Featured articles en vedette Artículos Artigos destacados Ausgewählte Artikel Articoli in evidenza

Affichage des articles dont le libellé est Milena Rampoldi. Afficher tous les articles
Affichage des articles dont le libellé est Milena Rampoldi. Afficher tous les articles

28/10/2024

MILENA RAMPOLDI
We need a pedagogy of resistance

Milena Rampoldi, 28-10-2024

Pedagogy is one of the fundamental sciences when it comes to changing the world, which we do not like the way it looks right now. Pedagogy thus has the task of anticipating the socio-political utopia that we would like to see in the near future. Pedagogy should sow the desire in our minds and in the minds of our children to bring these ethical ideals forward in time, to stop dreaming about them and to experience them first hand. Any change in people and in society begins with the education of children and of society as a whole in the sense of lifelong learning.


‘Autonomous education builds different worlds where many true worlds with truths fit’, mural by a collective led by Gustavo Chávez Pavón, Zapatista primary school in Oventic, Chiapas, Mexico.
‘Autonomous education builds different worlds where many true worlds with truths fit’, mural by a collective led by Gustavo Chávez Pavón, Zapatista primary school in Oventic, Chiapas, Mexico.
The pedagogy of human rights is also often mentioned. Children should be sensitised from an early age to grow into people who neither discriminate nor exploit others. They should develop into people who show empathy, oppose violence and war, and work actively and dynamically for a better world in the spirit of peace and justice. They should grow up to be tolerant and cooperative people who support the weak, oppose all violence in their environment, denounce racism and discrimination, advocate for a just starting point and think in a tolerant and open way.
But for people who have been subjected to extreme oppression or genocide, human rights education is not enough. In an environment of total dehumanisation, where the killing and suffocation of every human life dream is brutal, no pedagogy for human rights can take root, because that would mean that people have not been deprived of their humanity, but that is the case. Because the narrative of genocide requires the dehumanisation of the enemy. I can only kill if I know that there are no humans in front of me. Only then can I pull the trigger and only then can I kill children en masse. And that was the case in the Nazi regime. And it is being repeated today in Gaza. The victims are children who have been dehumanised in advance so that they can be killed coldly and without any ethical consideration.
What we urgently need in an environment of dehumanisation is not a pedagogy of human rights, but an education in resistance. And the goal of this resistance, which is the result of the pedagogy of resistance, is the renewed recognition of the humanity of the dehumanised, along with overcoming their role as victims and their reification.
What Theodor Adorno says, albeit with some ethnocentric restrictions, applies to all of humanity. In his essay from 1966, the Jewish philosopher expressed the following view on the ‘never again’ of the concentration camp of Auschwitz and the killing of fellow citizens who were gassed because they belonged to a Jewish and thus inferior Semitic ‘race’:
“The first demand of education is that Auschwitz not happen again. It precedes all others to such an extent that I believe I neither have to nor should justify it. I cannot understand why it has been given so little attention to date. Justifying it would be monstrous in view of the monstrosity that occurred […] …. Any debate about educational ideals is futile and irrelevant compared to this one: that Auschwitz must never be repeated. It was barbarism that all education is directed against.”
And this paradigm of the pedagogy of resistance is precisely the common thread running through the book by the Colombian history professor Renán Vega Cantor, entitled “Education after Gaza”, which I have just translated from Spanish into English and German.
Resistance in such an enclave, which symbolises the quintessential example of Zionist, imperialist oppression of the Other, is not only a universal right, but a universal obligation that must come from both within as well as from without. Educators from all over the world are called upon to name Israeli human rights violations and denounce the brutality of this genocide. Because neither Auschwitz nor Gaza must be repeated. Resistance to the killing machine of the Zionist state, which completely reverses Jewish ethics and religious thought, can only be guaranteed by this reversal: the children of Gaza are not victims, but fighters.
The Palestinian-Brazilian poet Yasser Jamil Fayad has summed up this concept in a few brief but eloquent words:
“Running/ Dancing/ Crying/ Kissing/ Loving/ Suffering/ Helping/ Screaming/ There are countless verbs in life/ I am only Palestinian/ My verb is fighting!’
This is the pedagogy of resistance that we need worldwide. This is a paradigm of pedagogical thinking that will take its place in schools all over the world.
The No is a universal No to the dehumanisation of any human being, of the Jews of yesteryear and the Palestinians of today.

