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18/07/2025

LUIS E. SABINI FERNÀNDEZ
La decisión judeosionista de exterminio de la sociedad palestina

Luis E. Sabini Fernández, 18-7-2025

La decisión judeosionista de exterminar a toda una población es el verdadero escándalo moral de nuestro tiempo.

Pero, ¿para qué y para quién es un escándalo?

No lo es, en primer término, para Israel, donde la política de exterminio de los palestinos goza de amplio apoyo.[1]


El niño caído, mural de Alan Zárate, estación de metro Cerro Blanco, Santiago de Chile

La política genocida es la máxima negación de valores universales que en tiempos bíblicos caracterizó al cristianismo.

El cristianismo forja un dios que, a diferencia del titular del Antiguo Testamento, reconoce rasgos y necesidades universales.

El choque entre éticas tribales y universales es muy fuerte, decisivo en nuestra condición humana. Somos distintos, nos comportamos de modo distinto, ya sea nuestra ética, nuestros impulsos morales, tribales o universales.

Tal vez el choque más relevante, en términos racionales, de discurso y de comportamientos, se expresa en la polémica –hace casi cinco siglos– en 1550 entre Fray Bartolomé de las Casas y Juan Ginés de Sepúlveda, dos sacerdotes cristianos que convivieron con la expansión colonial e imperial de España tras el llamado Descubrimiento de América con el cual España incorpora poder, riqueza, población a sus dominios, como nunca antes.

Nuestro curso histórico, el de la modernidad, reconoce ambos cauces –tribal y universal–, en inevitable conflicto.

Y el divorcio entre ambas posturas, impregna nuestra modernidad, sobre todo con la expansión que denominamos capitalista.

El poder de algunos humanos negará y desechará a otros humanos despojados de esos atributos. A veces bastará considerarlos “otros” y ya no tendrán la plenitud de derechos que el universalismo procura atribuir a cada quien.

Nuestra modernidad navegará siempre, agónicamente, entre el universalismo declarado a toda hora y la negación, práctica, concreta de toda igualdad.

Pero no lo reconocerá. Declarativamente, la modernidad tardía, el mundo ‘siguiendo reglas’, el orden jurídico internacional asentado con la ONU, desde mediados de la década de los ‘40 proclamará “la igualdad entre los hombres”. En todo caso, omitirá delicadamente que se trata de “nuestros hombres”, europeos, blancos (que se extiende claro, a las mujeres… nuestras).

Hemos examinado en notas anteriores el sincericidio de Lindsey Graham, un rentado de la AIPAC que tiene una banca en el Senado de EE. UU., que aplica ese doble estándar; la vieja máxima orwelliana: ‘todos somos iguales, pero hay algunos que son más iguales que otros’. Viendo entonces su práctica, resulta muy poco igualitaria la democracia que se dice igualitaria.

El pensamiento doble se aplica a todo; en particular, en la reproducción de la información sobre la realidad.

–Israel genera un ataque sorpresa sobre Irán (no sabemos si coordinado con EE. UU. o no) y los medios de incomunicación de masas exclaman: Israel se defiende.

–Irán propone normas de control de la actividad militar nuclear en la región. Israel se niega, se ha negado siempre a aceptar forma alguna de control de su actividad nuclear con fines militares. Y OIEA se queja porque no tendría del todo allanado su control en Irán; nada dice porque Israel no le acepta ninguna inspección (sin ni siquiera entrar a considerar los métodos non sanctos de que se valió Israel para obtener su armamento nuclear).


Muestra de zapatos infantiles frente al Palacio de La Moneda, Santiago de Chile, en repudio a la matanza en Gaza

La ONU ha ido tejiendo redes asistenciales ante estados nacionales en crisis, que en general han fracasado; Srebrenica en Bosnia, en Haití, en Myanmar, en los Altos de Golán y en tantos otros sitios.

Evaluó Volker Türk, austríaco, Alto Comisionado para DD.HH. de la ONU (desde 2022): “También trabajé en esta organización durante los genocidios contra los tutsis, los musulmanes bosnios, los yazidíes y los rohinyás. En todos los casos, cuando el polvo se asentó sobre los horrores que se habían perpetrado contra poblaciones civiles indefensas, quedó dolorosamente claro que habíamos fracasado en nuestro deber de cumplir los imperativos de prevenir atrocidades masivas, de proteger a los vulnerables y de exigir a los responsables que rindieran cuentas. Y así ha sucedido con las sucesivas oleadas de asesinatos y persecuciones contra los palestinos a lo largo de toda la vida de la ONU”.

Pero la Gran Hada Madrina del cuento del Tío Sam trasciende los designios iniciales acumulando voluntad y sensibilidad que son propias de los seres humanos, sean cuales fueren las instituciones y aparatos en que se articulen.  Y así, ante el escándalo de la migración forzosa y el robo de tierras palestinas a manos de Israel, gente con corazón dentro de  la ONU ha creado una comisión que ha montado todo una red de servicios para hacer la vida cotidiana de los despojados algo menos invivible (no hay un reconocimiento cabal de los derechos palestinos, pero no se acepta llanamente la política racista de un poder ocupante, por más investido que esté de preceptos  milenarios y cuente con el aval de ”la primera potencia”).

UNRWA cuenta con decenas de miles de asistentes (pensemos que los palestinos, despojados, bloqueados, se estiman en casi 2 millones en la Franja de Gaza y otros más de dos millones en Cisjordania y Jerusalén Oriental).

En el nivel de hostigamiento progresivo que Israel ha desencadenado contra la Franja de Gaza desde 2006, pero particularmente tras el 7 oct. 2023, Israel ha dispuesto por sí y ante sí, la expulsión de UNRWA, acusándola de ser cómplice con Hamás, pese a que apenas se pudo sumariar tentativamente a no más de una decena de sus funcionarios, como los que podrían tener alguna relación o simpatía por Hamás en una plantilla de personal que se cuenta por decenas de miles (y reparemos que Israel inició un cerco de aniquilamiento sobre la Franja de Gaza en 2006, impidiendo progresivamente plantar, producir, disponer de agua potable y bloqueando toda contacto con el mundo exterior, salvo el decidido por el Estado de Israel que monopoliza la provisión de alimentos).

Un campo de concentración, aquel modelo de los ’40, tantas veces reiterado.

Beniamin Netanyahu, ha estimulado el acoso a los gazatíes reviviendo el exterminio de los amalecitas. Al respecto Gilad Atzmon, nacido judío pero que ha roto con esa identidad tribal que se le asignara con el nacimiento, sostiene que el genocidio en curso no es sino “el verdadero regreso a casa de los judíos”.[2]

Son palabras fuertes, pero resultan muy acordes con la mentalidad de la mayoría aplastante en Israel. Sin un fuerte apoyo popular, no podría haberse desplegado con tanta fuerza una política de desprecio, de acoso, de tanto hostigamiento, de muerte explícita.

