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09/01/2025

LUIS E. SABINI FERNÁNDEZ
¿Quién decide acerca del agua potable de Uruguay?
Elemental Watson

Luis E. Sabini Fernández, 9-1-2025
Todo período democrático de gobierno –el establecido entre elecciones para votar (gobierno, precisamente) puede y debe dividirse, o particionarse, entre el tiempo en que el gobierno de turno tiene el futuro abierto y el período en que mantiene las funciones pero ya ha sobrevenido sucesor, es decir luego de realizado el acto eleccionario para el nuevo período de gobierno.
Normalmente, el primer período es el más largo y el que se puede considerar propiamente de gobierno y en el ritmo uruguayo actual excede largamente los cuatro años y medio. El segundo tramo o período, es el que ejerce el gobierno –que se puede designar como “de salida”− cuando ya se han realizado las elecciones y se mantiene en funciones hasta el “cambio de mando”.
En Uruguay, con cierta lentitud que algunos confunden con aplomo, se trata de unos cuatro o cinco meses.  Casi medio año. En otros países, la transición es, con lógica, más rápida; en Argentina, no llega a dos meses y en algunos casos, mediando balotaje, apenas pocas semanas; en Suecia, el gabinete se reconstituye tras elecciones, cada tres años,  en cuestión de semanas; en EE.UU. −lo estamos viendo−, ese período es de unos dos meses.
Lo de Uruguay, no será por la vastedad del territorio y menos todavía por su envergadura poblacional…
Si en el período principal es el gobierno el responsable de las decisiones, de sus decisiones, en el período que designamos como “de salida”, la responsabilidad de gobierno cambia de carácter, sobre todo si el gobierno recién elegido no es continuación del vigente.
Cuando un gobierno se encuentra en período de salida, es comprensible que siga ejerciendo el gobierno sobre las actuaciones en curso, las aprobadas. Pero es totalmente nocivo, tóxico,  que en ese periodo inaugure proyectos a largo plazo condicionando al gobierno que ya está elegido. Proyectos que insuman años, incluso sobrepasando el período de gobierno que está por asumir, deberían contar con la mayor sustentación…
Si un gobierno, en su período de salida ejerce semejante conducta, por ejemplo, suscribe acuerdos que ya no atenderá y que obligará a atender al siguiente, se puede calificar como un acto de casi usurpación o al menos de abuso –político, institucional−. Como un “golpecillo de estado”, hecho con la picardía que nos es lamentablemente tan −diríamos− constitutiva.
El caso “Neptuno”, antes denominado Arazatí, es un buen ejemplo.

Frente a la crisis del agua de 2023, más rápido que corriendo, una U.T.E. [unión transitoria de empresas] armó un proyecto para proveer de agua a Montevideo y a los uruguayos en general recurriendo a una fuente absolutamente contaminada, ajena a todo tipo de limpieza más o menos natural. Apostando exclusivamente a depurar, filtrar la montaña de detritus que el estuario platense contiene como receptáculo de las corrientes interiores de América del Sur de la cuenca Paraná-Uruguay (la segunda mayor del continente, detrás de la amazónica). Se trata de corrientes, de ríos, absolutamente “tomados” por la agroindustria basada en contaminantes. Como, además, el estuario recibe también agua en sentido contrario, desde el Atlántico, amén de las “agrocontaminaciones”, contiene una salinidad inaceptable para toda potabilización (encima de una carga de contaminantes que los océanos han ido acumulando a causa de la relación que el homo economicus ha ido estructurando con la naturaleza).  
El “remedio” ante este otro obstáculo ha sido presentar un lago suplente, ocupando una buena tajada de terreno cercano a la costa, despojando una vez más tierra arable y apta para actividades pecuarias, como la fruticultura, la agricultura, las crías granjeras o la apicultura, o la ganadería lechera o cárnica. En un país que es un paisito.  Donde no sobra tierra. Un lago artificial   que técnicos de diversas disciplinas ya han adelantado tendrá todos los inconvenientes del agua estancada; algas tóxicas, cianobacterias…

 

Ventajoso proyecto empresarial, que le permitiría embolsar a la U.T.E. varios centenares de millones de dólares en unos años de pingües ganancias.

 

No se puede menospreciar la capacidad empresarial de inventarse tareas. Pero no es eso lo que necesita la sociedad uruguaya, como muchos informes técnicos ya lo han ido señalando.

Uno, brindado a los gobernantes recién elegidos en forma de “Carta abierta” por más de una veintena de investigadores y docentes de cátedras de salud, cuidado ambiental y sanitario; −la “craneoteca” con que cuenta el país en estos aspectos− cuestiona claramente el proyecto. Normalmente, cualquier gobierno tomaría en cuenta semejante dictamen en lugar de aceptar una propuesta empresaria que sabemos movida por el lucro y no por la salud ambiental. 

Clique para leer la carta abierta

 Que el gobierno saliente, el señor Luis Lacalle Pou, se embandere con semejante oportunidad empresaria revela sus preferencias, una opción ideológica en suma.
En el documento presentado por los investigadores se señala, por ejemplo, una dificultad (diríamos al ritmo de nuestro inolvidable Bartolomé Hidalgo): “la necesidad de implementar procesos de potabilización complejos, actualmente no disponibles en nuestro país, muy costosos y que conllevan riesgos concretos para la salud pública”.

Otro pasaje de la Carta abierta atiende la cuestión de la materia fecal en el estuario platense: “A la contaminación por materia orgánica actual, se suma el aporte del nuevo emisario subacuático de la cuenca del Riachuelo Matanza de Buenos Aires, que colectará efluentes […] de más de 4 millones de personas, adentrándose 12 km en el Río de la Plata. Este emisario se encuentra en las etapas finales de su construcción.  

Como lo afirmó Alem García, presidente de la Comisión Administradora del Río de la Plata (CARP): ‘es una necesidad imperiosa’ que Uruguay realice un monitoreo de las aguas del Río de la Plata luego que el emisor comience a funcionar. El incremento de contaminación fecal en el Río de la Plata (que ya es alta) exigirá tratamientos de cloración más importantes. Esto, sumado a la presencia de materia orgánica en el estuario, aumenta el riesgo de formación de sustancias de reconocida toxicidad.”
Remitimos al lector curioso a la lectura de toda la Carta Abierta y a incursionar en las observaciones que han planteado diversos vecinos y referentes de la sociedad civil de la zona del proyecto (Arazatí, Ecilda Paullier, Rafael Perazza).
El episodio nos está mostrando la ligereza con que se toman decisiones de enorme trascendencia basadas en argumentos que empresas no desinteresadamente formulan.
Somos un país que nos tragamos una gasificadora que no anduvo, un aerocarril que se hundía en el mar entre la isla de las Gaviotas y la costa montevideana, un proyecto celulósico que definieron otros…  como aceptando sin reflexión cualquier “volada”. Y si “nos salvamos” del proyecto Aratirí, de extracción de hierro, no fue por nuestra capacidad de resistencia, sino porque la empresa Zamin Ferrous, que lo patrocinaba,  lo desechó por escasa rentabilidad.
¿Vamos a seguir las iniciativas provengan de donde provengan, aceptando temperamentos, intereses, proyectos ajenos?
Notas
  1 - Sin ir más lejos, la presencia urbi et orbi de microplásticos, ya actuantes en los órganos de peces, en sus suculentas carnes, en los crustáceos y en la leche materna humana, por ejemplo.
   2 - Pólder, invocan sus “inventores”.  Solo que el original holandés se aplica exactamente al revés: terreno ganado al mar y convertido a la agricultura y aquí se lo quitamos a la agricultura para llenarlo de agua.