MILENA RAMPOLDI
Necesitamos una pedagogía de la resistencia

Milena Rampoldi, 28-10-2024

La pedagogía es una de las ciencias fundamentales a la hora de cambiar el mundo que no nos gusta como es ahora. Por lo tanto, la pedagogía tiene la tarea de plantear la utopía sociopolítica que nos gustaría ver en un futuro próximo. La pedagogía debe sembrar en nuestras mentes y en las de nuestros hijos el deseo de adelantar en el tiempo esos ideales éticos, dejar de soñar con ellos y vivirlos en primera persona. Cualquier cambio en las personas y en la sociedad empieza por la educación de los niños y de la sociedad en su conjunto en el sentido de un aprendizaje permanente.


“La educación autónoma construye mundos diferentes donde quepan muchos mundos verdaderos con verdades”, mural realizado por un colectivo liderado por Gustavo Chávez Pavón, Oventic, Chiapas, México

A menudo se habla de la pedagogía de los derechos humanos. Hay que sensibilizar a los niños desde pequeños para que crezcan como personas que no discriminan ni explotan a los demás. Deben convertirse en personas que muestren empatía, se opongan a la violencia y a la guerra y trabajen activa y dinámicamente por un mundo mejor en un espíritu de paz y justicia. Deben crecer como personas tolerantes y cooperativas que apoyan a los débiles, se oponen a toda violencia en su entorno, denuncian el racismo y la discriminación, hacen campaña a favor de situaciones de partida justas y piensan de forma tolerante y abierta.

Pero para las personas sometidas a una opresión extrema o a un genocidio, la educación en derechos humanos no es suficiente. Porque en un entorno de completa deshumanización, o de brutal asesinato y asfixia de todo sueño humano de vida, ninguna pedagogía de los derechos humanos puede afianzarse, porque eso significaría que a las personas no se les ha negado su humanidad, como es el caso. Pues la narrativa del genocidio requiere la deshumanización previa del enemigo. Sólo puedo matar si sé que no hay humanos delante de mí. Sólo entonces puedo apretar el gatillo y sólo entonces puedo matar niños en masa. Y así ocurrió en el régimen nazi. Y vuelve a ocurrir hoy en Gaza. Las víctimas son niños que han sido deshumanizados de antemano para poder matarlos fríamente y más allá de cualquier consideración ética.
Por tanto, lo que necesitamos urgentemente en un entorno de deshumanización no es una educación en derechos humanos, sino una educación en resistencia. Y el objetivo de esta resistencia, que es el resultado de la pedagogía de la resistencia, es el reconocimiento renovado de la humanidad de los deshumanizados, junto con la superación de su papel de víctimas y su cosificación.
Lo que Theodor Adorno dice tan bellamente, aunque con algunas restricciones etnocéntricas, se aplica a toda la humanidad. En su ensayo de 1966 sobre el Nunca más del campo de concentración de Auschwitz y la matanza de conciudadanos que fueron gaseados por pertenecer a una «raza» judía y, por tanto, semita inferior, el filósofo judío se expresaba de la siguiente manera, refiriéndose a la educación tras este genocidio contra los judíos:
« La exigencia de que Auschwitz no se repita es la primera de todas en la educación. Hasta tal punto precede a cualquier otra que no creo deber ni poder fundamentarla. No acierto a entender que se le haya dedicado tan poca atención hasta hoy. Fundamentarla tendría algo de monstruoso ante la monstruosidad de lo sucedido. […] Cualquier debate sobre ideales de educación es vano e indiferente en comparación con este: que Auschwitz no se repita. Fue la barbarie contra la que se dirige toda educación. »
Y este paradigma de la pedagogía de la resistencia es precisamente el hilo conductor del libro del profesor de historia colombiano Renán Vega Cantor titulado «La educación después del genocidio de Gaza», que acabo de traducir del español al inglés y alemán.
La resistencia en ese enclave, que simboliza el ejemplo máximo de la opresión sionista e imperialista del Otro, no es sólo un derecho universal, sino una obligación universal que debe venir tanto de dentro como de fuera. Los educadores de todo el mundo están llamados a poner nombre a las violaciones israelíes de los derechos humanos y a denunciar la brutalidad de este genocidio. Porque ni Auschwitz ni Gaza deben repetirse. La resistencia al aparato asesino del Estado sionista, que pone completamente patas arriba la ética y el pensamiento religioso judíos, sólo puede garantizarse mediante esta inversión: los niños de Gaza no son víctimas, sino luchadores.
Este concepto fue resumido por el poeta palestino-brasileño Yasser Jamil Fayad en breves pero elocuentes palabras como sigue:
“Correr/ Bailar/ Llorar/ Abrazar/ Amar/ Sufrir/ Ayudar/Gritar/ En la vida caben muchos y muchos verbos./ Yo Soy Simplemente palestino/ ¡Mi verbo es luchar!”
Esta es la pedagogía de la resistencia que necesitamos en todo el mundo. Este es un paradigma de pensamiento pedagógico que ocupará su lugar en las escuelas de todo el mundo.
El No es un No universal contra la deshumanización de todas las personas, los judíos del pasado y los palestinos de hoy.


