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13/10/2023

AMOS HAREL
Guerra Israel-Gaza: un fiasco catastrófico que provocará una conmoción política

Amos Harel, Haaretz, 8/10/2023
Traducido por CMBL, Tlaxcala

El fallo de los servicios de inteligencia y la mala preparación israelíes no fueron los únicos problemas: parece que el concepto defensivo operativo de Israel frente a Gaza se ha hecho añicos Netanyahu tendrá que pagar un precio político por su política hacia Hamás tras la guerra.



Un soldado de Tsahal observa un coche en llamas en la ciudad de Ashkelon, en el sur de Israel, el sábado. Foto: Ilan Assayag

El viernes a mediodía, un alto funcionario del Estado Mayor conversaba con un invitado en su despacho de Tel Aviv. Pocos minutos después de que el reloj electrónico del despacho marcara las 14.00 horas, ambos observaron que no se habían percatado de la hora exacta en que estalló la Guerra de Yom Kippur hace 50 años. La conversación derivó naturalmente hacia las lecciones de 1973.

“En los territorios ocupados”, dijo el oficial, “estamos a cinco minutos de una intifada”. Lo dijo sin saber que estaba profetizando. El anfitrión, como el resto de las FDI, estaba preocupado sobre todo por lo que pudiera ocurrir en Cisjordania. Pero delante de las narices del establishment de defensa, un ataque sin precedentes de Hamás estaba tomando forma al mismo tiempo, a lo largo de la frontera de Gaza.

Deberíamos desconfiar de la histeria excesiva. Pero no debemos minimizar la gravedad de la calamidad que se ha producido. Israel está en guerra desde el sábado por la mañana. El ataque de Hamás, que cogió por sorpresa a los servicios de inteligencia israelíes, derrumbó completamente el concepto defensivo operativo en la frontera de la Franja de Gaza. Más de 250 personas han muerto en el lado israelí y más de 1.590 han resultado heridas, cifra que podría aumentar considerablemente una vez que se hayan registrado todos los lugares atacados.

Según informes procedentes de Gaza, decenas de prisioneros y de cadáveres han sido trasladados de Israel a Gaza. Incluso en términos de rehenes [sic] y de desaparecidos, esta situación no es comparable al secuestro de Gilad Shalit en 2006. Es poco probable que el gobierno modere sus ataques aéreos sobre Gaza por proteger la vida de los prisioneros israelíes. Es probable que en el fragor del momento no se tengan en cuenta tales consideraciones.

Israel se ha referido a la “doctrina Dahiya”, que implica la destrucción sistemática de las infraestructuras en zonas densamente pobladas, como una lección aprendida de la segunda guerra del Líbano en 2006. Es lo que está ocurriendo actualmente en Gaza, con gran intensidad.

Las FDI, el Shin Bet y la policía se enzarzaron en combates casa por casa durante diez horas en comunidades y bases militares donde se habían atrincherado palestinos armados. En algunos lugares, como la ciudad de Ofakim y el kibutz Be'eri, los terroristas se atrincheraron con rehenes [sic].

El ejército está movilizando fuerzas de reserva a escala de una movilización de guerra. En algunas comunidades y bases del ejército se han producido terribles masacres. Aunque se dispararon miles de cohetes y misiles contra el frente interno israelí desde el sur hasta Jerusalén y a la aglomeración de Tel Aviv, se trataba principalmente de una táctica de distracción. Los esfuerzos de Hamás se concentraron en las comunidades situadas a lo largo de la frontera. Trágicamente, tuvieron éxito.



Humo y llamas tras el impacto por las fuerzas israelíes a una torre en la ciudad de Gaza, el sábado. Foto: Mohammed Salem/ Reuters

La reacción de Israel ha costado caro, tanto para los atacantes como por los ataques aéreos dentro de la Franja de Gaza. Se han perdido cientos de vidas palestinas y se espera que los ataques se intensifiquen durante la noche y en los próximos días. Pero ése no es el único escenario que podría estallar.

Aunque las FDI están concentrando sus fuerzas y esfuerzos en el sur, deben tener en cuenta la posibilidad de una guerra en varios escenarios que incluiría Cisjordania, Jerusalén Este y posiblemente Hezbolá y elementos extremistas entre los árabes israelíes. Hezbolá está esperando a ver cómo se desarrollan los acontecimientos y está considerando sus acciones. Podemos suponer que el líder de Hezbolá, Nasralá, tiene el dedo en el gatillo.

