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20/11/2025

Coronel Wilkerson: “Israel está detrás de la escalada de Trump contra Venezuela”

India & Global Left, 15-11-2025

Transcrito, resumido y traducido por Tlaxcala

Lawrence Wilkerson explica por qué USA está intensificando sus acciones contra Venezuela, cuán cerca está Washington de una posible intervención militar y por qué cree que Israel está desempeñando un papel impulsor detrás de la estrategia de Trump hacia Venezuela. También exploramos cuestiones geopolíticas más amplias: • ¿Tiene USA una verdadera gran estrategia después de perder la guerra arancelaria con China? • ¿Se retirará la OTAN de su fallida aventura en Ucrania? • ¿Qué significa para la región la reincorporación efectiva de Siria a la arquitectura usamericana en Oriente Medio? • ¿Está Washington reaccionando a los cambios globales o intensificando ciegamente su postura en múltiples frentes? Si quieres profundizar en el imperio usamericano, la competencia entre grandes potencias y los actores ocultos que dan forma a los conflictos actuales, esta entrevista con el coronel Wilkerson es imprescindible.

 

El episodio se abre con un saludo a los espectadores y un llamado a apoyar el canal mediante suscripciones, membresías o donaciones. El presentador introduce al invitado de la jornada: el coronel Lawrence Wilkerson, coronel retirado del Ejército usamericano y exjefe de gabinete del secretario de Estado Colin Powell. La conversación comienza con un panorama de la escalada usamericana contra Venezuela: el incremento militar en el Caribe, operaciones lanzadas desde Puerto Rico bajo el pretexto de una “guerra contra el narco-terrorismo” y una intensificación de la propaganda. Algunas figuras de la oposición venezolana —como María Corina Machado— son descritas como dispuestas a entregar activos venezolanos a corporaciones gringas, mientras que el presidente Trump expresa abiertamente su deseo de un cambio de régimen en Caracas. La pregunta central planteada a Wilkerson es hasta dónde está dispuesto a llegar Washington.

Wilkerson responde recordando su experiencia en la administración de George W. Bush, señalando que muchas de las prácticas de entonces se están repitiendo ahora con mayor profundidad, amplitud e ilegalidad. Invoca el legado de los juicios de Núremberg y recuerda que su propósito fundamental —expresado por el juez Jackson— era detener las guerras de agresión. Ese principio fue el fundamento moral de Naciones Unidas y de las Convenciones de Ginebra de 1948, destinadas a imponer normas sobre la conducción de la guerra y a establecer el derecho penal internacional. Según Wilkerson, USA está desmantelando hoy —“pieza por pieza, hilo por hilo”— todo el marco jurídico internacional construido tras la Segunda Guerra Mundial. Afirma que USA se ha convertido en el principal perpetrador de guerras de agresión, y Venezuela es su objetivo más reciente.

Explica que la implicación encubierta usamericana se intensificó en 2016, cuando Trump firmó una autorización presidencial que permitía a la CIA operar sobre el terreno. La decisión de Obama en 2015 de declarar a Venezuela una amenaza para la seguridad nacional había preparado el terreno para sanciones y políticas intervencionistas. Wilkerson subraya que no existe diferencia real entre administraciones demócratas y republicanas. Le preocupa, en particular, la elaboración de nuevas justificaciones legales por parte del Departamento de Justicia para los asesinatos extrajudiciales en alta mar —operaciones que ya han dejado decenas de muertos, entre ellos pescadores pobres confundidos con traficantes. En Colombia y Venezuela, algunos pobladores temen salir a pescar por miedo a ser asesinados. Esto ilustra, según él, la destrucción del derecho internacional y del debido proceso.

Consultado sobre la posibilidad de una intervención militar, Wilkerson se declara profundamente alarmado. Asegura que Israel desempeña un papel central en las operaciones de inteligencia usamericanas relacionadas con Venezuela desde al menos 2016. Afirma que Trump recibe información engañosa o manipulada, no de las agencias oficiales, sino de intermediarios como Laura Loomer y personas vinculadas a los servicios israelíes, financiadas por sectores de la oposición venezolana. Esta red paralela elude a la comunidad de inteligencia oficial y alimenta operaciones basadas en agendas externas.

Wilkerson detalla luego el ascenso del Mando de Operaciones Especiales (SOCOM), convertido en una estructura militar semiautónoma estrechamente integrada con la CIA. Este dispositivo permite a la agencia ejecutar operaciones de acción directa sin supervisión estricta del Congreso, ya que formalmente son realizadas por el ejército. Cita ejemplos históricos —Mogadiscio, Afganistán, Irak— donde las fuerzas especiales actuaron al margen del mando regional. Afirma que lo mismo sucede ahora en Venezuela, donde unidades especiales, desplegadas en un “buque nodriza” frente a la costa venezolana, llevan a cabo misiones clandestinas sin el conocimiento del mando convencional del Comando Sur. Define esta situación como una ruptura “increíble” y peligrosa del control civil y militar.

El presentador señala que las fuerzas armadas venezolanas están fuertemente politizadas e integradas al proceso bolivariano —a diferencia de Chile en 1973—, lo que dificulta enormemente cualquier golpe de Estado. Wilkerson coincide: la institución militar ha permanecido leal, y los intentos usamericanos de soborno o infiltración probablemente han fracasado. Una intervención enfrentaría no solo a un ejército cohesionado sino también a una mayoría social profundamente opuesta a USA. Wilkerson prevé que un intento usamericano de cambio de régimen desembocaría en una guerra de guerrillas prolongada que USA terminaría perdiendo, con graves consecuencias para Venezuela e incluso para Colombia.

Colonel Wilkerson : “Israël est derrière l'escalade de Trump contre le Venezuela”

India & Global Left, 15/11/2025
Transcrit, résumé et traduit par Tlaxcala

Lawrence Wilkerson explique pourquoi les USA intensifient leurs actions contre le Venezuela, à quel point Washington est proche d'une éventuelle intervention militaire et pourquoi il pense qu'Israël joue un rôle moteur dans la stratégie de Trump à l'égard du Venezuela. Nous explorons également des questions géopolitiques plus larges : • Les USA ont-ils une véritable grande stratégie après avoir perdu la guerre tarifaire contre la Chine ? • L'OTAN va-t-elle se retirer de son aventure ratée en Ukraine ? • Que signifie pour la région la réintégration effective de la Syrie dans l'architecture usaméricaine au Moyen-Orient ? • Washington réagit-il aux changements mondiaux ou intensifie-t-il aveuglément ses efforts sur plusieurs fronts ? Si vous souhaitez approfondir vos connaissances sur l'empire usaméricain, la rivalité entre les grandes puissances et les acteurs cachés qui façonnent les conflits actuels, cette interview du colonel Wilkerson est incontournable.

 

L’épisode s’ouvre par un message de bienvenue adressé aux spectateurs et un appel à soutenir la chaîne au moyen d’abonnements, d’adhésions ou de dons. L’animateur présente ensuite l’invité du jour, le colonel Lawrence Wilkerson, ancien colonel de l’armée usaméricaine et ancien chef de cabinet du secrétaire d’État Colin Powell. La discussion s’engage sur l’escalade des USA contre le Venezuela : renforcement militaire dans la Caraïbe, opérations lancées depuis Porto Rico sous couvert d’une « guerre contre le narco-terrorisme » et intensification des campagnes de propagande. Certaines figures de l’opposition vénézuélienne — comme María Corina Machado — sont accusées de promettre des actifs du pays aux entreprises usaméricaines, tandis que le président Trump affiche ouvertement sa volonté d’un changement de régime à Caracas. La question centrale posée à Wilkerson est jusqu’où Washington est prêt à aller.