MILENA RAMPOLDI
Nous avons besoin d’une pédagogie de la résistance

Milena Rampoldi, 28/10/2024

La pédagogie est l’une des sciences fondamentales lorsqu’il s’agit de changer le monde qui ne nous plaît pas tel qu’il est actuellement. La pédagogie a donc pour mission d’anticiper l’utopie socio-politique que nous aimerions voir se réaliser dans un avenir proche. La pédagogie doit semer dans nos têtes et dans celles de nos enfants le désir d’anticiper ces idéaux éthiques dans le temps, pour cesser d’en rêver et pour les vivre de près. Tout changement de l’homme et de la société commence dans le domaine de l’éducation des enfants et de l’ensemble de la société dans le sens d’un apprentissage tout au long de la vie.


« L’éducation autonome construit des mondes différents où s’intègrent de nombreux mondes vrais avec des vérités » : peinture murale  réalisée par un collectif dirigé par Gustavo Chávez Pavón, école primaire zapatiste d’Oventic, au Chiapas, Mexique.

On parle aussi très souvent de la pédagogie des droits humains. Les enfants doivent être sensibilisés dès leur plus jeune âge afin de devenir des personnes qui ne discriminent ni n’exploitent les autres. Ils doivent devenir des personnes qui font preuve d’empathie, qui s’opposent à la violence et à la guerre et qui travaillent activement et de manière dynamique pour un monde meilleur dans le sens de la paix et de la justice. Ils doivent grandir en tant que personnes tolérantes et coopératives, qui soutiennent les faibles, s’opposent à toute violence dans leur environnement, dénoncent le racisme et la discrimination, s’engagent pour des situations de départ équitables et pensent de manière tolérante et ouverte.
Mais pour les personnes exposées à une oppression extrême ou à un génocide, la pédagogie des droits humains ne suffit pas. En effet, dans un environnement de déshumanisation totale ou de mise à mort pure et simple et d’étouffement de tout rêve de vie humaine, aucune pédagogie pour les droits humains ne peut prendre racine, car cela signifierait que les personnes n’ont pas été privées de leur humanité, ce qui est pourtant le cas. Car le récit d’un génocide nécessite la déshumanisation préalable de l’ennemi. Je ne peux tuer que si je sais qu’il n’y a pas d’êtres humains face à moi. Ce n’est qu’alors que je peux appuyer sur la gâchette et que je peux tuer des enfants en masse. Et c’est ce qui s’est passé sous le régime nazi. Et cela se répète aujourd’hui à Gaza. Les victimes sont des enfants qui ont été déshumanisés au préalable afin de pouvoir les tuer froidement, au-delà de toute considération éthique.
Ce dont nous avons urgemment besoin dans un environnement de déshumanisation, ce n’est donc pas d’une pédagogie des droits humains, mais d’une éducation à la résistance. Et le but de cette résistance, qui est le résultat de la pédagogie de la résistance, est la reconnaissance renouvelée de l’humanité des déshumanisés, en même temps que le dépassement de leur rôle de victime et de leur chosification.
Ce que Theodor Adorno dit si bien, même si c’est avec quelques restrictions ethnocentriques, vaut pour l’humanité entière. Dans son essai de 1966 sur le « plus jamais ça » du camp de concentration d’Auschwitz et la mise à mort de concitoyens gazés parce qu’ils appartenaient à une « race » sémite inférieure, le philosophe juif s’exprimait ainsi et faisait référence à l’éducation après ce génocide des Juifs :
« L’exigence qu’Auschwitz ne se reproduise plus est la toute première en matière d’éducation. Elle précède tellement toutes les autres que je ne crois en rien avoir à la justifier. Je ne peux pas comprendre qu’on ne s’en soit pas préoccupé à ce jour. Lui trouver une justification serait monstrueux face à la monstruosité qui se produisit. […] …. Discuter d’idéaux dans le domaine de l’éducation ne mène à rien face à cette exigence : plus jamais d’Auschwitz. Ce fut le type de barbarie contre laquelle se dresse toute éducation1 » .
Et ce paradigme de la pédagogie de la résistance est justement le fil conducteur du livre du professeur d’histoire colombien Renán Vega Cantor, intitulé « Éduquer après le génocide de Gaza », que je viens de traduire de l’espagnol en anglais et en allemand.
La résistance dans une telle enclave, qui symbolise l’exemple par excellence de l’oppression sioniste et impérialiste de l’Autre, n’est pas seulement un droit universel, mais une obligation universelle qui doit venir à la fois de l’intérieur et de l’extérieur. Les pédagogues du monde entier sont appelés à nommer par leur nom les violations israéliennes des droits humains et à dénoncer la brutalité de ce génocide. Car ni Auschwitz ni Gaza ne doivent se répéter. La résistance à l’appareil meurtrier de l’État sioniste, qui met totalement sens dessus dessous l’éthique et la pensée religieuse juives, ne peut être garantie que par ce renversement : les enfants de Gaza ne sont pas des victimes, mais des combattants.
Ce concept a été résumé par le poète palestino-brésilien Yasser Jamil Fayad en termes brefs mais éloquents comme suit :

