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07/07/2025

LUIS E. SABINI FERNÁNDEZ
Uruguay, Israel, Palestina: genocidio, ¿sí o no?
El presidente Yamandú Orsi “cree que no”

Luis E. Sabini Fernández, 6-7-2025

Nuestro país, Uruguay, y particularmente la dirección política con que se fue configurando el Uruguay moderno; el batllismo, la macrocefalia montevideana y el gobierno frenteamplista, tienen una relación, histórica, con Israel en la cual peor es meneallo.

Por lo tanto, y a medida que lo que rige Israel ha ido desnudando cada vez más sus rasgos primigenios, largamente ocultos o envueltos en la pesadilla nazi de la 2GM, pero poco a poco saliendo a luz con las intifadas, por ejemplo, y con las pesadillescas invasiones a la Franja de Gaza que abren un capítulo mucho más sangriento en la relación centro/colonia, pueblo señorial/pueblo colonizado, que estaba más velado inicialmente.

A medida que se fue despejando el contundente hecho colonial, con sus verdades profundas; el dominio de la tierra, el racismo, el supremacismo, el desprecio a todo afán democrático, la palabra Israel se ha ido haciendo más difícil de tragar, si lo procuramos unir, como tradicionalmente, con libertad, fraternidad, respeto de los pueblos. Otra palabra se ha vuelto aún todavía más impronunciable en los paladares de muchos uruguayos: Palestina (“grupo terrorista Hamás” se digiere mejor).

Por si hacía falta y no hubiese existido una matanza generalizada en el 2000, una invasión atroz en 2005, un rechazo visceral a los resultados electorales de 2006, donde los palestinos en elecciones limpias y sin resultados prefijados, rechazaron tanto el gobierno israelí como el de la Autoridad Nacional Palestina (que se había ido mimetizando poco a poco con el Estado de Israel) y… votaron mal. Es decir, las autoridades israelíes no aceptaron ese resultado electoral, aunque haya sido límpido como pocas veces. Como la opción democrática no se les avenía, Israel retornó al viejo sistema de poder: aprisionaron buena cantidad de candidatos elegidos democráticamente y procuraron darle una mano a la A.P. para que retuvieran la administración cisjordana.

Hamás, a quien le desconocieron la victoria contundente en Gaza y una victoria más medida en Cisjordania, logró desbaratar el golpe de estado en la Franja de Gaza, y retuvo el gobierno de ese territorio. En Cisjordania y Jerusalén Oriental, se impuso “la normalidad”.

Desde ese mismo momento, 2006, Israel inicia la operación de cerco, asfixia y aniquilamiento a los gazatíes, casi dos millones de habitantes. Bloqueo total. Ingestión mínima de alimentos controlada por el ejército israelí; sabotaje y/o voladura de usinas sanitarias e industriales; contaminación de suelos para dificultar o impedir su uso agrícola (vale recordar que la Franja de Gaza se cuenta entre los primeros territorios con uso agrícola en el mundo entero); bloqueo del aeropuerto de la Franja, bombardeado; bloqueo del uso marítimo para actividad pesquera y restricción absoluta del puerto, dejando apenas la pesca en la orilla; sabotaje y/o voladura de la red eléctrica y conexiones electrónicas.

A lo largo de las décadas, el proceso de brutalización israelí ha aumentado sin pausa. Y la población palestina, debió soportar represión policial,  atentados mortales con explosivos en hoteles,  ferias y buses, detenciones y muertes sumarias en las calles. Y responder, también con violencia, pero espontánea. Con el tiempo, la resistencia también adoptará modalidad guerrillera, que sirvió para “legitimar” la violencia fría y planificada del ocupante.

La política de cerco y aniquilamiento que elude hasta su propia realidad, llevada a cabo por el autodenominado “ejército más moral del mundo”, institucionalmente designado “Ejército de Defensa de Israel”; –dos designaciones que ejemplifican la política; la guerra de las palabras– que han llevado a la situación de paroxismo bien entrada la tercera década del  s xxi.

Un verdadero estratego, Yahya Sinwar, parece haber entrevisto el estado de situación al que el cerco de muerte había llevado a la Palestina más desdichada dentro de la desdichada Palestina. Y conociendo el overkill israelí, llevó a cabo un copamiento el 7 de octubre 2023, con armas cortas, alas delta, bicicletas, motocicletas y alguna excavadora de tercera mano.

Hamás logró así el strip-tease psíquico, político, ético y militar, del ejército ocupante. Con un costo de vidas altísimo, que dará lugar a esquivos interrogantes morales sobre la responsabilidad por tamaña cosecha de muerte.

Porque la muerte estuvo allí, bien presente. Y los brazos ejecutores bien a la vista. Y la voluntad genocida de los mandos sionistas resultó también explícita.

Con semejante cuadro de atrocidades, volvamos al Uruguay.

¿Qué nos dice el presidente? Que es un genocidio que no es.[1]

Afirmaciones opuestas e igualmente válidas (o más bien inválidas).

Porque, por ejemplo, un genocidio sería para Yamandú Orsi como una masacre. Una forma que entiendo abyecta de “bajarle el precio” a una política de exterminio racista, supremacista, absolutista.

