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24/12/2024

LUCA CELADA
El plan de Silicon Valley para apoderarse del Estado
El irresistible (¿o resistible?) ascenso de los broligarcas

USA: Una plutocracia “armada” y extremista está a punto de apoderarse de la mayor superpotencia mundial

Luca Celada, il manifesto, 17/12/2024

Traducido por María Piedad Ossaba, Tlaxcala 

Luca Celada es corresponsal en Los Ángeles del diario italiano il manifesto

Esta semana, Jeff Bezos, de Amazon, Sam Altman, de Open AI, y Mark Zuckerberg anunciaron donaciones de un millón de dólares cada uno como contribución a la ceremonia de investidura de Donald Trump el 20 de enero. Los magnates digitales han sido atacados a menudo por Trump, quien todavía hace unas semanas afirmó que Zuckerberg, en particular, debería «ir a la cárcel» por censurar opiniones de derechas en sus plataformas. Tras su victoria, hubo prácticamente una procesión desde Silicon Valley para hacer un acto de sumisión. La semana pasada, el jefe de Meta había volado a Mar a Lago para reunirse con Trump, Bezos tiene una cita en los próximos días.

Muchos otros plutócratas son una presencia fija en la corte giratoria que gira en torno al presidente que regresa desde las elecciones de noviembre. Muchos de los numerosos magnates que han contribuido generosamente a su reelección han sido puntualmente recompensados con nombramientos en ministerios. Entre ellos se encuentra su pariente político Charles Kushner, padre de su yerno Jared, que primero fue indultado en 2020 [ había sido condenado por malversaciones fiscales], y luego honrado con el cargo de embajador en Francia.

(Otro nombramiento «dinástico» es el de la (posiblemente ex) prometida del primogénito Donald Jr, Kimberley Guilfoyle, como nueva embajadora en Grecia, mientras que se espera que su nuera, Lara Trump, debería pasar del comité central del Partido Republicano al Senado).

Entre los ministros con carteras opulentas (cada uno con una riqueza estimada en más de 1.000 millones de dólares) están Linda McMahon en Educación Pública, Scott Bessent, en Hacienda, Doug Burgum en Interior, Howard Lutnick en Comercio, Jared Isaacman, director de la NASA, y Steve Witkoff -socio de Trump en una nueva empresa de criptomonedas, World Liberty Financial- como enviado especial a Oriente Medio.

Además de crear otro flagrante conflicto de intereses para el nuevo presidente, la entrada de la familia en la producción de “Trump coin” es el último indicio de una creciente asociación entre Trump y el nuevo capitalismo incubado en Silicon Valley. Los magnates de Silicon son fantásticamente ricos, y para Trump la riqueza siempre ha sido un ostentoso símbolo de éxito. Según un reciente artículo del New York Times, le gusta exhibir a sus nuevos socios políticos como trofeos en su palacio kitsch. «He traído a dos de los hombres más ricos del mundo», habría dicho recientemente, según el Times, presentándose en una reunión de periodistas en compañía de Elon Musk y el consejero delegado de Oracle, Larry Ellison. «¿A quién habéis traído?».

Encarna la influencia de los aceleracionistas de Silicon Valley en la restauración de Trump el propio Musk, a quien, como es bien sabido, se le ha otorgado, junto a otro multimillonario, Vivek Ramaswami, un puesto central como administrador del «departamento de efficiencia gubernamental» (DOGE). Musk tendría, sin embargo, mayor libertad de acción, incluso sobre la composición del propio cuadro gubernamental, en el que trabajarían, en Florida, numerosos colaboradores 'prestados' por sus empresas.

Entre las figuras clave estaría Jared Birchall, director de Neuralink, la empresa encargada de los implantes neurológicos, pero también administrador de las finanzas personales del magnate y, en general, su mano derecha, a cargo de las negocios  familiares,  de la fundación, así como de los bienes inmuebles, los viajes y la seguridad de Musk. A estas tareas se han añadido ahora las conversaciones con posibles funcionarios del Departamento de Estado. El hecho de que Birchall no tenga experiencia en negocios internacionales no se considera, evidentemente, un problema en una selección que, al igual que para los demás departamentos, parece centrarse principalmente en las afinidades ideológicas y la lealtad de los candidatos al presidente.

Otro asesor, esta vez para seleccionar al personal de inteligencia, es Shaun Maguire, una figura de Caltech que se hizo multimillonario como socio de Sequoia, uno de los principales fondos de inversión de Silicon Valley y (no hace falta decirlo) amigo de Elon Musk, con quien comparte el culto, tan de moda en el Valley, del genio díscolo e inadaptado, quizá incluso un poco misántropo, pero aun así brillante.

En otras palabras, muchas de las decisiones destinadas a dar forma al gobierno Trump bis están en manos de una facción ideológica de «meritócratas» extremistas, por no decir teóricos «darwinistas» del triunfo de los mejores sobre los mediocres. Otro “asesor” fijo en Palm Beach, por ejemplo, es Marc Andreesen, el multimillonario fundador de Netscape y uno de los principales ideólogos de la oligarquía neorreaccionaria, es un ferviente defensor del liberalismo radical y de la mínima interferencia del Estado en los asuntos empresariales.

Gracias a su alianza estratégica con Trump, una asociación que solo maduró realmente en las fases finales de la campaña electoral, este pequeño grupo de empresarios radicalizados por el éxito de los oligopolios de Silicon Valley, tiene ahora la oportunidad de trasladar las filosofias de la gestión (y la eugenesia) al aparato estatal. Musk, por ejemplo, ha expresado en repetidas ocasiones la idea de que la inmigración debería gestionarse como una campaña de selección de «un club deportivo», obligado a seleccionar a los mejores jugadores y descartar a los perdedores, los «losers» que que él y Trump tanto detestan.

