14/09/2025

RICHARD LUSCOMBE
Después de haber construido una vida tranquila en Florida, Parivz Sabeti, el presunto “verdugo en jefe” del Sha de Irán, debe ahora enfrentar un juicio

Richard Luscombe en Orlando, The Guardian, 11-9-2025
Traducido por Tlaxcala

Richard Luscombe es corresponsal de The Guardian US con sede en Miami, Florida.

Parviz Sabeti se había fabricado una nueva vida anónima para él y su familia, pero hoy se enfrenta a una demanda que reclama 225 millones de dólares en daños y perjuicios por atrocidades cometidas en las cárceles de Teherán y otros lugares. 

Los vecinos de la acaudalada comunidad de Windermere, en Florida, los conocen como Peter y Nancy, un matrimonio jubilado aparentemente amable al que saludan durante sus paseos matinales, siempre contentos de recibir a sus dos brillantes hijas adultas, una de ellas una respetada profesora de ciencias en la Universidad de Harvard.

Sin embargo, detrás de los altos muros de su mansión frente al lago, valorada en 3,6 millones de dólares, se esconde una realidad más oscura y celosamente guardada: “Peter” es en realidad Parviz Sabeti, el antiguo jefe presunto de la policía secreta y “verdugo en jefe” del régimen prerrevolucionario del Sha de Irán. Hoy se enfrenta en Florida a una demanda de 225 millones de dólares por atrocidades cometidas en las cárceles de Teherán y otros lugares. [Cada uno de los tres demandantes reclama 75 millones de dólares, NdT].

El mes pasado, un juez federal de distrito dictaminó que Sabeti, de 89 años –tras haber logrado construir una vida anónima para él y su familia desde que huyó de su país en 1978– debe responder ante la justicia en una demanda interpuesta por tres personas que se presentan como ex presos políticos.

En los documentos judiciales, los demandantes afirman haber formado parte de los miles de detenidos por la SAVAK, la tristemente célebre agencia de seguridad interior e inteligencia del Sha, por ser percibidos como opositores. Alegan haber sufrido abusos bajo las órdenes directas de Sabeti: violaciones, electrocuciones, casi ahogamientos y extracción forzada de uñas.

“Apolo”

Un dispositivo particularmente bárbaro, sostienen, era “Apolo”, una silla eléctrica bautizada con el nombre del programa espacial usamericano, equipada con un casco metálico que amplificaba los gritos de las víctimas en sus propios oídos.


Antiguos presos mutilados por la SAVAK, la policía política del Sha, 28 de febrero de 1980 en Irán – Michel Artault/Gamma-Rapho/Getty Images

Sabeti no ha respondido públicamente a las acusaciones presentadas ante el tribunal, aunque en el pasado negó que la SAVAK hubiera torturado a detenidos, asegurando que él “siempre se opuso a la tortura”.

Aunque su paradero permaneció desconocido durante casi 45 años, su papel en el gobierno iraní –como director del departamento de seguridad interior de la SAVAK y presunto arquitecto de su crueldad– nunca estuvo en duda.

Un informe secreto de la CIA, redactado en 1978 y publicado en 2018, lo identificaba como un aliado ferozmente leal del Sha, “ampliamente reconocido como uno de los hombres más poderosos y temidos del régimen… con autoridad para detener, interrogar y procesar a opositores en todo el país”, según la demanda.

Las estimaciones sobre el número de víctimas de la SAVAK entre su creación en 1957 y su disolución en 1979 varían, pero se calcula que miles fueron detenidos y torturados, y al menos varios cientos asesinados.

Los tres demandantes, iraníes residentes en California de entre 68 y 85 años, afirman haber sido secuestrados por la SAVAK en Teherán, golpeados para arrancarles confesiones falsas y luego encarcelados. La petición de los abogados de Sabeti para desestimar el caso por prescripción fue rechazada el 12 de agosto por el juez federal Gregory Presnell, del distrito central de Florida. Un juicio podría celebrarse el próximo año.