25/12/2024

LUIS E. SABINI FERNÁNDEZ
Israel ataca pero declara defender

Luis E. Sabini Fernández, 23-12-2024

El régimen instaurado por el sionismo en la Palestina histórica ha revelado una capacidad de daño, de impunidad, de duplicidad, de violencia,  que no registramos todo a la vez en tantas otras circunstancias atroces de atropello a la vida, a los derechos humanos que coexisten en todo el planeta.

"Es un libelo de sangre pinchar en «play» a nuestros tiktoks genocidas"
Viñeta de Eli Valley

Es fácil advertir estas manifestaciones a partir del 7 de octubre de 2023, con el inusitado ataque armado de Hamás y otras agrupaciones palestinas que al parecer aprovecharon “la oportunidad” para salir de debajo de la bota que desde hacía ya décadas el sionismo había puesto sobre toda la franja gazatí.
Pero las atrocidades sionistas no comenzaron el 7-8 de octubre de 2023, por cierto.
Tampoco en 1967, cuando  EE.UU. comienza a respetar el papel israelí como “jugador de primera”, es decir con poder militar propio. Ni siquiera en 1948, cuando violando hasta las demarcaciones onusianas, las tropas sionistas se adueñan del 78% de territorio palestino, sobrepasando el 55% que le había acordado graciosamente la ONU.
En 1936-1939, el sionismo perfectamente ensamblado con el colonialismo británico −que todavía tenía pretensiones universales− logran ahogar en sangre la huelga general palestina; una mezcla de levantamiento sin poder militar (apenas con algunos fusiles de caza) y boicot palestino contra la implantación progresiva, artera, implacable, racionalmente dirigida, del sionismo en el territorio palestino, cada vez más sajado, desmenuzado, expropiado, por el judaísmo sionista y sus finanzas en permanente expansión[1].  
Poco antes, en la primera mitad de la década del ’30, cuando empezaban a regir las leyes de Nurenberg de la Alemania nazi, de separación entre germanos y judíos, los sionistas; a la sazón la única fuerza política legal en la Alemania nazi (amén de la nazi) habían acordado con el gobierno un plan de transferencia de capitales, mediante la cual los nazis se adueñaban de los capitales judíos en Alemania, a cambio de productos alemanes de exportación que los sionistas se comprometieron ubicar en el Cercano Oriente. Ha’avara. Dicha negociación no contaba con el apoyo de la corona británica, celosa. Pero entusiasmaba al gobierno nazi  expandiendo su producción, y a los judíos sionistas emigrados de Alemania que recuperaban así sus capitales en Palestina.
La huelga general palestina y la represión subsiguiente implicó la matanza de miles de palestinos, sobre todo varones (jamás se pudo precisar, pero miles, muchos miles en una población de alrededor de un millón de habitantes…).
La administración británica de Palestina favorecida por los resultados de la IGM ligó los intereses sionistas cada vez más con los  británicos, como acabamos de ver ante la huelga/boicot de 1936-1939.

En la primera mitad del Siglo XX se perfilaron dentro del sionismo dos geopolíticas opuestas entre sí: ligarse a los intereses británicos, continuando los vínculos del mismo Herzl con el British Empire (Declaración Balfour, 1917) o acercarse a los nacionalismos enfrentados al británco; el nazismo y el fascismo. Buena parte de los premiers que ha tenido Israel, pasada la primavera “socialdemócrata” de la posguera, fueron, son, de esta última procedencia (Menájem Begin, Yitzhak Shamir, Ariel Sharon, Ehud Olmert, Naftalí Bennett, Beniamin Netanyahu, actual y el que ha ejercido por más tiempo esa primera magistratura). Su mera enumeración nos muestra el peso del supremacismo fascista enntre los “primeros ministros” del engendro sionista.
Y algo más. Israel es el único estado del mundo entero en que fascistas declarados y “a mucha honra” han gobernado y representado a ese estado reiteradamente desde la derrota de los nazifascismos en 1945.
El resultado de la IIGM en 1945, con el consiguiente escrache periodístico y hollywoodense de Hitler y lo alemán (ya no sólo lo nazi) ha exonerado, ¡oh paradoja! al sionismo filofascista de rendir cuentas, pese a su identificación ideológica con el fascismo. [2]
Más aún: que saliera incólume, política y penalmente hablando.  En 1948, al mejor estilo mafioso, los grupos de tareas sionistas liquidan, al primer mediador designado por la recién fundada ONU; el conde Folke Bernadotte.
Su único pecado es haber declarado en las “conversaciones” sobre el diferendo palestino-israelí que los sionistas exigían todo y que así nada le quedaba a los palestinos… el sicario es premiado con su designación como guardaespaldadas del Ben Gurión el líder del flamante Estado de Esrael (luego de un pasaje “teatral” de apenas unas semanas por una cárcel).[3] 

Pero si vemos cómo ya en 1948, la impunidad judeosionista perfila comportamientos abusivos, violatorios de los derechos humanos más elementales –abonada por la prescindencia de países democráticos y la aceptación del papel de chirolitas de muchas otras representaciones nacionales en la ONU−, desde el 7 octubre de 2023, esa impunidad adquiere botas de 7 leguas, y alcanza niveles que cuesta rastrear en la historia humana.
Como “armados” de una “santa indignación”, como si se tratara de víctimas, los sionistas israelíes han desatado su furia y abuso bombardeando barrios con población humana en general, arrasando con mayor facilidad todavía, campamentos más o menos improvisados de los sobrevivientes de los barrios anteriormente pulverizados en Gaza, Rafah , Jan Yunis…
Por las calles, hoy, jóvenes pesadamente armados, casi imberbes, se burlan y atropellan a población civil desarmada, bajo ocupación. Y lo hacen con desprecio, desdén y si son muy teledirigidos, con furia. “Cargados” con un adoctrinamiento que a lo largo de décadas ha insuflado en sus mentes −cuanto más jóvenes, más honda la marca− las ideas, muy talmúdicas, que los goyim son “excremento”, “basura”, “animales”, “inferiores” y sobre todo, “mala gente”.
El sionismo ha hecho abandonar en sus seguidores toda noción de prójimo que vaya más allá de su estrechísimo entorno. La altanería que jóvenes israelíes, recién “cocidos” en los cuarteles, exhiben, no sólo en Palestina sino en todas partes, en todo momento, trasluce esa regimentación mental, indoctrinada. [4]


HACIÉNDOSE LA VÍCTIMA-Helguera, La Jornada, México

Una de las especialidades del sionismo aspirante a controlar la vida (en eso se ejercitaron durante casi dos décadas en la Franja de Gaza) son las “labores de inteligencia”. Que han ido hilvanando con los servicios secretos de EE.UU. y del Reino Unido. Por eso, algunos atentados pueden tener autores  “colectivos” o resulta difícil ubicarles autoría.

