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16/08/2022

LUIS E. SABINI FERNÁNDEZ
¿Conciliar el sionismo y los derechos humanos?

Luis E. Sabini Fernández, 16-8-2022

“El Presidente del Comité Central Israelita del Uruguay, Marcos Israel, fue electo en el día de ayer (11 de agosto) por la Asamblea General del Poder Legislativo para formar parte del nuevo Consejo Directivo de la Institución Nacional de Derechos Humanos y Defensoría del Pueblo (INDDHH) por los próximos cinco años. Fue una excelente votación con 121 legisladores a favor de su postulación en 122 presentes.”(CCIU) He aquí un comentario sobre este evento por lo menos sorprendente.-Tlaxcala

Marcos Israel, presidente del Comité Central Israelita: «Una parte de la izquierda uruguaya todavía abreva en el discurso antiisraelí»

Gideon Levy, lúcido periodista israelí, judío, nos “informa”: “Más de 2.000 niños palestinos asesinados por Israel en 20 años de guerra contra Gaza”.[1]

La pregunta inmediata: ¿puede un defensor del comportamiento israelí ser al mismo tiempo un sostenedor de los dd.hh.?

La Declaración Universal de Derechos Humanos (dic. 1948) de la ONU,  en su artículo 13 anuncia: “Toda persona tiene derecho a salir de cualquier país, incluso del propio, y a regresar a su país.”

Israel y el sionismo gobernante, desde su implantación manu militari en 1948,  jamás ha permitido el retorno de palestinos expulsados. Ni de uno siquiera, de los cientos de miles, con el paso de las décadas y el crecimiento vegetativo hoy millones, expulsados en 1948. Violar o negar el derecho a retorno lesiona radicalmente a los dd.hh. y al citado art. 13.

Un paso más en dicha declaración; el art. 17:

“Nadie será privado arbitrariamente de su propiedad.” 

En Israel, permanentemente se confiscan, con violencia protegida por la ley del país, diversas propiedades de palestinos con “fundamentos jurídicos” como que esa tierra o ese edificio perteneció en tiempos bíblicos o antes de 1948 a judíos.

Nos recuerda Joan Cañete Bayle, periodista catalán:

“Khalid Hussein Jabari es uno de los centenares de palestinos que han perdido su casa este 2016. Fue destruida por orden administrativa israelí. El de Khalid es una de las 300 casas e infraestructuras palestinas destruidas en lo que llevamos del año, más que en todo el 2015, en una estrategia deliberada de expulsión y desposesión para dejar espacio a las colonias que tiene sus raíces en la Nakba.” [2]

El Estado de Israel y su gobierno sionista jamás han reconocido tales actos como violatorios de la Declaración Universal de 1948. Como que los tiene sin cuidado.

Niños palestinos capturados in fraganti tirando piedras o porque alguna investigación los ha rastreado, son encarcelados, en jaulas al aire libre, colectivas, con la ropa con que son capturados, y con ella tienen que soportar las diversas estaciones climáticas con un frío mordiente, que les mina la salud o con un calor veraniego que haga insoportable estar allí encerrado. ¿Cuál es la relación de este trato a niños con los dd. hh.?

La DU de los DDHH también explicita el derecho a los desplazamientos. Veamos apenas la sucinta descripción de un periodista catalán visitando Israel sobre los check points:

“Por ejemplo, Maram Saleh Abu Ismael y su hermano Ibrahim Taha. Maram tenía 26 años y era madre de dos niños pequeños. Ibrahim tenía 16. Murieron acribillados por adentrarse en el camino equivocado del check point de Qalandia por motivos que no están claros. No se les avisó con tiros al aire, ni siquiera se les disparó a las piernas. Se les acribilló. Qalandia es una de las terminales del muro en Cisjordania. Todos los palestinos de Cisjordania deben atravesar a diario check points para desplazarse fuera de sus localidades para ir a trabajar, a la escuela, al médico. Eso sí, antes deben solicitar permisos lo que, por supuesto, supone entrar en una pesadilla burocrática.