Pero la principal obsesión de Musk es el recorte del gasto público, contra el que despotrica incesantemente en X post como fuente de inflación y de déficits  presupuestarios insostenibles. Estos son los temas clásicos de la filosofia económica conservadora que la derecha del silicio ha imbuido, sin embargo, de un celo casi religioso. Y llama la atención cómo una facción que hasta hace poco habría sido considerada fanáticamente extremista, ha ascendido a una posición de tanto poder casi extemporáneamente. La propia creación del superministerio de Musk se produjo «en directo» durante la retransmisión grabada por los dos hombres de X, tras el fallido intento de asesinato  de Trump en julio.

«Para reducir la inflación, tenemos que reducir el gasto público en todos los ámbitos», señaló en aquella conversación el propietario de Space X (que recauda miles de millones en contratos espaciales públicos). «¿Qué te parece, Donald, una comisión especial sobre efficiencia gubernamental? Yo estaría dispuesto a presidirla». «¡Genial, me vendría muy bien alguien como tú, que no se acobarda, como aquella vez que hicieron huelga en esa empresa tuya y los despediste a todos en el acto!». (Risas).

Musk y Ramaswamy no pierden la oportunidad de señalar que las principales fuentes de gastos superfluos son programas como la asistencia alimentaria a familias necesitadas, las pensiones y la sanidad.  «Al principio, puede causar algunas molestias», admite Musk sobre el temido remedio (el recorte de 2 billones de dólares del gasto público, lo que equivale a más de un tercio del presupuesto del Estado), “pero a la larga, será mejor para todos”.

«Veremos qué pasa», afirmó Trump a este respecto. «Van a ser unos meses interesantes. Pero el país está atascado de reglamentaciones y de personas innecesarias que podrían ser más productivas en el sector privado.» Ahora, con una influencia sin precedentes, los «broligarcas» de Silicon Valley están a punto de meter mano en el aparato de protección social como se haría con una filial recién adquirida, con la intención de aplicar una colosal reforma «empresarial».

Las fortunas acumuladas por la plutocracia actual invitan a comparaciones con la ‘Edad Dorada” de principios del siglo XX, cuando la riqueza estratosférica de los Rockefeller, los Vanderbilt y las grandes familias industriales y bancarias subrayaba la abismal desigualdad con las clases económicas subalternas. Pero la influencia política, por notable que fuera, de aquellos «barones ladrones» palidece ante la situación actual.

Aquella época fue el preludio de una temporada de enorme conflicto social en el país, y de la creación, bajo Franklin Roosevelt, de la red social (sanidad y pensiones) que aún existe actualmente. Hoy, sin embargo, las tensiones producidas por la globalización y la desigualdad social rampante han producido, al parecer, un gobierno controlado directamente por los monopolios más gigantescos generados por el capitalismo neoliberal, que, en alianza con un demagogo populista, y las partes más reaccionarias de la derecha ideológica, se disponen a desmantelar ese pacto social.

Todo ello desafiando un flagrante conflicto de intereses por parte de las corporaciones que, de hecho, se encargan de desmantelar las agencias federales encargadas de regularlas. Las primeras cabezas que la industria tecnológica querría ver rodar son las de Lina Kahn, arquitecta  en la Comisión Federal de Comercio (FTC) de la campaña antimonopolio que recientemente llevó a Google y Amazon a los tribunales, y Elizabeth Warren, la senadora de Massachusetts que como presidenta de la autoridad de protección del consumidor es una de las voces más invariablemente de izquierdas contra las extralimitaciones corporativas (Andreesen ha pedido específicamente que la «supriman»).

Sin embargo, no se trata solo de asegurarse los servicios de una administración amiga (aunque con un negociante como Trump, estos estarán prácticamente asegurados). La diezmación del «Estado profundo» prometida por Trump como dispositivo de agregación populista antisistema es, para la plutocracia militante de Silicon Valley, un objetivo ideológico que Musk persigue con especial fervor.

En su reciente libro, «Character Limit», Kate Conger y Ryan Mac retrasan lo que sucedió en los días posteriores a la compra de Twitter por Musk. Una sucesión de despidos, destituciones comunicadas por correo electrónico, jefes de departamento convocados por sorpresa a los que se les pidió que justificaran la utilidad de su empleo en 60 segundos, indemnizaciones retenidas. Una «reestructuración» económica convertida en un teatro de la crueldad, basado en la humillación ritual y punitiva. Un terreno de fuerte afinidad entre Musk y Trump, dueño ya de un programa de tele-realidad cuyo eslogan era «You're Fired!» (¡Estás despedido!). 

La liquidación del 80% de los empleados “sin consecuencias” para la empresa (a no ser que se quiera contar la destrucción de una plataforma reducida a megáfono de desinformación y propaganda), ha convertido a Musk en una especie de héroe anarcocapitalista para un nutrido grupo de seguidores. Y es esta misma receta la que muchos esperan de él para diezmar de una vez por todas al “Estado profundo”. En las últimas semanas, Musk ha sido visto a menudo en compañía de otro socio, Steve Davis, uno de los directivos de la Boring Company (la empresa de excavaciones del grupo Musk). Según el Times, Davis, especializado en reducción de costes, también ha entablado conversaciones con otros expertos para «optimizar el presupuesto federal». Es probable que él también desempeñe un papel destacado en el nuevo ministerio de DOGE. 

Puede que no sea posible reproducir los recortes del 80% de Twitter, pero incluso la paradójica reducción de casi el 50% del gasto público que está ventilando Musk representaría una apoteosis catastrófica de la guerra de los ricos contra los pobres. Para preparar el terreno, la campaña, amplificada por Musk, para vilipendiar a los «gorrones» de las subvenciones públicas, y por la «liberación» de las empresas de las «burocracias sofocantes» ya ha comenzado en 'X'.

