Affichage des articles dont le libellé est Propaganda sionista. Afficher tous les articles
Affichage des articles dont le libellé est Propaganda sionista. Afficher tous les articles

08/12/2025

Cómo se vendió el sionismo al mundo
Harriet Malinowitz sobre su libro “Selling Israel: Zionism, Propaganda, and the Uses of Hasbara”

Malinowitz, en su nuevo libro Selling Israel: Zionism, Propaganda, and the Uses of Hasbara, revela cómo la propaganda y las relaciones públicas israelíes promovieron el sionismo mientras ocultaban la opresión y el despojo del pueblo palestino.

Eleanor J. Bader, Mondoweiss, 29-11-2025
Traducido por Tlaxcala

Eleanor J. Bader es una periodista independiente radicada en Brooklyn, Nueva York, que escribe sobre cuestiones y políticas sociales internas para Truthout, The Progressive, Lilith, In These Times, The Indypendent, Ms. Magazine y Mondoweiss.

Hay numerosas preguntas urgentes en el centro del nuevo libro de Harriet Malinowitz Selling Israel: Zionism, Propaganda, and the Uses of Hasbara [Vender Israel: sionismo, propaganda y los usos de la hasbará]. “¿Cómo pudo un grupo inicialmente pequeño de pensadores y activistas judíos de Europa del Este convencer a los judíos del mundo de que todos constituían un único ‘pueblo’, sometido a una amenaza compartida y con un único camino común hacia la salvación—y además, con un imperativo compartido de seguirlo?”, pregunta. “¿Cómo pudieron convencer al resto del mundo de incluirlos en la familia de las naciones? ¿Y cómo pudieron convencer a todos los implicados —incluyéndose a sí mismos— de que su proyecto de liberación era bondadoso y noble, un proyecto al que tenían derecho y que no producía víctimas ni daños colaterales?”

Las respuestas a estas preguntas están en el núcleo de Selling Israel, y el libro no solo las examina sistemáticamente, sino que profundiza en cómo la hasbará —una labor propagandística y de relaciones públicas impulsada por el gobierno israelí, aunque realizada a escala global— ha sido utilizada para impulsar el sionismo, minimizar la percepción de la opresión palestina y promover la falacia de que el país, con 78 años de existencia, nació en una tierra sin pueblo.

El exhaustivo trabajo de investigación fue descrito por Publisher’s Weekly como “un desafío impresionante y meticuloso a las narrativas establecidas”.

Malinowitz habló con la periodista Eleanor J. Bader sobre su vida, su investigación y sus hallazgos poco después de la publicación del libro.

Eleanor J. Bader: ¿Creciste creyendo que Israel era necesario para la supervivencia judía?

Harriet Malinowitz: En realidad, no crecí escuchando el discurso típico sobre Israel —que el país fue creado como un lugar seguro para los judíos. Lo que oí, en cambio, fue que Israel era maravilloso porque todo el mundo era judío: los conductores de autobús, los basureros, los maestros, los banqueros, los policías. ¡Todos!

Bader: ¿Cuándo empezaste a cuestionarlo?

Malinowitz: Fue un proceso gradual. Fui a Israel por primera vez en 1976 con mi madre y mi hermano, luego regresé en 1977 y pasé varios meses en un kibutz. Volví a visitar el país en 1982 y 1984.

Cuando tenía ocho años, mi tía se mudó allí. Vivió en Israel de 1962 a 1969, y nos enviábamos cartas. Sus cartas incluían muchos detalles sobre el kibutz donde vivía.

Mi profesor de hebreo me hacía leerlas en voz alta en clase y sonreía orgulloso, hasta que una carta terminaba diciendo que Israel era un gran lugar para visitar, pero no para vivir. De repente la carta fue arrancada de mis manos.

Cuando mi tía regresó a USA, trajo consigo a su esposo, nacido en Irak, quien sentía un resentimiento más que justificado por el trato que los judíos mizrajíes recibían por parte de la élite asquenazí en Israel. Él era economista y se encontraba con un techo de cristal en su trabajo. Se alegró de marcharse.