Orsi alega que un genocidio no puede considerarse tal si ya fue calificado así otro episodio, otro acto “genocida”; es decir que Orsi se niega a calificar de genocidio algo que ha pasado después del 7 de octubre de 2023, porque ya se había calificado de genocidio actos acontecidos antes del 7 de octubre.

Como si un genocida fuese incapaz de reiterar su acto.

El presidente, en sus declaraciones a elobservador aclara que él pertenece a una fuerza política que resolvió sobre ese asunto (como sobre tantos otros). Pero el presidente observa que “cuándo tú asumes una tarea de gobierno, estás representando a todos el país.” Con lo cual introduce una delgada membrana entre la posición partidaria y la presidencial. Lo cual es correcto. Pero aclara, oscureciendo: “Y puedo estar de acuerdo o en desacuerdo con la posición del Frente Amplio o con la posición del Partido Nacional”. Y remata: “No agrega nada.”

Lo único que resalta es su insistencia en la intrascendencia de su opinión, de la emisión de su opinión (tal vez allí esté su sabiduría).

Define sucinta y correctamente el concepto de genocidio: “Genocidio implica que es el exterminio por el exterminio mismo, no dejar absolutamente a nadie… del otro.” Inobjetable.

Pero a continuación explicita: “Yo no tengo claro si el objetivo es ése. Yo creo que no. Quiero pensar que no.”

Tres frases atrozmente enlazadas: no tiene claro el desprecio supremo por la vida de los gazatíes, que Israel y la generalidad de los israelíes manifiesta desde hace décadas; basta ver apenas el saldo de centenares de muertos por las Marchas por la Tierra (2019 y 2020) que se hacían semana a semana, sin piedras, sin palos, absolutamente pacíficas, o el tratamiento despectivo en los checkpoints ante enfermos y parturientas, de soldaditos investidos como pequeños dioses.

“Yo creo que no.”: obliga a discernir si es pura ceguera o abrupto divorcio de la realidad.

Y su tercera frase: “Quiero pensar que no”, ya no alude a la realidad sino a los deseos de quien la formula: él quisiera que  [el agente genocida] no fuera tal. Esta frase podría hablar hasta de la conciencia moral del presidente, pero muy poco de la realidad, que por el contrario, puede ser así escamoteada. Que es lo que está haciendo con descaro e impudicia el gobierno uruguayo actual, tenido por izquierdista, por honesto, por justiciero.

El presidente se siente solidario promoviendo un proyecto de la “FAO con gente de Dinamarca” para jóvenes palestinos. A quienes la ONU les enseñará agricultura, la agricultura que los gazatíes conocen inmemorialmente. A los jóvenes gazatíes no les faltan conocimientos; lo que les falta es tierra y libertad. ¡Y a ONU/FAO lo que les falta es vergüenza!

Si el presidente Orsi ostenta tanta flojedad argumental, ¿qué nos depara la repartición del estado uruguayo –la cancillería –  que tiene que atender específicamente la situación?

Patetismo. La subsecretaria de Relaciones Exteriores, Valeria Csukasi – que es finalmente quien tiene que poner la cara– nos explica, casi nos apostrofa, ante la pregunta de por qué Uruguay no usa el término genocidio (aplicado a Gaza): “no creo que no sea un tema de que no lo usemos o lo usemos o no lo vayamos a usar, es parte del monitoreo que se hace permanentemente en la cancillería. Los términos en derecho internacional tienen un significado y tienen una terminología muy exacta, no los usamos como sinónimos o no los usamos a capricho, dependiendo de si nos gusta más o menos. En el caso de genocidio, y sobre todo a través de la Convención para prevenir, evitar, castigar el genocidio, tiene una configuración específica de situaciones que deben darse, que apuntan a querer eliminar completamente y con intención un tipo de población ya sea por su etnia, por su ubicación geográfica […].[2]

Y complementa nuestra funcionaria: “Algunos entienden que eso ya está configurado porque hay ciertos actores, israelíes, que han manifestado su voluntad de hacer desaparecer al pueblo palestino. Mientras que hay otros, donde todavía está Uruguay, que entienden que el gobierno de Israel no ha configurado aun esa intención.”

¡No ha configurado la intención! Pero ¿qué pretende la cancillería para configurar la intención? ¿Bombardear toda una ciudad derribando casi todas sus edificaciones no expresa voluntad de hacer desaparecer la ciudad?

¿Estrangular los accesos alimentarios y medicinales, año tras año, década tras década, no expresa voluntad de hacerlos desaparecer? ¿Balearlos o incendiarlos debajo de sus carpas, al barrer desde helicópteros, a menudo durante la noche, no expresa voluntad (cobarde) de hacerlos desaparecer?

¿Sabotear todo acceso a agua potable, aumentando notoriamente la morbilidad poblacional no configura esa intención?

¿Arruinar mediante bombardeos todos o casi todos los hospitales del área, tampoco la configura?

¿Y los centenares de periodistas asesinados tampoco? ¿Llevarlos más atrás de “la edad de piedra” como prometiera “El carnicero” Sharon tampoco?