« Courir/ Danser/ Pleurer/ Embrasser/ Aimer/ Souffrir/Aider/ Crier/ Dans la vie, il y a beaucoup, beaucoup de verbes/Je suis simplement Palestinien/ Mon verbe, c’est lutter ! »
C’est la pédagogie de la résistance dont nous avons besoin dans le monde entier. C’est un paradigme de la pensée pédagogique qui prendra place dans les écoles du monde entier.
Le Non est un Non universel à la déshumanisation de tout être humain, des Juifs d’hier et des Palestiniens d’aujourd’hui.

1- Trad. de Marc Jimenez et Éliane Kaufholz, in Modèles critiques, Payot 2003, p. 235


MILENA RAMPOLDI
Wir brauchen eine Pädagogik des Widerstands

Milena Rampoldi, 28.10.2024

Die Pädagogik ist eine der grundlegenden Wissenschaften, wenn es darum geht, die Welt zu verändern, die uns so, wie sie gerade aussieht, nicht gefällt. Die Pädagogik hat somit die Aufgabe, die sozio-politische Utopie vorzuziehen, die wir in der nahen Zukunft gerne sehen möchten. Die Pädagogik soll in unseren Köpfen und in den Köpfen unserer Kinder den Wunsch säen, diese ethischen Ideale zeitlich vorzuziehen, um aufzuhören davon zu träumen und diese hautnah zu erleben. Jegliche Veränderung des Menschen und der Gesellschaft nimmt ihren Anfang im Bereich der Erziehung der Kinder und der gesamten Gesellschaft im Sinne des lebenslangen Lernens.

Wandbild „Autonome Bildung baut verschiedene Welten, in die viele wahre Welten mit Wahrheiten passen“, von einem Kollektiv unter der Leitung von Gustavo Chávez Pavón, zapatistische Grundschule in Oventic, Chiapas, Mexiko

Sehr oft wird auch von der Pädagogik der Menschenrechte gesprochen. Kinder sollen von Klein auf sensibilisiert werden, um zu Menschen heranzuwachsen, die andere weder diskriminieren noch ausbeuten. Sie sollen sich zu Menschen entwickeln, die Empathie walten lassen, sich Gewalt und Krieg widersetzen und aktiv und dynamisch für eine bessere Welt im Sinne des Friedens und der Gerechtigkeit arbeiten. Sie sollen als tolerante und kooperative Menschen heranwachsen, die Schwache unterstützen, sich jeglicher Gewalt in ihrer Umgebung widersetzen, Rassismus und Diskriminierung anprangern, sich für gerechte Ausgangssituationen einsetzen und tolerant und offen denken.

Aber für Menschen, die einer extremen Unterdrückung bzw. dem Völkermord ausgesetzt sind, reicht die Pädagogik für die Menschenrechte nicht aus. Denn in einer Umgebung der vollkommenen Entmenschlichung bzw. der knallharten Tötung und Erstickung jedes menschlichen Lebenstraums kann keine Pädagogik für die Menschenrechte Fuß fassen, denn das würde bedeuten, dass den Menschen ihre Menschlichkeit nicht aberkannt wurde, was aber der Fall ist. Jegliches Narrativ eines Genozids bedarf nämlich der vorausgehenden Entmenschlichung des Feindes. Ich kann nur zielen und töten, wenn ich weiß, dass vor mir keine Menschen stehen. Nur dann kann ich abdrücken und nur dann kann ich auch Kinder in Massen töten. Und das war im NS-Regime der Fall. Und das wiederholt sich heute in Gaza. Die Opfer sind Kinder, die im Vorfeld entmenschlicht wurden, um sie kalt und jenseits jeglicher ethischen Überlegung töten zu können.

Was wir in einer Umgebung der Entmenschlichung dringend brauchen, ist somit nicht eine Pädagogik der Menschenrechte, sondern eine Erziehung zum Widerstand. Und das Ziel dieses Widerstands, der das Ergebnis der Pädagogik des Widerstands ist, ist die erneute Anerkennung der Menschlichkeit der Entmenschlichten, einher mit der Überwindung ihrer Opferrolle und ihrer Verdinglichung.

