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25/12/2024

LUIS E. SABINI FERNÁNDEZ
Israel ataca pero declara defender

Luis E. Sabini Fernández, 23-12-2024

El régimen instaurado por el sionismo en la Palestina histórica ha revelado una capacidad de daño, de impunidad, de duplicidad, de violencia,  que no registramos todo a la vez en tantas otras circunstancias atroces de atropello a la vida, a los derechos humanos que coexisten en todo el planeta.

"Es un libelo de sangre pinchar en «play» a nuestros tiktoks genocidas"
Viñeta de Eli Valley

Es fácil advertir estas manifestaciones a partir del 7 de octubre de 2023, con el inusitado ataque armado de Hamás y otras agrupaciones palestinas que al parecer aprovecharon “la oportunidad” para salir de debajo de la bota que desde hacía ya décadas el sionismo había puesto sobre toda la franja gazatí.
Pero las atrocidades sionistas no comenzaron el 7-8 de octubre de 2023, por cierto.
Tampoco en 1967, cuando  EE.UU. comienza a respetar el papel israelí como “jugador de primera”, es decir con poder militar propio. Ni siquiera en 1948, cuando violando hasta las demarcaciones onusianas, las tropas sionistas se adueñan del 78% de territorio palestino, sobrepasando el 55% que le había acordado graciosamente la ONU.
En 1936-1939, el sionismo perfectamente ensamblado con el colonialismo británico −que todavía tenía pretensiones universales− logran ahogar en sangre la huelga general palestina; una mezcla de levantamiento sin poder militar (apenas con algunos fusiles de caza) y boicot palestino contra la implantación progresiva, artera, implacable, racionalmente dirigida, del sionismo en el territorio palestino, cada vez más sajado, desmenuzado, expropiado, por el judaísmo sionista y sus finanzas en permanente expansión[1].  
Poco antes, en la primera mitad de la década del ’30, cuando empezaban a regir las leyes de Nurenberg de la Alemania nazi, de separación entre germanos y judíos, los sionistas; a la sazón la única fuerza política legal en la Alemania nazi (amén de la nazi) habían acordado con el gobierno un plan de transferencia de capitales, mediante la cual los nazis se adueñaban de los capitales judíos en Alemania, a cambio de productos alemanes de exportación que los sionistas se comprometieron ubicar en el Cercano Oriente. Ha’avara. Dicha negociación no contaba con el apoyo de la corona británica, celosa. Pero entusiasmaba al gobierno nazi  expandiendo su producción, y a los judíos sionistas emigrados de Alemania que recuperaban así sus capitales en Palestina.
La huelga general palestina y la represión subsiguiente implicó la matanza de miles de palestinos, sobre todo varones (jamás se pudo precisar, pero miles, muchos miles en una población de alrededor de un millón de habitantes…).
La administración británica de Palestina favorecida por los resultados de la IGM ligó los intereses sionistas cada vez más con los  británicos, como acabamos de ver ante la huelga/boicot de 1936-1939.

En la primera mitad del Siglo XX se perfilaron dentro del sionismo dos geopolíticas opuestas entre sí: ligarse a los intereses británicos, continuando los vínculos del mismo Herzl con el British Empire (Declaración Balfour, 1917) o acercarse a los nacionalismos enfrentados al británco; el nazismo y el fascismo. Buena parte de los premiers que ha tenido Israel, pasada la primavera “socialdemócrata” de la posguera, fueron, son, de esta última procedencia (Menájem Begin, Yitzhak Shamir, Ariel Sharon, Ehud Olmert, Naftalí Bennett, Beniamin Netanyahu, actual y el que ha ejercido por más tiempo esa primera magistratura). Su mera enumeración nos muestra el peso del supremacismo fascista enntre los “primeros ministros” del engendro sionista.
Y algo más. Israel es el único estado del mundo entero en que fascistas declarados y “a mucha honra” han gobernado y representado a ese estado reiteradamente desde la derrota de los nazifascismos en 1945.
El resultado de la IIGM en 1945, con el consiguiente escrache periodístico y hollywoodense de Hitler y lo alemán (ya no sólo lo nazi) ha exonerado, ¡oh paradoja! al sionismo filofascista de rendir cuentas, pese a su identificación ideológica con el fascismo. [2]
Más aún: que saliera incólume, política y penalmente hablando.  En 1948, al mejor estilo mafioso, los grupos de tareas sionistas liquidan, al primer mediador designado por la recién fundada ONU; el conde Folke Bernadotte.
Su único pecado es haber declarado en las “conversaciones” sobre el diferendo palestino-israelí que los sionistas exigían todo y que así nada le quedaba a los palestinos… el sicario es premiado con su designación como guardaespaldadas del Ben Gurión el líder del flamante Estado de Esrael (luego de un pasaje “teatral” de apenas unas semanas por una cárcel).[3] 