Así han matado a Qasem Soleimani. Así han matado a Ismail Haniyeh. Así han matado a Hasan Nasrallah (con la odiosa modalidad, deliberada, de matar al “blanco” con todos los prójimos imaginables: hijos, nietos, esposas, amigos, colegas).
Así han acabado con la vida de decenas o centenares de libaneses mediante telecomunicadores portátiles que portaban explosivos en su interior y que, ahora se sabe, estuvieron “cargados” durante años, hasta que quienes idearon la máquina de matar juzgaron oportuno ponerla en marcha. Tales dispositivos habían sido adquiridos en el Líbano de supuestas firmas productoras y exportadoras de ese know how, y se fueron extendiendo en diversos usos (probablemente la carga explosiva fue colocada inicialmente para atentar y matar a miembros de Hezbollah, pero ni les importó quienes fueron los destinatarios).
Así también se han llevado a cabo muchísimos atentados de falsa bandera.
Keith Woods ha escrito un artículo formidable: “Israel´s Love Affair with Syrian Jihadis” (“El romance de Israel con los yihadistas sirios”),  en el que se apoya en documentos de la DIA, algunos puestos a la luz pública gracias al extraordinario aporte de Julian Assange (wikileaks). Por ejemplo, la info del agente secreto Jake Sullivan a Hillary Clinton de que: “Al Qaeda está de nuestro lado (Siria, 2012).”
El aporte del genocida Naftali Bennett es todavía más prístino: en la conferencia anual de Herzliya, durante su estadía como premier (2021-2022), Israel ha “perfeccionado” el arte de la mentira hasta niveles que no resultan habituales. Entiende este asesino múltiple de palestinos que la aparición de ISIS le facilita a Israel legitimar la anexión de los Altos de Golán; que el caos generado en Siria convierte los reclamos de Israel en “más aceptables” para “la comunidad internacional”: Bennet ilustra así lo que rinde un pragmatismo absoluto.
Al Qaeda, que todo habitante no dedicado al rastreo de verdad, tomará como musulmán (y fanático), es un producto acabado “made in Israel”. La DIA nos dice: “Al Qaeda condujo una cantidad de operaciones en varias ciudades sirias bajo el nombre de Frente al Nusra para llevar adelante la guerra contra el régimen sirio, considerando que Siria tiene un régimen infiel.”[ibid.] 
Esta última calificación es ciertamente, sugestiva. Efectivamente, en varios países árabes el Islam perdió pie. Como ha pasado con el catolicismo en varios países del sur europeo.
Argelia en su momento, Irak, Siria, Palestina, han ido constituyendo gobiernos, regímenes laicos, que el Occidente con religiosidad en baja, iba a tener dificultades para criticar.
Un mundo árabe fanáticamente musulmán era presa (ideológica) más fácil de un Occidente cada vez más laico.
La peripecia palestina nos da algunos elementos de ese cuadro de situación. La resistencia palestina ante la penetración sionista, sobre todo después de 1948, se fue identificando cada vez más con el anticolonialismo, el antiimperialismo y el socialismo, que hará haciendo culturalmente inviable las modalidades tradicionales. Pero ese cambio ideológico, progresista, no da fruto; como que “el enemigo es más fuerte”.
Por un lado, EE.UU. se presenta como lo moderno ante el viejo mundo del capital burgués, y por otro, el colapso soviético deja sin carta de presentación, o con cartas muy ajadas, a una alternativa “de izquierda”.
La resistencia laica no triunfa fácilmente en el mundo colonial. Porque lo que la resistencia enfrenta en la colonia no es a la colonia sino a la metrópolis.
En Palestina, por ejemplo, surgirá entonces, una resistencia basada en valores tradicionales bien diferenciados de los del colonialismo (occidental). Y mientras el movimiento palestino de mayor enjundia en el siglo pasado −Al Fatah y la OLP− terminarán “recuperados” a través de los “Acuerdos de Oslo” y otras maniobras de RR.PP., será Hamás el que encarne el mayor obstáculo al asentamiento sionista.
Patética paradoja: la gente de Arafat aceptando convertirse en policía de los territorios palestinos –al servicio inevitablemente de Israel− e islámicos más bien ortodoxos, defendiendo la sociedad que el sionismo procura pulverizar.
Simplificadamente, diríamos, en este caso, que el Corán sirve más a la causa de pueblos colonizados que El capital de Marx… La cuestión, entonces, dista de simplificarse. Porque los libros sagrados, sean cuales fueren, no ayudan a ver y a vernos, sino más bien nos llevan los ojos a ver a dios, a Dios. Y con los ojos de él. De Él. Y no se trata de eso ni de entonar cantos de sí mismo o a sí mismo. Se trata apenas de que aprendamos a ver el mundo tal cual es.

Notas

1 - Vemos entonces algunas acciones de brutalidad inusitada. El sionismo había preparado mistarviim, sionistas que vestían y hablaban como palestinos, que introducían o preparaban trampas mortales en el tejido social palestino, como por ejemplo, dejar para reparación un vehículo en un taller mecánico, todo en confianza, y que al cabo de veinte minutos volara por los aires el vehículo, el taller, todos sus ocupantes y buena parte de las edificaciones circundantes. Con estos explosivos devastadores, hicieron añicos varios mercados en los momentos de mayor afluencia de gente. Esa atroz coyuntura de la historia palestina se generalizará pesadillescamente en la Franja de Gaza en 2006 y desplegará un nuevo círculo del infierno en 2023/2024.
2 - Eso, porque la realpolitik se mueve con otros intereses; como ilustra el caso de Francisco Franco.
3 - Y la ONU ni siquiera rinde honores a su mediador oficial, proveniente de un país con acrisolada democracia; Suecia. La tutela judeosionista en la ONU ya se sentía.
4-     Como la actitud con que los guardiacárceles recién estrenados en regímenes de dictadura llegan al patio de las cárceles para lidiar con huelguistas y manifestantes. Lidiar, con animales.



20/08/2024

LUIS E. SABINI FERNÁNDEZ
La conquête de la Palestine

Luis E. Sabini Fernández, 18/8/2023
Traduit par 
Fausto GiudiceTlaxcala

Témoignant peut-être d’une certaine prédisposition à la solidarité, à la pitié et à la justice, de nombreuses personnes d’origines et de situations très différentes condamnent les atrocités par lesquelles Israël, son gouvernement et ses dirigeants politiques et religieux - avec un énorme soutien populaire - sont en train de massacrer le peuple palestinien.
La chutzpah de leurs représentants, les Ben-Gvir, Bennett, Netanyahou, Smotrich, nous dégoûte par sa franchise.

-Pourquoi ils nous attaquent ? Juste parce qu'on les tue et qu'on occupe leur terre ?
-J'allais te demander la même chose

En même temps, et depuis longtemps, les dirigeants sionistes insistent sur le fait que ce qu’ils font en Palestine n’est rien d’autre que ce que les Européens du Nord ont fait en Abya Yala contre les autochtones qui habitaient le Mexique, les USA, le Canada d’aujourd’hui...
Tout d’abord, nous ne devons pas oublier l’origine génocidaire de la « naissance » de nombreux États modernes. Dans les trois “Amériques”, sans aller plus loin.

Il est certain que l’implantation sioniste en Palestine ressemble beaucoup plus à celle des WASP [1] en Amérique du Nord, par exemple, qu’à celle des Européens ibériques dans le reste de ce qu’on allait appeler le continent américain.

