Un reportaje de “Konflikt”, Sveriges Radio (7-11-2025)Realización: Viktor LöfgrenProducción: Anja SahlbergSonido: Fabian Begnert
Transcripción: Solidarité Maroc . Traducción : Tlaxcala
Version française
Gran parte del mundo de arriba, encabezado por Donald Trump, parece darle la razón a Marruecos sobre el Sáhara Occidental ocupado. ¿Está colapsando el derecho internacional?
Suecia, otrora defensora del derecho internacional, ha suavizado su postura sobre el Sáhara Occidental. Un giro simbólico justo cuando la ONU reconoce la propuesta marroquí de autonomía. “Konflikt” cuenta este cambio global.
Participantes: John Bolton, diplomático usamericano y exasesor de seguridad nacional de Donald Trump; Sara Yerkes, analista del grupo de reflexión usamericano Carnegie; Manuel Devers, jurista francés que llevó ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea los asuntos relacionados con el acuerdo comercial entre la UE y Marruecos; Erik Hagen, de Western Sahara Resource Watch; Jytte Guteland, diputada socialdemócrata miembra de la Comisión de Asuntos Europeos, Senia Bachir, representante del Polisario en Suecia, Mouaad Joumani, activista pro marroquí que presiona a favor del plan de autonomía de Marruecos para el Sáhara Occidental, Dahar Rahmouni, activista saharaui. El Gobierno sueco y el ministro de Comercio, Benjamin Dousa, son duramente criticados en este episodio. Durante dos semanas, Konflikt intentó en varias ocasiones conseguir una entrevista para que el ministro pudiera responder a las críticas y aclarar el razonamiento del Gobierno, pero el ministro rechazó la entrevista.
En el Parlamento, el hombre de los mil correos
electrónicos
Cada semana, los diputados suecos ven aparecer el
mismo nombre en sus bandejas de entrada: Mouaad Joumani.
El mismo tono, la misma convicción: « La verdad sobre el Sáhara Occidental debe
salir a la luz. »
Para este habitante de Gotemburgo, el Sáhara
Occidental —ese territorio desértico al sur de Marruecos, bañado por el
Atlántico— no es una colonia, sino parte integrante del reino.
Una afirmación que contradicen varias sentencias de la Corte Internacional de
Justicia.
Durante mucho tiempo su discurso fue marginal, pero
hoy resuena hasta en los pasillos del poder. En octubre de 2025, Suecia y otros
países occidentales parecen dispuestos a reconsiderar la cuestión saharaui. En
Nueva York, el Consejo de Seguridad está a punto de dar un paso inédito:
reconocer el plan marroquí de autonomía como “la solución más realista”.
Un pueblo exiliado, dos realidades
Para entender este cambio, la periodista Anja Salberg
viajó a los campamentos de refugiados saharauis del sur de Argelia.
Allí sobreviven cerca de cien mil personas desde 1975, año en que Marruecos
anexionó el territorio tras la retirada española.
« Recuerdo el calor del día y el frío de la noche. Los
campamentos se convirtieron en ciudades de arena dependientes de la ayuda
internacional », relata.
En 2010, se aventuró en El Aaiún, la capital no oficial del Sáhara ocupado,
donde conoció a Dahar Rahmouni, un activista torturado por sus ideas.
« Nunca me sentí libre, nunca seguro. Siempre vigilado. »
Hoy los saharauis siguen viviendo entre el exilio y el
control: unos en los campamentos argelinos, otros bajo la administración
marroquí. Y
la promesa de un referéndum sigue sin cumplirse.
Suecia: del faro moral al pragmatismo político
Durante décadas, Suecia encarnó una conciencia
internacional. En las instituciones europeas defendía la legalidad frente a la
fuerza.
« Suecia era un faro de principios en Europa », explica Erik Hagen, de Western
Sahara Resource Watch.
Pero en el otoño de 2025, ese faro titubea: el país que antes defendía la
autodeterminación de los saharauis vota a favor de un acuerdo comercial entre
la UE y Marruecos, que incluye el Sáhara Occidental.
De la Marcha Verde a la era Trump: el mundo al revés
En 1975, el rey Hasán II convocó la “Marcha Verde”.
España se retiró, Marruecos ocupó el territorio y el Frente Polisario tomó las
armas.