Wilkerson répond en évoquant son expérience sous l’administration de George W. Bush, soulignant que de nombreuses pratiques de cette époque sont aujourd’hui reproduites avec encore plus de profondeur, d’ampleur et d’illégalité. Il invoque l’héritage des procès de Nuremberg et rappelle que leur objectif fondamental, formulé par le juge Jackson, était de prévenir les guerres d’agression. Ce principe a servi de fondement moral à l’ONU et aux Conventions de Genève de 1948, destinées à imposer des normes de conduite de la guerre et à instituer le droit pénal international. Selon Wilkerson, les USA démantèlent désormais, « pièce par pièce, fil par fil », tout l’édifice juridique international mis en place après la Seconde Guerre mondiale. Il affirme que les USA sont devenus le principal auteur de guerres d’agression dans le monde, le Venezuela étant la cible la plus récente.

Il rappelle que l’implication clandestine usaméricaine s’est intensifiée en 2016 lorsque Trump a signé une directive autorisant la CIA à mener des opérations sur le terrain. La décision d’Obama, en 2015, de qualifier le Venezuela de menace pour la sécurité nationale avait déjà préparé le terrain aux sanctions et aux politiques interventionnistes. Wilkerson souligne qu’il n’existe aucune différence significative entre administrations démocrates et républicaines. Il s’inquiète notamment des nouveaux fondements juridiques élaborés par le département de la Justice pour justifier des assassinats extrajudiciaires en mer — des opérations qui ont déjà coûté la vie à des dizaines de personnes, dont de simples pêcheurs pauvres pris à tort pour des trafiquants. En Colombie et au Venezuela, certains évitent désormais de sortir pêcher de peur d’être tués. Cela illustre, selon lui, la destruction du droit international et du principe de procédure régulière.

Interrogé sur la possibilité d’une intervention militaire, Wilkerson se dit très préoccupé. Il affirme qu’Israël joue un rôle majeur dans les opérations de renseignement usaméricaines au Venezuela depuis au moins 2016. Trump, dit-il, reçoit un renseignement biaisé ou manipulé non pas par les agences officielles usaméricaines, mais par des intermédiaires comme Laura Loomer et des individus liés aux services israéliens, financés par des acteurs de l’opposition vénézuélienne. Cette filière parallèle contourne le renseignement officiel et alimente des opérations fondées sur des agendas extérieurs.

Wilkerson détaille ensuite l’ascension du Commandement des opérations spéciales (SOCOM), devenu une structure militaire semi-autonome étroitement intégrée à la CIA. Ce dispositif permet à l’agence de mener des opérations d’action directe tout en échappant au contrôle du Congrès, puisque celles-ci sont techniquement exécutées par l’armée. Il cite plusieurs précédents historiques — Mogadiscio, l’Afghanistan, l’Irak — où les forces spéciales ont mené des missions unilatérales hors du contrôle des commandants régionaux. Il affirme que la même dynamique est à l’œuvre au Venezuela, où des unités spéciales, stationnées sur un « navire-mère » au large du pays, mènent des opérations clandestines sans en référer au commandement militaire conventionnel. Il qualifie cette situation de rupture « invraisemblable » et dangereuse du contrôle civil et militaire.

L’animateur note que l’armée vénézuélienne est fortement politisée et étroitement liée au processus bolivarien — à la différence du Chili en 1973. Cela rend un coup d’État bien plus difficile. Wilkerson approuve : l’armée est restée loyale et les tentatives de corruption ou d’infiltration usaméricaines ont probablement échoué. Une intervention se heurterait à la fois à l’armée et à une opinion publique largement opposée aux USA. Wilkerson prédit qu’une tentative de changement de régime conduirait à une guerre de guérilla prolongée, que les USA finiraient par perdre, provoquant d’immenses souffrances au Venezuela et peut-être en Colombie.

Colonel Wilkerson: “Israel Is Behind Trump’s Escalation on Venezuela”


India & Global Left, 15/11/2025

Transcribed and summarized by Tlaxcala

Wilkerson explains why the U.S. is escalating against Venezuela, how close Washington is to a possible military intervention, and why he believes Israel is playing a driving role behind Trump’s Venezuela strategy. We also explore bigger geopolitical questions: • Does the U.S. have a real grand strategy after losing the tariff war to China? • Will NATO retreat from its failing venture in Ukraine? • What does Syria’s effective re-absorption into the U.S. Middle East architecture mean for the region? • Is Washington reacting to global shifts—or blindly escalating on multiple fronts? If you want a deep dive into U.S. empire, great-power competition, and the hidden actors shaping today’s conflicts, this interview with Colonel Wilkerson is essential.

 

The episode opens with a welcome to viewers and an appeal to support the channel through subscriptions, membership, or donations. The host then introduces the evening’s guest, Colonel Lawrence Wilkerson, a retired U.S. Army Colonel and former Chief of Staff to Secretary of State Colin Powell. The conversation begins with an overview of U.S. escalation against Venezuela, including military buildups in the Caribbean, operations originating from Puerto Rico under the banner of a so-called "war on narco-terrorism," and intensified propaganda efforts. Figures in the Venezuelan opposition—such as María Corina Machado—are described as promising Venezuelan assets to U.S. corporations, while President Trump has been explicit in seeking regime change in Caracas. The central question posed to Wilkerson is how far Washington is willing to go.

Wilkerson responds by recalling his experience during the George W. Bush administration, noting that many of the practices of that era are now being repeated with even greater depth, breadth, and illegality. He invokes the legacy of the Nuremberg Trials, reminding viewers that their primary purpose—articulated by Justice Jackson—was to stop wars of aggression. This principle formed the moral foundation for the UN and the Geneva Conventions of 1948, which sought to impose standards on the conduct of war and establish international criminal law. According to Wilkerson, the United States is now dismantling, "peg by peg, thread by thread," the entire post-World War II international legal framework. He argues that the U.S. has become the world’s chief perpetrator of wars of aggression, with Venezuela being the most recent target.

Wilkerson explains that U.S. covert involvement in Venezuela escalated in 2016 when Trump signed a presidential finding authorizing CIA operations on the ground. Obama’s 2015 declaration that Venezuela was a national security threat to the United States also paved the way for sanctions and interventionist policies. Wilkerson stresses that both Democratic and Republican administrations have followed the same trajectory. He highlights a troubling trend: the creation of new legal rationales by the Department of Justice to justify extrajudicial killings at sea—killings that have already claimed dozens of lives, including impoverished fishermen misidentified as smugglers. People in Colombia and Venezuela are now reportedly afraid to fish for fear of being killed. This, Wilkerson says, represents the destruction of international law and due process.

Turning to the possibility of a military intervention, Wilkerson describes the situation as deeply alarming. He asserts that Israel is heavily involved in U.S. intelligence operations related to Venezuela, having participated since at least 2016. According to him, Trump receives misleading or manipulated intelligence not from official U.S. agencies but from intermediaries such as Laura Loomer and figures connected to the Israeli intelligence apparatus, financed by actors within the Venezuelan opposition. In Wilkerson’s view, this intelligence pipeline circumvents the established intelligence community, enabling operations driven by external agendas.