Was Theodor Adorno, wenn auch mit einigen ethnozentrischen Einschränkungen, so schön sagt, gilt für die gesamte Menschheit. Der jüdische Philosoph äußerte sich in seinem Aufsatz von 1966 über das Nie wieder des Konzentrationslagers von Auschwitz und der Tötung von Mitbürgern, die als Zugehörige einer jüdischen und somit unterlegenden semitischen „Rasse“ vergast wurden, wie folgt und bezog sich auf die Erziehung nach diesem Völkermord an den Juden:

„Die Forderung, daß Auschwitz nicht noch einmal sei, ist die allererste an Erziehung. Sie geht so sehr jeglicher anderen voran, daß ich weder glaube, sie begründen zu müssen noch zu sollen. Ich kann nicht verstehen, daß man mit ihr bis heute so wenig sich abgegeben hat. Sie zu begründen hätte etwas Ungeheuerliches angesichts des Ungeheuerlichen, das sich zutrug. […] …. Jede Debatte über Erziehungsideale ist nichtig und gleichgültig diesem einen gegenüber, daß Auschwitz nicht sich wiederhole. Es war die Barbarei, gegen die alle Erziehung geht”.

Und dieses Paradigma der Pädagogik des Widerstands ist gerade der rote Faden, der sich durch das Buch des kolumbianischen Geschichtsprofessors Renan Vega Cantor mit dem Titel „Erziehung nach Gaza“ zieht, das ich gerade aus dem Spanischen ins Englische und Deutsche übersetzt habe.

Der Widerstand in einer solchen Enklave, die das Paradebeispiel der zionistischen, imperialistischen Unterdrückung des Anderen symbolisiert, ist nicht nur ein universelles Recht, sondern eine universelle Verpflichtung, die sowohl von Innen als auch von Außen kommen muss. Pädagogen aus aller Welt sind dazu aufgerufen, die israelischen Verstöße gegen die Menschenrechte beim Namen zu nennen und die Brutalität dieses Genozids anzuprangern. Denn weder Auschwitz noch Gaza darf sich wiederholen. Der Widerstand gegen den mörderischen Apparat des zionistischen Staates, der die jüdische Ethik und das jüdische religiöse Denken vollkommen auf den Kopf stellt, lässt sich nur durch diese Umstülpung gewährleisten: Die Kinder von Gaza sind keine Opfer, sondern Kämpfer.

Dieses Konzept hat der palästinensisch-brasilianische Dichter Yasser Jamil Fayad in kurzen, aber beredten Worten wie folgt zusammengefasst:

„Laufen/ Tanzen/ Weinen/ Küssen/Lieben/Leiden/Helfen/Schreien/ E gibt unzählige Verben im Leben/ Ich bin nur Palästinenser/ Mein Verb lautet Kämpfen!“

Diese ist die Pädagogik des Widerstandes, die wir weltweit brauchen. Es handelt sich hierbei um ein Paradigma des pädagogischen Denkens, das in den Schulen aller Welt seinen Platz einnehmen muss.

Das Nein der Pädagogik des Widerstands ist ein universelles Nein gegen die Entmenschlichung jeglicher Menschen, der Juden von damals und der Palästinenser von heute.

25/10/2024

RENÁN VEGA CANTOR
Erziehung nach Gaza

 


Laufen/ Tanzen/ Weinen/ Küssen/Lieben/Leiden/Helfen/Schreien/ Es gibt unzählige Verben im Leben/ Ich bin nur Palästinenser/ Mein Verb lautet Kämpfen!
Yasser Jamil Fayad, Florianópolis, Brasilien, 2015

Ich war, ich bin, ich werde sein!
Rosa Luxemburg, Berlin, 14. Januar 2024

Der Titel dieses Buchs paraphrasiert den Radiovortrag mit dem Titel „Erziehung nach Auschwitz“ des deutschen Philosophen Theodor Adorno aus dem Jahre 1966, der dann auch in gedruckter Form veröffentlicht wurde.
Auschwitz wiederholt sich heute in Palästina.
Der Autor, ein kolumbianischer Geschichtsprofessor, skizziert hier die notwendigen Aufgaben kritischer Pädagogen angesichts des Völkermords, der die Welt in Schrecken versetzt. In erster Linie sollen ethisch-denkende Pädagogen die Dinge klarstellen, indem sie die Täter und ihre Komplizen klar benennen und anprangern. Der mörderischen Logik der Henker sollen sie die Pädagogik des Lebens und des Kampfes gegenübersetzen.

