Editorial, Le Monde, 3-10-2025
Traducido por Tlaxcala
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Las autoridades del reino jerifiano, completamente absorbidas por los proyectos de prestigio lanzados para la Copa Africana de Naciones de fútbol y la Copa del Mundo de 2030, han sido tomadas por sorpresa por la revuelta de una juventud movilizada contra las injusticias sociales.
La cólera social retumba en Marruecos. El reino jerifiano
es escenario, desde el 27 de septiembre, de concentraciones diarias de jóvenes
manifestantes —a veces menores de edad— que reclaman mejores servicios de
educación y salud. En la noche del miércoles 1 al jueves 2 de octubre, los
disturbios violentos cerca de Agadir, en el sur del país, causaron la muerte de
tres manifestantes.
Ante una fiebre contestataria como Marruecos no había
conocido desde la revuelta del Rif (norte) en 2016-2017, el gobierno parece
desbordado. El primer ministro, Aziz Akhannouch, declaró el jueves estar
dispuesto a «dialogar» para «responder a las demandas sociales» de los jóvenes.
Sin embargo, es dudoso que estos se conformen con promesas vacías.
El movimiento nació de una indignación general provocada
por la muerte de ocho mujeres a mediados de septiembre en un hospital de
Agadir, tras partos por cesárea, trágica ilustración de un sector sanitario
abandonado. Una decena de días más tarde, la movilización se organizaba en la
red social Discord bajo la bandera de un colectivo llamado GenZ 212.