He elaborates on the rise of U.S. Special Operations Command (SOCOM), which has grown into a powerful, semi-autonomous military structure closely integrated with the CIA. This arrangement allows the CIA to conduct direct-action operations while avoiding congressional oversight, since the military technically carries out the actions. Wilkerson provides historical examples—from Mogadishu to Afghanistan and Iraq—where Special Operations forces conducted unilateral missions without the knowledge of regional commanders. He argues that similar dynamics are now visible in Venezuela, where special operations personnel aboard a “mother ship” off the Venezuelan coast conduct clandestine missions without the awareness or approval of the conventional military command at Southern Command. This, he says, represents an “unbelievable” and dangerous breakdown of civilian and military oversight.

05/11/2025

Petróleo venezolano, cambio de régimen made in USA y política gangsteril de Washington

El endeble pretexto moral hoy es la lucha contra las drogas, sin embargo el objetivo real es derrocar a un gobierno soberano, y el daño colateral es el sufrimiento del pueblo venezolano. Si esto suena familiar, es porque lo es.

Jeffrey D. Sachs & Sybil Fares, Common Dreams, 4-11-2025

Traducido par Tlaxcala

USA está desempolvando su viejo manual de cambio de régimen en Venezuela. Aunque el eslogan ha pasado de «restaurar la democracia» a «combatir a los narco-terroristas», el objetivo sigue siendo el mismo: el control del petróleo venezolano. Los métodos seguidos por USA son familiares: sanciones que estrangulan la economía, amenazas de fuerza y una recompensa de 50 millones de dólares por la cabeza del presidente venezolano Nicolás Maduro, como si esto fuera el Lejano Oeste.


Carlos Latuff

USA es adicto a la guerra. Con el cambio de nombre del Department of War [ministerio de la Guerra], un presupuesto propuesto para el Pentágono de 1,01 billones de dólares, y más de 750 bases militares en alrededor de 80 países, esta no es una nación que busque la paz. Durante las últimas dos décadas, Venezuela ha sido un objetivo persistente de los intentos usamericanos de cambio de régimen. El motivo, que el presidente Donald Trump dejó claramente expuesto, son los aproximadamente 300 mil millones de barriles de reservas de petróleo bajo la franja del Orinoco, las mayores reservas petroleras del planeta.

En 2023, Trump declaró abiertamente: «Cuando me fui, Venezuela estaba lista para colapsar. La habríamos tomado, habríamos conseguido todo ese petróleo… pero ahora estamos comprando petróleo de Venezuela, así que estamos haciendo a un dictador muy rico.» Sus palabras revelan la lógica subyacente de la política exterior yanqui, que muestra un completo desprecio por la soberanía y favorece en cambio la apropiación de los recursos de otros países.

Lo que está en marcha hoy es una operación típica de cambio de régimen dirigida por USA, revestida con el lenguaje de la interdicción antidrogas. USA ha concentrado miles de tropas, buques de guerra y aeronaves en el mar Caribe y el océano Pacífico. El presidente ha autorizado con orgullo a la CIA a llevar a cabo operaciones encubiertas dentro de Venezuela.

Las llamadas del gobierno usamericano a la escalada reflejan un desprecio temerario por la soberanía de Venezuela, el derecho internacional y la vida humana.

El 26 de octubre de 2025, el senador Lindsey Graham (Republicano, Carolina del Sur) apareció en televisión nacional para defender recientes ataques militares usamericanos contra buques venezolanos y para decir que ataques terrestres dentro de Venezuela y Colombia son una «posibilidad real». El senador por Florida Rick Scott, en el mismo ciclo informativo, reflexionó que si él fuera Nicolás Maduro «se iría a Rusia o China ahora mismo». Estos senadores pretenden normalizar la idea de que Washington decide quién gobierna Venezuela y qué sucede con su petróleo. Recuerde que Graham de modo similar defiende que USA luche contra Rusia en Ucrania para asegurar los 10 billones de dólares en riquezas minerales que Graham afirma, de manera fatua, que están disponibles para que USA las tome.

Tampoco son los movimientos de Trump una historia nueva respecto a Venezuela. Durante más de 20 años, administraciones usamericanas sucesivas han intentado someter la política interna de Venezuela a la voluntad de Washington. En abril de 2002, un golpe de Estado militar de corta duración depuso brevemente al entonces presidente Hugo Chávez. La CIA conocía los detalles del golpe por adelantado, y USA reconoció inmediatamente al nuevo gobierno. Al final, Chávez retomó el poder. Sin embargo, USA no puso fin a su apoyo al cambio de régimen.

En marzo de 2015, Barack Obama codificó una notable ficción legal. Firmó la Orden Ejecutiva 13692, declarando la situación política interna de Venezuela como una «amenaza inusual y extraordinaria» para la seguridad nacional de USA para activar sanciones económicas gringas. Ese movimiento preparó el terreno para una coerción creciente por parte de USA. La Casa Blanca ha sostenido esa afirmación de una «emergencia nacional» usamericana desde entonces. Trump añadió sanciones económicas cada vez más draconianas durante su primer mandato. Asombrosamente, en enero de 2019, Trump declaró a Juan Guaidó, entonces una figura de la oposición, «presidente interino» de Venezuela, como si Trump pudiera simplemente nombrar a un nuevo presidente venezolano. Esta tragicomedia grencha acabó desmoronándose en 2023, cuando USA abandonó esta maniobra fracasada y ridícula.

USA ahora está iniciando un nuevo capítulo de apropiación de recursos. Trump ha sido durante mucho tiempo vocal acerca de «quedarse con el petróleo». En 2019, al hablar de Siria, el presidente Trump dijo: «Nos estamos quedando con el petróleo, tenemos el petróleo, el petróleo está asegurado, dejamos tropas únicamente por el petróleo.» Para los que lo dudan, las tropas usamericanas aún permanecen hoy en el noreste de Siria, ocupando los campos petroleros. Antes, en 2016, sobre el petróleo de Irak, Trump dijo: «Yo decía esto constantemente y de forma consistente a quien quisiera escuchar, decía quédense con el petróleo, quédense con el petróleo, quédense con el petróleo, no dejen que alguien más lo consiga.»

Ahora, con nuevos ataques militares a buques venezolanos y conversaciones abiertas sobre ataques terrestres, la administración invoca los narcóticos para justificar el cambio de régimen. Sin embargo, el artículo 2(4) de la Carta de las Naciones Unidas prohíbe expresamente «la amenaza o el uso de la fuerza contra la integridad territorial o la independencia política de cualquier Estado». Ninguna teoría gringa de «guerras de cárteles» justifica remotamente un cambio de régimen coercitivo.

Incluso antes de las incursiones militares, las sanciones coercitivas usamericanas han funcionado como un ariete de asedio. Obama construyó el marco de sanciones en 2015, y Trump lo convirtió en un arma aún más potente para derrocar a Maduro. La afirmación era que la «presión máxima» empoderaría a los venezolanos. En la práctica, las sanciones han causado un sufrimiento generalizado. Como encontró el economista y renombrado experto en sanciones Francisco Rodríguez en su estudio sobre las «Consecuencias humanas de las sanciones económicas», el resultado de las medidas coercitivas usamericanas ha sido una caída catastrófica del nivel de vida en Venezuela, un empeoramiento marcado de la salud y la nutrición, y un daño grave a las poblaciones vulnerables.

