Affichage des articles dont le libellé est B'Tselem. Afficher tous les articles
Affichage des articles dont le libellé est B'Tselem. Afficher tous les articles

01/08/2025

GIDEON LEVY
No es solo una guerra, es un genocidio, y se está cometiendo en nuestro nombre

Gideon Levy, Haaretz, 30-7-2025
Traducido por Fausto GiudiceTlaxcala

Dos importantes organizaciones israelíes de defensa de los derechos humanos han puesto nombre a lo que otros siguen negando: la campaña en Gaza no es solo brutal o desproporcionada, es la destrucción deliberada de un pueblo. Las pruebas son abrumadoras, la intención innegable y el silencio cómplice.


Un periodista muestra el resumen ejecutivo del informe «Nuestro genocidio», elaborado por B’Tselem, en una rueda de prensa celebrada el lunes en Jerusalén. Foto Maya Alleruzzo/AP

Ha llegado el momento. Ya no es posible andarse con rodeos y evitar dar una respuesta. Ya no podemos escondernos, evadir, balbucear, apaciguar y oscurecer. Tampoco podemos aferrarnos a sofismas legales sobre la «cuestión de la intención» o esperar el fallo de la Corte Internacional de Justicia de La Haya, que puede que solo se dicte cuando ya sea demasiado tarde.

Ya es demasiado tarde.

Por eso ha llegado el momento de llamar al horror por su nombre, y su nombre completo es genocidio, el exterminio de un pueblo. No hay otra forma de describirlo. Ante nuestros ojos horrorizados, Israel está cometiendo un genocidio en la Franja de Gaza. No ha comenzado ahora, comenzó en 1948. Ahora, sin embargo, se han acumulado pruebas suficientes para llamar por su nombre monstruoso lo que ocurre en la Franja de Gaza.

Este es un momento de desesperación, pero también liberador. Ya no necesitamos evitar la verdad. El lunes, en el sótano de un hotel de Jerusalén Este, dos importantes grupos israelíes de derechos humanos anunciaron que la suerte estaba echada. B’Tselem y Médicos por los Derechos Humanos declararon que habían llegado a la conclusión de que Israel estaba cometiendo genocidio. Lo hicieron ante decenas de periodistas de todo el mundo y una vergonzosa y escasa representación de los medios de comunicación israelíes.

Con una fiabilidad y valentía incomparables, dieron un paso histórico. Estaba claro que a sus portavoces no les resultaba fácil. La incomodidad se palpaba en la sala de conferencias.

B’Tselem tituló su informe «Nuestro genocidio», y es genocidio, y es nuestro. La dramática declaración fue recibida en Israel con un desprecio casi total. Pero esto también demuestra la gravedad de la situación. El genocidio casi siempre es negado por quienes lo cometen.

El significado es grave. Vivir en un país cuyos soldados están cometiendo un genocidio es una mancha indeleble, un rostro distorsionado que nos mira en el espejo, un desafío personal para todos los israelíes. Este término plantea profundas preguntas sobre el país y nuestra participación en el crimen. Nos recuerda de dónde venimos y plantea preguntas difíciles sobre hacia dónde vamos. Lo más fácil ahora es la carga de la prueba. La corroboración legal bien podría venir de La Haya, pero las pruebas morales se acumulan cada día.

Un niño palestino que sufre desnutrición en el campamento de Al-Shati, en Gaza, la semana pasada. Foto Jehad Alshrafi/AP

Durante meses, los pocos en Israel que ven en la Franja de Gaza la cuestión de la intención han estado sufriendo. ¿Realmente Israel tiene la intención de cometer genocidio, o tal vez ha causado los resultados sin querer? Esta pregunta se ha vuelto superflua. No es la cantidad de muertes y destrucción lo que la ha sacado de la agenda, sino la forma sistemática en que se está llevando a cabo.

Cuando destruyes 33 de 35 hospitales, la intención es transparente y el debate ha terminado. Cuando borras sistemáticamente barrios, pueblos y ciudades enteros, las dudas sobre tus intenciones han llegado a su fin. Cuando matas a decenas de personas cada día mientras esperan en fila para recibir comida, el método ha quedado demostrado más allá de toda duda. Cuando utilizas el hambre como arma, ya no hay lugar para las preguntas.

Ya no falta nada para comprender que lo que está ocurriendo en Gaza no es el daño colateral de una guerra horrible, sino el objetivo. El hambre masiva, la destrucción y la muerte son el objetivo, y desde aquí el camino hacia la conclusión es corto: el genocidio.

Israel tiene la clara intención de provocar la destrucción de la sociedad palestina en la Franja de Gaza, de convertirla en un lugar inhabitable. Pretende llevar a cabo una limpieza étnica, ya sea mediante el genocidio o el traslado de la población, preferiblemente ambas cosas.

Protesta organizada por Standing Together en Tel Aviv la semana pasada. Foto: Tomer Appelbaum

Esto no significa que la cábala vaya a tener éxito, pero se está moviendo en la dirección de esta solución absoluta. El primer ministro Benyamin Netanyahu, padre de esta cábala y su principal ejecutor, lo llama «victoria total», y esta victoria es el genocidio y el traslado de la población. Netanyahu y su gobierno no aceptarán nada menos. Mientras tanto, los partidos judíos de la oposición no tienen a nadie que se oponga realmente.

Israel ya no tiene a nadie que detenga esta marcha hacia el genocidio; solo hay quienes la ignoran. Por aterrador que pueda parecer, existe el peligro de que no se detenga en Gaza. Ya han establecido la infraestructura ideológica y operativa para ello en Cisjordania. Los ciudadanos árabes de Israel podrían muy bien ser los siguientes en la lista. No hay nadie que lo detenga, y debemos detenerlo.