Según la demanda, Sabeti “pasó las últimas cuatro décadas fuera de la vista pública, ocultando su identidad y paradero”. Él y su esposa Nasrin, de 75 años, podrían haber permanecido en el anonimato si una de sus hijas no lo hubiera “revelado accidentalmente” en un tuit de febrero de 2023, que lo mostraba en una manifestación en Los Ángeles contra el gobierno islámico iraní.

La foto de Sabeti reapareció el 19 de febrero de 2023 en Múnich, en una manifestación de monárquicos partidarios de Reza Pahlavi, acompañada de la frase «Pesadilla de futuros terroristas» y adornada con su declaración del 7 de septiembre de 1978: «Si se disuelve la SAVAK, los terroristas reinarán en Irán».


Aunque la revelación pudo ser accidental, y permitió directamente a los abogados de los demandantes localizarlo y presentar la demanda, algunos la ven como una maniobra de la diáspora iraní en USA para “blanquear” la historia del régimen caído del Sha y preparar a la opinión pública a favor de un futuro gobierno prooccidental.

Reza Pahlavi, a veces apodado el “príncipe heredero” de Irán por ser hijo del último Sha Mohammad Reza Pahlavi, declaró en una entrevista al Guardian en 2023, en el punto álgido de las manifestaciones contra Teherán, que trabajaba en una “carta de principios democráticos” para un futuro gobierno iraní. Desde entonces se ha presentado como dispuesto a reemplazar al ayatolá Ali Jamenei y convertirse en jefe de Estado interino.

En este marco, Sabeti habría trabajado como “asesor de seguridad” de Reza Pahlavi, según un artículo publicado en 2023 en el sitio del Consejo Nacional de la Resistencia Iraní, coalición política que se presenta como un parlamento en el exilio [emanación de la organización de los Muyahidines del Pueblo, NdT].

Los intentos del Guardian por contactar con Sabeti –por correos electrónicos, llamadas telefónicas a su domicilio y mensajes a sus cuatro abogados– han sido infructuosos.

Una cosa no está en debate: la comodidad de la que Sabeti y su familia han disfrutado en USA desde su llegada a Florida en 1978, tras huir de Teherán unas semanas antes de la revolución islámica de 1979.

Según documentos filtrados del Departamento de Estado, la familia Sabeti habría transferido una suma importante desde Irán –estimada por una fuente en más de 20 millones de dólares. En Florida, americanizaron sus nombres a Peter y Nancy. Bajo estas identidades, Sabeti fundó una empresa inmobiliaria próspera en Florida central. Él, su esposa y sus dos hijas figuran aún como directivos de varias compañías activas.

Los registros públicos muestran que la familia posee al menos ocho propiedades en el condado de Orange, incluida la mansión de Windermere (5 habitaciones, 6 baños) adquirida por 3,5 millones de dólares en agosto de 2005.

El Departamento de Estado y la CIA no respondieron a las preguntas sobre el estatus migratorio de los Sabeti en USA o las condiciones de su admisión en 1978. Sin embargo, Parviz y Nasrin Sabeti disponen de una inscripción electoral activa en Florida y votaron en la elección presidencial de 2024, prueba de su naturalización usamericana.

Una vecina declaró ver a menudo a la pareja, en particular a Nasrin, paseando por el barrio, pero precisó que los Sabeti parecían sobre todo apegados a su discreción. Su casa estaba casi siempre silenciosa, salvo por las visitas ocasionales de sus hijas.

Ninguna de las hijas respondió a las solicitudes de comentarios.

El fiscal general republicano de Florida, James Uthmeier, no respondió a la pregunta de si abriría una investigación penal sobre las actividades de Sabeti, como ya lo ha hecho con otras personas acusadas de crímenes en el extranjero y residentes en Florida.