”¿Cómo es la relación cotidiana en un check point entre soldados israelíes y civiles palestinos? ¿Entre ocupantes y ocupados? Wissam Tayem cruzó el check point de Hawara, en Nablus, con un violín y, al llegar ante el soldado a quien le debía entregar la documentación éste le obligó a tocar el violín. “Una canción triste”, le indicó.

”En noviembre del 2003 nació en Yenín, Hayez. Su nombre significa check  point en árabe, y fue bautizado así porque nació en un check point mientras su madre trataba de llegar al hospital. Según un informe de hace dos años, entre el 2000 y el 2005, 67 mujeres palestinas dieron a luz en un check point. Al menos la mitad de ellas perdió a sus hijos. ¿Es que las mujeres palestinas encinta rondan los check points? No. Es que se las demora mucho camino a una maternidad.

El sionismo encarna una forma de relacionarse con el mundo que deja abolido todo diálogo. Para conseguir los fines que entiende valiosos, no necesita el diálogo. A lo largo de todas estas décadas, ¿devolvió Israel algún trozo de tierra a palestinos?

Golda Meir, sionista fundacional, acusaba a palestinos, que forzaban a “nuestros muchachos” a matar a jóvenes palestinos. 


Diálogo consigo mismo.

Un joven palestino perseguido se quiso esconder, proteger tras un muro y el vehículo militar que lo perseguía chocó con el muro, lo derribó sobre el joven que muere aplastado. Y la administración de la seguridad israelí judicialmente demanda a los progenitores del hijo muerto, 28 mil dólares por daños al vehículo. [3]

Diálogo consigo mismo. Que no es diálogo sino un largo monólogo en la inmensidad del mundo.

El sionismo no dialoga. Es victimismo, narcisismo, es otra cosa. Por eso resulta difícil pensar en alguien como Marcos Israel como integrante de una organización de dd. hh.

¿No es acaso presidente del Comité Central Israelita del Uruguay? No es acaso el CCIU una representación social, no diplomática, del Estado de Israel, a cargo de tantas violaciones a los dd. hh. como las reseñadas antes? De las que nunca o prácticamente nunca rinde cuentas.

¿Cómo separar el CCIU del comportamiento del Estado de Israel? ¿Existe algún deslinde posible?

Semejante propuesta de nombramiento sólo puede entenderse en el panorama actual. No muy auspicioso, por cierto.

Del pasaje de candidatos a la INDDHH desde organizaciones o redes de asistencia a niños expuestos, mujeres discriminadas,  perfiles raciales a su vez discriminados, a la idea de designaciones políticas. Con un agravante que se “huele” en el horizonte; uno nuevo reparto de 4 y 1, en lugar del viejo, odioso cuoteo del “3 y 2” que ayudó que ayudó a fundir el país [4].


Por eso es tan arduo el camino para encontrar defensores aceptables.

Notas

[1] Haaretz, 20-11-2021

[2]   @jcbayle, 15/05/2016. La Nakba ["catástrofe" o "desastre"] es la expulsión violenta de población palestina en 1948.

[3]   José Antonio Gómez, Diario 16, 12-1-2018. Fuente: losotrosjudios.

[4] Hace décadas hubo un convenio entre los partidos (entonces) mayores, Partido Colorado y Partido Nacional (llamado "blanco"), para gobernar gran parte de las reparticiones del estado mediante directorios colectivos de 5 miembros: 3 para el partido ganador; 2 para el segundo (perdedor). Entonces, partidos como el socialista o el cristiano no tenían posibilidad alguna de llegar a segundos. Con ese "3 y 2" se fue cocinando la crisis del país que lo arrasó en los '70. La Institución Nacional de los Derechos Humanos se gestó tras la dictadura, después de 1984. Y se compuso originalmente no desde los partidos sino desde redes u organizaciones de la sociedad civil: redes filantrópicas, antirracistas, de defensa de homosexuales. El gobierno actual propuso que los 5 directivos de la INDDHH fueran designados por los partidos políticos (otra vez): 4 el gobierno y 1 la oposición. Muy mezquino, además, porque el caudal electoral de los dos Frentes (el Amplio y el Multicolor) es muy, muy parejo.

 

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