Porque entiende de qué habla, Atzmon exhorta a los cristianos a darse cuenta del verdadero alcance y significado del Antiguo Testamento. Esta observación es clave, porque en sus primeros tiempos, los cristianos adoptaron el Nuevo Testamento cada vez con más fuerza, separando ese dios del de la Torá. Sin embargo, y en buena parte, por la corrupción de la Iglesia Católica, primero los valdenses en el siglo 14 [y antes de ellos, los cátaros en el siglo 12, NdE] y luego Lutero y otros en el siglo 16, rompieron con la Iglesia Católica. Pero cometieron el error habitual: tiraron el bebito con el agua sucia.

Ante el lujo y la disolución vaticana, dejaron de tener como referencia básica al Nuevo Testamento y retornaron al Viejo: la Biblia judía. La del dios despótico. Y con ese movimiento, de reencuentro cristiano con el Viejo Testamento, tenemos hoy en día, sobre todo en EE. UU., pero expandiéndose por todo el mundo, sectas protestantes, que nutren la corriente de los cristianos sionistas de EE. UU., con su poder económico, su fanatismo religioso y su defensa acérrima del genocidio emprendido contra los palestinos.

Esta coexistencia tácita, pero agónica entre supremacismo e igualitarismo dentro de la Iglesia Católica es desgarradoramente conflictiva.

En la situación actual, un factor muy vinculado al desarrollo tecnológico, se presenta como decisivo: lo mediático, la infoesfera, que nos permite acceder al conocimiento de manera mucho más integral e inmediata, al mismo tiempo permite el bloqueo de la realidad, como el genocidio actual, a través de un machaconeo mediático caudaloso, inagotable, sesgado y falaz dispuesto para preservar los privilegios de los privilegiados, que han programado un genocidio más para afianzar, precisamente, sus privilegios.

Este segundo momento de la infoesfera pone en cuestión el “efecto mariposa” que una monstruosidad como un genocidio en acto, debería generar. Porque lo pensable, apenas uno advierte un genocidio, es su rechazo más terminante. Y si los genocidas se burlan de las víctimas, como en Israel, peor aún. Y si los usufructuarios del genocidio y de la apropiación de los bienes de los despojados y asesinados, llegan incluso a organizar terrazas desde donde mejor visualizar, cómodamente sentados, cómo los soldados aniquilan palestinos desarmados;  ancianos y niños incluidos, la reacción de repudio y rechazo tendría que ser aún más intensa. El efecto mariposa tendría que estar adquiriendo la forma de un tsunami político. Pero el efecto mariposa va golpeándose contra diversas aristas, intereses, recursos, tanto desde la esfera judicial o desde la del entertainment, como con los ejércitos de escribas o “creativos” de la corriente mediática principal.

Una tarea se impone: desbrozar ese tejido que se nos quiere hacer pasar como de conocimiento y en rigor es de condicionamiento.

GHF: la Fundación Humanitaria de Gaza (Gaza Humanitarian Foundation) es un buen ejemplo de la neolengua orwelliana programada por la intelectualidad israelí.[3]

Bueno es advertir que para adueñarse del destino de la Franja de Gaza (“depurada” de sus habitantes ancestrales) se han aliado en su desguace no solo la dirección sionista israelí sino también el Instituto británico Tony Blair y el Boston Consulting Group; también figura el proyecto de una ribera turística “a todo lujo” para milmillonarios, bajo auspicios de Donald Trump. [leer aquí]

GHF desplazó, incluso con violencia, los 400 puestos de asistencia de UNRWA y los sustituyó por una red de 4 puestos de asistencia, y al personal de la ONU civil por militares israelíes.

Teóricamente, cada uno de estos solo 4 puestos de suministro de alimentos tendría que “atender” a una población deliberadamente hambreada (y desde hace años con fortísimas privaciones) de alrededor de medio millón de habitantes. La sola mención del número señala el desprecio, el destrato absoluto por la población que quieren exterminar y no pueden hacerlo abiertamente. Desprovistos de abrigos y protección, a menudo sin techo o con precarias, vulnerables carpas. No conocemos la regularidad de la entrega de alimentos, pero sí nos enteramos de las balaceras con que frecuentemente los soldados combinan la entrega de alimentos, que dejan el tendal de palestinos no solo hambreados sino así asesinados.

La entrega de alimentos en sí es un ejercicio de abyección: para recibir un alimento deben avanzar por estrechos corredores de alambrados apeñuscados y a merced de los militares.

A tener en cuenta:

–Distinguir lo real y lo fingido (la maraña aluvional de las fake news)

–No llamar guerra a lo que no es una guerra.

–La mirada racista es necesariamente sesgada.

–Y la mirada supremacista no podrá ver otra realidad que la propia. Como les pasa a los israelíes que lloran tanto a sus muertos sin advertir que, por ejemplo, los palestinos tienen probablemente cien veces más hijos, madres, hermanos, esposos, abuelas, amigos, que llorar, también matados (muy a menudo por los que tantos israelíes lloran).

–Si existe un fundamento teórico en el sionismo, doctrinario para la visión supremacista, como se desprende de ciertos pasajes del Talmud, tenemos que saber que ese discurso teórico afectará inevitablemente la práctica política.

–Un rasgo que vemos sistemáticamente organizado desde la perspectiva de dominio (¿local, regional, universal?) es la más que problemática relación con la verdad: Israel miente. Mienten en todo. Mienten siempre. Tal vez sea el mayor reconocimiento que hacen a la verdad.

–Corolario inevitable: una política que niega la igualdad de los seres humanos no tiene más remedio que mentir.

 –Saber que los que defienden los privilegios que gozan mienten siempre, los que fabricaron esta pesadilla necesariamente mienten, para preservarlas.

–La práctica política de Israel y su desapego radical a todo el ordenamiento político internacional es tolerado y a menudo asistido por los estados nacionales del “Primer Mundo”. Y la pasividad a menudo impotente de estados africanos, asiáticos o sudacas, que cumplen “el orden basado en reglas”. O “se la creen”.

–Paradoja inevitablemente llamativa: que Israel, con su peculiar origen administrativo (primer fruto “cosechado” por ONU), se burle de todas las reglamentaciones, acuerdos, principios, respetos del orden onusiano.


Quousque tandem abutere, Catilina, patientia nostra?”, célebre frase de Cicerón, que podríamos retomar: “Hasta cuándo Netanyahu abusarás de nuestra paciencia?”

 Judy Duarte, São Paulo, Brasil

 Notas

[1]  Véase, por ejemplo, Norman Finkelstein, “Netanyahu  es un espejo perfecto de la sociedad israelí.”, blogs.mediapart.fr, 14 jul. 2025.

[3]   The Israel Project’s 2009.  GLOBAL LANGUAGE DICTIONARY. Uno de sus recurrentes capítulos es “Words that work” (palabras que funcionan-trabajan-rinden).  