Car les WASP sont arrivés sur leurs bateaux, se sont installés et se sont emparés de tout, expulsant et exterminant les habitants millénaires. Ils ont pris les rivières, la pêche, les plaines, les forêts, les bisons, qu’ils ont transformés en cibles de tir, un jeu qu’ils ne se permettaient pas dans leur piteuse Europe.

Les Ibèriques ont procédé de la même manière, sans se sentir persécutés religieusement comme l’avaient été les quakers, les presbytériens, les congrégationalistes et autres sectes venues dans le « Nouveau Monde ». Mais ils ont ajouté au pillage par laquelle les Européens ont pris possession de la terre et de tout ce qu’elle contenait, les femmes, celles qui avaient été enlevées aux peuples dépossédés. Celles des indigènes du territoire conquis.

 Les sionistes prétendent faire « exactement » ce que les Européens ont fait en Amérique (l’Amérique du Nord, parce que c’est le modèle des sionistes), et prétendent même discuter de ce qu’il faut faire avec les Palestiniens, pour voir si les réserves conviennent, pour préserver la mémoire, l’histoire de ce territoire et de son peuple (et l’autoglorification qui consiste à garder les Palestiniens en vie mais soumis). Ils affirment qu’il existe de grandes similitudes dans l’esprit missionnaire et divinisé avec lequel ils sont radicalement séparés des « autres ». Ce n’est rien d’autre qu’un esprit suprématiste.

Les sionistes prétendent alors humblement répéter l’histoire. Il y a cependant un élément crucial qui démolit l’analogie que les sionistes ont brandie pour leur propre apologie.
Les génocidaires européens ne retournaient nulle part.
Ils ont fait ce qu’ils ont fait, des génocides, par exemple, sur une terre nouvelle et étrangère.

L’insertion des Juifs persécutés de l’Europe catholique médiévale dans l’Angleterre leur a sans aucun doute permis de trouver un havre de paix. Bien que cette intégration ait connu des difficultés, comme l’a souligné William Shakespeare dans ses pièces de théâtre. Néanmoins, les Juifs coloniseront l’Amérique avec les Angleo. Et de nombreuses preuves montrent qu’ils ont joué un rôle très important dans la traite des esclaves qui a caractérisé la colonisation du continent nord-américain.

L’Amérique est devenue la première Jérusalem de la modernité. Et les USA restent l’État où la population juive est la plus importante au monde. Et tout porte à croire que pour les secteurs les plus militants du judaïsme usaméricain, ce pays d’accueil possède des attributs religieux qui lui sont très chers.

L’année 1942 marque un tournant avec le changement de « parrain » que le sionisme adopte sous la direction de Ben Gourion lors du Congrès sioniste mondial de Biltmore : la protection britannique est abandonnée au profit de la protection usaméricaine. Ben Gourion constate une certaine lassitude ou épuisement anglo-saxon (qui se manifestera en 1945) et la force et la vigueur usaméricaines [2].

En 1945, un autre événement vient consolider la nouvelle alliance du sionisme avec les USA : le procès des dirigeants nazis à Nuremberg, en Allemagne.

Bien que convoqué par les Alliés après la défaite du IIIe Reich, ce procès devait être administré exclusivement par des Juifs, à la stupéfaction même des responsables alliés qui imaginaient qu’il s’agissait d’une affaire supranationale.

À partir de 1945, avec un certain changement de la mentalité dominante aux USA - montée en puissance de l’intelligentsia juive et lente éclipse de la mentalité WASP -le rêve du No Limits, si consubstantiel au formidable développement de la techno-utopie usaméricaine, se fait de plus en plus pesant . D’où la prétention sioniste de rééditer en Palestine ce qui s’est passé en Amérique du Nord.

Mais le sionisme se mord la queue en prétendant faire coïncider une histoire american sans passé, futur pur génocide inclus, avec un retour, une aliah, un cataplasme biblique qui se prétend historique et cherche à restaurer le passé (glorieux, il va sans dire).

Si le rêve american s’est avéré être un cauchemar pour un très grand nombre de peuples de la planète, souvent ravagés par le pillage et les guerres incessantes, comment qualifier le projet sioniste qui a fait main basse sur une grande partie de la population juive (en plus de la multitude de chrétiens sionistes[3]), même si ce délire colonialiste est rejeté par une autre partie importante des juifs qui n’acceptent pas le rôle de bourreaux[4].

Parce que c’est une torture biblique de millions de Palestiniens, atteignant des niveaux de cruauté, de mépris et d’égolâtrie que le despotisme, ivre de sa démence, peut atteindre.

La Palestine, les Palestiniens sont encore, sont. Ravagés, affamés, décimés, ils sont, ils sont. Même pas vaincus, pas encore vaincus.
Et on se souviendra d’Israël comme d’un modèle génocidaire. Très triste.

Notes

[1] Protestants blancs anglo-saxons : définition de la population politiquement dominante aux USA depuis leur fondation jusqu’au milieu du XXe siècle.

[2] La « carte » de Ben Gourion se jouait à plusieurs niveaux, car en 1942 les organisations sionistes philo-fascistes et philo-nazies étaient encore très fortes [révisionnistes de Jabotinsky].

[3] Rien qu’aux USA, ils seraient environ 40 millions

[ 4] [Je ne donne qu’un exemple, même si je sais qu’il y en a beaucoup, comme ceux de Breaking the Silence, ou les Juifs qui ont dû quitter Israël à cause du harcèlement (comme Felicia Langer ou Ilan Pappé) et beaucoup, beaucoup d’autres, dont certains sont des amis chers : en 1981, un jeune homme, à l’époque sioniste pur jus et faisant son service militaire en Israël, visite un établissement militaire et demande pourquoi il y a tant de niches à chiens. Les collègues lui répondent sardoniquement qu’il ne s’agit pas de chenils, mais, disons, de palestinils : l’espace ne dépasse pas un mètre et demi de haut, de long ou de large pour y enfermer des prisonniers palestiniens. Ils expliquent en souriant qu’ils ne blaguent pas. Pour Gilad Atzmon, c’est un choc, et au contact des prisonniers palestiniens, il a apprécié leur humanité et a rompu brutalement avec le sionisme, le judéocentrisme et a quitté le pays, renonçant à la nationalité israélienne.

 Dessins de Carlos Latuff

06/08/2024

LUIS E. SABINI FERNÁNDEZ
Uruguay ante el genocidio israelí cada vez más “a la vista del público”

Luis E. Sabini Fernández, Revista Futuros, 4-8-2024

Es sumamente penoso ver el grado de abdicación y sumisión mental (no sabemos si también material, pero con el primero ya tenemos motivos de preocupación) de los referentes y líderes de todo el espectro político principal de nuestro país –porque pese a eso sigue siendo nuestro– ante lo que durante más de un siglo se ha calificado como conflicto palestino-israelí y hoy en día, tras un furioso strip-tease político; se reconoce como el genocidio israelosionista de la población palestina, que se desenvuelve sin tapujos, al menos para quien lo quiere ver.

 

Es indudable que esta dependencia ideológica de los planteles políticos principales respecto de Israel tiene raíces históricas. Uruguay es uno de los poquísimos países (que yo sepa, el único periférico cuando la firma del canciller británico Arthur Balfour a la declaración que lleva su nombre y su entrega a Walter Rothschild como “cabeza” del movimiento sionista, en 1917) presente en la persona de Alberto Guani, a la sazón representante diplomático uruguayo en Europa.