➤Leer el informe de B'Tselem en español

30/07/2025

NUESTRO GENOCIDIO: versión española del informe de B’Tselem

 

«En este momento, el reconocimiento de que el régimen israelí está cometiendo un genocidio en la Franja de Gaza y la profunda preocupación de que pueda extenderse a otras zonas donde los palestinos viven bajo dominio israelí exigen una acción urgente e inequívoca por parte de la sociedad israelí y de la comunidad internacional.

 Es hora de actuar. Es hora de salvar a quienes aún no están perdidos para siempre y de utilizar todos los medios disponibles en virtud del derecho internacional para poner fin al genocidio de los palestinos por parte de Israel. »

Estas son las palabras conclusivas del abrumador informe que acaba de publicar la ONG israelí BTselem y que Tlaxcala pone a disposición de los lectores hispanófonos que no conocen el hebreo, el árabe ni el inglés o el francés. Para leer y difundir...


النسخة العربية  גרסה עברית English Français

NOTRE GÉNOCIDE : version française du rapport de B’Tselem

 « Dans l’immédiat, la reconnaissance du fait que le régime israélien commet un génocide dans la bande de Gaza et la profonde inquiétude qu’il puisse s’étendre à d’autres zones où les Palestiniens vivent sous domination israélienne exigent une action urgente et sans équivoque de la part de la société israélienne et de la communauté internationale.

 C’est le moment d’agir. C’est le moment de sauver ceux qui ne sont pas encore perdus à jamais et d’utiliser tous les moyens disponibles en vertu du droit international pour mettre fin au génocide des Palestiniens par Israël. »

Ce sont là les derniers mots du rapport accablant que vient de publier l’ONG israélienne B’Tselem et que Tlaxcala rend ici accessible aux lecteurs francophones qui ne connaissent ni l’hébreu, ni l’arabe ni l’anglais. À lire et faire lire...

Présentation audio (90 secondes)



29/07/2025

Nuestro Genocidio
Informe de la organización israelí B'Tselem

B'Tselem, la principal organización israelí de derechos humanos, acaba de publicar un informe de 88 páginas en hebreo, árabe e inglés. La presentación y el resumen ejecutivo se incluyen a continuación, a la espera de la traducción del informe completo.

B’Tselem, Julio de 2025

Desde octubre de 2023, Israel ha modificado su política hacia los palestinos. Su ofensiva militar contra Gaza, en curso durante más de 21 meses, ha incluido masacres, tanto directas como mediante la creación de condiciones inhabitables, graves daños físicos o mentales a toda la población, la destrucción de infraestructuras básicas en toda la Franja y el desplazamiento forzoso a gran escala, añadiendo la limpieza étnica a la lista de objetivos oficiales de guerra. 
A esto se suman las detenciones masivas y los abusos contra palestinos en las cárceles israelíes, que se han convertido en campos de tortura, y la destrucción del tejido social de Gaza, incluyendo la destrucción de instituciones educativas y culturales palestinas.
Esta campaña también constituye un ataque a la propia identidad palestina, mediante la destrucción deliberada de campos de refugiados y los intentos de socavar al Organismo de Obras Públicas y Socorro de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en el Cercano Oriente (UNRWA. Un análisis de la política israelí en la Franja de Gaza y sus terribles consecuencias, junto con las declaraciones de altos cargos políticos y comandantes militares israelíes sobre los objetivos del ataque, lleva a la conclusión inequívoca de que Israel está tomando medidas coordinadas y deliberadas para destruir la sociedad palestina en la Franja de Gaza.
En otras palabras: Israel está cometiendo genocidio contra los palestinos de la Franja de Gaza. El término genocidio se refiere a un fenómeno sociohistórico y político que implica actos cometidos con la intención de destruir, total o parcialmente, a un grupo nacional, étnico, racial o religioso. Tanto moral como legalmente, el genocidio no puede justificarse en ninguna circunstancia, ni siquiera como acto de legítima defensa. El genocidio siempre ocurre dentro de un contexto: existen condiciones que lo posibilitan, acontecimientos desencadenantes y una ideología rectora.
La actual arremetida contra el pueblo palestino, incluida la Franja de Gaza, debe entenderse en el contexto de más de setenta años en los que Israel ha impuesto un régimen violento y discriminatorio contra los palestinos, que ha adoptado su forma más extrema contra quienes viven en la Franja de Gaza. Desde la creación del Estado de Israel, el régimen de apartheid y ocupación ha institucionalizado y empleado sistemáticamente mecanismos de control violento, ingeniería demográfica, discriminación y fragmentación del colectivo palestino.
Estas bases, establecidas por el régimen, permitieron lanzar un ataque genocida contra los palestinos inmediatamente después del ataque liderado por Hamás el 7 de octubre de 2023. El ataque contra los palestinos en Gaza es inseparable de la creciente violencia que se inflige, en distintos niveles y formas, contra los palestinos que viven bajo el dominio israelí en Cisjordania y dentro de Israel.
La violencia y la destrucción en estas zonas se intensifican con el tiempo, sin que exista ningún mecanismo nacional o internacional eficaz que actúe para detenerlas. Advertimos del peligro claro y presente de que el genocidio no se limite a la Franja de Gaza, y de que las acciones y la mentalidad subyacente que lo impulsan puedan extenderse también a otras zonas.
El reconocimiento de que el régimen israelí está cometiendo genocidio en la Franja de Gaza, y la profunda preocupación de que éste pueda extenderse a otras zonas donde viven palestinos bajo el dominio israelí, exigen una acción urgente e inequívoca tanto de la sociedad israelí como de la comunidad internacional, y el uso de todos los medios disponibles bajo el derecho internacional para detener el genocidio de Israel contra el pueblo palestino.