Deutsche Übersetzung von Milena Rampoldi
Herausgegeben von Fausto Giudice
The Glocal Workshop/Die Glokale Werkstatt, Oktober 2024
Stichwörter: Gaza, Völkermord, Palästina/Israel, Erziehung, Kritische Pädagogik
Dewey-Klassifikation: 956.94-172-320-341 -107-370

Original español
Version française
English version


FREIES BUCH herunterladen

05/10/2024

Kreuzgespräch zu Joe Hill zwischen Übersetzerin und Autor

5 Fragen an Fausto Giudice, Autor von Joe Hill, in memoriam

Milena Rampoldi, 12.7.2022

Wie hast Du Joe Hill entdeckt?

Ich war ein junger Einwanderer in Schweden in den späten 1960er Jahren. Das waren die „goldenen Jahre“ der herrschenden Sozialdemokratie, die jede abweichende Meinung als „Abweichung“ deklarierte, die mit psychiatrischen Mitteln zu behandeln war. Ich identifizierte mich mit den „Verdammten dieser Erde“ und fand die vorherrschende lutherische Moral unvergleichlich heuchlerisch. Diejenigen, die vorgaben, das Wohl des Volkes zu wollen, hatten die Geschichte umgeschrieben und die „andere Arbeiterbewegung“ ausgelöscht, die das Kapital mit alles andere als friedlichen Mitteln bekämpft hatte. Joe Hill war eine legendäre Figur in dieser so genannten „anderen Arbeiterbewegung“. 1970 fand ich mich mit ein paar hundert Ausgegrenzten als Statist in Bo Widerbergs Film über Joe Hill in den südlichen Stadtteilen Stockholms wieder. Bis dahin kannte ich von ihm nur das Lied, das Joan Baez in Woodstock gesungen hatte. Joe Hill erzählte mir, dass die schwedische Arbeiterklasse nicht immer der friedliche Dickhäuter der sozialdemokratischen Vertretung war. Und ich entdeckte Anton Nilsson, „den Mann aus Amalthea“. Dieser 21-jährige Arbeiter hatte zusammen mit zwei Kameraden eine Bombe in der Nähe des Schiffes Amalthea gelegt, das in Malmö vor Anker lag und auf dem sich britische Streikbrecher befanden, die von den Bossen gegen einen Hafenarbeiterstreik im Jahr 1908 eingeführt worden waren. Anton Nilsson wurde zum Tode verurteilt und seine Strafe wurde nach einer internationalen Kampagne, die insbesondere von der International Workers of the World, der Gewerkschaft, in der Joe Hill in den Vereinigten Staaten aktiv war, geführt wurde, in lebenslange Haft umgewandelt.

Was sagt uns Joe Hill heute?

Seine Botschaft besteht im Wesentlichen aus zwei Dingen: 1. Es ist möglich, die am stärksten Ausgebeuteten, die am stärksten Unterdrückten auf intelligente und wirksame Weise zu organisieren, indem man die Organisationsformen an die soziale Realität der „unten“, der Migranten, der Frauen, der Prekären, der Ungelernten, anpasst, wie es die IWW getan haben, und dabei jede Form von sozialdemokratischer Bürokratie vermeidet. Das ist es, was die „andere Arbeiterbewegung“ ausmacht, im Gegensatz zu Apparaten wie dem deutschen DGB, der Yankee AFL-CIO oder der schwedischen LO: eine Bewegung, die sich an die Realität der Klasse hält, die mobil, fließend und im Wandel ist. 2 - populäre, kreative, prägnante und humorvolle Formen der Kommunikation können erfunden werden. Die Lieder von Joe Hill sind ein wunderbares Beispiel dafür.

Gibt es heute noch einen Joe Hill?

Nicht, dass ich wüsste. Einige Rapper könnten es sein, wenn sie mit und für die Arbeiter singen würden, die sich bei Amazon, McDonalds, Starbucks, Deliveroo, Uber und all den anderen Unternehmen des „neuen Kapitalismus“ organisieren, der nur in seinen Formen neu ist.

Was hätten Joe Hill und die IWW heute getan?

Sie hätten die „anderen“ Arbeiter organisiert, die auf zwei Beinen gehen: auf physischem und virtuellem Kontakt. Dies geschieht beispielsweise in China, wo junge Fabrikarbeiter weltweit, ohne eine Gewerkschaft, die sie verteidigt, soziale Medien nutzen, um ihre Rechte einzufordern und sich zu organisieren.

Warum die 'erga omnes'-Sammlung?

erga omnes‚Für alle‘, war das Motto der Sklavenrebellen unter der Führung von Spartacus, die zwischen 73 und 71 v. Chr. die römische Republik gefährdeten. Ziel dieser Reihe ist es, Bücher über die großen, manchmal vergessenen Persönlichkeiten der logischen Revolten - um es mit Rimbaud zu sagen - im Laufe der Jahrhunderte zu veröffentlichen.