Durante mi estancia en un kibutz, había hombres palestinos trabajando en los campos no muy lejos de los miembros del kibutz y de los voluntarios internacionales, pero cuando todos éramos llamados a una pausa en la “cabaña del desayuno”, vi que ellos simplemente seguían trabajando. También conocí y tomé té con comerciantes palestinos en el “shuk” [versión hebrea de suq en árabe, zoco en español NdT], el mercado árabe en la Ciudad Vieja de Jerusalén, y me di cuenta de que lo que me habían dicho —que todos en Israel eran judíos— era falso. Me dijeron que eran “árabes israelíes”, sin una explicación coherente. Aquello me dejó completamente desconcertada. Aun así, estaba segura de que debía de ser yo quien no estaba entendiendo algo.

Cuando regresé a USA en 1984, empecé a involucrarme en el trabajo de solidaridad con Centroamérica, lo que me dio una conciencia emergente de las estructuras internacionales de apoyo militar y de la propaganda que recibíamos como usaméricanos. Mientras tanto, leí el libro de Lenni Brenner de 1983, Zionism in the Age of Dictators, que hablaba de la complicidad sionista con los nazis. Eso supuso otro impacto.

Sabía lo suficiente para sentir entusiasmo por la primera Intifada en 1987. Pero para la segunda Intifada en 2002, la gente tenía teléfonos móviles y yo podía escuchar disparos en Yenín a través de Democracy Now! en la radio. Ahora había blogs y listas de correo que difundían información de nuevas formas. Pero yo aún era lo bastante ingenua para quedar asombrada de que Israel se negara a permitir la entrada de un equipo de investigación de la ONU en la zona. Ese fue un auténtico punto de inflexión para mí.

Mientras estaba en Australia en 2004, leí el libro de Ilan Pappé The History of Modern Palestine, preparándome para asistir a un pequeño encuentro de periodistas, académicos y activistas de Sídney en el que Pappé era el invitado de honor. Una de las principales conclusiones de aquella velada fue que 1948, y no 1967, era el año clave para entender la situación. Otra enseñanza fue que el cambio no iba a venir desde dentro de Israel, sino que dependía de los palestinos y sus aliados en el resto del mundo. La discusión de aquel encuentro tuvo un enorme impacto en mí, y cuando regresé a USA, me sumergí en la investigación de la historia de Palestina y del sionismo, y pronto uní esos intereses a mi investigación sobre propaganda, ya bastante avanzada. Pronto supe que quería escribir un libro sobre sionismo y propaganda, pero ¡me llevó veinte años completar el proyecto!

Bader: La idea de que Dios prometió la tierra de Israel a los judíos rara vez es cuestionada. ¿Por qué?

Malinowitz: Creo que la gente tiene miedo de cuestionar las creencias religiosas de otros, especialmente cuando se trata de Dios. Además, ¡muchas personas creen realmente esa afirmación!

Bader: Escribes que los israelíes rara vez mencionaban el Holocausto nazi antes de los años 60 porque se consideraba que la pérdida de seis millones de judíos era un signo de debilidad, como si hubieran ido a la muerte “como ovejas al matadero”. Sin embargo, también señalas que David Ben-Gurión veía el genocidio como un “desastre beneficioso”. ¿Puedes ampliar?

Malinowitz: Me sorprendió ver cuán despreciados fueron los sobrevivientes del Holocausto en los primeros años del país, como si fueran una mancha en la masculinidad israelí que debía ser borrada. Más tarde, sin embargo, hubo un cambio ideológico: el ejército israelí aseguraba al mundo que eran fuertes, decididos y capaces de defenderse si eran atacados, pero al mismo tiempo el Holocausto podía invocarse para recordar su victimización perpetua, justificando todas sus acciones en nombre de evitar otro genocidio contra el pueblo judío. Del mismo modo, el Holocausto se ha utilizado estratégicamente cuando sirve para recaudar fondos internacionalmente o para generar empatía hacia Israel como una nación supuestamente asediada.