El otro impulso es la privatización, con otro responsable del Team Musk: Shervin Pishevar, director y cofundador de Hyperloop (la empresa de cápsulas supersónicas con varios proyectos en fase experimental). Pishevar escribió sobre la «oportunidad de reimaginar las funciones gubernamentales a la luz de una evolución económica y tecnológica sin precedentes». Una frase que resume los intereses económicos y el mesianismo tecnológico imperantes en Silicon Valley. Según Pishevar, servicios como Correos, la NASA o el sistema penitenciario «se beneficiarán enormemente del ingenio del sector privado». Todo en aras de crear un «futuro alineado con la propiedad y la prosperidad». Una característica de los ultra capitalistas es cómo hacen alarde público despreocupadamente de lo que hasta hace poco, y todavía durante el primer mandato de Trump, los partidos propietarios habrían callado y negado públicamente.

Captain X, por Vasco Gargalo

La privatización gradual de los servicios es parte integrante de los programas de muchos gobiernos liberalistas occidentales. Pero los giga-capitalistas ven ahora la oportunidad de completar el trabajo muy rápidamente, adoptando el lema «muévete rápido y rompe cosas». El lema de Mark Zuckerberg, favorecido por los taumaturgos de la tecnología, se aplicaría así al aparato del Estado que hay que «reinventar». Después de todo, incluso el infame Proyecto 2025 se basa en una «guerra relámpago» diseñada para aplastar la resistencia de las instituciones (o terraplenes constitucionales) y blindar el aparato sin dejar tiempo a que la resistencia se organice.

El proyecto de “blitzkrieg” promete invertir en todos los campos, empezando por la investigación, la salud y la educación pública, y en algunos casos ya está muy avanzado. La red de centros de internamiento para inmigrantes en vías de deportación, por ejemplo (más de 200 en el país, y que las deportaciones masivas prometen aumentar considerablemente), ya está subcontratada por el gobierno a empresas del “complejo industrial penitenciario”, empresas como Corrections Corporation of America y Geo Group, pagadas por el preso, y cuya cotización en bolsa se disparó el día de la elección de Trump.

Pero la venerada “disruption” [perturbación] debe, en el proyecto de los “broligarcas”, extenderse a toda la sociedad. Lo que Pishevar define eufemísticamente como la «reestructuración revolucionaria de las instituciones públicas», seguirá el guión familiar de su sabotaje y desfinanciamiento con vistas a su sustitución por empresas de «gestión» y, por tanto, una gigantesca transferencia masiva de fondos públicos a las arcas privadas. Gran parte se aplicará probablemente por decreto, pero en esta ocasión Trump y sus patrocinadores cuentan con las dos cámaras del Parlamento y una supermayoría reaccionaria en el Tribunal Supremo: una convergencia sin precedentes de propósitos y poder.

También en el contexto de la «innovación», una nominación significativa ha pasado en parte desapercibida, la de David Sachs para el puesto inventado de “zar de la criptodivisa y la inteligencia artificial”. Sachs, inversor de capital riesgo y viejo conocido de Musk desde sus tiempos de PayPal, es uno de los sudafricanos que desempeñan un papel más destacado en el ala reaccionaria de Silicon Valley. Roelof Botha (nieto del último ministro de Asuntos Exteriores del régimen del apartheid, Pik Botha) es inversor de Sequoia (el mismo que Shaun Maguire), Patrick Soon-Shiong es el propietario de Los Angeles Times que prohibió el editorial pro-Kamala Harris en su consejo editorial y recientemente anunció un algoritmo de IA para «corregir» el sesgo progresista de sus editores.

De todos los magnates digitales vinculados al hemisferio sur, es sin duda Peter Thiel quien tiene el mayor perfil. Vinculado al think-tank anarcocapitalista Property & Freedom Conference y al Grupo Bilderberg, el magnate, criado en Namibia en el seno de una familia alemana, no sólo es partidario de Trump, sino que ha sido el financista y mentor de la carrera de JD Vance, cuyo nombramiento como vicepresidente patrocinó y garantizó directamente.

También miembro original de la mafia PayPal, Thiel estudió en Stanford, donde fundó el Young Conservative Journal. Famoso por haber teorizado que «la democracia ya no es compatible con la libertad», ahora es la eminencia gris del culto neorreaccionario de Silicon Valley.

El mes pasado, en una entrevista con Bari Weiss, comparó a los ultracapitalistas tecnológicos que llevaron a Trump a la victoria con los combatientes de la resistencia que derribaron al Imperio en “La guerra de las galaxias” (una analogía en la que presumiblemente Biden interpretaría a Darth Vador).

Además de liderar la santa alianza contra “el establishment”, Thiel es el propietario de Palantir, una empresa de análisis de datos e inteligencia artificial con múltiples aplicaciones militares (la compañía debe su nombre a las piedras adivinatorias del mago Sauron en los libros de JRR Tolkien). El control de la inteligencia artificial, como es bien sabido, será crucial para la próxima fase capitalista y geopolítica, por lo que la unión Trump-oligarcas se ha consumado también en la perspectiva de una nueva carrera armamentística de la IA, especialmente con el archirrival chino.

Fundada en 2003, Palantir proporcionó inicialmente redes neuronales y algoritmos para el análisis de datos a agencias de inteligencia y luego a departamentos especiales del ejército. Hoy es líder en aplicaciones militares de IA, que también suministra a numerosos clientes mundiales. Siempre, se dice, los del lado “correcto”. El director general de la empresa, Alex Karp, es un ferviente partidario de Israel y un defensor del nuevo maniqueísmo mundial liderado por los USAmericanos. «Debemos explicar a los usamericanos que el mundo está dividido en dos partes y que una de ellas está dominada por terroristas que tienen la vista puesta en dominar Occidente», afirmó en una reciente conferencia del Instituto Reagan.