 

GILAD ATZMON
El genocidio de Gaza es el verdadero regreso a casa de los judíos

Gilad Atzmon, 6-7-2025
Traducido por Atahualpa Guevara, Tlaxcala

¿Te has dado cuenta de que las «buenas almas» hipócritas de nuestras filas han dejado por fin de difundir la tontería de que «el judaísmo no es sionismo»? Con el 97 % de los judíos ortodoxos de Israel apoyando los crímenes israelíes en Gaza, es difícil convencer a nadie de que el judaísmo es sinónimo de paz y armonía. Con un Estado que se autodenomina «Estado judío» y que se está convirtiendo en un Estado judaico que lleva a cabo una guerra de exterminio al estilo del Antiguo Testamento contra los pueblos indígenas de la tierra, es prácticamente imposible seguir reutilizando la «carta de la inocencia judía».


Mr. Fish

Probablemente sea muy doloroso para algunos admitirlo, pero el genocidio que todos estamos presenciando en Gaza, ese culto a la muerte que une a los israelíes en su conjunto (excepto a los pocos verdaderos disidentes), es el verdadero regreso a casa de los hijos predilectos de Dios.

Esos crímenes catastróficos contra la humanidad perpetrados por un ejército nacional con el apoyo incondicional de toda la nación, sus rabinos y la clase política es lo único que los judíos no podían hacer en la diáspora. Como tal, el Estado judío ha sacado a la luz algo que los judíos han intentado suprimir e incluso negar a lo largo de su historia.

Sin embargo, nada de lo anterior es nuevo para los judíos. He aquí algunos datos fascinantes relacionados con lo anterior. Tanto la ortodoxia judía como los primeros sionistas eran plenamente conscientes de la carencia judaica en lo que se refiere al núcleo ético y los valores universales.

Fue la familiaridad de los primeros sionistas con la visión judía de la moralidad lo que impulsó a la primera generación de agitadores a promover una revolución hebraica. Como he mencionado muchas veces en esta página, en el judaísmo la ética es sustituida por el litigio (leyes, o mitzvot). El judío rabínico no actúa éticamente, sino que sigue las mitzvot, que imitan el acto ético. El sionismo temprano, al ser un movimiento revolucionario, estaba impulsado por la creencia de que los judíos, una vez en «su tierra», se reformarían y se convertirían en una nación normal y un pueblo corriente. Para los sionistas, era el desprendimiento de «la propia tierra» lo que era responsable de la morbosidad ética de la diáspora. Los sionistas laboristas creían que el regreso a la patria y el vínculo con la vida proletaria y agrícola darían lugar a un nuevo judío hebreo ético.

La fantasía reciclada de que «las FDI son el ejército más moral del mundo» se hace eco de esa aspiración sionista temprana. Los primeros sionistas deseaban realmente convertirse en morales y éticos, pero el fracaso en la consecución de su objetivo es mucho mayor que su deseo inicial.

Los judíos ortodoxos también comprendieron que mezclarse con los goyim es una receta para un desastre inimaginable. El gueto judío, como tal, es una condición que los judíos se impusieron a sí mismos al aceptar su propia separación de la tendencia ética universal general. El judaísmo ortodoxo ha sido, y sigue siendo, una percepción aislacionista. Su objetivo es minimizar la interacción con el mundo exterior, aceptando que la barrera metafísica y ética entre el judío observante y el goy es insalvable. El gueto judío, como tal, existe para salvar al judío, pero también para proteger al goy.

Curiosamente, tanto los judíos ortodoxos como los primeros sionistas consideraban la emancipación como un desastre en la historia judía. Los ortodoxos veían que la asimilación traería una catástrofe sobre los judíos. Hitler les dio la razón, pero los sionistas también identificaron un peligro similar y prometieron llevarse a los judíos.

El agitador sionista primitivo Max Nordau argumentó en los últimos años del siglo XIX [Discurso en el Primer Congreso Sionista*, Basilea, Suiza, agosto de 1897] que la emancipación judía era algo que los goyim hacían para sentirse bien consigo mismos. Ellos (los goyim) acogían a los judíos no porque realmente los amaran, sino porque les gustaba ser tolerantes. Nordau predijo que los goyim se arrepentirían de su entusiasmo liberal. Menos de medio siglo después, el Holocausto le dio la razón. Sin embargo, el sionismo que trajo consigo el Estado judío fracasó en sus misiones principales. Prometió resolver el problema judío, pero en la práctica lo trasladó a un nuevo lugar y lo convirtió en un desastre global. El sionismo prometió arreglar a los judíos. En la práctica, creó un monstruo, desveló y amplificó lo que los judíos se habían esforzado por ocultar a lo largo de toda su historia, incluso a sí mismos.

El genocidio de Gaza es, trágicamente, el verdadero significado del regreso a casa de los judíos. Es la barbarie del Antiguo Testamento que cobra vida a través de las personas que se consideran descendientes del Abraham, Moisés y el rey David bíblicos. El entusiasmo de los israelíes por decapitar a los líderes políticos, culturales, científicos y espirituales de sus vecinos, algo que repiten con regularidad y que les entusiasma mucho, es de nuevo el espíritu exacto del regreso bíblico de los israelitas. Esto es precisamente lo que hicieron los israelitas bíblicos a lo largo de todo el Antiguo Testamento. Quizás, solo quizás, ha llegado el momento de que la humanidad, y el cristianismo en particular, comprendan lo que representa el Antiguo Testamento y se mantengan alejados de este texto primitivo y catastrófico.

NdT

En su discurso, Nordau – inolvidable inventor de dos conceptos del siglo XX: el “judaísmo muscular” (Muskeljudentum) y la “degeneración” (Entartung)- lo dejó muy claro: la emancipación de los judíos europeos, inaugurada por la Revolución Francesa, condujo a la desaparición de los guetos, lo que amenazaba con la desaparición de la propia «raza» judía. La única salvación era, por lo tanto, la reconstitución del gueto en... Palestina.

09/07/2025

GREGORIO ONETO
“Aurora”, “Gran Confianza”: El Financial Times revela planes genocidas para reconstruir Gaza
Investigación

Según reveló el Financial Times, el Boston Consulting Group y el Instituto Tony Blair estuvieron involucrados en la militarización de la ayuda humanitaria en Gaza y en el desarrollo de un proyecto genocida para reconstruir Gaza.

Gregorio Oneto,  Révolution Permanente , 7-7-2025
Traducido por Atahualpa Guevara, Tlaxcala
 


Investigaciones del Financial Times han revelado ( aquí y aquí ) la participación de dos empresas occidentales, Boston Consulting Group y el Instituto Tony Blair , en los planes israelíes de colonizar y limpiar étnicamente la Franja de Gaza. Estas revelaciones ponen de relieve la estrecha relación entre las altas esferas del capitalismo occidental y la maquinaria genocida israelí.

El Proyecto Aurora: Consultoría para militarizar la ayuda humanitaria en Gaza

Todo comenzó en octubre de 2024, cuando Boston Consulting Group (BCG), una de las consultoras estratégicas más prestigiosas del mundo, fue contactada por la empresa de seguridad privada Orbis para realizar un estudio de viabilidad de un proyecto de ayuda humanitaria en la Franja de Gaza. Este proyecto de ayuda militarizada era entonces solo una opción considerada por el Instituto Tachlith , un centro de estudios sionista, mandatario de Orbis. Esta opción se ha convertido en un objetivo de guerra por derecho propio desde el inicio de la operación israelí “Carros de Gedeón”, que reanudó las operaciones genocidas en Gaza a principios de mayo . El estallido de una ocupación a gran escala de la Franja estuvo acompañado, de hecho, por la implementación de un supuesto sistema “humanitario”, bajo la gestión de milicias de seguridad privada, cuyo objetivo era militarizar la hambruna y desplazar a la población hacia el sur de la Franja, concentrando allí los únicos puntos de distribución de ayuda alimentaria.