El endeble pretexto moral hoy es la lucha contra las drogas, sin embargo el objetivo real es derrocar a un gobierno soberano, y el daño colateral es el sufrimiento del pueblo venezolano. Si esto suena familiar, es porque USA ha emprendido repetidamente operaciones de cambio de régimen en busca de petróleo, uranio, plantaciones de banano, rutas de oleoductos y otros recursos: Irán (1953), Guatemala (1954), Congo (1960), Chile (1973), Irak (2003), Haití (2004), Siria (2011), Libia (2011) y Ucrania (2014), por nombrar solo algunos casos. Ahora Venezuela está en el escaparate.

En su brillante libro Covert Regime Change (2017), la profesora Lindsey O’Rourke detalla las maquinaciones, los reveses y los desastres de no menos de 64 operaciones encubiertas usamericanas de cambio de régimen durante los años 1947-1989. ¡Ella se centró en ese período anterior porque muchos documentos clave de esa época ya han sido desclasificados! Trágicamente, el patrón de una política exterior usamericana basada en operaciones de cambio de régimen encubiertas (y no tan encubiertas) continúa hasta el día de hoy.

Las llamadas del gobierno de Washington a la escalada reflejan un desprecio temerario por la soberanía de Venezuela, el derecho internacional y la vida humana. Una guerra contra Venezuela sería una guerra que los ciudadanos de USA no quieren, contra un país que no ha amenazado ni atacado a USA, y sobre fundamentos legales que fracasarían ante un estudiante de primer año de Derecho. Bombardear buques, puertos, refinerías o soldados no es una demostración de fuerza. Es puro y simple hampa.

NdT: El discurso pronunciado por Tulsi Gabbard en Manama el 31 de octubre, en el que anunciaba el fin de la política de «cambio de régimen» de Washington, pasó claramente desapercibido para los autores. Léase Después del armisticio económico de Seúl, el armisticio militar de Manama 

Pétrole vénézuélien, changement de régime made in USA et politique de gangster de Washington

 

Le prétexte moral vaseux aujourd’hui est la lutte contre les stupéfiants, pourtant l’objectif réel est de renverser un gouvernement souverain, et les dommages collatéraux sont la souffrance du peuple vénézuélien. Si cela vous paraît familier, c’est parce que ça l’est.

Jeffrey D. Sachs & Sybil Fares, Common Dreams, 4/11/2025

Traduit par Tlaxcala

Les USA ressortent leur ancien manuel de changement de régime au Venezuela. Bien que le slogan ait glissé de « rétablir la démocratie » à « combattre les narco-terroristes », l’objectif reste le même : le contrôle du pétrole vénézuélien. Les méthodes employées par les USA sont bien connues : des sanctions qui étranglent l’économie, des menaces de recours à la force, et la tête du président vénézuélien Nicolás Maduro mise à prix pour 50 millions de dollars comme si l’on était au Far West.


Carlos Latuff

Les USA sont accros à la guerre. Avec le renommage du Department of War [ministère de la Guerre], un budget proposé pour le Pentagone de 1,01 billion de dollars, et plus de 750 bases militaires réparties dans quelque 80 pays, ce n’est pas une nation qui poursuit la paix. Depuis deux décennies, le Venezuela est une cible persistante des tentatives usaméricaines de changement de régime. Le motif, clairement exposé par le président Donald Trump, ce sont les quelque 300 milliards de barils de réserves pétrolières sous la ceinture de l’Orénoque, les plus grandes réserves de pétrole de la planète.

En 2023, Trump déclara ouvertement : « Quand je suis parti, le Venezuela était prêt à s’effondrer. Nous l’aurions pris, nous aurions obtenu tout ce pétrole… mais maintenant nous achetons du pétrole au Venezuela, donc nous rendons un dictateur très riche. » Ses mots révèlent la logique sous-jacente de la politique étrangère usaméricaine qui ignore complètement la souveraineté et favorise plutôt l’appropriation des ressources d’autres pays.

Ce qui se déroule aujourd’hui est une opération typique de changement de régime dirigée par les USA, déguisée sous le langage de l’interdiction des drogues. Les USA ont massé des milliers de soldats, des navires de guerre et des avions dans la mer des Caraïbes et l’océan Pacifique. Le président a fièrement autorisé la CIA à mener des opérations clandestines à l’intérieur du Venezuela.

Les appels du gouvernement usaméricain à l’escalade reflètent un mépris irresponsable pour la souveraineté du Venezuela, le droit international et la vie humaine.

Le 26 octobre 2025, le sénateur Lindsey Graham (Républicain, Caroline du Sud) est allé à la télévision nationale pour défendre les récentes frappes militaires usaméricaines contre des navires vénézuéliens et pour dire que des frappes terrestres à l’intérieur du Venezuela et de la Colombie sont une « vraie possibilité ». Le sénateur de Floride Rick Scott, dans le même cycle d’informations, a fait la réflexion que s’il était Nicolás Maduro, il « irait en Russie ou en Chine immédiatement ». Ces sénateurs visent à normaliser l’idée que Washington décide qui gouverne le Venezuela et ce qu’il advient de son pétrole. Rappelons que Graham défend de la même manière que les USA combattent la Russie en Ukraine pour sécuriser les 10 000 milliards de dollars de richesses minérales que Graham affirme connement être disponibles pour que les USA se les approprient.

Les mouvements de Trump ne constituent pas non plus une nouveauté en ce qui concerne le Venezuela. Depuis plus de 20 ans, des administrations usaméricaines successives ont tenté de soumettre la politique intérieure du Venezuela à la volonté de Washington. En avril 2002, un coup d’État militaire de courte durée défit brièvement le président de l’époque, Hugo Chávez. La CIA connaissait les détails du coup d’avance, et les USA ont immédiatement reconnu le nouveau gouvernement. Finalement, Chávez reprit le pouvoir. Pourtant, les USA n’ont pas mis fin à leur soutien à un changement de régime.

En mars 2015, Barack Obama a codifié une remarquable fiction juridique. Il a signé l’Ordre Exécutif 13692, déclarant que la situation politique interne du Venezuela constituait une « menace inhabituelle et extraordinaire » pour la sécurité nationale des USA afin de déclencher des sanctions économiques usaméricaines. Cette décision a préparé le terrain à une coercition usaméricaine croissante. La Maison-Blanche a maintenu cette affirmation d’« urgence nationale » usaméricaine depuis lors. Trump a ajouté des sanctions économiques de plus en plus draconiennes pendant son premier mandat. De façon stupéfiante, en janvier 2019, Trump déclara Juan Guaidó, alors figure de l’opposition, « président par intérim » du Venezuela, comme si Trump pouvait simplement nommer un nouveau président vénézuélien. Cette tragicomédie yankee s’est finalement effondrée en 2023, lorsque les USA ont abandonné ce stratagème foireux et grotesque.

