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06/05/2025

HAYTHAM MANNA
Siria: la ley de la selva

Haytham Manna , 4-5-2025
Original : 
شريعة الغاب
Traducido por Tlaxcala

A continuación, el capítulo 3 del libro de próxima aparición “Manifiesto contra el fascismo yihadista” [capítulo 2 aquí]

Cuando leemos un «mensaje sobre el juicio de la música» del nuevo ministro del Interior de Damasco, Anas Jattab, nos damos cuenta de que nuestro problema hoy en Siria no es el retorno a la «ley de Dios», sino el retorno «triunfante» a la ley de la selva. De hecho, en las palabras del creador de los términos «yihad suní» y «culto a la yihad», leemos:

«Los instrumentos musicales son la causa del terremoto, la transformación y el temblor... Este consenso ha sido reportado por Al-Qurtubi, Ibn Rayab, Ibn Salah, Ibn Hayar al-Haitami y otros"... Y el Shayj al-Islam Ibn Taymiyya, que Dios tenga misericordia de él, dijo: “Quien practica estas diversiones con un propósito religioso y para acercarse a Dios, no hay duda de su extravío e ignorancia”. En cuanto a quien lo hace por placer y entretenimiento, las escuelas de los cuatro Imames están de acuerdo en que todos los instrumentos musicales están prohibidos, pues se ha establecido en Sahih al-Bujari y en otros lugares que el Profeta, la paz sea con él, informó que habría entre su comunidad quienes hicieran lícitos la seda, el alcohol y los instrumentos musicales, y mencionó que serían convertidos en monos y cerdos”. “Los instrumentos musicales son diversiones, como mencionó la gente de la lengua, el plural de instrumento (ma'azifah) es la herramienta con la que se juega: es decir, con la que se hace ruido, y ninguno de los seguidores de los Imames discutió la prohibición de los instrumentos musicales”[1]....

Doy gracias a Dios porque mi madre creyente, que se preocupaba de rezar, ayunar, hacer la peregrinación y dar el zakat, tocaba el laúd para nosotros cuando volvíamos de visitar a mi padre encarcelado*, para aliviar nuestra pena, y porque enseñó matemáticas y ciencias naturales a más de una generación. Nos dejó antes de que viéramos y oyéramos lo que vemos y leemos hoy, procedente de aquellos a quienes Hassan Abud, fundador del movimiento Ahrar al Sham en Siria, describió como “recién llegados, hijos de la juventud, carentes de sabiduría, sin conocimientos de religión ni de política legítima”.



“Urgente - Limpieza en curso”: al-Jazeera, la máquina de blanqueo de al-Golani
Viñeta de Adnan Al Mahakri, Yemen


El problema de los takfiristas no se limita a su rechazo de la música, el pensamiento y la poesía, ni a su visión de cualquier desacuerdo cultural como un peligro para ahl alsunna, “la gente de la sunna”.  Va más allá, afectando a su visión global del hombre, del Islam, de los sistemas políticos y de los grupos humanos. Repiten odiosamente un famoso versículo atribuido al Imam Al-Shafi'i:

“Todo conocimiento fuera del Corán es una distracción.... Excepto la enseñanza del hadiz y la jurisprudencia religiosa”.

“El conocimiento es el que contiene la narración ‘Hemos oído’..... Todo lo demás son sugestiones de demonios”.

En cuanto a los sistemas políticos, se critica constantemente a los reformadores musulmanes en los siguientes términos:
“Les hemos visto autorizar la democracia en nombre de la consulta... ¡Mienten!

Antes de eso, autorizaron el socialismo...

Y autorizaron la legislación al margen de Alá y la creación de partidos políticos con el pretexto de aplicar la sharia... ¡Afirman!

Y han permitido que una mujer y un cristiano gobiernen a los musulmanes...

Y han prohibido la rebelión contra el gobernante sin lo que Alá ha mandado...

¡Y han considerado a los laicistas, comunistas, liberales, socialistas y demás como musulmanes creyentes!

Y consideraron a los cristianos como hermanos de los musulmanes...

¡¡¡Y permitieron la ocupación americana de Afganistán !!!

¡¡¡Y algunos de ellos permitieron que los cristianos infieles asistieran a misa y les felicitaran por el nombramiento de sus papas !!!

Y algunos de ellos han permitido que los hombres se afeiten la barba....

Y algunos de ellos han permitido a las mujeres llevar pantalones....

Y otras innovaciones y extravíos que difunden entre los musulmanes como si fueran certezas de la religión del Islam... Y Alá nos basta y es nuestro mejor protector” [2].

¿Qué es la yihad suní?

Anas Jattab responde: “La yihad, además de ser un acto de culto, es también una de las actividades del individuo en su vida. La historia de la humanidad y su realidad contemporánea atestiguan el hecho de que los seres humanos deben luchar unos contra otros, sea cual sea la razón o motivación de esta lucha... ¡! El Islam ha venido a guiar esta lucha y a clasificarla como un acto de adoración”.

Para los takfiristas, el destino del hombre es luchar contra los demás, y este «otro» puede inventarse según convenga. Se le llama «nusayri» en Siria, «cristiano» o “chií” en otros países, y «sectas descarriadas» en otros lugares. El concepto se amplía y se reduce según las necesidades, y basta un caricaturista europeo o un acta falsificada cuidadosamente preparada de una persona de la que se dice que pertenece a la secta drusa unitaria para desencadenar la guerra. El pueblo se moviliza fácilmente, y los historiadores suelen cansarse de mencionar precedentes. Aquellos cuyos derechos al conocimiento, al trabajo y a la cultura han sido pisoteados se movilizan para defender «la religión», «el Profeta» y «el dogma». Se mueven como lobos hacia sus congéneres para liberarse de aquellos a los que pueden alcanzar con sus garras, apoyando a Dios y a su Profeta.

Esto nos recuerda la historia que cuenta Yaqut al-Hamaui en su «Diccionario de ciudades»: “Los habitantes de la ciudad eran tres grupos: los shafiíes, que eran los menos numerosos, los hanafíes, que eran los más numerosos, y los chiíes, que constituían la mayoría... La rivalidad entre suníes y chiíes se intensificó, y los hanafíes y los shafíes se unieron contra ellos. Estallaron guerras, todas victoriosas para los shafiíes, a pesar de su escaso número. Pero Dios les apoyó. Los habitantes de Rustaq, que eran hanafíes, acudieron a la ciudad con armas y apoyaron a sus correligionarios, pero esto no les benefició, hasta que fueron exterminados. Estos lugares en ruinas que ves son los lugares de los chiíes y los hanafíes, mientras que este distrito conocido por los shafiíes permanece. Y de los chiíes y hanafíes sólo quedan los que ocultan su doctrina”.[4]


Erdoğan el titiritero
Adnan Al Mahakri

Desde el nacimiento de Jabhat al-Nusra bajo el mando de Abu Bakr al-Baghdadi, sus principales consignas han sido "La democracia es un pecado y una incredulidad", "Los cristianos deben ser cazados en Beirut, y los nusayris a los ataúdes". La yihad en Siria y para Siria es "contra los nusayris y sus aliados", "contra el régimen nusayri y las milicias chiíes", y en apoyo del pueblo de la Sunna. El grupo ha recibido fondos de todo el Golfo, alcanzando un "despilfarro" de mil millones de dólares en su tercer año, según Abu Mohamed al-Golani. También ha sido una oportunidad para que los Estados del Golfo se deshicieran de aquellos que no han logrado rehabilitar entre los detenidos de Guantánamo y Al Qaeda, siendo el jefe de la inteligencia saudí Bandar bin Sultan el responsable de eliminarlos en el infierno sirio. También era una oportunidad para enviar salafistas del Magreb a Oriente. Sin embargo, Recep Tayyip Erdoğan y el director del MIT [servicio e inteligencia turco] en aquel momento, Hakan Fidan, vieron en ello una oportunidad para liderar el “islam suní” y apoderarse de los fondos del Golfo. El resultado fue que lo que habían imaginado como un paseo de uno o dos años se convirtió en una pesadilla con la llegada de la mayor masa de refugiados sirios a su territorio. A pesar de ello, el gobierno turco ha conseguido hacer una enorme inversión económica y geopolítica en la tragedia siria, y sigue haciéndolo.


Hakan Fidan y Ahmed al-Charaa en Damasco el 24 de diciembre de 2025

La apertura de las fronteras de Turquía a decenas de miles de combatientes no sirios para la yihad ha alterado por completo el mapa de las fuerzas que se oponen al régimen dictatorial sirio. Las voces democráticas han sido marginadas, y pronunciar el lema de la revolución siria “El pueblo sirio es uno” se ha convertido en blasfemia y herejía, hasta que palabras como "pueblo", "libertad", "soberanía" y "Estado nacional" son ahora objeto de asalto y provocan ataques por parte de las facciones armadas de la oposición. Cuando Hay'at Tahrir al-Sham se hizo con el control de gran parte de la provincia de Idlib, se empezó a trabajar en serio para “limpiar” la ciudad de cualquiera que difiriera de Jabhat al-Nusra en estilo de vida y costumbres... Se aplicaron sanciones contra los”desviados e infractores”, que condujeron al exilio de un tercio de la población. En algunos pueblos se han creado complejos yihadistas según el país de origen de los combatientes, como para los uigures, chechenos y marroquíes... Incluso algunos franceses se han instalado allí donde se encuentran los que han sido expulsados u obligados a huir. Resulta irónico que quienes huían de la reforma social en Arabia Saudí trajeran consigo recuerdos de la «Comisión para la Promoción de la Virtud y la Prevención del Vicio» en Idlib, con generosa financiación de organizaciones “caritativas” wahabíes de Qatar y Arabia Saudí, para propagar el uso del niqab, prohibir las mezclas en restaurantes y oficinas e impedir la entrada de mujeres no acompañadas en las tiendas. También prohibieron la venta de ropa femenina a los hombres y vigilaron los salones de bodas y los actos festivos para prohibir “comportamientos inmorales”, así como el consumo público de shisha en calles, tiendas y restaurantes. También prohibieron los cortes de pelo exagerados y los comportamientos “inapropiados”, y vigilaron a las chicas y chicos jóvenes en los centros educativos y en los medios de transporte.