Bader: El sionismo fue promovido sobre todo por judíos asquenazíes que difundieron la idea de que existe un único pueblo judío. ¿Cómo se extendió esta idea?

Malinowitz: El sionismo surgió como una idea desarrollada por judíos de Europa del Este y Central, en respuesta a su propia situación crítica a finales del siglo XIX. Se hablaba mucho del “pueblo judío”, pero los judíos fuera de Europa realmente no estaban en su radar hasta mucho más tarde, cuando fueron necesarios para aumentar la población. Para mí, la afirmación de que Israel representa a todos los judíos es una falacia. Yo, por ejemplo, ¡nunca fui consultada sobre ello!

Algunas personas son habladas —y al final utilizadas— por otras. La afirmación de un grupo de que todos están unidos y que existe un único pueblo judío es propaganda. Me recuerda al feminismo blanco de los años 70, cuando unas pocas decían hablar “por todas las mujeres”. ¿Quién las eligió?

Bader: ¿Qué pasó con el impulso socialista que galvanizó a tantos sionistas de finales del siglo XIX y principios del XX?

Malinowitz: Hasta 1977, cuando Menájem Beguín fue elegido y el Likud se convirtió en una fuerza política, los kibutzim estaban dominados por los asquenazíes y recibían importantes subsidios del partido laborista, entonces en el poder. En realidad, no eran autosuficientes. En cierto modo, el “socialismo” era más ideológico y de estilo de vida que verdaderamente económico, más sionista que marxista. En la década de 1980, los kibutzim tuvieron que cambiar de rumbo para sobrevivir, pasando de la agricultura a la industria: turismo, manufacturas, desarrollo inmobiliario, tecnología. El ambiente colectivista utópico había desaparecido.

Bader: ¿Cómo ha servido la duda fabricada sobre cuestiones como la Nakba de 1948 a la maquinaria propagandística israelí?

Malinowitz: La duda puede ser un arma poderosa. Existe un modelo desarrollado por la industria del tabaco que ha sido utilizado por sionistas, negadores del cambio climático, negacionistas del Holocausto, negadores del genocidio armenio y otros. La idea es que hay narrativas contrapuestas y que ambas deben ser consideradas por igual, en lugar de examinar su credibilidad. Por eso tardó tanto en convencerse al público de que fumar causaba cáncer—porque los operadores de la industria desafiaban la experiencia científica con sus propias “investigaciones”, dejando a la gente pensando que el veredicto aún no estaba claro y que podían seguir fumando hasta que hubiera un peligro claro y evidente. Ha sido lo mismo con la negación de la Nakba. Si los sionistas realmente no expulsaron a los palestinos en 1948, entonces no tienen responsabilidad alguna sobre los refugiados, ¿verdad?


«¡Trabajador! ¡Tu periódico es la Folks-tsaytung!» Cartel en polaco y yiddish. Ilustración de H. Cyna. Impreso por Blok, Varsovia, 1936.


Niños en el sanatorio Medem reunidos alrededor de la Folks-tsaytung, el diario del Bund, Międzeszyn, Polonia, años 1930

Bader: La idea de que Israel es esencial para la supervivencia judía ha sido ampliamente aceptada. ¿Por qué las alternativas al sionismo no lograron ganar tracción?

Malinowitz: La asimilación es una alternativa que muchos han elegido, pero socava el proyecto sionista, y vilipendiarla fue por tanto una tarea enorme del movimiento sionista. El Bund europeo argumentaba que era importante luchar contra todas las formas de discriminación y apoyar las luchas de los trabajadores junto con la lucha contra el antisemitismo. Se oponían a la formación de un Estado judío separado. Esto siempre me ha parecido lógico. La migración a Norteamérica y otros lugares también era vista como una alternativa deseable. Hubo sionistas culturales que pensaban que Palestina podía ser un refugio seguro sin convertirse en un Estado nacional.

