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06/02/2023

FAUSTO GIUDICE
Para resistir una invasión rusa, los daneses deberían camellar en vez de rezar

 Fausto Giudice Basta Yekfi, 6-2-2023
Traducido por María Piedad Ossaba

    


Hay algo podrido en el Reino de Dinamarca, eso lo sabemos desde Shakespeare. La Primera Ministra socialdemócrata, Mette Fredriksen, gobierna desde hace algunas semanas con el apoyo de la derecha (liberales y moderados), la primera vez que ocurre en 40 años. Sólo puede contar con una mayoría parlamentaria con los votos del de los yes-men de las colonias (Groenlandia y las Islas Feroe). Neutralizó a la extrema derecha retomando lo esencial  de su programa en materia de inmigración y asilo, que puede resumirse en “cero inmigrantes, cero refugiados”. Al presentar su tambaleante coalición en diciembre, comentó: “Hay muchos compromisos, pero sobre todo muchas ambiciones”. Una de las ambiciones es alcanzar el famoso 2% en 2030.

Explicación: el presupuesto danés de defensa en 2022 fue de 27.000 millones de coronas, aproximadamente  3.600 millones de euros, es decir el 1,34% del PNB. El objetivo que Washington lleva años intentando imponer a los países del protectorado europeo es que dediquen el 2% de su presupuesto a defensa. Dinamarca, fiel perro faldero de la OTAN desde 1945, asume por tanto esta tarea. Para conseguirlo de aquí a 2030, Dinamarca tiene que encontrar el dinero en alguna parte. Basta con  eliminar un día festivo. Si los daneses trabajan 7,4 horas más al año, se recuperarán 3.000 millones de coronas (403 millones de euros). Y la Sra. Fredriksen, cuyo partido lo intentó una vez hace diez años y fracasó, lo vuelve a intentar: suprimamos el Store bededag*, el Gran Día de Oración, algo inventado por la Iglesia Luterana de Estado (a la que pertenece el 79% de los daneses), y que cae el cuarto viernes después de Pascua. A lo largo de los últimos tres siglos y medio, el Store Bededag se ha convertido en parte integrante de la danidad (o danitud): ese día, la gente sale a pasear con sus familias, visita a sus amigos, en definitiva, descansa. Y algunoshasta rezan.

Allí, los daneses se pusieron furiosos, y la confederación sindical FH (Fagbevægelsens Hovedorganisation, 1.287.901 afiliad@s en 2022, incluidos l@s del Sindicato de Soldados) lanzó una petición “Mantengamos el Store bededag”, que hasta ahora ha recogido 466.482 firmas**, y convocó una manifestación el domingo 5 de febrero. Éxito masivo.

Domingo en Copenague. Ver más fotos

 50.000 manifestantes en un país de 5,9 millones de habitantes con una capital de 600.000 almas es realmente una gran manifestación. Mette, ¡no toques los panecillos calientes! Y sigue el consejo de Mogens Glistrup, el difunto truculento luchador contra los impuestos: disuelve el ejército danés y sustitúyelo con un contestador telefónico que diga en ruso: “Nos rendimos, nos rendimos”...

Notas

*El Store Bededag fue instituido en 1686 por Hans Bagger, obispo de Roskilde.  Decidió que, en lugar de celebrar varias pequeñas jornadas de oración a lo largo del año, era mejor agruparlas en un solo día: el Día de la Oración. En este día se prohibía toda actividad para dedicarse exclusivamente al recogimiento y a las ocupaciones espirituales. Los panaderos tomaron entonces la costumbre de hacer panecillos la víspera. Como al día siguiente estaban un poco duros, se recalentaban; se extendió así la costumbre de comer panecillos calientes, varme hveder, el Gran Día de Oración. (Fuente)

** Texto de la petición:

“¡No toquen nuestro día festivo!