Después de que los “juristas” y los “yihadistas” empezaran a llevar corbata, la euforia llegó a algunos decepcionados que pensaban que la gente se había olvidado de ellos, pero empezaron a hablar de “opresión suní” y a buscar los méritos de los que “liberaron y decidieron”... Olvidaron que cambiar la piel de una serpiente no elimina el veneno de sus mordeduras. El ataque a la zona costera reveló la naturaleza instintiva de quienes se han convertido en el nuevo poder en Damasco. Nawar Jabour describe la tragedia de la limpieza sectaria diciendo: “Las masacres que tuvieron lugar en la costa añadieron una dimensión en la que los alauíes se convirtieron en un enemigo explícito, asesinados y filmados muertos, sus tiendas y tierras incendiadas, y son perseguidos incluso cuando huyen a los bosques o a los valles. Pero lo que era aún más cruel era el asesinato ritualizado o inspirado, en el que los asesinos se aseguraban de llevar a cabo las masacres de acuerdo con lo que se había prescrito religiosamente contra los “nusayris”, lo que consagraba la naturaleza religiosa de la violencia, de modo que el mensaje no sólo iba dirigido a las víctimas, sino que sus propios cuerpos se convertían en un mensaje político y religioso. El asesinato no era sólo un acto gratuito de violencia, sino que circulaban vídeos que documentaban asesinatos festivos, en los que el objetivo no era sólo eliminar físicamente a las víctimas, sino jactarse de destruir sus propiedades y robarlas. Se alardeaba abiertamente de haber saqueado las casas de los asesinados, y los combatientes blandían las pertenencias de los habitantes como botín, ilustrando el orgullo del robo, al igual que los sirios habían observado anteriormente con los soldados del régimen depuesto y las milicias de defensa nacional. Las víctimas asesinadas se han convertido en símbolos de la victoria de la fe, donde el deber sagrado de la purificación se manifiesta en los cuerpos asesinados y abandonados a la vista de todos, consolidando una imagen a largo plazo de que son rechazados política, religiosa y espiritualmente.” [7]

Hasta el día de hoy, la autoridad de Ahmad al-Charaa no ha emitido ninguna decisión clara para poner fin a las agresiones que afectan a la tierra, la propiedad y el derecho a la seguridad de los alauíes como tales.

Es difícil saber quién hizo una grabación de audio y la atribuyó a un sirio de la comunidad drusa, pero es fácil seguir las reacciones entre los que ahora se definen oficialmente como “elementos y facciones indisciplinado”. Por un golpe de genio y en nombre de la defensa del profeta Mohamed, el versículo coránico “Nadie soporta la carga de otr” fue modificado en la mente de las multitudes (sin el «no»), y el Partido de la Movilización y el Odio se dirigió a la Siria en miniatura (Jaramana) para vengarse de sus habitantes en un asunto que no les concernía. El número de víctimas de esta locura colectiva superó el centenar, con decenas de detenidos y desaparecidos.

¿No es el partido de las tres T (altakfir ualtahrim ualtafjir, التكفير والتحريم والتفجير) el que realmente ostenta hoy el poder sobre las autoridades de seguridad y militares? ¿Puede Ahmad Al-Charaa dirigir críticas o quejas a quienes ha nombrado miembros del Consejo de Seguridad Nacional, una autoridad por encima de todo? ¿Hay alguien entre ellos, incluido el nuevo jefe de los servicios de inteligencia, cuyas manos no estén manchadas con la sangre de los sirios?

¿Puede alguna persona razonable creer hoy que la “autoridad de transición” de Damasco quiere construir una Siria para tod@s l@s siri@s?

NdT

* Yusef Alaudat, abogado, estuvo encarcelado 18 años bajo el régimen de Assad

Notas

[1] https://t.ly/NoHFs 

[2] Anas Jattab, ibid, aunque este pasaje está plagiado de varios otros textos sin mencionar las otras fuentes.

[3] https://t.ly/8g1_F   (La yihad suní y las vías de desviación).

[4] Véase Yaqut al-Hamaui, Léxico de los países, 3/117, véase también “El fenómeno del fanatismo a lo largo de la historia islámica”, Muhammad Amjad Abdul Razzaq al-Bayat, 2018, Dar al-Maymana, Medina.

[5]  https://t.ly/v4Lgr 

[6]  https://t.ly/rNEt1 

[7] https://t.ly/_i1Bg  https://t.ly/rPfmR 


05/05/2025

HAYTHAM MANNA
Syria: The Law of the Jungle

 Haytham Manna , 4/5/2025
Original : شريعة الغاب

Translated by Tlaxcala

Below is Chapter 3 of the forthcoming book “Manifesto Against Jihadist Fascism”. [chapter 1 chapter 2 ]

When we read a “message on the judgment of music” from the new Minister of Interior of Damascus, Anas Khattab, we realize that our problem in Syria today is not about returning to “the law of God,” but about triumphantly returning to the law of the jungle. Indeed, from the creator of the terms “Sunni jihad” and “cult of jihad,” we read:

“The musical instruments are the cause of earthquakes, transformations, and tremors... This consensus has been reported by Al-Qurtubi, Ibn Rajab, Ibn Salah, Ibn Hajar al-Haytami, and others... And the Sheikh of Islam Ibn Taymiyya, may God have mercy on him, said: “Whoever practices these amusements for a religious purpose and to draw closer to God, there is no doubt about his misguidance and ignorance.” “As for the one who does it for pleasure and entertainment, the schools of the four imams agree that all musical instruments are prohibited, for it has been established in Sahih al-Bukhari and elsewhere that the Prophet, peace be upon him, informed that there would be among his community those who would make permissible silk, alcohol, and musical instruments, and he mentioned that they would be transformed into monkeys and pigs.” “Musical instruments are amusements, as mentioned by the people of the language; the plural of instrument (ma'azifah) is the tool with which one plays: that is, with which one makes noise, and none of the followers of the imams has disputed the prohibition of musical instruments”...

I thank God that my believing mother, who was diligent in praying, fasting, performing pilgrimage, and giving zakat, played the lute for us when we returned from visiting my imprisoned father*, to lighten our sorrow, and that she taught mathematics and natural sciences to more than one generation. She left us before seeing and hearing what we see and read today, coming from those whom Hassan Aboud, the founder of the Ahrar al-Sham movement in Syria, called “newcomers, children of youth, devoid of wisdom, without knowledge of religion or legitimate politics.”


“Urgent - Cleaning in Progress”: Al-Jazeera, Al-Joulani’s Washing Machine
Drawing by Adnan al-Mahakri, Yemen


The problem with the takfiris is not limited to their rejection of music, thought, and poetry, nor to their consideration of any cultural disagreement as a danger to ‘’ahl al-sunnah, “the people of the sunnah." It goes beyond that, touching on their overall vision of man, Islam, political systems, and human groups. They odiously repeat a famous verse attributed to Imam Al-Shafi'i:
“All knowledge outside of the Quran is a distraction... Except for the teaching of hadiths and religious jurisprudence.”
“Knowledge is what contains the narrative ‘We have heard’... Everything else is merely suggestions from demons.” 
Regarding political systems, there are constant criticisms of Muslim reformers such as:
“We have seen them permit democracy in the name of consultation... They lie!
Before that, they permitted socialism...
And they allowed legislation outside of Allah and the creation of political parties under the pretext of applying sharia... They claim!
And they permitted a woman and a Christian to govern Muslims...
And they forbade rebellion against the ruler without what Allah has revealed...
And they considered secularists, communists, liberals, socialists, and others to be believing Muslims!
And they regarded Christians as brothers of Muslims...
And they allowed the American occupation of Afghanistan!!!
And some of them permitted attending the mass of infidel Christians and congratulating them on the appointment of their popes!!
And some of them allowed men to shave their beards...
And some of them allowed women to wear pants...
And other innovations and misguidances that they spread among Muslims as certainties in the religion of Islam... And Allah is sufficient for us, and He is our best protector.”
 