El Bund nunca llegó a ser conocido en USA, y su plataforma nunca arraigó de la forma en que lo hizo el sionismo. En cambio, los sionistas promovieron la idea de Israel como la única solución al antisemitismo, la única forma en que los judíos podrían estar seguros.

Bader: Existen muchos mitos sobre Israel, desde la idea de que la tierra estaba vacía hasta la afirmación de que los israelíes hicieron florecer el desierto. ¿Cómo se popularizaron estas ideas?

Malinowitz: Tanto “una tierra sin pueblo para un pueblo sin tierra” como “hicieron florecer el desierto” son consignas publicitarias, para usar un término del israelí expatriado y antisionista Moshe Machover. Pero a pesar de ser mentiras absurdas, las frases se mantuvieron. Es como la idea de que Colón “descubrió” América, que uno cree hasta que se encuentra con pruebas y se da cuenta de lo absurdo que es.

También creo que frases como “hacer florecer los desiertos” resultan atractivas porque atribuyen a los israelíes una capacidad casi sobrenatural. Les hace parecer capaces de realizar cosas milagrosas y los eleva en la imaginación popular. Mientras los adeptos del sionismo permanezcan cómodamente dentro de la burbuja lógica de organizaciones como el Fondo Nacional Judío, el Congreso Judío Mundial, Hillel y Birthright, reciben una recompensa considerable: un sentimiento de camaradería y pertenencia.

05/12/2025

Cuando el ejército se convierte en predicador: los peligros de la campaña “Por Judea” de Israel

Gideon Levy, Haaretz, 4-12-2025
Traducido por Tlaxcala

 Mientras el bando liberal ha estado luchando hasta la última gota de sangre por la cuestión del reclutamiento de los jaredíes [ultraortodoxos] en las Fuerzas de Defensa de Israel, el propio ejército se ha convertido en el ejército de Dios, incluso sin muchos reclutas ultraortodoxos. Al mismo tiempo que cierra la Radio del Ejército, el ejército ha creado una agencia de viajes basada en la fe, IDF Tours, que ofrece una selección de visitas a Dios y a la Tierra Prometida. 
 

Una conferencia de colonos en la Tumba de los Patriarcas ( Mezquita de Ibrahim) en Hebrón/Al Jalil en septiembre. La campaña incluye contenidos presentados por oficiales, soldados, guías turísticos civiles y arqueólogos, así como por figuras políticas de los asentamientos. Foto Itai Ron

¿Era Radio Ejército una anomalía? Espera a oír hablar de la agencia de viajes del ejército. Con el lanzamiento de la campaña “Por Judea”, dirigida por la Brigada de Judea, ya no hay duda de que las FDI no solo son el ejército del pueblo, sino también el ejército de Dios.

¿Y qué pasa con aquellos que no están a favor del Señor? ¿También se les exigirá que se alisten en el ejército de Dios? ¿Qué harán los jóvenes laicos que no creen en los cuentos de hadas religiosos? ¿Cómo servirán en Cisjordania?

Estas cuestiones han surgido tras la revelación por Noa Shpigel y Nir Hasson sobre la nueva campaña turística de las FDI (Haaretz, 2 de diciembre). La campaña no solo invita a soldados y civiles a visitar la Cisjordania ocupada y saqueada, ignorando descaradamente a la mayoría de las personas que viven allí y a quienes pertenece, sino que también inventa explicaciones para la presencia del ejército allí que solo aquellos que sufren delirios mesiánicos podrían creer.

La próxima vez que haya un pogromo en Cisjordania y los soldados se unan a él, sepan que han sido lavados el cerebro por esta campaña y otras similares. Y no son solo los activistas colonos quienes les lavan el cerebro, sino también sus comandantes y sus adjuntos.

