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10/11/2025

Cómo Trump y Suecia intentan malvender el Sáhara Occidental
¿El fin de medio siglo de principios?

 Un reportaje de “Konflikt”, Sveriges Radio (7-11-2025)
Realización: Viktor Löfgren
Producción: Anja Sahlberg
Sonido: Fabian Begnert
Transcripción: Solidarité Maroc . Traducción : Tlaxcala 

Version française  النسخة العربية  

Gran parte del mundo de arriba, encabezado por Donald Trump, parece darle la razón a Marruecos sobre el Sáhara Occidental ocupado. ¿Está colapsando el derecho internacional?

Suecia, otrora defensora del derecho internacional, ha suavizado su postura sobre el Sáhara Occidental. Un giro simbólico justo cuando la ONU reconoce la propuesta marroquí de autonomía. “Konflikt” cuenta este cambio global.

Participantes: John Bolton, diplomático usamericano y exasesor de seguridad nacional de Donald Trump; Sara Yerkes, analista del grupo de reflexión usamericano Carnegie; Manuel Devers, jurista francés que llevó ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea los asuntos relacionados con el acuerdo comercial entre la UE y Marruecos; Erik Hagen, de Western Sahara Resource Watch; Jytte Guteland, diputada socialdemócrata miembra de la Comisión de Asuntos Europeos, Senia Bachir, representante del Polisario en Suecia, Mouaad Joumani, activista pro marroquí que presiona a favor del plan de autonomía de Marruecos para el Sáhara Occidental, Dahar Rahmouni, activista saharaui. El Gobierno sueco y el ministro de Comercio, Benjamin Dousa, son duramente criticados en este episodio. Durante dos semanas, Konflikt intentó en varias ocasiones conseguir una entrevista para que el ministro pudiera responder a las críticas y aclarar el razonamiento del Gobierno, pero el ministro rechazó la entrevista.

 


En el Parlamento, el hombre de los mil correos electrónicos

Cada semana, los diputados suecos ven aparecer el mismo nombre en sus bandejas de entrada: Mouaad Joumani.
El mismo tono, la misma convicción: « La verdad sobre el Sáhara Occidental debe salir a la luz. »

Para este habitante de Gotemburgo, el Sáhara Occidental —ese territorio desértico al sur de Marruecos, bañado por el Atlántico— no es una colonia, sino parte integrante del reino.
Una afirmación que contradicen varias sentencias de la Corte Internacional de Justicia.

Durante mucho tiempo su discurso fue marginal, pero hoy resuena hasta en los pasillos del poder. En octubre de 2025, Suecia y otros países occidentales parecen dispuestos a reconsiderar la cuestión saharaui. En Nueva York, el Consejo de Seguridad está a punto de dar un paso inédito: reconocer el plan marroquí de autonomía como “la solución más realista”.

Un pueblo exiliado, dos realidades

Para entender este cambio, la periodista Anja Salberg viajó a los campamentos de refugiados saharauis del sur de Argelia.
Allí sobreviven cerca de cien mil personas desde 1975, año en que Marruecos anexionó el territorio tras la retirada española.

« Recuerdo el calor del día y el frío de la noche. Los campamentos se convirtieron en ciudades de arena dependientes de la ayuda internacional », relata.
En 2010, se aventuró en El Aaiún, la capital no oficial del Sáhara ocupado, donde conoció a Dahar Rahmouni, un activista torturado por sus ideas.
« Nunca me sentí libre, nunca seguro. Siempre vigilado. »

Hoy los saharauis siguen viviendo entre el exilio y el control: unos en los campamentos argelinos, otros bajo la administración marroquí. Y la promesa de un referéndum sigue sin cumplirse.

Suecia: del faro moral al pragmatismo político

Durante décadas, Suecia encarnó una conciencia internacional. En las instituciones europeas defendía la legalidad frente a la fuerza.
« Suecia era un faro de principios en Europa », explica Erik Hagen, de Western Sahara Resource Watch.
Pero en el otoño de 2025, ese faro titubea: el país que antes defendía la autodeterminación de los saharauis vota a favor de un acuerdo comercial entre la UE y Marruecos, que incluye el Sáhara Occidental.

