21/11/2021

MPPS
Sultana Jaya, violada por el ocupante marroquí; Mohamed Lamin Haddi, desaparecido
Carta al ministro de Asuntos Exteriores de España

He aquí la carta enviada al ministro Albares por
Cristina Martínez Benítez de Lugo, del Movimiento por los Presos Políticos Saharauis

 

Excmo. Sr. ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación
Plaza de la Provincia
28012 - Madrid

    Madrid, 15 de noviembre de 2021

Asunto:   Sultana Jaya, violada por el ocupante marroquí
                Mohamed Lamin Haddi, desaparecido


Excmo. Sr. ministro,

En esta semana se cumplirá un año de confinamiento de la familia Jaya. El tema ha llegado al Parlamento. El diputado Aitor Esteban le preguntó qué pensaba Vd. hacer para salvar la vida de la familia Jaya. También la diputada Marta Rosique preguntaba al Gobierno por la situación de Sultana Jaya, si el Gobierno estaba al corriente, si estaba realizando algún tipo de mediación diplomática con las autoridades marroquíes para poner fin a las violaciones de los derechos humanos en el Sahara Occidental; en caso contrario, si se tenía previsto llevar a cabo alguna acción al respecto, y qué acciones lleva a cabo el Gobierno para velar por la situación que se vive en territorio del Sáhara Occidental. Tampoco en esta ocasión hemos recibido respuesta del Gobierno si no es un corta y pega genérico que muestra una falta de empatía con la situación de Sultana Jaya y su familia y su pueblo. La diputada Rosique estaba haciendo preguntas concretas sobre la acción del Gobierno con respecto a las violaciones de los derechos humanos en el Sahara Occidental ocupado y, específicamente con respecto al caso de las Jaya, y el Gobierno contesta con vaguedades:

 “Los derechos humanos son un principio rector de la política exterior del Gobierno de España, por lo que desde el Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación se defienden y promocionan en todos los países.

En todas las relaciones con los países, tanto bilateralmente como a través de la Unión Europea, este Gobierno hace valer su defensa, de manera global y en los casos particulares”.
Sería muy deseable que el Gobierno contestara a la pregunta que le han formulado en sede parlamentaria.

Pues bien, Sultana ha sido violada esta madrugada, de nuevo, por los paramilitares de la ocupación marroquí. Su madre y sus hermanas han sufrido abusos.

El Gobierno, impasible.

Vd. tiene una responsabilidad en el ámbito de los derechos humanos, más allá de huecas declaraciones, con el Parlamento y con el pueblo, que hace dos días, en una gran manifestación, volvió a dar muestra de su preocupación por las violaciones de derechos humanos en el Sahara Occidental, haciendo responsable de ello al Gobierno de España por pretender ignorar que los Acuerdos de Madrid fueron nulos.

¿Cómo más lo tiene que pedir Sultana?

En un vídeo que da la medida del valor de la familia Jaya, Sultana asegura que no se doblegarán ante la violación, la humillación y la tortura, que seguirán pidiendo su derecho a la autodeterminación y a la independencia, a construir su país en su tierra. Y piden ayuda a la comunidad internacional. Están extenuadas. Los esbirros entran en su casa cuando quieren y hacen de ellas lo que quieren en un alarde de cobardía.

Todos los que han visto los vídeos de denuncia, los que conocen la historia de Sultana, tienen una idéntica reacción. ¿Cómo nadie hace nada? Ese “nadie” sólo puede ser el Gobierno. Y el Gobierno nos está defraudando.

Si el tema de la familia Jaya es duro, nos es inevitable referirnos a Mohamed Lamine Haddi, periodista condenado a 25 años en un juicio sin garantías, que hizo una huelga de hambre durante 69 días, interrumpida por los carceleros marroquíes, entre el 13 de enero y el 23 de marzo de este año. El 27 de septiembre se volvió a poner en huelga de hambre por la misma razón: las infames condiciones carcelarias que padece en la cárcel de Tiflit2, entre ellas el aislamiento desde septiembre de 2017. No sabemos si sigue en huelga de hambre o si su organismo habrá fallado porque la familia no tiene comunicación con él desde el 7 de octubre, es decir, desde hace 39 días. Ya, en la huelga anterior, estuvo incomunicado los últimos 25 días de la huelga, a pesar del infructuoso desplazamiento de la familia para visitarle.

Esto es un ejemplo de lo que pasa con los presos políticos saharauis en las cárceles marroquíes, y el Gobierno español calla. Un Gobierno que es la potencia administradora de iure del Sahara Occidental.

 
  

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