A principios de 2025, mientras esta operación se concretaba, BCG comenzó a colaborar con la Fundación Humanitaria de Gaza (GHF), organización respaldada por Israel y USA y responsable de estas distribuciones letales, así como con la empresa militar privada Safe Reach Solutions (SRS), encargada de garantizar la seguridad de estas operaciones. Según se informa, el contacto con la consultora fue establecido por Phil Reilly, fundador de SRS y exempleado de BCG. Las funciones de la empresa yanqui, en el marco del proyecto Aurora, incluían la planificación detallada de las actividades de GHF. Si bien este trabajo, que involucró a un equipo de media docena de personas, fue inicialmente pro-bono, a partir de marzo se materializó en un contrato con una cuantiosa remuneración superior al millón de dólares, firmado por McNally Capital, un grupo de capital privado propietario de Orbis y con participación en SRS.

A partir de ese momento, dos consultores de BCG se trasladaron a Tel Aviv para supervisar directamente las operaciones. Colaboran directamente con SRS y GHF, en particular para asistir en la gestión logística, la construcción de centros y la entrega de ayuda. Milicias privadas como SRS se vieron obligadas a entregar la ayuda ellas mismas, ya que la mayoría de las ONG presentes en Gaza se negaron categóricamente a participar en este proyecto criminal. Cuando estos campos de distribución se inauguraron oficialmente a principios de mayo, la participación de BCG se intensificó aún más, enviando a tres consultores adicionales y ampliando el contrato con McNally por un monto que alcanzó los 4 millones de dólares.

Antes de marzo, existían 400 centros de distribución gestionados por diversas ONG. Hoy en día, solo cuatro centros de distribución de alimentos están activos, todos gestionados por la GHF. Estas instalaciones, insuficientes para aliviar la hambruna organizada por Israel, están construidas como campos de concentración: los gazatíes atraviesan pasillos alambrados para recibir raciones distribuidas por hombres armados. Con frecuencia, las distribuciones se convierten en masacres. Como reveló Haaretz , los soldados israelíes controlan los movimientos de la multitud disparando ametralladoras para impedir que se acerquen. Desde el establecimiento de estos campos de concentración, al menos 500 gazatíes han sido ejecutados por milicias de seguridad o fuerzas israelíes.

Los habitantes de Gaza esperan en los pasillos de alambre de púas del centro de distribución de ayuda de Tal al-Sultan, operado por GHF

El despliegue de centros de la GHF en la Franja podría ser, por lo tanto, un primer paso hacia una “solución final” al “problema palestino”: un documento interno de la GHF, al que tuvo acceso Reuters, establece que, tras una etapa inicial de distribución de ayuda humanitaria, los centros se transformarán en " zonas de tránsito humanitario ", es decir, campos de concentración, donde se retendrá a la población palestina y donde podrán “desradicalizarse, reintegrarse y prepararse para reasentarse en otro lugar si así lo desean”. Si bien la GHF niega este plan y este documento podría ya no ser relevante para los planes de la organización, su mera existencia da testimonio del radicalismo genocida de los actores que operan bajo las órdenes de Israel.


Vista aérea del sitio de Tal al-Sultan tomada por el ejército israelí

Un sistema criminal planificado y organizado por los mejores consultores del imperialismo yanqui, que permite a las empresas usaméricanas de “seguridad” enriquecerse con los cadáveres de palestinos. Ante la indignación generada por las revelaciones de la participación de BCG en esta operación, la dirección del grupo desautorizó por completo el proyecto, se separó de dos empleados involucrados y declaró que había renunciado al pago de estos servicios. Si bien la dirección de la empresa intenta responsabilizar plenamente a subordinados desobedientes que actuaron por iniciativa propia, este asunto revela la profunda implicación de las altas esferas financieras del capitalismo yanqui en la puesta en marcha del proyecto genocida de Israel.

“La Gran Confianza”: un nuevo plan para la reconstrucción de Gaza y la deportación de los gazatíes

Pero el trabajo de los consultores de BCG no terminó ahí. Según información del Financial Times , el grupo también participó en el desarrollo de un plan para “el Posguerra”, como parte de la reconstrucción de Gaza, muy inspirado en las propuestas de Trump de convertir la franja en una nueva “Riviera de Oriente Medio”. El desarrollo de este proyecto fue financiado, según se informa, por varios donantes de GHF, quienes, obviamente, no quieren limitarse a su labor “humanitaria”, sino proponer un proyecto a largo plazo para la franja: la colonización total de Gaza, como la derecha y la extrema derecha israelíes llevan mucho tiempo soñando.

Este proyecto también involucra al Instituto Tony Blair, una organización sin fines de lucro fundada por el ex primer ministro británico Tony Blair, cuya misión es ayudar a los países del Sur Global a optimizar su desarrollo bajo la presión de instituciones internacionales como el FMI. Tras alinear a la clase trabajadora británica, este defensor del liberalismo pretende ofrecer sus valiosos consejos a los líderes del Tercer Mundo sobre la mejor manera de que sus países prosperen. Es natural que sienta el deber de participar en un proyecto que permitirá la transformación de un campo de ruinas en un espacio económico ultramoderno y desarrollado.

Es precisamente este discurso “humanitario” el que envuelve y justifica este proyecto de colonización, llamado “The Great Trust ”, siendo “Great” el acrónimo de “Reconstitución Económica,aceleración y transformación de Gaza”. Como dice uno de los colaboradores del proyecto: “Este es el trabajo de un grupo de empresarios que han trabajado incansablemente durante los últimos 20 meses para crear un futuro mejor para Gaza”. Un futuro mejor para Gaza, pero sin gazatíes.

Los consultores de BCG, quienes proporcionaron modelos, análisis comparativos y diapositivas para este informe, calcularon el costo económico de esta reconstrucción considerando varios escenarios. Uno de ellos incluía la salida voluntaria de 500.000 palestin@s con “paquetes de reasentamiento”, que incluyen “5.000 dólares, alquiler subsidiado durante cuatro años y alimentos subsidiados durante un año “. En este escenario, más de tres cuartas partes de los residentes que se marcharían nunca regresarían al enclave. Las conclusiones de las comparaciones financieras son claras: “El reasentamiento fuera de Gaza es de 23. 000 dólares más barato por palestino que el coste de ayudarlos en Gaza durante la reconstrucción” . Por lo tanto , los consultores de BCG terminan abogando por la limpieza étnica para asegurar la viabilidad financiera del proyecto .