De la Marcha Verde a la era Trump: el mundo al revés

En 1975, el rey Hasán II convocó la “Marcha Verde”.
España se retiró, Marruecos ocupó el territorio y el Frente Polisario tomó las armas.
Una guerra de dieciséis años terminó con un alto el fuego en 1991 y la promesa de un referéndum que nunca llegó.

Bajo Donald Trump, USA reconoció la soberanía marroquí sobre el Sáhara a cambio de la normalización de relaciones entre Rabat e Israel en los Acuerdos de Abraham.
El exdiplomático John Bolton lo resume con amargura: « Los marroquíes jugaron con maestría.
Trump quería un trofeo diplomático antes de irse. »

Europa, entre el derecho y el comercio

En 2024, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea dictaminó que los acuerdos comerciales con Marruecos violaban el derecho internacional.
Pero un año después, Bruselas introdujo un mecanismo de control para eludir el problema.
Suecia, antes reacia a cualquier compromiso, aprobó esta nueva versión.

La diputada socialdemócrata Jytte Guteland se indigna:
« ¿Cómo podemos condenar la invasión de Ucrania y legitimar la del Sáhara Occidental? »

El ministro de Comercio, Benjamin Dousa, respondió con cautela:
« Tenemos en cuenta la complejidad del caso y las nuevas garantías europeas. »

Cuando la ley dice no

En Estocolmo, el abogado Manuel Devers, representante del Frente Polisario ante el Tribunal de Justicia de la UE, desmonta este argumento:
« La Unión pretende etiquetar como marroquíes productos que proceden del Sáhara Occidental. Es una violación flagrante del derecho. »
Afirma que solo el Polisario, reconocido por la ONU, puede otorgar consentimiento.
Denuncia una “política de simulación” y advierte:
« Si Europa deja de respetar sus propias normas, destruye su credibilidad y la del derecho internacional. »

Otro rostro de Suecia

En Estocolmo, Senia Bashir, representante del Polisario, acaba de regresar de los campamentos de Tinduf, donde creció.
« En los años 80, la ropa enviada desde Suecia llegaba con postales y palabras de amistad. Para nosotros, Suecia simbolizaba la solidaridad. »
Hoy, confiesa, lleva un mensaje distinto: « Suecia nos ha dado la espalda. »

El relato marroquí

Por su parte, Mouaad Joumani celebra: « No es una colonia. Marruecos construye, invierte, crea empleo. Ocho mil millones de dólares para desarrollar la región. » Defiende la propuesta marroquí de autonomía, comparable a la de Cataluña: autogestión local bajo soberanía nacional. « Es el único camino realista », afirma.
El Polisario la rechaza: solo un referéndum puede decidir entre independencia o integración.

La ONU entierra el sueño saharaui

El 31 de octubre de 2025, el Consejo de Seguridad aprueba una resolución histórica: el plan marroquí se convierte en “la solución más viable”. China y Rusia se abstienen; Estados Unidos, Francia y la mayoría de los europeos votan a favor. La analista Sara Yerkes, del Carnegie Endowment, explica: « Desde Trump, muchos países siguieron la tendencia sin llegar al reconocimiento pleno. La idea de un Estado saharaui independiente ha muerto. »Y añade, con cierto desasosiego: « El derecho internacional se ha vuelto secundario. No sé cómo repararlo. » Aun así, aboga por una autonomía sólida con derechos políticos y garantías sobre los recursos. « En 2025, es la única salida practicable. »

Dos realidades, un mismo silencio

En El Aaiún, Mouaad Joumani filma las celebraciones del cincuentenario de la Marcha Verde. Las calles se llenan de banderas rojas con la estrella verde. « No es solo una fiesta —es orgullo, es amor », escribe.

Mientras tanto, Dahar Rahmouni, desde la clandestinidad, envía un mensaje de voz: « Nada ha cambiado. Vivimos bajo vigilancia, detenidos sin razón. El mundo solo se interesa por nuestros recursos, no por nuestros derechos. » Y añade:
« Espero que el mundo no le dé completamente la espalda al derecho internacional. »

Un mundo que bascula

Cincuenta años después de la Marcha Verde, el Sáhara Occidental sigue atrapado entre el derecho y la fuerza, entre la promesa y el abandono. Suecia, antaño símbolo de coherencia moral, se ha unido al campo del realismo político.
Y el derecho internacional, una vez más, cede bajo el peso del poder.