What is Sunni Jihad?
Anas Khattab responds: “Jihad, in addition to being an act of worship, is also one of the individual's activities in life. The history of humanity and its contemporary reality testify that human beings must fight others, regardless of the reason or motivation for that fight...! Islam has come to orient this fight and classify it among acts of worship.” 
For the takfiris, the destiny of man is to fight others, and this “other” can be fabricated as needed. It is called "Nusayri" in Syria, "Christian" or "Shia n other countries, and "misguided sects" elsewhere. The concept expands and contracts according to needs, and it only takes a European caricaturist or a carefully prepared falsified recording of a person purportedly belonging to the Druze unitarian sect to ignite war. The people are easily mobilized, and historians often have enough examples to cite. Those whose rights to knowledge, work, and culture have been trampled mobilize to defend "the religion," "the Prophet," and "the dogma." They move like wolves towards their kind to liberate themselves from those their claws can reach, in support of God and His Prophet.
This reminds us of the story recounted by Yaqout al-Hamawi in his “Dictionary of Cities”: “The inhabitants of the city were three groups: the Shafi'is, who were the fewest, the Hanafis, who were the most numerous, and the Shiites, who constituted the majority... The rivalry between Sunnis and Shiites intensified, and the Hanafis and Shafi'is united against them. Wars broke out, all victorious for the Shafi'is, despite their small number. But God supported them. The inhabitants of Rustaq, who were Hanafis, came to the city armed and supported their co-religionists, but it brought them nothing, until they were exterminated. These ruined places you see are the places of the Shiites and Hanafis, while the neighborhood known for the Shafi'is remains. And only those who hide their doctrine remain among the Shiites and Hanafis.”[4]


Erdoğan the Puppeteer, by Adnan Al Mahakri

Since the birth of “Jabhat al-Nusra” under the command of Abu Bakr al-Baghdadi, the main slogans they have expressed are: "Democracy is a sin and disbelief," "Christians must be pursued in Beirut, and the Nusayris to their coffins." The jihad in Syria and for Syria is "against the Nusayris and their allies," "against the Nusayri regime and the Shiite militias," and in support of the people of the sunnah. Funds have flowed from all Gulf countries to this group, reaching "wasted" amounts of a billion dollars during its third year, according to Abu Mohammed al-Joulani. This was also an opportunity for Gulf countries to rid themselves of those they had failed to rehabilitate among the Guantanamo detainees and Al-Qaeda prisoners, with the Saudi intelligence director Bandar bin Sultan taking charge of eliminating them in the Syrian furnace. This also provided an opportunity to send Salafists from the Maghreb to the East! However, Recep Tayyip Erdoğan and the then head of Turkey's MIT (National Intelligence Organization), Hakan Fidanviewed it as an opportunity to steer "Sunni Islam" and seize Gulf funds. The result was that what they had imagined as a one or two-year stroll turned into a nightmare with the arrival of the largest wave of Syrian refugees onto Turkish soil. Despite this, the Turkish government managed to make substantial economic and geopolitical investments in the Syrian tragedy, and this continues to this day.


Hakan Fidan and Ahmed al-Sharaa in Damascus on December 24, 2025

The opening of Turkish borders to tens of thousands of non-Syrian fighters for jihad completely changed the map of forces opposed to the Syrian dictatorial regime. Democratic voices were marginalized, and mentioning the slogan of the Syrian revolution “The Syrian people are one” became blasphemy and heresy, to the point that words like "people," "freedom," "sovereignty," and "national state" are now fought against and provoke attacks from armed opposition factions. 

With the takeover of Hay'at Tahrir al-Sham over a significant part of Idlib province, serious work began to "cleanse" the city of anyone who differed from "Jabhat al-Nusra" in lifestyle and habits... Sanctions were imposed against "deviants and violations," leading to the exile of a third of the population. In some villages, jihadist complexes were established according to the fighters' country of origin, such as for the Uyghurs, Chechens, and Moroccans... Even French individuals settled where those who were expelled or forced to flee had lived. It is ironic that those who fled social reforms in Saudi Arabia brought with them the memories of the “Commission for the Promotion of Virtue and Prevention of Vice” to Idlib, with generous funding from Wahhabi “charity” organizations in Qatar and Saudi Arabia, to propagate the wearing of the niqab, prohibit mixing in restaurants and offices, and prevent the presence of unaccompanied women in shops. 

Additionally, it was also forbidden to sell women's clothing to men and to monitor wedding halls and festive events to prohibit “immoral behaviors,” as well as the public consumption of shisha in streets, shops, and restaurants. They also prohibited exaggerated haircuts and “inappropriate behaviors,” monitoring young girls and boys in educational institutes and public transport.

After the "jurists" and "jihadists" began wearing ties, the euphoria reached several disillusioned individuals who thought that people had forgotten them; however, they began to speak of "Sunni oppression" and sought the merits of those who "liberated and decided." They forgot that a snake changing its skin does not remove the venom from its bites. The attack on the coastal region revealed the instinctual nature of those who became the new power in Damascus. Nawar Jabour describes the tragedy of sectarian cleansing by saying: “The massacres that took place on the coast added a dimension where the Alawites became an explicit enemy, killed and filmed dead, their shops and lands set ablaze, and they were pursued even when fleeing to the forests or valleys. But what was even more cruel was the ritualized murder or inspired killings, where the murderers ensured that the massacres were executed according to what had been religiously prescribed against the 'Nusayris,' which consecrated the religious character of the violence, so that the message was not only directed at the victims, but their very bodies became a political and religious message. The murder was not merely an act of senseless violence; videos circulated documenting celebratory murders, where the goal was not just to physically eliminate the victims, but to boast about destroying their properties and stealing them. An open bragging about the looting of the homes of the slain, with fighters brandishing the belongings of the inhabitants as spoils, illustrating the pride in theft—just as Syrians had previously observed with the soldiers of the fallen regime and the national defence militias. The murdered victims became symbols of the victory of faith, wherein the sacred duty of purification manifested itself on the bodies left dead and abandoned for all to see, solidifying a long-term image that they are politically, religiously, and spiritually rejected.”

To this day, the authority of Ahmad al-Sharaa has not issued any clear decision to put an end to the aggressions affecting the lands, properties, and the right to security of the Alawites as such!

It is difficult to determine who fabricated an audio recording and attributed it to a Syrian from the Druze community, but it is easy to follow the reactions among those who are now officially defined as “undisciplined elements and factions.” With a stroke of genius, and in the name of defending the Prophet Muhammad, the Quranic verse “No one bears the burden of another” was modified in the minds of the crowds (without the “no”), and the Party of Mobilization and Hatred directed itself towards the miniature Syria (Jaramana) to take revenge on its inhabitants in an affair that did not concern them. The number of victims in this collective madness exceeded one hundred, with dozens of detainees and missing persons.

Is it not the party of the three “T’s” (takfir, tahreem, and tafjir, التكفير والتحريم والتفجير) that truly holds power over the security and military authorities today? Can Ahmad Al-Sharaa address criticisms or complaints to those he appointed to the National Security Council, an authority above all? Is there anyone among them, including the new head of intelligence, whose hands are not stained with the blood of Syrians?

Can a reasonable person today believe that the “transitional authority” in Damascus wants to build a Syria for all Syrians? 

Transl. Note

*Yousef Alawdat, a lawyer, was imprisoned for 18 years under the Assad regime. 

Transl. Note
* Yousef Alawdat, a lawyer, was imprisoned for 18 years under the Assad regime
Notes

[1] https://t.ly/NoHFs 

[2] Anas Khattab, ibid, although this passage is plagiarized from several other texts without mentioning the other sources.

[3] https://t.ly/8g1_F  (Sunni jihad and the paths of deviation).

[4] See Yaqout al-Hamawi, Lexicon of Countries, 3/117; also see: The Phenomenon of Fanaticism Throughout Islamic History, Muhammad Amjad Abdul Razzaq al-Bayat, 2018, Dar al-Maymana, Medina.

[5]  https://t.ly/v4Lgr 

[6]  https://t.ly/rNEt1 

[7] https://t.ly/_i1Bg  https://t.ly/rPfmR 


HAYTHAM MANNA
Syrie : la loi de la jungle

 Haytham Manna , 4/5/2025
Original : شريعة الغاب

Traduit par Tlaxcala

Ci-dessous le chapitre 3 du livre « Manifeste contre le fascisme djihadiste », à paraître prochainement. [chapitre 1 chapitre 2]

Lorsque nous lisons un « message sur le jugement de la musique » du nouveau ministre de l’Intérieur de Damas, Anas Khattab, nous réalisons que notre problème en Syrie aujourd’hui n’est pas de revenir à « la loi de Dieu », mais de revenir « triomphalement » à la loi de la jungle. En effet, chez le créateur des termes « djihad sunnite » et « culte du djihad », nous lisons :

« Les instruments de musique sont la cause du tremblement de terre, de la transformation et des secousses... Ce consensus a été rapporté par Al-Qurtubi, Ibn Rajab, Ibn Salah, Ibn Hajar al-Haytami et d’autres"... Et le Cheikh de l’Islam Ibn Taymiyya, que Dieu lui accorde sa miséricorde, a dit : “Quiconque pratique ces amusements dans un but religieux et pour se rapprocher de Dieu, il n’y a aucun doute sur son égarement et son ignorance”. "Quant à celui qui le fait pour le plaisir et le divertissement, les écoles des quatre imams s’accordent à dire que tous les instruments de musique sont interdits, car il a été établi dans Sahih al-Bukhari et ailleurs que le Prophète, paix soit sur lui, a informé qu’il y aurait parmi sa communauté ceux qui rendraient licites la soie, l’alcool et les instruments de musique, et il a mentionné qu’ils seraient transformés en singes et en porcs. "Les instruments de musique sont les amusements, comme l’ont mentionné les gens de la langue, le pluriel d’instrument (ma’azifah) est l’outil avec lequel on joue : c’est-à-dire avec lequel on fait du bruit, et aucun des suiveurs des imams n’a contesté l’interdiction des instruments de musique »[1]...

Je remercie Dieu que ma mère croyante, qui veillait à prier, jeûner, faire le pèlerinage et donner la zakat, jouait du luth pour nous lorsque nous rentrions de la visite à  mon père emprisonné* , pour alléger notre chagrin, et qu’elle a enseigné les mathématiques et les sciences naturelles à plus d’une génération. Elle nous a quittés avant de voir et d’entendre ce que nous voyons et lisons aujourd’hui, venant de ceux que Hassan Aboud, le fondateur du mouvement Ahrar al Sham en Syrie, a qualifiés de « nouveaux venus, enfants de la jeunesse, dépourvus de sagesse, sans connaissance en matière de religion ni en politique légitime »


Urgent - Nettoyage en cours” : al-Jazeera, machine de blanchiment d’al-Joulani
Dessin d’Adnan Al Mahakri, Yémen

Le problème des takfiristes ne se limite pas à leur rejet de la musique, de la pensée et de la poésie, ni à leur considération de tout désaccord culturel comme un danger pour ahl alssuna, « les gens de la sunna ».  Cela va au-delà, touchant leur vision globale de l’homme, de l’islam, des systèmes politiques et des groupes humains. Ils répètent, de manière odieuse, un vers célèbre attribué à l’imam Al-Shafi’i :

« Tout savoir en dehors du Coran est une distraction... Sauf l’enseignement des hadiths et la jurisprudence religieuse ».

