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02/09/2025

TIGRILLO L. ANUDO
Colombia: candidaturas que suman

Tigrillo L. Anudo, 2/9/2025

El progresismo colombiano presenta muy buenos candidatos a la presidencia de la República para el 2026. Se destacan entre ellos Iván Cepeda Castro y Carolina Corcho Mejía.

Iván es sindéresis, ecuanimidad, defensa de los derechos humanos, justicia, solidaridad, ética, paz, decoro, coherencia, reposo, dignidad.

Carolina es elocuencia, ideas, lealtad, compromiso, conocimientos, energía, empatía, liderazgo, gerencia, proyecto, acción, conexión.

Ambos candidatos tienen lo suyo. Se complementan; hacen gala de atributos disímiles que auguran armonía en un funcionamiento administrativo. Podrían ser una buena dupla para las presidenciales.

Sin embargo, no basta tener impecables candidatos a ocupar el cargo más importante. Los nombres cuentan, pero ellos están sujetos a las ideas de un programa político democrático y popular.

Lo más relevante para la transformación de la historia nacional es el proyecto político. Lo decididamente importante es la coherencia, la necesidad y la unidad que susciten las propuestas que logren expresar dichos candidatos.

Lo que finalmente empuja a los electores a la unidad y al apoyo general en torno al proyecto es la presentación de los objetivos y su ideario político. Es necesario desplegar claridad y contundencia frente a las realizaciones que se proponen para los próximos cuatro años administrativos.

Carolina e Iván podrían presentarse como la fórmula presidencial (presi y vice) para las elecciones del 2026. Juntos suman un enorme capital político y unas virtudes públicas innegables. Juntos pueden acordar un programa de gobierno para empezar a difundirlo en el territorio colombiano. No hay tiempo que perder. Elaborar una exposición de este programa a través de un inventario de puntos clave en torno a aspectos como la Paz Total, la Reforma Agraria, las reformas a la salud – educación – política – justicia, la atención a los jóvenes injustamente encarcelados por el estallido social, la reducción drástica en las tarifas de los servicios públicos, la desaparición de los peajes, la lucha contra la impunidad, el fortalecimiento de la economía popular, el cuidado del agua y los ecosistemas, las innovaciones en la transición energética, el apoyo a los artistas y organizaciones culturales, los programas para las madres cabezas de familia, la reindustrialización, los ferrocarriles, entre otros.

La Paz Total debería reformularse. Se puede argumentar más profundamente sobre este tema para hacer pedagogía en la población. Ha sido la propuesta más controversial en formulación y resultados del gobierno nacional. La violencia es un tema con orígenes económicos y culturales, se podría montar el programa “Quitémosle jóvenes a la violencia entre todos”. Vincular a la empresa privada, a la academia, a las organizaciones sociales-ambientales-artísticas-culturales. Hacer de este propósito un movimiento amplio de transformación cultural para superar su connotación ideológica.

Ninguna vida está por encima de otra. Ante todo, asumir la defensa de la vida de todo ser humano. Reconfigurar la Paz Total para evitar al máximo posible la pérdida de vidas de soldados, policías, miembros de organizaciones criminales, jóvenes reclutados a la fuerza por grupos delincuenciales. No enviar a trampas mortales a los integrantes de la fuerza pública. Garantizar que el cumplimiento de su deber esté protegido por protocolos de seguridad e inteligencia.

La violencia estructural es consecuencia de la desigualdad social y la codicia. Luchar contra estos orígenes es un imperativo para lograr un cambio significativo en el país. Un proyecto de Paz Total reconoce esos orígenes y buscaría comprometer a actores armados y a la sociedad civil en programas que acojan a los atrapados en la violencia. Se trata de persuadir al empresariado, a la sociedad en general en torno a los beneficios que traería para todos los colombianos la desmovilización de jóvenes que “trabajan” en el sector delincuencial.

La Reforma Agraria es la condición fundamental para generar soberanía alimentaria y crear condiciones más favorables para el desarrollo del capitalismo que luego evolucionará hacia al socialismo. Es de primer orden promover la destinación de tierras fértiles dedicadas a la ganadería poco productiva hacia el cultivo de productos agrícolas, es decir alimentos para no tener que importarlos a precios más caros.