La situación exige una dolorosa comparación histórica. La concepción israelí de Gaza se ha derrumbado. Ha fracasado en su política, en el despliegue de sus fuerzas defensivas, en su preparación ante sorpresas y en la ausencia total de avisos de los servicios de inteligencia. En la noche del viernes al sábado, los dirigentes políticos y militares de Israel dormían tranquilos en casa. No se reforzaron las fuerzas porque no hubo alerta temprana. Lo normal era pensar que Hamás se estaba preparando para nuevos juegos de guerra.

La inteligencia militar y el estado mayor del ejército fueron incluso más lejos: durante el último año, afirmaron a menudo que Hamás había sido disuadida por Israel tras los resultados de campañas anteriores y que no pretendía iniciar una nueva guerra. En realidad, cientos, si no miles, de combatientes de Hamás llevaban meses preparándose para un ataque sorpresa, sin que nada de esto se hubiera filtrado. Mientras tanto, Israel debatía si debía aumentar el número de trabajadores autorizados a entrar en el país desde Gaza por motivos laborales.



Trabajadores palestinos esperan para cruzar el puesto de control de Al-Jalama, controlado por Israel, cerca de Yenín, de camino a su trabajo en Israel. Foto: Raneen Sawafta / REUTERS

El catastrófico resultado se produjo 50 años y un día después del estallido de la Guerra de Yom Kippur. Se trata de un enorme fracaso, compartido por todos los dirigentes políticos y militares, pero esta cuestión solo deberá tratarse en profundidad una vez finalizada la guerra. El problema es que Israel entra en esta guerra en un estado de crisis sin precedentes, en el que el comportamiento extremista y demencial del gobierno ha dictado una agenda centrada en todo lo malo.

Esto no absuelve a los escalones profesionales, pero sin duda obstaculizará el funcionamiento del Estado en los difíciles días que se avecinan. Hamás aprendió las lecciones de la Operación Borde Protector en 2014 y se preparó en consonancia. Durante esa campaña, aunque intentó llevar a cabo ataques utilizando túneles, la organización fracasó en gran medida en sus esfuerzos por introducir combatientes en Israel, siendo frustrados la mayoría de estos intentos por las fuerzas de las FDI.

Esta vez, Hamás atacó posiciones del ejército donde el estado de alerta parece haber sido bajo y las fuerzas limitadas. También se produjeron enfrentamientos en el cuartel general de la división de Gaza y en otras bases militares. Los daños sufridos por el cuartel general de la división han perturbado gravemente la cadena de mando y de control a lo largo de toda la valla fronteriza.

Soldados, policías y otros miembros de las fuerzas de seguridad, así como residentes voluntarios [los famosos “civiles”, NdlT], lucharon heroicamente para bloquear a los combatientes que ya se hallaban dentro de las comunidades. Dicho esto, hay que decir que también hubo ejemplos terribles de disposición problemática para el combate y falta de competencia por parte de algunas de las fuerzas tomadas por sorpresa. Altos oficiales de la reserva, veteranos de muchas guerras, que vieron vídeos grabados por Hamás, quedaron totalmente conmocionados por lo que vieron.



Palestinos atraviesan la valla de seguridad entre Gaza e Israel el sábado. Foto: Stringer/Reuters

Pero el problema no radica solo en eso o en la falta de inteligencia. Parece que todo el sistema, simplemente, se ha derrumbado. Esto no ocurrió cuando Israel se enfrentó al ejército egipcio o a Hezbolá. Esta vez, ha sido un grupo mucho más pequeño quien asestó a Israel su golpe más doloroso desde 1973 (con un número de bajas en los primeros días que alcanzó los niveles del primer día de esta guerra), en escenas que recuerdan los horrores de 1948. No obstante, cabe señalar que ambas guerras terminaron con la victoria de Israel.

El muro resultó inútil

Tras la inmovilización temporal de los pasos fronterizos, las fuerzas especiales de Hamás (Nujba) dirigieron su atención a un gran número de comunidades a lo largo de la frontera, que no contaban con defensas significativas. El resultado es que, incluso después de varias horas desde que comenzó el ataque a las 6,30 h. de la mañana, algunas comunidades siguen sitiadas, con combatientes deambulando en busca de víctimas. Por desgracia, estos planes son exactamente para lo que Hamás se ha entrenado durante años. Sin previo aviso, con un frágil despliegue defensivo, los muros fueron traspasados.

