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23/06/2025

FABER CUERVO
Colombia en el mundo: ¿Por qué hacemos lo del avestruz? ¿Para qué sirve la filosofía?

Faber Cuervo, 23-6-2025

“Ambientalismo sin lucha social es apenas jardinería”

“Filosofía sin lucha política es apenas mera bacanería”


La sociedad colombiana no ha podido tramitar pacífica y eficazmente sus conflictos por la ausencia de una educación política, filosófica, histórica, ética y estética. Es decir, por carencia de todo aquello que nos hace más humanos. Ha privilegiado la fuerza de la ignorancia, la censura y las balas, por sobre la fuerza de la argumentación, el conocimiento y el pensamiento crítico.

Desde el siglo XX se instauró la creencia de que “en la mesa no se debe hablar de política ni religión para evitar conflictos”. Esa visión del statu quo opresor promovió la postura del avestruz, enterrar la cabeza para no ver todo lo que reviste importancia en la sociedad.

La filosofía es el cuidado del pensar. La política es el cuidado del otro. La ética es el cuidado de sí. Pero ninguna de estas disciplinas las enseña la universidad. La filosofía que transmite la universidad no es para trasformar y emancipar la sociedad sino para consolidar sus cimientos de colonización, esclavitud, deshumanización y pobreza.

La política es quizás la disciplina que más nos humaniza. Somos seres eminentemente políticos. Sin el otro no podemos existir. Por eso, la política es el cuidado del otro. En la medida que defiendo los intereses y derechos del otro, estoy defendiendo los míos propios.

Las imágenes recurrentes de movilizaciones populares tomándose las calles de las ciudades no son divulgadas en los medios de comunicación empresariales, sólo lo hacen los medios alternativos independientes. Ellas revelan una fervorosa lucha entre una clase social trabajadora contra una clase social explotadora opresora. Lo que la antigua filosofía política denominó la lucha de clases determinante de la historia de los pueblos.

Sin embargo, esas imágenes reveladoras no suscitan interés, mucho menos análisis, discusiones, o profundización en la problemática sociológica que entrañan, en amplias franjas de la población, en círculos de estudio, en grupos de formación cultural, en organizaciones sociales importantes. Se asume la postura del avestruz, se mira para un solo lado, se prefiere evitar salir de la zona de confort, o sea, “yo tengo casi todo, no me importa lo que ocurra allá fuera”.

La filosofía es una herramienta para interpretar, pero en especial, para transformar la realidad. Esta filosofía no gusta al statu quo, no se promueve en la academia, no tiene cabida en la prensa ni en la radio, ningún sistema de educación prepara para ella.

Vivimos en un mundo de complejos fenómenos que requieren de la filosofía y la política para entenderlos y tramitarlos. No en vano surgió la filosofía política como una disciplina que analiza las sociedades y propone utopías para transformarlas. John Rawls, filósofo usamericano, propuso un nuevo contrato social para zanjar las odiosas diferencias entre las clases sociales, basado en la justicia distributiva. La obscena desigualdad social es una de las principales causas de las violencias y calamidades en las sociedades.

¿De qué sirve la filosofía política si no se toma partido por las víctimas que padecen exclusión, persecución y genocidio? En un mundo de tanta desigualdad como el que habitamos es un imperativo tener empatía hacia esos seres desdichados. Solo queda una opción coherente con la humanización a la que nos debemos: no seguir siendo tibios, ser amorosamente radicales contra los diseños estructurales que eternizan la inequidad. Es inaceptable que millones de colombianos y no colombianos sufran diariamente la pobreza aplastante de cualquier esperanza y proyecto de vida. La filosofía política tiene el reto de ofrecer alternativas al modelo del capitalismo empobrecedor de los más y enriquecedor de los menos.  

La neutralidad en un mundo donde impera la ley de la selva no es decorosa. Es indigna. No podemos dudar en rechazar categóricamente la violación al Derecho Internacional, el arrasamiento de las soberanías de países que no tienen bombas nucleares para defenderse de los terroristas Estados de Israel y Estados Unidos de América. Si Irán tuviera siquiera una bomba nuclear no lo hubieran atacado. Lo atacan porque quieren cambiar su gobierno, controlar sus reservas de hidrocarburos y el Estrecho de Ormuz, poner allí bases militares para seguir preparando el asedio a China.

Poderosos bombarderos B-2 de los USA lanzaron bombas rompe búnkeres a instalaciones nucleares de Irán. La temible bomba GBU-57 pesa 13 toneladas y media; su enorme peso logra impulsarla hasta 60 metros bajo tierra donde detona 2.400 kilogramos de explosivos. ¿Cómo la humanidad calla ante estas acciones que atentan contra toda la vida planetaria? Esas detonaciones en esas profundidades pueden generar alteraciones en el subsuelo. También pueden generar liberación de uranio, lo que pondría en riesgo la salud de todos los seres vivos alrededor.

El colonialismo está más vivo que nunca. Israel prosigue el genocidio contra el pueblo palestino y mantiene total control sobre Gaza, ahora quiere ingresar a argentina cuyas puertas abre el vasallo Milei. Dicen que van por el agua, La Patagonia y otros recursos. Las fuerzas armadas de Israel han atacado a cinco países en menos de un año: Palestina, Líbano, Yemen, Siria, Irán. ¿Cuál será el sexto? El gobierno de Donald Trump criminaliza a los inmigrantes latinoamericanos que han contribuido a la prosperidad de la economía estadounidense; las redadas que ha ordenado han separado niños de sus padres, ha violentado los derechos humanos, ha afectado la producción industrial y agrícola.

La seguridad del planeta, la continuidad de la vida, los valores más caros de las civilizaciones están en riesgo. ¿Dónde están la filosofía, la política, la ética? ¿En cuál rincón dormitan? La ética –cuidado de sí- con los principios que libremente elegimos para conducirnos a favor de la paz, la justicia social y con la naturaleza, deberían enarbolarse con toda la fuerza moral posible. Como el avestruz, no podemos seguir autocensurándonos eludiendo las cuestiones fundamentales. Hay que tomar partido contra la oscuridad, contra todas las expresiones de violencia, contra el genocidio, la discriminación racial-étnica-social-de género, la pobreza, el colonialismo, la explotación del trabajo.


Pacificadores de nuestro tiempo, por Tjeerd Royaards, Países Bajos

17/06/2025

REINALDO SPITALETTA
Sancocho de sangre a la colombiana

Reinaldo Spitaletta, Sombrero de mago, 17-6-2025

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Somos un sancocho de sangre desde tiempos remotos, antes de que los artesanos Galarza y Carvajal le propinaran hachazos a Uribe Uribe, y antes también de que Arturo Cova declarara que había jugado su corazón al azar y se lo había ganado la violencia. Seguro las guerras y guerritas civiles del siglo XIX nos abonaron la mentalidad para resolver a la fuerza y a bala, o a machetazos o cuchillo, como en Palonegro, las diferencias políticas y sociales. Y las de otra índole, como las del bolsillo y la tierra.

Los asesinos del hombre que escribió un libro prohibido por sectores eclesiásticos (De cómo el liberalismo colombiano no es pecado) pasaron a convertirse en actores del que se considera el primer largometraje filmado en Colombia: El drama del 15 de octubre, de los Hermanos Doménico. La película (muda, claro) fue considerada “inmoral” y “glorificadora” del magnicidio por las imágenes del líder asesinado y las de sus verdugos Leovigildo y Jesús, de los que también se compuso, hasta donde se sabe, un bambuco: “Asesinos Galarza y Carvajal / que matasteis a Uribe Rafael…”.