« Le savoir est ce qui contient le récit “Nous avons entendu”... Tout le reste n’est que suggestions des démons ».

En ce qui concerne les systèmes politiques, on trouve constamment des critiques des réformateurs musulmans du type :

« Nous les avons vus autoriser la démocratie au nom de la consultation... Ils mentent !

Avant cela, ils ont permis le socialisme...

Et ils ont autorisé la législation en dehors d’Allah et la création de partis politiques sous prétexte d’appliquer la charia... Ils prétendent!

Et ils ont permis à une femme et à un chrétien de gouverner les musulmans...

Et ils ont interdit de se rebeller contre le dirigeant sans ce qu’Allah a fait descendre...

Et ils ont considéré les laïques, les communistes, les libéraux, les socialistes et d’autres comme des musulmans croyants !

Et ils ont considéré les chrétiens comme des frères des musulmans...

Et ils ont permis l’occupation américaine de l’Afghanistan !!!

Et certains d’entre eux ont permis d’assister à la messe des chrétiens infidèles et de les féliciter pour la nomination de leurs papes !!

Et certains d’entre eux ont permis aux hommes de se raser la barbe...

Et certains d’entre eux ont permis aux femmes de porter le pantalon...

Et d’autres innovations et égarements qu’ils ont répandus parmi les musulmans comme étant des certitudes dans la religion de l’islam... Et Allah nous suffit, et Il est notre meilleur protecteur » [2].

Qu’est-ce que le djihad sunnite ?

Anas Khattab répond : « Le djihad, en plus d’être un acte d’adoration, est également l’une des activités de l’individu dans sa vie. L’histoire de l’humanité et sa réalité contemporaine témoignent que l’être humain doit combattre les autres, quelle que soit la raison ou la motivation de ce combat... ! L’islam est venu pour orienter ce combat et le classer parmi les actes d’adoration ».

Pour les takfiristes, la destinée de l’homme est de combattre les autres, et cet “autre” peut être fabriqué selon les besoins. Il est nommé “nusayri” en Syrie, “chrétien” ou “chiite” dans d’autres pays, et “sectes égarées” ailleurs. Le concept s’élargit et se resserre selon les besoins, et il suffit d’un caricaturiste européen ou d’un enregistrement falsifié soigneusement préparé d’une personne dite appartenant à la secte des Druzes unitariens pour déclencher la guerre. Le peuple est facilement mobilisé, et les historiens en ont souvent assez de mentionner les précédents. Ceux dont les droits à la connaissance, au travail et à la culture ont été bafoués se mobilisent pour défendre « la religion », « le Prophète » et « le dogme ». Ils se dirigent comme des loups vers leurs semblables pour se libérer de ceux que leurs griffes peuvent atteindre, en soutenant Dieu et Son Prophète.

Cela nous rappelle l’histoire racontée par Yaqout al-Hamawi dans son “Dictionnaire des villes” : « Les habitants de la ville étaient trois groupes: les chafi’ites, qui étaient les moins nombreux, les hanafites, qui étaient les plus nombreux, et les chiites, qui constituaient la majorité... La rivalité entre les sunnites et les chiites s’est intensifiée, et les hanafites et les chafi’ites se sont unis contre eux. Des guerres ont éclaté, toutes victorieuses pour les chafi’ites, malgré leur petit nombre. Mais Dieu les a soutenus. Les habitants de Rustaq, qui étaient hanafites, venaient à la ville avec des armes et soutenaient leurs coreligionnaires, mais cela ne leur a rien apporté, jusqu’à ce qu’ils soient exterminés. Ces lieux en ruines que vous voyez sont les lieux des chiites et des hanafites, tandis que ce quartier connu pour les chafi’ites demeure. Et il ne reste des chiites et des hanafites que ceux qui cachent leur doctrine ».[4]


Erdo
ğ
an le marionettiste
Adnan Al Mahakri

Depuis la naissance de « Jabhat al-Nusra » sous le commandement d’Abou Bakr al-Baghdadi, les slogans principaux qu’ils ont exprimés sont : "La démocratie est un péché et une mécréance", "Les chrétiens doivent être  pourchassés a Beyrouth, et les nusayris aux cercueils". Le djihad en Syrie et pour la Syrie est "contre les nusayris et leurs alliés", "contre le régime nusayri et les milices chiites", et en soutien aux gens de la sunna. Des fonds ont afflué de tous les pays du Golfe vers ce groupe, atteignant "le gaspillage" d’un milliard de dollars au cours de sa troisième année, selon Abou Mohammed al-Joulani. Cela a également été une opportunité pour les pays du Golfe de se débarrasser de ceux qu’ils n’ont pas réussi à réhabiliter parmi les détenus de Guantanamo et les prisonniers d’Al-Qaïda, le directeur des renseignements saoudiens Bandar bin Sultan s’étant chargé de les éliminer dans le brasier syrien. Cela a également été une occasion d’envoyer des salafistes du Maghreb vers l’Est ! Cependant, Recep Tayyip Erdoğan et le directeur du MIT [services de renseignement turcs, NdT] à l’époque, Hakan Fidan, ont considéré cela comme une opportunité de diriger "l’islam sunnite" et de s’emparer des fonds du Golfe. Le résultat a été que ce qu’ils avaient imaginé comme une promenade d’un an ou deux s’est transformé en cauchemar avec l’arrivée de la plus grande masse de réfugiés syriens sur son territoire. Malgré cela, le gouvernement turc a réussi à investir massivement sur le plan économique et géopolitique dans la tragédie syrienne, et cela se poursuit.


Hakan Fidan et Ahmed al-Charaa à Damas le 24 décembre 2025

L’ouverture des frontières turques aux dizaines de milliers de combattants non syriens pour le djihad a complètement modifié la carte des forces opposées au régime dictatorial syrien. Les voix démocratiques ont été marginalisées, et parler du slogan de la révolution syrienne "Le peuple syrien est un" est devenu un blasphème et une hérésie jusqu’à ce que des mots comme "peuple", "liberté", "souveraineté" et "État national" soient désormais combattus et provoquent des attaques de factions armées de l’opposition. Avec la prise de contrôle de Hay’at Tahrir al-Sham sur une partie importante de la province d’Idlib, le travail a sérieusement commencé à "nettoyer" la ville de quiconque différait de "Jabhat al-Nusra" dans son mode de vie et de ses habitudes... Des sanctions ont été appliquées contre "les déviants et les violations", ce qui a conduit à l’exil d’un tiers de la population. Dans certains villages, des complexes djihadistes ont été établis selon le pays d’origine des combattants, comme pour les Ouïghours, les Tchétchènes et les Marocains... Même des Français se sont installés là où ceux qui ont été expulsés ou contraints à fuir se trouvaient. Il est ironique que ceux qui fuyaient les réformes sociales en Arabie Saoudite aient apporté avec eux les souvenirs de la "Commission pour la promotion de la vertu et la prévention du vice" à Idlib, avec un financement généreux d’organisations "caritatives" wahhabites au Qatar et en Arabie Saoudite, pour propager le port du niqab, interdire le mélange dans les restaurants et les bureaux, et empêcher la présence de femmes non accompagnées dans les magasins. En outre, il était également interdit de vendre des vêtements féminins aux hommes et de surveiller les salles de mariage et les événements festifs pour interdire "les comportements immoraux", ainsi que la consommation publique de chicha dans les rues, les magasins et les restaurants. Ils ont aussi interdit les coupes de cheveux exagérées et les comportements "inappropriés", en surveillant les jeunes filles et les garçons dans les instituts d’enseignement et les moyens du transports.

Après que les "juristes" et les "djihadistes" ont commencé à porter des cravates, l’euphorie a atteint un certain nombre de déçus qui pensaient que les gens les avaient oubliés, mais ils se sont mis à parler de "l’oppression sunnite" et à chercher les mérites de ceux qui "ont libéré et décidé"... Ils ont oublié que le changement de peau d’un serpent n’enlève pas le venin de ses morsures. L’attaque contre la zone côtière a révélé la nature instinctive de ceux qui sont devenus le nouveau pouvoir à Damas. Nawar Jabour décrit la tragédie du nettoyage sectaire en disant : « Les massacres qui ont eu lieu sur la côte ont ajouté une dimension où les Alaouites sont devenus un ennemi explicite, tués et filmés morts, leurs magasins et leurs terres incendiés, et ils sont pourchassés même lorsqu’ils fuient vers les forêts ou les vallées. Mais ce qui était encore plus cruel, c’était le meurtre ritualisé ou le meurtre inspiré, où les tueurs veillaient à exécuter les massacres conformément à ce qui avait été prescrit religieusement contre les ‘nusayris’, ce qui a consacré le caractère religieux de la violence, de sorte que le message n’était pas seulement destiné aux victimes, mais leur corps même est devenu un message politique et religieux. Le meurtre n’était pas seulement un acte de violence gratuit, mais des vidéos ont circulé documentant des meurtres célébratoires, où l’objectif n’était pas seulement d’éliminer physiquement les victimes, mais de se vanter de détruire leurs biens et de les voler. Une vantardise ouverte sur le pillage des maisons des tués, des combattants brandissant les biens des habitants comme des butins, illustrant la fierté du vol, tout comme les Syriens l’avaient précédemment observé avec les soldats du régime déchu et les milices de défense nationale. Les victimes tuées sont devenues des symboles de la victoire de la foi, où le devoir sacré de purification se manifeste sur les corps tués et abandonnés à la vue de tous, consolidant une image à long terme selon laquelle ils sont politiquement, religieusement et spirituellement rejetés ». [7]

Jusqu’à aujourd’hui, l’autorité d’Ahmad al-Charaa n’a émis aucune décision claire pour mettre fin aux agressions qui touchent les terres, les biens et le droit à la sécurité des Alaouites en tant que tels !