El obstáculo construido por Israel, un enorme muro diseñado para impedir la excavación de túneles ofensivos, no ha servido de nada. Simplemente ha sido burlado. Las puertas operativas de la valla fronteriza utilizadas por las FDI fueron atravesadas por Hamás, que arrasó la zona con hombres armados en camionetas. El coronel retirado Yossi Langotsky, veterano de la inteligencia militar y de los paracaidistas, advirtió en un artículo en Haaretz en 2018 que las FDI estaban construyendo una Línea Maginot inútil en la Franja de Gaza, que sería traspasada en caso de crisis. Ayer resultó que tenía razón.

A lo largo de todo el día se alzaron las voces de los residentes de estas comunidades, algunas de ellas ocupadas por Hamás. Fueron desgarradoras. Esta tragedia se desarrolló en directo por televisión, y toda la nación pudo oírla y verla. Las consecuencias a largo plazo para los israelíes que viven a lo largo de la frontera, para las relaciones entre Israel y los palestinos y para la situación regional serán enormes. La confianza y el respeto entre el público y las fuerzas de seguridad, y las FDI en particular, se han roto de una forma que se dejará sentir aquí durante años.



Palestinos celebran la destrucción de un tanque israelí en la barrera de la Franja de Gaza, al este de Khan Younis, el sábado. Foto: Yusef Masud/AP

En la primera fase de esta guerra, Hamás ya ha producido sus escenas de victoria, que celebrará en las redes sociales y en los canales de televisión. Al mismo tiempo, la organización y sus dirigentes se enfrentarán al desastre, al igual que los habitantes de la Franja de Gaza. Hamás ha obtenido una enorme victoria operativa, pero su éxito puede haber ido demasiado lejos.

Israel responderá con una fuerza inmensa, con pocas restricciones al uso de fuego real en zonas urbanas densamente pobladas. Cuando los palestinos difunden fotos de cadáveres mutilados y prisioneros maltratados, de saqueos y bárbaras celebraciones de la victoria, a los israelíes les hierve la sangre. Entre los objetivos ya alcanzados en Gaza se encuentran rascacielos utilizados por Hamás y la Yihad Islámica, pero también viviendas familiares. Hoy, con el telón de fondo de un cruel ataque perpetrado con el objetivo de matar civiles, Israel cree que cuenta con amplia legitimidad internacional para actuar. Los resultados se dejarán sentir en Gaza.

No se puede descartar la posibilidad de maniobras terrestres y la ocupación de la Franja de Gaza. Los líderes de Hamás, Yahya Sinwar y Mohammed Deif, que se jactaron de la derrota que infligieron a las FDI el sábado por la mañana, aún podrían conseguir su deseada muerte como mártires. Los líderes de otras organizaciones de la región tampoco están a salvo.

Es posible que el escenario de pesadilla que se está desarrollando en Gaza no termine ahí. Es probable que se extienda a otras zonas. Todo esto sorprende a Israel, como se ha dicho, en un mal momento. Quizá forme parte del cálculo de Hamás de que puede explotar la debilidad de Israel.

Dadas las graves lagunas en materia de inteligencia, no podemos descartar la hipótesis de que no sepamos lo que está ocurriendo en otras zonas. ¿Estaba coordinada esta acción con Hezbolá e Irán? ¿Está Hezbolá esperando a que Israel utilice un gran número de sus misiles interceptores de la Cúpula de Hierro antes de entrar en la refriega? Presumiblemente, Israel estará enviando ahora serias advertencias a través de diversos canales a Teherán, Damasco y Beirut.

Un error de concepto

En vísperas de Yom Kippur, el general de división Eran Niv, jefe de inteligencia de transmisiones del Estado Mayor de las FDI, concedió una entrevista a Haaretz. Está detrás de la reedición de un viejo libro [1962] titulado "Pearl Harbor: Advertencia y Decisión", de Roberta Wohlstetter. Su análisis del fracaso operativo y de inteligencia que sufrió Estados Unidos en 1941 podría, en su opinión, ayudarnos a prevenir el próximo fracaso. Los editores de esta entrevista se mostraron menos optimistas. “La próxima sorpresa llegará - la cuestión está en saber cómo se prepara Israel para ella“, decía el pie de foto.