¿Basurearlos en las calles, en los puestos de control, matarlos por cualquier nimiedad, no expresa voluntad de hacerlos desaparecer?;

¿Masacrar a miembros de toda una familia con adultos y jóvenes, ancianos y niños, no expresa voluntad de hacerlos desaparecer?

¿Y cuándo sus predadores –los llamados colonos– son ensalzados, no sólo no van a la cárcel sino que ¡hasta son desfachatadamente retribuidos!

¿Eso tampoco configura intención genocida?

Esto no es nuevo: cuando en 1947, antes del establecimiento del estado judío, Folke Bernadotte, el primer mediador de la entonces flamante ONU, gestiona negociaciones entre árabes y judíos, en un momento, tras fatigosas negociaciones empantanadas, declara: ‘los judíos no pueden quedarse con todo; hay que repartir Palestina entre los que estaban y los que llegan.’

Es asesinado y aunque fue un escándalo ver como la organización sionista se valía de métodos mafiosos, que obligó al administrador onusiano, Inglaterra, detener y aprisionar al asesino, dos semanas después se le conmutaba con descaro la pena y al poco tiempo el asesino de Bernadotte ocupó con honores un puesto de guardaespaldas para David Ben Gurión, el primer presidente israelí. Como el rigor sionista no perdona, a Bernadotte no se le hicieron las exequias que habrían correspondido a su rango; la ONU por entero ni se dio por enterada.

El genocidio no es ni siquiera nuevo. Pero no hay peor sordo que el que no quiere oír. Y no hay clínica auditiva que exonere al Uruguay.

Uruguay fue ensalzado por Israel y EE. UU. por su (más bien penosa) actuación en la UNSCOP, a fines de los ’40. Uruguay se destacó, además, en el cono sur americano porque fue el único estado regional que promovió el refugio a judíos y no albergó a los militares dispersados de los países del Eje.[3]

El gesto hospitalario del Uruguay batllista ante judíos despojados de sus derechos no superó el eurocentrismo. Y el Uruguay batllista no tuvo ojos para reconocer el fenómeno colonial sobre víctimas no europeas, como la propia Palestina.

El remate de semejante colonización mental se expresa en la labor intelectual de un Julio María Sanguinetti, que no tuvo nada mejor que publicar La trinchera de Occidente en 2018, repitiendo –¡un siglo después!– la tesis colonialista y eurocentrista de Theodor Herzl de implantar en el Cercano Oriente “un puesto de avanzada de la civilización frente a la barbarie [asiática]”.

El poder instaurado en Israel ha puesto al Uruguay en su regazo, y la institucionalidad uruguaya no ha sabido sino dejarse mecer, tras tan gratificantes arrullos.

Es con tragedias como la que ha sido forzado a vivir el pueblo palestino, que percibimos la gravedad de nuestra inconsistencia como país, como sociedad.

De todos modos, brota la resistencia. ¡Y cómo! Coordinación por Palestina se ha extendido y se afirma, imparable, en incontables ciudades y pueblos de nuestro país.

Rescatando nuestra dignidad política.

 Notas

[2]   Enumera otras “razones”, pero entendemos estas dos inicialmente presentadas como las más acordes con la situación.

[3] Los otros Estados del sur sudamericano, Argentina, Bolivia, Chile, Paraguay fueron tierra de adopción para muchos militares que empezaban a sufrir un invierno político en sus países. Eso no significó, empero, que sólo Uruguay recibiera judíos hostigados en Europa; Argentina fue destino de un gran caudal judío. Y otros países del sur sudamericano recibieron otras minorías perseguidas por el nazismo, como cristianos pacifistas, albergados en Paraguay.

25/05/2025

LUIS E. SABINI FERNÁNDEZ
Uruguay: Implicancias del proyecto en Arazatí
El curro bien vestido de cuatro empresas

 Luis E. Sabini Fernández  25-5-2025

El novel secretario de presidencia, Alejandro Sánchez, ha declarado, recientemente, “que el gobierno del presidente Orsi y el consorcio que gestionaría Arazatí se proponen renegociar el contrato”. Y que eso constituye una “buena noticia”.


Sánchez señaló objeciones al proyecto original sobre su localización, sobre su precio.

Alejandro Sánchez jibariza así, como articulador de la táctica frenteamplista, la crítica al operativo montado con Neptuno/Arazatí.

De este modo, enfocando en la ubicación, en el precio, deja al margen el proceso mismo de una megacorporación, la u.t.e. bautizada “Aguas de Montevideo”. Es decir, no se cuestiona ni se menciona el origen, el enfoque, del proyecto.

¿Qué confianza puede inspirar una u.t.e. que se atrevió a plantear potabilizar agua del Río de la Plata, disponiendo nuestro país de cuencas, como la del Santa Lucía, pero no exclusivamente, con agua decididamente no salina?

Las aguas platenses, amén de constituir el sumidero de todos los agrotóxicos empleados en la agricultura industrial de Argentina, Paraguay, Brasil y Uruguay, el sumidero asimismo de las aguas cloacales de unas cuantas ciudades emplazadas en su cuenca, y particularmente las de la megalópolis porteña (unos 15 millones de habitantes), que cuenta con un tubo “alejador” de las aguas cloacales de la costa argentina, con escaso tratamiento depurativo, que suele ser la norma con esos efluentes vertidos al Paraná y al Uruguay.

