS, Chine, Yougoslavie, Inde, Pakistan, USA, Égypte), a éliminé plus de 20 000 révolutionnaires en une semaine sanglante, et 10 000 survivants ont été emprisonnés. Cet évènement a été dénommé « la Commune de Ceylan » par l’agronome René Dumont, futur candidat écologiste à l’élection présidentielle de 1974, qui se trouvait dans l’île au moment de l’insurrection et publia une chronique à ce sujet dans revue Esprit de juillet-août 1971, où il rappelait que ces « semaines sanglantes » srilankaises avaient eu lieu pour le centenaire de l’écraement de la Commune de Paris [lire la chronique ici]. Cependant, « les ministres trotskistes du gouvernement n’ont pas démissionné », regrettera Dumont dans son ouvrage paru en 1972, « Paysannerie aux abois (Ceylan, Tunisie, Sénégal) ». 


Tirant les leçons de l’insurrection, le gouvernement a entrepris une vaste réforme foncière en distribuant des terres aux plus démunis. Aujourd’hui, 80 % des terres sri-lankaises appartiennent directement ou indirectement à l'État. Ces terres regorgent d'eau, de matières premières, de fer, de pierres précieuses, de silicium, etc.


Dans les prisons, le fondateur et ses partisans du JVP se réorganisent et deviennent un parti marxiste-léniniste, renonçant au maoïsme, au stalinisme, au trotskisme et au guévarisme, sans pour autant refuser leur engagement envers le socialisme. Le parti a créé un système pour former des révolutionnaires professionnels qui s'engagent sans percevoir de salaire, de privilèges ou de compensations. Les salaires des élus du parti sont versés dans un fonds d’aide à la population en difficulté jusqu'à aujourd'hui. En 1977, arrivé au pouvoir, l'UNP a décidé de libérer les prisonniers politiques du JVP. Le nouveau pouvoir voulait également faire sortir quelques milliardaires corrompus emprisonnés par la même loi qui avait condamné les militants du JVP à la suite de l’insurrection de 1971, qui se trouvaient en détention à perpétuité.

Une fois sortis de prison, les militants du JVP ont renoncé à la lutte armée et ont commencé des activités politiques pour participer aux élections. Le parti a obtenu 13 élus lors de l’élection de districts en 1981, présentée par l’UNP comme une solution à la question nationale tamoule. Durant la campagne électorale, la prestigieuse bibliothèque de 100 000 ouvrages de langue tamoule située à Jaffna a été brûlée par une équipe dirigée par l’ancien chef d’État renversé à la suite de l’élection du 21 septembre 2024, Ranil Wicremesinghe, un « un libéral pro-occidental », selon les médias européens, qui n’a pas été puni jà ce jour pour ce crime contre humanité. Il était également impliqué dans la direction d'une caserne de torture où plus de 5 000 jeunes ont été éliminés durant la guerre civile de 1987-1990.

Le nouveau pouvoir de l’UNP, installé en 1977, a instauré un système libéral de plus en plus sauvage en introduisant les principes néoclassiques de Milton Friedman, le conseiller économique de Pinochet au Chili. L’agriculture du pays a été réduite de plus de 60 % de sa production en encourageant les secteurs privés nationaux et étrangers à importer davantage qu’à exporter. Les cultivateurs d’oignons rouges, de piments, de fruits et de légumes (majoritairement des Tamouls) ont été poussés à cesser de cultiver et contraints à l’émigration vers le Machrek et l’Europe. Dans le même temps, l'UNP a mis en place une structure néolibérale à l'échelle nationale pour favoriser la privatisation des services publics et du secteur industriel, incitant ainsi les classes populaires à se révolter et à les défier à plusieurs reprises. Les transports, les services, la santé, etc., ont été privatisés. Les fonctionnaires ont appelé à une grève générale en 1980 ; plus de 40 000 grévistes ont été licenciés sans indemnisation, compensation ou réintégration. Plus de 50 fonctionnaires grévistes se sont suicidés. La plupart de ces personnes licenciées sont entrées dans la lutte armée contre le régime.