La vida no se reduce al trabajo y hojas de cálculo. El día de oración es nuestro día común de descanso, en el que podemos relajarnos o pasar tiempo con nuestra  familia y los amigos. Así deberían ser las cosas en Dinamarca en el futuro. No es normal que el Gobierno suprima los días festivos o libres sobre nuestras cabezas. E incluso suprima la compensación para los salariados que hayan trabajado todo el tiempo en el gran día de oración”. (Fuente)

 

 

 

11/12/2022

ROBERTO PIZARRO HOFER
Nicaragua: Ortega ofende la memoria de Sandino

Roberto Pizarro Hofer, Politika, 8-12-2022

La lista de vergonzosos criminales -esbirros, secuaces y sicarios de los EEUU- es larga como un día sin pan. La triste historia de nuestro continente recuerda con dolor a Batista, Somoza, Trujillo, Pinochet, Banzer, Castillo Armas, Duvalier, Rojas Pinilla y muchos más. Todos ellos -como hubiera dicho con inigualable elegancia Franklin Roosevelt o Harry Truman- eran unos "hijos de puta, pero son NUESTROS hijos de puta". La involución de algunas revoluciones resulta aun más incomprensible. El panorama latinoamericano actual, de Perú a Nicaragua, pasando por sur y centro América, muestra una peligrosa inestabilidad alimentada por los intereses del Imperio.-LC

 

Los Ortega

El 4 de noviembre de 1967, Daniel Ortega, escapó de morir acribillado en una casa del barrio Monseñor Lezcano, de Managua, luego de una implacable persecución de la Guardia policial del dictador Somoza. Lo salvó Oscar René Vargas, militante de la primera hora del Frente Sandinista (FSLN).

Hace algunos días Oscar René fue capturado por la Guardia policial de Ortega y enviado a la cárcel. Se suma así al nutrido grupo de sandinistas históricos perseguidos por el régimen. Ortega, convertido en dictador, no sólo encarceló al destacado sociólogo nicaragüense, sino también al exvicecanciller, Hugo Tinoco, y a los comandantes Dora María Téllez y Hugo Torres (quien falleció en la cárcel); además obligó al exilio a los destacados escritores Sergio Ramírez y Gioconda Veliz, al comandante de la revolución, Luis Carrión, a los hermanos Mejía Godoy y al ex director del diario Barricada, Carlos Fernando Chamorro. Además, se encuentran habitando cárceles nicaragüenses destacadas figuras políticas democráticas, que intentaron desafiar electoralmente al dictador.

Los delitos imputados a Vargas, como en varios otros casos, son de una inconcebible arbitrariedad: menoscabo a la integridad nacional, propagación de noticias falsas y provocación para cometer rebelión.

Es triste el resultado de la revolución nicaragüense. De la dinastía de la familia Somoza se ha transitado a una nueva dinastía, la de Ortega-Murillo. Ortega, en compañía de su esposa, traicionó a sus compañeros de lucha, ha utilizado el poder para enriquecer a su familia y renunció al proyecto popular y democrático que iniciara la gesta heroica de Sandino y que nuestra poetisa, Gabriela Mistral apoyara con tanto entusiasmo.

La revolución popular sandinista, que asumió el gobierno en julio de 1979, no sólo abría un camino de esperanza para Nicaragua, sino se convertía en un referente de lucha para América Latina, región aplastada en esos años por dictaduras militares oprobiosas. Y así fue en los primeros años, incluso cuando Ortega pierde las elecciones en 1990 y entrega democráticamente el gobierno a doña Violeta Chamorro.

Sin embargo, la irrefrenable pasión por el poder convierte a Ortega en dictador. Luego de ser elegido presidente a fines del 2006, despliega una maquiavélica estrategia para controlar todas las instituciones del Estado. Y, para ello, pacta con el partido liberal somocista, que encabeza Arnoldo Alemán, con el empresariado, la Iglesia católica y el gobierno de los Estados Unidos.

Esa inédita alianza le otorga fuerza para expulsar de la Asamblea Nacional (Parlamento) a los partidos opositores, apropiarse del poder judicial y controlar a las autoridades electorales. Ortega-Murillo han acumulado el poder total de las instituciones estatales, colocando a sus amigos y aduladores en puestos claves, eliminando así la transparencia en la gestión del Estado. Entre otras cosas ello es lo que permitió una reforma constitucional para asegurar a Ortega la reelección perpetua. Nicaragua es hoy un régimen totalitario.

En esas condiciones era inevitable que naciera la insurgencia, la que explotó en 2018. La chispa que encendió la pradera fue una reforma que aumentaba las contribuciones de trabajadores y empleadores al seguro social y, al mismo tiempo, reducía las pensiones a los jubilados.

Durante largos años el Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS) manejó mal sus inversiones y acumuló un gran déficit financiero, y ahora se cargaban los costos de ese mal manejo a los jubilados. El Fondo Monetario Internacional (FMI), muy amigo del gobierno nicaragüense, exigió un freno inmediato al déficit. Y, la reforma se implementó con el acostumbrado estilo autoritario del gobierno.