  
Se corrió entonces a destruir el filme, mientras se quedó en el misterio quiénes hubo detrás del asesinato. Y así hemos transcurrido desde entonces y desde mucho antes. Después, en ese caldo terrorífico que hoy seguimos tomando, llegaron los muertos de las bananeras, decenas de trabajadores mandados al más allá por el gobierno de Miguel Abadía Méndez y la United Fruit Company. Eso poco importó, al fin de cuentas eran solo trabajadores.


Bueno, digamos que al aún joven Jorge Eliécer Gaitán sí le importó el asunto y después de su investigación pudo decirle con propiedad a oligarcas y matones que “el gobierno colombiano tiene la metralla homicida para el pueblo y la rodilla en tierra ante el oro americano”. Y también lo mataron, y pusieron a un cualquiera, al albañil Juan Roa Sierra, a dispararle, cuando detrás estaba la conspiración, los cerebros del mal, los auténticos asesinos, que tampoco la historia ha podido condenar.

Y a todos nos ganó la Violencia. Llegaron los “pájaros”, los chulavitas, los cortadores de cabezas, los del corte de franela y de corbata, los bandoleros, los que mandaban a los bandoleros… Y así hemos discurrido, con cadáveres en los ríos, en los montes, en la ciudad. Y si hubo tiempos en que matar liberales no era pecado, también los hubo en que matar indios no era delito, y así los pusieron en la escena de tierra arrasada. Por el Cauca, por el Amazonas, por los Llanos…

Hemos tenido de todas las sangres. Guerrillas liberales, luego las de vestuarios marxistas-leninistas-maoístas, y de otras indumentarias. Y el cielo de Marquetalia, del Pato y Guayabero se llenó de bombarderos. Todo bien, papá, hay que acabar con las “repúblicas independientes”. Qué revuelto de balas y masacres. Cuánta acción delincuencial nos ha tocado, secuestros, vacunas, extorsiones, y los que se declararon “héroes” frente a la “subversión” y se robaron las mejores tierras y jugaron al fútbol con las cabezas cercenadas de las víctimas.

Y así hemos transcurrido, con discursos incendiarios, con presuntas “seguridades democráticas”, con los “falsos positivos”. Con magnicidios, con atentados, con carro-bombas, con narcoterrorismo y paramilitarismo y grupos de “limpieza social” y los de “muerte a secuestradores”: lo dicho, un sancocho sangriento. Y como si fuera poco, continúan los discursos guerreristas, los que convocan a la matazón y al “balín”, como lo grita un precandidatucho fascista que cree que todo es solucionable con “candela” e hijueputazos.

El atentado contra el precandidato Miguel Uribe es la continuación de una vieja película que puede remontarse a la de Galarza y Carvajal, o, de otro modo, a los que tuvieron que estar detrás del telón del crimen y permanecieron en la impunidad. La herencia de la resolución irracional de las contradicciones sociales y políticas a punta de hachazos, balazos, machetazos, continúa cobrando su cuota de sangre.

Abundan los Roa Sierra, manipulados por los grandes criminales en la sombra. Sigue bebiéndose el caldo de cultivo de los sicarios, herencia, además, de tiempos que aún no se acaban, conectados con las mafias, con el lumpen burgués y el lumpen de los bajos fondos. Hay un mercado de la ignominia, en el que los desahuciados de la fortuna son utilizados como carne de cañón y como protagonistas de un sistema de inequidades.

Nos aplastó la violencia, cultivada por los que consideran al pueblo como una nadería que se puede pisotear. O utilizar como activistas de la muerte. Y mantener en la noche de la ignorancia y las carencias intelectuales y materiales. Es muy fácil decir “bala es lo que hay y bala lo que viene” como una manera de preservar el miserable “statu quo”. Estamos en una vorágine sangrienta, que tiene historia, y que parece no tener fin. La violencia nos devoró el corazón.

16/06/2025

TIGRILLO L. ANUDO
Colombia: ¿Qué más irán a hacer?

Tigrillo L. Anudo, 16-6-2025

El atentado al senador Miguel Uribe Turbay es otra acción más del plan sedicioso para desestabilizar el gobierno de Gustavo Petro. La oposición se vale de ese hecho para reagrupar sus bases sociales, para seguir expeliendo veneno y odio contra la democracia y el progresismo, para precipitar una crisis generalizada (dar la sensación de caos), un clima de “ingobernabilidad”, una crisis institucional con posibilidades de un golpe de Estado, finalmente conquistar el triunfo electoral en 2026.


El ala más oscura del poder político-empresarial-narco planea y ejecuta el crimen. Las otras alas o sectores se encargan de utilizar el impacto emocional que produce para capitalizarlo en propaganda sucia y nuevas acciones que buscan configurar un país con descontrol administrativo.

“La marcha del silencio” fue otra acción derivada del atentado, la misma que se convirtió en una grotesca manifestación electoral. No hubo silencio para rechazar la violencia y apoyar con respeto a una vida que se debate en una UCI. Al contrario, hubo apología a la violencia con arengas, insultos, expresiones de intolerancia.

La oposición no hace política responsable. Al carecer de argumentación racional sólida para ofrecer al electorado, acude a explotar la emocionalidad de las personas y a las estrategias de sedición. ¿Qué más irán a hacer? Pues más de lo mismo. El riesgo de esta forma de hacer política es que recurran a acciones más mezquinas y peligrosas.

Sólo piensan en un fin: recuperar el control del Estado para volver a saquear el presupuesto público. Y en ese camino, el fin justifica los medios. Si hay que sacrificar alfiles de sus propias filas políticas, pues lo seguirán haciendo. Y si hay que volver a producir un baño de sangre con elementos de las filas contrarias, pues tampoco lo dudarán. No habrá líneas rojas ni acatamiento a cualquier norma decente.

El aparato criminal que domina a Colombia tiene tentáculos transnacionales. El plan sedicioso de la oposición política cuenta hasta con la colaboración del secretario de Estado de los Estados Unidos, además de otros brazos asociados al narcotráfico, las esmeraldas y la venta de armas, que se sienten golpeados con todas las toneladas de polvo blanco que le han sido confiscadas.

El momento que vive Colombia es el de una radicalización de la lucha entre el bien y el mal. Puede sonar maniqueo, pero así es. Es más que una lucha política de clases, es más que una batalla entre la concepción neoliberal despojadora de derechos y la concepción de un eficaz Estado Social de Derecho. El momento actual es el de una confrontación ética, estética y cultural. Se oponen los valores sagrados de la vida, la preservación de la naturaleza, la paz, la justicia social y todos los derechos derivados de ésta, contra los disvalores del “todo vale”, “resolvamos los conflictos con balines”, “maten al sicario de Miguel Uribe”, “la consulta popular es ilegal”, “la paz total es un fracaso”, “expulsar al guerrillero del Palacio”.

Claro que es una lucha entre el pueblo empobrecido y explotado contra grupos de poder que se enriquecen cada vez con la plusvalía y los recursos que arrebatan a las mayorías trabajadoras. Es la lucha del bien común contra el mal de minorías saqueadoras. No se trata de izquierda o derecha, ni de Petro o Uribe, sino del buen vivir de los colombianos asaltados en sus derechos.

¿Qué más irán a hacer? Cualquier locura se puede esperar de una oposición fanática, de una Delincuencia Política Organizada, de todas esas fuerzas reaccionarias nucleadas en torno al propósito de sacar del gobierno a los “comunistas” para volver a detentar el poder.

El mundo delira con guerras, asesinatos políticos, genocidios, confabulaciones, codicias sin límites. Colombia delira con lo mismo.