 

 

01/03/2023

CRISTINA MARTÍNEZ
Mohamed Lamine Haddi, nuevas huelgas de hambre

Cristina Martínez , 1-3-2023

La vida de Mohamed Lamine Haddi pende de un hilo. Hoy, día 1 de marzo, y mañana, día 2, está protagonizando una huelga de advertencia para que le atienda un médico. Está muy débil.

Se vuelve a dar la paradoja del preso político que se daña la salud por conseguir que le vea un médico. Es el caso de Haddi, que tiene graves dolencias de todo tipo, algunas causadas por las anteriores huelgas de hambre, terribles, otras por las condiciones de la cárcel, monstruosas, otras por el agravamiento de sus síntomas al no ser atajados por tratamiento médico.

¿Qué pueden hacer -en este caso, Haddi- y el resto de presos políticos para recibir asistencia médica? Pedir ayuda, llamar la atención. Estas huelgas, que administrativamente van dirigidas al director de la cárcel, en realidad son una petición de socorro para la comunidad internacional. Que el mundo sepa lo que les están haciendo, en pleno siglo XXI, en que los derechos humanos están consagrados en todos los tratados, países e instituciones.

Esos derechos humanos que se defienden selectivamente, según el país donde se incumplan; tanto presupuesto gastado en instituciones como las Naciones Unidas, que tienen las herramientas para desmontar una ocupación; una Cruz Roja Internacional que no visita a estos presos políticos saharauis en las cárceles marroquíes. Cárceles lejísimos de su tierra, en las que no tendrían que estar, primero porque son inocentes, y segundo porque así lo dice la IV Convención de Ginebra “Las personas protegidas inculpadas quedarán detenidas en el país ocupado y, si son condenadas, deberán cumplir allí su castigo”. Claro que también dice este artículo 76 que los condenados “recibirán la asistencia médica que su estado de salud requiera”. Es de cajón. Pero molestarse en reflejar este derecho en un artículo, para que nadie se moleste en su vigilancia es una tomadura de pelo. Da igual todo. Mareamos la perdiz, firmamos muchos convenios que son papel mojado porque no se cumplen. Y así creemos que avanza la sociedad.

Ya sabemos que el ministro Albares no va a hacer nada. Le venimos pidiendo que interceda desde el inicio de su mandato, pero se ve que la cosa no va con él. El Sahara Occidental solo es moneda de cambio, no una colonia por cuya entrega ilegal España sigue teniendo responsabilidades políticas y morales.

Hay más instituciones. El Parlamento español, el Parlamento Europeo, los distintos parlamentos de todo el mundo tienen que pronunciarse y salvar la vida de estos presos. Los representantes del pueblo no tienen por qué seguir las líneas de los ejecutivos, a veces alejadas del derecho internacional.

Da vértigo saber que Haddi, a pesar del infierno de sus huelgas anteriores, las más largas y recientes de 69 y 63 días, piensa seguir protagonizando nuevas huelgas. Primero de advertencia, como hoy y mañana, después indefinidas por desnutrición y malos tratos.

09/02/2023

CRISTINA MARTiNEZ
Primera visita en cuatro años a Mohamed Lamine Haddi, preso político saharaui

Cristina Martínez, Movimiento por los Presos Políticos Saharauis (MPPS),  8-2-2023

Mohamed Lamine Haddi, preso político del grupo de Gdeim Izik, fue sentenciado por Marruecos a 25 años de prisión en un juicio plagado de irregularidades procesales.

Aparte de las torturas previas al juicio, Mohamed Lamine sufre unas condiciones carcelarias dramáticas. Desde septiembre de 2017 está en aislamiento. No recibe atención médica a pesar de sus múltiples dolencias ni siquiera cuando protagonizó, entre otras, dos huelgas de hambre impresionantes de 69 y 63 días en el mismo año de 2021. Tampoco en esos momentos permitieron la visita de la familia que se había desplazado 1.300 km para saber si estaba vivo o muerto porque no podían comunicarse con él ni tenían noticias.