 Und 3 Fragen an Milena, 2 Jahre später

  Was hast Du entdeckt, danke Deiner Übersetzung meines Textes ?

Was mich sehr beeindruckt hat, ist zweifelsohne der Stil der Erzählung einher mit dem biografischen Ansatz, der durch Anekdoten geprägt ist. Ich finde, dass frische Erzählungen wie diese jungen Menschen heute nahebringen, wie der Kampf um die Arbeiterrechte konkret ausgetragen wurde. Denn in unserer Epoche der vollkommenen Digitalisierung können viele nicht mehr nachvollziehen, wie hart und kreativ der Kampf auf den Straßen war. Dies gilt im Besonderen für die USA.

 Spricht Joe Hill Muslime an? In welchem Mass?

Ich denke, man sollte Joe Hill in der islamischen Welt bekannter machen. Man sollte auch die komplexe Dialektik zwischen Islam und  Marxismus einerseits und Islam und Kapitalismus andererseits im Detail analysieren. Studien wie die von Maxime Rodinson könnten wegweisend sein. Das Büchlein sollte auch in einige muslimische Sprachen wie Arabisch, Farsi, Urdu, Bahasa und Türkisch übersetzt warden. Ich denke, dass Joe Hill vielen Arbeiterbewegungen als Vorbild dienen kann.

Du hast eben eine Doktorarbeit zum Thema Islam und Sklaverei verfasst. Was sagt Deine Wahrnehmung des Islams zur heutigen (Lohn)Sklaverei? Sind Profit und Ausbeutung sozusagen halal?

Alles was gegen die Würde des Menschen verstößt, ist im Islam verboten. Somit ist jegliche Art von Unterdrückung unislamisch. Aber der Islam und sein egalitäre Grundidee und die muslimischen Gesellschaften unterscheiden sich leider sehr stark voneinander. Marxistische Ideale werden oft als anti-islamisch angesehen. Aber Islam und Marxismus haben sehr viel gemeinsam, wenn man den Islam in seinem egalitären, koranischen Kern betrachtet und lebt. Die heutige Lohnsklaverei, die Zwangsarbeit und auch der Menschenhandel, um Menschen wirtschaftlich auszubeuten (dazu gehört meiner Meinung auch die Zwangsprostitution), haben sehr viel mit der Sklaverei gemeinsam. Denn der Mensch wird in diesen Netzwerken vollkommen entmenschlicht und entfremdet. Armut und Unterdrückung sind in den muslimischen Ländern weit verbreitet und müssen genauso wie die Sklaverei in Mauretanien im Namen des Islam bekämpft werden. 


26/09/2024

MILENA RAMPOLDI
‘Joe Hill ain’t dead’: 5 questions to Fausto Giudice

 Milena Rampoldi, 12/7/2022

How did you discover Joe Hill?

I was a young immigrant in Sweden in the late 60s. Those were the ‘golden years’ of the reigning social democracy, which declared all dissent to be ‘deviance’ to be treated by psychiatry. I identified with the ‘damned of the earth’ and found the reigning Lutheran morality incomparably hypocritical. Those who claimed to want the good of the people had rewritten history, erasing the ‘other workers’ movement', which had fought against capital by anything but peaceful means. Joe Hill was a legendary figure in that ‘other labour movement’. In 1970, I found myself with a few hundred outsiders as an extra in Bo Widerberg's film about Joe Hill, in the southern districts of Stockholm. Until then, all I knew about him was the song sung by Joan Baez at Woodstock. Joe Hill told me that the Swedish working class had not always been the peaceful pachyderm of social democratic representation. Then I discovered Anton Nilsson, ‘the Amalthea man’. This 21-year-old worker had, with 2 comrades, planted a bomb near a ship called the Amalthea, moored in Malmö, which housed British strike-breakers imported by the bosses against a dockers' strike in 1908. Anton Nilsson was sentenced to death, but his sentence was commuted to life imprisonment following an international campaign, led in particular by the International Workers of the World, the union where Joe Hill was active in the USA.

What is Joe Hill telling us today?

Essentially, he is telling us two things: 1. that it is possible to organise the most exploited and the most oppressed in an intelligent and effective way by adapting the forms of organisation to the social reality of those ‘down below’ - migrants, women, the precarious, the unskilled - which is what the IWW did, avoiding any form of social-democratic bureaucracy. That's what the ‘other workers’ movement’ is all about, as opposed to apparatuses like the German DGB, AFL-CIO or the Swedish LO: a movement that sticks to the reality of the class, which is mobile, fluid and changing. 2- We can invent popular, creative, hard-hitting and humorous forms of communication. Joe Hill's songs are a magnificent example of this.

Are there any Joe Hills today?