Il est difficile de savoir qui a fabriqué un enregistrement audio et l’a attribué à un Syrien de la communauté druze, mais il est facile de suivre les réactions parmi ceux qui sont maintenant officiellement définis comme "les éléments et factions non disciplinés". Par un coup de génie et au nom de la défense du Prophète Mohamed, le verset coranique "Nul ne porte le fardeau d’un autre" a été modifié dans l’esprit des foules (sans le "non"), et le Parti de la mobilisation et de la haine s’est dirigé vers la Syrie miniature (Jaramana) pour se venger de ses habitants dans une affaire qui ne les concernait pas. Le nombre de victimes dans cette folie collective a dépassé la centaine, avec des dizaines de détenus et de disparus.

N’est-ce pas le parti des trois “T”  (altakfir waltahrim waltafjir, التكفير والتحريم والتفجير) qui détient réellement le pouvoir sur les autorités sécuritaires et militaires aujourd’hui ? Ahmad Al-Charaa peut-il adresser des critiques ou des plaintes à ceux qu’il a nommés au Conseil de sécurité nationale, une autorité au-dessus de tout ? Y a-t-il quelqu’un parmi eux, y compris le nouveau chef des renseignements, dont les mains ne soient pas tachées du sang des Syriens ?

Une personne raisonnable peut-elle croire aujourd’hui que “l’autorité de transition” à Damas veut construire une Syrie pour tous les Syriens et Syriennes ?

NdT
* Yousef Aloudat, avocat, a été emprisonné pendant 18 ans sous le régime Assad [NdT]
Notes

[1] https://t.ly/NoHFs 

[2] Anas Khattab, ibid, bien que ce passage soit plagié à partir de plusieurs autres textes sans mentionner les autres sources.

[3] https://t.ly/8g1_F   (Le djihad sunnite et les voies de la déviation).

[4] Voir Yaqut al-Hamawi, Lexique des pays, 3/117, voir aussi : Le phénomène du fanatisme à travers l’histoire islamique, Muhammad Amjad Abdul Razzaq al-Bayat, 2018, Dar al-Maymana, Médine.

[5]  https://t.ly/v4Lgr 

[6]  https://t.ly/rNEt1 

[7] https://t.ly/_i1Bg  https://t.ly/rPfmR 


03/05/2023

KAYA GENÇ
L’onde de choc politique du séisme qui a dévasté la Türkiye
Erdoğan risque de perdre les élections du 14 mai

Kaya Genç, The Nation, 2/5/2023
Traduit par Fausto Giudice, Tlaxcala

Le président Recep Tayyip Erdoğan, qui n’a jamais perdu une occasion de profiter dune crise, espère utiliser l’argent et le besoin de reconstruction après le tremblement de terre - et non les peines de prison - pour l’emporter lors des élections de ce mois-ci. Mais l’opposition unie espère que le terrain a changé.

Istanbul - Le 6 février, peu après 4h17 du matin, la nature a fait une intervention fatale dans l’histoire de la Turquie.

Au début, je n’avais pas conscience de l’ampleur des destructions. Ici, à Istanbul, nous n’avons rien ressenti, juste un silence inquiétant le matin, les derniers instants sereins de la méconnaissance. Mais ma tante, qui s’est réveillée avec horreur dans son lit à Gaziantep, l’épicentre du tremblement de terre de magnitude 7,8, m’a appelé quelques heures plus tard. J’ai eu du mal à imaginer ce qu’elle m’a raconté. Puis, peu après, j’ai allumé la télévision. Un journaliste courait, paniqué, alors que des bâtiments massifs situés de part et d’autre de la route commençaient à s’effondrer à la suite d’un nouveau tremblement de terre de magnitude 7,6. J’ai vu des formes rectangulaires, contenant chacune des dizaines de personnes, se fondre les unes dans les autres, projetant d’énormes nuages de poussière blanche, les occupants poussant d’horribles gémissements. J’ai vu des hommes et des femmes terrorisés, ne sachant que faire, appeler Allah à l’aide. Au fond de moi, j’ai senti quelque chose monter : mon estomac s’est retourné de dégoût et mon cœur s’est emballé. En direct, en temps réel, j’assistais au baisser de rideau du régime de Recep Tayyip Erdoğan, à l’effondrement complet de sa “Nouvelle Türkiye”, dont 50 000 citoyens payaient aujourd’hui le prix de leur vie.

Au cours de la dernière décennie, j’ai rédigé plusieurs profils du président turc, le présentant souvent comme une figure de force. Bien que les gens de gauche comme moi puissent critiquer ses projets - et leurs effets néfastes sur l’environnement -, Erdoğan a conservé sa réputation d’homme d’action. C’est lui qui a construit les routes, c’est lui qui a fait construire les nouveaux aéroports. Son autorité a fait en sorte que les Turcs puissent continuer à acheter un nombre infini de nouveaux logements. Nous, dans l’opposition, nous ne faisions que parler. Il nous a dénoncés pour avoir saboté son esprit d’entreprise et sapé la prospérité de la Turquie. Aujourd’hui, alors que les lignes de faille géologiques se sont déplacées avec un impact catastrophique et que des secousses d’une ampleur inégalée depuis un demi-millénaire ont ébranlé le sud de la Turquie, j’ai réalisé avec une clarté épiphanique qu’Erdoğan n’était pas si fort que cela après tout. Si l’on se fie aux actes durables, il n’était même pas un homme d’action ; il n’était qu’un simple bavard. L’héritage de son parti de la justice et du développement, l’AKP, construit pendant toutes ces années, s’est révélé être une construction bâclée et des bâtiments peu sûrs, rien de plus. Vingt années de vantardise continue sur les exploits monumentaux de son règne islamiste ont été réduites à néant au cours d’une sombre journée de février. À minuit, je me sentais violé, voyant pour la première fois comment nous avions été trompés pendant plus de deux décennies par une astuce rhétorique. Tous ceux qui ont regardé ces scènes de rues en ruines, d’immeubles effondrés et de citoyens désespérés ont dû ressentir quelque chose de similaire, me suis-je dit ce soir-là avant de me coucher. L’effondrement du sud de la Turquie, me suis-je dit, marquerait certainement la chute d’Erdoğan.

Les calculs ont commencé le lendemain matin. Les scientifiques n’avaient-ils pas anticipé ce tremblement de terre depuis des années et n’avaient-ils pas localisé son emplacement probable trois jours auparavant ? Pourquoi le président turc les a-t-il ignorés ? Pourquoi a-t-il emprisonné les urbanistes et les architectes qui critiquaient les huit “amnisties de construction” successives pour les constructions illégales que l’AKP ne cessait d’accorder en échange de votes depuis son arrivée au pouvoir en 2002, au lieu de les écouter ? Pourquoi a-t-il nommé İsmail Palakoğlu - un théologien sans expérience en matière de sauvetage humanitaire - à la tête de la réponse aux catastrophes de l’agence officielle de sauvetage de la Türkiye, l’AFAD ? Pourquoi l’AFAD a-t-elle interdit les missions de sauvetage indépendantes et bloqué les dons privés, refoulant des milliers de bénévoles qui tentaient d’atteindre les zones touchées tout en insistant sur le fait que toute l’aide devait être dispensée par “le chef” (reïs ou kaptan, le surnom d’Erdoğan) à Ankara ? Au moment où j’ai commencé à prendre des notes, ces questions s’accumulaient déjà, tout comme mes propres sentiments de colère, de frustration et même de regret. Depuis quand les Turcs croient-ils cet homme et son parti ? Comment la rhétorique d’Erdoğan a-t-elle pu nous rendre aveugles au fait que tout son régime était construit sur un terrain instable ?

Le pieux Erdoğan a d’abord expliqué la calamité en disant : « Cela fait partie du plan du destin ». Mes amis et moi n’en avons pas cru nos oreilles ; nous avons réagi en organisant des marches dans les rues, en criant : « Gouvernement, démission ! » Lors des matchs de football dans tout le pays, des milliers de supporters ont scandé le même slogan. Mais rien ne s’est passé. Pas un seul fonctionnaire n’a démissionné. Au lieu de cela, Erdoğan a demandé la “bénédiction” des citoyens turcs alors qu’environ 200 000 corps gisaient encore sous les décombres.

Je n’ai pas pu m’empêcher de rappeler l’idée centrale de l’étude d’Amartya Sen sur la famine en Inde : Les autocraties centralisées (comme l’Inde sous le Raj britannique - ou la Türkiye sous Erdoğan) ont tendance à exacerber le bilan humain des catastrophes naturelles. Si la Turquie avait été une démocratie, la libre circulation de l’information aurait contribué à façonner la réponse de l’État à la catastrophe. Au lieu de cela, nos dirigeants autocratiques se sont contentés de regarder les citoyens turcs mourir par milliers.

À la mi-février, à mon grand désarroi, Erdoğan tentait déjà de transformer le “désastre du siècle” en une opportunité. Il a engagé une agence pour produire un court-métrage avec ce titre (thème central : aucun gouvernement n’aurait pu gérer efficacement une crise d’une telle ampleur) et a demandé à tous les médias contrôlés par l’État de faire référence au tremblement de terre en utilisant cette expression. Il s’est engagé à reconstruire rapidement les 11 villes qui ont été rasées. « Donnez-moi juste un an », a-t-il déclaré.