Ayer, 7 de febrero, recibió la primera visita después de 4 años. Le ha visitado su hermano Mohamed Alí y no le ha reconocido, tanto se ha deteriorado su aspecto. Está muy delgado, le han cambiado los rasgos y la estructura física. Su estado de ánimo está tan enfermo como su cuerpo.

Menos de quince minutos duró la visita. El hermano viajó desde El Aaiún hasta la infame cárcel de Tiflet 2, para que sólo le permitieran estar un cuarto de hora con él tras cuatro años. Durante ese tiempo Mohamed Lamine estuvo tosiendo; se le veía enfermo. Sin derecho a asistencia médica, ni en esos momentos ni nunca.

Tras la primera gran huelga de hambre que terminó el 22 de marzo de 2021, sufría de “parálisis parcial en el lado izquierdo, temblores en las piernas, sensación de tener una piedra en la mano izquierda, pérdida de la memoria y dolor severo en el estómago y los riñones”. Todo esto no se trató ni se curó, y la huelga de hambre resultó en complicaciones que todavía lo acompañan, como, según sigue enumerando la familia, “enuresis, acidez estomacal, síndrome del intestino irritable, vómitos y nauseas como resultado de la podredumbre de la celda, que es un retrete junto al que duerme, y fuertes dolores en la cabeza y articulaciones producto de las torturas, así como mala visión en el ojo izquierdo por el golpe que recibió el 15 de marzo de 2022. Le duele mucho el oído izquierdo de donde sale pus”. También en este caso la administración penitenciaria le niega una visita del médico.

El hermano le llevaba libros, bolígrafos y miel, pero los carceleros no permitieron su entrega.

Las fotos que tenemos de Mohamed Lamine son de hace más de 12 años. Ese joven guapo, sonriente, valiente, corresponsal de radio de la RASD, enamorado de la vida y de la causa saharaui, ya no existe. En su lugar hay un enfermo avejentado, deformado y consumido por la tortura, las huelgas, la enfermedad, la soledad, la falta de esperanza. El sufrimiento de 12 años materializado en un cuerpo degradado.

Sufrimiento que se ha venido clavando en todos los miembros de la familia. Entre ellos, la madre, Munina, que le fue a visitar y acabó detenida, y que difundió con ahínco la causa de Mohamed Lamine hasta que encarcelaron a su otro hijo, Ahmed, para comprar el silencio de la familia; la hermana, Tfarah, que lleva tres abortos espontáneos, dos ocurridos cuando Mohamed Lamine entró dos veces en huelga de hambre. El horror de una huelga de hambre de 69 días y de otra de 63 es algo inasumible, inimaginable. Tanto más para la familia que no podía ni verle ni hablarle ni tenía noticias, que no sabía si estaba vivo o muerto. El tercer aborto sucedió cuando arrestaron a su hermano Ahmed.

La vulneración de los derechos humanos por Marruecos acaba de ser reprobada por el Parlamento Europeo (con algunas deshonrosas excepciones: el PSOE se opuso, el PP se abstuvo). Más concretamente, es notorio el ensañamiento de Marruecos con los presos políticos saharauis, pero es preciso personalizar el relato de la tortura para descubrir la verdadera dimensión de la crueldad de Marruecos con los inocentes e indefensos. El caso de Mohamed Lamine Haddi es significativo.

Dentro de dos semanas se cumplirán 5 años del fallecimiento, un 21 de febrero de 2018, de Mohamed El Ayoubi, otro preso de Gdeim Izik, por las secuelas de las torturas y la negligencia médica que había padecido en la cárcel. Su muerte no sirvió de nada. Nadie ha tomado medidas para que esto no se repita.

04/02/2023

EQUIPE MEDIA
El periodista saharaui Hmetou El Kaouri condenado a 20 años de cárcel

Equipe Media, Territorios ocupados del Sahara Occidental, 3-2-2023

Hmetou El Kaouri* es periodista de Smara News, en los territorios ocupados del Sahara Occidental.

El 7 de septiembre de 2022, Hmetou El Kaouri acudió a la comisaría de El Aaiún para renovar su documento de identidad y en ese momento fue detenido y trasladado a Smara. Una orden de arresto en su contra se remonta a 2018.

El Kaouri figuraba en el expediente de Mohamed Salem Mayara, periodista, y Mohamed Aljomayaai, cámara.