Los acontecimientos del sábado demostraron que la respuesta era: muy insatisfactoria. En los 26 años que llevo cubriendo la defensa israelí para Haaretz, no recuerdo un día más horrible. Es tanto más incómodo cuanto que la sorpresa se produjo en una zona en la que Israel gasta miles de millones de shekels con fines de vigilancia. A la hora de la verdad, no sabíamos nada.

Pero el fallo no fue sólo de recopilación de información, sino también operativo e incluso conceptual. “Llevamos años viviendo en una realidad imaginaria”, dijo el sábado un alto oficial de la reserva refiriéndose a los combates en la Franja de Gaza, mientras se dirigía a toda prisa hacia el frente norte y trataba de escuchar noticias de su casa.



Civiles israelíes evacuados del kibutz Holit, cerca de Gaza, el sábado. Foto: Eliyahu Hershkovitz

“Nos hicimos demasiado dependientes de la sofisticada barrera subterránea, de la tecnología. Nos convencimos de que Hamás estaba desanimada y asustada, y de que siempre tendríamos alertas a tiempo. Pensábamos que sabíamos analizar sus intenciones y pensamientos. Será difícil desengañarse”.

Una nueva realidad política

La guerra que se está librando en Gaza está cambiando completamente las cartas en términos de acontecimientos diplomáticos y políticos. Los soldados de reserva que habían anunciado que ya no se presentarían a filas debido al golpe de estado judicial han regresado a sus unidades y cuarteles generales. Es probable que algunos de ellos participen ahora en los vuelos que lanzan enormes cantidades de bombas sobre Gaza. Los principales partidos de la oposición, Yesh Atid y Unidad Nacional, ya han expresado su voluntad de discutir la creación de un gobierno de unidad.

En las actuales circunstancias de emergencia, cuando la alternativa es ir a la guerra con Bezalel Smotrich e Itamar Ben-Gvir ocupando puestos clave en el gabinete, no parece haber más remedio que formar un gobierno así.

Como ocurrió hace 50 años, la sorpresa llegó en Sabbat. Al final del Sabbat, los portavoces [de Netanyahu] comenzaron su asalto. Es culpa del Shin Bet, es culpa de la inteligencia militar, es culpa del Jefe del Estado Mayor, es culpa del movimiento de protesta. La protesta se suspenderá por el momento, y con razón, hasta que termine la guerra. Pero no podemos renunciar a una investigación exhaustiva en su punto culminante: ¿qué nos ha pasado y cómo hemos caído en semejante trampa asesina?

Aparentemente no hubo avisos de inteligencia, pero sí señales de advertencia, desde Gaza hasta Cisjordania. Todos los dirigentes las ignoraron. Podemos esperar una enorme repercusión política, como en 1973. El primer ministro, Benjamin Netanyahu, no debemos olvidarlo, es responsable de un fracaso político y de seguridad sin precedentes.

El autoproclamado Sr. Seguridad, epíteto adoptado por sus partidarios, lanzó advertencias a Irán y a Hezbolá, pero se burló de la necesidad de tomar medidas diplomáticas en el ámbito palestino, dejándose ganar por la calma en el frente de Hamás, sin vigilar el estado de preparación del ejército. Cuando termine esta guerra, tiene que pagarse el precio de este error, como pasó con Golda Meir hace 50 años.

 

08/10/2023

AMOS HAREL
Guerre Israël-Gaza : un fiasco catastrophique qui provoquera une onde de choc politique

Amos Harel, Haaretz, 8/10/2023
Traduit par
Fausto Giudice, Tlaxcala

 

L'échec du renseignement et la mauvaise préparation israéliens n'étaient pas les seuls problèmes : il semble que la conception défensive opérationnelle d'Israël face à Gaza ait volé en éclats Netanyahou devra payer un prix politique pour sa politique à l'égard du Hamas après la guerre.