Les USA entament désormais un nouveau chapitre d’appropriation des ressources. Trump a longtemps été clair sur le fait de « garder le pétrole ». En 2019, en parlant de la Syrie, le président Trump déclara : « Nous gardons le pétrole, nous avons le pétrole, le pétrole est sécurisé, nous avons laissé des troupes uniquement pour le pétrole. » Pour ceux qui en doutent, des troupes usaméricaines sont encore aujourd’hui dans le nord-est de la Syrie, occupant les champs pétrolifères. Plus tôt, en 2016, au sujet du pétrole irakien, Trump a dit : « Je disais cela constamment et de façon cohérente à quiconque voulait bien écouter, je disais : gardez le pétrole, gardez le pétrole, gardez le pétrole, ne laissez pas quelqu’un d’autre l’avoir. »

Aujourd’hui, avec de nouvelles frappes militaires contre des navires vénézuéliens et des propos ouverts sur des attaques terrestres, l’administration invoque les stups pour justifier un changement de régime. Pourtant l’article 2(4) de la Charte des Nations unies interdit expressément « la menace ou l’emploi de la force contre l’intégrité territoriale ou l’indépendance politique de tout État ». Aucune théorie usaméricaine de « guerres de cartels » ne justifie à distance un changement de régime coercitif.

Même avant les frappes militaires, les sanctions coercitives usaméricaines ont fonctionné comme un engin de siège. Obama a construit le cadre des sanctions en 2015, et Trump l’a encore plus instrumentalisé pour renverser Maduro. La prétention était que la « pression maximale » habiliterait les Vénézuéliens. En pratique, les sanctions ont provoqué des souffrances généralisées. Comme l’a constaté l’économiste et spécialiste renommé des sanctions Francisco Rodríguez dans son étude sur les « Conséquences humaines des sanctions économiques », le résultat des mesures coercitives usaméricaines a été un déclin catastrophique du niveau de vie au Venezuela, une détérioration nette de la santé et de la nutrition, et des dommages graves pour les populations vulnérables.

Le prétexte moral vaseux aujourd’hui est la lutte contre les stupéfiants, pourtant l’objectif réel est de renverser un gouvernement souverain, et les dommages collatéraux sont la souffrance du peuple vénézuélien. Si cela vous paraît familier, c’est parce que ça l’est. Les USA ont à plusieurs reprises entrepris des opérations de changement de régime à la recherche de pétrole, d’uranium, de plantations de bananes, de tracés de pipelines et d’autres ressources : Iran (1953), Guatemala (1954), Congo (1960), Chili (1973), Irak (2003), Haïti (2004), Syrie (2011), Libye (2011) et Ukraine (2014), pour ne citer que quelques-unes de ces affaires. Maintenant, c’est le Venezuela qui est sur la sellette.

Dans son excellent livre Covert Regime Change (2017), la professeure Lindsey O’Rourke détaille les manigances, les retombées et les catastrophes d’au moins 64 opérations usaméricaines clandestines de changement de régime durant les années 1947-1989 ! Elle s’est concentrée sur cette période antérieure parce que de nombreux documents clés de cette époque ont aujourd’hui été déclassifiés. Tragiquement, le schéma d’une politique étrangère usaméricaine fondée sur des opérations de changement de régime secrètes (et pas si secrètes) perdure jusqu’à aujourd’hui.

Les appels du gouvernement usaméricain à l’escalade reflètent un mépris irresponsable pour la souveraineté du Venezuela, le droit international et la vie humaine. Une guerre contre le Venezuela serait une guerre que les citoyens usaméricains ne veulent pas, contre un pays qui n’a ni menacé ni attaqué les USA, et sur des bases juridiques qui échoueraient à convaincre un étudiant en première année de droit. Bombarder des navires, des ports, des raffineries ou des soldats n’est pas une démonstration de force. C’est du gangstérisme pur et simple.

NdT
Le discours de Manama de Tulsi Gabbard du 31 octobre, annonçant la fin de la politique de “changement de régime” de Washington (lire ici), a manifestement échappé à l’attention des auteurs.

13/10/2025

From one to another Nobel
Open Letter from Adolfo Pérez Esquivel to María Corina Machado

Adolfo Pérez Esquivel, Página12, 13/10 /2025
Translated by Tlaxcala

 


I send you the greeting of Peace and Good, so greatly needed by humanity and by peoples living amid poverty, conflict, war, and hunger.
This open letter is meant to express and share a few reflections.

I was surprised by your designation as Nobel Peace Prize laureate, awarded by the Nobel Committee. It brought back memories of the struggles against dictatorships across our continent and in my own country — the military dictatorships we endured from 1976 to 1983. We resisted prisons, torture, and exile, with thousands of disappeared persons, abducted children, and the death flights, of which I am a survivor.

In 1980, the Nobel Committee awarded me the Nobel Peace Prize. Forty-five years have passed, and we continue working in service of the poorest, alongside the peoples of Latin America. In their name, I accepted that high distinction — not for the prize itself, but for the commitment shared with the peoples who struggle and hope to build a new dawn.
Peace is built day by day, and we must be consistent between what we say and what we do.

At 94, I remain a student of life, and your social and political stances concern me. Therefore, I send you these reflections.

The Venezuelan government is a democracy with its lights and shadows. Hugo Chávez charted the path of freedom and sovereignty for his people and fought for continental unity — a reawakening of the Great Homeland. The United States attacked him constantly: it cannot allow any country in the Americas to escape its orbit and colonial dependence. It still views Latin America as its “backyard.”
The U.S. blockade against Cuba, lasting over 60 years, is an attack on freedom and the rights of peoples. The Cuban people’s resistance stands as a lesson in dignity and strength.

I am astonished by how tightly you cling to the United States: you must know that it has no allies or friends — only interests.
The dictatorships imposed in Latin America were orchestrated to serve its aims of domination, destroying the social, cultural, and political life of peoples striving for freedom and self-determination.
We, the peoples, resist and fight for our right to be free and sovereign, and not colonies of the United States.

The government of Nicolás Maduro lives under the constant threat of the United States and its blockade — one need only recall the U.S. naval forces stationed in the Caribbean and the danger of invasion.
You have not uttered a word, nor condemned this interference by a great power against Venezuela. Yet the Venezuelan people are ready to face the threat.

Corina, I ask you: why did you call on the United States to invade Venezuela?
Upon learning of your Nobel Peace Prize, you dedicated it to Trump — the aggressor of your own country, the man who lies and accuses Venezuela of being a narco-state, a falsehood akin to George Bush’s claim that Saddam Hussein possessed “weapons of mass destruction.”
That was the pretext to invade Iraq, plunder it, and cause thousands of deaths among women and children.
I was in Baghdad at the end of the war, in a children’s hospital, and saw with my own eyes the destruction and death caused by those who proclaim themselves defenders of freedom.
The worst form of violence is the lie.

Do not forget, Corina, that Panama was invaded by the United States, causing death and destruction to capture a former ally, General Noriega.
The invasion left 1,200 dead in Los Chorrillos.
Today, the U.S. once again seeks to reclaim control of the Panama Canal.
It is a long list of U.S. interventions and suffering inflicted upon Latin America and the world.
The veins of Latin America remain open, as Eduardo Galeano once wrote.

I am troubled that you dedicated your Nobel not to your people, but to the aggressor of Venezuela.
I believe, Corina, you must reflect and understand where you stand — whether you are merely another piece in the U.S. colonial system, submissive to its interests of domination, which can never serve the good of your people.
As an opponent of the Maduro government, your stances and choices create much uncertainty, especially when you call for a foreign invasion of your homeland.

Remember that building peace requires great strength and courage for the good of your people — a people I know and deeply love.
Where once there were shantytowns clinging to the hills, surviving in poverty and destitution, there are now decent homes, healthcare, education, and culture.
The dignity of a people cannot be bought or sold.

