Ameer Makhoul, Progress Center for Policies, 18.10.2025
إسرائيل بين حرب الإبادة وحرب الانتخابات
Traducido por Tlaxcala
Introducción
El primer ministro israelí Benjamín Netanyahu y el
ministro de Defensa Israel Katz han vuelto a amenazar con reanudar la guerra
contra la Franja de Gaza, advirtiendo del uso de la fuerza si Hamás no entrega
los cuerpos de los cautivos y detenidos israelíes.
Al mismo tiempo, el ministro de Asuntos Estratégicos, Ron Dermer, ha
intensificado sus contactos con la administración Trump, presentando informes
de inteligencia que afirman que Hamás posee la capacidad de devolver un gran
número de cuerpos, un movimiento interpretado como una preparación para obtener
luz verde usamericana a una nueva escalada militar.
Mientras tanto, el Foro de Familias de los Cautivos y
Detenidos emitió un llamamiento público a Netanyahu exigiendo la reanudación de
la guerra a menos que se devuelvan todos los cuerpos, transformando una demanda
humanitaria en un instrumento político dentro de la lucha interna por el poder
en Israel.
La guerra al servicio de la política interna
Las renovadas amenazas de guerra de Israel parecen estar impulsadas más por
necesidades políticas y electorales que por objetivos militares inmediatos.
Netanyahu y Katz incluso han rebautizado la guerra contra Gaza, pasando de
“Espadas Doradas” a “Guerra de la Resurrección” o “Guerra del Renacimiento”,
intentando reformular el relato israelí y presentarlo como parte de una “Guerra
de los Siete Frentes”: Líbano, Siria, Yemen, Irak, Irán, Cisjordania y Gaza.
Con este cambio de imagen, Netanyahu busca desviar las
exigencias de rendición de cuentas por los acontecimientos del 7 de octubre de
2023, especialmente la creación de una comisión oficial de investigación, que
sigue rechazando bajo el pretexto de que “no se puede investigar en tiempos de
guerra”. Esta estrategia está estrechamente vinculada a las elecciones
previstas para el verano de 2026.
Las lagunas del Plan Trump y sus repercusiones regionales
Las amenazas israelíes coinciden con el debate en curso sobre los detalles del
“Plan Trump” para poner fin a la guerra, descrito por el Ministerio de Asuntos
Exteriores de Egipto como “lleno de lagunas”. Entre los asuntos aún sin
resolver se incluyen:
- El intercambio de cuerpos y prisioneros.
- El desarme de Gaza y de Hamás.
- La retirada gradual de Israel.
- La gobernanza y reconstrucción en la fase posguerra.
Las estimaciones palestinas sitúan el costo de la
reconstrucción de Gaza entre 60 y 70 mil millones de dólares. Arabia Saudí y
los Emiratos Árabes Unidos habrían manifestado una disposición condicional a
contribuir con unos 20 mil millones cada uno, siempre que haya estabilidad,
desarme y retirada de Hamás del poder, lo que indica que la ayuda financiera
está estrechamente vinculada al marco político y de seguridad emergente.
— En una lucha por la supervivencia, ¡las medidas extremas están justificadas!
— … ¡Especialmente si se trata de la supervivencia de mi carrera política!
David Horsey
La dimensión electoral interna
Una encuesta del diario Maariv mostró una mejora en la posición de la
coalición gobernante tras la liberación del último grupo de cautivos vivos. El
apoyo al partido Likud aumentó, mientras que el partido Sionismo Religioso,
liderado por Bezalel Smotrich, superó el umbral parlamentario. Por el
contrario, el partido de Benny Gantz cayó por debajo de dicho umbral.
La encuesta proyectó 58 escaños para la oposición, 52 para la coalición y 10
para los partidos árabes, que podrían aumentar en las próximas elecciones.
Para Netanyahu, esta configuración es ideal: le permite
formar una minoría de bloqueo que impide a la oposición establecer un gobierno
sin depender de un partido árabe, una situación inaceptable dentro del consenso
sionista. Así, Netanyahu podría mantenerse como primer ministro interino a
largo plazo, con una supervisión parlamentaria mínima, lo que explica su
interés en elecciones anticipadas si las tendencias se mantienen.
Entre la opción de la guerra y la necesidad de
estabilidad
Pese a la retórica belicista, las limitaciones internas e internacionales
reducen la probabilidad de una reanudación de la guerra. El cansancio militar,
moral y económico dentro de Israel, junto con la falta de luz verde usamericana,
convierten una nueva ofensiva en un riesgo político más que en una oportunidad
estratégica.
El Plan Trump —que cuenta con un amplio respaldo regional
e internacional, constituye la piedra angular del enfoque de Washington para
restaurar el equilibrio en Oriente Medio, especialmente mientras busca concluir
acuerdos de normalización con Arabia Saudí e Indonesia. El fracaso en su
aplicación socavaría la confianza en la capacidad usamericana para gestionar
los arreglos regionales.
El dilema de los cuerpos y el papel de los actores
regionales
El tema de los cuerpos de los cautivos es una prueba real de la durabilidad del
acuerdo. Fuentes israelíes reconocen grandes obstáculos logísticos debido a la
destrucción de la infraestructura y de los túneles de Gaza, donde se cree que
permanecen enterrados muchos cuerpos.
El gobierno de Netanyahu ha rechazado categóricamente
permitir el uso de equipos turcos para las labores de recuperación, una
decisión política destinada a frenar la influencia de Ankara y a aprovechar su
postura sobre Siria. No obstante, crece en Israel un sector que aboga por una
administración de Gaza dirigida por la Autoridad Palestina, a fin de evitar un
vacío administrativo que pueda beneficiar a Hamás u otros actores externos.
Conclusión
La amenaza de Israel de reanudar la guerra es, ante todo, una maniobra
electoral y mediática destinada a movilizar el apoyo interno y explotar la
cuestión de los cautivos con fines políticos.
No hay indicios concretos de una intención real de
reiniciar la guerra, dadas la falta de apoyo usamericano, el agotamiento social
y militar, y la fuerte oposición dentro del ejército.
El cambio de nombre de la guerra a “Guerra de la Resurrección” refleja un
intento de eludir las investigaciones y la rendición de cuentas por los
fracasos del 7 de octubre.
Las decisiones israelíes fundamentales —de guerra o de paz— siguen
estrechamente ligadas al cálculo electoral de Netanyahu y a sus esfuerzos por
preservar el poder.
El factor decisivo en la próxima etapa será el compromiso de Washington con el
Plan Trump, que por ahora sigue siendo el único marco viable para el escenario
israelí-palestino.