 

Un soldat de Tsahal regarde une voiture en flammes dans la ville d'Ashkelon, dans le sud d'Israël, samedi. Photo : Ilan Assayag

 

Vendredi à la mi-journée, un officier supérieur de l'état-major général s'est entretenu avec un invité dans son bureau de Tel-Aviv. Quelques minutes après que l'horloge électronique du bureau a affiché 14 heures, tous deux ont remarqué qu'ils avaient raté l'heure exacte à laquelle la guerre du Kippour avait éclaté il y a 50 ans. La conversation a naturellement dérivé sur les leçons de 1973.

 

« Dans les territoires occupés », dit l'officier, « nous sommes à cinq minutes d'une intifada ». Il dit cela sans savoir qu’il est en train de prophétiser. L'hôte, comme l'ensemble des FDI, était principalement préoccupé par ce qui pouvait se passer en Cisjordanie. Mais au nez et à la barbe de l'establishment de la défense, une attaque sans précédent du Hamas prenait forme au même moment, le long de la frontière de Gaza.

 

Il faut se méfier de l'hystérie excessive. Mais il ne faut pas minimiser la gravité de la calamité qui s'est produite. Israël est en guerre depuis samedi matin. L'attaque du Hamas, qui a pris les services de renseignement israéliens par surprise, a complètement démoli la conception défensive opérationnelle à la frontière de la bande de Gaza. On dénombre plus de 250 morts du côté israélien et plus de 1 590 blessés, un chiffre qui pourrait augmenter de manière significative une fois que tous les sites attaqués auront été fouillés.

Selon des informations en provenance de Gaza, des dizaines de prisonniers et de corps ont été emmenés d'Israël à Gaza. Même en termes d'otages [sic] et de personnes disparues, cette situation n'est pas comparable à l'enlèvement de Gilad Shalit en 2006. On voit mal le gouvernement modérer les frappes aériennes sur Gaza par souci de protéger la vie des prisonniers israéliens. Il est probable que dans le feu de l'action, de telles considérations ne seront pas prises en compte.

 

Israël a parlé de la “doctrine Dahiya”, qui implique la destruction systématique des infrastructures dans les zones fortement peuplées, comme d'une leçon tirée de la deuxième guerre du Liban en 2006. C'est ce qui se passe actuellement à Gaza, avec une grande intensité.

 

Les FDI, le Shin Bet et la police se sont livrés à des combats maison par maison pendant dix heures dans des communautés et des bases militaires où s'étaient retranchés des Palestiniens armés. Dans quelques endroits, comme la ville d'Ofakim et le kibboutz Be'eri, les terroristes se sont retranchés avec des otages [resic].

 

05/04/2023

AMOS HAREL
Deux ans après la dernière guerre sanglante d’Israël contre Gaza, l’histoire se répète dangereusement sur l'Esplanade des Mosquées

Amos Harel, Haaretz, 5/4/2023
Traduit par
Fausto Giudice, Tlaxcala

À l’heure actuelle, ni Israël ni Gaza n’ont intérêt à une véritable confrontation militaire, si bien que les deux parties se livrent à un cliquetis de sabres avec un recours limité à la force réelle - mais tout cela pourrait changer si de nouvelles mauvaises nouvelles arrivaient de Jérusalem, de Cisjordanie ou, plus important encore : Al Aqsa

L’histoire ne se répète peut-être pas exactement, mais parfois, comme le dit le vieil adage attribué à Mark Twain, elle rime. L’incident survenu mardi soir à l’intérieur de la mosquée Al Aqsa était presque une réplique exacte des événements survenus sur le mont du Temple/Esplanade des Mosquées pendant le ramadan, il y a environ deux ans. En mai 2021, les tensions à Jérusalem-Est se sont propagées à la bande de Gaza et ont conduit à l’opération “Gardiens des murs”. Les images troublantes de l’incursion des forces israéliennes dans la mosquée mardi soir pourraient avoir le même résultat. Heureusement, si l’incident s’est soldé par des centaines d’arrestations et des dizaines de coups portés par la police, il n’y a pas eu de morts.

Deux événements récents ont contribué à la montée des tensions à Jérusalem. Le premier est l’assassinat, la semaine dernière, de Khaled Alasibi, un Bédouin israélien diplômé d’une école de médecine, abattu par les forces israéliennes dans la vieille ville. Alors que la police affirme qu’il avait tenté de voler l’arme d’un officier, des témoins oculaires contestent cette affirmation, affirmant qu’Alasibi a été abattu à bout portant alors qu’il intervenait dans une dispute. Le récit de la police a également suscité des doutes, car elle a affirmé qu’il n’y avait aucune vidéo de l’événement, alors que la vieille ville est truffée de caméras de sécurité. La seconde est la tentative d’activistes juifs de sacrifier des chèvres sur le mont du Temple à l’occasion de la Pâque.