Nuestro Genocidio
Resumen Ejecutivo

Julio de 2025

Desde octubre de 2023, Israel ha cambiado fundamentalmente su política hacia el pueblo palestino.

Tras el ataque liderado por Hamas el 7 de octubre de 2023, Israel lanzó una intensa campaña militar contra la Franja de Gaza, que continúa más de 21 meses después.

Esta ofensiva ha implicado:

  • asesinatos masivos, tanto por ataques directos como por la creación de condiciones catastróficas que han incrementado enormemente el número de muertos;
  • daños físicos y psicológicos graves a toda la población de Gaza;
  • destrucción masiva de infraestructuras y condiciones de vida;
  • desmantelamiento del tejido social, incluidas instituciones educativas y sitios culturales palestinos;
  • arrestos masivos y abusos contra detenidos palestinos en prisiones israelíes, convertidas de hecho en campos de tortura sin juicio previo;
  • desplazamientos forzados en masa, incluyendo intentos de limpieza étnica reconocidos como objetivos oficiales de guerra;
  • y un ataque a la identidad palestina mediante la destrucción sistemática de campos de refugiados y el debilitamiento deliberado de la UNRWA.

El resultado es un daño severo, en gran medida irreversible, para más de 2 millones de personas en Gaza.

Las declaraciones de líderes políticos y militares israelíes, sumadas a las consecuencias evidentes en el terreno, llevan a una conclusión clara e inequívoca: Israel está llevando a cabo una acción deliberada y coordinada para destruir a la sociedad palestina en Gaza. En otras palabras: Israel está cometiendo genocidio.

El genocidio como fenómeno

El término “genocidio” se refiere a un fenómeno político e histórico que ha ocurrido repetidamente a lo largo de la historia. Desde la Convención de la ONU de 1948, se reconoce como uno de los crímenes más graves del derecho internacional, involucrando actos cometidos con la intención de destruir, total o parcialmente, a un grupo nacional, étnico, racial o religioso.

El genocidio no se limita a asesinatos masivos. También puede incluir:

  • destrucción de las condiciones de vida,
  • bloqueo a la reproducción,
  • violencia sexual sistemática,
  • expulsiones forzadas.

Son actos dirigidos a destruir a un grupo en su esencia, como parte de una política estatal planificada. Y no pueden justificarse jamás — ni siquiera bajo el pretexto de la "autodefensa".

El contexto del genocidio en curso

Este genocidio se inserta en un contexto histórico de más de 70 años de régimen israelí de apartheid y ocupación sobre los palestinos, basado en:

  • separación y control sistemático,
  • ingeniería demográfica,
  • limpieza étnica,
  • violencia institucionalizada,
  • deshumanización que presenta a los palestinos como una amenaza existencial.

El ataque de Hamas del 7 de octubre de 2023 —aunque criminal y dirigido principalmente contra civiles— fue el catalizador para el paso de la represión al exterminio.

Expansión del modelo genocida

La agresión en Gaza no puede analizarse por separado de la violencia creciente que Israel ejerce también:

  • en Cisjordania (incluida Jerusalén Este),
  • y dentro del propio Israel.

En todas estas zonas, se están cometiendo crímenes graves contra la población palestina, sin rendición de cuentas. La violencia se intensifica, se normaliza, y podría expandirse aún más.

El papel de B’Tselem

B’Tselem es una organización israelí de derechos humanos que lleva más de 35 años documentando violaciones sistemáticas de los derechos del pueblo palestino. Desde octubre de 2023, ha recogido:

  • cientos de testimonios de testigos presenciales,
  • pruebas de una violencia sin precedentes,
  • y declaraciones oficiales que reflejan una política genocida.

En B’Tselem, trabajan codo a codo israelíes judíos y palestinos de Gaza, Cisjordania, Jerusalén Este e Israel. Lo hacen con una convicción común: defender los derechos humanos es una obligación ética y universal.

Llamado a la acción

La ofensiva israelí, que sigue en expansión, se produce con total impunidad. El asesinato sistemático en Gaza y los desplazamientos forzados en Cisjordania no serían posibles sin la inacción —e incluso el apoyo— de la comunidad internacional, especialmente de Europa y Estados Unidos.

El discurso del “derecho a la autodefensa” se ha convertido en un escudo para justificar lo injustificable, incluidas las transferencias de armas.

Reconocer que el régimen israelí está cometiendo un genocidio en Gaza exige una respuesta urgente, clara y decidida —tanto desde la sociedad israelí como desde la comunidad internacional.

Debemos movilizar todos los recursos disponibles en el derecho internacional para detener el genocidio contra el pueblo palestino.

 Descarga PDF


Notre génocide
Un rapport de l'organisation israélienne B’Tselem

B’Tselem, la principale organisation israélienne de défense des droits humains, vient de rendre public un rapport de 88 pages en hébreu, arabe et anglais dont on trouvera ci-dessous la présentation ainsi qu'un résumé exécutif, en attendant la traduction du texte intégral du rapport

B’Tselem, Juillet 2025 

النسخة العربية  גרסה עברית English 

Depuis octobre 2023, Israël a modifié sa politique envers les Palestiniens. Son offensive militaire contre Gaza, menée depuis plus de 21 mois, a entraîné des massacres, directs et indirects, ainsi que des atteintes graves à l'intégrité physique et mentale de toute une population, la destruction des infrastructures de base dans toute la bande de Gaza et des déplacements forcés à grande échelle, le nettoyage ethnique s'ajoutant à la liste des objectifs de guerre officiels.