La calidad de uruguayo es significativa dado el grado de identificación con EE.UU. y su destino que varios políticos batllistas entonces tenían. Guani fue autor de un planteo que lleva el nombre de Doctrina Guani (entre 1938 y 1941) que: “inauguró una serie de posiciones intervencionistas impulsadas por EE.UU. a partir de la Segunda Guerra Mundial inspiradas en el concepto de «seguridad continental», con el fin de mantener la unidad de los países latinoamericanos.[1] Unidad bajo el mando norteamericano, obviamente.

Con mucha perspicacia, Francisco Claramunt en su esclarecedora nota “Hora de definiciones” registra la dificultad, vocal, de voceros “de izquierda” para abordar la monstruosidad engendrada por el sionismo en Israel: “Orsi y Cosse parecen tener dificultades para pronunciar la palabra Israel, ni que hablar de Palestina”.[2]

Llama poderosamente la atención que, desde otra configuración ideológica, la Columna del 26 de Marzo, “Palestina y los problemas de no tomar posición”, se señale: “a la coalición progresista le cuesta poner en palabras lo que sucede en [la] realidad; no buscan señalar que existe un genocidio donde claramente hay un genocidio.” [3]

Entiendo la dificultad para procesar la inconmensurable usina de mentiras, atropellos, vejaciones que organizaciones que se consideran de excelencia como el sionismo (de origen laico, pero endiosado), descargan –en este caso y desde hace ya más de un siglo– sobre los palestinos, pero hasta para lograr en algún momento un reencuentro en sendas de humanidad, hay que decir las cosas claras. Como hace Chris Hedges, en sus innumerables notas con que lleva décadas documentando el proceso israelopalestino:

Hay un placer sádico expresado por muchos israelíes por el genocidio y una oleada de llamados al asesinato o la expulsión de palestinos, incluidos aquellos en la ocupada Cisjordania y aquellos con ciudadanía israelí.

El salvajismo de los ataques aéreos y los ataques indiscriminados, el corte de alimentos, agua y medicinas, la retórica genocida del gobierno israelí, hacen de ésta una guerra cuyo único objetivo es la venganza.” [4]

El certero análisis de Hedges nos pone, una vez más, ante la escalofriante advertencia de Blas Pascal: “El hombre no es ni ángel ni bestia, y la desgracia quiere que quien haga el ángel haga la bestia.” [5]

Netanyahu nos dice siempre, como un mantra: “Ésta es una lucha entre civilización y barbarie.” Da por sentado que él, nada menos, encarna la civilización; y que los palestinos, la barbarie: Israel es hoy esa bestia que menciona Pascal.

27/07/2024

LUIS E. SABINI FERNÁNDEZ
Algunas observaciones sobre impunidad judeoisraelí

Luis E Sabini Fernández, Revista Futuros, 23-2-2024

Mis últimas notas han procurado enfocar situaciones gravísimas y generalizadas que entiendo se ignoran o ante las cuales “esquivamos el bulto”; incluyendo la expansión del narcotráfico  y otros tráficos igualmente lesivos o peores, como el de humanos, la plastificación generalizada y lo que ello significa en términos de salud, ambiental, animal y humana y también señalábamos la actual existencia de un genocidio a cielo abierto y la no menos llamativa ausencia de reacción del universo institucional.

Como esto último persiste, y aun tiene visos de afianzarse, por normalización, por acostumbramiento, por miedo, no tenemos más remedio que hincarle el diente otra vez al asesinato generalizado, de día o de noche, de gente armada o desarmada, de niños de cualquier edad, y en muy variadas formas, con muy peregrinas justificaciones.

Nos referimos a la política genocida abierta del Estado de Israel sobre la población palestina cada vez más despojada de su territorio en una lenta y progresiva política de pinzas del sionismo, que se aceleró bruscamente el 7 de octubre de 2023.


Que nuestros ángeles nos protejan”, por Mira Shihadeh, octubre de 2023

Hasta entonces, la táctica y la técnica del sionismo para la apropiación del territorio palestino, se había caracterizado por dos momentos: uno primero, muy pausado y fragmentario, adueñándose de tierras de propietarios ausentistas mediante escrupulosas compras de esas tierras a los propietarios rentistas que en general aceptaban la transacción, incluso contentos porque los sionistas solían comprarles esas tierras a buen precio.

Ese período, grosso modo, coincidió con la primera mitad del Siglo XX. Con la instauración del Estado de Israel se produce un cambio en el ritmo y el alcance de la apropiación. Hasta 1947/1948, se echaba de tierras a campesinos inmemoriales que carecían de títulos de propiedad, y la Agencia Judía encargada ahora de administrarlas, las asignaba a kibutzim o a moshavim de judíos que habían hecho la aliah, en castellano que habían ‘retornado a las fuentes’.

Este concepto de retorno tiene, como diría el inolvidable Bartolomé Hidalgo, “su dificultad”: cuesta hablar de retorno, mediando dos grandes obstáculos  conceptuales para ello: los antepasados con que se ligaba ese retorno, eran, si habían vivido allí, de dos mil años atrás. Ardua tarea reconocer esa ligazón. Pero si los judíos que hacían la aliah tenían sus ancestros provenientes de otras tierras, por ejemplo, jázaras, entonces se perdía toda ligazón física, material. Podría argumentarse que se tratara de una ligazón religiosa, pero ¿cómo validar con ello muy concretas y materiales apropiaciones de tierras?

Lo cierto es que, “por la razón o la fuerza”, los sionistas ampliaron enormemente la apropiación de tierras después de 1948. El período 1948-2023 fue el de un cada vez más intenso despojo de lo que iba quedando como “territorios palestinos”, usando la fraseología de la ONU. Esos territorios formaban parte fundamental de un hipotético “estado palestino” que figuró en las tratativas palestino-israelíes más de una vez.


Mohammed Sabaaneh

Pero permanentemente fue ensanchándose el poder israelí y achicándose, licuándose la presencia palestina. Si lo graficáramos con imágenes animales diría que Israel empleó la técnica de la boa constrictor, sobre todo cuando tiene que enfrentar una víctima de porte mayor.

Una medida tomada en 2006 por Israel lo grafica nítidamente: luego de varios años con colonias sionistas enclavadas en la Franja de Gaza –un territorio altamente densificado sobre todo por el expansionismo israelí (Guerra de los 6 días)–, “El Carnicero” Ariel Sharon decide evacuar las escasas colonias instaladas en la Franja y anuncia hacerle –a los palestinos– la vida imposible. Al retirarse, desmantelan y rompen todas las instalaciones agrícolas y habitacionales, las  redes de riego, que habían erigido en Gaza, en medio de las privaciones generalizadas de su población y dejan  todo el estropicio sobre las maltratadas tierras gazatíes. Y esa misma noche aviones israelíes sobrevuelan  rasantes la Franja a la velocidad del sonido: a la mañana, la Franja tendrá muchos niños con enuresis y con tímpanos rotos.