Ese hecho fue sólo el desencadenante de la crisis. Porque lo que estaba presente en la sociedad era la acumulada indignación de abusos, corrupciones y arbitrariedades de Ortega-Murillo. Explotaba así el reclamo contra la concentración de poder en manos del matrimonio, así como la delegación dinástica de cargos y negocios en sus hijos, lo que resultaba insoportable para el pueblo nicaragüense.

Una década de autoritarismo, con intolerables agravios, se hacía carne en la ciudadanía, y desata un levantamiento popular sólo comparable a las heroicas luchas callejeras contra el somocismo.

Un mes de protestas dieron por resultado más de 300 muertos, junto a miles de heridos desaparecidos y torturados. La represión policial y de las bandas parapoliciales fue la respuesta del régimen a las demandas ciudadanas contra la arbitrariedad, el robo y la corrupción.

Comienzan entonces a exigirse investigaciones independientes sobre la represión, responsabilidades gubernamentales y juicio a los culpables de los asesinatos. A ello se agregan demandas sobre la democratización del país, la salida de Ortega y el adelantamiento de las elecciones. La respuesta del régimen fue mayor represión de dirigentes sociales, sandinistas históricos y políticos demócratas. Al día de hoy se estima en 219 los presos políticos en Nicaragua.

¿Cómo explicar la sorpresiva y masiva insurgencia de diversos sectores de la sociedad en un país que parecía progresar con tranquilidad? La economía había crecido más de 4% promedio anual entre 2007 y 2017; la pobreza estaba disminuyendo; y, no existían las pandillas juveniles. El FMI aplaudía a Ortega porque cuidaba las finanzas fiscales y el gobierno había convertido a los empresarios en su principal aliado. Curiosa alianza que favorecía las inversiones y facilitaba los negocios.

Por otra parte, el gobierno contaba con el apoyo de la Iglesia, alianza facilitada con la dura legislación que impulsó el gobierno contra el aborto. Se privilegiaba así el apoyo de la Iglesia antes que el derecho a la salud y libertad de las mujeres.

Y, por cierto, la realpolitik del Gobierno norteamericano, convertía a Ortega en su principal aliado en Centroamérica, a cambio de que Nicaragua facilitara las inversiones de empresas estadounidenses, retuviera a los inmigrantes en sus fronteras y colaborara con el trasiego del narcotráfico.

Las banderas rojinegras, democráticas, revolucionarias y progresistas del FSLN de los años ochenta, se habían arriado. De los máximos dirigentes del FSLN, los nueve comandantes y Sergio Ramírez, sólo se encuentra junto a Ortega, Bayardo Arce, aunque más bien interesado en sus negocios personales.

Rosario Murillo calificó a los cuestionadores del 2018 como “…almas pequeñas, tóxicas, llenas de odio, vampiros sedientos de sangre, grupos minúsculos”, mientras Ortega hablaba de “pandillas matándose entre ellos mismos”. La torpeza de esos dichos sirvió para multiplicar el enojo ciudadano.

La élite empresarial, después, de las protestas ciudadanas, se dio cuenta que el gobierno ya no le garantizaba seguridad económica para sus inversiones y que el monopolio político de las instituciones estatales tampoco le daba estabilidad al país. El sector privado llegó a la conclusión que la hermandad de diez años con el gobierno ya no le servía, había hecho agua.

Por otra parte, la Iglesia, aliada al gobierno en temas valóricos, se distancia radicalmente del gobierno y se convierte en referente fundamental de seguridad y de credibilidad para ciudadanía. Finalmente, el gobierno norteamericano, no pudo resistir la presión internacional por los derechos humanos contra Ortega y se vio obligado manifestar su rechazo a las medidas represivas del régimen.

Sin embargo, con la crisis sanitaria de la Covid-19, se debilitaron las protestas lo que dio cierta tranquilidad al régimen de Ortega-Murillo. El gobierno aprovechó para impulsar una legislación que controlara la disidencia y reprimiese cualquier espacio de disensión, para asegurarse una victoria holgada en las urnas. Apuró además una reforma constitucional para permitir la reelección presidencial en los comicios del 7 de noviembre de 2021.

