Tigrillo L. Anudo, 21-7-2025
Superioridad, supremacía blanca, colonialismo, apartheid, globalización, Darwinismo social, tiranía, saqueo, explotación, capitalismo neoliberal, modernidad. Han sido durante seis siglos los pedales que mueven el mundo.
Esos mecanismos feroces y brutales terminaron naturalizados. El genocidio
ha sido la economía política impuesta a la humanidad durante seis siglos. La
estrategia de la defensa preventiva violatoria del Derecho Internacional
Humanitario ha sido usada siempre por los países colonialistas, también por las
oligarquías nacionales que se alían con grupos paramilitares.
La acumulación originaria despojó de sus medios de producción a poblaciones
aborígenes, negras y campesinas desde la antigüedad. La colonización de
América, África y Asia ya no la hacen esclavistas con leyes sino con
bombardeos. Y dicen que es para prevenir ataques inminentes; no dicen que es
para evitar la independencia y soberanía de los países subyugados.
El capitalismo tardío de Inteligencia Artificial, dominio financiero y
bases militares no será el que haga retroceder la barbarie que el mismo
reproduce. El capitalismo es cadena de muerte lenta para muchos y vida larga
para pocos. El sometimiento y el despotismo son sus valores supremos.
El águila mayor y su socio imperial, el águila menor, continuarán sus
sentencias condenatorias contra la dignidad y la autodeterminación de los
pueblos. Serán los valores democráticos y socialistas de las nuevas sociedades
las que liberarán al mundo de la tiranía universal. Los pueblos dirigidos por
gobernantes sensatos empiezan a unirse con acciones diplomáticas y comerciales
contra el régimen sionista agresor. La iniciativa de emergencia por Palestina
emprendida por Sudáfrica y Colombia son dignas de emulación.
De Donald Trump se puede esperar cualquier brutalidad. Un presidente que se
ufana de ostentar el mal, su carencia de empatía y su sinvergüenzura (varios
delitos imputados). Es él quien corre a ponerle la silla al genocida Netanyahu
en La Casa Blanca. El sionismo es la política de Estado del país del norte. El
mundo debe pedirle cuentas al principal sostén militar y económico de la
máquina criminal israelí. La banalización del mal que advertía la filósofa Hannah
Arendt es hoy una desastrosa realidad.
Los gobiernos de Estados Unidos e Israel - potencias nucleares- son un
peligro para la paz mundial y la supervivencia de la especie humana. Estados
Unidos es el único país que lanzó bombas atómicas contra otro país. Arrastran
como cómplices a los gobiernos europeos, sumisos, serviles y arribistas.
El gran creador del narco es Estados Unidos. Difama y sataniza a gobiernos
considerados enemigos (China, México, Colombia, Afganistán). Quien hace
proliferar los narcos son los Estados Unidos, se beneficia de sus transacciones
al interior de sus fronteras. Usa su "política antidrogas" para
intervenir en los regímenes políticos que no le gustan.
Israel, culpable del aumento de la mortalidad infantil en el planeta,
aprendió a crear muerte en Palestina, su laboratorio de 75 años. Todas sus
armas usadas contra la inerme población palestina fueron las mismas que
provocaron los asesinatos de centroamericanos, colombianos, peruanos, chilenos
y argentinos en la represión política a los inconformes. Sus sistemas de
espionaje son usados en México y Colombia para "chuzar" líderes
políticos-populares, periodistas. Sus estrategias paramilitares fueron
implementadas por los escuadrones narcotraficantes en Colombia.
Es urgente una defensa preventiva frente a los causantes de tanto dolor e
ignominia.
¡No más materias primas, ni insumos, ni compras, ni oxígeno, ni tranquilidad para Netanyahu!