Profitant de l’instabilité sociale et de la division des partis d’opposition, le président de l’UNP, JR Jayawardene, surnommé « Yankee Dickie », appelle à une élection présidentielle anticipée en 1982. Par des méthodes de terreur et de fraudes massives, l’UNP s’empare du pouvoir avec 52 % des voix. Rohana Wijeweera obtient 4 % des voix et le JVP devient la troisième force politique du pays. Sans organiser d’élections législatives en 1982, le pouvoir en place convoque un référendum pour sauvegarder ses députés qui assurent la majorité absolue de l’Assemblée nationale. Le chef d’État dira plus tard que l’objectif de ce référendum était d’éviter par tous les moyens l’entrée de députés du JVP au parlement. Le JVP saisit la justice contre le référendum et les fraudes électorales. Il devient alors un ennemi à abattre pour l’UNP.

31/12/2023

ALEX ANFRUNS
Le Niger dans une perspective historique anticoloniale

Alex Anfruns, 29/12/2023
Original
Níger bajo una perspectiva histórica anticolonial
Traduit par Fausto Giudice, Tlaxcala

Alex Anfruns est l’auteur du livre Niger: ¿Otro Golpe de Estado o la Revolución Panafricana ? [ Niger : un coup dÉtat de plus ou la révolution panafricaine ?]. Pendant quatre ans, il a publié avec Olivier Ndenkop le mensuel Journal de l’Afrique. Il est spécialisé dans l’histoire du droit au développement en Amérique latine et en Afrique. Il a travaillé comme analyste politique pour Telesur, Rusia Today en español et Abya Yala TV. Après avoir vécu en Espagne, en France et en Belgique, il enseigne actuellement à Casablanca et mène des recherches sur les liens thématiques entre les littératures hispanique et arabe et sur le droit au développement dans une perspective historique panafricaine.  @AlexAnfruns

L’actuel gouvernement nigérien du Conseil National pour la Sauvegarde de la Patrie (CNSP), arrivé au pouvoir le 26/07/2023 en renversant le fantoche Mohammed Bazoum, allié des Français, est venu avec la volonté de s’inscrire dans une lutte historique, la lutte anticoloniale après les Indépendances. Le néocolonialisme est une réalité. Ce qui se matérialise aujourd’hui, à travers l’Alliance des États du Sahel (Mali, Niger, Burkina Faso), c’est une coopération régionale en faveur de la souveraineté qui ouvre la porte à d’autres partenaires comme la Russie et la Chine.


Avant d’analyser le cas du Niger et de l’Alliance des États du Sahel, il est nécessaire de rappeler brièvement l’histoire des luttes anticoloniales. Cette nouvelle génération panafricaine n’est pas née du néant. Elle s’inscrit dans une longue histoire de luttes anticoloniales. Depuis la conférence de Berlin, à la fin du XIXe siècle, les puissances européennes ont tenté de se partager le gâteau du continent africain, parce qu’à l’époque, elles avaient déjà jeté leur dévolu sur ses formidables ressources. Les sociétés africaines sont déstructurées depuis des siècles, notamment par l’esclavage, et la colonisation française est bien implantée en Algérie. D’autres régions sont envisagées : c’est ce que Lénine analysait comme « l’impérialisme, stade suprême du capitalisme ». À cette époque, à la fin de la première guerre mondiale, les puissances européennes victorieuses se partagent les colonies.

Une gravure représentant Abdelkrim Al Khattabi à cheval dirigeant les rebelles du Rif contre les forces espagnoles, Maroc, années 1920 ; Apic/Getty Images

Mais elles ne s’attendaient pas à ce que la lutte anticoloniale oppose une forte résistance, si forte qu’elle a même eu un impact sur les sociétés européennes. Cette résistance à la colonisation du nord du Maroc, notamment lors de la guerre du Rif, s’est manifestée en France, mais aussi en Espagne. Des manifestations d’opposition à l’envoi de troupes espagnoles ont eu lieu. En outre, Abdelkrim Al Khattabi a mené une résistance très vigoureuse contre l’occupation, contre la colonisation espagnole. La bataille d’Annual, qui s’est déroulée en août 1921, a été un événement décisif. Bien que, d’un point de vue eurocentrique, elle soit connue sous le nom de « désastre d’Annual », du point de vue africain, il s’agit d’un exemple clair de victoire anticoloniale. Et ce fut aussi une leçon que les peuples africains pouvaient s’organiser eux-mêmes, en innovant dans leur stratégie pour vaincre les troupes coloniales. Cette victoire a tellement bouleversé la donne que la France a dû venir en aide à son concurrent, le voisin espagnol colonisateur qui exerçait un protectorat sur le Nord du Maroc :  ils furent contraints de s’allier pour vaincre le dirigeant de la guérilla rifaine !

