Fausto
Giudice, Basta Yekfi!, 7-10-2023
Al amanecer del sabbat, a las 3.30 horas GMT,
combatientes palestinos de Hamás y la Yihad Islámica lanzaron una operación por
doquier contra Israel desde Gaza: mientras cientos (entre 2.000 y 5.000) de
cohetes llovían sobre los asentamientos sionistas, combatientes motorizados se
abrían paso a través del "muro de hierro" que encierra Gaza, otros se
abrían paso a través de la barrera marítima y otros aterrizaban en Israel en
parapentes motorizados (ultraligeros). Según el ejército israelí, 60
combatientes palestinos entraron en el territorio. Unos cuarenta soldados y
colonos israelíes fueron hechos prisioneros en los primeros minutos, mientras
que se desconoce el número de muertos y heridos en el bando sionista. La
operación fue bautizada como "Tufan al-Aqsa", el diluvio o tormenta
de Al Aqsa (tufan es la palabra árabe-persa que ha entrado en todas las
lenguas, y es el origen de la palabra española "tifón"; también es el
nombre de una serie de misiles iraníes).
Es una verdad histórica: si quieres atacar Israel, tienes
que hacerlo un sábado por la mañana, cuando los judíos descansan. Eso es lo que
hicieron los ejércitos egipcio y sirio el 6 de octubre de 1973, cuando cruzaron
el Canal de Suez y entraron en los Altos del Golán ocupados. En 1973, los
sionistas tardaron una semana en despertarse, aturdidos como habían quedado por
el ataque sorpresa, y pasar a la contraofensiva. ¿Quién ganó la guerra del
Ramadán/Yom Kippur? Eso está abierto al debate. Lo que es seguro es que esta guerra
supuso la sentencia de muerte para los laboristas israelíes, los sionistas con
rostro humano, la variante asquenazí de la socialdemocracia mitteleuropea.
También puso fin a los "Treinta Años Gloriosos" y desencadenó la
primera "crisis del petróleo". De las imágenes impactantes de aquel
periodo, dos me llaman la atención: la de las autopistas europeas completamente
vacías de coches y la de la Reina de Holanda sacando su carruaje y sus caballos
para desplazarse. Para los árabes, el 73 casi había borrado la humillación del
67. Diez guerras después, ¿en qué punto nos encontramos?