En el pensamiento de Karp, la supremacía tecnológica está perfectamente unida a la superioridad moral del Occidente usamericano. Y el supremacismo es inseparable de la lógica de la guerra permanente (que al fin y al cabo se corresponde con el modelo de negocio corporativo). Karp afirma que “los usamericanos son las personas más temerosas, imparciales, menos racistas y bien dispuestas del mundo. Al mismo tiempo, quieren que sepamos que si te levantas por la mañana pensando que vas a hacernos daño, capturarnos como rehenes o enviarnos fentanilo para matarnos en nuestras casas, algo muy malo te va a pasar a ti o a tu primo, a tu amante o a tu familia”.

Los desvaríos del Dr. Insólito de los algoritmos Karp son habituales. «Disponemos de la mejor tecnología y así tiene que seguir siendo», declara en otro vídeo. «No podemos permitirnos equivalencias con nadie porque nuestros adversarios no tienen nuestros escrúpulos morales. Sionista convencido y partidario de Netanyahu, Karp ha puesto la «superioridad moral» de su compañía al servicio de las FDI en la campaña contra Gaza, y puso a prueba su propia inteligencia artificial en el teatro de operaciones ucraniano. En la nueva «pax digital americana» de Karp, el doctor Insólito se encuentra con Terminator en un escenario en el que los cielos «enemigos» están permanentemente pavimentados con satélites Starlink (la filial de Musk ya tiene 6.500 en órbita) y otros muchos armados con misiles. 

Hace quince días, 166 miembros de la ONU votaron a favor de una resolución que pide un tratado sobre armas «inteligentes», los llamados robots asesinos, dotados de «autonomía de decisión». El tratado  es solo una “esperanza piadosa” porque USA se opone a cualquier limitación obligatoria. De hecho, la proliferación de armas inteligentes ya está en marcha y seguirá siendo una de las principales prioridades para la próxima Casa Blanca.

En la sede del nuevo complejo militar-industrial digital de Silicon Valley se trabaja ya a buen ritmo para asegurar la supremacía usamericana también en el espacio y los océanos, por donde ya cruzan “enjambres” de robots-submarinos autónomos, fabricados por otra empresa puntera del sector, Anduril (nombre también tomado de “”El Señor de los Anillos, esta vez la espada de Aragorn). Escenarios cada vez más frecuentes en los que el transhumanismo de los giga-capitalistas vira hacia lo poshumano.

El modelo puede ahora ser definitivamente consolidado por una Casa Blanca en la que la ideología reaccionaria y los intereses industriales se superpondrán infinitamente sin distinción, un gobierno compuesto a partes iguales por ideólogos apocalípticos y fabricantes de armas que tendrán en el Despacho Oval un socio comercial al 100%.

El estado de excepción, las redadas y modificaciones constitucionales por decreto (el fín del derecho de suelo, para empezar, seguido de restricciones radicales a la disidencia) se vislumbran en el horizonte a partir del próximo enero. Detrás de este proyecto hay una facción que, además de la certeza de tener razón, tendrá ahora el poder de aplicarlas  con el pleno apoyo de una presidencia imperial.


14/08/2024

“Le droit à la vie privée mentale, à l’autodétermination et à la liberté de pensée est en danger”
Podcast : conversation avec Nita Farahany, auteure du livre “La bataille pour votre cerveau”

La bataille pour votre cerveau, avec Nita A. Farahany
Initiative sur l’intelligence artificielle et l’égalité, 14/3/2023
72 minutes d’écoute
Invitée : Nita A. Farahany, Université Duke
Hébergé par Wendell Wallach
Ancien titulaire de la bourse Carnegie-Uehiro, Initiative pour l’intelligence artificielle et l’égalité (AIEI) ; Centre interdisciplinaire de bioéthique de Yale

À propos de la série

L’IA peut-elle être déployée de manière à renforcer l’égalité ou les systèmes d’IA vont-ils exacerber les inégalités structurelles existantes et créer de nouvelles inégalités ? Le podcast “Intelligence artificielle et égalité” cherche à comprendre les innombrables façons dont l’IA affecte l’égalité et les affaires internationales.

Traduit par Fausto Giudice, Tlaxcala 

Le moment est venu d’étendre les droits humains aux droits cognitifs, propose Nita A. Farahany, professeur à la Duke Law School, dans son livre qui vient d’être publié, The Battle for Your Brain : Defending the Right to Think Clearly in the Age of Neurotechnologies (La bataille pour votre cerveau : défendre le droit de penser clairement à l’ère des neurotechnologies) . Elle y présente la vaste gamme d’appareils déjà déployés qui permettent d’échantillonner diverses formes d’activité cérébrale. Dans son livre et dans ce podcast d’une grande portée sur l’intelligence artificielle et l’égalité avec Wendell Wallach, membre de Carnegie-Uehiro, Mme Farahany explique comment les informations cognitives, même limitées, collectées par les neurotechnologies peuvent être combinées à d’autres données pour améliorer la compréhension de soi ou manipuler les attitudes ou l’état d’esprit.

 

WENDELL WALLACH : Bienvenue. Je suis Wendell Wallach, codirecteur de l’initiative sur l’IA et l’égalité (AIEI) au Carnegie Council pour l’éthique dans les affaires internationales. Ce podcast est le deuxième de notre série sur la neuroéthique. Le premier était avec le Dr Joseph Fins, avec qui nous avons discuté de ses recherches sur l’utilisation des neurotechnologies pour communiquer avec des patients peu conscients. Joe a qualifié la neuroéthique d’“éthique de la technologie”, et je pense que cela deviendra encore plus clair aujourd’hui lorsque nous parlerons de l’étendue des neurotechnologies déjà déployées avec ma collègue et amie Nita Farahany. Nous sommes particulièrement ravis de l’accueillir aujourd’hui, date de publication de son merveilleux nouveau livre The Battle for Your Brain :Defending the Right to Think Freely in the Age of Neurotechnology (La bataille pour votre cerveau : défendre le droit de penser librement à l’ère de la neurotechnologie).