 

Le campement espagnol à Annual après sa prise par les Rifains, Maroc, 21 juillet 1921. Photo12/UIG via Getty Images

Puis, après la Seconde Guerre mondiale, une autre phase s’est ouverte. Lorsque l’on parle de la Libération de l’occupation nazie de la France, les combattants maghrébins ou ceux des autres pays africains colonisés ne sont pas appréciés à leur juste valeur et sont même souvent oubliés. En réalité, la participation des soldats des régions colonisées a été très importante. Mais leur reconnaissance après la Libération n’a pas été à la hauteur. Surtout, il est très important de garder à l’esprit qu’une fois la Libération intervenue en mai 1945, une très forte répression s’est immédiatement abattue sur les colonies françaises, comme l’Algérie ou Madagascar, faisant des milliers de victimes. En effet, ceux qui croyaient que la France représentait le progrès face à la barbarie nazie se sont réveillés avec une réalité bien différente. Aujourd’hui encore, à Sétif, en Algérie, le souvenir de ces massacres est très présent. Après la Seconde Guerre mondiale, la lutte anticoloniale a donc continué !

Cette lutte a donné naissance au Front de libération nationale algérien (FLN) en novembre 1954, qui était la matérialisation de décennies de souffrance du peuple algérien sous la colonisation. Les crimes du colonialisme doivent être rappelés, parce qu’ils dépassent complètement la conception de ce qu’est l’humanité, parce que le colonialisme est brutal : il l’était et l’est encore, comme nous le voyons dans d’autres arènes. Il faut le dénoncer et s’en souvenir. La résistance anticoloniale du Front de libération nationale algérien est arrivée à vaincre le colonialisme français en 1962. C’est ainsi qu’a culminé la disparition progressive de l’empire français, qui, avec l’empire britannique, avait façonné la réalité politique au niveau mondial. À cette époque, à partir de 1946, a également eu lieu la guerre d’Indochine qui, comme nous le savons, s’est poursuivie par la guerre du Viêt Nam jusqu’en 1975. Il s’agissait d’une continuité entre le colonisateur français et celui qui allait plus tard prendre la relève, l’empire usaméricain.

 

Revenons à la question des indépendances africaines. C’est en Guinée que le leader syndical Sekou Touré a donné une formidable gifle historique aux projets de la France. Touré a dit “non”. Il ne voulait pas adhérer aux projets de la Communauté française, qui était le projet néocolonial après les Indépendances. En d’autres termes, un “Non” au projet d’établir des indépendances purement nominales, ou formelles. Et ce n’était pas seulement sa perception. Sékou Touré n’était pas le seul à rejeter l’indépendance dans le cadre d’arrangements néocoloniaux, mais il y avait la même prise de conscience ailleurs en Afrique de l’Ouest, notamment au Niger, qui est le cas que j’étudie dans mon livre (“Níger: ¿Otro golpe de Estado o la Revolución panafricana?”). En effet, il y avait Djibo Bakary, éphémère Président du Conseil (3 mois) du Niger, écarté du pouvoir pour avoir appelé à voter « non » au référendum sur la « Communauté française », puis forcé à la clandestinité et à l’exil.

Parfois, lorsque l’on parle de néocolonialisme, certains discours de propagande le présentent comme s’il s’agissait de quelque chose d’artificiel, comme s’il s’agissait de pure rhétorique. Non, il n’en est rien. Ces accords coloniaux avaient une signification très précise. Dans mon livre, j’analyse un document appelé « Accords de défense 1960-1961 », qui mérite d’être cité en raison de son intérêt. Il s’agit d’accords entre la France et les nouveaux États africains : « Les parties contractantes décident de coopérer dans le domaine des matériels de défense : hydrocarbures liquides et gazeux, uranium, thorium, lithium, béryllium, leurs minéraux et leurs composés"» Mais ce n’est pas seulement au niveau de la coopération, c’est au niveau de la défense que s’établit en réalité une relation privilégiée dans la vente de matières premières stratégiques à l’ancien maître colonial, la France. En d’autres termes, les nouveaux pays dépendants se retrouvaient pieds et poings liés. En outre, les exportations étaient restreintes. Il était interdit d’exporter vers d’autres pays, c’est-à-dire que les nouveaux États africains ne pouvaient pas coopérer librement avec d’autres partenaires, en particulier l’Union soviétique, dans ce que l’on appelait le bloc socialiste. Il s’agissait plutôt de les faire entrer dans le monde capitaliste.