Desprivatizar a Colombia. Es otra tarea pendiente que puede iniciar el progresismo. Por ejemplo, las carreteras nacionales están privatizadas, tienen dueños particulares. No es solo el acaudalado y voraz Sarmiento Angulo. Son empresas privadas españolas, empresas de familias adineradas colombianas, consorcios anónimos. Son quienes recaudan los dineros de los “pillajes” (peajes). El gobierno nacional nada ha hecho para desmontar peajes que ya cumplieron su ciclo, llevan 30 años asaltando el bolsillo de los viajeros, empresarios, trabajadores y conductores colombianos.

Desprivatizar los servicios públicos. Las empresas prestadoras de estos servicios abusan de las tarifas. Lo que encarece los costos de producción en fábricas y empresas de servicios y de comercio. Los precios de la energía, el gas y el agua, entre los más caros en América Latina, están empobreciendo la capacidad adquisitiva del ciudadano de a pie. El dinero que podría servir para comprar libros o asistir a un concierto u obra de teatro se va hacia empresas que de públicas no tienen sino el nombre, son auténticas empresas acumuladoras de capital, enriquecedoras de una casta de burócratas politiqueros y empresariales.

Las notarías y Cámaras de Comercio también son dueñas del salario de los propietarios y comerciantes colombianos. Los costos de escrituras, documentos notariales y contribuciones por afiliación a las Cámaras de Comercio son una carga onerosa. No se justifican esas entidades parasitarias politiqueras.

Iniciar un análisis de la pertinencia y financiamiento de instituciones como contralorías, procuradurías, Corporaciones Autónomas Regionales (encargadas de controles ambientales), que en gran parte son burocracias inoperantes y corruptas, fortines de clanes y Delincuencia Política Organizada -DPO-.

En síntesis, es mucho lo que al progresismo le queda por hacer en Colombia. El presidente Gustavo Petro corrió la piedra que no dejaba ver la senda emancipadora. Ahora, corresponde a los candidatos más opcionados visibilizar en un espejo que puede ver el pueblo atento, todo aquello que podemos lograr en un futuro inmediato.

22/08/2024

JAIME JIMÉNEZ
Les va-et-vient de Colombia Humana et de Gustavo Petro

Jaime Jiménez, La Pluma, 22/8/2024
Traduit par 
Fausto GiudiceTlaxcala

L’auteur est un historien et avocat colombien

Au sein de Colombia Humana, le parti fondé par le président Gustavo Petro, il y a eu une grande effervescence à l’occasion de la deuxième assemblée ordinaire du parti qui s’est tenue à Bogota les 17 et 18 août. Il s’agissait d’une affaire tortueuse dès sa convocation, puisqu’il y avait deux assemblées, l’une autoproclamée « populaire », tenue à la CODEMA de Bogotá, et l’autre officielle, à laquelle ont participé le président Petro, des députés, des parlementaires, des délégués, des invités, etc., tenue au centre de congrès CORFERIAS.


Ce texte se réfère à l’Assemblée officielle. Selon des rapports fragmentaires sur les réseaux sociaux, il y a eu des moments de désordre absolu, de cris et de sabotage des interventions de la part de certains participants. L’élection du Conseil de coordination a laissé de nombreux participants satisfaits, d’autres mécontents. Espérons que cet organe trouvera les mécanismes adéquats pour garantir la démocratie interne et éradiquer les coutumes telles que le fait que les listes pour participer aux élections régionales soient choisies à Bogota, ou que les postes gouvernementaux soient choisis en fonction de l’appartenance au cercle d’amis de hauts responsables de l’administration et non en fonction de la trajectoire et de l’engagement de celles et ceux qui occuperaient ces postes, après consultation de la base dans les régions.

Sans aucun doute, l’intervention la plus marquante a été celle du camarade Petro et les lignes qui suivent s’y réfèrent, car ses paroles, ses pauses et ses silences donnent des indices sur la conception que le président de la République a du pays.