02/06/2025

TIGRILLO L. ANUDO
Colombia: ¿Qué hacer para lograr la Consulta Popular?

Tigrillo L. Anudo, 2-06-2025


Autor amazonense sin fronteras, bolivarista, martista, mariateguista, gaitanista y un poquito zapatista.

Las marchas, movilizaciones y paro nacional para defender las reformas están perdiendo el pulso frente al aparataje de la democracia burguesa. El pueblo se toma las calles, pero la oligarquía nos derrota en el Congreso y las altas cortes, al hundir las reformas el primero y tumbarlas mediante sentencias las segundas.

¿Vamos a seguir marchando indefinidamente sin obtener logros sustanciales en la lucha por los derechos sociales, políticos y económicos?

¡Qué falta hace un fortalecido Partido Unitario en este momento de definición de estrategias para radicalizar la lucha política!

Y no sólo el Partido sino la conformación de una Coordinadora Nacional y Frente Unido en defensa de las reformas sociales estructurales.

La resurrección de la reforma laboral podría considerarse un triunfo del movimiento popular en las calles, pero la están posicionando como una conquista de la derecha que se abanderó de ella, amputando el texto original presentado por el gobierno.

La negación de la consulta popular en el Congreso es un caso único en el mundo que supera aún el horripilante triunfo del NO a la paz en el plebiscito por la terminación del conflicto armado y social en el 2016. 

Colombia es una tragedia y comedia con sus instituciones burguesas burlándose y aplastando al constituyente primario. La democracia burguesa está diseñada para conservar los privilegios de la clase burguesa oligárquica a costa de la opresión y el mal vivir de las clases trabajadoras.

¿Por qué no se radicaliza la exigencia de la consulta popular que le otorga el derecho legítimo al pueblo de decidir directamente su suerte en el campo laboral y la salud?

Es que nos están tratando como esclavos, como parias, es decir como sujetos carentes de derechos. Es muy grave ese contragolpe y humillación que hizo el Congreso casado con el “bienestar exclusivo de las clases opresoras”, al negar la consulta popular, inalienable derecho constitucional. Ese derecho al igual que los otros derechos constitucionales son derechos fundamentales irrenunciables que no pueden ser negados por gobierno o autoridad alguna a las personas porque son constitutivos de la esencia de los sujetos de derechos, que somos todos los ciudadanos.


Cuarenta y nueve (49) senadores negaron el derecho a decidir en las urnas a 25 millones de colombianos. Cuarenta y nueve sujetos que se ganan más de $50 millones mensuales destruyen la posibilidad de mejorar las condiciones laborales y de salud a las mayorías.

Nadie puede negar el derecho del pueblo a la consulta popular. El presidente Petro puede convocarla por decreto, pero el Consejo de Estado podría atravesarse en el camino y tumbarla al emitir sentencia frente a las múltiples demandas que la oposición política burguesa interpondrá.


¿Qué hacer para lograr la consulta popular?

La conformación de una Coordinadora Nacional por las reformas sociales y las consultas populares es de urgente necesidad para convocar a jornadas de marchas y paros escalonados en el territorio nacional. Las próximas convocatorias podrían tener como única consigna: ¡Aprobación de la consulta popular ya!

Es indispensable transformar las dinámicas políticas en Colombia. Estamos en un momento álgido de las contradicciones entre el capital y el trabajo, y esta lucha no se zanja favorablemente a los trabajadores siguiendo las reglas hechas por los explotadores esclavistas. Para avanzar es necesario parar y empezar a construir Poder Popular.

¡Hacia el Poder Popular!

Se construye Poder Popular al arrebatar al Congreso burgués las decisiones que afectan la vida de millones de colombianos. ¿Hasta cuándo nos va a esclavizar esa casta política pagada por el establecimiento oligárquico? El pueblo se debe apropiar de la herramienta constitucional consulta popular para seguir legislando (en lugar del Congreso corrupto anti pueblo) sobre todos los temas. Legislar a través de las consultas populares, desposeer al Congreso esa potestad. El pueblo debe ser el legislador en el próximo futuro. El Congreso burgués siempre estará contra los intereses del pueblo. 

Las movilizaciones y paros pueden radicalizarse para presionar la aprobación de la consulta popular. ¿Cómo? Paralizando las ciudades a través de la toma de avenidas con los manifestantes sentados en las calzadas. Nada de violencia. Toma cultural de calles y arterias con el pueblo sentado pacíficamente, entonando canciones de amor y lucha social, con los teatreros haciendo performances y sketches, con los acróbatas pintando el aire de magia, con los cuenteros palabreando el paisaje, con las batucadas electrizando la atmósfera. Las carpas desplegadas en parques y calles acogiendo al pueblo movilizado por su legítimo e inalienable derecho a la consulta popular, los comedores populares atendidos por las mujeres valientes madres de las primeras líneas, por voluntarios y juventud activada; los micrófonos abiertos para continuar los cabildos populares; las despensas para recoger alimentos. 

Es el momento de crear las bases del Poder Popular que podría profundizar el próximo gobierno progresista.

Si no se radicaliza la lucha popular y el accionar del gobierno de Gustavo Petro, nos van a seguir derrotando y burlando. Perderá potencia la movilización y la lucha callejera.


23/03/2025

TIGRILLO L. ANUDO
Reformas estructurales en una democracia burguesa

Tigrillo L. Anudo, 23-3-2025

La democracia burguesa con sus legislaciones a favor de poderosos intereses de clase es la gran tranca para la conquista de la justicia humana, social, redistributiva, ambiental, en una sociedad profundamente afectada por sus ausencias. La democracia burguesa permite comprar los jueces, el Congreso, los magistrados, los funcionarios - empleados públicos, las juntas directivas, los empresarios y todos los que haya que comprar. Esa “democracia” necesita de la injusticia, del hambre, la desigualdad, la miseria; estimula la corrupción, el delito, la aporofobia, la sociopatía, la exclusión y otros males que se devoran el país. La democracia burguesa se debe al capitalismo puro y duro que avasalla al pueblo trabajador.


«La nueva relación entre el trabajador y el empresario». Caricatura del Neuer Postillon, Zúrich, Suiza, 1896

La gran burguesía aliada con criminales no quiere compartir las rentas y las riquezas. Su codicia y afán monopolista, su carácter excluyente y sociópata, no admiten la redistribución de la riqueza. Lo máximo que permitirá serán unas reformas deshilachadas, amputadas, disminuidas en sus alcances, retazos de los proyectos presentadas por el gobierno nacional, o sea, reformas que finalmente no se configuran como reformas estructurales. Seguirá imperando la inequidad en la tributación como ya ocurrió con la reforma tributaria de 2022 trasquilada por la Corte Constitucional quien autorizó a las empresas deducir de su impuesto de renta lo que pagan por regalías al Estado. También ocurrió con el archivo de la Ley de Financiación. Ahora está en vilo la reforma pensional.

El pueblo colombiano está luchando contra un aparato criminal multidiverso que se apropió del Estado, de sus instituciones encargadas de asegurar los derechos fundamentales consagrados en la Constitución Política de 1991. Políticos, grandes empresarios, mafias de rentas ilícitas, empresas transnacionales, contratistas, se ferian los recursos públicos, los presupuestos, las vigencias futuras, los medicamentos, las flotas de carro tanques, las falsas facturas de atenciones médicas, de servicios de ambulancias, de contratos e IPS ficticias, entre otros; se llevan lo que pertenece al pueblo desprotegido. En la letra escrita constitucional están resueltas las necesidades básicas de los colombianos, pero en la praxis está bloqueada por la rapiña que sufren las finanzas de dichas necesidades. 