Pero sobre todo, que un emprendimiento de este tipo deberá contar a la corta o a la larga con un proceso de desalinización. Porque el agua del Plata recibe a menudo el empuje “aguas arriba”· del océano Atlántico. A tal punto es así que el Río de la Plata se caracteriza por vida marina que es, en relación con la salinidad, biológicamente “híbrida”

Y para eso, aunque hay instalaciones desalinizadoras[1] en diversos países, como Arabia Saudí, España o Israel, adivine el lector cuál será la empresa que recibirá los mejores contratos y títulos para la desalinización en Uruguay. Adivinó, sí, Mekorot, de Israel.[2]


Si cuestionamos todo el trámite habido con este proyecto, un proyecto que estructura una megaobra que le saldrá al estado uruguayo unos 900 millones de dólares (y un período de construcción y pago de 15-20 años), caemos en la rescisión de un contrato… firmado entre gallos y medianoches durante el “limbo gubernamental” de los largos meses en que ya se había votado un nuevo gobierno, lo cual constituye al gobierno en funciones en un gobierno que perdió plenitud democrática; un gobierno que, con cierta probidad y no con picardía de fullero, debe limitarse a mantener su firma sobre actos ya iniciados o aspectos que finiquiten un acto de gobierno, jamás autorizarse con un nuevo emprendimiento.

Pero el nuevo gobierno frenteamplista con un exceso de formulismo ante el presidente en retirada que se ha permitido entramparlo con semejante contrato, habla de respetar la palabra empeñada (por la presidencia; como si cada presidencia fuera inapelable).

¿Qué significa rescindir un contrato tan peculiarmente firmado? Es tarea de juristas el análisis de tal acto. Pero me limito a señalar que se trata de una rescisión ab ovo, sobre un contrato con nulo avance en sus realizaciones (si hubo algunas, serían por cuenta y riesgo de sus responsables, puesto que no corresponde establecer derechos adquiridos sobre actos privados no amparados por contrato alguno).

De todos modos, una rescisión aun en etapa tan preliminar tendrá su precio; habrá que sopesar esa indemnización con ahorros y erogaciones tomando un partido más seguro desde el punto de vista de la calidad del agua.

Lo que la rescisión pondrá sobre el tapete es la inconducta política del gobierno anterior,  que tiró la piedra y escondió la mano.

Para nuestro país, tal rescisión sería expresión de una toma de conciencia, tener un juicio crítico, propio, no estar rendido de antemano ante el mundo empresario sin fronteras.

Pero ¿dónde irá a parar la calidad de nuestro grado inversor, que era lo que nos permitía recibir préstamos a mejores tasas?

 Varias líneas se abren sobre el particular. Vivir pendiente de un juicio externo, superior, inapelable, no expresa nuestro protagonismo, ni nuestra libertad (en todo caso, la del que presta…).

¿Es saludable vivir con préstamos permanentes (y particularmente de un único centro emisor)? Eso es lo que afirma el universo de los Black Rock, de los “banqueros del mundo”; Rothschild, Soros, Gates.

Pero tal vez, diversificando nuestras corrientes financieras, con dineros de diversas procedencias, podríamos tener más autonomía, o al menos menor dependencia a un único centro financiero mundial, que pasa por el Atlántico Norte y el Mediterráneo oriental…

Debemos tener en cuenta una observación que expresara nítidamente Hoenir Sarthou: “Una parte importante de la población empieza a percibir la gravedad de los contratos que entregan nuestra agua, nuestra tierra, nuestros puertos, nuestra salud, nuestro dinero […] una parte importante de la población, sin importar el partido a que vote, empieza a percibirlo.”

Ése tiene que ser nuestro aporte; contribuir a un despertar crítico en nuestra población, y no crítico por crítico sino porque sentimos cada vez más el despojo. Romper el cerco de esos diferentes actores, sobre todo transnacionales, que han estado tendiendo sus nexos, achicándonos lenta pero sostenidamente, apropiándose de las tierras del país, ya que el país (es decir sus gobiernos y dirigentes) no supo poner límite a su venta a extranjeros y a corporaciones, y análogamente, enfrentar el negocio empresario a costa del país, como el de las zonas francas.

Nuestra resistencia responde a criterios de evaluación menos crematísticos que los de las transnacionales, responde en todo caso a una sensación creciente que nuestra soberanía está programadamente ultrajada. Y que eso no es para nuestro beneficio; ciertamente.

Porque tales negocios se hacen con deterioro de nuestro ambiente, de la calidad del agua, del envenenamiento de los suelos, de la salud de los pobladores, mediante una contaminación progresiva y creciente.

Y esos pasivos ambientales se expresan tierra adentro o en plena ciudad, con cada vez más gente sin techo y en la calle, con una calidad de agua inaceptablemente deficiente, con una pobreza infantil muy por encima del promedio nacional.

Esto último debería avergonzarnos. Basta observar que tratamiento reciben los infantes en tantos sitios, sobre todo del mundo periférico, de “los arrabales” del planeta,  para darnos cuenta qué significa que en nuestra población infantil haya tantos niños y niñas “por debajo de un promedio de atención y respeto”.