La técnica constrictor se profundiza: la Franja de Gaza queda aislada por los cuatro costados: se bombardea  y desmantela el aeropuerto y el puerto; únicos de la Franja, se cortan todos los caminos salvo uno hacia Egipto celosamente cuidado por israelíes y egipcios, y otro de acceso a Israel, que se convierte en “el cordón umbilical” de ese territorio “embolsado”. E Israel  dictamina acerca del ingreso de alimentos instaurando dosis con un máximo de calorías per cápita. Con la pesca fuertemente limitada, porque los gazatíes no pueden salir al mar  –son baleados–, apenas pescar en la orilla, con una agricultura –la Franja de Gaza fue uno de los primeros territorios agrícolas de la humanidad– totalmente saboteada por la depredación israelí, la alimentación de casi dos millones de seres humanos pasó a estar dosificada por las hostiles autoridades israelíes.

Cuando decimos hostilidad, la idea es demasiado débil: valga lo acontecido con un suceso infrecuente; en 2005 un soldado israelí es tomado prisionero: cuando las fuerzas policiales y militares israelíes procuran “liberar” a ese preso (único) que milicianos palestinos habían secuestrado en una escaramuza (y que los palestinos liberarán mediante canje, sano y salvo, años después; Gilad Shalit), en una serie de allanamientos -donde jamás encontraron nada- terminan matando  entre un centenar y dos centenares de “allanados”. Le queda a uno la interrogante: ¿estaban buscando a Shalit o usaban el pretexto de buscarlo para poder ir matando a mansalva? Porque el descuido, el error, el simple exceso están descartados (ya veremos un comportamiento similar ante el copamiento del 7 de octubre).

Observemos otro ejemplo que refleja la creencia que los judíos sionistas, israelíes  tienen de su propia excelencia: la carta abierta que los decanos de las universidades israelíes Ben Gurion del Negev, lnstituto de Ciencia Weizman,  Universidad Hebrea de Jerusalén, Universidad Ariel, Universidad Abierta de Israel, Universidad de Haifa, y el Instituto Technion-Israel del Instituto de Tecnología, todos ellos alarmados por los discursos académicos posteriores al 7 de octubre de 2023, con lo que consideran “inadecuada respuesta”.

Los decanos adoptan acríticamente la versión oficial israelí de “los más de 1400 víctimas niños, jóvenes y adultos, judíos, musulmanes y cristianos por igual” [sic].  En el momento de su carta abierta, ya existían numerosas fuentes de información que discriminaban en el tendal de muertos; que el principal caudal de víctimas había sobrevenido con la reacción israelí, unas 6 horas después del copamiento de Hamás y otros agrupamientos palestinos sobre el cuartel regional israelí y algunos kibutzim aledaños.

Pero el nudo problemático radica no en repartir culpas y muertos entre milicianos armados  atacantes y militares contraatacando, sino en algo previo.

¿Por qué? ¿Por qué la acción palestina del 7 de octubre?

Leamos a los decanos, que con increíble tranquilidad de conciencia establecen el estado    de situación: “Nos enfrentamos atendiendo dos frentes: uno contra las atrocidades de Hamás, otro en la arena global de la opinión pública. Lamentablemente, observamos una tendencia alarmante según la cual Israel, pese a su derecho a la autodefensa, es caracterizado como un opresor. Esto  establece una equivalencia falsa entre las acciones de una organización asesina y terrorista y un estado soberano con su derecho a defender  a sus ciudadanos, lo cual desafortunadamente  tiene como resultado la pérdida de vidas palestinas inocentes. Todo intento de justificar o apelar equívocamente a las acciones brutales y grotescas de Hamás es intelectual y moralmente indefendible. Es preocupante que muchos colegas universitarios se ha[ya]n convertido en campo propicio para sentimientos antiisralíes y antisemitas, insuflados  por una comprensión sesgada e ingenua del conflicto.” [1] Aquí, en la penúltima palabra, aparece la superioridad intelectual, y moral, que presumen los decanos para sí. Con su planteo maniqueo de que Israel –un estado colonialista– sea el bien. Claro que lo es, para los colonialistas.

06/03/2024

LUIS E. SABINI FERNÁNDEZ
Israel se va “superando” a sí mismo… en abyección

Aaron Bushnell in memoriam

Luis E. Sabini Fernández, 4-3-2024

En este último eslabón de decadencia con depredación, moral y material, vértigo de hybris en caída libre,[1] como ingresando a los cada vez más atroces círculos del infierno de Dante, tenemos que las fuerzas policiaciomilitares israelíes y la sociedad israelí en general (con excepciones, de enorme valor ético y físico), van degradando su comportamiento: no pudieron afrontar que los despreciados palestinos le arrebataran la vida a centenares de miembros de sus fuerzas militares en un copamiento, muy anunciado y a la vez desatendido por la seguridad israelí.


Como no pueden castigarse a sí mismos por semejante divorcio con la realidad, las fuerzas israelíes empezaron ese mismo fatídico 7 de octubre a disparar mortífera artillería a todos los que se movían, incluyendo así hasta israelíes cautivos a causa del copamiento. En ese primer momento validaron esta matanza, Doctrina Aníbal mediante.

Pero la bajada a los abismos ha continuado. Como suele acontecer cuando uno domina la bajada al abismo,  se la concede al otro.

Con bombardeos a edificios de viviendas colectivas, a lo largo de calles enteras, con preaviso (generalmente corto, escaso) o sin preaviso, cumpliendo más descaradamente el fin perseguido; la destrucción y el borramiento de ciudades palestinas y sus habitantes de la (codiciada) Franja de Gaza: con el lenguaje que hemos establecido al fin de la IIGM, genocidio.

La destrucción de edificios mediante bombardeos implica enterrar vivos a sus moradores si no tuvieron tiempo, no pudieron o no quisieron salir (se estima que, a hoy, con 5 meses bajo artillería casi continua, buena parte de los hasta ahora 7000 desaparecidos son palestinos enterrados vivos. Que tienen que haber sufrido inenarrables agonías.

Acaban de ”desenterrar”, primero de marzo, un niño palestino, ojos grandes, cero sonrisa, tras 9 días enterrado vivo bajo los escombros de uno de los tantos bombardeos; sin comer ni beber durante esa atroz espera, agónica. Quienes hacen esa extraordinaria tarea de rescatar –vivos o muertos− de entre los escombros, se valieron de un carro tirado por un burro para llevarlo a un hospital.

¿Se acuerdan de la profecía que con insolencia militares israelíes proclamaban, de llevar a los palestinos a “la edad de piedra”? Ahmed es uno de los que fue llevado a la edad de piedra. Y volvió de allí. Tan inolvidable será con su voluntad de vida como Aaron Bushnell, el valiente y solidario soldado estadounidense que con todo su cuerpo se negó a hacer este genocidio.

Las cifras oficiales hablan de unos 30 mil muertos, varones, mujeres, infantes, bebes,  en 5 meses. Grosso modo, unos doscientos palestinos asesinados cada día. Pero si contamos a los desaparecidos, la cuota del genocidio se ubica alrededor de los 250 diarios. Como los señores aviadores y otros artilleros descansan, no “trabajan” permanentemente, si estimamos que han “hecho su tarea”, la mitad de estos días, tenemos entonces una cosecha roja de 500 seres humanos por intervención: un genocidio in progress de alto rendimiento, señores diseñadores del alto mando israelí.