El presidente Gustavo Petro está enfrentando toda esa maquinaria para poder cristalizar las reformas sociales. El pueblo movilizado en las calles lo acompaña. ¿Bastarán estas luchas para lograr implantar las reformas estructurales? La Delincuencia Política Organizada –DPO- no se asusta con nada. Archivó en la Comisión Séptima del Senado la reforma a la salud el mismo día en que marchas multitudinarias en todo el país respaldaron la convocatoria a una consulta popular para preguntar sobre las reformas laboral y de salud. Todos los engranajes del aparato criminal nacional están estrechamente sincronizados para conservar el “Estado de cosas” aberrantes a las que se acostumbró la sociedad. La oposición en el Senado de la “República” ya anunció votar en contra de la consulta popular, es decir, no permitirán siquiera consultar al pueblo –el constituyente primario- sobre lo que ya está escrito en la CN 1991. 

Ya están consagrados los derechos a la salud, la educación, la pensión, el trabajo digno, la vivienda, la paz; sin embargo, el pueblo tiene que pedir que se ratifiquen esos derechos a través de una consulta popular. Un absurdo.  El Congreso que está en el deber de tramitar lo que ya es ley, se dedica a sabotear, boicotear, bloquear las propias normas. El propio Estado hace conspiración contra sí mismo. Esto es una canallada por parte de una casta política burocrática que gana 40 veces más que cualquiera de nosotros que somos clase obrera-proletaria. No somos clase media, somos asalariados, vivimos de lo que nos pagan por nuestro trabajo, trabajo que genera riqueza, riqueza de la cual apenas arañamos unas migajas.

Colombia es el único país del mundo donde la mayoría de los votantes dijo no a la paz. ¿Será que, en una consulta popular, la mayoría vote negativamente las reformas laboral y de salud? No creo que suceda esto. De hacerse esa consulta, ganará el sí a las reformas. Estamos en otro momento, ya no es el dominio del uribismo doctrinario fundamentalista; hoy es el momento del pueblo empoderado, del poder popular en ciernes, del despertar de la conciencia de clase y política. El pueblo en las calles es una tromba de alegría, arte, expresión, dignidad y poder. 

Para lograr la aprobación de la consulta popular en el Congreso se puede convocar una nueva y poderosa marcha, previa a la votación. Esta marcha será un mandato popular; si no votan a favor de la consulta, el pueblo escalará a acciones más audaces que cuestionarán los cimientos de la democracia burguesa. Esa posible afrenta del Congreso pondrá a prueba la organización revolucionaria del pueblo; el nuevo Partido Unitario mostrará de qué está hecho y cuál es su compromiso con la revolución política y cultural que tenemos que hacer.

18/02/2025

OTO HIGUITA
Colombia: ¿para dónde va el gobierno del cambio?

Oto Higuita, 19-2-2025

El gobierno del cambio que encabeza el presidente Gustavo Petro está ante una decisiva encrucijada. ¿Qué camino tomar, a la izquierda, a la derecha o al centro?

Mucha gente cree que el presidente va a dar un timonazo para cambiar el rumbo que ha tomado su gobierno, ante el incumplimiento de 146 de los 195 compromisos, solo un escaso 25% de lo prometido en campaña se ha cumplido. Fracaso del cual responsabiliza a sus ministros y directores de departamentos administrativos. 

Lo que no está claro es hacia qué dirección dará el timonazo en el tiempo que resta para que termine el período presidencial. 

Lo que sí está claro es que Gustavo Petro busca quedar ante la historia como el presidente revolucionario, el gobierno no lo es, como afirmó en el primer consejo de ministros público del pasado 4 de febrero, dando a entender que sus ministros no son revolucionarios; no cumplieron con las metas que se trazó el gobierno, pues lo logrado está muy por debajo de las expectativas del pueblo que lo eligió.

Lo que sucedió en la reunión en la Casa de Nariño, cuando el jefe de Estado salió en directo por la televisión y las redes sociales de la presidencia a anunciar que haría público el consejo de ministros, puede calificarse como una jugada política maestra que trajo varias sorpresas. 

Las sorpresas del consejo de ministros

El regaño público a sus ministros por no cumplir el programa de gobierno que se acordó con el pueblo. Mostrar a toda Colombia un balance de gestión bastante pobre. Sorpresiva fue la manera como despotricó de la última guerrilla histórica que queda en Colombia, el ELN, para luego justificar la vuelta a la estrategia contrainsurgente, lo cual significa nada más y nada menos que deshacerse de la paz total y acoger la vieja doctrina de la seguridad nacional, decretando el Estado de conmoción interior por 90 días.  

Ni el objetivo maximalista de hacer de Colombia una potencia mundial de la vida se va a poder realizar, de no llegar a un acuerdo definitivo sobre la paz total; más difícil aún lograr sin completar la reforma institucional profunda (tributaria, laboral, salud, pensional) que requiere el Estado, hoy frenada por la mayoría parlamentaria al servicio de la oligarquía, lo cual lleva a poner en entredicho el gran sueño del gobierno del cambio.

Sorpresivo también que se ventilaran al aire las fuertes contradicciones dentro del gobierno. Haber atornillado a un personaje oscuro y negativo para el proyecto progresista en Colombia como Armando Benedetti, quien encarna precisamente valores contrarios a los que representa el gobierno del cambio.

16/02/2025

TIGRILLO L. ANUDO
Colombia : es el proyecto político, no los egos y estigmas

Tigrillo L. Anudo, 16-2-2025

No se trata de seguir ciegamente al presidente Gustavo Petro. Se trata de comprender sus formas y contenidos en el ejercicio de su gobierno. Siempre, teniendo como referencia la coherencia con el proyecto político para el cual fue elegido. La lealtad no se pide sólo para el presidente o para los ministros, sino, ante todo, hacia el proyecto.


Al presidente Petro lo seguimos apoyando porque encarna el proyecto del cambio. Lo logró dilucidar, transmitir, impulsar, de tal modo que nadie mejor que él para abanderarlo y desarrollarlo inicialmente. Él propició la esquiva juntanza, él encontró las llaves para entrar a la presidencia, también vislumbró el camino para avanzar hacia una primera etapa del cambio. Es el líder que tiene mejor dibujado el proyecto en su mente.

El cambio anhelado no se logra en 4 años. Requiere mínimo entre 12 y 20 años, es decir, otros 4 gobiernos progresistas. Lo que se estructuró durante 215 años no se puede desestructurar, corregir y mejorar en poco tiempo. En Colombia reinan la ilegalidad, la corrupción, los grupos multicrimen, la impunidad y la injusticia. El Estado está tomado por clanes políticos y mafias controladoras de rentas legales e ilegales. Cada departamento es un feudo cuyos dueños son la Delincuencia Política Organizada –DPO-, redes de contratistas, narcos, paracos, carteles empresariales, extorsionistas y reductos “guerrilleros”. La población trabajadora es objeto de despojo y burla en la danza de las ganancias ilícitas. Colombia es un remedo de país, un Estado fallido donde no opera la justicia.

El cambio que queremos es estructural. Hay que reinventar a Colombia. Más que ajustarla es volverla a moldear y configurar. Pero por algo hay que empezar. El presidente Petro ya puso la primera piedra. Corresponderá a las nuevas generaciones educadas, revolucionarias y leales al proyecto político poner otras piedras. Tendremos que elegir un congreso con mayorías leales al proyecto progresista en el 2026. Igualmente, debemos apoyar a un candidato presidencial que prosiga la juntanza, que tenga carácter y que también sea leal al proyecto.