Corina, as the poet* says:

“Traveler, there is no path; the path is made by walking.”

You now have the chance to work for your people and build peace, not provoke greater violence.
One evil cannot be cured by a greater evil: we would have two evils and never a solution.

Open your mind and your heart to dialogue, to meeting your people.
Empty the jug of violence and build peace and unity among your people, so that the light of freedom and equality may finally enter.

*Another Machado, named Antonio (no relation to Mrs. María Corina) [Transl. n.]

De Nobel à Nobel
Lettre ouverte d’Adolfo Pérez Esquivel à María Corina Machado

Adolfo Pérez Esquivel, Página12, 13/10 /2025
Traduit par Tlaxcala



Je t’adresse le salut de Paix et de Bien, dont l’humanité et les peuples plongés dans la pauvreté, les conflits, les guerres et la faim ont tant besoin. Cette lettre ouverte vise à t’exprimer et à partager quelques réflexions.

J’ai été surpris par ta désignation comme Prix Nobel de la paix, attribué par le Comité Nobel. Cela m’a rappelé les luttes contre les dictatures sur notre continent et dans mon propre pays — les dictatures militaires que nous avons subies de 1976 à 1983. Nous avons résisté aux prisons, à la torture et à l’exil, avec des milliers de disparus, des enfants enlevés, et les vols de la mort, dont je suis moi-même un survivant.

En 1980, le Comité Nobel m’a décerné le Prix Nobel de la paix. Quarante-cinq ans ont passé, et nous continuons à œuvrer au service des plus pauvres, aux côtés des peuples latino-américains. Au nom de tous ceux-là, j’ai accepté cette haute distinction — non pour le prix en soi, mais pour l’engagement partagé avec les peuples qui luttent et espèrent construire un nouvel horizon.
La paix se construit jour après jour, et nous devons être cohérents entre nos paroles et nos actes.

À mes 94 ans, je demeure un apprenti de la vie, et ta posture, tes décisions sociales et politiques m’inquiètent. Je t’envoie donc ces réflexions.

Le gouvernement vénézuélien est une démocratie, avec ses lumières et ses ombres. Hugo Chávez a tracé la voie de la liberté et de la souveraineté du peuple, et il a lutté pour l’unité du continent — un réveil de la grande patrie latino-américaine. Les USA l’ont constamment attaqué: ils ne peuvent tolérer qu’un pays du continent échappe à leur orbite et à leur dépendance coloniale. Ils continuent de considérer l’Amérique latine comme leur « arrière-cour ».
Le blocus imposé à Cuba depuis plus de 60 ans est une attaque contre la liberté et les droits des peuples. La résistance du peuple cubain demeure un exemple de dignité et de force.

Je m’étonne de voir à quel point tu t’accroches aux USA: tu devrais savoir qu’ils n’ont ni alliés ni amis, seulement des intérêts.
Les dictatures imposées en Amérique latine ont été orchestrées au service de leurs intérêts de domination, détruisant la vie et le tissu social, culturel et politique des peuples qui luttent pour leur liberté et leur autodétermination.
Nous les peuples, nous résistons et nous luttons pour le droit d’être libres et souverains, et non des colonies des USA.

Le gouvernement de Nicolás Maduro vit sous la menace constante des USA et du blocus — il suffit de rappeler la présence des forces navales usaméricaines dans la Caraïbe et le danger d’une invasion.
Tu n’as pas dit un mot, ni condamné cette ingérence d’une grande puissance contre le Venezuela. Pourtant, le peuple vénézuélien est prêt à affronter la menace.

Corina, je te demande : pourquoi as-tu appelé les USA à envahir le Venezuela ?
Lorsqu’on a annoncé que tu avais reçu le Prix Nobel de la paix, tu l’as dédié à Trump — l’agresseur de ton propre pays, celui qui ment et accuse le Venezuela d’être un État narcotrafiquant, un mensonge semblable à celui de George Bush, qui accusa Saddam Hussein de détenir des « armes de destruction massive ».
Ce fut le prétexte pour envahir l’Irak, le piller et provoquer des milliers de morts, de femmes et d’enfants.
J’étais à Bagdad à la fin de la guerre, dans un hôpital pour enfants, et j’ai vu la destruction et les morts causées par ceux qui se proclament défenseurs de la liberté.
La pire des violences est le mensonge.

N’oublie pas, Corina, que le Panama fut envahi par les USA, provoquant morts et destructions pour capturer un ancien allié, le général Noriega.
L’invasion fit 1 200 morts à Los Chorrillos.
Aujourd’hui, les USA cherchent à nouveau à s’emparer du canal de Panama.
C’est une longue liste d’interventions et de souffrances infligées à l’Amérique latine et au monde par les USA .
Les veines de l’Amérique latine restent ouvertes, comme l’écrivait Eduardo Galeano.

Je suis troublé que tu aies dédié le Nobel non pas à ton peuple, mais à l’agresseur du Venezuela.
Je crois, Corina, que tu dois réfléchir et comprendre où tu te tiens : es-tu une pièce de plus dans le système colonial des USA, soumise à leurs intérêts de domination — ce qui ne peut jamais être au bénéfice de ton peuple ?
En tant qu’opposante au gouvernement de Maduro, tes positions et tes choix suscitent beaucoup d’incertitudes, surtout lorsque tu en viens à appeler une puissance étrangère à envahir ton pays.

Il faut se souvenir que construire la paix demande force et courage, au service de ton peuple — un peuple que je connais et que j’aime profondément.
Là où il y avait jadis des bidonvilles dans les collines, vivant dans la pauvreté et la misère, il y a aujourd’hui des logements décents, des soins, de l’éducation et de la culture.
La dignité d’un peuple ne s’achète ni ne se vend.

Corina, comme le dit le poète* :

« Voyageur, il n’existe pas de chemin ; le chemin se fait en marchant. »

Tu as aujourd’hui la possibilité de travailler pour ton peuple et de construire la paix, non de provoquer davantage de violence.
Un mal ne se résout jamais par un mal plus grand : on n’aura alors que deux maux, et jamais la solution du conflit.

Ouvre ton esprit et ton cœur au dialogue, à la rencontre de ton peuple.
Vide le baril de la violence et construis la paix et l’unité de ton peuple, pour que la lumière de la liberté et de l’égalité puisse enfin entrer.

*Un autre Machado, prénommé Antonio (aucun lien avec Mme María Corina) [NdT]

12/10/2025

Rejet de la décision du Comité Nobel d’attribuer le Prix de la Paix à María Corina Machado

Nous, soussigné·es, réprouvons la décision du Comité Nobel d’attribuer le Prix de la Paix à María Corina Machado, et considérons cette décision comme un acte qui promeut la guerre en Amérique latine et encourage le terrorisme.

Nous pensons qu’il ne s’agit pas d’une coïncidence si cette décision a été prise au moment où une flotte américaine stationnée dans les Caraïbes menace le Venezuela.
La décision d’exalter une figure comme celle de María Corina Machado fait partie de l’offensive médiatique destinée à préparer l’opinion publique mondiale à l’arrivée de la guerre en Amérique latine.

Ceux qui ont pris cette décision ne sont ni innocents ni confus.
Ils mettent en avant une personnalité impliquée dans toutes les tentatives de coup d’État, dans des activités terroristes, qui a plaidé en faveur d’une agression militaire contre le Venezuela, et qui incarne le pire de la droite vénézuélienne — liée directement au sionisme international, ayant expressément soutenu le génocide contre le peuple palestinien, et à l’aile belliciste du gouvernement Trump, dirigée par Marco Rubio.

