Gideon
Levy, Haaretz, 25/9/2025
Traducido por Tlaxcala
Mientras el genocidio en Gaza continúa sin cesar y los colonos se desatan en Cisjordania junto con el ejército, el mundo ha cumplido con su obligación mínima al reconocer un Estado que probablemente nunca verá la luz.
Yabalya, norte de Gaza. Foto: Amos Harel
El día en que el mundo reconoció al Estado palestino, me
dirigí, junto con el fotógrafo Alex Levac, a una remota aldea palestina situada
en la parte oriental de Cisjordania.
El día anterior, colonos de las nuevas colonias ilegales
vecinas habían robado decenas de ovejas de la aldea en un violento asalto a
mano armada. El día en que las Naciones Unidas celebraron una conferencia de
alto nivel sobre la solución de dos Estados y diez países occidentales se
sumaron a la larga lista de países que ya habían reconocido al Estado
imaginario, la carretera de Alon estaba casi desierta de vehículos palestinos.
La mayoría de las carreteras de Cisjordania están ahora bloqueadas por barreras
de hierro que se abren y se cierran a voluntad de los comandantes militares
israelíes.
El día en que 159 Estados ya habían reconocido el Estado
soñado, Sadek Farhana, un pastor de 81 años, yacía en su casa, gimiendo de
dolor. La víspera, los colonos lo habían golpeado sin piedad con porras sin
motivo alguno, rompiéndole ambos brazos, a pesar de su avanzada edad. Su nieto
estaba sentado a su lado, con la cabeza vendada: él también había resultado
herido durante el robo cometido por los colonos. La policía israelí se apresuró
a acusar injustamente a los pastores palestinos, sin llevar a cabo ninguna
investigación, afirmando que habían robado a los colonos. El nuevo Estado
reconocido no cuenta con ninguna fuerza policial para proteger a sus
habitantes.
El día en que el presidente francés celebró una victoria
diplomática, la creación de un Estado palestino parecía más lejana que nunca.
En ningún momento el sueño de un Estado pareció tan lejos de la realidad sobre
el terreno. Al presidente del futuro Estado, Mahmoud Abbas, ni siquiera se le permitió viajar a USA para asistir a la conferencia sobre su país, en flagrante
violación del acuerdo alcanzado entre USA y la ONU.
Al mismo tiempo, el hombre más buscado por la Corte Penal
Internacional, Benjamín Netanyahu, sospechoso de crímenes contra la humanidad,
se preparaba para viajar a Nueva York. El presidente del Estado que casi todo
el mundo «reconoce» ahora asistirá a la Asamblea General por videoconferencia,
mientras que el hombre más buscado por la CPI se dirigirá a la asamblea desde
la tribuna.
Nayi al-Ali, as-Safir, 23-4-1983
El día en que el mundo reconoció al Estado palestino, 61 personas fueron asesinadas en Gaza, aproximadamente el mismo número que el día anterior y el día siguiente, como ha sido el caso todos los días de los últimos meses. El reconocimiento no ha salvado ni salvará a ningún niño de Gaza de los bombardeos. Gaza es inhabitable para los seres humanos, y la situación de los palestinos que viven en Cisjordania se está volviendo cada vez más similar. Es dudoso que el anciano que fue golpeado haya oído hablar siquiera de este reconocimiento.
Las declaraciones británica y francesa no han cambiado
nada para él; aunque Andorra y Mónaco se sumen a ellas, su suerte no cambiará;
las ovejas que le han robado no le serán devueltas, aunque Luxemburgo se una a
la lista.
El mundo, y en particular la Europa santurrona, ha vuelto
a hacer esta semana promesas vacías a las víctimas de Gaza y Cisjordania.
Mientras el genocidio en Gaza continúa sin cesar y los colonos se desatan en
Cisjordania en colaboración con el ejército, el mundo ha cumplido con su
obligación mínima al reconocer un Estado que probablemente nunca verá la luz.
Qué fácil es reconocerlo, qué difícil es detener el genocidio. Como de
costumbre, Israel ha gritado “antisemitismo”. Todos los partidos judíos de la
oposición israelí, incluidos los Demócratas de Yair Golan, se han alineado con
el Gobierno para condenar este reconocimiento.
Todos aquellos que, como yo, esperaban desesperadamente
una intervención urgente y espectacular por parte del mundo para poner fin de
inmediato a los asesinatos y la destrucción sistemática en Gaza, antes que
nada, obtuvieron en cambio una medida que solo empeorará las cosas. Los jefes
de Estado pueden ahora tranquilizarse a sí mismos y tranquilizar a sus
inquietos ciudadanos: hemos castigado al criminal y recompensado a la víctima.
Ya no necesitamos mover un dedo por Gaza, hemos hecho nuestra parte.
Desgraciadamente, reconocer hoy un Estado palestino es
absurdo, casi una locura. Actualmente no hay ningún socio para una solución de
dos Estados, ni en Israel ni en Palestina. Gaza ha sido destruida y en
Cisjordania ya no hay lugar para un Estado que no sea un conjunto de
bantustanes. ¿Queréis salvar lo que queda de Gaza? Hay que imponer
inmediatamente sanciones severas a Israel. ¿Queréis una visión a largo plazo?
Democracia para todos, desde el Jordán hasta el Mediterráneo.