 

Comme le disait Djibo Bakary, qui envisageait de suivre le chemin tracé par Sékou Touré, ce projet était « imprégné d’impérialisme ». En réalité, la France a complètement saboté cette résistance anticoloniale, notamment en distribuant des masses d’argent. Et aussi en envoyant des troupes d’Alger à Niamey, des troupes françaises, mais aussi des troupes africaines, qui avaient participé à la répression brutale en Algérie. Ainsi, le référendum qui, à l’époque, aurait pu donner au Niger une situation de véritable indépendance, a été saboté. Le résultat a été un “oui” grâce à l’ingérence de la France, une ingérence documentée par un historien néerlandais nommé Klas Van Rawel - et un autre chercheur que je cite dans mon livre, Tomas Borrel - qui explique comment le scrutin a été complètement truqué. Cela a provoqué la fuite de 40 000 paysans nigériens vers le Nigeria. Il a également causé plusieurs années de morts et de drames au Niger, car une lutte armée a éclaté à l’époque, qui a finalement été écrasée au milieu des années 1960.

 

Venons-en aux années 1970 : ce qui s’est passé au Niger à la fin de la décennie précédente, c’est la découverte de gisements d’uranium, qui était - et est toujours - une matière première stratégique d’un grand intérêt pour la France. Au Niger, entre le début des années 1970 et 1979, l’exploitation de l’uranium est passée de 9 % à 70 % des exportations. Comme je l’explique dans mon livre, la question est de savoir ce que l’exploitation de l’uranium a signifié pour l’économie et la population du Niger. À l’époque, on a tenté de renforcer le rôle de l’État en créant des entreprises publiques nationales. Cependant, lorsque le régime de Hamani Diori a tenté de renégocier le prix de l’uranium en 1974, il a été victime d’un coup d’État militaire. À l’époque, le Niger ne pouvait déjà plus utiliser ces revenus, car il s’agissait d’une matière première très précieuse. Le Niger a été empêché de se développer, car lorsqu’on aborde la question du développement en Afrique, on doit toujours tenir compte de cette relation entre l’exploitation des ressources et l’ingérence. L’histoire nous offre de nombreux exemples de cette ingérence.

 

Après l’échec de cette tentative de renégociation du prix de l’uranium, les années 1980 ont été celles de la dette. On tente alors d’imposer par la force des politiques de démantèlement de l’État par le biais du Fonds monétaire international. Il s’agissait de réduire ce que l’on appelle les “dépenses publiques” des États, du point de vue du capitalisme. C’est ce qui s’est passé dans ces années-là, empêchant de nombreux pays de progresser en matière de souveraineté et de développement. Au début des années 1990, il y a eu un processus de participation démocratique au Niger, à la suite des luttes qui ont eu lieu contre les politiques économiques du FMI. Il s’agit de luttes sociales qui ont été réduites au silence ; elles sont peu connues et devraient être davantage étudiées. En 1991, il y a eu un retour à une forme de démocratie. Mais ce n’était que des mots, car durant cette décennie, les politiques néolibérales du FMI n’ont pas été remises en cause. Il y a donc eu un processus clairement traçable qui a consisté à démanteler l’État, ce qui a empêché les Nigériens de pouvoir disposer de services de qualité, qui auraient permis à la population de sortir d’une situation de misère.  

 

Carlos Latuff

Je voudrais maintenant citer quelques chiffres sur le Niger, qui est le sujet principal de mon livre : il faut savoir que les chiffres actuels de l’extrême pauvreté sont de l’ordre de 42%. Quand on met cela en relation avec l’exploitation de l’uranium et d’autres matières premières dans ce pays et dans cette région, on ne peut s’empêcher de se poser la question : comment se fait-il qu’avec autant de richesses, avec un niveau d’exportation aussi élevé, cela ne se traduise pas par une amélioration de la population, de la situation de la population ? Lorsque je parlais de la privatisation qui s’est accentuée au Niger dans les années 1990, cela se reflète également dans les chiffres que j’analyse dans mon livre. En effet, bien que les entreprises publiques existent, elles ont été soumises à un processus de démantèlement et de privatisation. Tout d’abord, l’électricité : moins de 10 % de la population y a accès. Et ce chiffre est encore plus réduit dans les zones rurales, où l’électricité n’atteint même pas 1 % de la population. Deuxièmement, l’eau : il s’agit d’une autre ressource du Niger, que le pays possède potentiellement en raison du passage du fleuve Niger, qui est le troisième plus grand fleuve d’Afrique. Or, l’accès à l’eau est à 85 % entre les mains du secteur privé. Jusqu’à récemment, 51 % de l’eau appartenait à Veolia, une multinationale française. Puis 34 % étaient entre les mains d’acteurs privés nigériens. En d’autres termes, une fois de plus, l’accès à l’eau n’était pas garanti. Troisièmement, les communications. Si nous prenons l’exemple du réseau ferroviaire, nous retrouvons encore une fois un acteur bien connu, le groupe Bolloré, qui est une multinationale française qui a d’ailleurs été condamnée par la Cour suprême du Bénin, le pays au sud du Niger, parce qu’il y avait un projet de réseau ferroviaire transfrontalier qui intéressait les Français... Bolloré a été condamné parce qu’il n’avait pas géré ce contrat de manière légale.