Una guerra de dieciséis años terminó con un alto el fuego en 1991 y la promesa
de un referéndum que nunca llegó.
Bajo Donald Trump, USA reconoció la soberanía marroquí
sobre el Sáhara a cambio de la normalización de relaciones entre Rabat e Israel
en los Acuerdos de Abraham.
El exdiplomático John Bolton lo resume con amargura: « Los marroquíes jugaron
con maestría. Trump
quería un trofeo diplomático antes de irse. »
Europa, entre el derecho y el comercio
En 2024, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea
dictaminó que los acuerdos comerciales con Marruecos violaban el derecho
internacional.
Pero un año después, Bruselas introdujo un mecanismo de control para eludir el
problema.
Suecia, antes reacia a cualquier compromiso, aprobó esta nueva versión.
La diputada socialdemócrata Jytte Guteland se indigna:
« ¿Cómo podemos condenar la invasión de Ucrania y legitimar la del Sáhara
Occidental? »
El ministro de Comercio, Benjamin Dousa, respondió con
cautela:
« Tenemos en cuenta la complejidad del caso y las nuevas garantías europeas. »
Cuando la ley dice no
En Estocolmo, el abogado Manuel Devers, representante
del Frente Polisario ante el Tribunal de Justicia de la UE, desmonta este
argumento:
« La Unión pretende etiquetar como marroquíes productos que proceden del Sáhara
Occidental. Es una violación flagrante del derecho. »
Afirma que solo el Polisario, reconocido por la ONU, puede otorgar
consentimiento.
Denuncia una “política de simulación” y advierte:
« Si Europa deja de respetar sus propias normas, destruye su credibilidad y la
del derecho internacional. »
Otro rostro de Suecia
En Estocolmo, Senia Bashir, representante del
Polisario, acaba de regresar de los campamentos de Tinduf, donde creció.
« En los años 80, la ropa enviada desde Suecia llegaba con postales y palabras
de amistad. Para nosotros, Suecia simbolizaba la solidaridad. »
Hoy, confiesa, lleva un mensaje distinto: « Suecia nos ha dado la espalda. »
El relato marroquí
Por su parte, Mouaad Joumani celebra: « No es una colonia. Marruecos construye, invierte, crea empleo. Ocho mil
millones de dólares para desarrollar la región. » Defiende la propuesta marroquí de autonomía, comparable a la de Cataluña:
autogestión local bajo soberanía nacional. « Es el único camino realista », afirma.
El Polisario la rechaza: solo un referéndum puede decidir entre independencia o
integración.
La ONU entierra el sueño saharaui
El 31 de octubre de 2025, el Consejo de Seguridad aprueba una resolución histórica: el plan marroquí se convierte en “la solución más viable”. China y Rusia se abstienen; Estados Unidos, Francia y la mayoría de los europeos votan a favor. La analista Sara Yerkes, del Carnegie Endowment, explica: « Desde Trump, muchos países siguieron la tendencia sin llegar al reconocimiento pleno. La idea de un Estado saharaui independiente ha muerto. »Y añade, con cierto desasosiego: « El derecho internacional se ha vuelto secundario. No sé cómo repararlo. » Aun así, aboga por una autonomía sólida con derechos políticos y garantías sobre los recursos. « En 2025, es la única salida practicable. »
Dos realidades, un mismo silencio
En El Aaiún, Mouaad Joumani filma las celebraciones
del cincuentenario de la Marcha Verde. Las calles se llenan de banderas rojas
con la estrella verde. « No es solo una fiesta —es orgullo, es amor », escribe.
Mientras tanto, Dahar Rahmouni, desde la
clandestinidad, envía un mensaje de voz: « Nada ha cambiado. Vivimos bajo vigilancia, detenidos sin razón. El mundo solo
se interesa por nuestros recursos, no por nuestros derechos. » Y añade:
« Espero que el mundo no le dé completamente la espalda al derecho
internacional. »
Un mundo que bascula
Cincuenta años después de la Marcha Verde, el Sáhara
Occidental sigue atrapado entre el derecho y la fuerza, entre la promesa y el
abandono. Suecia, antaño símbolo de coherencia moral, se ha unido al campo del
realismo político.
Y el derecho internacional, una vez más, cede bajo el peso del poder.