Mais le projet d’Erdoğan d’utiliser l’agence turque du logement public, TOKİ, pour cette tâche pose un énorme défi financier et logistique à son régime en ruine. En octobre dernier, l’inflation a atteint 85,5 %, son plus haut niveau depuis 24 ans. En mars, le ministère du Trésor et des Finances a chiffré les dégâts causés par le tremblement de terre à 103,6 milliards de dollars. De nouvelles dépenses publiques de cette ampleur risqueraient de rendre l’inflation encore plus incontrôlable et de faire grimper le coût des produits de première nécessité à un moment où le taux de chômage du pays - un dangereux 10 % - fait que les Turcs se sentent déjà à l’étroit.

Au fil des jours, le comportement d’Erdoğan et de son partenaire de coalition d’extrême droite, le Parti du mouvement nationaliste (MHP), devenait de plus en plus erratique. Désespéré, j’ai recommencé à fumer des cigarettes - une habitude que j’avais abandonnée dix ans plus tôt - et j’ai vu Erdoğan fermer les yeux sur le comportement du chef du MHP, Devlet Bahçeli, qui a refoulé les survivants de l’effondrement d’un immeuble de 12 étages lorsqu’ils ont demandé à utiliser les toilettes de sa propriété d’Osmaniye. Le secrétaire d’État usaméricain, Antony Blinken, s’est rendu sur le site du tremblement de terre avant Bahçeli, qui, lorsqu’il est finalement arrivé, a été filmé en train de crier et de gesticuler face aux survivants du tremblement de terre qui protestaient contre l’inaction du gouvernement.

Le 11 février, un survivant d’extrême droite de la province de Hatay, près de la Syrie, s’est plaint auprès d’un journaliste du service turc de la Deutsche Welle que les nationalistes turcs gonfleurs de pectoraux qu’il adorait étaient absents au lendemain du tremblement de terre, alors que ceux qu’il considérait comme des “traîtres” - les communistes et les Kurdes - s’étaient précipités à son secours. « Notre maison est en ruines. Je suis un électeur du MHP. Je n’ai rien vu faire de la part du MHP. Ils ne nous ont même pas donné une miche de pain. Qui s’est occupé de nous ? Les organisations terroristes ; elles se sont occupées de nous », a-t-il déclaré. Le gouvernement français est également venu à la rescousse, tout comme les Britanniques, contrant la xénophobie promue par le régime d’Erdoğan simplement en étant présent et en apportant des sandwiches. Plus je rencontrais ces fragments de l’effondrement de la Nouvelle Türkiye - dans les rues et dans mon flux Twitter - plus je me sentais obligé de réexaminer le projet d’Erdoğan, de comprendre comment il m’avait façonné, ainsi que mon pays, et comment nous en étions arrivés là.

Impuissants à Hatay : Dans cette ville du sud de la Turquie, les habitants attendent des nouvelles de leurs proches, piégés sous les décombres. (Burak Kara / Getty Images)

Qu’est-ce que l’AKP ? Contre qui Erdoğan s’est-il positionné comme le symbole de la force de la politique turque ? Cihan Tuğal, professeur à l’UC Berkeley, a écrit l’un des meilleurs livres sur ce sujet. Dans The Fall of the Turkish Model (2015), Tuğal décrit l’idéologie de l’AKP en deux mots : “libéralisme islamique”. Le mouvement d’Erdoğan a marié le capitalisme de libre marché, l’islam conservateur et la démocratie parlementaire dans ce qui semblait être une formule gagnante pour les pays du Moyen-Orient dans les premières années du 21e siècle. Dans les jours de deuil qui ont suivi le tremblement de terre, en lisant le livre de Tuğal, je me suis souvenu de mon enthousiasme de jeune écrivain au milieu des années 2000, lorsque les capitaux étrangers ont afflué en Turquie, rendant la livre turque égale au dollar et ouvrant de nouveaux horizons à ceux qui aspiraient à un avenir meilleur. J’ai obtenu mon premier emploi de bureau, en tant que journaliste artistique pour l’édition turque de Newsweek, avant de passer à Rolling Stone Türkiye. À l’époque, je faisais partie de ceux qui considéraient la “vieille Turquie” - avant l’avènement de l’AKP - comme un régime en soins intensifs. Isolée de l’Occident, se délectant de ses gloires passées, elle rendait son dernier soupir sous nos yeux. Peu d’entre nous ont pleuré lorsque la Nouvelle Türkiye d’Erdoğan l’a remplacée par la promesse de faire entrer le pays dans l’Union européenne.

Comme beaucoup d’autres Ottomans, Mustafa Kemal Atatürk, qui a fondé la Turquie moderne dans les années 1920, a été profondément influencé par la Révolution française. Peu après la prise de la Bastille, écrit Tuğal, « Istanbul et d’autres villes ottomanes étaient décorées de drapeaux français ». Les kémalistes triomphants voyaient des parallèles entre leur révolution militante et laïque et l’anticléricalisme de 1789. Mais dans les années 1970, le modèle kémaliste était en crise, avec la montée de l’islamisme en réponse à la succession de dictatures laïques en Turquie, en particulier pendant les terribles conséquences de la révolution iranienne de 1979. Le modèle français était à la fois la force et la faiblesse de la vieille Turquie : La “turcité” était un concept sacré, tout comme la laïcité, l’État-nation et le culte de la personnalité construit autour d’Atatürk. Me présentant comme un jeune penseur de la nouvelle gauche, j’ai découvert le génocide arménien, l’oppression des Kurdes et d’autres points sombres de l’histoire turque que les kémalistes refusaient de reconnaître - et j’ai compris que j’aurais des ennuis si j’écrivais à ce sujet.

Lorsque l’AKP est apparu en 2001, il semblait représenter une parade à la position anti-occidentale de l’Iran et diminuer l’attrait d’organisations terroristes telles qu’Al Qaïda en proposant un islam modéré et compatible avec le capitalisme. Le modèle libéral de l’AKP a été renforcé par ce que l’on appelle les “calvinistes islamiques” - les millions de personnes pieuses d’Anatolie qui étaient favorables au capitalisme dans cet ancien siège du califat islamique. Ce mouvement islamique modéré était particulièrement attrayant au lendemain du 11 septembre, car il promettait un engagement étroit avec les USA tout au long de la guerre contre le terrorisme. Outre la déradicalisation des islamistes, la Nouvelle Türkiye d’Erdoğan a également mis en place un programme économique solide qui a rapidement ramené l’inflation chronique du pays, qui avait atteint 105 % en 1994, à un taux à un chiffre.

Au cours de sa première décennie d’existence, l’AKP a été favorable au capital - tant au niveau local que mondial - et les capitaines d’industrie l’ont donc soutenu sans réserve. Le parti a travaillé avec le FMI pour privatiser les ressources naturelles et les entreprises publiques, ce qui a permis d’attirer les investissements directs étrangers. Fort du soutien du capital mondial, l’AKP a vendu des forêts et d’autres terres publiques. Le 1 % supérieur de la société turque contrôlait 39,4 % de la richesse du pays à la fin des années 1990 ; à la fin des années 2010, il en contrôlait 54,3 %. Cette aggravation des inégalités a été obtenue en réduisant les salaires, en restreignant les syndicats et en limitant les grèves.

« Lorsque je parle à mes riches parents à Istanbul, qui détestent tant Erdoğan, je leur demande pourquoi ils se plaignent de lui en fait», m’a dit Halil Karaveli, l’auteur de Why Turkey Is Authoritarian (2018). « Les riches de Turquie n’avaient jamais été aussi riches que sous la première décennie du règne d’Erdoğan ». Pourtant, dès le départ, il y avait une incompatibilité culturelle entre les industriels turcs, pour la plupart laïques, et le chef d’un parti islamiste qui avait grandi en travaillant comme colporteur de rue dans un quartier pauvre d’Istanbul.

Au début des années 2010, le régime d’Erdoğan avait progressé dans la création de sa propre classe bourgeoise. Ces nouveaux alliés appartiennent tous au secteur de la construction. Le plus important des nouveaux copains d’Erdoğan - plus tard appelés la “Bande des Cinq” - a obtenu des contrats pour tous ses projets favoris : un nouveau pont intercontinental enjambant les Dardanelles ; le plus grand aéroport du monde, à Istanbul ; des projets de logement dans les villes d’Anatolie ; de nouvelles autoroutes, et des aéroports plus petits, reliant les coins éloignés de la Turquie à sa capitale, Ankara. Ceux qui ont profité de la montée en puissance de l’AKP ont fermé les yeux sur la brutalité avec laquelle leurs alliés opprimaient les classes populaires turques, plus encore que ne l’avaient fait leurs prédécesseurs laïques. La guerre culturelle d’Erdoğan contre les “élites laïques”, nous l’avons rapidement appris, n’était qu’un prétexte pour donner du pouvoir à ses industriels islamistes favoris contre leurs concurrents.

En 2013, l’admiration de l’Occident pour le modèle turc semble être monté à la tête d’Erdoğan, accélérant sa transformation en homme fort. Dans ses discours exposant le “néo-ottomanisme” - sa vision grandiose d’une Türkiye expansionniste désireuse de devenir une superpuissance régionale -, il brandissait fréquemment le poing, accusant ses ennemis de vouloir “mettre la Turquie à genoux”. Il a commencé à décorer Istanbul de tulipes pour commémorer l’ère des tulipes des années 1720, une période prospère de l’histoire ottomane au cours de laquelle la tulipe est devenue un symbole de luxe. Cette époque avait toutefois pris fin avec une violente rébellion en 1730, organisée par un ancien janissaire (membre de la garde d’élite du sultan) nommé Patrona Halil, dont les partisans avaient pillé les palais ottomans.