1. Petro citoyen libre contre Petro collaborateur et solidaire (organisateur)

Son discours présente une énorme incohérence philosophique : peut-on être un citoyen libre et s’engager dans une organisation populaire ? En principe, oui, du point de vue de la liberté qui accompagne chaque personne d’adhérer ou non à l’organisation de son choix, mais cette liberté est limitée en ce sens qu’elle doit assumer les conclusions et les tâches issues de la délibération populaire, qui devraient avoir un effet contraignant. Ainsi, affirmer « j’ai été en politique plus un homme libre qu’un homme de parti » (minute 13:00 et 25:34), c’est sous-entendre que le membre du parti, du mouvement, du front, de la coalition ou autre, n’est pas soumis à ses décisions, car « je suis un homme libre », « un citoyen libre » qui fait ce qu’il veut, arrive à l’heure qu’il veut, sabote ce qu’il veut, et qui dira « je suis un homme libre », comme le président Petro.

La collaboration, la solidarité, l’amour, pour être efficaces, comme le dirait le prêtre Camilo Torres, exigent une forte dose d’organisation, de discipline et de travail, car il s’agit de construire une nouvelle société. Le président, dans de nombreux discours, dont celui-ci (1:02:20), appelle à l’organisation populaire, mais il pense qu’elle germe spontanément. Le travail des masses prend des années, surtout dans notre pays, qui porte un lourd fardeau de désunion et de jalousies hérité des Espagnols et qui, de plus, a l’épée de Damoclès du terrorisme d’extrême droite suspendue au-dessus de sa tête. L’État doit fournir les instruments permettant de tisser cet univers d’organisations naturelles de manière à devenir un réseau indestructible. L’organisation populaire construite uniquement sur le temps libre des gens et financée par l’argent du marché est faible et vulnérable.

2. Petro avant-gardiste

Il a rappelé avec insistance la « volonté de pouvoir » de son organisation, le M-19 (13:20), qu’ils avaient bien la volonté de puissance, que les autres ne voulaient que participer. Bien qu’il ait mentionné de manière tangentielle les 5000 morts de l’Union Patriotique, il oublie que ce n’est pas seulement le M-19 qui, dans l’opposition, a eu une volonté de pouvoir. Jaime Pardo Leal et Bernardo Jaramillo Ossa, assassinés respectivement en 1987 et 1990, n’avaient-ils pas une volonté de pouvoir ? Les milliers de morts tombés pour défendre une utopie, que ce soit dans l’insurrection ou dans les organisations sociales, n’avaient-ils pas la volonté de pouvoir ?

Il convient d’examiner la matrice politique du M-19. Il s’agit d’une organisation originale, qui plonge ses racines dans le Parti communiste et les FARC, dont certains de ses fondateurs étaient membres. Ils se sont « nourris du peuple » en soutenant un parti conservateur comme l’Alianza Nacional Popular (ANAPO), dirigé par un militaire génocidaire pendant l’« Ère de la violence » (1946-1958), en plus d’être méga-corrompu, avec sa fille María Eugenia et son mari Samuel, un organisateur efficace des chulavitas [équivalent colombien des tontons macoutes haïtiens ou des escadrons de la mort brésiliens, NdT] s pendant la « Violence »[1].

Organisation audacieuse qui se démarquait des autres guérillas, le M-19 se proposait des projets politiques et militaires qui restèrent à mi-chemin. Voyons ses actions les plus significatives. Le vol d’armes au Cantón Norte de Bogota (Opération Baleine Bleue), une opération hollywoodienne fin 1978 début 1979, 7 200 armes tombées aux mains de la guérilla, un camouflet pour les militaires : mais un important lot d’armes fut récupéré par l’armée parce que le cerveau de l’opération avait désobéi à l’ordre de quitter la ville et, une fois arrêté et torturé, indiqua la planque principale[2].

La prise de l’ambassade de la République dominicaine en février 1980, une action spectaculaire au cours de laquelle 16 ambassadeurs furent pris en otage en échange de la libération d’un grand nombre de prisonniers politiques. Aucun prisonnier ne fut libéré, en échange d’une énorme publicité, d’une importante somme d’argent et du transfert des participants à l’opération vers Cuba.