Sara Colón, abogada de los demandantes, celebró la negativa del juez Presnell a desestimar el caso y su decisión de preservar el anonimato de sus clientes, quienes declararon haber recibido amenazas de muerte desde la presentación de la demanda.


Un disidente iraní, con el rostro oculto, tumbado sobre una rejilla de tres niveles equipada con quemadores, encontrada en el sótano de un alto cargo de la SAVAK, incendiada por manifestantes el 31 de diciembre de 1978 – Derek Ive/AP

«Estas decisiones representan un avance positivo para los sobrevivientes de la tortura que buscan rendición de cuentas y justicia. Este caso no pretende solamente poner fin a la impunidad, sino afirmar que los sobrevivientes tienen derecho a perseguir la justicia y a recuperar su dignidad sin miedo», declaró.

El Colectivo Iraní por la Justicia y la Rendición de Cuentas, asociación que milita por las víctimas de tortura y sus familias, dijo esperar que el caso Sabeti contribuya a poner fin al “ciclo de violencia” observado en Irán, primero bajo el Sha y luego bajo el gobierno islamista que lo sucedió.

«El mensaje debe ser claro y simple: todas las víctimas merecen justicia, y todos los que participaron en la tortura y la represión deben rendir cuentas», afirmó un portavoz.

«Las raíces de las políticas brutales que hoy lleva a cabo la República Islámica de Irán están ligadas a los métodos de tortura instaurados por Sabeti y la SAVAK. [Este caso] debe marcar el rechazo a un futuro Irán que restablezca la SAVAK o conceda una amnistía general a las fuerzas de seguridad actuales implicadas en tortura y represión.

Solo a través de la justicia y la rendición de cuentas podremos superar la violencia y la represión horribles que han dominado Irán durante décadas.»

Testimonios de los tres demandantes, cuyo anonimato fue preservado, citados por, The Independent, 24 de febrero de 2025:

Juan Nadie I: Estudiante en la Universidad de Tabriz, arrestado en su dormitorio en 1974 por la SAVAK. Según la demanda, fue torturado durante semanas, acusado de haber entregado a un compañero una recopilación de poemas políticos prohibidos. La tortura habría sido “coordinada” y “aprobada” por Sabeti. Tras 40 días de interrogatorios violentos, fue llevado ante un tribunal militar, acusado de atentar contra la seguridad nacional y condenado a cuatro años de prisión.
«Ha sufrido toda su vida problemas renales debido a las lesiones e infecciones padecidas en prisión. Todavía lleva las cicatrices de los latigazos, que ocultó, al igual que los detalles de su calvario, a la mayoría de las personas de su entorno.»

Juan Nadie II: Artista, miembro de un colectivo artístico clausurado por la SAVAK en los años setenta. Arrestado y encarcelado en varias ocasiones por defender la libertad de expresión, fue condenado por un tribunal militar a 12 años de prisión, de los cuales cumplió 7, durante los cuales afirma haber sido “torturado repetidamente” por orden de Sabeti.
«Su tortura le dejó una pesada carga psicológica. Cada día es una lucha. Ha seguido años de terapia para intentar superar las secuelas. Tan solo pensar en su tortura es una experiencia visceral y dolorosa. A veces sufre reacciones de estrés postraumático cuando intenta hablar de ello: temblores, mareos.»

Juan Nadie III: Estudiante de secundaria al momento de su arresto por la SAVAK, acusado de haber difundido panfletos anti-Sha. Tras ser denunciado por un compañero detenido con un arma artesanal, fue inculpado de participación en un grupo armado y condenado a dos años de prisión. Según la demanda, allí sufrió torturas atroces, «todas autorizadas y supervisadas por Sabeti», cuyas secuelas aún lo afectan.
«Revivir y contar su tortura es una experiencia penosa, a veces vergonzosa y humillante. El trauma le dejó una pesada carga que lleva consigo toda la vida, aunque ha hecho todo lo posible por afrontarla.»

 

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