Avant d’entrer dans le vif du sujet, permettez-moi de vous parler un peu de Nita. Elle est une éminente spécialiste des implications éthiques, juridiques et sociales des biosciences et des technologies émergentes, en particulier celles liées aux neurosciences et à la génétique comportementale. Nita est professeure de droit et de philosophie à la Duke School of Law et directrice fondatrice de Duke University Science & Society. En 2010, Nita a été nommée par le président Obama à la Commission présidentielle pour l’étude des questions de bioéthique, où elle a siégé jusqu’en 2017. Nita fait également partie du réseau d’experts du Forum économique mondial. Nous nous sommes d’ailleurs rencontrés pour la première fois lors d’un événement du Forum économique mondial à Tianjin, en Chine.

Félicitations, Nita, pour la publication de The Battle for Your Brain.

NITA FARAHANY : Merci, Wendell. Je suis ravie d’être avec vous aujourd’hui. Je ne peux imaginer personne avec qui j’aurais plus de plaisir à avoir une conversation à ce sujet ou à le célébrer que vous, compte tenu de notre longue histoire commune.

WENDELL WALLACH : Merci.

Pour commencer, parlons un peu de la manipulation de notre cerveau et de notre comportement à l’aide des neurotechnologies, car je pense que c’est quelque chose qui apparaît immédiatement à beaucoup de nos auditeurs lorsqu’ils entendent parler de technologies conçues pour entrer en contact avec ce qui se passe dans nos vies intérieures. DIites-nous où l’on en est exactement dans la manipulation du cerveau, de ce que vous jugez acceptable et de ce qui vous paraît vraiment excessif.

NITA FARAHANY : C’est un bon, un très bon point de départ, Wendell.

Il existe toutes sortes d’algorithmes prédictifs qui peuvent déjà dire avec une précision étonnante ce que nous pensons ou ressentons de manière générale. Si vous pensez à une plateforme comme TikTok et aux algorithmes qui l’alimentent, une partie de la raison pour laquelle des gouvernements comme celui des USA sont si inquiets est que juste après qu’une personne a passé quelques minutes ou quelques heures sur une plateforme comme celle-ci, l’algorithme est de mieux en mieux capable de dire quelles sont les préférences, les désirs et les préjugés d’une personne, de les segmenter, de les segmenter et commencer à leur donner beaucoup plus de ce que leurs préférences révèlent, ce qui peut subtilement manipuler et changer le comportement des gens en façonnant leurs opinions et en leur faisant penser que ce qui les intéresse, ce qui les préoccupe, il y en a beaucoup dans le monde. Cela devient leur monde entier à mesure que l’algorithme façonne plus précisément ce avec quoi ils interagissent.

Si vous réfléchissez à la manière dont le reste de la technologie avec laquelle nous interagissons est conçu pour pirater les raccourcis de notre cerveau, qu’il s’agisse de l’utilisation de fonctions AutoPlay qui vous maintiennent à l’écran et vous font regarder la prochaine émission ou d’un bouton “J’aime” qui joue sur votre besoin de réciprocité sociale comme une envie, un raccourci dans votre cerveau qui vous fait revenir encore et encore, ou de notifications qui sont regroupées de manière précise pour vous rendre dépendant des plateformes, nos cerveaux sont manipulés en permanence. C ‘est pourquoi, lorsque j’ai écrit La bataille pour votre cerveau, je n’ai pas abordé les neurotechnologies de manière isolée. J’ai parlé des neurotechnologies intégrées dans un environnement plus large, ainsi que des technologies qui utilisent les connaissances avancées du cerveau grâce aux progrès des neurotechnologies et des neurosciences pour pouvoir manipuler le cerveau avec plus de précision.

Lorsque je pense à la manipulation et à ce qu’elle implique, la ligne n’est pas facile à tracer. Nous essayons de nous persuader les uns les autres tout le temps - j’essaie de vous persuader, vous et vos auditeurs, aujourd’hui - de l’importance de la bataille pour notre cerveau, mais quand franchissons-nous la ligne entre persuader d’autres personnes pour essayer de les rallier à votre perspective ou à votre point de vue et partager des connaissances avec elles ou les inspirer dans votre appel à l’action et faire quelque chose qui franchit la ligne de ce que nous appellerions une manipulation inadmissible, contraire à l’éthique ?

Dans The Battle for Your Brain, j’ai proposé une ligne de démarcation différente de celle proposée par d’autres, en passant en revue les catégories du neuromarketing - le marketing de notre cerveau fondé sur une meilleure compréhension, les technologies de dépendance, la désinformation et l’utilisation des heuristiques et des raccourcis de notre cerveau - et en examinant une nouvelle stratégie de marketing surprenante appelée “incubation de rêves”.

WENDELL WALLACH : L’incubation de rêves : dites-nous de quoi il s’agit.

NITA FARAHANY : Pour être tout à fait honnête, l’incubation de rêves m’a donné la chair de poule lorsque j’ai lu pour la première fois ce qu’il en était, Wendell. Il s’agit d’une technique de marketing dans le cadre de laquelle des chercheurs ont essayé de comprendre, en collaboration avec des spécialistes du marketing, s’il était possible d’utiliser l’état suggestif de l’esprit juste au réveil - lorsque tout le flux sanguin n’a pas été rétabli dans le cortex préfrontal et distribué dans l’ensemble du cerveau, un moment où le cerveau est le plus suggestible - pour essayer d’implanter essentiellement des préférences, des désirs ou même des associations.