Si los inversores que encargaron estos modelos se aferraron a la idea de Trump de transformar Gaza en la “Riviera de Oriente Medio”, es también porque este proyecto les promete una verdadera bonanza financiera. Los cálculos del modelo financiero de BCG son implacables: este plan de reconstrucción “aumentaría el valor de Gaza de 0 a 324 000 millones de dólares actuales”. Y, para intentar atraer más apoyo, varias series de diapositivas destacan el potencial del proyecto con numerosos guiños a los posibles inversores.

La franja estaría dotada de la más moderna infraestructura, incluidas autopistas .“MBZ Central” y “Anillo MBS , estas iniciales son las de los líderes de los Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudita , una zona industrial discretamente llamada “Fabricación inteligente del k Área Elon Mus” , sin olvidar por supuesto el “Riviera e islas de Gaza Trump” , en honor a la inspiración detrás de todo el proyecto. Esto es, de hecho, entendido por sus creadores como un verdadera “Exploración económica de las ideas aportadas por el presidente Trump”. El objetivo declarado es transformar Gaza en un centro comercial, con la promesa de proporcionar “a la industria usamericana, acceso a 1.3Mil millones de dólares en minerales de tierras raras del Golfo” .


Si bien Trump revivió estas fantasías imperialistas con su propuesta de transformar la Franja en un paraíso inmobiliario para multimillonarios en febrero, los líderes israelíes no esperaron a que estableciera sus propios planes para el futuro de Gaza. En mayo de 2024, Netanyahu propuso su propio plan de recolonización titulado “Gaza 2035”, ilustrado con imágenes futuristas generadas por IA. Su ambición es muy similar a la de la “Gran Confianza” : transformar el territorio completamente destruido por el ejército israelí en una zona económica altamente desarrollada , gracias a las inversiones internacionales y su integración en el tejido económico circundante . Ya sea “desradicalizarla población palestina o evacuarla “voluntariamente” fuera del territorio, o incluso exterminarla pura y simplemente, la lógica de estos proyectos es intrínsecamente colonial y genocida .


Imagen producida como parte del plan “Gaza 2035”, reutilizada en el folleto del plan “Gran Confianza”

Paralelamente a estos planes, los dirigentes sionistas han venido desarrollando desde el día de octubre múltiples proyectos para reubicar a la población de Gaza, comenzando con el informe de inteligencia israelí del 13 de octubre de 2023, que proponía su traslado al desierto del Sinaí. Desde entonces, se han multiplicado las ideas sobre el futuro destino de los deportados, aunque ninguno de estos proyectos parece viable actualmente.

El Boston Consulting Group ha desautorizado por completo las actividades de sus socios involucrados en la organización de la ayuda humanitaria militarizada del GHF y en la modelización de la reconstrucción de Gaza. El Instituto Tony Blair , por su parte, afirma haber tenido únicamente un papel de observador en el desarrollo de la “Gran Confianza” , sus enviados se contentaron con “escuchar en los grupos de discusión. Estas negaciones no deben ser engañosas. El imperialismo occidental, tanto yanqui como europeo, es el mejor y más cercano aliado de Israel. Como resultado, el genocidio en curso en Palestina se lleva a cabo en estrecha colaboración con agentes usamericanos, ya sean servicios estatales o agencias privadas. Lejos de tener reparos en participar, las empresas que colaboran con el Estado sionista encuentran la manera de lucrarse con la masacre de palestinos.

Pero estas negaciones también demuestran que, ante la opinión pública mundial, estos agentes del imperialismo temen asumir su responsabilidad por el genocidio en curso en Gaza. Para frustrar todos estos proyectos de colonización y limpieza étnica, la única solución es transformar esta desaprobación generalizada en un movimiento activo de lucha en solidaridad con Gaza y todo el pueblo palestino.

Si bien las burguesías árabes, lideradas por Arabia Saudita y las petromonarquías del Golfo, participan en estos proyectos y son consideradas actores confiables por Israel y USA, urge que se reanude la movilización en las capitales árabes. Desde Jordania hasta Egipto, en toda la región, solo la movilización de las masas árabes puede poner fin a la maquinaria genocida que opera en Gaza. El genocidio del pueblo palestino no es una realidad ajena a la existencia de los trabajadores en Oriente Medio . Abre el camino a formas de contrarrevolución y aniquilación de una brutalidad sin precedentes . Ante la atrocidad de los planes israelíes y yanquis , apoyados por las potencias occidentales que siguen defendiendo “el derecho de Israel a la legítima defensa” , la lucha de l@s trabajador@s y las clases populares de la región es una necesidad vital , al igual que la de la juventud y l@s trabajadore@ de las metrópolis occidentales .

 

 

NATE BEAR
Las aplicaciones más vendidas fueron creadas por espías israelíes
Una nueva frontera para el movimiento BDS


Nate Bear, Do Not Panic!, 2/7/2025

Traducido por Tlaxcala

Nate/Nathan ha trabajado como periodista y responsable de relaciones públicas y comunicación para empresas, fondos monetarios, ONG, organizaciones climáticas y grupos de defensa de la fauna silvestre. Ha vivido y estudiado en Inglaterra, USA y España. Su vida adulta ha estado marcada por un proceso de radicalización. Ha pasado de ser un liberal moderado a alguien cuyas convicciones y comprensión del mundo se acercan más a las de un revolucionario.

Los desarrolladores detrás de cientos de aplicaciones para Android y iPhone con miles de millones de descargas son antiguos espías israelíes cuyas aplicaciones están generando importantes ingresos para la economía de guerra genocida de Israel.

Las aplicaciones que he identificado van desde inocuas aplicaciones de edición de imágenes y vídeos hasta juegos casuales, y la mayoría de los usuarios no son conscientes de que están instalando productos israelíes en sus teléfonos. Muchos de estos desarrolladores de aplicaciones operan bajo el radar, sus estructuras de propiedad son opacas y la identidad de sus propietarios no es de dominio público.

La identificación de estas aplicaciones debería añadir otra frontera al movimiento de boicot, desinversión y sanciones, ya que proporciona una forma sencilla para que la gente común evite los productos israelíes que contribuyen al apartheid, el genocidio y la limpieza étnica.

La proliferación de estas aplicaciones en la App Store de Apple y en Google Play Store también plantea dudas sobre la privacidad y la recopilación de datos personales, dada la reputación de la tecnología israelí y los escándalos pasados relacionados con el espionaje informático introducido en los dispositivos por aplicaciones creadas en Israel.

Una de las empresas y desarrolladoras de aplicaciones israelíes más importantes es ZipoApps, cuyo modelo consiste en comprar y monetizar aplicaciones a gran escala. Las aplicaciones propiedad de Zipo (que también se conoce con el nombre de Rounds.com) incluyen un conjunto de aplicaciones de edición de fotos y vídeos que han recibido cientos de millones de instalaciones en total. Entre las aplicaciones individuales se encuentran Collage Maker Photo Editor e Instasquare Photo Editor: Neon, ambas con más de 50 millones de descargas en Google Play Store. Otros productos de ZipoApps incluyen herramientas de edición y retoque de fotos de bebés. En 2022, el fundador y director ejecutivo de Zipo, Gal Avidor, declaró en una entrevista (la única que ha concedido hasta la fecha) que todos los fundadores de la empresa son antiguos miembros de la Unidad 8200 de inteligencia israelí. En Reddit, los usuarios se han quejado del enfoque de ZipoApps con respecto a la privacidad y la minería de datos. Un popular grupo de herramientas conocido como Simple Gallery pasó de ser gratuito y de código abierto a un producto de pago con anuncios y rastreadores solo una semana después de que ZipoApps lo adquiriera.