Derrière la façade brillante du régime d’Erdoğan se cachait quelque chose de similaire. En 2013, le taux de mortalité des ouvriers du bâtiment était de près de quatre par jour, la Bande des Cinq d’Erdoğan dévorant les nouveaux contrats de construction. Pendant ce temps, les inquiétudes concernant la destruction de l’environnement et les normes de sécurité des bâtiments atteignaient leur paroxysme. (Le nombre de décès d’ouvriers allait continuer à augmenter au cours de la décennie suivante : En janvier de cette année, 119 personnes sont mortes au travail ; en février, 182 sont mortes).

Les manifestations contre le projet de bétonnage du parc Gezi en 2013 ont été les premières manifestations sérieuses d’opposition au régime d’Erdoğan
. (NurPhoto / Corbis via Getty Images)

Un jour de mai 2013, je traversais Gezi, un grand parc public d’Istanbul, pour me rendre à Cihangir, un quartier délabré prisé par les gauchistes, les artistes, les journalistes et les communautés LGBTQI de Türkiye, lorsque j’ai été témoin d’une scène étrange. Sırrı Süreyya Önder, député socialiste et réalisateur (nous écrivions pour le même journal de gauche, Radikal), se tenait entre un arbre et un bulldozer. Entouré de caméras, il tentait d’empêcher l’abattage d’arbres pour faire place à un centre commercial kitsch qu’Erdoğan voulait construire dans le parc. Cet incident a été l’étincelle qui a déclenché le soulèvement connu plus tard sous le nom d’Occupy Gezi.

 

J’ai passé les mois suivants dans une atmosphère qui, je l’imaginais, ressemblait à celle du Paris de 1871 : alors que des milliers de personnes avec des tentes convergeaient vers le parc, Gezi est devenu une commune pour ceux qui s’opposaient aux plans de “réaménagement” du gouvernement. En ces jours d’extase et de violence, des millions de personnes ont défilé dans les villes turques contre le projet de libéralisme islamique de l’AKP, et le parc est devenu un champ de bataille entre les militants, qui portaient des lunettes et des citrons (pour contrer les effets des gaz lacrymogènes), et les policiers lourdement armés. Le soulèvement était principalement composé de jeunes militants, mais il était mené par des urbanistes, des architectes, des dirigeants d’ONG et des avocats expérimentés qui s’opposaient à la politique de développement effréné et de construction non réglementée de l’AKP. Mais leur combat était difficile : un référendum constitutionnel en 2010 avait permis au gouvernement de nommer les membres du Conseil des juges et des procureurs (le conseil national du pouvoir judiciaire turc) et de la Cour constitutionnelle, ce qui a aidé l’AKP à consolider son contrôle sur le pouvoir judiciaire et à utiliser les tribunaux pour ratifier le régime d’Erdoğan. L’année dernière, un tribunal a condamné un certain nombre de leaders de l’occupation de Gezi à des peines de prison : les urbanistes Mücella Yapıcı et Tayfun Kahraman, ainsi que l’avocat Can Atalay, purgent actuellement des peines de 18 ans pour “tentative de renversement du gouvernement”. La campagne d’Amnesty International “Libérez les 7 de Gezi” n’a pas encore abouti, mais l’héritage de Gezi perdure : le soulèvement nous a ouvert les yeux sur un nouvel horizon de possibilités pour ce pays.

 

Si le tremblement de terre du 6 février - au cours duquel des milliers d’immeubles construits illégalement et dans de mauvaises conditions sont devenus des tombes pour leurs habitants - a donné raison à l’écologisme des militants de Gezi, il a également prouvé que nos craintes concernant les ambitions autoritaires d’Erdoğan étaient fondées. Le régime de construction de l’AKP était basé sur un capitalisme de copinage et une cupidité organisée masquée par la piété, comme nous l’avions crié sur les toits pendant des semaines. Pourtant, la rébellion de Gezi n’était pas populaire parmi l’électorat turc. Lors des élections locales de mars 2014 - les premières organisées après Gezi - le parti d’Erdoğan a augmenté sa part de voix de 38,8 % lors des élections précédentes à 42,8 %. En août 2014, il a remporté la présidence avec une majorité absolue de 51,8 % à la suite d’une campagne qui a qualifié les manifestants de Gezi d’ennemis de la nouvelle Türkiye. Dans un sens, les manifestations de Gezi ont sauvé Erdoğan en lui donnant un nouveau cadre : il était le héros et nous étions les méchants. L’extrême droite a adoré sa rhétorique du pouvoir absolu et s’est délectée de voir son régime écraser les “traîtres”. Son slogan de campagne, “La volonté forte”, résumait sa nouvelle politique en opposition aux “vandales de Gezi”.

 

En formant une alliance avec Bahçeli, le leader de l’extrême droite turque, Erdoğan était apparemment devenu tout-puissant. Il avait les coudées franches pour agresser les populations kurdes et alévies de Turquie. Prétendant représenter “la forte volonté” de la majorité, il s’en est pris aux communautés LGBTQI (interdisant les marches des fiertés en 2015, l’année suivant son accession à la présidence), aux marxistes, et même aux libéraux (l’Open Society Foundation a cessé ses activités en Turquie en 2018 après qu’Erdoğan a fait la guerre au “célèbre juif hongrois, Soros”), les dénonçant comme les “ennemis intérieurs de la Turquie”. En 2017, il a initié un changement constitutionnel qui a détruit l’ordre parlementaire turc - un ordre qui remontait à 1877 et à l’ouverture du premier parlement ottoman - transformant la Türkiye en un régime de presidencialismo de type latino-américain.

 

Je me souviens de la période entre 2017 et 2019 comme des années d’horreur en Turquie. Le régime d’Erdoğan a détenu 332 000 citoyens, en a arrêté 19 000 et a fermé des journaux, tout en maintenant le pays dans un état d’urgence constant. J’avais naïvement cru que la libéralisation de la Turquie par l’AKP aiderait les journalistes comme moi à atteindre un plus large public européen et même usaméricain - le rêve de [presque, NdT] tout auteur au milieu des années 2000. Radikal, le journal pour lequel j’écrivais, ayant fermé et mes amis rédacteurs étant enfermés à Silivri, la plus grande prison d’Europe, je suis passé à l’écriture en anglais et j’ai passé mes journées à chroniquer l’autoritarisme d’Erdoğan pour les lecteurs européens et usaméricains. En 2019, le gouvernement turc a arbitrairement destitué des maires légalement élus dans trois villes, cinq provinces et 45 districts parce qu’ils étaient issus du Parti démocratique des peuples (HDP), un parti progressiste, et les a remplacés par des figurants loyaux. La même année, il a annulé les résultats de l’élection du maire d’Istanbul après que le candidat du Parti républicain du peuple (CHP), parti d’opposition, a battu l’homme d’Erdoğan - qui a ensuite perdu la nouvelle élection avec une marge encore plus importante.

 

Au cours de ses 20 ans de règne, Erdoğan s’est à plusieurs reprises emparé des crises pour se rallier des soutiens. À la suite d’une tentative de coup d’État contre lui en 2016, il a qualifié l’insurrection de “cadeau d’Allah” et l’a utilisée pour justifier sa purge du secteur public. Lorsqu’Erdoğan a annulé les élections de 2019, ses agents ont prétendu que “quelque chose s’était passé” - impliquant une mystérieuse conspiration contre le gouvernement. Pendant la pandémie de Covid-19, Erdoğan a annoncé des couvre-feux, fermé des mosquées et créé un faux sentiment de sécurité en demandant à son ministre de la Santé d’informer le public chaque soir, entretenant ainsi l’illusion que tout était sous contrôle. Pourtant, alors que je rendais compte de la réaction de son régime face à la Covid-19, j’ai constaté que l’État n’avait pas fourni de vaccins des mois après leur mise à disposition dans les pays européens, qu’il n’avait pas distribué de masques au cours de la première année de la pandémie et qu’il avait dissimulé le nombre de décès dus à la Covid-19. (L’Institut turc des statistiques a récemment révélé que le nombre de décès excédentaires pour les années 2020 et 2021 était de 201 650, alors que le ministère de la santé n’avait signalé que 82 361 décès dus à la pandémie pour ces années-là). Malgré toutes ces défaillances évidentes, et grâce à la rhétorique grandiloquente diffusée par les journaux et les réseaux pro-gouvernementaux (qui représentent 90 % des médias turcs), les gens ont continué à croire au mythe d’Erdoğan, le leader fort.

 

Dans la panade : Ismail Palakoğlu, un théologien sans expérience en matière d’aide humanitaire, a été nommé responsable des secours en cas de catastrophe.

« L’insuffisance constatée lors de la pandémie a refait surface avec le tremblement de terre », explique Edgar Şar, cofondateur de l’Institut de recherche politique d’Istanbul. « Le gouvernement a été confronté à un vide moral lorsque les gens ont vu qu’il ne pouvait pas atteindre les sites du tremblement de terre dans les premières 48 heures et qu’il s’est abstenu de mobiliser l’armée. Tout cela a affecté les lignes de faille de la société ». Şar, qui a perdu des proches dans le tremblement de terre et qui était visiblement traumatisé lors de notre entretien après avoir passé des jours à travailler dans les opérations de sauvetage à Hatay, a prédit que le tremblement de terre serait “un point de rupture” pour le gouvernement et qu’on s’en souviendrait à l’avenir “comme l’événement qui a clôturé cette ère et planté le dernier clou dans le cercueil du régime d’Erdoğan.”