À cela s'ajoutent les arrestations massives et les mauvais traitements infligés aux Palestiniens dans les prisons israéliennes, transformées en véritables camps de torture, ainsi que la destruction du tissu social de Gaza, notamment par la destruction des institutions éducatives et culturelles palestiniennes. Cette campagne constitue également une atteinte à l'identité palestinienne elle-même, par la destruction délibérée de camps de réfugiés et les tentatives de saper l'Office de secours et de travaux des Nations Unies pour les réfugiés de Palestine (UNRWA). L'examen de la politique israélienne dans la bande de Gaza et de ses conséquences tragiques, ainsi que les déclarations de hauts responsables politiques et militaires israéliens sur les objectifs de l'attaque, conduisent à la conclusion sans équivoque qu'Israël mène une action coordonnée et délibérée visant à détruire la société palestinienne dans la bande de Gaza. Autrement dit : Israël commet un génocide contre les Palestiniens de la bande de Gaza.

Le terme « génocide » désigne un phénomène socio-historique et politique impliquant des actes commis dans l'intention de détruire, en tout ou en partie, un groupe national, ethnique, racial ou religieux. Tant moralement que juridiquement, le génocide ne peut être justifié en aucune circonstance, y compris en tant qu'acte de légitime défense.

 Un génocide survient toujours dans un contexte : des conditions qui le favorisent, des événements déclencheurs et une idéologie directrice. L'attaque actuelle contre le peuple palestinien, y compris dans la bande de Gaza, doit être comprise dans le contexte de plus de soixante-dix ans durant lesquels Israël a imposé un régime violent et discriminatoire aux Palestiniens, prenant sa forme la plus extrême contre ceux qui vivent dans la bande de Gaza. Depuis la création de l'État d'Israël, le régime d'apartheid et d'occupation a institutionnalisé et systématiquement employé des mécanismes de contrôle violent, d'ingénierie démographique, de discrimination et de fragmentation de la collectivité palestinienne. Ces fondements posés par le régime ont permis le lancement d'une attaque génocidaire contre les Palestiniens immédiatement après l'attaque menée par le Hamas le 7 octobre 2023. L'agression contre les Palestiniens de Gaza est indissociable de l'escalade de la violence infligée, à des degrés divers et sous des formes diverses, aux Palestiniens vivant sous domination israélienne en Cisjordanie et en Israël. La violence et les destructions dans ces zones s'intensifient au fil du temps, sans qu'aucun mécanisme national ou international efficace ne puisse les enrayer. Nous mettons en garde contre le danger clair et réel que le génocide ne se limite pas à la bande de Gaza et que les actions et l’état d’esprit qui le sous-tendent ne s'étendent à d'autres régions. La reconnaissance du fait que le régime israélien commet un génocide dans la bande de Gaza et la profonde inquiétude que ce génocide puisse s’étendre à d’autres zones où vivent des Palestiniens sous domination israélienne exigent une action urgente et sans équivoque de la part de la société israélienne et de la communauté internationale, ainsi que l’utilisation de tous les moyens disponibles en vertu du droit international pour mettre fin au génocide d’Israël contre le peuple palestinien.

 Notre Génocide — Résumé exécutif

Juillet 2025

Depuis octobre 2023, Israël a fondamentalement modifié sa politique envers les Palestiniens.

À la suite de l’attaque menée par le Hamas le 7 octobre 2023, Israël a lancé une campagne militaire intense contre la bande de Gaza, toujours en cours plus de 21 mois plus tard.

Cette offensive a engendré :

  • des tueries de masse, tant par frappes directes que par la création de conditions de vie catastrophiques ayant causé des dizaines de milliers de morts ;
  • des atteintes physiques et psychologiques graves à la population entière ;
  • la destruction à grande échelle des infrastructures et des conditions de vie ;
  • l'effondrement du tissu social, y compris les institutions éducatives et culturelles palestiniennes ;
  • des arrestations massives et des mauvais traitements infligés à des détenus dans des prisons israéliennes, devenues des camps de torture pour des milliers de Palestiniens sans procès ;
  • des déplacements forcés massifs, y compris des tentatives de nettoyage ethnique déclarées comme objectif officiel de guerre ;
  • et une attaque ciblée contre l’identité palestinienne, via la destruction systématique de camps de réfugiés et la délégitimation de l’UNRWA.

Le résultat est un préjudice grave, en grande partie irréversible, pour plus de 2 millions de personnes vivant à Gaza.

Les déclarations de responsables politiques et militaires israéliens, croisées avec les effets observés sur le terrain, conduisent à une conclusion sans équivoque : Israël mène une campagne coordonnée et délibérée visant à détruire la société palestinienne dans la bande de Gaza. En d’autres termes, Israël commet un génocide.

Le génocide comme phénomène

Le terme "génocide" désigne un phénomène socio-historique et politique récurrent dans l’histoire de l’humanité. Depuis la Convention de l’ONU de 1948, il est reconnu comme l’un des crimes les plus graves en droit international, impliquant des actes perpétrés dans l’intention de détruire, totalement ou partiellement, un groupe national, ethnique, racial ou religieux.

Le génocide ne se limite pas aux massacres. Il peut aussi se manifester par :

  • la destruction des conditions de vie,
  • l’entrave à la reproduction,
  • les violences sexuelles massives,
  • les déplacements forcés.

Ces actes visent à anéantir un groupe distinct de manière planifiée, sur la base d’une idéologie de destruction, et ne peuvent en aucun cas être justifiés, même au nom de la "légitime défense".