No se trata de egos y estigmas. Se trata de consolidar el proyecto político.

Todo aquél que ayude a conservar y profundizar el proyecto será bienvenido al proyecto. Todo aquel que busque puestos dentro del proyecto, poniendo por encima sus egos e intereses personales, no le sirve al proyecto. El proyecto no tiene dueño ideológico. No es exclusivamente de la izquierda, ni del “centro”, ni de los liberales progresistas. El proyecto es de las ciudadanías libres, de los partidistas y sin partido, de todo aquel que quiera reconstruir a Colombia, contribuir al cambio, jugársela por la paz, el progreso con justicia social y la desaparición de la impunidad.

¡Que se vayan todos los ministros que tienen aspiraciones electorales! Los directores también. No están jugándosela con el proyecto. Están por su ego, por seguir trepando en la escalera política. Así no es.

No podemos seguir reproduciendo el sistema de casta política que creó el Frente Nacional. Un segmento privilegiado de funcionarios partidistas que cooptaron el Estado, se hicieron ricos y humillaron a los ciudadanos con su desatención y sus pésimas gestiones.

Los servidores públicos son servidores del pueblo que los eligió. Su principal función es ejecutar los compromisos adquiridos con el pueblo, hacerlos bien.

El objetivo del gobierno en el año y medio que le resta es ejecutar el Plan Nacional de Desarrollo. Los ministros, en su mayoría, no estaban ejecutando, no estaban liderando, a pesar de que tenían toda la autonomía para gestionar. El presidente solo no puede hacer lo que le corresponde a su equipo. Se necesita gente con carácter, liderazgo, iniciativa y capacidad de trabajo para sacar adelante el proyecto político. Por eso es que Petro mantiene a Laura Sarabia y a Armando Benedetti. Porque además de esas virtudes, ellos son negociadores con otras fuerzas políticas. Ellos están contribuyendo al proyecto sin pertenecer a la línea dura del proyecto 

El presidente Petro no fue presa de una rabieta, tampoco incurrió en un acto autoritario, menos en un “despelote” que se le salió de las manos. No actuó ni arbitraria ni individualistamente en el manejo que le dio al Consejo de ministros del pasado 4 de febrero. Como jefe del Gabinete solicitó una rendición de cuentas que se convirtió sorpresivamente en un semi mitin de los funcionarios por la ratificación de Sarabia y Benedetti en los cargos elegidos. Siquiera ocurrió lo que ocurrió. Ese “accidentado” Consejo de ministros mostró debilidades en algunos funcionarios. Por un lado, deslealtad al presidente. No han internalizado la estrategia política adoptada por el jefe de Estado, quien conduce el proyecto. Al proyecto lo conduce Petro (su creador y ganador en las urnas con ese mandato). El proyecto no es conducido por sus ministros y directores. El verdadero conductor del proyecto escogió la estrategia de jugar con varias fuerzas políticas en el durísimo y arduo propósito de democratizar un proceso de cambio en un país desmembrado. Y a esas fuerzas políticas pertenecen o le juegan los funcionarios estigmatizados.

Por otro lado, hay funcionarios del alto gobierno que son presa de la enfermedad infantil del izquierdismo al considerar que en el gobierno deben estar sólo los que más han batallado por el cambio durante sus vidas, por tanto, no debería dársele cabida a otros. Eso es sectarismo aquí y en Cafarnaúm. Pareciera que aún no tenemos una lectura objetiva y holística del contexto político colombiano, y menos acerca del talante de los actores que se apropiaron del Estado. También es decepcionante ver en el Consejo de ministros cómo una ministra brillante (quizás la mejor del gabinete) expresa que “no se puede sentar junto a Benedetti”. Reveló un feminismo y discriminación extremos. Así no es. No podemos derivar a crucificarnos desde los juicios los unos a los otros. O escuchar a Francia Márquez hablando de “la falta de transparencia y la corrupción galopante”. O a un director, también brillante y leal al proyecto, quejarse como un estudiante ante el profesor porque una compañerita no envió sus representantes a un evento. ¿Dónde queda el respeto al otro?, ¿dónde la lealtad, el perdón, la aceptación del diferente, la comprensión y la compasión? ¿Cómo avanzar así hacia el amor eficaz que proponía el sacerdote revolucionario Camilo Torres Restrepo?

Y no es que no se deban quejar. Sino que también hay formas y momentos para hacerlo. Manifestarlo en un Consejo transmitido por todos los canales nacionales cuando el objetivo del evento era una rendición de cuentas y la urgencia de acelerar las ejecuciones, no era la mejor opción. Pero se dio y hay que analizarlo.

Quienes más deberían mostrar estrategia y táctica no lo hacen y se enfrascan en discusiones desgastantes y dañinas para el proyecto. No se apropian de la estrategia y táctica del presidente; no hay sintonía con el ajedrez de éste en las formas de conducir el proceso. Esto si es delicado porque puede socavar desde dentro todo el proyecto.

Tenemos que apropiarnos del proyecto. El proyecto político es ante todo un proyecto reformista democrático de ajustes dentro de la democracia burguesa, el cual requiere del apoyo de fuerzas de diverso color político e ideológico. No se sostiene privilegiando posiciones de izquierda de línea dura. Tampoco sembrando divisiones inútiles dentro del gobierno. Lo fundamental es ir sumando ejecuciones, ir avanzando en la disputa del presupuesto para inversiones que favorecen al pueblo. Pensarnos cómo contribuimos al proceso proyectando los cambios a corto, mediano y largo plazo.    

Hay gente que no percibe ni experimenta ningún cambio. Hay otros que valoran los cambios reales en cuestiones como los golpes que han sufrido los carteles de la droga (incautaciones históricas), la entrega de tierras a campesinos, el liderazgo internacional del presidente, las reformas tributaria y pensional, la estabilidad económica, las fuerzas policiales que ya no le sacan los ojos ni asesinan a los manifestantes, el uso de los bienes de la SAE a favor del pueblo, las mejoras salariales de los militares, etc. También hay individuos que conciben el cambio como transformaciones estructurales o de fondo que no se están produciendo. Hay otros quienes pensamos que el cambio ya empezó en agosto del año 2022 con la elección de un proyecto progresista opuesto en sus principios a la agenda neoliberal de los que gobernaron durante 215 años.

La tarea principal, entonces, es ejecutar los compromisos adquiridos con el pueblo. Cumplir al 100% el Plan Nacional de Desarrollo. Pero, además, intentar una y otra vez reformas que no van a dejar hacer por la desventaja numérica de los progresistas en el parlamento. Intentar liberar o mejorar las condiciones de reclusión de los cientos de jóvenes condenados injustamente durante el estallido social. Hacer realidad la reducción de las tarifas de servicios públicos. Convocar a las empresas privadas que tienen concesiones a través de peajes en carreteras para renegociar su permanencia y las tarifas de cobro. Disminuir la vacuna del 4 X 1.000. Cumplir con los Acuerdos de Paz. Involucrar más a las fuerzas militares en acciones con la sociedad civil. Neutralizar los focos de desestabilización terrorista por parte de grupos narco-criminales (el ELN vendió su alma al narcotráfico). Desarrollar a fondo la sustitución de cultivos ilícitos y llevar el desarrollo a las regiones cocaleras. Profundizar la Reforma Agraria. Poner a funcionar a toda máquina el Ministerio de la Igualdad, uno de los que más puede incidir contra la injusticia social en la Colombia profunda.