Pero si vemos cómo ya en 1948, la impunidad judeosionista perfila comportamientos abusivos, violatorios de los derechos humanos más elementales –abonada por la prescindencia de países democráticos y la aceptación del papel de chirolitas de muchas otras representaciones nacionales en la ONU−, desde el 7 octubre de 2023, esa impunidad adquiere botas de 7 leguas, y alcanza niveles que cuesta rastrear en la historia humana.
Como “armados” de una “santa indignación”, como si se tratara de víctimas, los sionistas israelíes han desatado su furia y abuso bombardeando barrios con población humana en general, arrasando con mayor facilidad todavía, campamentos más o menos improvisados de los sobrevivientes de los barrios anteriormente pulverizados en Gaza, Rafah , Jan Yunis…
Por las calles, hoy, jóvenes pesadamente armados, casi imberbes, se burlan y atropellan a población civil desarmada, bajo ocupación. Y lo hacen con desprecio, desdén y si son muy teledirigidos, con furia. “Cargados” con un adoctrinamiento que a lo largo de décadas ha insuflado en sus mentes −cuanto más jóvenes, más honda la marca− las ideas, muy talmúdicas, que los goyim son “excremento”, “basura”, “animales”, “inferiores” y sobre todo, “mala gente”.
El sionismo ha hecho abandonar en sus seguidores toda noción de prójimo que vaya más allá de su estrechísimo entorno. La altanería que jóvenes israelíes, recién “cocidos” en los cuarteles, exhiben, no sólo en Palestina sino en todas partes, en todo momento, trasluce esa regimentación mental, indoctrinada. [4]


HACIÉNDOSE LA VÍCTIMA-Helguera, La Jornada, México

Una de las especialidades del sionismo aspirante a controlar la vida (en eso se ejercitaron durante casi dos décadas en la Franja de Gaza) son las “labores de inteligencia”. Que han ido hilvanando con los servicios secretos de EE.UU. y del Reino Unido. Por eso, algunos atentados pueden tener autores  “colectivos” o resulta difícil ubicarles autoría.