Los tres fueron acusados de interrupción del tráfico, ataque a la propiedad pública, agrupación armada y tentativa de asesinato.

Este último cargo de tentativa de asesinato fue eliminado del expediente de Mayara y Aljomayaai, y el 31 de marzo de 2018 fueron condenados a 6 meses de prisión y 18 meses de libertad condicional. Cumplieron la condena y quedaron en libertad.

Sin embargo, para El Kaouri se mantuvo la acusación de tentativa de asesinato y se sumó a los demás cargos.

El 23 de noviembre de 2022 fue condenado a 10 años de prisión, en El Aaiún.

El 18 de enero de 2023 fue condenado en segunda instancia a 20 años de prisión.

El Comité para la Defensa de los Derechos Humanos en Smara emitió un comunicado en el que critican la sentencia y denuncian la política colonial sin respeto por las cartas y leyes internacionales. También denuncian la represión sistemática contra los saharauis, ya sean activistas de la causa saharaui, activistas de derechos humanos o periodistas.

Añaden que los cargos fueron inventados, y la sentencia, injusta y dura, corresponde a un juicio farsa.

Hmetou El Kaouri está internado en la prisión de El Aaiún.

* Hmetou El Kaouri es el nombre por el que es conocido por todos. Su nombre saharaui es Mahmoud Mohamed Salem El Kaouri. Mahmoud El Kaouri es el nombre que lleva su pasaporte marroquí.

09/01/2022

El Frente Polisario expresa su rechazo al informe de la Comisión Europea sobre el Sahara Occidental

Frente Polisario, 8/1/2022

Comunicado de prensa del Frente Polisario por el informe sobre los «beneficios»: la Comisión Europea muestra su desprecio por las decisiones judiciales y hace apología de la ocupación ilegal del Sahara Occidental


Mientras que, mediante sus sentencias de 29 de septiembre de 2021, el Tribunal General de la Unión Europea anuló los nuevos acuerdos de ampliación UE-Marruecos, la Comisión Europea consideró oportuno publicar, el 22 de diciembre de 2021, un nuevo informe para elogiar los méritos del expolio de los recursos naturales del Sahara Occidental por parte del ocupante marroquí.

Como único y legitimo representante del pueblo saharaui, el Frente POLISARIO rechaza este informe, ya que los supuestos «beneficios» no son mas que el fruto de los crímenes cometidos por el ocupante marroquí, cuya apología hace la Comisión.

Recordando que el territorio saharaui es «un territorio separado que no forma parte de Marruecos», la Comisión Europea se refiere a las denominaciones de derecho marroquí para designar lo que constituye, en el plano del Derecho Internacional, el territorio del Sahara Occidental.

25/12/2021

ALFONSO LAFARGA
Condenado a dos años de cárcel el bloguero saharaui entregado por España a Marruecos

, 25/12/2021
Faisal El Bahloul, condenado a dos años y multa de 1000 dirhams, fue detenido por la Policía Nacional por supuestas actividades en las redes sociales con mensajes considerados “incendiarios” contra personas e instituciones marroquíes.
Husein Bachir Brahim, otro saharaui entregado por España en enero de 2019 a pesar de haber pedido asilo político, fue condenado a 12 años de prisión.

El bloguero saharaui Faisal El Bahloul, que fue entregado por España a Marruecos el pasado 16 de noviembre, ha sido condenado a 2 años de cárcel por un tribunal penal de Casablanca.

El Bahloul, condenado también a una multa de 1000 dirhams, ha sido juzgado y condenado el 24 de diciembre por el tribunal de Casablanca.

Faisal El Bahloul, de 44 años, era conocido por sus posturas hostiles a la ocupación marroquí y por la defensa del derecho del pueblo saharaui a la autodeterminación, especialmente desde la reanudación de la lucha armada por el Frente Polisario, el 13 de noviembre de 2020, tras romper Marruecos el alto el fuego.

Fue detenido por la Policía Nacional el 30 de marzo en Basauri (Vizcaya) por supuestas actividades en las redes sociales con mensajes considerados “incendiarios” contra personas e instituciones marroquíes y puesto a disposición de la Audiencia Nacional; estuvo preso primero en Madrid y después en Murcia.

El 16 de noviembre fue llevado por policías españoles a Casablanca y en el aeropuerto quedó en manos de la policía marroquí.