Le contexte du génocide en cours

Ce génocide s’inscrit dans un cadre plus large: plus de 70 ans de régime dapartheid et doccupation imposé par Israël aux Palestiniens, fondé sur :

  • la séparation systématique,
  • l’ingénierie démographique,
  • le nettoyage ethnique,
  • la violence institutionnalisée,
  • la déshumanisation et la présentation des Palestiniens comme une menace existentielle.

L’attaque du Hamas du 7 octobre 2023, bien que criminelle et ciblant des civils, a servi de catalyseur pour déclencher cette politique d’extermination. Le choc social et politique en Israël a alimenté un glissement brutal : du contrôle à l’annihilation.

Extension du modèle génocidaire

L’agression contre Gaza ne peut être dissociée de l’intensification de la violence exercée :

  • en Cisjordanie (y compris Jérusalem-Est),
  • et à l’intérieur même d’Israël.

Dans ces territoires aussi, des crimes graves sont commis sans aucune responsabilité pour les auteurs. La violence s’intensifie, se banalise et pourrait s'étendre.

Le rôle de B’Tselem

B’Tselem, organisation israélienne de défense des droits humains, documente depuis 35 ans les violations systématiques des droits des Palestiniens. Depuis octobre 2023, ses équipes ont recueilli :

  • des centaines de témoignages directs,
  • des preuves d’une violence sans précédent,
  • des déclarations publiques de dirigeants israéliens confirmant cette politique.

À B’Tselem, Israéliens juifs et Palestiniens travaillent ensemble, portés par la conviction que les droits humains doivent être défendus sans discrimination, entre la mer Méditerranée et le Jourdain.

Appel à l’action

L’offensive israélienne, menée en toute impunité, s’intensifie. Le massacre à Gaza et les déplacements forcés en Cisjordanie ne pourraient se poursuivre sans l’inaction — voire le soutien — de la communauté internationale, en particulier de l’Europe et des USA. L’argument du "droit à la légitime défense" est utilisé pour justifier cette violence, y compris par des livraisons d’armes.

Reconnaître que le régime israélien commet un génocide dans la bande de Gaza impose une réponse urgente et ferme, tant de la société israélienne que de la communauté internationale.

Il est temps d’agir avec tous les outils du droit international pour stopper le génocide contre le peuple palestinien.

 Télécharger PDF


28/07/2025

B'TSELEM
Our Genocide
Report

B'Tselem, July 2025

النسخة العربية  גרסה עברית

Since October 2023, Israel has shifted its policy toward the Palestinians. Its military onslaught on Gaza, underway for more than 21 months, has included mass killing, both directly and through creating unlivable conditions, serious bodily or mental harm to an entire population, decimation of basic infrastructure throughout the Strip, and forcible displacement on a huge scale, with ethnic cleansing added to the list of official war objectives. 

This is compounded by mass arrests and abuse of Palestinians in Israeli prisons, which have effectively become torture camps, and tearing apart the social fabric of Gaza, including the destruction of Palestinian educational and cultural institutions. The campaign is also an assault on Palestinian identity itself, through the deliberate destruction of refugee camps and attempts to undermine the United Nations Relief and Works Agency for Palestine Refugees (UNRWA).

An examination of Israel’s policy in the Gaza Strip and its horrific outcomes, together with statements by senior Israeli politicians and military commanders about the goals of the attack, leads to the unequivocal conclusion that Israel is taking coordinated, deliberate action to destroy Palestinian society in the Gaza Strip. In other words: Israel is committing genocide against the Palestinians in the Gaza Strip. 

The term genocide refers to a socio-historical and political phenomenon involving acts committed with intent to destroy, in whole or in part, a national, ethnic, racial or religious group. Both morally and legally, genocide cannot be justified under any circumstance, including as an act of self-defense. 

Genocide always occurs within a context: there are conditions that enable it, triggering events, and a guiding ideology. The current onslaught on the Palestinian people, including in the Gaza Strip, must be understood in the context of more than seventy years in which Israel has imposed a violent and discriminatory regime on the Palestinians, taking its most extreme form against those living in the Gaza Strip. Since the State of Israel was established, the apartheid and occupation regime has institutionalized and systematically employed mechanisms of violent control, demographic engineering, discrimination, and fragmentation of the Palestinian collective. These foundations laid by the regime are what made it possible to launch a genocidal attack on the Palestinians immediately after the Hamas-led attack on 7 October 2023.

The assault on Palestinians in Gaza cannot be separated from the escalating violence being inflicted, at varying levels and in different forms, on Palestinians living under Israeli rule in the West Bank and within Israel. The violence and destruction in these areas is intensifying over time, with no effective domestic or international mechanism acting to halt them. We warn of the clear and present danger that the genocide will not remain confined to the Gaza Strip, and that the actions and underlying mindset driving it may be extended to other areas as well. 

The recognition that the Israeli regime is committing genocide in the Gaza Strip, and the deep concern that it may expand to other areas where Palestinians live under Israeli rule, demand urgent and unequivocal action from both Israeli society and the international community, and use of every means available under international law to stop Israel’s genocide against the Palestinian people. 

 



11/07/2025

GIDEON LEVY
Les raids à domicile et les violences s’intensifient : à Al Khalil/Hébron, le transfert “volontaire ” des Palestiniens bat son plein

Alors que la guerre fait rage, les invasions des maisons palestiniennes dans la vieille ville d’Hébron/Al Khalil par les colons et les soldats israéliens deviennent de plus en plus fréquentes et violentes.

Gideon Levy  & Alex Levac (photos), Haaretz , 11/7/2025
Traduit par Fausto GiudiceTlaxcala


Naramin al-Hadad avec ses petits-enfants. Il y a quelques semaines, des soldats sont venus chez elle, lui ont montré une photo de son fils Nasim, âgé de 7 ans, puis l’ont emmené avec eux. Ils l’ont relâché une demi-heure plus tard, terrifié.