En estas circunstancias, la coalición opositora, que surgió a raíz de la crisis del 2018 y que aglutinaba estudiantes, campesinos, feministas, jubilados, indígenas, católicos, sandinistas históricos, antisandinistas y ecologistas terminó quebrándose. En realidad, era una oposición con excesiva cantidad de sensibilidades ideológicas e intereses sectoriales que sólo convergían en su rechazo al régimen Cuando las movilizaciones desaparecieron surgieron líderes políticos opositores dispersos, sin mayor base social, que el régimen encarceló aprovechando la legislación represiva, lo que abrió camino una victoria electoral no competitiva.

Las pasadas elecciones de noviembre de 2021 sirvieron para la consolidación del régimen totalitario. En efecto, el orteguismo emprendió unos comicios con las cartas marcadas, después de haber sobrevivido al embate opositor de la rebelión de 2018. De hecho, al controlar el Consejo Supremo Electoral, pudo vetar y anular candidatos y organizaciones políticas en función de la reelección de Ortega.

Las dos principales organizaciones surgidas a raíz del estallido –Alianza Cívica (AC) y Unidad Nacional Azul y Blanco (UNAB)– no lograron convertir entonces la energía callejera en poder, para negociar reformas clave, ni pudieron convertirse en vehículo electoral o fuerza política. Ello revela la incapacidad de la oposición para articular una propuesta común, la que además se ha equivocado en apelar al antisandinismo.

En efecto, más allá de Ortega, el sandinismo es una cultura nacional, que incluye militantes históricos, hoy día enemigos del dictador. “…es complicado armar un discurso mayoritario si se criminaliza (y no integra) la identidad sandinista que, de lejos, es la más extendida en el país. Además, el discurso antisandinista furibundo reditúa a Ortega porque, al posicionarlo como referente único del sandinismo, favorece su consolidación dentro del partido, en vez de fraccionarlo”. Por otra parte, la oposición se ha mostrado excesivamente dependiente de la comunidad internacional, lo que ha facilitado al régimen apelar al argumento del “golpe blando” y al nacionalismo antiimperialista. (S. Puig y M. Jarquín, El Precio de la Perpetuación de Daniel Ortega, Nueva Sociedad, junio 2021).

Las perspectivas en favor de la democracia en Nicaragua no son alentadoras. Con una oposición débil y fragmentada, la familia Ortega-Murillo, ha consolidado un poder político absoluto en el país. Por ahora Ortega está ganando; pero, como bien ha dicho José Saramago “La victoria tiene algo negativo; jamás es definitiva.”
 

15/11/2022

REINALDO SPITALETTA
Huelga y muerte de la señorita Betsabé

 Reinaldo Spitaletta, Sombrero de mago, El Espectador, 15-11-2022

Cuatrocientas señoritas, tejedoras, urdidoras, rebeldes ellas, unas adolescentes, otras en la niñez, algunas ya “mayorcitas”, pasaron a la historia de Colombia como las protagonistas de la primera huelga en el país, al despuntar los llamados “años locos y felices”. Estrenaron la reciente ley, la 78 de noviembre de 1919, que consignaba el derecho a la huelga, en tiempos en que artesanos (sastres, zapateros), braceros, mineros, ferroviarios ya habían alzado su voz de protesta y realizado paros contra diversos atropellos laborales.
 
 Bestabé Espinal

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24/10/2022

SERGIO FERRARI
Aumentan las protestas sociales: Europa entre guerra, crisis y un invierno que puede ser helado

Sergio Ferrari, 24-10-2022

Una parte significativa de Europa se convirtió la tercera semana de octubre en una olla a presión en la que empezó a calentarse la sopa del conflicto. A este ritmo, de mantenerse prendida la cocina, el continente se dirige hacia una etapa muy tensa debido a las consecuencias directas de la guerra, entre ellas la creciente tensión social.

La crisis europea es sostenida y va en aumento, agravada por el impacto cada vez más visible del conflicto Rusia-Ucrania en la vida cotidiana. Los aumentos exorbitantes, especialmente en electricidad, combustibles y servicios, hacen explotar los presupuestos familiares y desencadenan la cólera sindical.

Jornada de lucha del 18 de octubre en Francia_ Los afiches dicen Respeto al derecho de Huelga y Aumento de salarios y pensiones Foto CGT

La cólera francesa

En Francia, el martes 18 de octubre se realizó una jornada interprofesional de protesta. Habían pasado solo tres días desde la masiva movilización convocada el por la Nueva Unión Popular Ecologista y Social (NUPES), que en las legislativas de junio pasado se convirtió en la segunda fuerza más votada. Como de costumbre, la batalla de cifras complica el balance: mientras que los organizadores estimaron la participación el martes en unas 300.000 personas, los portavoces oficiales indicaron un número tres veces menor.   