La entrega del bloguero saharaui, que según su familia tenía residencia legal en España hasta 2024 y estaba pendiente de una solicitud de asilo en Francia, causó rechazo e indignación contra el Gobierno en las redes sociales y motivó varias preguntas parlamentarias del senador de Compromís Carles Mulet García.

24/12/2021

MARY LAWLOR
Defensora de derechos humanos saharaui Sultana Jaya informa de violentos ataques bajo arresto domiciliario

Mary Lawlor, Relatora Especial de NN.UU. de la situación de las personas defensoras de los derechos humanos, srdefenders.org, 23/12/2021

Traducido por Cristina Martínez

La defensora de derechos humanos saharaui Sultana Jaya me contó que lleva más de un año bajo arresto domiciliario impuesto por la fuerza. No puede salir ni recibir a ningún miembro de su familia o a ninguna otra persona –médicos incluidos- incluso cuando está enferma.

Me explicó cómo, tras su arresto en noviembre de 2020, ha estado retenida en su casa, con docenas de agentes de seguridad custodiando la puerta, día y noche; que su hermana y su anciana madre están con ella, y que solo su madre puede salir por comida.

Sultana dijo que no había sido imputada por ningún delito, y que estaría encantada de tener la oportunidad de responder a cualquier alegación contra ella. En junio de 2021, me uní a otros expertos independientes de las NNUU para plantear a las autoridades marroquíes el trato de que era objeto, señalando que Sultana llevaba muchos años siendo una destacada defensora de los derechos humanos.

En 2007 fue atacada y perdió un ojo. Ha sido objeto de varios ataques por su trabajo en pro de los derechos humanos. Ahora está detenida indefinidamente en condiciones muy duras. Su casa ha sido arrasada y han quedado destrozados los muebles y los electrodomésticos. Ella, su madre y su hermana duermen en la misma pequeña habitación.

Me dijo que en los últimos meses agentes de seguridad enmascarados habían asaltado la casa repetidamente, por la noche, atándole las manos, vendándole los ojos y amordazándola. Relató cómo durante esas redadas ella y su hermana habían sido atacadas, y que había sido violada. Nombró a los que dijo ser los autores, y tiene el temor constante de que vuelvan los ataques.

También describió cómo, en dos de esas incursiones, los atacantes le inyectaron una sustancia desconocida, y que también habían lanzado líquidos tóxicos en el interior de la casa que hicieron que se desprendiese la pintura de las paredes y que afectaron a su salud. Dice que el veneno hizo que se le cayera el pelo y que sus dientes se han debilitado.

Sultana parece estar en grave peligro, con una salud deteriorada, y susceptible de nuevos ataques. Lleva 400 días en esta situación.

 

23/11/2021

LUIS PORTILLO
Memoria histórica e infamia política: reivindicación de la causa saharaui


Luis Portillo Pasqual del Riquelme, 15/10/2021 

 Lo que los gobernantes españoles hicieron mal y lo que pueden hacer hoy bien en el caso del Sáhara Occidental

En lo relativo al Sáhara Occidental, la prensa española es altamente espasmódica. Después de largos Tiempos de silencio, como diría Luis Martín-Santos, de cuando en cuando se produce una explosión de noticias sobre ese asunto, prueba de la gran sensibilidad existente -a flor de piel- y el enorme interés subyacente sobre la causa saharaui en nuestro país. Así sucedió con la expulsión y deportación de Aminatou Haidar, la brutal destrucción del Campamento de Gdeim Izik o la hospitalización en España de Brahim Ghali en mayo de 2021.

La persecución y criminalización en España del presidente de la República saharaui (RASD) fue intensa, extensa y despiadada, durante muchos días, y aún continúa, atizada implacablemente por Marruecos y sus acólitos, entre los que destacan los medios de comunicación más reaccionarios y cavernícolas. El objetivo no era (solo) el presidente saharaui, sino -como terminó confesando el propio Gobierno marroquí- la posición de España y Europa sobre el Sáhara Occidental. Era de esperar: ya lo había hecho antes con Suecia (asunto IKEA), Alemania, o Argelia. La persecución alauita aún prosigue, ahora contra la exministra González Laya, funcionarios del Ministerios de Asuntos Exteriores y de otros departamentos de la Administración o contra miembros del Gobierno español. El objetivo no es solo el mencionado dirigente saharaui e intentar desacreditar y hacer descarrilar la lucha del pueblo saharaui, sino también acosar y descabalgar al Gobierno PSOE-UP.[1]