La place du marché est déserte, comme le dit la chanson emblématique d’une autre vieille ville, celle de Jérusalem [Jerusalem of Gold - Yerushalayim shel Zahav, Naomi Shemer, 1967]. Le principal marché de Hébron est presque entièrement désert depuis des années. Pour comprendre pourquoi, il suffit de lever les yeux : suspendus aux grilles métalliques installées par les Palestiniens au-dessus des étals pour les protéger des colons, des sacs poubelles remplis d’ordures et d’excréments que ces derniers jettent sur les visiteurs.

Les maisons des colons du quartier juif d’Hébron surplombent le marché désert et jouxtent celui-ci. De l’autre côté du poste de contrôle, dans ce quartier, il ne reste plus un seul magasin ou étal palestinien. Plus loin, la partie encore ouverte du marché était également à moitié déserte cette semaine. Les produits sont abondants et les étals colorés sont ouverts, mais il y a peu de clients.

Les Palestiniens n’ont pas d’argent, dans une ville qui était autrefois le centre économique de la Cisjordanie jusqu’à ce que la guerre éclate dans la bande de Gaza. Vous voulez savoir pourquoi ? Regardez sa porte d’entrée principale. Elle a été cadenassée cette semaine. Une ville de 250 000 habitants est fermée. Quelqu’un peut-il trouver quelque chose de comparable sur la planète ?

Bas du formulaire

Des soldats israéliens surveillent l’entrée principale d’Hébron. Parfois, ils ouvrent le portail, parfois non. On ne sait jamais quand il sera déverrouillé. Lundi dernier, lorsque nous nous y sommes rendus, ils ne l’ont pas ouvert. Il existe des itinéraires alternatifs, certains sinueux et vallonnés, mais il est impossible de vivre ainsi. C’est précisément pour cette raison que le portail est fermé : parce qu’il est impossible de vivre ainsi. Il n’y a aucune autre raison que la volonté des Forces de défense israéliennes de maltraiter les habitants, ce qu’elles font de manière encore plus violente depuis le 7 octobre, afin de les pousser au désespoir – et peut-être même à la fuite. Définitivement.

En effet, peut-être qu’un petit nombre choisira finalement de partir, réalisant ainsi le rêve de certains de leurs voisins juifs. Pour sa part, l’armée israélienne coopère activement à ces plans diaboliques, travaillant main dans la main avec les colons pour parvenir au transfert de population tant souhaité. Sous le couvert de la guerre dans la bande de Gaza, les exactions se sont également multipliées et sont désormais presque totalement incontrôlées.

Cela n’est nulle part plus évident que dans la zone H2, qui est sous contrôle israélien et comprend la colonie juive de la ville, ainsi que les quartiers anciens qui l’entourent. Ici, le transfert n’est pas progressif, il est galopant. Les seuls Palestiniens encore visibles ici sont ceux qui n’ont pas les moyens de quitter cette vie infernale, sous la terreur des colons et de l’armée, dans l’un des centres de l’apartheid en Cisjordanie. On trouve ici d’anciens bâtiments en pierre, ornés d’arcades, dans un quartier qui pourrait être un trésor culturel, un site patrimonial, mais qui est abandonné, à moitié en ruine, jonché des ordures des colons et de leurs graffitis ultranationalistes haineux.



Les maisons des colons dans la vieille ville d’Hébron surplombent le marché

Après nous être garés – il y a désormais beaucoup de place dans ce marché désert – nous entrons dans une cage d’escalier étroite et sombre. À travers les fenêtres grillagées, on aperçoit des tas d’ordures ; derrière, les institutions des colons : Beit Hadassah, le centre d’études religieuses Yona Menachem Rennart et le bâtiment du Fonds Joseph Safra. Les maisons des colons sont à portée de main. Il suffit de tendre le bras.

Nous sommes dans la rue Shalalah, qui est en partie sous contrôle palestinien. Le vieux bâtiment en pierre dans lequel nous sommes entrés a été rénové ces dernières années par le Comité palestinien pour la réhabilitation d’Al Khalil, et il est impossible de ne pas admirer sa beauté, malgré les conditions déprimantes qui l’entourent. Situé à quelques dizaines de mètres du poste de contrôle menant au quartier juif, il s’agit d’une structure étroite de trois étages qui abrite cinq familles. La famille élargie Abou Haya – parents, enfants et petits-enfants, dont 15 jeunes et tout-petits – reste ici en raison du loyer modique.

Après avoir croisé une foule d’enfants, nous montons au troisième étage, dans l’appartement de Mahmoud Abou Haya et de sa femme, Naramin al-Hadad. Mahmoud a 46 ans, Naramin 42, et ils ont cinq enfants, dont certains ont déjà fondé leur propre famille. Naramin avait 15 ans lorsqu’elle s’est mariée, raconte-t-elle avec le sourire.

Le père de famille, qui travaillait autrefois dans le bâtiment à Ashkelon, est au chômage depuis le début de la guerre, le 7 octobre 2023. Naramin cuisine à la maison et vend ses plats aux habitants du quartier. C’est actuellement la seule source de revenus de la famille. Avant la guerre, elle était également bénévole au sein de l’organisation israélienne de défense des droits humains B’Tselem. Avec une caméra fournie par l’ONG dans le cadre de son projet « Camera Project », elle documentait ce qui se passait dans la région. Mais Naramin n’ose plus participer au projet. Il est beaucoup trop dangereux d’avoir une caméra ici. La dernière fois qu’elle l’a utilisée, la seule fois depuis le début de la guerre, c’était il y a environ cinq mois, lorsqu’elle a filmé un incendie allumé par des colons sur le toit du marché. Il y a environ un mois et demi, des soldats sont venus à l’appartement, ont montré à Naramin une photo de son fils Nasim, âgé de 7 ans, puis sont repartis avec lui. Ils l’ont relâché, terrifié, environ une demi-heure plus tard.