Cinq cents ans après l’invasion du continent américain, les gouvernements européens et des institutions comme le Comité Nobel réaffirment, par de tels actes, leurs pratiques colonialistes et racistes.

Nous, signataires de cette déclaration — qui avons défendu la Révolution bolivarienne et qui, ces dernières années, avons pu diverger sur la politique du gouvernement Maduro — réaffirmons aujourd’hui notre soutien à sa décision de mobiliser et d’armer le peuple face à l’agression impérialiste.

Pour nous, il n’existe pas d’autre position que d’accompagner le peuple vénézuélien dans sa décision de défendre sa souveraineté et son gouvernement.

 👉Découvrez les premières signatures et ajoutez la vôtre

Rejection of the Nobel Committee’s Decision to Award the Peace Prize to María Corina Machado

We, the undersigned, reject the decision of the Nobel Committee to award the Peace Prize to María Corina Machado, and we consider this decision an act that promotes war in Latin America and encourages terrorism.

We believe it is no coincidence that this decision was made at a time when a U.S. fleet stationed in the Caribbean threatens Venezuela. The decision to exalt a figure such as María Corina Machado is part of the media offensive preparing world public opinion to bring war to Latin America.

Those who made this decision are neither innocent nor confused. They are promoting a figure who has been involved in every attempted coup d’état, in terrorist activities, who has openly called for military aggression against Venezuela, and who represents the worst of the Venezuelan right — directly linked to international Zionism, having explicitly supported the genocide against the Palestinian people, and to the warlike wing of the Trump administration, led by Marco Rubio.

Five hundred years after the invasion of the Americas, European governments and institutions such as the Nobel Committee reaffirm through such acts their colonialist and racist practices.

We, the undersigned — who have upheld the Bolivarian Revolution and, in recent years, have held differing opinions regarding the Maduro government — today reaffirm our support for its decision to mobilize and arm the people in the face of imperialist aggression.

For us, there is no other stance than to support the Venezuelan people’s decision to rise up and defend their sovereignty and their government.

👉See first signatures and add yours

Avvisning av Nobelkomiteens beslutning om å tildele fredsprisen til María Corina Machado

Vi undertegnede avviser Nobelkomiteens beslutning om å tildele fredsprisen til María Corina Machado, og vi betrakter denne beslutningen som en handling som fremmer krig i Latin-Amerika og oppmuntrer til terrorisme.

Vi mener det ikke er noen tilfeldighet at beslutningen ble tatt akkurat nå, når en amerikansk flåte stasjonert i Karibia truer Venezuela. Beslutningen om å hylle en figur som María Corina Machado er en del av den mediale offensiven som forbereder verdensopinionen på å bringe krigen til Latin-Amerika.

De som har tatt denne beslutningen, er verken uskyldige eller forvirrede. De fremmer en person som har vært involvert i alle forsøk på statskupp, i terrorhandlinger, som har uttalt seg til fordel for militær aggresjon mot Venezuela, og som representerer det verste av den venezuelanske høyresiden — direkte knyttet til internasjonal sionisme, med eksplisitt støtte til folkemordet mot det palestinske folk, og til den krigerske fløyen av Trumps regjering, ledet av Marco Rubio.

Fem hundre år etter invasjonen av Amerika bekrefter europeiske regjeringer og institusjoner som Nobelkomiteen gjennom slike handlinger sine kolonialistiske og rasistiske praksiser.

Vi som undertegner denne erklæringen — som har forsvart den bolivariske revolusjonen og de siste årene hatt ulike meninger om Maduro-regjeringen — bekrefter i dag vår støtte til dens beslutning om å mobilisere og bevæpne folket mot den imperialistiske aggresjonen.

For oss finnes det ingen annen holdning enn å støtte det venezuelanske folkets beslutning om å reise seg og forsvare sin suverenitet og sin regjering.

👉Se de første underskriftene og legg til din egen

Repudio a la decisión del Comité Nobel de otorgar el Premio de la Paz a María Corina Machado

Los abajo firmantes repudiamos la decisión del Comité Nobel de otorgar el Premio de la Paz a María Corina Machado y calificamos esta decisión como un acto que promueve la guerra en Latinoamérica y alienta el terrorismo. 
Pensamos que no es casual que se haya tomado esa decisión cuando una flotilla estadounidense estacionada en el Caribe amenaza a Venezuela. La decisión de enaltecer a una figura como la de María Corina Machado es parte de la ofensiva mediática con que se está preparando a la opinión pública mundial para traer la guerra a América Latina. Quienes la han tomado no son inocentes ni están confundidos. 
Se promueve una figura que estuvo vinculada a todos los intentos de golpe de Estado, a actividades terroristas, que ha declarado en favor de la agresión militar contra Venezuela y que expresa a lo peor de la derecha venezolana, vinculada directamente al sionismo internacional, habiendo apoyado expresamente el genocidio contra el pueblo palestino, y al ala guerrerista del gobierno de Trump, encabezada por Marco Rubio. 
Quinientos años después de la invasión a América, los gobiernos europeos e instituciones como el Comité Nobel reafirman con estos actos sus prácticas colonialistas y racistas. Quienes firmamos esta declaración, que hemos reivindicado a la Revolución bolivariana y en los últimos años hemos tenido distintas opiniones con respecto al gobierno de Maduro, hoy reivindicamos su decisión de movilizar y armar al pueblo frente a la agresión imperialista. Para nosotros no hay otra postura que acompañar la decisión del pueblo venezolano de salir a defender su soberanía y su gobierno.

25/09/2025

GERALDINA COLOTTI
Italie : la révolution bolivarienne et la Flottille de la liberté

Geraldina Colotti, Resumen Latinoamericano, 24/9/2025
Traduit par Tlaxcala

 


Dans le port d’Otrante, le drapeau vénézuélien flotte aux côtés des drapeaux palestiniens. Un jeune homme grimpe au mât du navire Ghassan Kanafani, dédié à l’un des écrivains palestiniens les plus importants du siècle dernier, journaliste et homme politique, assassiné à Beyrouth par une bombe placée dans sa voiture par le Mossad, le 8 juillet 1972. Il était une figure importante du Front populaire de libération de la Palestine. Aujourd’hui, le drapeau du Venezuela flotte au vent, aux côtés de celui de la Palestine. D’autres militants montent sur le pont, saluent le poing levé devant la caméra pour la campagne « Le Venezuela est un espoir, pas une menace », et crient à tue-tête : « Je m’engage avec Maduro, gringos go home ! » et « Palestine-Venezuela, un seul drapeau ».

Depuis la ville apulienne du Salento, située sur la côte adriatique et considérée comme le point le plus oriental de l’Italie, la Flottille de la liberté se prépare également à partir pour Gaza. « Il y a un équipage maritime, mais aussi un équipage terrestre, qui prépare le voyage et le suivra dans toutes ses phases », explique Schoukri Hroub, qui est ici le coordinateur logistique de l’Union démocratique arabe-palestinienne (UDAP).