Otra aplicación de edición de fotos de propiedad israelí en Play Store es Bazaart, impulsada por IA, que fue fundada por Dror Yaffe y Stas Goferman, dos exoficiales de inteligencia de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI). Goferman superó con creces su servicio obligatorio, pasando una década en las FDI hasta 2011.

Facetune, creada por el desarrollador Lightricks y disponible para Android y iPhone, es otra aplicación israelí de edición de fotos con más de 50 millones de instalaciones. Los usuarios de la Apple Store han calificado Facetune, que exige acceso a identificadores únicos y a su ubicación, como una estafa. El cofundador de Lightricks, Yaron Inger, pasó cinco años en la Unidad 8200.

Si le gustan los juegos para móviles o si crea juegos para móviles para vender, probablemente haya conocido la empresa israelí Supersonic de Unity, sin saberlo. Con miles de millones de descargas en los últimos años, Supersonic es uno de los mayores editores de juegos para móviles del mundo, con unos ingresos estimados en unos 23 millones de dólares al año. A principios de este año, la empresa informó de que era propietaria de tres de los diez juegos para móviles más descargados del mundo: Build a Queen, Going Balls y Bridge Race. Trash Tycoon es otro título popular. La empresa también tiene un juego llamado «Conquer Countries», que ha sido descargado millones de veces y en cuyo anuncio aparece una versión caricaturizada de Donald Trump. El fundador de Supersonic, Nadav Ashkenazy, pasó siete años y medio en las Fuerzas de Defensa de Israel, donde ascendió hasta convertirse en jefe de operaciones de la Fuerza Aérea israelí, gestionando casi la mitad del personal a tiempo completo. Puedes ver todos los juegos de Supersonic aquí.

Un fabricante de aplicaciones de juegos para móviles israelí más conocido, cuyos ingresos no tenemos que estimar, es Playtika. Cotizada en el NASDAQ, Playtika genera unos ingresos de más de 2500 millones de dólares, lo que supone una importante fuente de impuestos para la máquina de matanza masiva de Israel. Playtika, que crea aplicaciones de apuestas, está firmemente entrelazada con la genocida maquinaria bélica israelí. La empresa fue fundada por Uri Shahak, hijo del antiguo jefe de las Fuerzas de Defensa de Israel, Amnon Lipkin-Shahak, y el año pasado su informe anual reveló que el 14 % de su personal había sido llamado a filas como reservistas para participar en el genocidio de Gaza. El actual director ejecutivo, Robert Antokol, afirma que la empresa tiene una «responsabilidad» con Israel y que los impuestos que pagan sus empleados son «maravillosos para la economía israelí».

Otra empresa israelí cuyas aplicaciones se han descargado miles de millones de veces es Crazy Labs. Con un valor estimado de alrededor de 1000 millones de dólares y unas ventas estimadas de hasta 200 millones de dólares, Crazy Labs es otro fabricante de aplicaciones fundamental para la economía israelí. Sus títulos más vendidos son Phone Case DIY, Miraculous Ladybug & Cat Noir y Sculpt People. Puedes ver la lista completa de las aplicaciones de Crazy Lab en Google Play Store. Los fundadores de Crazy Labs son todos exmiembros de las Fuerzas de Defensa de Israel, incluido Sag. Los fundadores de Crazy Labs son todos exmiembros de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), incluido Sagi Schliesser, quien superó con creces su servicio obligatorio al permanecer en las FDI y ayudar a construir la arquitectura digital del apartheid durante ocho años.

Una aplicación de la que quizá hayas oído hablar, pero que quizá no sabías que es israelí, es Moovit. Esta aplicación de transporte urbano fue fundada por varios exmiembros de las FDI, entre ellos Nir Erez, que pasó años en el centro informático especializado de las FDI conocido como Mamram, que, según la propaganda israelí, crea «ciberguerreros». Como unidad que gestiona la intranet militar, Mamram es fundamental para el genocidio de Israel en Gaza. Moovit, que tiene cerca de mil millones de usuarios y genera importantes ingresos para Israel, ha sido socio oficial de los Juegos Olímpicos, los campeonatos europeos de fútbol y también colabora con Microsoft.

Con cientos de millones de instalaciones, Call App, que filtra las llamadas telefónicas en busca de spam, es otro producto de la economía militar de Israel. El fundador y director ejecutivo de Call App, Amit On, pasó tres años en la Unidad 8200 en la década de 2000. La aplicación tiene más de 100 millones de usuarios.

En el ámbito de los servicios de transporte, Gett, que se centra en los pasajeros empresariales y es especialmente popular en Londres como forma de llamar a los taxis negros, fue fundada por los exmiembros de la Unidad 8200 Roi More y Shahar Waiser. Cabe destacar la aplicación de navegación GPS Waze, probablemente la aplicación israelí más famosa de la última década, adquirida por Google en 2013 por 1300 millones de dólares y también fundada por exespías de la Unidad 8200.

Otra aplicación israelí de rápido crecimiento que ha aparecido en el show tele de Oprah, en el New York Times y en la CNN es Fooducate, cuyo fundador, Hemi Weingarten, participó en misiones de bombardeo con la Fuerza Aérea Israelí.

Otros veteranos de la Fuerza Aérea Israelí detrás de aplicaciones populares son el matrimonio formado por Gilad y Liat Mordechay Hertanu, que dirigen la aplicación de asistente personal y sincronización de calendarios 24me. Liat era oficial de la Fuerza Aérea israelí, mientras que Gilad era piloto y volaba en misiones de bombardeo.

Esta revelación, que sigue a mis investigaciones sobre la antigua Unidad 8200, que crea IA para los gigantes tecnológicos, y los exsoldados de las FDI que trabajan en Meta y Google, confirma aún más lo profundamente y de forma insidiosa que Israel está arraigado en nuestras vidas digitales.

Estas investigaciones también revelan cómo Israel depende fundamentalmente de mantener un estado permanente de dominio sobre los palestinos, ya que lo único de valor que produce el país son las empresas tecnológicas fundadas por exmiembros de las FDI. Sin la posibilidad de entrenar a sus ciudadanos como espías y soldados, y de masacrar a los palestinos a su antojo, la economía de Israel se derrumbaría.

Sin embargo, la mayoría de las personas que utilizan estas aplicaciones las habrán descargado de buena fe, sin saber que están contribuyendo a la economía de ocupación, apartheid y genocidio de Israel.

 Además, estas aplicaciones recopilarán información y datos, incluidas grandes cantidades de imágenes personales, y los entregarán a los devotos de Israel comprometidos con mantener el país como un Estado de apartheid.