El cambio en marcha es invisible y lento porque tiene muchas resistencias. La estructura socioeconómica que recibió el gobierno del Pacto Histórico tiene fundamentos y raíces clientelares, injustas y corruptas. El Estado heredado es un inmenso aparato totalmente cooptado por la Delincuencia Política Organizada –DPO- y grupos criminales satélites de ésta. La policía está corrompida. El ejército está lleno de Zapateiros bandidos y sediciosos. La tierra hermosa y fértil está en manos de terratenientes parasitarios, paramilitares y empresarios mimados. Los departamentos son haciendas en poder de toda laya de vividores de las rentas legales e ilegales. Las mejores oportunidades para salir de pobre siempre las brinda la ilegalidad. ¿Cómo transformar un país tan envilecido?

Pero también debemos decir que este proyecto político tendría que ir de menos a más. Del reformismo hacia los cambios estructurales. De gobiernos reformistas a gobiernos de la revolución estructural. El reformismo necesita otros 4 años de gobierno. En este gobierno que entró en su última recta, difícilmente se lograrán otras reformas significativas. El Congreso saboteará todos los intentos con el fin de desprestigiar al Pacto Histórico para las elecciones del 2026. El presidente Petro y sus coequiperos en el legislativo han librado duras batallas y han conseguido importantes conquistas gracias también a Roy Barreras (otro indeseable) y a apoyos liberales, conservadores y “centristas”. Se impone cuidar los huevitos que contra viento y marea no se han roto en el gallinero.

Hoy en día, es inviable lo que proponen algunos compañeros, como, por ejemplo, dejar de pagar la deuda externa, eliminar las 7 bases militares gringas, desconocer los tratados leoninos de libre comercio, abolir el parlamento, ignorar las instituciones, tomar y destruir el Estado burgués, que la clase obrera se tome los medios de producción, eliminar la propiedad privada, etc. Las condiciones no están dadas para emprender alguna de esas reivindicaciones.   Colombia sí debe avanzar hacia una revolución que permita la reconstrucción de un país muy distinto al que tenemos hoy; Colombia será un país potente, justo y digno. Pero esa revolución debe pasar primero por otras revoluciones, la primera, una revolución cultural educativa. Los “valores” y disvalores tradicionales que han dominado la cultura colombiana son los que han impulsado a elegir gobiernos verdugos del pueblo, gobiernos que vendieron la patria, gobiernos que han gobernado con los peores gánsteres y hampones. Esta realidad no se va a transformar fácilmente; requiere una revolución cultural; posicionar en el imaginario colectivo otros valores, los valores de la paz, la justicia social, la empatía, la solidaridad, el trabajo honrado, el enriquecimiento lícito, la información veraz (la verdad histórica), el amor eficaz, la cooperación. Otra revolución previa será la de la justicia. Mientras en Colombia no haya justicia soberana, eficiente, imparcial, restaurativa, no habrá cambios estructurales. En nuestro país es más respetado el ladrón exitoso que el profesor, el campesino o el artista. Mientras haya impunidad no habrá Patria.

Así que el camino es largo y lleno de huecos. Respiremos profundo y pensemos. ¿Vamos a defender egos o vamos a rodear la defensa del proyecto político? ¿Vamos a dividirnos con estigmatizaciones moralistas y sectarias, para facilitar de ese modo el regreso del fascismo criollo al poder? La oposición está al acecho como hienas alrededor de la presa. Lo primero que hará si vuelve a gobernar es destruir la Jurisdicción Especial para la Paz –JEP-, el organismo que ha revelado cómo eliminaban las voces inconformes con el proyecto de la ultraderecha.

 Posdata: Es importante transmitir los Consejos de ministros siempre y cuando haya una metodología, un respeto a la intervención de cada ministro, un apoyo en herramientas visuales y tecnológicas para informar sobre las ejecuciones en los ministerios, departamentos y unidades. Estas transmisiones educarán y empoderarán a la población. Los principios de esas transmisiones deben ser transparencia y pedagogía.  
 

09/02/2025

FABER CUERVO
Colombia: timonazo del presidente

Faber Cuervo, 9-2-2025

“La izquierda sola no gana nada en Colombia, difícilmente gana una gobernación o una alcaldía significativa, pero nada más”.

“Cuando nos creemos moralmente superiores al distinto, ya estamos arruinando el proyecto”.

“Sin el otro no podremos conocernos ni construirnos”.

“Somos aquello que respondemos al otro”.

La transmisión del Consejo de ministros no fue ni show ni circo. Fue algo peor: un revulsivo. Y ojalá lo sigan transmitiendo.

Digo “peor” por sus implicaciones inmediatas, las ronchas que genera, las maledicencias, escándalos e incomprensiones. Pero en realidad, finalmente, tiene consecuencias favorables, beneficios para todos.

Se vio a un presidente insatisfecho con los resultados hasta ahora obtenidos. Desatado porque cómo no se desata un director de orquesta si sus músicos no ejecutan a tiempo las notas de la melodía.

Y decepcionado. ¿Cómo no se decepciona un Presidente si comprueba que el internet de las fronteras de Colombia es de los Estados Unidos?

Y embejucado. ¿Cómo no embejucarse si algunos ministros le ladran porque incluye al personajón de Benedetti y a la joven Sanabria en su equipo de gobierno?

El presidente ha cometido errores que han costado caro. Nombrar a Carlos Ramón González (Partido Verde) como director de la Dirección Nacional de Inteligencia de Colombia. Nombrar a Olmedo López (Polo Democrático) en la dirección de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres –UNGRD-. Nombrar a Alejandro Gaviria (liberal centrista) como ministro de educación. Demorar acciones de sustitución de cultivos ilícitos y prevenir actos violentos de los carteles de la droga. No crear un organismo independiente con apoyo internacional para investigar y castigar la corrupción desbordada, para de ese modo reducir la alta impunidad que nos hace un Estado fallido. Retardar la creación de una agencia de prensa propia. Y hay más.

Pero el presidente sabe hacia dónde va. Sabe con quiénes puede trabajar. Tiene objetivos de corto, mediano y largo plazo. Ocurre que los del corto plazo se están aplazando más de la cuenta, no por su culpa, sino porque ha faltado un equipo que lo respalde con todo el vigor y la convicción que se necesitan. Los ministros no lideran, no ejecutan, no se apropian del momento que vivimos, no la dan toda por cumplir metas del Plan de Desarrollo, no se ponen la camiseta del proyecto político del cambio. Los objetivos de mediano y largo plazo quedan para ser ejecutados por los próximos gobiernos progresistas.

03/02/2025

Los Humedales
Disertaciones del Crepúsculo de Armando Palau Aldana

Armando Palau Aldana, 2-2-2025


Escucha

Los humedales son cuerpos superficiales de agua, como ciénagas, pantanos y turberas, o superficies cubiertas de agua, naturales o artificiales, permanentes o temporales, estancadas o corrientes, dulces, salobres o saladas, cuya profundidad en marea baja no exceda de 6 metros. Son reguladores de los regímenes hidrológicos y hábitat de exótica fauna y flora, especialmente de aves acuáticas y recursos naturales hidrobiológicos (Peces, Moluscos, Crustáceos, Algas, Corales).

Los humedales son bienes de uso público según nuestro Código Civil (1873), así lo reconocen las Cortes Constitucional y Suprema, como el Consejo de estado. Aunque hoy solo representan el 6% de la superficie terrestre, han sido reconocidos por la Convención Relativa a los Humedales de Importancia Internacional de Ramsar (Irán, 1971), como hábitat de aves Acuáticas migratorias, como sumideros de carbono, bondades piscícolas, agrícolas y prevención de desastres.