La plupart des bateaux, réunis au sein de la Global Sumud Flotilla, ont pris la mer en direction de la ville martyre de Palestine, chargés d’aide humanitaire pour une population affamée et décimée par un génocide que personne ne parvient à arrêter. Global signifie que l’équipage provient de dizaines de pays, et « Sumud » est un mot arabe qui signifie « résilience » et « persévérance inébranlable », pour indiquer la détermination des militants à ne pas se laisser intimider par les menaces du criminel Netanyahou : menaces qui sont toutefois prises au sérieux, compte tenu de la liberté d’action que lui ont laissée ses maîtres occidentaux, en lui permettant d’étendre et de multiplier une occupation à des fins évidentes d’épuration ethnique et d’extermination, qui a maintenant atteint son paroxysme.

La « Sumud » a déjà reçu plus d’un drone d’avertissement et, au moment où nous écrivons ces lignes, il a de nouveau été attaqué. Certains députés de la gauche institutionnelle ont symboliquement occupé la salle du Parlement italieb pour demander au gouvernement d’extrême droite, grand sponsor du régime sioniste, de garantir la sécurité de la flottille sur laquelle des députés ont également embarqué.

Le ministre italien de la Défense a assuré avoir envoyé un navire de sauvetage, mais les conditions obligent les militants à abandonner l’aide à d’autres mains. Netanyahou avait déjà demandé aux navigants de remettre l’aide aux mains sanglantes de ses forces armées qui, a-t-il déclaré sans la moindre honte, la remettraient certainement aux Palestiniens. Proposition rejetée par les militants, unis dans cette affaire malgré la diversité de leurs appartenances.




Compte tenu de la situation, l’ambiance est également joyeuse, mais concentrée, dans le port d’Otrante. La Flottille de la liberté a déjà fait ses preuves sur le plan politique en tentant de briser le blocus naval de Gaza. Schoukri se souvient du prix payé le 31 mai 2010. À l’époque, les forces spéciales sionistes avaient attaqué le navire turc Mavi Marmara, qui faisait partie du convoi, dans les eaux internationales. L’opération, qui s’était déroulée à environ 120 km des côtes israéliennes, avait causé la mort de neuf militants et fait des dizaines de blessés, provoquant une vive réaction internationale et entraînant une crise diplomatique entre la Turquie et Israël.

À Otrante, la Flottille de la liberté bénéficie du soutien des différentes composantes territoriales, ainsi que des autorités ecclésiastiques et politiques, qui ont participé aux journées de rencontres, d’information et de débats en préparation du départ, avec des attitudes plus nuancées et des accents humanitaires.

« Nous avons une attitude inclusive et ouverte, la lutte doit s’intensifier car ce combat est mondial et concerne l’humanité tout entière, mais il n’y a aucune ambiguïté sur la nature du génocide et sur le modèle capitaliste qui le détermine dans sa férocité coloniale », déclare Boris Tremolizzo, l’un des coordinateurs.

C’est pourquoi, dans les deux débats centraux, le comité organisateur s’est efforcé d’inviter, outre les personnes qui luttent pour la défense du territoire – paysans, pêcheurs, précaires, étudiants, ouvriers, féministes et écologistes – également des représentants de Cuba et du Nicaragua (alors occupés à d’autres activités), et surtout du Venezuela, attaqué par l’impérialisme usaméricain, qui a envoyé sur les côtes des Caraïbes une flotte opposée à celle de la flottille de la paix, qui dénonce le génocide de Gaza.

Au nom de l’ambassadrice Marilyn Di Luca, Estalina Báez, première secrétaire de la mission diplomatique vénézuélienne auprès de la FAO, a participé aux deux débats – « La faim comme arme de guerre et outil de domination » et « De la Palestine au Venezuela en passant par l’Afrique, la guerre de l’impérialisme ne s’arrête pas » – et a reçu un accueil très favorable.

En compagnie de plusieurs médecins palestiniens, connectés à distance, Estalina a présenté avec précision les données, les initiatives et les dénonciations internationales présentées par le Venezuela pour accompagner les actions de paix entreprises par le président Maduro et le gouvernement bolivarien face à l’agression impérialiste de Donald Trump et Marco Rubio.

Elle a montré l’adhésion populaire résolue à la défense de la souveraineté du Venezuela, qui a impliqué tous les secteurs sociaux : des pêcheurs aux paysans, des ouvriers aux jeunes, avec les femmes productrices toujours en première ligne. Des personnes qui voient leur propre survie et leur travail menacés, comme cela a été le cas pour les pêcheurs, pris pour cible par les navires de guerre sous prétexte de lutter contre le trafic de drogue.

Trump, a-t-elle déclaré, bombarde les bateaux de pêche sans avertissement, ce qui fait que beaucoup ont peur de prendre la mer, ce qui compromet leurs activités de pêche habituelles, leur économie, et pourrait même menacer la souveraineté alimentaire du pays, en les empêchant de se procurer de la nourriture. Une fois de plus, a-t-elle ajouté, l’impérialisme utilise à nouveau l’alimentation comme une arme de guerre contre la révolution bolivarienne.

Le même mécanisme criminel est à l’œuvre contre la population de Gaza, à qui l’occupant empêche de se procurer de la nourriture sur ses propres côtes, en les prenant pour cible avec ses fusils. Que dirait, a-t-elle demandé à l’assistance, un pêcheur de ces côtes en signe de solidarité avec les pêcheurs vénézuéliens, attaqués comme ceux de Gaza ? Depuis le public, les comités territoriaux ont répondu sans hésiter : « Gringos go home ! » Et, dans la soirée, lors d’une réunion de paysans et d’écologistes avec la représentante diplomatique vénézuélienne, ils se sont déclarés prêts à impliquer dans cette lutte les pêcheurs des autres côtes et à organiser des jumelages avec les communes et les pêcheurs vénézuéliens.

« Nous défendrons toujours la souveraineté du Venezuela », a répété Schoukri Hroub, rappelant que la liberté de la Palestine a toujours été présente et la solidarité toujours active, tant au niveau international que populaire, de Chávez à Maduro.

Le Venezuela est un espoir, pas une menace. Mais pour l’impérialisme usaméricain et les gouvernements européens hypocrites qui le soutiennent, la véritable menace est celle de l’exemple, qui doit être enterré sous un voile de mensonges avec la complicité des médias hégémoniques qui ont cautionné les fausses informations du prétendu Cartel des Soleils, initialement pour calomnier le capitaine Diosdado Cabello, puis le président Maduro.

La menace que représente le socialisme bolivarien est celle d’avoir lancé un modèle alternatif au capitalisme dominant grâce auquel le Venezuela avait réussi à atteindre les premiers objectifs du millénaire de la FAO en deux fois moins de temps, et c’est pourquoi on a tenté de le bloquer et de l’étouffer par tous les moyens.

C’est pourquoi, comme à Gaza, l’impérialisme utilise la faim et l’alimentation comme arme de guerre. Mais sans succès, car, tout comme en Palestine, malgré les agressions et les « sanctions », le Venezuela a toujours répondu avec créativité, à commencer par la création des Clap, les comités locaux d’approvisionnement et de production, qui sont également des instruments d’auto-organisation sociale.

Aujourd’hui, le pays produit 90 % de ce qu’il consomme, et les données sur la croissance économique, illustrées ces derniers jours par la vice-présidente exécutive, Delcy Rodríguez, sont encore plus prometteuses. Une offense insupportable pour un impérialisme qui bafoue le droit international, comme nous le voyons avec le génocide en Palestine, mais qui a ainsi éveillé la conscience des peuples.