Así que revisen sus teléfonos y, por favor, corran la voz. Deslegitimar, retirar la financiación y eliminar los productos israelíes es un paso fácil que todos podemos dar para ayudar a desmantelar la maquinaria genocida de Israel.



 

07/07/2025

LUIS E. SABINI FERNÁNDEZ
Uruguay, Israel, Palestina: genocidio, ¿sí o no?
El presidente Yamandú Orsi “cree que no”

Luis E. Sabini Fernández, 6-7-2025

Nuestro país, Uruguay, y particularmente la dirección política con que se fue configurando el Uruguay moderno; el batllismo, la macrocefalia montevideana y el gobierno frenteamplista, tienen una relación, histórica, con Israel en la cual peor es meneallo.

Por lo tanto, y a medida que lo que rige Israel ha ido desnudando cada vez más sus rasgos primigenios, largamente ocultos o envueltos en la pesadilla nazi de la 2GM, pero poco a poco saliendo a luz con las intifadas, por ejemplo, y con las pesadillescas invasiones a la Franja de Gaza que abren un capítulo mucho más sangriento en la relación centro/colonia, pueblo señorial/pueblo colonizado, que estaba más velado inicialmente.

A medida que se fue despejando el contundente hecho colonial, con sus verdades profundas; el dominio de la tierra, el racismo, el supremacismo, el desprecio a todo afán democrático, la palabra Israel se ha ido haciendo más difícil de tragar, si lo procuramos unir, como tradicionalmente, con libertad, fraternidad, respeto de los pueblos. Otra palabra se ha vuelto aún todavía más impronunciable en los paladares de muchos uruguayos: Palestina (“grupo terrorista Hamás” se digiere mejor).

Por si hacía falta y no hubiese existido una matanza generalizada en el 2000, una invasión atroz en 2005, un rechazo visceral a los resultados electorales de 2006, donde los palestinos en elecciones limpias y sin resultados prefijados, rechazaron tanto el gobierno israelí como el de la Autoridad Nacional Palestina (que se había ido mimetizando poco a poco con el Estado de Israel) y… votaron mal. Es decir, las autoridades israelíes no aceptaron ese resultado electoral, aunque haya sido límpido como pocas veces. Como la opción democrática no se les avenía, Israel retornó al viejo sistema de poder: aprisionaron buena cantidad de candidatos elegidos democráticamente y procuraron darle una mano a la A.P. para que retuvieran la administración cisjordana.

Hamás, a quien le desconocieron la victoria contundente en Gaza y una victoria más medida en Cisjordania, logró desbaratar el golpe de estado en la Franja de Gaza, y retuvo el gobierno de ese territorio. En Cisjordania y Jerusalén Oriental, se impuso “la normalidad”.

Desde ese mismo momento, 2006, Israel inicia la operación de cerco, asfixia y aniquilamiento a los gazatíes, casi dos millones de habitantes. Bloqueo total. Ingestión mínima de alimentos controlada por el ejército israelí; sabotaje y/o voladura de usinas sanitarias e industriales; contaminación de suelos para dificultar o impedir su uso agrícola (vale recordar que la Franja de Gaza se cuenta entre los primeros territorios con uso agrícola en el mundo entero); bloqueo del aeropuerto de la Franja, bombardeado; bloqueo del uso marítimo para actividad pesquera y restricción absoluta del puerto, dejando apenas la pesca en la orilla; sabotaje y/o voladura de la red eléctrica y conexiones electrónicas.

A lo largo de las décadas, el proceso de brutalización israelí ha aumentado sin pausa. Y la población palestina, debió soportar represión policial,  atentados mortales con explosivos en hoteles,  ferias y buses, detenciones y muertes sumarias en las calles. Y responder, también con violencia, pero espontánea. Con el tiempo, la resistencia también adoptará modalidad guerrillera, que sirvió para “legitimar” la violencia fría y planificada del ocupante.

La política de cerco y aniquilamiento que elude hasta su propia realidad, llevada a cabo por el autodenominado “ejército más moral del mundo”, institucionalmente designado “Ejército de Defensa de Israel”; –dos designaciones que ejemplifican la política; la guerra de las palabras– que han llevado a la situación de paroxismo bien entrada la tercera década del  s xxi.

Un verdadero estratego, Yahya Sinwar, parece haber entrevisto el estado de situación al que el cerco de muerte había llevado a la Palestina más desdichada dentro de la desdichada Palestina. Y conociendo el overkill israelí, llevó a cabo un copamiento el 7 de octubre 2023, con armas cortas, alas delta, bicicletas, motocicletas y alguna excavadora de tercera mano.

Hamás logró así el strip-tease psíquico, político, ético y militar, del ejército ocupante. Con un costo de vidas altísimo, que dará lugar a esquivos interrogantes morales sobre la responsabilidad por tamaña cosecha de muerte.

Porque la muerte estuvo allí, bien presente. Y los brazos ejecutores bien a la vista. Y la voluntad genocida de los mandos sionistas resultó también explícita.

Con semejante cuadro de atrocidades, volvamos al Uruguay.

¿Qué nos dice el presidente? Que es un genocidio que no es.[1]

Afirmaciones opuestas e igualmente válidas (o más bien inválidas).

Porque, por ejemplo, un genocidio sería para Yamandú Orsi como una masacre. Una forma que entiendo abyecta de “bajarle el precio” a una política de exterminio racista, supremacista, absolutista.

Orsi alega que un genocidio no puede considerarse tal si ya fue calificado así otro episodio, otro acto “genocida”; es decir que Orsi se niega a calificar de genocidio algo que ha pasado después del 7 de octubre de 2023, porque ya se había calificado de genocidio actos acontecidos antes del 7 de octubre.

Como si un genocida fuese incapaz de reiterar su acto.

El presidente, en sus declaraciones a elobservador aclara que él pertenece a una fuerza política que resolvió sobre ese asunto (como sobre tantos otros). Pero el presidente observa que “cuándo tú asumes una tarea de gobierno, estás representando a todos el país.” Con lo cual introduce una delgada membrana entre la posición partidaria y la presidencial. Lo cual es correcto. Pero aclara, oscureciendo: “Y puedo estar de acuerdo o en desacuerdo con la posición del Frente Amplio o con la posición del Partido Nacional”. Y remata: “No agrega nada.”

Lo único que resalta es su insistencia en la intrascendencia de su opinión, de la emisión de su opinión (tal vez allí esté su sabiduría).

Define sucinta y correctamente el concepto de genocidio: “Genocidio implica que es el exterminio por el exterminio mismo, no dejar absolutamente a nadie… del otro.” Inobjetable.

Pero a continuación explicita: “Yo no tengo claro si el objetivo es ése. Yo creo que no. Quiero pensar que no.”

Tres frases atrozmente enlazadas: no tiene claro el desprecio supremo por la vida de los gazatíes, que Israel y la generalidad de los israelíes manifiesta desde hace décadas; basta ver apenas el saldo de centenares de muertos por las Marchas por la Tierra (2019 y 2020) que se hacían semana a semana, sin piedras, sin palos, absolutamente pacíficas, o el tratamiento despectivo en los checkpoints ante enfermos y parturientas, de soldaditos investidos como pequeños dioses.