Blas Pascal, profundamente cristiano, nos enseñó hace ya siglos que el humano es medio ángel y medio bestia, pero agregaba un corolario ético, psíquico: que cada vez que el humano procura convertirse en ángel deviene bestia. Una dialéctica que va mucho más allá de cierta linealidad del comportamiento: desde la Grecia clásica nos ayudaron a ver aspectos de esta cuestión con la noción de hybris.

El ejército más moral del mundo ha cumplido el apotegma de Pascal: es el ejército más (cerebral e) inmoral de mundo.

 “La insoportable levedad del ser” israelí queda a su vez patentada con esa foto de las diez militares israelíes sacándose selfies, sonrientes, en medio de la devastación que han producido en la Franja de Gaza.

No es nada nueva, empero. Ya la habíamos conocido cuando vecinos israelíes de la FdG instalaban butacas cerca de la frontera, preferentemente en algún promontorio, para presenciar –como mirando una película− los bombardeos que con impunidad (y cobardía, porque las poblaciones palestinas no tienen armamento antiaéreo)  descargaba la aviación y la artillería israelíes sobre ciudades palestinas, o cuando buscaban “frenéticamente” a Gilad Shalit (todo un pretexto para seguir matando palestinos), o cuando bautizaron macabramente una operación de devastación en la FdG de “Plomo Fundido”, o cuando idearon balas de tungsteno generadoras de miríadas de focos cancerígenos en el cuerpo en que se alojaban al penetrar la carne, romper los huesos… y en tantas otras ocasiones.

19/02/2024

LUIS E. SABINI FERNÁNDEZ
Genocidio de Gaza: ¿Se está dando vuelta la tortilla?

Luis E. Sabini Fernández, 19-02-2023

Todo parece concatenarse como en una auténtica tragedia griega de modo tal que nada ni nadie decide por sí y ante sí sus próximos pasos y a la vez, quedan marcadas las responsabilidades, los prejuicios, los intereses, de cada “actor”.

Pero lo que tenemos por delante no es griego sino hebreo. El acto político de enterrar vivos a decenas, centenares, tal vez miles de palestinos explica los violentos actos desencadenados por milicianos palestinos el 7 de octubre de 2023. Porque la historia no comenzó en la madrugada de ese día.


Emad Hajjaj

El 7 de octubre fue el detonante. Un operativo de resistencia armada pero de amplio espectro. Que proviene de más de un siglo de resistencia a la penetración sionista. Pero que, además, tiene un antecedente directo. Un operativo de resistencia no armada, palestino de 2018 –Marchas por el Retorno−, reclamando angustiosamente tierra, que tuvo un desenlace desolador. Entonces, inicialmente ni siquiera con piedras, manifestaciones palestinas absolutamente pacíficas fueron  “contestadas” de una manera tan cruel y sanguinaria por Israel que las manifestaciones palestinas acabaron con cientos de muertos, burlona, absolutamente matados, por francotiradores israelíes cómodamente ubicados en taludes a la vera de los caminos de las manifestantes.

Gaza, 13 de abril de 2018. Photo Mohamed Salem/Reuters

Cuando los mandos securitarios israelíes percibieron que el blanco de los ijares humanos generaba “excesivos” muertos, desangrados (porque la asistencia no llegaba a tiempo o porque tales disparos eran efectivamente mortales, cambiaron el blanco; de las entrepiernas a los tobillos. Israel podía así generar entre los despojados palestinos una buena “producción” de lisiados de por vida. Igual que con su “competencia” futbolística, dedicada a quebrar con balazos las piernas de futbolistas palestinos, arruinando las actuaciones del combinado de fútbol palestino en las eliminatorias asiáticas.[1]

Tal es el estilo del Estado de Israel para lidiar con lo palestino; inconmensurable desprecio y un cierto regodeo ante el malvivir, mal morir, palestino; en Israel se opta por matar a niños palestinos hasta por la espalda, con total amparo legal, por ejemplo.[2]

El 7 de octubre la resistencia armada palestina hizo algo distinto: copó los cuartelillos o establecimientos policiaco-militares de la Franja de Gaza (FdG), y a la vez, “cosechó” rehenes, o intentó hacerlo, para posterior intercambio por prisioneros políticos (o sociales) palestinos, muchos detenidos por años sin ni siquiera abrirles causas, archivados vivos en depósitos.

No hay antecedentes de tantos policías o soldados israelíes [3] matados en enfrentamientos anteriores al de la madrugada del 7 de octubre de 2023: se estima en centenares.

19/12/2023

LUIS E. SABINI FERNÁNDEZ
Silencio de radio con Gaza… que cada vez se oye más

Luis E. Sabini Fernández, 19-12-2023

 “Desde hace más de dos meses fuerzas israelíes han bombardeado sin pausa la Franja de Gaza cometiendo la matanza televisada de población inerme más grande de la historia del mundo. Los líderes israelíes han usado generalmente un lenguaje genocida explícito para describir sus planes, incluso alguno de ellos ha llegado a sugerir el uso de armas nucleares para aniquilar por completo a la población de Gaza, que son más de dos millones. Se han derribado decenas de miles de edificios incluyendo viviendas, hospitales, escuelas, universidades y todos los edificios vinculados a una sociedad y sus actividades, que cuando han sido usados como blancos de artillería en conflictos militares siempre han sido considerados [hasta ahora] crímenes de guerra. Incluso, cuando el fiscal principal de la Corte Penal Internacional visitó recientemente Israel” y uno podría haber supuesto que tal visita podía tener que ver con  el copamiento del 7 de octubre y la reacción sin precedentes de los mandos israelíes asesinando a diestra y siniestra, pudimos ver, con alarma que su objetivo –remata Unz− “fue confeccionar cargos y acusaciones contra Hamas y otros grupos palestinos por las muertes de civiles israelíes a principios de octubre.”  [1]

Y sin embargo apenas se habla de este escándalo ético, político, mediático (y militar, obviamente) dado que la inmensa mayoría de los medios de incomunicaciòn de masas apenas rozan el tema y si lo hacen lo reducen a un enfrentamiento igualado entre Hamas e Israel. 


Incluso lo podríamos formular como una ley mediática: cuanto más establecido y “honorable” se revele un medio de incomunicación, menos atenderá lo que Unz considera “la matanza televisada de población inerme más grande de la historia del mundo.”

Porque la muerte de israelíes, en el concierto internacional importa. La de palestinos, no.

Al respecto, entiendo que corresponde expresar algo sobre la acción ejercida por palestinos que disparó/justificó/habilitó la acción militar de respuesta al operativo capitaneado por Hamas con toma de rehenes.

Más allá de mi escasa simpatía por movimientos basados en creencias divinas, Hamas “rechaza el derecho de Israel a haber desposeído a los palestinos de su patria en 1948 y encarcelarlos en guetos superpoblados como Gaza.” Impecables palabras de Jonathan Cook (de su artículo que cito en n. 3). Vale recordar que hasta la ONU reconoce un derecho de resistencia a la opresión colonial y al despojo consiguiente. Y la acción de Hamas se inscribe en esa lucha. Hurgando en la realidad de ese día clave, 7 de octubre, ya varias investigaciones han advertido que además del copamiento del cuartel regional israelí y consiguiente matanza de personal militar más o menos sorprendido, la sangre fue vertida por la hipererreacción militar israelí por la cual muchos israelíes fueron matados por “fuego amigo”).