¡Todo lo que tenemos por hacer para proteger, cuidar, nutrir la futura generación!

Notas

[1]  Estimadas de altísimo costo.

[2]  La empresa nacional de aguas israelí que organiza la provisión de agua a israelíes y a palestinos, de una manera brutalmente diferenciada, cobrándosela más cara a quienes menos tienen y regulando de forma escandalosa los suministros, generosos a judíos, mezquinos a palestinos; los verdaderos semitas del lugar, porque los askenazíes, que constituyen el 90% de la población judeoisraelí, no tienen gota de sangre semita.

17/05/2025

JACK NICAS
Comment être vraiment libre : les leçons d’un président philosophe
Rencontre avec Pepe Mujica et Lucía Topolansky

Pepe Mujica nous a quitté le 13 mai, à 89 ans. Nous proposons à cette occasion de lire ou relire un des derniers entretiens qu'il avait accordé l'année dernière.

Pepe Mujica, ancien président spartiate de l’Uruguay et philosophe au franc-parler, offre la sagesse d’une vie riche alors qu’il lutte contre le cancer.

Jack Nicas, The New York Times, 23/8/2024
Photos de Dado Galdieri
Traduit par  
Fausto GiudiceTlaxcala
Leer en español

Jack Nicas est le chef du bureau brésilien du New York Times, basé à Rio de Janeiro, d’où il couvre une grande partie de l’Amérique du Sud. @jacknicas

 

Il y a dix ans, le monde a été brièvement fasciné par José Mujica. C’était le président uruguayen à l’allure folklorique, qui avait boudé le palais présidentiel de son pays pour vivre dans une minuscule maison au toit de tôle avec sa femme et son chien à trois pattes.

Dans des discours prononcés devant des dirigeants du monde entier, dans des interviews avec des journalistes étrangers et dans des documentaires diffusés sur Netflix, Pepe Mujica, comme on l’appelle universellement, a raconté d’innombrables anecdotes sur une vie digne d’un film. Il a braqué des banques en tant que guérillero urbain de gauche, a survécu à 15 ans de détention, notamment en se liant d’amitié avec une grenouille alors qu’il était enfermé dans un trou dans le sol, et a contribué à la transformation de sa petite nation sud-américaine en l’une des démocraties les plus saines et les plus socialement libérales du monde.

Mais l’héritage de Mujica ne se résume pas à son histoire haute en couleur et à son engagement en faveur de l’austérité. Il est devenu l’une des figures les plus influentes et les plus importantes d’Amérique latine en grande partie grâce à sa philosophie simple sur la voie vers une société meilleure et une vie plus heureuse.

Aujourd’hui, comme le dit M. Mujica, il lutte contre la mort. En avril, il a annoncé qu’il allait subir une radiothérapie pour une tumeur à l’œsophage. À 89 ans et déjà atteint d’une maladie auto-immune, il a admis que le chemin de la guérison serait ardu.

La semaine dernière, je me suis rendu à la périphérie de Montevideo, la capitale de l’Uruguay, pour rendre visite à M. Mujica dans sa maison de trois pièces, remplie de livres et de bocaux de légumes à mariner, dans la petite ferme où il cultive des chrysanthèmes depuis des décennies. Alors que le soleil se couche sur une journée d’hiver, il est emmitouflé dans une veste d’hiver et un bonnet de laine devant un poêle à bois. Le traitement l’a affaibli et l’a empêché de manger.

« Vous parlez à un vieil homme étrange », dit-il en se penchant pour me regarder de près, une lueur dans les yeux. « Je ne suis pas à ma place dans le monde d’aujourd’hui ».

Et c’est ainsi que nous avons commencé.

Cet entretien a été rédigé et condensé pour plus de clarté.

José Mujica subit des radiations pour une tumeur à l’œsophage.

Comment se porte votre santé ?

J’ai subi une radiothérapie. Mes médecins ont dit que tout s’était bien passé, mais je suis brisé.

Je pense que l’humanité, telle qu’elle va, est condamnée.

Pourquoi dites-vous cela ?

Nous perdons beaucoup de temps inutilement. Nous pouvons vivre plus pacifiquement. Prenez l’Uruguay. L’Uruguay compte 3,5 millions d’habitants. Il importe 27 millions de paires de chaussures. Nous fabriquons des déchets et travaillons dans la douleur. Pour quoi?

Vous êtes libre lorsque vous échappez à la loi de la nécessité - lorsque vous consacrez le temps de votre vie à ce que vous désirez. Si vos besoins se multiplient, vous passez votre vie à les satisfaire.

Les humains peuvent créer des besoins infinis. Le marché nous domine et nous prive de notre vie.

L’humanité a besoin de travailler moins, d’avoir plus de temps libre et d’être plus enracinée. Pourquoi tant de déchets ? Pourquoi faut-il changer de voiture ? Changer de frigo ?

Il n’y a qu’une vie et elle a une fin. Il faut lui donner un sens. Se battre pour le bonheur, pas seulement pour la richesse.

Croyez-vous que l’humanité peut changer ?

Elle pourrait changer. Mais le marché est très fort. Il a généré une culture subliminale qui domine notre instinct. C’est subjectif. C’est inconscient. Elle a fait de nous des acheteurs voraces. Nous vivons pour acheter. Nous travaillons pour acheter. Et nous vivons pour payer. Le crédit est une religion. Nous sommes donc un peu dans la merde.