Le brasseur Coors était régulièrement exclu du spectacle de la mi-temps du Super Bowl de la Ligue nationale de football et voulait savoir s’il existait une autre tactique ou technique de marketing qu’ils pourraient mettre au point. Ils ont donc décidé de contacter une chercheuse qui avait étudié l’incubation des rêves.

Elle a découvert qu’il existe un état d’esprit suggestible pendant la période qui suit le réveil, avant que la circulation sanguine ne soit rétablie dans toutes les parties du cerveau, et que pendant cette fenêtre suggestible, si vous diffusez des éléments tels qu’un paysage sonore ou des images visuelles, par exemple, vous pouvez potentiellement amener une personne à se rendormir en pensant à n’importe quel élément auquel vous l’avez amenée à penser.

Si vous l’amorcez à penser, par exemple, aux montagnes et à l’eau lorsqu’il s’agit de Coors, comme si c’était rafraîchissant, et à faire cette association positive lorsqu’il s’endort et rêve de cela, alors au réveil suivant, lorsque la personne est dans cet état d’esprit, lorsque vous pouvez encore vous en souvenir, ils lui demandent de quoi elle a rêvé et, bien sûr, sur la base des rapports personnels, elle rêve de montagnes, d’eau et de cette association rafraichissante avec Coors. Cette idée, selon laquelle on peut utiliser le temps où une personne est inconsciente, où elle est endormie, pour lui faire du marketing, me fait froid dans le dos.

WENDELL WALLACH : Une société de neuromarketing, Coors ou quelqu’un d’autre pourrait-elle savoir à votre insu que vous êtes dans cet état de vulnérabilité ?

NITA FARAHANY : Potentiellement. Je dois commencer par dire que l’espoir de ce type de recherche est que les gens puissent utiliser la suggestibilité de l’état de sommeil pour faire des choses comme travailler sur le syndrome de stress post-traumatique (SSPT) et surmonter les souvenirs traumatiques, qu’il puisse y avoir des applications thérapeutiques et précieuses pour cela. Je ne suis pas troublée par le fait que quelqu’un consente à l’utilisation de l’incubation des rêves à des fins thérapeutiques ou à n’importe quelle autre fin. Ce qui me préoccupe, c’est exactement ce que vous avez demandé, à savoir la possibilité d’une utilisation qui ne serait pas pleinement consentie.

Par exemple, les gens portent des biocapteurs pour dormir qui suivent leur activité de sommeil, qu’il s’agisse d’une montre ou d’un masque de sommeil avec des capteurs intégrés ou d’un Fitbit qui capte leur activité de sommeil. Ces capteurs peuvent détecter le moment où vous avez ces bousculades, ces mouvements où vous êtes suffisamment éveillé pour être dans un état d’esprit suggestible. Avec l’utilisation croissante de biocapteurs pour détecter l’activité cérébrale, ce type d’analyse pourrait devenir encore plus précis.

Étant donné l’omniprésence des téléphones portables dans les chambres à coucher et sur les tables de chevet, ou d’autres appareils intelligents à domicile tels que Google Home ou Amazon Echo, qui peuvent jouer de la musique, on pourrait imaginer un monde dans lequel il y aurait une intégration entre ces appareils. Votre Apple Watch détecte que vous vous réveillez et commence à jouer un paysage sonore pour l’incubation des rêves.

Encore une fois, pour des raisons thérapeutiques, cela pourrait être parfait. Mais si cela était fait sans consentement à des fins de marketing, de micromarketing ou même pour essayer de façonner les opinions, les préférences politiques ou l’idéologie d’une personne, les possibilités d’utiliser un état d’esprit suggestible pour cibler le cerveau pourraient être profondément problématiques.

WENDELL WALLACH : Qu’en est-il des applications plus répandues, comme le neuromarketing en général ? Y a-t-il d’autres domaines que l’incubation des rêves où vous souhaiteriez obtenir un consentement éclairé ?

14/05/2024

PÄUL BIGGAR
Meta et Lavender : comment l’armée israélienne a-t-elle accès aux données des utilisateurs de Whatsapp ?

Paul Biggar , 16/4/2024
Traduit par Tlaxcala

Un détail peu discuté dans l'article de Yuval Abraham sur +972 Mag, Lavender : La machine d’IA qui dirige les bombardements israéliens à Gaza, est qu'Israël tue des personnes sur la base de leur appartenance au même groupe Whatsapp [1] qu'un militant présumé [2]. D'où proviennent ces données ? WhatsApp les partage-t-il ?


Mark Zuckerberg. Photo : David Paul Morris/Bloomberg via Getty Images

Lavender est le système israélien de "pré-criminalité" [3] - ils utilisent l'IA pour deviner qui tuer à Gaza, puis les bombarder lorsqu'ils sont chez eux, avec toute leur famille. (De manière obscène, ils appellent ce programme « Where's Daddy ? » [Où est Papa ?]).

L'une des données fournies à l'IA est de savoir si vous faites partie d'un groupe WhatsApp avec un membre présumé du Hamas. Il y a beaucoup de choses qui ne vont pas : je fais partie de nombreux groupes WhatsApp avec des inconnus, des voisins, et dans le carnage de Gaza, il y a fort à parier que les gens créent des groupes pour se connecter.

Mais la partie sur laquelle je veux me concentrer est de savoir s'ils obtiennent ces informations de Meta. Meta a fait la promotion de WhatsApp en tant que réseau social « privé », y compris le cryptage « de bout en bout » des messages.

Le fait de fournir ces données à Lavender met à mal leur affirmation selon laquelle WhatsApp est une application de messagerie privée. C'est plus qu'obscène et rend Meta complice des assassinats par Israël de cibles « pré-criminelles » et de leurs familles, en violation du droit international humanitaire et de l'engagement publiquement déclaré de Meta en faveur des droits humains. Aucun réseau social ne devrait fournir ce type d'informations sur ses utilisateurs à des pays pratiquant la « pré-criminalité ».