Aunque la oclusión es mucha y el sesgo mediático es abismal, el humano es incorregible y sobrevienen excepciones. Transcribo ahora palabras de René Pérez Joglar, el rapero puertorriqueño conocido como Residente de Calle 13: “Desde octubre decidí posponer la salida de mi disco frente a todo el genocidio macabro que destruye lentamente a Palestina. No me siento bien, me duele demasiado y me pregunto cuándo fue el día en que nos deshumanizamos hasta el nivel en que podemos ver cómo explotan las cabezas de niños y niñas enfrente nuestro y no decimos nada”.

Residente de Calle 13 se hace más preguntas: “¿Por qué no se detiene todo como con la pandemia, detenemos todo y nos enfocamos en lo que está pasando en Gaza en vez de subir un story modelando ropa […] o la noche de fiesta […], te detienes por un momento, buscás información sobre Palestina y denunciás el genocidio que está cometiendo Israel con el apoyo de EE.UU. Como artista me entristeció el ver que durante toda la premiación de los Grammy nadie dijo nada sobre este genocidio.” La cita de Residente es del 12 de diciembre.

En verdad, vivimos, como con la fábula del rey desnudo que se sentía tan bien vestido; una situación esquizoide donde cada vez más gente considera deleznable el comportamiento israelí, pero ante la espada de Damocles que pende sobre ellos si se atreven a criticar algo judío atrayéndose la acusación de antisemitas, optan sencillamente por eludir el tema.

Pero es como describe Unz: matanza televisada de un alcance jamás visto. Ha habido, claro está, matanzas mucho mayores, pero que simultáneamente la estemos “viendo”, que se haga con total impunidad a la vista de todos nosotros y particularmente de los referentes morales del mundo; del Consejo de Seguridad, de la Asamblea de la ONU, de nuestros gobernantes en general, elegidos por los votos de poblaciones; del Tribunal Penal Internacional, que ya vimos para que fue a Israel (sin consideración alguna para investigar la matanza indiscriminada y masiva de pobladores palestinos, hombres, mujeres, niños, ancianos, bebes). En ese operativo, al que Israel atribuyó inicialmente 1.400 israelíes asesinados, hubo que ir descontando los militares israelíes matados durante el operativo, que se estiman entre 300 y 400 y luego, el tendal de muertos que dejó el contraataque israelí que ya se sabe eliminó centenares de seres humanos desde los helicópteros, donde perdieron la vida enorme cantidad de israelíes (los que trataron de irse en auto de la fiesta rave, por ejemplo, y especialmente los israelíes que estaban atrapados como rehenes por palestinos y que fueron matados junto con sus captores en el presunto operativo de rescate, dado que los militares israelíes zanjaron de ese modo, brutal, la cuestión de cualquier negociación. Las últimas estimaciones acercan a  decenas los muertos civiles israelíes.  

El copamiento del cuartel general israelí para Gaza en la madrugada del 7 de octubre,  que custodiaba el campo de concentración e inmediatamente después el operativo de toma de rehenes enfureció a los mandos militares (si aceptamos que fueron sorprendidos, porque también campea la tesis de que Israel “dejó hacer” a Hamas para justificar una terrible respuesta). De un modo u otro, la “armada brancaleone” (en armamentos, aunque sumamente efectiva) logró buena parte de sus objetivos: pagar a los militares en la misma moneda que los israelíes han descargado impunemente durante décadas,[2] y “cosechar” rehenes como futura moneda de cambio.

Todo ello resulta atroz, pero parece ser un desenvolvimiento llamemos lógico de las medidas tomadas contra Gaza al menos desde 2005, porque recordemos las palabras del carnicero Ariel Sharon al tener que retirar las colonias sionistas de Gaza, entonces: ‘nos vamos, pero le vamos a hacer la vida imposible’.


Unas seis horas después del copamiento palestino, los militares refuerzan con violencia todavía mayor la negación emprendida desde hace ya 17 años; no sólo de las libertades más básicas, como el derecho a circular; acceso a una atención sanitaria o al agua potable; ahora se trata de la matanza indiscriminada y generalizada so pretexto de la búsqueda y represalia de los ejecutores del golpe de mano. Pero, como bien recuerda Cook,  Israel nunca ha ocultado el hecho de que está castigando al pueblo de Gaza por estar gobernado por Hamas, que rechaza el derecho de Israel a haber desposeído a los palestinos de su patria en 1948 y encarcelarlos en guetos superpoblados como Gaza.” [3]

Como bien explica Cook, esta política israelí subvierte todo el esfuerzo desplegado tras la 2GM de impedir atentados al derecho más básico a la vida, como los ejecutados con el bombardeo de Dresde en 1945, sin ninguna finalidad militar, mero castigo para mostrar quien tiene el poder, e igualmente con el uso de bombas atómicas aniquilando la vida de centenares de miles de japoneses en Nagasaki e Hiroshima (con muerte inmediata y diferida mediante contaminación).

Procurando erigir fundamentos para un derecho internacional, con los Convenios de Ginebra, se prohibieron “los castigos colectivos”. Por eso resume Cook: “Lo que Israel le está haciendo a Gaza es la definición misma de castigo colectivo. Es un crimen de guerra: 24 horas al día, 7 días a la semana, 52 semanas de cada año, durante 16 años [ahora 17].” (ibíd.)

Apenas como complemento de la acertada observación de Cook, pienso que, a la vez, la política de matanza a población civil, ahora a ritmo industrial, responde a la ya empleada política de vaciamiento poblacional, que fue la Nakba de 1948 y “salirse con la suya”, para quedarse “bíblicamente” con la tierra (aunque la de Gaza no fue bíblicamente judía; oh paradoja de un misticismo que es apenas hoja de parra).

En el sitio-e del que participan el ahora nonagenario Noam Chomsky y muchos intelectuales comprometidos con la verdad, titulan una de sus últimas notas: “Una fábrica de asesinatos en masa”, refiriéndose al muy calculado –hasta con inteligencia artificial− bombardeo de ciudades y carreteras de Gaza.[4]

Con todos sus rasgos repulsivos y monstruosos, no deja de ser un experimento novedoso. Porque hasta ahora, tales políticas, genocidas, se hacían discretamente, con escaso acceso a esos acontecimientos, y en este caso, desde el 7 de octubre, por la tenacidad verista de los periodistas allí en el terreno de los hechos, casi todos palestinos, pero también porque los despliegues tecnológicos actuales presentizan permanentemente la información que fluye si no irrestricta con mucho empuje (pese a los diques de contención de los dueños del poder), cada vez somos más los que “nos enteramos”.

Y tenemos la esperanza que cada vez seamos más quienes cuestionemos a los periodistas prescindentes que hablan de cosas “importantes” o triviales pero salteándose lo más posible el mal rato de ser rotulado antisemita.

Como dice pedagógicamente Andrew Anglin: “La definición oficial de “antisemitismo” antes del 7 de octubre de 2023 era “odiar a los judíos sin motivo alguno”; la posterior a esa fecha  es “decir que los judíos deberían dejar de matar bebés”.[5]

Lo que Israel empieza a cosechar puede ser el comienzo del fin de su impunidad. Chutzpah incluida.

Notas

[1]  Ron Unz, ”Eliminating the Entire Palestinian People”, unz.review, 11 dic. 2023.

[2]  No existen precedentes en la cantidad de soldados israelíes muertos en la operación.