Selon la police, des centaines de jeunes musulmans s’étaient barricadés dans la mosquée mardi soir, faisant exploser des pétards et jetant des pierres. Les tentatives de déloger pacifiquement les jeunes ont échoué, ce qui a conduit la police à entrer de force dans la mosquée et à arrêter les personnes qui s’y trouvaient. Ces dernières années, de tels incidents sont devenus courants pendant le ramadan, ce qui amène à s’interroger sur la qualité du jugement des forces de sécurité israéliennes dans leur prise de décision : était-il nécessaire de procéder à une confrontation directe avec les fidèles ? Quel danger leur présence continue à l’intérieur de la mosquée représentait-elle s’ils n’étaient pas en contact étroit avec des fidèles juifs ?

Les images de l’incursion dans la mosquée - enregistrées pour la plupart par des Palestiniens à l’aide de téléphones portables - ont commencé à se répandre sur les médias sociaux et les plateformes arabes tout au long de la nuit, provoquant un tollé dans les pays arabes et les territoires palestiniens occupés depuis 1967.

Mercredi matin, au moins 16 roquettes avaient été tirées depuis la bande de Gaza sur le territoire israélien, ce qui a incité les FDI à répondre par des frappes aériennes et des tirs de chars, bien qu’aucune des deux parties n’ait fait état de victimes. Des troubles ont également eu lieu en Cisjordanie : des coups de feu ont été tirés sur les forces de l’armée israélienne lors d’une violente manifestation dans le village de Beit Ummar, blessant modérément un soldat. Dans le quartier de Silwan, à Jérusalem-Est, les troupes de la police aux frontières ont tiré sur un Palestinien de 15 ans, l’ont blessé et l’ont ensuite arrêté, car il aurait lancé un cocktail Molotov sur leur véhicule.

Les services de sécurité israéliens estiment que les roquettes ont été lancées soit par le Jihad islamique en Palestine (JIP), soit par l’une des plus petites factions palestiniennes qualifiées de  “voyous” [comme la Tanière des Lions de Naplouse et le Bataillon de Jénine, NdT]. Ces tirs ont probablement été effectués en collaboration avec le Hamas, ou du moins avec un clin d’œil d’approbation des autorités de la bande de Gaza.

Il convient de noter que l’intérêt du Hamas ne réside pas dans un conflit militaire à Gaza, mais en Cisjordanie et à Jérusalem. De cette manière, il peut faire payer un tribut de sang à Israël et miner davantage la légitimité de l’Autorité palestinienne sans en payer directement le prix. Israël ne veut pas non plus d’un conflit militaire avec Gaza, qui pourrait contraindre des centaines de milliers d’habitants du sud du pays à passer la veille de Pessah dans des abris antiatomiques [avec ces Paletiniens, on peut s’attendre à tout, même des mini-bombes atomiques, NdT]. Les deux parties se conduisent donc de manière assez similaire : des cliquetis de sabre extérieurs et un bombage de torse, avec un recours limité à la force réelle.

Mais cela pourrait changer si de nouvelles mauvaises nouvelles arrivaient de Jérusalem ou de Cisjordanie. Le Mont du Temple/Esplanade des Mosquées, en raison de son importance religieuse pour les deux parties et de la coïncidence avec les fêtes de fin d’année, est certainement l’endroit le plus sensible. Les affrontements qui s’y déroulent pourraient faire descendre des masses de Palestiniens dans la rue, surtout après des années d’affrontements entre les forces de défense israéliennes et la jeune génération sur le site.

Tout cela se passe sous un gouvernement de droite, dont les membres ont furieusement fustigé leurs prédécesseurs à chaque escalade. Pourtant, dans la pratique, la frontière de Gaza était plus calme sous Bennett, Lapid et Gantz - même si aucun progrès significatif n’a été réalisé dans la résolution des problèmes fondamentaux d’Israël avec les Palestiniens.

