Memo Ánjel, El Taller Glocal, 11 de noviembre de 2022
Memo
(José Guillermo), Ánjel Rendón nació en 1954 en Medellín de padres
sefardíes emigrados de Argelia. Doctor en filosofía de la Universidad
Pontificia Bolivariana, fue director de su Facultad de Comunicación
Social. Es profesor universitario, escritor y columnista del periódico
El Colombiano. Autor de numerosos libros (entre ellos, algunos escritos
junto con Reinaldo Spitaletta) e incontables artículos. Lea su retrato por
Sara Vélez Guerra, El hombre renacentista .
https://www.facebook.com/memoanjel5/
Si queremos saber cómo es un barrio colorido, una calle
en la que juegan fútbol, una ventana con una muchacha asomada, una puerta que
cuenta historias y, en cada lugar, un personaje que haga posible lo Caribe, hay
que leer la literatura de Reinaldo Spitaletta, escritor, periodista, fotógrafo,
historiador y director de un programa de radio sobre cómo son y fueron los
muchos elementos urbanos de nuestra ciudad. Nació en 1954, en Bello, una
población conurbada con Medellín.
En la literatura de Spitaletta cabe todo, incluyendo
brujas y estudiantes, gritos de la hinchada en el estadio y perros que se
mueren después de ser casi humanos. Y cabe con colores y sonidos, formas y
sombras, porque en estas tierras calientes (en las que los aguaceros son
poderosos) la vida no se detiene. La gente camina y se enamora, se emborracha
oyendo tangos y música tropical, y no se altera porque otros fumen marihuana o
hayan perdido sus sueños políticos.
Pero hay más en esta literatura: la madre mágica, el
padre que da clases de inglés, la tía que ejecuta magias, los amigos que tejen
historias inverosímiles, los hermanos que comparten cada cosa, los parques en
los que los niños se divierten montando en caballos de madera, las obreras contestatarias
de las fábricas de textiles y las mujeres que se revuelven el pelo escuchando
un bolero, que es baile que se hace amacizado (cuerpos juntos, piernas que se
tocan, besos furtivos, sudores unidos). Y a todo esto, discos que suenan,
músicos que esperan una contratación, universitarios que protestan, gobiernos
malos y múltiples objetos pequeños que definen muy bien a sus dueños etc.
Reinaldo Spitaletta es un hombre del Caribe (luce
camisetas de colores, zapatos deportivos, un bolso grande con libros y
cuadernos). Y no del Caribe que está frente al mar, sino el situado en las
montañas. Y es que, desde estas montañas, en menos de media hora se llega
calores infernales y ríos que atraviesan el país. Es un Caribe calle arriba con
gente de todos los colores.
El último puerto de la tía Verania
Esta es la primera novela de Reinaldo Spitaletta. La
seguirán después El sol negro de Papá y La balada de un viejo
adolescente. Y como primera novela, en El último puerto de la tía
Verania se perfila ya el mundo del escritor (abastecido por sus libros de cuentos
y crónicas): Bello (con estancias en Medellín), es su territorio literario. De
allí nacen las historias y personajes; allí se vive en casas grandes, se sabe
de ancianatos, se reza sin creer mucho y las muchachas van en bicicleta. Y de
allí sale Verania, vieja bruja, pero atenta a lo que pasa en 1971, año de las
grandes rebeliones estudiantiles y de la aparición de gente rara.
Verania es bruja caribeña que sabe de ensalmos y
pociones, de convivir con los diablos y de jugar con Dios como si fuera con un
balón. Ella lee el café, que está cargado hasta asquerosidad, lee los ojos y
los aires, y hace parte de una familia en la que hay hombres gordos y otros
chicos y flacos, gente con ojos de color diverso y sobrinos revolucionarios. Y
quizá sea una historia familiar fabulada la de Spitaletta, pero de esa Verania
le viene al escritor la magia con la que escribe. Verania barco de velas rotas,
Verania brújula sin capitán, Verania puerto a lo lejos y sin poder llegar.
La primera edición de esta novela se hizo con la ayuda de
un hombre que sabía de ajedrez y de billares, de plantas ornamentales y poemas
que resultaron siendo trovas. Y que
vivía en la misma cuadra en que sigue estando un teatro de películas para
adultos. ¿Cómo dio Reinaldo con este editor? No lo sé. Sé el resultado: una
novela pequeña en la que abundaba el color azul en la portada, muy fácil de
cargar y leer, y bastante mágica, pues así se me perdiera, siempre aparecía.
Una novela que le gusta estar entre buenos libros, anoté en la portada interior.
Reinaldo Spitaletta en siete frases
Un escritor que lo ve todo y no teme narrarlo; un viajero
que se apodera de la esencia del viaje; un buen conversador e hincha de un
equipo de fútbol que siempre pierde; un periodista contestatario de análisis
profundos; un amigo al que se lo puede dejar de ver sin perderlo; un autor de
cuentos y novelas con magia; un especialista en tango, música clásica y del
Caribe. En síntesis, un escritor completo en medio de los calores y colores de
estos climas.
Escrito en Medellín, donde los escritores (que son muchos)
con magia son pocos, quizá uno o dos.
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