Cada vez que se publica algo que incomoda al Majzén marroquí, éste lanza sus pateras (su flota naval y sus propios súbditos) contra las costas y ciudades españolas (Ceuta, Melilla, Perejil, Andalucía o Canarias), el mismo método empleado en la tristemente célebre Marcha Verde.[2]

De nuevos, ese mismo alboroto periodístico y de cierta clase política se ha vuelto a producir al conocerse, el 29 de septiembre de 2021, las dos últimas sentencias del Tribunal General de la Unión Europea (TUE) sobre los acuerdos UE-Marruecos[3], asunto sobre el cual incluso ciudadanos particulares interpelamos en su momento a la Comisión Europea.[4]

Y es que España sigue siendo la potencia administradora de derecho del Sáhara Occidental[5], nuestra Provincia 53[6], como recordaba, en una interesante entrevista, el jurista y fiscal anticorrupción Felipe Briones, que es además secretario general de la Asociación Internacional de Juristas por el Sáhara (IAJUWS), por sus siglas en inglés)[7].

Nuestro país, y en especial sus gobernantes, tiene una enorme deuda pendiente con el pueblo saharaui, pero también con el pueblo español y con la comunidad internacional. Los gobernantes y los políticos españoles tienen mucho que decir y que hacer para saldar esa deuda, reparar parte del daño y el sufrimiento ocasionados y contribuir a solucionar, de una vez por todas, la situación en que dejamos a ese pueblo hermano[viii] que habla nuestro idioma y que incluso fue provincia española, con ciudadanos que tenían DNI español, como lo tiene actualmente el propio presidente saharaui, Brahim Ghali. La descolonización del Sáhara Occidental es un grave asunto pendiente de nuestra Transición a la democracia, que no podrá considerarse concluida en tanto no se restituya a los saharauis el primero de sus derechos, su inalienable derecho a la autodeterminación.

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21/11/2021

MPPS
Sultana Jaya, violada por el ocupante marroquí; Mohamed Lamin Haddi, desaparecido
Carta al ministro de Asuntos Exteriores de España

He aquí la carta enviada al ministro Albares por
Cristina Martínez Benítez de Lugo, del Movimiento por los Presos Políticos Saharauis

 

Excmo. Sr. ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación
Plaza de la Provincia
28012 - Madrid

    Madrid, 15 de noviembre de 2021

Asunto:   Sultana Jaya, violada por el ocupante marroquí
                Mohamed Lamin Haddi, desaparecido


Excmo. Sr. ministro,

En esta semana se cumplirá un año de confinamiento de la familia Jaya. El tema ha llegado al Parlamento. El diputado Aitor Esteban le preguntó qué pensaba Vd. hacer para salvar la vida de la familia Jaya. También la diputada Marta Rosique preguntaba al Gobierno por la situación de Sultana Jaya, si el Gobierno estaba al corriente, si estaba realizando algún tipo de mediación diplomática con las autoridades marroquíes para poner fin a las violaciones de los derechos humanos en el Sahara Occidental; en caso contrario, si se tenía previsto llevar a cabo alguna acción al respecto, y qué acciones lleva a cabo el Gobierno para velar por la situación que se vive en territorio del Sáhara Occidental. Tampoco en esta ocasión hemos recibido respuesta del Gobierno si no es un corta y pega genérico que muestra una falta de empatía con la situación de Sultana Jaya y su familia y su pueblo. La diputada Rosique estaba haciendo preguntas concretas sobre la acción del Gobierno con respecto a las violaciones de los derechos humanos en el Sahara Occidental ocupado y, específicamente con respecto al caso de las Jaya, y el Gobierno contesta con vaguedades:

 “Los derechos humanos son un principio rector de la política exterior del Gobierno de España, por lo que desde el Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación se defienden y promocionan en todos los países.

En todas las relaciones con los países, tanto bilateralmente como a través de la Unión Europea, este Gobierno hace valer su defensa, de manera global y en los casos particulares”.