Il semble que vous n’ayez pas beaucoup d’espoir.

Biologiquement, j’ai de l’espoir, parce que je crois en l’homme. Mais quand j’y pense, je suis pessimiste.

Pourtant, vos discours ont souvent un message positif.

Parce que la vie est belle. Avec ses hauts et ses bas, j’aime la vie. Et je suis en train de la perdre parce que c’est mon heure de partir. Quel sens pouvons-nous donner à la vie ? L’homme, comparé aux autres animaux, a la capacité de trouver un but.

Ou pas. Si vous ne le trouvez pas, le marché vous fera payer des factures jusqu’à la fin de vos jours.

Si vous le trouvez, vous aurez une raison de vivre. Ceux qui enquêtent, ceux qui jouent de la musique, ceux qui aiment le sport, n’importe quoi. Quelque chose qui remplit votre vie.

La maison de trois pièces de M. Mujica. Il a évité le palais présidentiel pour vivre ici.

Pourquoi avez-vous choisi de vivre dans votre propre maison en tant que président ?

Les vestiges culturels du féodalisme demeurent. Le tapis rouge. Le clairon. Les présidents aiment être louangés.

Une fois, je suis allé en Allemagne et on m’a mis dans une Mercedes-Benz. La portière pesait environ 3 000 kilos. Ils ont mis 40 motos devant et 40 autres derrière. J’ai eu honte.

Nous avons une maison pour le président. Elle a quatre étages. Pour prendre un thé, il faut marcher trois pâtés de maisons. Inutile. Ils devraient en faire un lycée.

Comment aimeriez-vous qu’on se souvienne de vous ?

Ah, comme ce que je suis : un vieux fou.

C’est tout ? Vous avez fait beaucoup.

Je n’ai qu’une chose. La magie du mot.

Le livre est la plus grande invention de l’homme. C’est dommage que les gens lisent si peu. Ils n’ont pas le temps.

Aujourd’hui, les gens lisent beaucoup sur leur téléphone.

Il y a quatre ans, j’ai jeté le mien. Il me rendait fou. Toute la journée à dire des conneries.

Il faut apprendre à parler avec la personne qui est en nous. C’est elle qui m’a sauvé la vie. Comme j’ai été seul pendant de nombreuses années, cela m’est resté.

Quand je suis dans le champ à travailler avec le tracteur, je m’arrête parfois pour voir comment un petit oiseau construit son nid. Il est né avec le programme. Il est déjà architecte. Personne ne lui a appris. Connaissez-vous l’oiseau hornero [fournier] ? Ce sont de parfaits maçons.

J’admire la nature. J’ai presque une sorte de panthéisme. Il faut avoir les yeux pour la voir.

Les fourmis sont de véritables communistes. Elles sont bien plus anciennes que nous et nous survivront. Toutes les animaux vivant en colonies sont très forts.

Des bibelots et des souvenirs dans la maison de M. Mujica.

Revenons aux téléphones : Vous voulez dire qu’ils sont trop puissants pour nous ?

Ce n’est pas la faute du téléphone. C’est nous qui ne sommes pas prêts. Nous en faisons un usage désastreux.

Les enfants se promènent avec une université dans leur poche. C’est merveilleux. Mais nous avons plus progressé en technologie qu’en valeurs.

Pourtant, c’est dans le monde numérique que se déroule aujourd’hui une grande partie de la vie.

Rien ne remplace cela. (Il fait un geste vers nous deux en train de parler.) C’est intransmissible. Nous ne parlons pas seulement avec des mots. Nous communiquons avec des gestes, avec notre peau. La communication directe est irremplaçable.

Nous ne sommes pas si robotisés. Nous avons appris à penser, mais nous sommes d’abord des êtres émotionnels. Nous pensons que nous décidons avec notre tête. Souvent, la tête trouve les arguments pour justifier les décisions prises par les tripes. Nous ne sommes pas aussi conscients qu’il y paraît.

Et c’est très bien ainsi. C’est ce mécanisme qui nous maintient en vie. C’est comme la vache qui suit ce qui est vert. S’il y a du vert, il y a de la nourriture. Il sera difficile de renoncer à ce que nous sommes.

Vous avez dit dans le passé que vous ne croyiez pas en Dieu. Quelle est votre vision de Dieu à ce moment de votre vie ?

Soixante pour cent de l’humanité croit en quelque chose, et cela doit être respecté. Il y a des questions sans réponse. Quel est le sens de la vie ? D’où venons-nous ? Où allons-nous ?

Nous n’acceptons pas facilement le fait que nous sommes une fourmi dans l’infini de l’univers. Nous avons besoin de l’espérance de Dieu parce que nous voulons vivre.

« Avec tous ses hauts et ses bas, j’aime la vie », dit Mujica. « Et je suis en train de la perdre parce que c’est mon heure de partir. »

Avez-vous une sorte de Dieu ?

Non. Je respecte beaucoup les gens qui croient. C’est comme une consolation face à l’idée de la mort.