Así han matado a Qasem Soleimani. Así han matado a Ismail Haniyeh. Así han matado a Hasan Nasrallah (con la odiosa modalidad, deliberada, de matar al “blanco” con todos los prójimos imaginables: hijos, nietos, esposas, amigos, colegas).
Así han acabado con la vida de decenas o centenares de libaneses mediante telecomunicadores portátiles que portaban explosivos en su interior y que, ahora se sabe, estuvieron “cargados” durante años, hasta que quienes idearon la máquina de matar juzgaron oportuno ponerla en marcha. Tales dispositivos habían sido adquiridos en el Líbano de supuestas firmas productoras y exportadoras de ese know how, y se fueron extendiendo en diversos usos (probablemente la carga explosiva fue colocada inicialmente para atentar y matar a miembros de Hezbollah, pero ni les importó quienes fueron los destinatarios).
Así también se han llevado a cabo muchísimos atentados de falsa bandera.
Keith Woods ha escrito un artículo formidable: “Israel´s Love Affair with Syrian Jihadis” (“El romance de Israel con los yihadistas sirios”),  en el que se apoya en documentos de la DIA, algunos puestos a la luz pública gracias al extraordinario aporte de Julian Assange (wikileaks). Por ejemplo, la info del agente secreto Jake Sullivan a Hillary Clinton de que: “Al Qaeda está de nuestro lado (Siria, 2012).”
El aporte del genocida Naftali Bennett es todavía más prístino: en la conferencia anual de Herzliya, durante su estadía como premier (2021-2022), Israel ha “perfeccionado” el arte de la mentira hasta niveles que no resultan habituales. Entiende este asesino múltiple de palestinos que la aparición de ISIS le facilita a Israel legitimar la anexión de los Altos de Golán; que el caos generado en Siria convierte los reclamos de Israel en “más aceptables” para “la comunidad internacional”: Bennet ilustra así lo que rinde un pragmatismo absoluto.
Al Qaeda, que todo habitante no dedicado al rastreo de verdad, tomará como musulmán (y fanático), es un producto acabado “made in Israel”. La DIA nos dice: “Al Qaeda condujo una cantidad de operaciones en varias ciudades sirias bajo el nombre de Frente al Nusra para llevar adelante la guerra contra el régimen sirio, considerando que Siria tiene un régimen infiel.”[ibid.] 
Esta última calificación es ciertamente, sugestiva. Efectivamente, en varios países árabes el Islam perdió pie. Como ha pasado con el catolicismo en varios países del sur europeo.
Argelia en su momento, Irak, Siria, Palestina, han ido constituyendo gobiernos, regímenes laicos, que el Occidente con religiosidad en baja, iba a tener dificultades para criticar.
Un mundo árabe fanáticamente musulmán era presa (ideológica) más fácil de un Occidente cada vez más laico.
La peripecia palestina nos da algunos elementos de ese cuadro de situación. La resistencia palestina ante la penetración sionista, sobre todo después de 1948, se fue identificando cada vez más con el anticolonialismo, el antiimperialismo y el socialismo, que hará haciendo culturalmente inviable las modalidades tradicionales. Pero ese cambio ideológico, progresista, no da fruto; como que “el enemigo es más fuerte”.
Por un lado, EE.UU. se presenta como lo moderno ante el viejo mundo del capital burgués, y por otro, el colapso soviético deja sin carta de presentación, o con cartas muy ajadas, a una alternativa “de izquierda”.
La resistencia laica no triunfa fácilmente en el mundo colonial. Porque lo que la resistencia enfrenta en la colonia no es a la colonia sino a la metrópolis.
En Palestina, por ejemplo, surgirá entonces, una resistencia basada en valores tradicionales bien diferenciados de los del colonialismo (occidental). Y mientras el movimiento palestino de mayor enjundia en el siglo pasado −Al Fatah y la OLP− terminarán “recuperados” a través de los “Acuerdos de Oslo” y otras maniobras de RR.PP., será Hamás el que encarne el mayor obstáculo al asentamiento sionista.
Patética paradoja: la gente de Arafat aceptando convertirse en policía de los territorios palestinos –al servicio inevitablemente de Israel− e islámicos más bien ortodoxos, defendiendo la sociedad que el sionismo procura pulverizar.
Simplificadamente, diríamos, en este caso, que el Corán sirve más a la causa de pueblos colonizados que El capital de Marx… La cuestión, entonces, dista de simplificarse. Porque los libros sagrados, sean cuales fueren, no ayudan a ver y a vernos, sino más bien nos llevan los ojos a ver a dios, a Dios. Y con los ojos de él. De Él. Y no se trata de eso ni de entonar cantos de sí mismo o a sí mismo. Se trata apenas de que aprendamos a ver el mundo tal cual es.

Notas

1 - Vemos entonces algunas acciones de brutalidad inusitada. El sionismo había preparado mistarviim, sionistas que vestían y hablaban como palestinos, que introducían o preparaban trampas mortales en el tejido social palestino, como por ejemplo, dejar para reparación un vehículo en un taller mecánico, todo en confianza, y que al cabo de veinte minutos volara por los aires el vehículo, el taller, todos sus ocupantes y buena parte de las edificaciones circundantes. Con estos explosivos devastadores, hicieron añicos varios mercados en los momentos de mayor afluencia de gente. Esa atroz coyuntura de la historia palestina se generalizará pesadillescamente en la Franja de Gaza en 2006 y desplegará un nuevo círculo del infierno en 2023/2024.
2 - Eso, porque la realpolitik se mueve con otros intereses; como ilustra el caso de Francisco Franco.
3 - Y la ONU ni siquiera rinde honores a su mediador oficial, proveniente de un país con acrisolada democracia; Suecia. La tutela judeosionista en la ONU ya se sentía.
4-     Como la actitud con que los guardiacárceles recién estrenados en regímenes de dictadura llegan al patio de las cárceles para lidiar con huelguistas y manifestantes. Lidiar, con animales.



19/09/2024

FAUSTO GIUDICE
Guerra al cuerpo, al corazón, a los ojos
o
la destrucción de la humanidad con el litio pirateado

Israel, a través de sus cibertentáculos armados, el Mossad y la Unidad 8200, ha inaugurado una nueva forma de guerra del terror que ningún escritor de ciencia ficción había imaginado. Primera etapa: 3.000 beepers/pagers explotando al mismo tiempo en todo el Líbano y Siria. Segunda etapa: cientos de walkie talkies explotando a su vez. Los detentores de estos aparatos y las personas cercanas a ellos quedaron destrozadas, lisiadas, ciegas y quemadas. Una batería de litio sobrecalentada puede alcanzar temperaturas apocalípticas de mil grados Fahrenheit (537 grados Celsius).