Il est important de noter que Meta participe déjà largement au génocide mené par Israël et soutenu par les USA, notamment en supprimant de manière significative et bien documentée les contenus soutenant la liberté des Palestiniens, ainsi qu'en adoptant une nouvelle politique anti-“antisioniste” visant à étouffer toute dissidence concernant les crimes d'Israël [4].

Pourquoi Meta fait-il cela ? Pourquoi Meta est-il si heureux de partager avec Israël des métadonnées sur l'appartenance à un groupe - une façon de contourner l'idée d'un réseau social “privé”- et d'être complice du génocide ?

Examinons leurs dirigeants, en particulier les trois plus hauts responsables qui ont des liens étroits avec Israël.

Leur directeur de la sécurité de l'information, Guy Rosen, est leur principal décideur politique. Il est israélien, vit à Tel Aviv [5] et a fait partie de l'unité 8200 de l'armée israélienne. L'Unité 8200 est la NSA israélienne et c'est le département qui a construit et fait fonctionner Lavender. Des initiés m'ont dit que Rosen est la personne la plus associée aux politiques anti-“antisionisme [4], et qu'il est également responsable de la suppression des contenus palestiniens.

Mark Zuckerberg, fondateur et PDG de Meta, a également été un soutien important de la propagande israélienne. Zuckerberg a donné 125 000 dollars à Zaka, l'un des groupes qui a créé et continue de diffuser une grande partie de la propagande originale sur les fausses atrocités du 7 octobre, y compris le canular discrédité du « viol de masse du 7 octobre » [6].

Entre-temps, Sheryl Sandberg, ancienne directrice de l'exploitation et actuelle membre du conseil d'administration de Meta, a fait une tournée pour diffuser la même propagande discréditée [6]. Prétendant défendre les victimes de violences sexuelles, elle ignore en quelque sorte la longue histoire des viols israéliens de Palestinien·nes, en particulier dans les prisons israéliennes, où des milliers de prisonniers sont maintenus en “détention administrative pendant des mois sans procès ni représentation légale. Tous ces éléments démontrent que la tournée de Sandberg vise à diffuser la propagande israélienne, qui a été utilisée pour tuer plus de 33 000 Palestiniens, et non à protéger les femmes [7].

Cette alliance avec Israël de la part des plus hauts responsables de Meta - RSSI, PDG et membre du conseil d'administration - explique pourquoi l'armée israélienne est en mesure d'obtenir ces informations de WhatsApp, une application censée être “privée”.

Questions pour Meta

Pour que le monde entier puisse faire confiance aux déclarations de WhatsApp en matière de confidentialité et de sécurité, Meta doit répondre aux questions suivantes :

  • Meta a-t-elle fourni au gouvernement israélien des informations (y compris des intrants ou des données de formation) utilisées par Lavender, Gospel ou Where's Daddy ?
  • Comment Meta empêchera-t-il les gouvernements d'utiliser des informations privées pour tuer les utilisateurs de WhatsApp et leurs familles ?
  • Meta estime-t-il que les actions d'Israël à l'égard des civils de Gaza et de Lavender sont conformes à la politique de Meta en matière de droits humains ?
  • Si ce n'est pas le cas, pourquoi Meta n'a-t-elle pas révoqué tout accès au gouvernement israélien susceptible de mettre les civils en danger ?
  • Pourquoi Meta n'a-t-elle pas publié son rapport de transparence pour le second semestre 2023 ?
  • Dans quelle mesure les dirigeants de Meta, notamment le PDG Mark Zuckerberg et le RSSI Guy Rosen, étaient-ils au courant du partage des métadonnées de WhatsApp avec le gouvernement israélien et savaient-ils si elles allaient être utilisées à des fins militaires ?
  • Meta annulera-t-il immédiatement l'accès à toute information WhatsApp du gouvernement, de l'armée et des forces de répression d’Israël ?

Sans réponse à ces questions, il semble impossible de prendre au sérieux l'affirmation selon laquelle WhatsApp est une application de messagerie privée.

Notes

[1] Extrait de l'article de +972 :

« Ce guide contient plusieurs exemples de "centaines et de milliers" de caractéristiques susceptibles d’augmenter la cote d’un individu, comme le fait de faire partie d’un groupe Whatsapp avec un militant connu, de changer de téléphone portable tous les quelques mois et de changer fréquemment d’adresse. » 

[Cependant, je pense que “militant suggéré est une meilleure appellation, étant donné le manque total de preuves ou de vérifications qu'Israël utilise avant de bombarder toute leur famille.

[J'appelle cela de la pré-criminalité car il n'y a aucune preuve qu'un crime ou une violence ait été commis par la cible, ou que la cible ait pris part à la violence ou au soulèvement contre Israël [3b]. En fait, l'article de +972 indique clairement qu'il n'y a aucune tentative de trouver ou d'examiner des preuves, ni aucune diligence raisonnable pour prouver que la cible est une cible valable en vertu du droit humanitaire.

[3b] Il convient également de noter que le fait d'être membre du Hamas n'est pas illégal ni même répréhensible : l'occupation de Gaza par Israël est illégale au regard du droit international, et la résistance du Hamas contre les FDI est légale et morale. (Les violences commises par le Hamas le 7 octobre contre les civils sont bien sûr illégales et immorales, de la même manière que les violences commises par les FDI contre les civils avant et après le 7 octobre sont illégales et immorales).

[4] Voici les réflexions de Jewish Voice for Peace sur la politique antisioniste de Meta, via The Intercept :

« En tant qu'organisation juive antisioniste pour la liberté des Palestiniens, nous sommes horrifiés d'apprendre que Meta envisage de s'étendre alors qu'il traite le “sionisme” - une idéologie politique - de la même manière que “juif/juive” - une identité ethno-religieuse », a déclaré Dani Noble, un organisateur de Jewish Voice for Peace, l'un des groupes que Meta a contacté pour discuter de ce changement possible. Dani Noble a ajouté qu'un tel changement de politique « aura pour conséquence de protéger le gouvernement israélien de la responsabilité de ses politiques et de ses actions qui violent les droits humains des Palestiniens ».