Le gouvernement actuel, qui excelle dans les slogans sur la “fermeté”, est en pratique principalement occupé par les tentatives de faire avancer son coup d’État judiciaire. Cela affecte ses performances en matière de sécurité, et il y a un certain changement maintenant qu’Israël est au bord du précipice d’un conflit militaire majeur. Il fait face à cette éventualité avec un premier ministre qui parle à peine à son ministre de la Défense, ayant annoncé son limogeage avant d’être contraint de le suspendre en raison de l’opposition sans précédent de l’opinion publique.

La situation n’est guère plus réjouissante au sein des forces de police. Mardi soir, Canal 12 a diffusé des citations du commissaire de police Kobi Shabtai dans lesquelles il insultait le public arabe en Israël**. La réponse officielle de la police a rapidement précisé que ces citations provenaient d’une conversation entre deux personnes seulement : Shabtai et le ministre de la Sécurité nationale Itamar Ben-Gvir. La fuite a clairement été faite par Ben-Gvir en représailles à l’opposition manifeste de Shabtai au dangereux projet visant à permettre à Ben-Gvir de créer une Garde nationale qui lui serait directement subordonnée.

Aussi difficile à croire que cela puisse paraître, tel est l’état du gouvernement israélien en avril 2023 : le ministre de la Sécurité nationale enregistre une conversation privée avec le commissaire de police puis, par vengeance, la transmet aux médias pour l’humilier. Chaque jour qui passe voit atteindre des records de bassesse.

NdT

* Dans la conversation enregistrée, on entend Ben-Gvir dire après le meurtre d’un Palestinien par des inconnus : « Un autre meurtre et encore un autre meurtre - cela dépasse les bornes. Nous avons besoin d'une garde nationale forte ». Shabtai lui répond alors : « Nous ne pouvons rien faire. Ils s'entretuent. C'est dans leur nature. C'est la mentalité des Arabes ».

Post-scriptum du traducteur

Les USA et la Ligue Arabe ont réagi aux derniers événements.

Le Bureau des affaires palestiniennes du Département d’État des USA à Jérusalem, dirigé par George Noll, a déclaré : « La violence n'a pas sa place dans un lieu saint et pendant une saison sainte. [Les USA] sont alarmés par les scènes choquantes qui se sont déroulées dans la mosquée Al Aqsa et par les roquettes lancées depuis Gaza en direction d'Israël. Nous appelons à la retenue et à la désescalade afin de permettre un culte pacifique et de protéger le caractère sacré des lieux saints ». Le mois d’avril 2023 a été proclamé Mois national du Patrimoine Arabe-Américain par Uncle Joe. À la veille du vote à l’ONU sur la partition de la Palestine, son lointain prédéceseur Harry Truman avait demandé à un conseiller : « Est-ce qu’on a des électeurs arabes ? ». Réponse : « Non ». Truman : « Alors, on vote pour ». Les choses ont un peu changé depuis. 3,5 millions d’Usaméricains sont d’origine arabe et 1 million a voté en 2020, dont 70% pour Biden. Les Juifs, dont le nombre total est estimé à 6,1 millions [nombre d'électeurs et de votants inconnu], ont aussi voté majoritairement Démocrate (77% pour Biden), une tradition vieille de plus d’un siècle. Tous les sondages indiquent qu’Israël est pratiquement la dernière de leurs préoccupations.

La Ligue Arabe, elle, a décidé de tenir une réunion d’urgence aujourd’hui même. 430 millions d’Arabes attendant haletants ses décisions.

 

23/08/2022

AMOS HAREL
Beaucoup de généraux israéliens souffrent de SSPT, mais ces confessions du général de brigade Effie Defrin sont sans précédent
De la défaite au Liban en 2006 à la mondialisation du savoir-faire sioniste

Amos Harel, Haaretz, le 19/8/2022

Traduit par Fausto Giudice, Tlaxcala

Ce qui s'est passé dans les derniers instants de la Seconde Guerre du Liban le hante jour et nuit. Entretien à cœur ouvert avec le général de brigade des FDI Effie Defrin

Le général Effie Defrin : « Mon état d’esprit était déjà que je ne reviendrais pas. Le vendredi soir, j'ai parlé avec ma femme au téléphone et je me suis demandé comment mener une dernière conversation avec elle sans lui dire que je ne reviendrais pas. » Photo :Tomer Appelbaum