Puis, en 1981, un important groupe de guérilleros cubains a voulu faire des incursions en Colombie. Oubliant la maxime guévariste selon laquelle « un mouvement de guérilla sans le soutien des masses est le prélude à un désastre inévitable », ils tentèrent d’atteindre la région caféière par le Chocó et furent anéantis ; il en fut de même dans le Nariño et le front du Caquetá s’éteignit peu à peu.

Un processus de paix lancé en 1984, qui n’a pas été respecté par les élites politiques et militaires, a tenté d’être relancé après la prise du Palais de Justice de Bogota en novembre 1985. Le fait que les hautes juridictions aient jugé le président Belisario Betancur, avec leurs magistrats en armes dans leurs tribunaux, a violé l’aspect le plus sacré d’un juge : son indépendance. De plus, le président de la Cour suprême n’était pas l’ambassadeur des USA, ce qui signifiait que la plus haute juridiction colombienne n’allait pas répéter ce qui s’était passé à l’ambassade dominicaine cinq ans plus tôt. Le massacre du Palais de justice a marqué un tournant dans le conflit colombien ; les élites ont pris conscience de leur vulnérabilité et ont décidé qu’elles devaient enlever l’eau au poisson comme formule efficace pour anéantir l’insurrection en Colombie : le terrorisme d’État était né.

Après la tragédie du Palais de justice, le M-19 a mené une grande initiative internationaliste : le Bataillon Amérique. Composé de militants de différentes organisations nationales et étrangères, 420 combattants se regroupent en décembre 1985 et mènent une campagne admirable dans la région du Cauca ; plusieurs villages écoutent leurs harangues et leurs fusils, jusqu’au quartier de Pance à Cali. Mais les pertes sont évidentes, la logistique d’une telle force n’est pas aisée, et le Bataillon Amérique s’évapore [3].

C’est alors qu’apparaît la Coordination guérilléra Simón Bolívar (CGSB), précédé par le Coordination guérilléra nationale (CNG). Lors d’un sommet des commandants de la CNG tenu à La Havane à la fin de l’année 1986, Carlos Pizarro fait au gouvernement de Virgilio Barco une proposition de négociation ambitieuse, mais le reste des organisations n’est pas d’accord ; Pizarro déclare qu’ils prendront seuls l’initiative : l’esprit unitaire est mis à mal. Quelque temps plus tard, la CGSB est fondé en 1987 et, lors des premier et deuxième sommets, il est convenu de suivre un scénario similaire en termes de propositions stratégiques ; certaines opérations militaires sont même revendiquées au nom de la CGSB, mais deux mois après le deuxième sommet, le M-19 enlève Álvaro Gómez Hurtado à Bogota, le 29 mai 1988. Gómez était l’intermédiaire idéal pour une proposition de paix du M-19, qui incluait la recette de l’élite : concentration, démobilisation et désarmement du groupe rebelle [4].

Le M-19 a à son actif une dose d’audace et de créativité qu’aucune autre guérilla colombienne n’a jamais eue, ainsi qu’une part de superficialité et d’irresponsabilité dans les actes du Palais de Justice, car ils ont déclenché une réponse qui aurait dû être plus tard accompagnée de plus d’audace, de créativité, de courage et de soutien de la part des autres organisations de guérilla. Elles ne l’ont pas fait. Il aurait pu fusionner avec les FARC ou l’ELN, mais non, il a préféré commencer à négocier : il n’en pouvait plus, car depuis 1986 il se savait défait.

La lutte armée révolutionnaire n’a pas commencé en 1974, avec la fondation du M-19, ni ne s’est terminée en 1990, lorsqu’ils se sont officiellement rendus et ont déposé les armes. Cette organisation a cessé de combattre, a cru à la paix, alors que des dizaines de milliers de Colombiens étaient massacrés de la manière la plus dantesque, que la polarisation brutale qu’ils ont contribué à déclencher était dénoncée par eux dans l’arène législative, presque à la fin d’une époque aussi macabre, et les auteurs intellectuels de ces crimes restent impunis.

Les FARC ont tenu le coup pendant plus de 25 ans après cette époque, l’ELN, avec toutes ses incohérences, est toujours en activité : un peu de modestie et de respect pour ceux qui ont emprunté des chemins si difficiles ferait du bien à l’unité nationale.