Mapa de las 150 movilizaciones locales en la jornada de huelga del 18 de octubre en Francia_Belgica y Luxemburgo Gráfico CGT

La huelga sectorial que se inició a fines de septiembre en las refinerías de petróleo, se extendió el martes 18 a otros sectores, con impactos parciales: servicio público, energía, transporte urbano, industria alimentaria, comercio y personal de institutos profesionales. Las dos principales reivindicaciones fueron la exigencia de un aumento salarial y la oposición categórica a que los trabajadores en lucha sean forzados a volver al trabajo. Saltando fronteras, el 8 y el 9 de octubre varios centenares de activistas habían manifestado y bloqueado instalaciones de TotalEnergie también en Bélgica.

Protestas sociales en Bélgica el 8 y 9 de octubre 2022 Foto La Relève

 En la industria petrolera francesa, el conflicto sindical continuó aun hasta el jueves 20. Ese día se normalizaron tres de los cinco centros aun paralizados luego de que los huelguistas alcanzaran logros aceptables. El suministro de combustible en las estaciones de servicio fue caótico en Francia desde fines del mes pasado.

Para la Confederación General del Trabajo (CGT) de Francia, “a pesar de los enormes beneficios que obtienen las compañías petroleras, en particular Total y Exxon, éstas se niegan a aceptar las exigencias de los trabajadores”. La CGT subraya que el reclamo consiste en recuperar la pérdida del poder salarial causada por la inflación y asegurar una mejor distribución de la riqueza creada por los trabajadores mientras se pagan miles de millones de euros en dividendos a los accionistas.

Se calcula que solo en el primer semestre del año en curso, TotalEnergies registró más de 10.000 millones de dólares de beneficios. Este gigante petroquímico, con sede en Francia, cuenta con 105.000 trabajadores en 130 países. En 2021 contabilizó ingresos por 184,7 miles de millones de dólares.


Convocatoria a la manifestación del 22 de octubre en Italia

Roma, a la calle

En Italia, las principales centrales sindicales del país realizaron el sábado 22 de octubre una manifestación unitaria que convocaron en Roma en defensa de la “Salud y la Seguridad en el Trabajo”. Argumentan que en lo que va de 2022 se produjeron 600 muertes y 400 mil accidentes laborales, así como un altísimo número de irregularidades empresariales que irrespeta el cumplimiento de cláusulas básicas. Para los convocantes, "no se trata solo de números, sino también de la vida de las personas, su dignidad y sus derechos”.

Esta convocatoria, que según varios analistas políticos puede calentar los motores de la protesta social, dio continuidad a la masiva movilización sindical que la Confederación General Italiana del Trabajo (CGIL, su sigla en italiano) convocó el 8 de octubre en esa capital, exactamente un año después del ataque por parte de grupos neonazis contra su sede central y menos de dos semanas después de la victoria electoral de la extrema derecha de Fratelli d’Italia. Resultado que puso en tensión al movimiento sindical y las fuerzas políticas progresistas.

Las dos reivindicaciones de esta primera protesta luego de las recientes elecciones italianas fueron la defensa de un salario mínimo digno y la búsqueda de alternativas al conflicto bélico entre Rusia y Ucrania.  "Frenar la guerra con negociaciones, no con el envío de armas", constituyó una de las consignas de la manifestación.

Bellinzona, Tesino, 17 de octubre: "Luchamos por nuestra salud y dignidad"

Se despierta Suiza

En la pequeña Bellinzona, capital del cantón Tesino, fronterizo con Italia, los trabajadores de la construcción dieron el pitazo inicial de un proceso de movilizaciones que se ampliará nacionalmente en las próximas semanas.

Más de 2 mil quinientas personas participaron el lunes 17 de octubre en una marcha (en una ciudad de apenas 40 mil habitantes) que continuará con futuras manifestaciones el 1 de noviembre en Basilea; el 7 y el 8 en otras cinco ciudades de la Suiza francesa, y el 11 en Zúrich, donde se realizará una jornada nacional.