 

Vendredi dernier, le 12 août, le général de brigade Effie Defrin a marqué ce qu'il appelle, avec une certaine ironie, « l'anniversaire de ma mort ». Dans l'après-midi de ce jour, il y a 16 ans, Defrin était le commandant du 9e bataillon de la 401e brigade blindée des Forces de défense israéliennes. Lorsque la brigade a commencé à traverser Wadi Saluki, dans ce qui deviendrait probablement la bataille la plus connue et la moins nécessaire de la Seconde Guerre du Liban, le bataillon de Defrin a été attaqué avec des missiles antichars dans une embuscade du Hezbollah. Il a été grièvement blessé et a été évacué alors qu'il était ventilé et dans le coma induit. Initialement, son état a été classé comme critique. Sa femme, Carmel, a été appelée à l'hôpital, avec l'idée qu'elle devrait se séparer de lui.

 

Mais Defrin se remit exceptionnellement vite, surprenant ses médecins, et quelques semaines plus tard il était de retour à la tête de son bataillon – qui, comme lui, était sorti de la guerre battu et meurtri. Au cours des trois dernières années, il a dirigé la Division de la coopération internationale de l'armée, qui, malgré son nom plutôt inoffensif (qui sera bientôt changé), est chargée de coordonner les efforts de collaboration entre les FDI et des dizaines d'armées étrangères, et entretient également certains des liens de sécurité sensibles d'Israël.

 

Sur les photos officielles de l'armée, Defrin, en uniforme, sourit toujours. C'est aussi le visage connu de ses nombreux homologues dans les armées des pays amis. Mais depuis la bataille de Wadi Saluki, il a néanmoins porté en lui une expérience qui n'a été diagnostiquée que ces dernières années comme un syndrome de stress post-traumatique (SSPT).

 

Dans une interview à Haaretz, il décrit franchement les pensées et les sentiments difficiles que la guerre lui a laissés : qu'il s'agisse de la mauvaise préparation des troupes, de la déception au vu de l'issue des combats, ou de la perte de ses hommes et de l'immense estime pour le courage dont ses soldats ont fait preuve au combat. À mon avis, les hauts gradés de Tsahal encore en service, ou ceux qui ont terminé leur service ces dernières années, qui portent des fardeaux similaires ne sont pas rares – mais Defrin est apparemment le premier d'entre eux à en parler si franchement.

 

Tanks disparus

 

J'ai rencontré Defrin pour la première fois, en avril 2007, environ huit mois après la fin de la guerre au Liban. À l'époque, il avait 35 ans. Au cours de la collecte de matériel pour un livre sur la guerre (publié en anglais, en 2009, sous le titre « 34 Days : Israel, Hezbollah, and the War in Lebanon » [34 jours : Israël, le Hezbollah et la guerre au Liban]), que j'ai écrit avec Avi Issacharoff, des centaines d'entretiens ont été menés avec des personnes qui avaient été impliquées dans les combats. Parfois, le voyage que nous avons fait parmi les personnes interrogées – du premier ministre et des membres du cabinet, en passant par les généraux et les soldats du rang – ressemblait à des visites à des personnes blessées dans un accident de voiture en chaîne.

 

Le rapport intérimaire accablant de la Commission d'enquête Winograd sur la guerre venait d'être publié. L'histoire révisionniste de la guerre, la fausse affirmation que les FDI avaient en fait remporté une victoire retentissante, n'avait pas encore vu le jour. Certains des acteurs clés avaient déjà démissionné, dans un climat de dépression que la guerre avait engendré parmi le public. D'autres luttaient toujours pour leur avenir, avec l'aide d'avocats et de transcriptions de réunions secrètes. Des citations ont été tirées d'eux avec soin pour démontrer la responsabilité limitée que ces individus portaient ostensiblement pour l'échec de la guerre et pour rejeter la responsabilité sur leurs rivaux.

 

La rencontre avec Defrin était totalement différente. À la différence d’une grande partie des entretiens menés pour le livre, il s'agissait d'une conversation de fond, qui a été arrangée par des représentants de l'unité du porte-parole de Tsahal, parce que Defrin était toujours en service actif. Nous n'étions pas autorisés à le citer directement. L'entrevue d'une heure que j'avais programmée avec lui a duré près de trois heures.