En plus d’un chapitre qui étudie les effets de la privatisation sur le peuple nigérien, mon livre contient également un autre chapitre qui analyse l’histoire du point de vue des matières premières, c’est-à-dire des grands intérêts économiques. D’une part, il y a la lutte des classes : comme je l’expliquais, pour des raisons historiques, les luttes sociales n’ont pas pu arrêter l’offensive néolibérale contre les services publics. D’autre part, il y a les grands projets d’infrastructure et l’histoire des matières premières. Nous devons partir du fait que ces trois pays, le Mali, le Niger et le Burkina Faso, ont encore une économie peu diversifiée. Dans le cas du Mali, l’or représentait jusqu’à récemment 75 % des recettes d’exportation nationales. En outre, il s’agit toujours d’économies largement informelles, à hauteur d’environ 60 %. J’affirme que le secteur secondaire a été détruit d’une manière planifiée. Comment peu-on dire qu’ils n’ont pas été capables de créer les conditions pour développer l’industrie ? En réalité, c’était la volonté d’acteurs tels que le FMI et l’ancienne puissance coloniale. Il est inconcevable que 60 ans après les indépendances, cette région ne soit pas industrialisée. Certains répondront simplement par une idée fantaisiste selon laquelle les peuples africains ne peuvent pas ou sont incapables de le faire. Non, ce n’est pas le cas. Et je le montre dans mon livre en parlant de l’autre type de coopération qui a existé avec l’Union soviétique et que la Russie est en train de relancer.

Mais revenons à la question des matières premières. Au Niger, il y a le fleuve Niger, le troisième plus grand fleuve d’Afrique. Il existe un projet d’infrastructure, le barrage hydroélectrique de Kandadji, qui a été conçu il y a plusieurs décennies pour réduire la dépendance énergétique du Niger. Il permettrait de multiplier par deux la production d’électricité. Cependant, il n’y a pas eu la volonté ou la capacité de mettre en œuvre ce projet en raison d’intérêts qu’il convient d’analyser en détail. Cet état de fait remet en cause la coopération qui a prévalu depuis l’indépendance, à savoir la coopération avec la France et les pays de l’Union européenne. Il est incompréhensible que des projets d’infrastructures de développement aussi importants ne se soient pas encore concrétisés. Ils pourront certainement se concrétiser maintenant que des pays comme le Niger, le Burkina Faso et le Mali ont chassé l’ancien pouvoir, confirmant qu’il interférait dans le Sahel d’une manière contraire à leurs intérêts. Plusieurs mesures allant dans ce sens sont déjà annoncées. Parmi les projets importants, il y a non seulement le barrage, mais aussi la découverte de pétrole, puisque le Niger ne disposait pas de cette ressource jusqu’à récemment. C’est sous le gouvernement de Mamadou Tandja - qui a été renversé par un coup d’État militaire, ce qui n’est pas un hasard - qu’il y a eu une volonté claire de diversifier les partenaires du Niger afin de progresser dans l’exploitation du pétrole. Depuis 2009-2010, il y a eu cette prise de conscience que les gisements de pétrole pouvaient apporter des revenus importants au Niger. L’exportation du pétrole nigérien a été envisagée via le Bénin, à travers ce qui serait “le plus grand oléoduc d’Afrique”. Cela représenterait un revenu de plus de 4 milliards de dollars, soit 1/4 du produit intérieur brut.

