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20/12/2021

GRAHAM PEEBLES
Etiopía: Batalla histórica por la madre de África

Graham Peebles, CounterPunch, 17/12/2021
Traducido del inglés por
Sinfo Fernández, Tlaxcala


La indignación que sienten los etíopes ante el ataque terrorista respaldado por Occidente contra su país se está extendiendo por todo el Cuerno de África y partes del continente. Un gran movimiento de solidaridad está emergiendo a medida que los vecinos de Etiopía, Eritrea, Somalia, Sudán y Kenia unen sus fuerzas para oponerse al terror, a la injerencia imperial y a las mentiras y la desinformación de los medios de comunicación dominantes.


La victoria etíope en la batalla de Adua contra las tropas invasoras italianas, 2 de marzo de 1896-Arte popular etíope, años 1940

 

A la vista de la duplicidad y los subterfugios de Estados Unidos, se ha vuelto a poner de manifiesto la relación deformada y destructiva que existe entre los Estados africanos y las perniciosas potencias imperiales. Los sentimientos preexistentes de desconfianza y rabia se están reforzando y se está comprendiendo una vieja verdad: Que para ser verdaderamente independientes, las naciones del continente deben unirse; solo entonces se pondrá fin a la explotación, la manipulación y la injusticia.

 

Como dijo el Dr. Kwame Nkrumah, el primer primer ministro y presidente de Ghana: “Si nosotros [las naciones africanas] no formulamos planes para la unidad y tomamos medidas activas para formar una unión política, pronto estaremos luchando y guerreando entre nosotros, con los imperialistas y colonialistas tras las bambalinas tirando de cables despiadados para que nos degollemos unos a otros en aras de sus diabólicos propósitos en África”.

 

El asalto del Frente de Liberación del Pueblo de Tigray (TPLF, por sus siglas en inglés) en Etiopía, apoyado por Estados Unidos, “en aras de sus diabólicos propósitos en África”, no es solo un intento de derrocar al gobierno democráticamente elegido e instalar al terrorista TPLF, sino que es un intento de desestabilizar toda la región. El Cuerno de África tiene una gran importancia estratégica, y Etiopía se encuentra en su centro: desestabilizar al país y afectar a toda la región; instalar un régimen dictatorial etnocéntrico (TPLF) y sembrar la división, envenenando la atmósfera de entendimiento mutuo y cooperación que está construyéndose en la región.

 

La relación entre Etiopía y Eritrea es fundamental para la cohesión regional. Reconociendo este hecho, inmediatamente después de asumir el cargo, el primer ministro Abiy Ahmed trabajó para poner fin a la guerra fronteriza de veinte años -instigada por el TPLF con el apoyo de Estados Unidos- con Eritrea; por esta labor unificadora, que fue en gran medida pasada por alto por los medios de comunicación occidentales en ese momento, Abiy fue premiado  con el premio Nobel de la Paz en 2019.

 

Impactantes violaciones de EE.UU.

 

Desde el 3 de noviembre de 2020, cuando las fuerzas del TPLF perpetraron su traición y atacaron la Base del Mando Norte en Etiopía (una acción que muchos sospechan que estaba sancionada por Estados Unidos), matando a soldados federales y robando armas, la administración Biden se ha mantenido firme detrás de los terroristas. Ha intentado sistemáticamente empañar la reputación del gobierno y ha impuesto una serie de sanciones económicas potencialmente devastadoras contra Etiopía, entre ellas la de aconsejar a sus ciudadanos que no viajen a Etiopía, lo que repercute en el turismo, que es un sector de gran crecimiento. Otros países, como el Reino Unido, Alemania y Francia, felices de sumarse al alarmismo, han seguido su ejemplo, como era de esperar.

 

28/11/2021

GRAHAM PEEBLES
El conflicto en Etiopía es fruto de un diseño de USA

Graham Peebles, CounterPunch, 26/11/2021
Traducido del inglés por Sinfo Fernández, Tlaxcala

 

Graham Peebles es un escritor independiente y también trabajador humanitario. En 2005 creó The Create Trust y ha dirigido proyectos de educación en la India, Sri Lanka, Palestina y Etiopía; en este último país vivió dos años trabajando con niños de la calle, menores explotados sexualmente y programas de formación de profesorado. @peeblesgraham

 

Con el apoyo de Estados Unidos y otras fuerzas extranjeras, incluidos determinados elementos de las agencias de las Naciones Unidas (ONU), el Frente de Liberación del Pueblo de Tigray (TPLF, por sus siglas en inglés) está intentando derrocar al gobierno democráticamente elegido de Etiopía y recuperar el poder. Esto sería desastroso tanto para el país como para la región.


Fuerza Especial del TPLF
UE: Estamos orgullosos de Uds.
USA: ¡Buen trabajo, chicos!”
Viñeta de propaganda etíope circulando en los medios sociales

 

El impacto del conflicto, que dura un año ya, es devastador. Puede que hasta tres millones de personas estén desplazadas internamente, decenas de miles han sido asesinadas, además de mujeres y niñas violadas, propiedades destrozadas, tierras destruidas y ganado masacrado por los combatientes del TPLF. En este momento es difícil ver cómo se puede alcanzarse una solución pacífica; el gobierno ha dicho que no entrará en negociaciones hasta que el TPLF se retire a Tigray, y el TPLF, que no está en condiciones de establecer ninguna condición, exige que el primer ministro Abiy Ahmed dimita.

 

El conflicto se inició cuando el TPLF atacó al Estado etíope el 4 de noviembre de 2020 (tal vez con la aprobación de Estados Unidos). A pesar de ello, Estados Unidos y sus títeres (Reino Unido, la UE, etc.) han apoyado, para incredulidad de muchos, a los terroristas y no al gobierno de Etiopía ni al pueblo etíope. Es ampliamente reconocido que la Administración Biden está detrás del movimiento para reemplazar el gobierno de Abiy, e instalar el TPLF -un grupo menos independiente- (EE.UU. no tolera gobiernos independientes), más maleable, que, a cambio de la libertad de hacer lo que quieran, proporcionará una vez más a EE.UU. un punto de apoyo en el Cuerno de África.

 

Como es lógico, Jeffrey Feltman -enviado especial de Estados Unidos para el Cuerno de África- niega todo esto, y ha afirmado: “Hemos condenado sistemáticamente la expansión de la guerra por parte del TPLF fuera de Tigray, y seguimos pidiendo al TPLF que se retire de Afar y Amhara”.

 

Es cierto, pero lo que cuenta son los hechos, no las palabras (sobre todo las de los políticos) y, a la luz de la respuesta de Estados Unidos desde el inicio del conflicto y de los tejemanejes entre bastidores del Departamento de Estado, su repudio parece, en el mejor de los casos, engañoso, y es ignorado por los indignados etíopes, muchos de los cuales participaron recientemente en numerosas protestas. Enormes multitudes se reunieron bajo el lema #Nunca Más en Addis Abeba, Washington, San Francisco, Londres, Pretoria y otros lugares, exigiendo el fin de la injerencia estadounidense en los asuntos de Etiopía. Existe una creciente ira entre grupos de otras naciones africanas, que ven la intromisión estadounidense en Etiopía como un ataque a la propia África, un asalto colonial.

 

Apoyo de Estados Unidos

 

Las administraciones estadounidenses han respaldado constantemente al TPLF, que estableció estrechas conexiones con el gobierno de Estados Unidos durante sus 27 años en el poder (1991-2018), contactos que están aprovechando al máximo ahora.