Les raids nocturnes contre les habitations palestiniennes se sont multipliés au cours des 21 derniers mois. D’une fréquence moyenne d’une fois par mois, l’armée fait désormais irruption dans leurs maisons au moins une fois par semaine, selon Naramin, presque toujours au cœur de la nuit.

Aucun Israélien ne connaît une réalité dans laquelle, pendant des années, à tout moment, il ou elle se réveille en sursaut à la vue et au bruit de dizaines de soldats armés et masqués qui envahissent son domicile, parfois accompagnés de chiens, puis poussent tous les occupants hébétés, y compris les enfants terrifiés, dans une seule pièce. Dans certains cas, les envahisseurs procèdent à des passages à tabac et à des fouilles violentes des lieux, laissant derrière eux une traînée de destruction ; dans tous les cas, ils profèrent des insultes et des humiliations.

Dans le passé, ces incursions semblaient avoir un objectif précis : l’arrestation d’un suspect, la recherche de matériel de combat. Mais depuis le début de la guerre, on a l’impression que ces raids ont pour seul but de semer la peur et la panique, et d’empoisonner la vie des Palestiniens. Ils ne semblent avoir aucune autre raison d’être.



Maher Abou Haya sur la terrasse de sa maison, avec Beit Hadassah en arrière-plan, cette semaine. Des caméras de sécurité l’ont filmé se tenant dans la rue, lorsque soudainement des soldats sont apparus et ont fait irruption dans la maison.

Le dernier incident impliquant la famille Abou Haya s’est produit il y a une semaine. Jeudi dernier, aux premières heures du jour, Maher, le fils de Naramin, âgé de 24 ans, marié à Aisha, 18 ans, et père de deux jeunes enfants, a quitté le domicile familial, mais est revenu après avoir vu des soldats s’approcher de la porte d’entrée.

Les caméras de sécurité installées par la famille à l’entrée montrent Maher debout innocemment dans la rue et les soldats apparaissant soudainement. Ils lui ont ordonné de les faire entrer et de les guider à travers le bâtiment. Maher les a conduits à l’autre entrée, qui mène à l’appartement de son frère, Maharan, 23 ans, marié et père d’un bébé de 6 semaines, afin de ne pas réveiller tous les autres enfants du bâtiment, qui sont nombreux.

Mais Maher a reçu l’ordre de réveiller tout le monde et de rassembler tous les occupants de chaque étage dans une seule pièce. Les soldats n’ont donné aucune explication sur les raisons de cette opération. Maharan venait juste d’essayer d’endormir sa petite fille lorsque les soldats ont fait irruption. Maher a frappé à la porte de l’appartement de ses parents et les a réveillés. Son oncle, Hamed, 35 ans, a été tiré hors du lit ; bien qu’on ait expliqué aux soldats qu’il se remettait d’une opération du dos, il a été saisi à la gorge et traîné hors de son appartement.

Les trois familles du troisième étage étaient regroupées dans le petit salon où nous avons été reçus cette semaine. Naramin se souvient qu’elle s’inquiétait de ce qui se passait aux étages inférieurs. Ils entendaient Maher crier, comme s’il était en train d’être battu.



La maison de la famille après le départ des soldats. Photo de la famille.

Un soldat a déchiré le rideau à l’entrée du salon de Naramin, puis ses camarades ont brisé les objets en verre dans le buffet. Sans raison. Les enfants se sont mis à pleurer. Naramin a voulu ouvrir une fenêtre, car on étouffait à l’intérieur, mais un soldat, plus jeune que la plupart de ses fils, l’en a empêchée.

Le lendemain, Manal al-Ja’bri, chercheuse de terrain pour B’Tselem, a recueilli le témoignage de la femme de Maharan. Elle a raconté que son bébé pleurait et qu’elle voulait l’allaiter, mais que les soldats l’en empêchaient. Les demandes d’eau ont également été refusées.

Haut du formulaire

Bas du formulaire

Au bout d’environ une heure, les soldats ont ordonné à Naramin et aux autres membres de sa famille de se rendre dans un autre appartement du même immeuble. Le sol était jonché d’éclats de verre et elle avait peur pour ses enfants qui étaient pieds nus. Elle a ensuite entendu des bruits de vaisselle qu’on brisait dans son appartement. Les soldats ont également jeté le ventilateur par terre et l’ont cassé.

Ja’bri affirme avoir déjà recensé une dizaine de cas similaires de destruction gratuite dans la même zone, peuplée de Palestiniens défavorisés sur le plan économique.

Quel était l’objectif du raid de la semaine dernière ? Voici la réponse donnée cette semaine par le porte-parole de l’armée israélienne : « Le 2 juillet 2025, l’armée israélienne a mené une opération dans la ville de Hébron, qui est [sous la supervision de] la brigade de Judée, à la suite d’informations fournies par les services de renseignement. L’opération s’est déroulée sans incident particulier et nous n’avons pas connaissance d’allégations de destruction de biens. »



Le marché fermé d’Hébron. Les Palestiniens qui y restent n’ont pas les moyens de quitter cette vie infernale, dans l’un des centres de l’apartheid de Cisjordanie.