[5] Je n'ai pas pu vérifier qu'il vit toujours à Tel-Aviv, mais il prétend l'avoir fait en 2022.

[6] L'un des plus grands éléments de la propagande israélienne qu'ils ont mis en avant sans relâche est celui de la violence sexuelle de masse le 7 octobre. Il s'agit d'une affirmation délibérée visant à déshumaniser les Palestiniens, ainsi que de nombreuses autres affirmations discréditées sur les atrocités du 7 octobre, afin de permettre le génocide de Gaza par Israël avec le soutien de l'Occident. Ils ont même organisé des groupes de discussion à ce sujet.

Malgré de nombreux rapports, il n'y a que peu ou pas de preuves de viols commis par le Hamas le 7 octobre, et encore moins du “viol collectif” qui a été largement rapporté. Naturellement, il est impossible de prouver que quelque chose ne s'est pas produit, mais les affirmations existantes sont délibérément mises en avant malgré l'absence de preuves.

Mondoweiss l'a bien dit :

« Au cours des quatre derniers mois, une campagne de propagande concertée, montée par le gouvernement israélien et amplifiée par divers médias occidentaux, a accusé le Hamas d'avoir utilisé le viol comme arme de guerre le 7 octobre. Les allégations selon lesquelles le Hamas aurait planifié et mené une campagne systématique de violence sexuelle (avec des actes allant du plus grotesque au plus fétichiste et bizarre) ont été utilisées pour dépeindre la résistance palestinienne comme inhumaine et pour justifier le génocide israélien en cours à Gaza. Récemment, des analyses démontrant la nature fallacieuse de ces affirmations - les fabrications, les erreurs factuelles et les malversations journalistiques, les témoignages non crédibles des témoins et des premiers intervenants, les affiliations militaires israéliennes des principales sources, ainsi que l'absence de toute preuve médico-légale ou de preuve vidéo ou photographique - ont fait leur apparition dans le maonstream ».

L'article du NYTimes a été complètement discrédité, principalement en raison d'un podcast réalisé par la journaliste principale de l'article, Anat Schwarz, qui a elle-même déclaré que son enquête détaillée n'avait trouvé aucune preuve :

« Après avoir vu ces interviews,  Schwartz a commencé à appeler des personnes du kibboutz Be'eri et d'autres kibboutzim pris pour cible le 7 octobre, dans le but de retracer l'histoire. « Il n'y avait rien. Il n'y avait rien », a-t-elle déclaré. « Personne n'a rien vu ni entendu ». Elle a ensuite contacté l'ambulancier de l'unité 669, qui lui a raconté la même histoire que celle qu'il avait racontée à d'autres médias, ce qui l'a convaincue que les violences sexuelles étaient systématiques. « J'ai dit : "D'accord, c'est arrivé, une personne l'a vu se produire à Be'eri, donc ça ne peut pas être qu'une seule personne, parce que ce sont deux filles. Ce sont des sœurs. C'est dans la pièce. Il y a là quelque chose de systématique, quelque chose qui me fait penser que ce n'est pas un hasard », conclut Schwartz dans le podcast.

Un rapport approfondi sur les preuves existantes se trouve dans l'article de The Intercept, qui renvoie à un grand nombre de rapports, notamment ceux de Max Blumenthal, Mondoweiss, Electronic Intifada et Tech for Palestine's Oct 7 Fact Check.

Comme beaucoup l'ont souligné, nous devons en effet croire les femmes au sujet des violences sexuelles qu'elles subissent. Cependant, aucune femme n'a déclaré avoir subi des violences sexuelles le 7 octobre. En effet, Haaretz rapporte que la police n'arrive pas à trouver les victimes présumées, ni à relier les preuves à celles-ci. Il y a une victime présumée dans l'article du NYTimes, et sa famille nie les faits. En fait, Zaka, les premiers intervenants qui sont la principale source de la propagande discréditée du 7 octobre, admettent que les preuves sont le fruit de leur “imagination” :

« Ses employés n'ont pas reçu de formation en médecine légale ou en expertise des scènes de crime. "Lorsque nous entrons dans une maison, nous faisons appel à notre imagination", a déclaré Yossi Landau, un haut responsable de la Zaka, décrivant le travail du groupe sur les sites des attentats du 7 octobre. "Les corps nous disaient ce qui s'était passé, c'est ce qui s'est passé". Landau est cité dans le rapport du Times, bien qu'il ne soit pas fait mention de ses antécédents bien documentés de diffusion d'histoires sensationnelles d'atrocités qui se sont avérées fausses par la suite ».

Toutes les affirmations que j'ai vues sur les violences sexuelles sont finalement liées aux affirmations inventées par Zaka, y compris tous les reportages que j'ai vus dans les médias israéliens et occidentaux. Ces affirmations sont souvent blanchies en renvoyant à d'autres rapports tels que celui du NY Times, ou par le biais du rapport sans enquête de la représentante spéciale des Nations unies pour la violence sexuelle dans les conflits, Pramila Pattent, qui était également basé sur les mêmes affirmations sans aucune autre enquête.

[7] Une remarque similaire a été faite au sujet de son livre, Lean In [En avant toutes] , lorsqu'il a été publié en 2013. Plutôt que de s'attaquer aux problèmes systémiques sur le lieu de travail, beaucoup ont eu l'impression qu'elle disait aux femmes de se résigner et de faire avec, et que son plaidoyer consistait en fait à soutenir les structures de pouvoir existantes plutôt que les femmes, comme elle le fait aujourd'hui en soutenant la propagande israélienne.