 

L’alliance de l’opposition turque était déjà sur le point de remporter les élections avant le tremblement de terre, selon les recherches de Şar. « Pour l’opposition, la question vitale avant le tremblement de terre était de savoir si elle allait commettre une erreur majeure, comme désigner un candidat que tous ses partis ne soutenaient pas pleinement », explique Şar. Le 6 mars, l’alliance a trouvé une formule gagnante : Kemal Kılıçdaroğlu, le leader du CHP, le principal parti d’opposition, se présentera comme candidat à la présidence le 14 mai, avec les maires extrêmement populaires d’Istanbul et d’Ankara, Ekrem İmamoğlu et Mansur Yavaş, sur le ticket en tant que vice-présidents. Le parti pro-kurde HDP et d’autres petits partis de gauche soutiendront également sa candidature. Kılıçdaroğlu a fait de la réconciliation avec les masses pieuses de Turquie le principe central de la plateforme post-Gezi de son parti laïc. Il a également rassemblé une coalition composée de politiciens que les musulmans pieux soutiennent depuis des années. En fait, les deux plus proches alliés de Kılıçdaroğlu étaient jusqu’à récemment des hommes de main d’Erdoğan : l’ancien tsar de l’économie de l’AKP, Ali Babacan, et l’ancien premier ministre de l’AKP, Ahmet Davutoğlu.

 

Ce qui nous amène au 14 mai 2023. Les élections générales de ce jour-là décideront du sort d’Erdoğan. Dans mes reportages sur la Türkiye au cours de la dernière décennie, j’ai toujours incité à la prudence quant à l’éventualité d’un changement : comme je l’ai noté, la rhétorique du leader fort d’Erdoğan a triomphé à plusieurs reprises dans les urnes. Mais le 6 février pourrait bien avoir mis un terme à tout cela. La date de l’élection, qu’Erdoğan a lui-même choisie, est elle-même symbolique : elle marque l’anniversaire de la victoire écrasante, en 1950, du parti démocrate, une coalition de conservateurs, de libéraux et de gauchistes mécontents qui a mis fin au règne de trois décennies du CHP, lors des premières élections libres de l’histoire de la Turquie. Pendant des années, Erdoğan a positionné l’AKP comme une itération moderne du Parti démocrate et a qualifié le CHP de “symbole de l’autocratie”. Il y a là une ironie considérable - et peut-être intentionnelle. Erdoğan semble toujours aveugle à la nature de son régime de parti unique, dont la mainmise corrompue sur le pouvoir assigne au CHP moderne (le plus ancien parti politique de Turquie, fondé par Atatürk) un rôle similaire à celui du Parti démocrate en 1950 : celui de perturbateur de l’autocratie. Mais le symbolisme des dates ne s’arrête pas là. Si les élections de cette année font l’objet d’un second tour, elles se tiendront le 28 mai, date du dixième anniversaire des manifestations d’Occupy Gezi.

 

J’ai passé le mois de mars à m’inquiéter de la stratégie électorale d’Erdoğan. Après avoir exprimé leur colère à propos des normes de construction et de la réponse inadéquate du gouvernement, la plupart des gens reconnaissent que les survivants du tremblement de terre ont toujours besoin de maisons pour vivre. Erdoğan le sait. La droite turque a utilisé avec succès la stratégie “nous seuls pouvons construire” depuis les années 1950, lorsque le parti démocrate est arrivé au pouvoir. Süleyman Demirel, le chef du parti de centre-droit qui a longtemps dirigé la Türkiye avant l’arrivée au pouvoir de l’AKP, était surnommé de “roi des barrages” [comme Franco en Espagne, NdT]. Turgut Özal, leader des islamistes libéraux dans les années 1980 et idole d’Erdoğan, était le “prince des autoroutes” [comme Hitler en Allemagne, NdT]. Erdoğan a lui-même été surnommé le “roi des aéroports et des ponts” et se vante souvent de ses “projets fous”, dont une voie navigable reliant la mer Noire à la mer de Marmara, qui couperait en deux la rive européenne d’Istanbul pour former une île entre l’Asie et l’Europe. Murat Kurum, ministre de l’Environnement, de l’urbanisation et du changement climatique d’Erdoğan, a annoncé le 5 mars que la construction de 349 nouveaux immeubles d’habitation pour les survivants avait commencé et que 608 autres suivraient bientôt. Parallèlement, en arrêtant plus de 100 promoteurs immobiliers responsables de l’effondrement des bâtiments, le régime a tenté de détourner l’attention et de dissimuler sa responsabilité.

 

Mais le tremblement de terre a révélé la pourriture sous la surface brillante du règne d’Erdoğan. La Nouvelle Türkiye d’Erdoğan a été littéralement bâtie sur les industries de la construction et du logement, dont les produits de mauvaise qualité et dangereux, favorisés par la corruption omniprésente du régime, sont aujourd’hui en ruines. La dernière amnistie d’Erdoğan en matière de construction - qui légalisait les constructions sans permis en échange du paiement d’une taxe et du remplissage d’un formulaire - a eu lieu en 2018. Sept millions de bâtiments en ont bénéficié. Pelin Pınar Giritlioğlu, le président de la branche d’Istanbul de l’Union des chambres d’ingénieurs et d’urbanistes, a déclaré à la BBC que jusqu’à 75 000 bâtiments dans la zone touchée par le tremblement de terre avaient bénéficié des “amnisties” d’Erdoğan (lequel a ensuite brusquement mis de côté les plans d’une nouvelle amnistie prévue pour les élections de cette année).

En faisant des recherches sur les bâtiments détruits, j’ai été frappé par la pratique courante consistant à réduire le nombre de colonnes porteuses dans les magasins de rez-de-chaussée des immeubles résidentiels. Les données publiées en 2020 par le ministère de l’Environnement et de l’urbanisme montrent qu’environ la moitié des bâtiments en Turquie ont été construits en violation des réglementations sismiques. J’ai également été frappé par la démographie de la région. Les villes les plus touchées par le séisme - Adıyaman, Malatya, Maras, Gaziantep et Urfa - sont toutes des bastions d’Erdoğan et lors des entretiens que j'ai eus avec les habitants, ils ont envoyé un message unifié :  Nous avons été abandonnés ; personne n’est venu à notre secours ; l’État, censé être puissant, n’a même pas planté une tente ou apporté des toilettes mobiles pour nous. Le nouvel accent mis par Erdoğan sur la reconstruction vise à détourner l’attention des échecs mortels de son agence de sauvetage et du rôle des grandes entreprises de construction qui ont financé l’AKP et qui sont responsables des dégâts. Il est donc d’autant plus important que nous refusions de nous laisser distraire.



Le leader nationaliste Devlet Bahceli, qui a refusé de laisser les victimes du tremblement de terre utiliser les toilettes de sa propriété d’Osmaniye. (Duvar English)

 Il semble évident qu’Erdoğan tentera d’utiliser la catastrophe comme une bouée de sauvetage. Mais Halil Karaveli décrit le tremblement de terre comme étant potentiellement « le moment Tchernobyl de la Türkiye. Tout comme la catastrophe nucléaire a été la goutte d’eau qui a fait déborder le vase de la confiance dans le système soviétique, ce tremblement de terre pourrait détruire la confiance dans la nouvelle Türkiye ».

 

Pour l’instant, la catastrophe semble avoir fait pencher la balance du côté de l’opposition. « Les gens ont longtemps associé le gouvernement aux projets de construction et d’autoroutes, qui ont tous deux implosé pendant le tremblement de terre », explique Şar. « Ce tremblement de terre a révélé à quel point le système de l’AKP était pourri et ressemblait à une maison mal construite. Il a ainsi offert à l’opposition une opportunité historique ».

 

Dimitar Bechev, conférencier à l’Université d’Oxford, a reconnu que « le tremblement de terre rendrait plus difficile pour Erdoğan de s’accrocher au pouvoir. En conséquence, il pourrait passer de l’achat d’un soutien électoral par le biais d’aides généreuses à des élections truquées et à des mesures répressives contre le bloc d’opposition. Dans ce cas, la Türkiye pourrait devenir encore plus autoritaire en raison de l’effet de cliquet, la répression conduisant à plus de répression plutôt qu’à un assouplissement du régime. Néanmoins, pour l’instant, Erdoğan semble préférer utiliser la reconstruction pour rallier la société derrière le drapeau. Le plan A est qu’il utilise l’argent - et non les peines de prison - pour l’emporter ».

 

Pourtant, le plan B reste une possibilité inquiétante. Après tout, les peines de prison sont une tactique aussi courante que les pots-de-vin pour l’AKP. À l’approche des élections, Erdoğan a envoyé les forces de sécurité faire des descentes dans les tentes de solidarité dressées par les partis d’opposition, confisquant leur matériel, menaçant les bénévoles d’emprisonnement et nommant des “administrateurs” pour les gérer. Pour un dirigeant qui a interdit Twitter trois jours après le tremblement de terre, empêchant ainsi les personnes encore sous les décombres de communiquer leur adresse aux équipes de secours, il n’y a plus de lignes rouges à ne pas franchir.

 

« La répression va certainement s’intensifier à l’approche des élections », prédit Şar. « Le tremblement de terre a avancé dans le temps le moment de l’effondrement de l’AKP et lui a donné une nouvelle ampleur. La répression augmentera avec la même ampleur. Pourtant, nous avons bientôt des élections, et aucune de ces mesures répressives n’aidera le gouvernement à obtenir plus de voix. Il y a des chances qu’elles se retournent contre lui ».

 

La corruption ayant été exposée de manière aussi flagrante et l’opposition étant unie, il y a de fortes chances que la colère des Turcs se transforme en une victoire électorale de l’opposition dans le courant du mois. La faiblesse est quelque chose que l’on ne peut pas ne pas voir. En regardant Erdoğan visiter le site de la catastrophe en février, j’ai fait partie des millions de personnes qui ont remarqué l’expression ébranlée de son visage. Les électeurs décideront bientôt si ce pilier de la politique turque depuis trois décennies a fait son temps. Le ressentiment qui s’est accumulé pendant des années et qui est maintenant représenté par une opposition unifiée pour la première fois, est peut-être finalement devenu l’équivalent politique d’une force de la nature - et une leçon pour tous les hommes forts de notre monde.