El Valle Geográfico del río Cauca, comprendía una extensión de más de 15.200 hectáreas en 1950 (Restrepo y Naranjo), reduciéndose a un poco más de 2.500 hectáreas en 2020 (Calidris y Audubon), como consecuencia del crecimiento del monocultivo de la caña de azúcar durante las últimas 7 décadas, ingenios azucareros que arrasaron madreviejas, ciénagas, lagunas y zonas inundables, dejando solo una sexta parte de este sistema lacustre con la complicidad de CVC.

En Cali la autoridad ambiental en estas 3 décadas de funcionamiento ha demostrado su precaria y corrupta gestión, publicando en la prensa regional (El País, 2025), que la Sucursal del Cielo solo posee 7 ríos (Cauca, Cali, Aguacatal, Cañaveralejo, Melendez, Lili y Pance), invisibilizando los ríos Pichinde, Felidia y Jamundi (registrados en cartografía CVC y Planeación Cali), adulterando el origen de El Pondaje y Charco Azul, con la Laguna de Aguablanca (desecada por los cañicultores).

El Dagma desconoce el Humedal El Cortijo (albergado por el relicto de Bosque Seco Tropical con mayor biodiversidad en Cali), protegido gracias a una orden judicial que logramos en acción popular ante el Consejo de Estado, mostrando que los humedales situados en barrios de estratos altos y reductos de la casta blanca (5 y 6) tienen los mejores Planes de Manejo Ambiental, mientras que los de los estratos bajos (1, 2, 3 y 4), están abandonados a su suerte y sufren procesos de invasión.

Igualmente ocurre con las zonas verdes y parques de esos estratos altos en Cali, que son mejor preservados, mostrando la inaceptable tendencia hacia la elitización de la gestión ambiental, hoy en manos de un designado por el Alcalde Eder como Director del Dagma, un hermano de uno de los Presidentes de Asocaña. El rapto de 8 humedales lénticos por la elite del Club Campestre, que robó 1 millón de mts2 indica que “los ricos también invaden con patente de corso”.

Por ello desde la perspectiva ambiental y con ocasión del día de los humedales, vale la pena indagar sobre el trámite de revocatoria del mandado al alcalde Eder, pues no ha cumplido su propuesta de gobierno de “Sostenibilidad- Protección de Activos y Recursos Naturales”, tampoco “Finanzas Públicas, Buen Gobierno y Lucha Contra la Corrupción”, pues avaló una espuria devolución de 2.200 millones de impuesto predial y complementarios al mismo Club del que es socio.

Les dedicamos “Garufa” (1927), el tango de Collazo, Soliño y Fontaina, que dice: “Del barrio La Mondiola sos el más rana / y te llaman Garufa por lo bacán; / tenés más pretensiones que bataclana / que hubiera hecho suceso con un gotán. / Durante la semana, meta laburo, / y el sábado a la noche sos un doctor: / te encajás las polainas y el cuello duro / y te venís p'al centro de rompedor. / Garufa, / ¡pucha que sos divertido! / Garufa, / ya sos un caso perdido; / tu vieja / dice que sos un bandido / porque supo que te vieron / la otra noche / en el Parque Japonés”.
 

Nota de Tlaxcala

El 2 de febrero de 1971 se firmó en el Convenio sobre los Humedales, a orillas del Mar Caspio, en la ciudad iraní de Ramsar, la Convención internacional sobre los humedales, con el fin de promover la conservación y el uso sostenible de estos ecosistemas, principalmente por su función como albergue para especies de avifauna endémicas, y la importancia que adquieren como hábitat temporal de aves migratorias. Por lo anterior es escogido el de 2 febrero para conmemorar el día mundial de los Humedales. Léase también Humedales categoría Ramsar en Colombia

26/01/2025

TIGRILLO L. ANUDO
La Casa del Trueno
La oligarquía colombiana en el origen de la tragedia del Catatumbo

Tigrillo L. Anudo, 26-1-2025

El Catatumbo es una región donde caen muchos rayos debido a su sistema montañoso y de vientos que producen nubes de tormenta con descargas eléctricas. El río Catatumbo, desprendido del Cerro de las Jurisdicciones, atraviesa el departamento de Norte de Santander, sigue hacia Venezuela para desembocar en el lago de Maracaibo. Ábrego, Convención, El Tarra, El Carmen, La Playa de Belén, Hacarí, San Calixto, Teorama, Tibu, Río de Oro, Ocaña, Sardinata, son los municipios en el área de su influencia. 


Después de los conquistadores españoles, las empresas petroleras estadounidenses hicieron tronar el suelo de estas tierras fértiles para extraer ya no el oro amarillo sino el oro negro. Sangre indígena barí corrió otra vez en luchas de resistencia desigual frente a la pólvora. Las insurgencias llegaron a esta región en los años 70 para continuar la pelea por la soberanía contra el colonialismo extractivista del petróleo. Luego, en los años 90, llegaron los paramilitares a expulsarlos, lanzando los cadáveres de sus víctimas al río Catatumbo, otra inmensa fosa común como el Magdalena y el Cauca. Ahora, en la década del 2020, son los reductos de las guerrillas tozudas y erráticas las que se disputan el dominio de la región, se aniquilan entre sí y desplazan a la población civil.

A pesar de ser una región rica en recursos energéticos y naturales, los pobladores del Catatumbo han sido históricamente abandonados por todos los gobiernos. El petróleo que les inunda no ha servido para obtener buenos servicios públicos, redes apropiadas de alcantarillados y acueductos, eficientes hospitales, soluciones de vivienda, oferta en educación técnica y superior, producción agrícola e industrial próspera. No tienen vías terciarias, carecen de seguridad, cuidado del ambiente y apoyo del Estado. Ni el petróleo, ni el carbón, ni el agua abundante, logran retroceder el estado de pobreza e incertidumbre en que allí viven. Sólo, las plantaciones de coca les ha permitido pagar la comida, costear los pasajes, cancelar los útiles de colegios, comprarse una muda de ropa. Gracias a la hoja de coca han sobrevivido.

Territorio ancestral, de lengua barí-chibcha-motilona, de bosques, cerros, serranías, selvas, ríos. Territorio de memoria independentista, de resistencias y luchas populares; paso de campesinos, indígenas, negros y mulatos, en las luchas libertadoras lideradas por Bolívar, en las luchas por el buen vivir. La Casa del Trueno a la que llegaron otras detonaciones desatadas por los políticos, las guerrillas, los paramilitares. El balance de la crisis humanitaria ocasionada por la guerra fratricida entre elenos y farianos en los últimos 10 días es de 80 muertos, 40.000 desplazados, civiles confinados - secuestrados y desaparecidos, un centenar de guerrilleros rendidos. Una tragedia.

Esta tragedia es entonces, el resultado de la ausencia bicentenaria de un Estado justo en esa región. Los políticos conservadores, liberales, del Cambio Radical, Partido de La U y Centro Democrático han saqueado los recursos públicos destinados a su desarrollo. El actual gobernador de Norte de Santander, William Villamizar Laguado, es uno de los principales responsables de la crisis humanitaria y el terror que vive El Catatumbo. Tiene 14 procesos de investigación que no progresan en la Fiscalía delegada en la Corte Suprema de Justicia.  Había sido separado en sus dos primeros periodos como gobernador por corrupción. Aún así, volvió a ser elegido por tercera vez para gobernador. Todo su engranaje político alrededor a cargo de la administración pública en Norte de Santander es la directa culpable de lo que ocurre actualmente. Los políticos convirtieron ese departamento en territorio de rapiña, minería ilegal, robo de petróleo, saqueo de los dineros públicos, cultivos de coca, muerte y desolación.