 

Il est clair qu’il y a un problème si l’on voit que le Niger a des ressources formidables et qu’en même temps, il a été jusqu’à présent l’un des pays les plus appauvris de la planète. Mon livre est né de cette réalité, de la mise en relation de ces deux éléments et de la volonté d’amener le lecteur à me rejoindre dans mon hypothèse. Pourquoi ? me suis-je demandé. Quelle est la relation entre ces deux éléments ? Entre l’extrême pauvreté de 42% dans un pays comme le Niger et des ressources aussi formidables, par exemple, car c’est l’un des principaux producteurs d’uranium au monde. Il s’agit d’une matière première stratégique qui permet à un pays comme la France de se présenter comme “souveraine” en matière d’énergie grâce à ses centrales nucléaires. Il y a une relation entre ces deux facteurs que je qualifie de relation où il y a des complices et des coupables.

Le gouvernement actuel du Conseil National pour la Sauvegarde de la Patrie (CNSP), arrivé au pouvoir le 26/07/2023 en renversant la marionnette Mohammed Bazoum, allié à la France, est venu avec la volonté de participer à un combat historique, un combat anticolonial après les Indépendances. Le néocolonialisme est une réalité, et ce qui se matérialise aujourd’hui, à travers l’Alliance des États du Sahel, c’est une coopération régionale qui ouvre la porte à d’autres partenaires comme la Russie et la Chine.

Mon livre s’inscrit également en faux contre ce que prétend la propagande de l’OTAN ou des médias hégémoniques, selon laquelle la Russie et la Chine seraient toutes deux “les nouveaux colonisateurs”. Tout d’abord, s’il n’y a pas eu de développement jusqu’à aujourd’hui dans ces pays africains, alors qu’ils disposent de tant de ressources, c’est à cause de deux facteurs. Le premier est évidemment la corruption. Les nouvelles autorités nigériennes ont mis en place un organisme de lutte contre la corruption (COLDEFF) et - en plus des personnes qui ont fui le pays - toute la criminalité économique et fiscale qui s’est déroulée au fil des ans est déjà mise au jour et fait l’objet d’une enquête. L’autre raison que j’évoque provient d’une conversation que j’ai eue avec l’ancien conseiller présidentiel de l’Ouganda. Cet homme a travaillé avec des communautés paysannes dans différents pays africains comme le Zimbabwe. Il s’est spécialisé dans les questions de développement et a écrit un livre intitulé “Trade is War”. C’est un auteur ougandais d’origine indienne, Yash Tandon, qui explique quelque chose qui me semble très important. L’un des facteurs est la corruption, mais l’autre est celui dont parle Tandon. Il s’agit du type de coopération qui a été privilégié historiquement et qui, au lieu de le favoriser, a empêché le transfert de technologie au niveau mondial. Le droit au développement des pays du Sud est une question importante. Leur droit d’être libres de créer et de développer leur propre technologie. Il n’est pas facile à résoudre, car il y a le problème des brevets qui ont été progressivement introduits par le réseau d’acteurs néocolonialistes. Yash Tandon explique qu’un autre type de coopération était possible dans le passé. L’Union soviétique, par exemple, autorisait le transfert de technologies sans brevets. De cette manière, la technologie pouvait être imitée, et c’est ainsi qu’il y a eu un processus d’industrialisation dans certains pays africains, qui a ensuite été interrompu par l’offensive néolibérale. L’histoire des relations soviétiques avec le continent africain nous permet de mieux comprendre la situation actuelle.

Un projet de coopération vient d’être signé entre l’Université de Saint-Pétersbourg en Russie et 42 universités africaines. Il s’agit d’une coopération russo-africaine dont l’objectif est précisément de former les étudiants africains au développement et à la technologie. Ainsi, lorsque vous entendez cette propagande selon laquelle la Russie et la Chine seraient de nouveaux colonisateurs, vous devriez répondre sur la base d’une analyse détaillée des faits. La Russie et la Chine ne sont pas derrière ces pays en train de tirer les ficelles, elles sont à leurs côtés et les soutiennent dans la lutte pour leur souveraineté.

Bien sûr, les relations internationales sont une question d’intérêts. Mais il y a la possibilité que ces intérêts soient aussi fondés sur le respect mutuel, dans la mesure du possible. Sans être naïfs, les pays africains qui sont dans une nouvelle dynamique d’intégration régionale panafricaine ont cette conscience et cette idée claire : ils sont conscients que la situation de “nouvelle guerre froide” leur offre de nouvelles possibilités. D’abord, résoudre par leurs propres moyens le problème de la sécurité dans la zone des trois frontières. Deuxièmement, l’Alliance des États du Sahel n’envisage pas seulement une alliance militaire défensive, ce qui est crucial, mais aussi le développement d’une union monétaire et économique. Il s’agit donc d’un moment historique pour le panafricanisme.