Dejemos una cosa clara desde el principio: no, el Mosad no secuestró un arsenal de 5.000 dispositivos destinados a Hezbolá para insertarles una carga explosiva (algunos dicen que de 3, otros que de 30 gramos). Simplemente pirateó los localizadores y provocó un sobrecalentamiento explosivo de sus baterías. Al acercarse el aparato a los ojos para leer el mensaje, las personas a las que iba dirigido sufrieron a menudo quemaduras en la cara, se les arrancaron los ojos y padecíeron otras sombrías tragedias.

¿Por qué se ha difundido tan ampliamente la fábula de las cargas explosivas insertadas en pilas? Es obvio: la industria que produce todo tipo de dispositivos alimentados por baterías de litio se encontró ante la perspectiva de una catástrofe mundial en cuestión de minutos. Si se puede hacer estallar un buscapersonas o un walkie talkie pirateándolos, se puede hacer estallar cualquier aparato conectado: teléfono, computadora, coche, robot de cocina, central eléctrica, bicicleta eléctrica [he oído informes de bicicletas que han explotado en garajes de Argentina] y... cigarrillo electrónico [como hicieron los ucranianos con los soldados rusos] etc. etc.

Pánico en Gold Apollo, el fabricante taiwanés de localizadores A924, pero también en todos los demás fabricantes, desde Foxconn (iPhones) hasta Elon Musk (Tesla). A Gold Apollo no se le ocurrió nada mejor que acusar a una pobre [bueno, menos pobre que yo] consultora siciliana afincada en Budapest, donde dirige una empresa de asesoría (en particular para la UNESCO), de haber fabricado bajo licencia los A924 en cuestión. Esto era falso: la mujer, Cristiana Arcidiacono-Borsany, de Catania y licenciada por la London School of Economics, había actuado a lo sumo como intermediaria entre los taiwaneses y el subcontratista, que aún no ha sido identificado y localizado.

Así que no, el Mossad no secuestró el cargamento de A924 en ruta hacia el Líbano en medio del mar, entre Budapest y Beirut, para atrapar 5.000 aparatos, volverlos a meter en su embalaje, meterlo todo de nuevo en el contenedor y transportarlo a Beirut (¿y con qué medios?). Simplemente llevó a cabo una operación relativamente sencilla de pirateo de los aparatos. Previamente, había emprendido una campaña de intoxicación destinada a sembrar la paranoia en las filas de los combatientes libaneses, haciéndoles creer que había tomado el control de todos sus teléfonos, para que se inclinaran por los localizadores.

El objetivo principal de estos actos de guerra es golpear, mutilar, matar y aterrorizar, bajo la piel, en lo más íntimo de las personas y de sus seres queridos, padres, compañeros y vecinos. El objetivo es evidente: aplastar a la resistencia libanesa y enviar una seria advertencia a todos los componentes del Eje de la Resistencia, en Irán, Irak y Yemen, y a todos los que puedan tener la tentación de unirse a él, desde Marruecos hasta Filipinas, pasando por Pakistán y la India. En cuanto a los palestinos, ya habían aprendido de su experiencia y Yahya Sinwar y sus compañeros hace tiempo que no utilizan ningún dispositivo conectado.

Pero los “orientales” no son los únicos en el punto de mira de esta apocalíptica operación de piratería. Los “occidentales” también están en el punto de mira, y no sólo la gente corriente como tú y yo, sino los Grandes, los Gordos, los Poderosos, desde Elon Musk a Jeff Bezos, los Drahi, los Kretinsky y los millonarios chino-taiwaneses, la gran familia de adictos al litio. El mensaje de Israel es claro: «Si no hacéis lo que os decimos, os hacemos saltar por los aires».

 

-Los bombardeamos de vuelta a la Edad de Piedra hace una década...
-¿Y?
-¡Ahora se comportan como malditos cavernícolas!
-Asombroso

Curtis LeMay, el general de la fuerza aérea yanqui que quemó dos tercios de las ciudades japonesas hasta los cimientos durante la Segunda Guerra Mundial y que se sintió decepcionado por la negativa de Kennedy a dejarle hacer lo mismo con Cuba, sugirió en sus memorias de 1968, que en lugar de negociar con Hanoi, USAdebería «devolverlos a la Edad de Piedra bombardeándolos», destruyendo fábricas, puertos y puentes «hasta que hayamos destruido todas las obras del hombre en Vietnam del Norte». Esto es con lo que nos amenazan hoy los sionistas: «Nosotros o el caos».

Así que es hora, seamos quienes seamos, de pensar seriamente en cómo deshacernos de los dispositivos de litio y (re)encontrar otras formas de comunicarnos: algunos sugieren la telepatía, otros las señales de humo de los sioux. Yo, por mi parte, optaría por las viejas palomas mensajeras. Cualquier otra sugerencia será bienvenida.