La contradiction de la vie, c’est qu’il s’agit d’un programme biologique conçu pour lutter pour vivre. Mais à partir du moment où le programme démarre, vous êtes condamné à mourir.

Il semble que la biologie soit un élément important de votre vision du monde.

Nous sommes interdépendants. Nous ne pourrions pas vivre sans les procaryotes que nous avons dans notre intestin. Nous dépendons d’un certain nombre d’insectes que nous ne voyons même pas. La vie est une chaîne et elle est encore pleine de mystères.

J’espère que la vie humaine sera prolongée, mais je suis inquiet. Il y a beaucoup de fous avec des armes atomiques. Beaucoup de fanatisme. Nous devrions construire des moulins à vent. Pourtant, nous dépensons pour les armes.

L’homme est un animal compliqué. Il est à la fois intelligent et stupide.

Une version de cet article a été publiée le 24 août 2024, section A, page 6 de l’édition de New York avec le titre suivant : « Philosopher President, near His End, on How to Be Truly Free (Le président philosophe , proche de sa fin, sur la façon d’être vraiment libre).

"Ulpiano" et "La Tronca" au temps de la clandestinité et après leur libération en 1985



Deux rebelles armés à la tête d’une nation : une histoire d’amour

Jack Nicas, The New York Times, 23/8/2024

Mauricio Rabuffetti a contribué au reportage depuis Montevideo.

José Mujica et Lucía Topolansky ont longtemps été mariés l’un à l’autre - et à leur cause politique de gauche.

José Mujica, à gauche, et Lucía Topolansky appartenaient à un groupe de guérilla de gauche, les Tupamaros, lorsqu’ils se sont rencontrés au début des années 1970.

Il dirigeait une bande de rebelles armés. Elle était experte en falsification de documents. Ils braquaient des banques, organisaient des évasions de prison et s’aimaient.

Au début des années 1970, José Mujica et Lucía Topolansky étaient membres d’une violente guérilla de gauche, les Tupamaros. Pour eux, leurs crimes étaient justifiés : ils luttaient contre un gouvernement répressif qui avait pris le contrôle de leur petite nation sud-américaine, l’Uruguay.

Il avait 37 ans et elle 27 lorsque, au cours d’une opération clandestine, ils se sont rencontrés pour la première fois. « C’était comme un éclair dans la nuit », se souvient M. Mujica, aujourd’hui âgé de 89 ans, bien des années plus tard, à propos de leur première nuit ensemble, cachés à flanc de montagne.

Au milieu de la guerre, ils ont trouvé l’amour. Mais quelques semaines plus tard, ils ont été jetés en prison, où ils ont été soumis à la torture et aux mauvais traitements. En 13 ans, ils n’ont réussi à échanger qu’une seule lettre. Les gardiens ont confisqué le reste.

En 1985, la dictature uruguayenne a pris fin. Ils ont été libérés le même jour et se sont rapidement retrouvés.

Ce fut un moment crucial dans leur extraordinaire histoire d’amour. Après plus d’une décennie de séparation, leur amour était toujours vivant, tout comme la cause commune qui les avait d’abord unis.

« Le lendemain, nous avons commencé à chercher un endroit où rassembler nos camarades. Nous devions commencer le combat politique », m’a dit Mme Topolansky, 79 ans, lors d’un entretien accordé la semaine dernière dans leur maison. « Nous n’avons pas perdu une minute. Et nous n’avons jamais arrêté, parce que c’est notre vocation. C’est le sens de notre vie ».

Au cours des décennies suivantes, M. Mujica et Mme Topolansky sont devenus deux des personnalités politiques les plus importantes de leur pays, contribuant à transformer l’Uruguay en l’une des démocraties les plus saines du monde, régulièrement louée pour la solidité de ses institutions et la civilité de sa politique.

Mme Topolansky et M. Mujica traversant la rue devant le Palais législatif, siège du parlement uruguayen, en 2000. Photo El País Uruguay

Ils ont tous deux été élus au Congrès uruguayen et se rendaient au travail ensemble sur le même cyclomoteur.

En 2009, M. Mujica, connu sous le nom de Pepe, a été élu président, couronnant ainsi un parcours politique remarquable. Lors de son investiture, comme le veut la tradition, il a reçu l’écharpe présidentielle des mains de la sénatrice qui avait obtenu le plus de voix : Mme Topolansky. Elle lui a également donné un baiser.

M. Mujica a été élu président en 2009 et Mme Topolansky, sénatrice, a remis l’écharpe présidentielle à son mari lors de son investiture.

En 2017, Mme Topolansky a été nommée vice-présidente de l’Uruguay dans une autre administration de gauche. À plusieurs reprises, elle a été présidente par intérim du pays.

Parallèlement, loin des projecteurs, ils ont construit une vie tranquille dans une petite ferme de chrysanthèmes à l’extérieur de Montevideo, la capitale de l’Uruguay. Ensemble, ils s’occupaient de leurs fleurs et les vendaient sur les marchés. Ils ont souvent été aperçus ensemble dans leur Coccinelle Volkswagen 1987 bleu ciel ou en train d’écouter du tango dans l’un de leurs bars préférés de Montevideo.