Not that I know of. Some rappers could be, if they chose to sing with and for the workers who are organising themselves at Amazon, McDonalds, Starbucks, Deliveroo, Uber and all the companies of the ‘new capitalism’, which is only new in its forms.

What would Joe Hill and the IWW have done today?

They would have organised ‘other’ workers by walking on two legs: physical and virtual contact. That's what's happening in China, for example, where young workers in the world's factories, with no union to defend them, are using social media to make demands and organise themselves.

Why the ‘erga omnes’ series?

‘erga omnes’, “For all”, was the motto of the slave rebels led by Spartacus who endangered the Roman Republic between 73 and 71 BC. This collection aims to publish books on the great, sometimes forgotten, figures of logical revolts through the centuries. Others will follow Joe Hill.

 
 
CONTENTS
  • A child of the iron
  • Svenskamerika
  • From New York to California
  • Wobbly!
  • Rebel Girl
  • A Yankee lawsuit

02/10/2022

5 domande a Fausto Giudice, autore di “Joe Hill, in memoriam”

Milena Rampoldi, 12/7/2022

Come hai scoperto Joe Hill?

Ero un giovane immigrato in Svezia alla fine degli anni Sessanta. Erano gli "anni d'oro" della socialdemocrazia al potere, che dichiarava ogni dissenso come "devianza", da trattare con mezzi psichiatrici. Mi identificavo con i "dannati della terra" e trovavo la morale luterana imperante incomparabilmente ipocrita. Chi diceva di volere il bene del popolo aveva riscritto la storia, cancellando l'"altro movimento operaio", che aveva combattuto il capitale con mezzi tutt'altro che pacifici. Joe Hill era una figura leggendaria in questo cosiddetto "altro movimento sindacale". Nel 1970 mi ritrovai con qualche centinaio di emarginati come comparsa nel film di Bo Widerberg su Joe Hill nei quartieri meridionali di Stoccolma. Tutto quello che conoscevo di lui fino ad allora era la canzone che Joan Baez cantò a Woodstock. Joe Hill mi diceva che la classe operaia svedese non era sempre stata il pacifico pachiderma della rappresentanza socialdemocratica. E ho scoperto Anton Nilsson, "l'uomo dell'Amalthea". Questo operaio ventunenne, insieme a due compagni, aveva piazzato una bomba vicino a una nave chiamata Amalthea, ormeggiata a Malmö, che ospitava i crumiri inglesi importati dai padroni contro uno sciopero dei portuali, nel 1908. Anton Nilsson fu condannato a morte e la sua pena fu commutata in ergastolo a seguito di una campagna internazionale, condotta in particolare dall'International Workers of the World, il sindacato in cui Joe Hill era attivo negli Stati Uniti.

Cosa ci dice oggi Joe Hill?

Il suo messaggio essenzialmente consiste in due cose: 1. è possibile organizzare i più sfruttati, i più oppressi in modo intelligente ed efficace, adattando le forme di organizzazione alla realtà sociale di coloro che stanno "sotto", i migranti, le donne, i precari, i non qualificati, quello che fece IWW, evitando qualsiasi forma di burocrazia socialdemocratica. Ecco cos'è l'"altro movimento operaio", in contrapposizione ad apparati come la DGB tedesca, l'AFL-CIO yankee o la LO svedese: un movimento che si attiene alla realtà della classe, che è mobile, fluida e mutevole. 2 – si possono inventare forme di comunicazione popolari, creative, incisive e umoristiche. Le canzoni di Joe Hill ne sono un esempio meraviglioso.

C'è qualche Joe Hill oggi?

Non che io sappia. Alcuni rapper potrebbero esserlo, se scegliessero di cantare con e per i lavoratori che si stanno organizzando presso Amazon, McDonalds, Starbucks, Deliveroo, Uber e tutte le altre aziende del "nuovo capitalismo",  nuovo solo nelle sue forme.

Che cosa avrebbero fatto oggi Joe Hill e l'IWW?

Avrebbero organizzato gli "altri" lavoratori, camminando su due gambe: sul contatto fisico e su quello virtuale. È quanto sta accadendo, ad esempio, in Cina, dove i giovani lavoratori delle fabbriche mondiali, senza un sindacato che li difenda, utilizzano i social media per rivendicare i propri diritti e per organizzarsi.

Perché la collezione "Erga Omnes"?

"Erga Omnes", "Per tutti", era il motto dei ribelli schiavi guidati da Spartaco che misero a repentaglio la Repubblica romana tra il 73 e il 71 a.C. Questa collana si propone di pubblicare libri sulle grandi figure, a volte dimenticate, delle rivolte logiche – per usare le parole di Rimbaud - attraverso i secoli.

Comprare il libro Joe Hill, in memoriam