Lo que está en juego es la negociación de un nuevo Convenio Colectivo de Trabajo con la patronal empresaria de la construcción. Según el sindicato UNIA, la patronal insiste en sus condiciones reaccionarias. Ignora las reivindicaciones de los trabajadores y busca negociar eventuales aumentos salariales imponiendo el deterioro de las condiciones de trabajo. Para el sindicato helvético, la realidad es paradójica: en un país donde se está construyendo más que nunca, las condiciones laborales son cada día peores. La patronal procura suprimir todas las regulaciones pertinentes a las horas de trabajo imponiendo jornadas diarias de hasta 12 horas (sin contar el traslado hasta las obras) y semanas de hasta 58 horas. “Se trata de un ataque a la salud y a la vida familiar de los trabajadores de la construcción”, denuncia el sindicato.

El malestar social, con distintos rostros y reivindicaciones concretas, se manifestó también en la segunda semana de octubre cuando los choferes del transporte público de Ginebra paralizaron el servicio durante 36 horas para exigir --con relativo éxito-- un reajuste salarial para compensar el deterioro del nivel de vida. 

"Familia y trabajo", no "familia o trabajo": ¡Basta Ya!

Por su parte, el 17 de octubre entraron en huelga por tres días, en el aeropuerto suizo de Zúrich, los pilotos de Eurowings, filial de Lufthansa de Alemania. Como consecuencia, se canceló la mayoría de los vuelos de esa compañía de bajos costos con origen y destino en Zúrich. Un día antes, los pilotos de SWISS International Air Lines --otra filial de Lufthansa--, votaron la huelga si en los próximos días el directorio de la empresa no presenta una propuesta aceptable en cuanto a salarios y condiciones de trabajo.

-¿Eurowings en huelga? ¿Qué puede ofrecerme como opción alternativa?
-Chicken wings
Viñeta de Harm Bengen, Alemania

Malestar en otros países

En España, los sindicatos del sector ferroviario están convocando una huelga de la empresa Renfe (Red Nacional de Ferrocarriles Españoles) para el 28 de octubre y paros parciales el 7 y el 11 de noviembre. Las protestas son resultado de la inacción de la empresa para acordar el nuevo convenio colectivo, indican los promotores de dicha medida de fuerza. Los sindicatos exigen, además, que se dé respuesta “a la evidente falta de personal en todas las áreas y colectivos de la empresa” mediante la prórroga de los contratos temporales.

Unas 15 mil personas, según fuentes oficiales, se movilizaron el 15 de octubre en Madrid para exigir la actualización de pensiones y salarios conforme al Índice de Precios de Consumo. Dos de las principales centrales sindicales españolas (Comisiones Obreras y UGT), anticiparon una jornada de protesta nacional para el 3 de noviembre. En tanto, sectores de la izquierda anticapitalista organizan encuentros y debates en 40 ciudades para replicar en la península las protestas que se están dando en Bélgica, Francia y Gran Bretaña.

Octubre también ha despertado en un ambiente de cólera en Gran Bretaña, donde se esperan nuevas manifestaciones en las próximas semanas. El 1 de octubre, varias protestas sociales desbordaron las calles de los centros urbanos más grandes con reivindicaciones precisas que van desde el aumento salarial hasta la protección del clima.

Adicionalmente, diversas organizaciones --en particular del movimiento juvenil-- han convocado nuevas movilizaciones en distintas ciudades europeas durante las próximas semanas, retomando la iniciativa de ganar las calles en defensa del clima. Convencidos de que la sociedad civil planetaria en general y la europea en particular, deben exigir resultados concretos a la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, la COP27 que se realizará en Sharm el-Sheij, Egipto, del 6 al 18 de noviembre. 

#LibérenlosATodos #LibérenAAlaa: Campaña por la liberación de Alaa Abdlfattah y los 60.000 presos políticos en Egipto

Europa palpita. Se moviliza y protesta ante la dimensión de la crisis económica y social. En paralelo, comienza a tomar fuerza entre expertos y analistas –y más tibiamente entre sindicatos y actores sociales-- la pregunta sobre quién pagará la factura principal de la guerra Ucrania-Rusia y de la futura reconstrucción de Ucrania. En este conflicto, en el propio corazón europeo, nada es gratis. La industria bélico-armamentista, la principal beneficiada, le saca punta al lápiz y se refriega las manos. La ciudadanía europea, ya sancionada por el aumento estrepitoso de los precios de los combustibles y la energía, empieza a alzar la voz.