Ils ont déclaré que la prison les avait privés de leur chance d’avoir des enfants. Au lieu de cela, ils se sont occupés d’innombrables chiens, dont un cabot à trois pattes nommé Manuela qui est devenu célèbre pour avoir souvent accompagné M. Mujica lorsqu’il était président.

Ils ne sont pas toujours romantiques. En 2005, ils vivaient ensemble depuis 20 ans mais n’étaient toujours pas mariés. Un soir, M. Mujica a accordé une interview à une émission de télévision nationale. « Il a dit au journaliste que nous allions nous marier. Je regardais l’émission et c’est ainsi que je l’ai appris », s’est souvenue Mme Topolansky la semaine dernière, en riant. « À cet âge, j’ai cédé ».

Mme Topolansky a été nommée vice-présidente de l’Uruguay sous une autre administration de gauche (Tabaré Vázquez). À plusieurs reprises, elle a été présidente par intérim du pays.

Ils se sont mariés lors d’une simple cérémonie à la maison. Ce soir-là, ils se sont rendus à un rassemblement politique.

« Nous avons uni deux utopies », a déclaré Mme Topolansky à un documentariste il y a quelques années. « L’utopie de l’amour et l’utopie de la lutte politique ».

Les détails de leur première rencontre sont restés vagues. Mme Topolansky a déclaré avoir fourni à M. Mujica des documents falsifiés. M. Mujica a déclaré que Mme Topolansky faisait partie d’une équipe qui l’avait aidé, lui et d’autres Tupamaros, à s’évader de prison, et qu’il l’avait aperçue pour la première fois lorsqu’il avait sorti la tête d’un tunnel.

Mme Topolansky a déclaré qu’il était difficile de se souvenir de ces détails pour une bonne raison. « ça ressemble beaucoup à ces récits de guerre, où les relations humaines sont déformées par le contexte. Vous fuyez, vous pouvez être arrêté, ils peuvent vous tuer. Il n’y a donc pas les limites habituelles de la vie normale », dit-elle.

Mme Topolansky en 2010, alors qu’elle était à la fois sénatrice et première dame, devant un écran diffusant une image de M. Mujica, alors président nouvellement assermenté. Photo Pablo Porciuncula/Agence France-Presse - Getty Images

Mais ce sont aussi ces conditions difficiles qui ont allumé leur feu. « Quand on vit dans la clandestinité, l’affection est très importante. On abandonne beaucoup. Alors quand une relation et l’amour se manifestent, on gagne beaucoup », avait-elle déclaré au cinéaste il y a plusieurs années.

Aujourd’hui, ils disent être entrés dans l’un de leurs moments les plus difficiles. En avril, on a diagnostiqué à M. Mujica une tumeur à l’œsophage. La radiothérapie l’a affaibli.

La semaine dernière, il s’est assis devant le poêle à bois de la maison qu’ils partagent depuis près de quarante ans, tandis que Mme Topolansky l’aidait à enfiler une couche supplémentaire au coucher du soleil. « L’amour a des âges. Quand on est jeune, c’est un feu de joie. Quand vous êtes un vieil homme, c’est une douce habitude », dit-il. « Je suis en vie grâce à elle ».

Le couple dit être entré dans l’un de ses moments les plus difficiles. En avril, on a diagnostiqué à M. Mujica une tumeur à l’œsophage.

 

10/02/2025

LUIS E. SABINI FERNÁNDEZ
Al encuentro (o al choque) con una ganadería virtual
Uruguay, que lindo te veo con tu cerro y tu for…

 Luis E. Sabini Fernández, 10-2-2025

Frederick Soddy (1877-1956) fue un economista formidable de origen británico. Si uno rastrea su nombre aparece de inmediato su premio Nobel en Química, 1921. Y nada más.


Frederick Soddy (1877-1956)

En sus años jóvenes fue químico, aportó conceptos como el de isótopo y diversas contribuciones al conocimiento de la radiactividad en sus tempranas etapas del cambio de siglo. Pero el trascurso y desenlace de la 1GM con el profuso uso de gases tóxicos, le provocó una crisis de conciencia que repercutió en su labor profesional.

Recién laureado en Química, se zambulló investigando en economía y como ajeno a toda capilla, logró tener una visión menos condicionada, más independiente, de la economía en general que la habitual en las capillas ad usum.

Le tocó ser contemporáneo con el arrollador movimiento del dinero y las inversiones transnacionales, el protagonismo creciente del interés compuesto, la financiarización. Y se puso en guardia. Su sólida base de método científico le permitió navegar con soltura y penetración en una disciplina como la economía que luchaba por devenir ciencia y que a la vez bregaba  –colmo de pretensiones− por constituirse en clave de  bóveda del conocimiento de la sociedad.

Sus observaciones a principios de los ’20 arrancó la furia de la colegiatura de los economistas, que salieron a defender “su quintita”: no tenía derecho a hablar de economía quien era químico: una penosa defensa mediante el manido “zapatero a tus zapatos”, un recurso ad hominem que cuestiona al autor sin abordar la realidad y los cuestionamientos en sí.

Soddy distinguió claramente economía y finanzas. Y consideró lo económico como un esfuerzo para inteligir el mundo y a las finanzas, en cambio, en escamotearlo. Conoció el fruto amargo de la Crisis de 1929.