La política en Norte de Santander en un antro de abyección e ignominia. Está involucrada en los robos a la Unidad Nacional de Gestión de Riesgo y Desastres –UNGRD-, en procesos de extinción de dominio, en compraventa de inmuebles entre familiares del gobernador, en nepotismo en cargos públicos, en negocios con predios del Catatumbo, contratos para El Catatumbo, contratos con hospitales de municipios del Catatumbo, alianzas con paramilitares. ¿Cómo se pretende que no explote un desangre y tragedia como la que sucede hoy? Si los dineros para el desarrollo de vías terciarias, de centros de salud, de escuelas, de agua potable, de apoyo a la agricultura, se lo roban esos políticos. ¿Cómo evitar que los campesinos no acudan a los sembrados de coca como alternativa para la sobrevivencia?

Mientras políticos como William Villamizar y compañía estén administrando el Norte de Santander, no habrá superación de esa crisis. Ellos viven de la guerra, la azuzan, atizan el río revuelto. Cocinan el caldo de cultivo para que broten grupos de todos los pelambres. Villamizar compra líderes sociales, hasta a reinsertados del conflicto armado. El gobierno nacional decidió intervenir con ejército y ayuda humanitaria en la guerra que libran jóvenes con camuflados. Su principal objetivo es salvar a la población civil atrapada en el fuego cruzado, también salvar la vida de los guerrilleros. La prioridad es la defensa de la vida. Como solución de fondo, ha prometido impulsar la sustitución de cultivos ilícitos y la promoción de una economía legal popular. Ese debe ser el camino para las regiones azotadas por el narcotráfico y las rentas ilegales, Nariño, Putumayo, Guaviare, Cauca, Arauca, Chocó.  


Los elenos –ELN-, quienes surgieron como revolucionarios a favor del pueblo oprimido en los años 60, cambiaron de ideología. Ya no son ni la sombra de los líderes intelectuales y religiosos que fundaron esa guerrilla. Igual sucede con los farianos –Farc-, inspirados en grandes luchadores populares del mundo como Fidel Castro, el Ché Guevara, Patricio Lumumba. Las guerrillas de izquierda las creó la historia ante tanto autoritarismo, saqueo y humillación de las castas dominantes. Pero esas mismas guerrillas cayeron en la trampa que combatían, fueron engullidas por la lógica de avaricia individualista del capitalismo. Muchas vidas valientes e inocentes sucumbieron en la guerra desigual contra un ejército asesino al servicio de una Delincuencia Política Organizada –DPO-, sostenido con todas las armas enviadas por Estados Unidos e Israel. Lo más trágico e incongruente es que ahora se exterminan entre ellas mismas.

Siempre perdieron los de abajo. Los “guerrilleros” actuales son pueblo pobre usado, defendiendo riqueza ilícita. Los soldados son pueblo uniformado tratando de contrarrestar un remolino que se lleva todo por delante. La lucha contra las drogas es una lucha perdida mientras no se legalice ese producto y se instale un modelo económico cooperativo que sustituya con buenos atractivos la dinámica del narcotráfico. La corrupción política es la semilla de las economías ilegales. Los políticos sembraron de saqueo e inmoralidad los departamentos; ahora cosechan rentas ilícitas en grupos de distintas layas.

Esa tragedia de El Catatumbo es utilizada por la Oposición Terrorista Saqueadora –OTS- para consolidar el falso relato contra el gobierno del Presidente Petro y con el cual pretenden volver al gobierno en el 2026. En esta coyuntura, el gobierno nacional podría radicalizar su accionar y liberar de la jaula a dos pájaros. Por un lado, profundizar la persecución a los carteles de la droga, ampliar la toma de zonas altamente cocaleras y conflictivas con el ejército y la justicia social (opciones de subsistencia, salud, educación, tecnología); por otro lado, desmontar el engaño de que la fuerza pública esta maniatada y que el gobierno paga a criminales para no delinquir.  

El Catatumbo y Norte de Santander son la radiografía de la situación que se vive en la mayoría de los departamentos. Son territorios de clanes políticos, carteles del narcotráfico, red mafiosa de contratistas y guerrilleros enajenados. El gobierno nacional puede intensificar un plan de recuperación de los departamentos para el desarrollo democrático y popular. Denunciar sin tregua a la DPO y la OTS, motivar permanentemente a quitarle los departamentos a estos delincuentes, a través de la organización popular, la denuncia, los murales, el arte, las asambleas populares, las elecciones. Que quede claro para la ciudadanía que si no arrebatamos a esas estructuras los territorios donde somos casi parias, no habrá avances significativos en la transformación del modelo socioeconómico. 

Es el momento de llevar el Estado Justo a las regiones, con conmoción interior, si es necesario, a los departamentos más afectados. Transformar los acontecimientos que llevan a la oposición a vociferar “fracasó la Paz Total”, para no permitirles vender seguridad con el fin de conseguir votos. Sustitución de cultivos al máximo, fortalecimiento de las cooperativas, promover una red cooperativa nacional fuerte, impulsar el tejido social desde las realizaciones humanas. Ejecución focalizada. Ejecución y más ejecución. Iniciativas para reducir el costo de los servicios públicos, eliminar los peajes, disminuir el 4 x 1.000, Propuestas para bajar los tributos y costos fijos a los pequeños y medianos comerciantes. Más tierra para los campesinos, más paneles solares, más conectividad en lugares apartados. Líneas ferrocarrileras, vías para no ricos, contratación de obras con acciones comunales.


El año y medio que queda al gobierno del cambio debería ser un periodo donde se lancen todas las apuestas para preparar reformas estructurales y de mayor calado en el próximo gobierno. Que el pueblo quede empoderado para apoyar el proyecto de cambio que apenas comienza. Lo poco que se pudo hacer en los primeros 4 años de gobierno democrático y popular debe continuar a través de la elección de otro gobierno igual. No puede volver la DPO ni la OTS al gobierno.

Promover la Unión Cívico-Militar. Pueblo y ejército unidos por el desarrollo de las regiones, con ingeniería militar, con la mano de obra militar, con los profesionales militares, con las bandas y orquestas militares. En sincronía con las organizaciones sociales, campesinas, trabajadoras, comunales, mingas, colectivos ambientales. El ejército, además de ingresar en zonas conflictivas con la misión sagrada de proteger la vida, puede ayudar también a aliviar las carencias en obras de infraestructura. Los tentáculos del crimen organizado están expandiéndose por la geografía nacional. Están copando regiones del departamento de Antioquia luego de incursionar en municipios del Valle de Aburrá. El Clan del Golfo está en Buriticá (minas de oro), Briceño; está entrando a municipios del Oriente antioqueño como La Ceja, Guarne y otros. Ahora tienen estructura en Jericó y Támesis (mina Quebradona).

Es mejor ir varios pasos adelante, previniendo los saboteos e intentos desestabilizadores que la DPO va a emprender durante el próximo año y medio de gobierno progresista. Se la van a jugar toda para crear problemas de orden público, paros, escaramuzas, guerras intergrupales. Desplegar al máximo labores de inteligencia, teniendo en cuenta que van a atentar contra la seguridad nacional. Cualquier descuido o debilidad puede salir muy caro en tranquilidad, vidas, movilidad, economía. Es probable que el gobierno nacional deba recurrir nuevamente a la figura de la conmoción interior. La oligarquía colombiana, patrona de la DPO, es la más cruel del planeta. Colombia entera es una Casa de Truenos.