Vers 2 heures du matin, le silence s’est abattu sur l’immeuble. Naramin a osé jeter un œil dehors pour voir si les soldats étaient partis ; ils étaient partis sans prévenir les occupants. Qui s’en souciait ? Les Palestiniens pouvaient rester où ils étaient jusqu’au matin. Maher était couvert de bleus, mais il n’a pas voulu dire à sa mère ce que les soldats lui avaient fait. Les trois voitures de la famille avaient été forcées ; les clés ont été retrouvées dans la benne à ordures.

Alors qu’on nous servait le café, la famille a découvert que le verre qui recouvrait la table était également fissuré. Ont-ils l’intention de partir ? Naramrin bondit comme si elle avait été mordue par un serpent et répond par un « Non » court et définitif.

La semaine dernière, quatre familles ont quitté le quartier voisin de Tel Rumeida. Elles n’en pouvaient plus. Au total, Ja’bri, la chercheuse, estime qu’au moins dix familles ont quitté le quartier depuis le début de la guerre. La semaine dernière, selon les habitants, il n’y avait apparemment aucun problème de sécurité sur lequel enquêter, et à Tel Rumeida – où les Palestiniens ne sont autorisés à entrer avec aucun type de véhicule, pas même une ambulance – un véhicule commercial a été autorisé à entrer afin d’évacuer les biens des familles qui sont parties. Certaines fins justifient apparemment tous les moyens.

Nous sommes ensuite montés sur la terrasse pour admirer la vue. Des bâtiments anciens en pierre étaient construits à flanc de colline. Mais la terrasse était étouffée de toutes parts par les constructions des colons.

17/08/2024

RYAN GRIM
Alors qu’Elon Musk se bagarre avec le Royaume-Uni et l’UE à propos de la censure des médias sociaux, Israël emprisonne des citoyens pour des posts Instagram

Ryan Grim, Drop Site News, 14/8/2024
Traduit par Fausto Giudice, Tlaxcala

Elon Musk et sa légion de défenseurs de la liberté d’expression sur Twitter se sont récemment retrouvés dans une bataille avec le gouvernement britannique, ainsi qu’avec l’Union européenne, à la suite des émeutes raciales qui ont secoué le pays ce mois-ci. Le premier ministre britannique Keir Starmer et d’autres membres du gouvernement ont attaqué la plateforme de médias sociaux de Musk pour avoir diffusé de fausses informations sur les immigrés, tandis que Musk a riposté vigoureusement et averti que les menaces de censure de la parole conduisaient inévitablement à l’autoritarisme.

“One two three, votre haine c’est mon grisbi !”
Ben Jennings, The Guardian

Malgré toutes ses préoccupations concernant la liberté d’expression au Royaume-Uni, Musk n’a rien dit de la campagne de censure bien plus agressive actuellement menée en Israël, un pays dont il soutient bruyamment les dirigeants. La répression est le résultat de l’application grossière d’une loi israélienne qui peut criminaliser des actes aussi inoffensifs que l’affichage d’un drapeau palestinien sur les médias sociaux.

À la suite de l’attaque du 7 octobre réalisée par le Hamas, le procureur général d’Israël, Amit Isman, a modifié la procédure légale pour permettre à la police de mener des enquêtes pour incitation ou soutien au terrorisme sans l’approbation des procureurs. La Knesset a ensuite élargi la loi en la modifiant de manière à ce que la simple consommation de médias particuliers ou de médias sociaux soit considérée comme un délit, plutôt que la simple publication ou distribution de ces médias. Dans les mois qui ont suivi, une répression véritablement draconienne s’est abattue sur la liberté d’expression en ligne en Israël.

Selon Adalah, le centre juridique pour les droits des Arabes en Israël, plus de 400 personnes, dont de nombreux citoyens arabes d’Israël, ont été arrêtées et placées en détention pour des motifs liés à leur activité sur les médias sociaux. Environ 190 d’entre elles ont été maintenues en détention tout au long de la procédure judiciaire qui, dans de nombreux cas, peut durer des mois et inclure des conditions d’enfermement brutales au sein du système pénal israélien.

Il est difficile d’obtenir des données complètes. Mais selon les données de la police citées par l’organisation de surveillance Shomrim, également connue sous le nom de Centre pour les médias et la démocratie en Israël, en mai de cette année, le procureur de l’État avait autorisé la police à ouvrir des enquêtes sur 524 messages publiés sur les médias sociaux. Ce chiffre est probablement sous-estimé, car il n’inclut pas les enquêtes sur les activités des médias sociaux ouvertes indépendamment par la police, ni d’autres poursuites qui ont été rapportées publiquement, mais qui n’apparaissent pas sur la liste de Shormin.

L’un des premiers posts arrêtés est celui d’un certain Yarmuk Zuabi, propriétaire du restaurant Al Sheikh à Nazareth. En octobre dernier, Zuabi a remplacé sa photo de profil sur WhatsApp par un drapeau palestinien et a publié la caricature suivante sur son compte :


La caricature, qui visait à critiquer les différences de réaction internationale aux conflits ukrainien et palestinien, ne parlait pas de terrorisme ni de justification de la violence. Il n’en fallait pas plus pour que la police s’en prenne violemment à Zuabi.

« Deux voitures de police se sont arrêtées avec huit officiers », a déclaré plus tard Zuabi à Shomrim, dans un rapport publié cette année sur la liberté d’expression en Israël. « Lorsqu’ils m’ont emmené, je n’étais pas menotté. Je connais la plupart des policiers de Nazareth, alors quelqu’un m’a appelé pour que je sorte et m’a dit que j’étais convoqué pour un interrogatoire au commissariat. Un autre policier a saisi mon téléphone, qui était sur la table, et l’a confisqué. Au poste et pendant l’interrogatoire, j’ai été menotté ».