3. Petro le messianique : « la gauche ne m’a jamais vraiment soutenu ».

Dans un avertissement énergique aux militants qui se disputent dans  les régions, Petro les compare à des chevaux qui courent dans une course hippique poussés par leur égocentrisme, affirme que ce n’est pas ainsi que l’on construit un leadership et condamne : « Je suis une démonstration de leadership politique, je n’ai pas utilisé de partis politiques, la gauche ne m’a jamais vraiment soutenu [...] j’étais seul avec les gens et avec quelques équipes qui restaient de la politique... » (39:14 à 39:40). Fatal. En d’autres termes, soit le Pacte historique, une coalition de partis, est de droite, soit ils ne l’ont pas soutenu. L’Unión Patriótica-Partido Comunista, le Polo Democrático Alternativo, l’Alianza Democrática Amplia, le Movimiento Alternativo Indígena y Social, le Partido del Trabajo de Colombia, Unida et Todos Somos Colombia, entre autres, doivent être assez pensifs.

Notre président ne se souvient-il pas qu’il a représenté le Polo Democrático Alternativo aux élections présidentielles de 2010, obtenant 1,4 million de voix ? Non, dit-il, « la gauche ne l’a jamais soutenu ».

Le leadership politique ou populaire est une chose, l’organisation du peuple en est une autre. Le M-19 dans sa transhumance guérillera n’a pas appris à organiser les communautés. Le Parti communiste colombien, les FARC, voire l’ELN, en savent un peu long sur comment organiser le peuple...

4. Petro a besoin d’un intellectuel organique pour concevoir les stratégies de l’État

De l’extérieur, le gouvernement est perçu comme étant géré sur la base de cercles d’amis, selon que l’on est plus ou moins ami du président ou d’un certain dignitaire. Cela pose deux problèmes. D’une part, les amis ont tendance à dire à leurs supérieurs ce qu’ils veulent entendre et, d’autre part, en temps de crise, l’amitié cède la place au chacun pour soi.

« Selon Gramsci, les intellectuels sont tous ceux qui interviennent dans la conception et l’organisation des politiques publiques de l’État ». Et ils doivent être organiques dans la mesure où ils doivent être organisés pour que leurs contributions parviennent au bon endroit et au bon moment. L’intellectuel organique doit être comme le miroir, qui ne ment jamais à celui qui est devant lui, et comme son ombre, qui ne le quitte jamais.

Le progressisme authentique tend inexorablement vers la gauche, sinon, surtout en Colombie, il tombera entre les mains des bourreaux du peuple colombien.

5. Par son ingérence dans les affaires vénézuéliennes, Petro fait le jeu de l’Empire et de la droite internationale

Bien que le sujet du Venezuela n’ait pas été abordé dans son discours, il s’agit de quelque chose de capital. Petro a proposé un Front National (alternance de partis pendant un certain temps) et un remake des élections au Venezuela. Le président oublie que le Front national colombien a donné naissance au M-19, dans la mesure où la fraude électorale de 1970 a été l’un des moteurs de cette insurrection. Or, suggérer de refaire des élections, c’est ignorer que le pays voisin dispose d’institutions qui savent compter les voix et de juges pour trancher les différends.

Les recommandations de Petro ont été une mauvaise décision de politique étrangère, et ont laissé en lambeaux l’excellente image du Président au niveau international.

Notes

[1] Nous recommandons le livre d’Alberto Donadio et Silvia Galvis : EL JEFE SUPREMO : Rojas Pinilla en la Violencia y el poder.

[2] Nous recommandons l’ouvrage de Hollman Morris : Operación Ballena Azul.

[3] Villamizar, Darío. Las guerrillas en Colombia. Bogotá : Debate, 2017, pp.. 517-521

[4] Villamizar, Idem. pp. 529, 532-558

NdT

L’Assemblée de Colombia Humana a adopté à l’unanimité la décision de convertir le mouvement Pacto Histórico, qui regroupe 12 partis et mouvements, en parti unitaire dans la perspective des élections de 2026. Certaines composantes du pacte ont exprimé leur désaccord avec cette décision. À suivre