“Yo creo que no.”: obliga a discernir si es pura ceguera o abrupto divorcio de la realidad.

Y su tercera frase: “Quiero pensar que no”, ya no alude a la realidad sino a los deseos de quien la formula: él quisiera que  [el agente genocida] no fuera tal. Esta frase podría hablar hasta de la conciencia moral del presidente, pero muy poco de la realidad, que por el contrario, puede ser así escamoteada. Que es lo que está haciendo con descaro e impudicia el gobierno uruguayo actual, tenido por izquierdista, por honesto, por justiciero.

El presidente se siente solidario promoviendo un proyecto de la “FAO con gente de Dinamarca” para jóvenes palestinos. A quienes la ONU les enseñará agricultura, la agricultura que los gazatíes conocen inmemorialmente. A los jóvenes gazatíes no les faltan conocimientos; lo que les falta es tierra y libertad. ¡Y a ONU/FAO lo que les falta es vergüenza!

Si el presidente Orsi ostenta tanta flojedad argumental, ¿qué nos depara la repartición del estado uruguayo –la cancillería –  que tiene que atender específicamente la situación?

Patetismo. La subsecretaria de Relaciones Exteriores, Valeria Csukasi – que es finalmente quien tiene que poner la cara– nos explica, casi nos apostrofa, ante la pregunta de por qué Uruguay no usa el término genocidio (aplicado a Gaza): “no creo que no sea un tema de que no lo usemos o lo usemos o no lo vayamos a usar, es parte del monitoreo que se hace permanentemente en la cancillería. Los términos en derecho internacional tienen un significado y tienen una terminología muy exacta, no los usamos como sinónimos o no los usamos a capricho, dependiendo de si nos gusta más o menos. En el caso de genocidio, y sobre todo a través de la Convención para prevenir, evitar, castigar el genocidio, tiene una configuración específica de situaciones que deben darse, que apuntan a querer eliminar completamente y con intención un tipo de población ya sea por su etnia, por su ubicación geográfica […].[2]

Y complementa nuestra funcionaria: “Algunos entienden que eso ya está configurado porque hay ciertos actores, israelíes, que han manifestado su voluntad de hacer desaparecer al pueblo palestino. Mientras que hay otros, donde todavía está Uruguay, que entienden que el gobierno de Israel no ha configurado aun esa intención.”

¡No ha configurado la intención! Pero ¿qué pretende la cancillería para configurar la intención? ¿Bombardear toda una ciudad derribando casi todas sus edificaciones no expresa voluntad de hacer desaparecer la ciudad?

¿Estrangular los accesos alimentarios y medicinales, año tras año, década tras década, no expresa voluntad de hacerlos desaparecer? ¿Balearlos o incendiarlos debajo de sus carpas, al barrer desde helicópteros, a menudo durante la noche, no expresa voluntad (cobarde) de hacerlos desaparecer?

¿Sabotear todo acceso a agua potable, aumentando notoriamente la morbilidad poblacional no configura esa intención?

¿Arruinar mediante bombardeos todos o casi todos los hospitales del área, tampoco la configura?

¿Y los centenares de periodistas asesinados tampoco? ¿Llevarlos más atrás de “la edad de piedra” como prometiera “El carnicero” Sharon tampoco?

¿Basurearlos en las calles, en los puestos de control, matarlos por cualquier nimiedad, no expresa voluntad de hacerlos desaparecer?;

¿Masacrar a miembros de toda una familia con adultos y jóvenes, ancianos y niños, no expresa voluntad de hacerlos desaparecer?

¿Y cuándo sus predadores –los llamados colonos– son ensalzados, no sólo no van a la cárcel sino que ¡hasta son desfachatadamente retribuidos!

¿Eso tampoco configura intención genocida?

Esto no es nuevo: cuando en 1947, antes del establecimiento del estado judío, Folke Bernadotte, el primer mediador de la entonces flamante ONU, gestiona negociaciones entre árabes y judíos, en un momento, tras fatigosas negociaciones empantanadas, declara: ‘los judíos no pueden quedarse con todo; hay que repartir Palestina entre los que estaban y los que llegan.’

Es asesinado y aunque fue un escándalo ver como la organización sionista se valía de métodos mafiosos, que obligó al administrador onusiano, Inglaterra, detener y aprisionar al asesino, dos semanas después se le conmutaba con descaro la pena y al poco tiempo el asesino de Bernadotte ocupó con honores un puesto de guardaespaldas para David Ben Gurión, el primer presidente israelí. Como el rigor sionista no perdona, a Bernadotte no se le hicieron las exequias que habrían correspondido a su rango; la ONU por entero ni se dio por enterada.

El genocidio no es ni siquiera nuevo. Pero no hay peor sordo que el que no quiere oír. Y no hay clínica auditiva que exonere al Uruguay.

Uruguay fue ensalzado por Israel y EE. UU. por su (más bien penosa) actuación en la UNSCOP, a fines de los ’40. Uruguay se destacó, además, en el cono sur americano porque fue el único estado regional que promovió el refugio a judíos y no albergó a los militares dispersados de los países del Eje.[3]

El gesto hospitalario del Uruguay batllista ante judíos despojados de sus derechos no superó el eurocentrismo. Y el Uruguay batllista no tuvo ojos para reconocer el fenómeno colonial sobre víctimas no europeas, como la propia Palestina.

El remate de semejante colonización mental se expresa en la labor intelectual de un Julio María Sanguinetti, que no tuvo nada mejor que publicar La trinchera de Occidente en 2018, repitiendo –¡un siglo después!– la tesis colonialista y eurocentrista de Theodor Herzl de implantar en el Cercano Oriente “un puesto de avanzada de la civilización frente a la barbarie [asiática]”.

El poder instaurado en Israel ha puesto al Uruguay en su regazo, y la institucionalidad uruguaya no ha sabido sino dejarse mecer, tras tan gratificantes arrullos.

Es con tragedias como la que ha sido forzado a vivir el pueblo palestino, que percibimos la gravedad de nuestra inconsistencia como país, como sociedad.

De todos modos, brota la resistencia. ¡Y cómo! Coordinación por Palestina se ha extendido y se afirma, imparable, en incontables ciudades y pueblos de nuestro país.

Rescatando nuestra dignidad política.

 Notas

[2]   Enumera otras “razones”, pero entendemos estas dos inicialmente presentadas como las más acordes con la situación.

[3] Los otros Estados del sur sudamericano, Argentina, Bolivia, Chile, Paraguay fueron tierra de adopción para muchos militares que empezaban a sufrir un invierno político en sus países. Eso no significó, empero, que sólo Uruguay recibiera judíos hostigados en Europa; Argentina fue destino de un gran caudal judío. Y otros países del sur sudamericano recibieron otras minorías perseguidas por el nazismo, como cristianos pacifistas, albergados en Paraguay.