Ann Jones, TomDispatch.com, 31/10/2021
Traducido del inglés por Sinfo Fernández, Tlaxcala
Lo sé, lo sé. Es lo último de lo que quieren oír hablar. Veinte años de carnicería estadounidense en Afganistán fueron suficientes para ustedes, estoy segura, y hay muchas otras cosas de las que preocuparse en un Estados Unidos al borde de... bueno, ¿quién sabe de qué? Pero para mí es diferente. Fui a Afganistán en 2002, ya indignada por la malograda guerra de este país sobre esa pobre tierra, para ofrecer toda la ayuda que pudiera a las mujeres afganas. Y por poco que haya podido hacer en esos años, Afganistán me ha dejado una impresión profunda y duradera.