«El objetivo de esto es responder a una pregunta aparentemente sencilla, pero muy importante: ¿por qué? ¿Por qué estamos aquí?», dice el coronel Shahar Barkai, comandante de la Brigada de Judea, como si estuviera dando su discurso de bar mitzvá. «¿Por qué estamos aquí, en el campo samaritano?», pregunta su colega Ariel Gonen, comandante de la Brigada de Samaria.

Les han lavado el cerebro. «Ahora que he hecho la gira, veo lo estrecho que es el vínculo, y mi capacidad para llevar a cabo la misión se ve reforzada por una amplia comprensión de lo que es este lugar», dice el teniente primero Avishag Yonah, comandante de la unidad de información de Judea y Samaria. Los soldados son más eficaces a la hora de maltratar a los palestinos en los puestos de control, aún más eficaces a la hora de secuestrar a padres de sus camas delante de sus hijos y actúan con mayor crueldad hacia los residentes. Al fin y al cabo, esa es su misión.


Soldados de las FDI detienen a sospechosos durante una redada en Jenin, en Cisjordania, el jueves. Foto AFP/ZAIN JAAFAR

Los textos parecen haber sido escritos para los oficiales por activistas colonos, y tal vez ese sea el caso. En cualquier caso, la verdad que se desprende de ellos es cruda: si los soldados creen los cuentos de hadas que se les presentan —que Nabal el Carmelita se bañó en el hermoso embalse de la aldea palestina de al-Karmil y, por lo tanto, es nuestro; que la historia del milagro de Abraham, nuestro antepasado, que vino a completar el minyán en una sinagoga en el corazón de Hebrón hace cientos de años, es cierta— serán mejores soldados. Incluso hay lugares recomendados para llevar a tu pareja. ¿Qué te parece? ¿Pasamos una noche en los 56 manantiales palestinos que los colonos tomaron por la fuerza?

El mensaje es sencillo. Las FDI están ahí porque Nabal el carmelita estaba ahí. Los soldados pueden matar porque el patriarca Abraham vagaba por allí. Quizás la mayoría del público no acepte esto, pero un ejército popular que se ha convertido en el ejército del Señor no está interesado en mayorías o minorías, en la verdad o la ficción. Lavará el cerebro a los jóvenes que se alisten.

No hay ni una palabra en la campaña sobre los palestinos, los habitantes de la tierra. Para las FDI, y esta vez oficialmente, no existen. Son aire, por lo que se les puede maltratar, torturar y matar. Y así, generación tras generación, los israelíes envían a sus hijos a matar y a morir en la Franja de Gaza y a lavarlos el cerebro en Cisjordania.

Barkai, ¿quieres saber por qué estamos allí? Porque conquistamos la tierra por la fuerza. Porque éramos codiciosos de territorio, porque somos codiciosos de venganza contra los palestinos, porque creemos en las tonterías de la campaña que lanzaste. Por eso estamos allí.

 NdT

Según una rápida investigación, la campaña «por Judea» tiene un alcance muy limitado: su página de Instagram tiene 149 seguidores, su cuenta de Telegram tiene 70 y su grupo de WhatsApp tiene 573. En resumen, nada del otro mundo.

22/07/2022

Luis E. Sabini Fernández
Nueva definición de antisemitismo: una mosqueta ideológica

 Luis E. Sabini Fernández, Revista Futuros, 21/7/2022

“El antisemitismo es una cierta percepción de los judíos que puede expresarse como el odio a los judíos. Las manifestaciones físicas y retóricas del antisemitismo se dirigen a las personas judías o no judías y/o a sus bienes, a las instituciones de las comunidades judías y a sus lugares de culto. […] Las manifestaciones pueden incluir ataques contra el Estado de Israel, concebido como una colectividad judía.”

Una vez más, Argentina se hace asiento de potencialidades opuestas.

El abuso feudal en pleno siglo XX contra “peones de campo” generó una resistencia que a su vez llegó a ser ahogada con fusilamientos masivos por parte del ejército y enterramientos sumarios en la Patagonia argentina…

La dictadura de 1976, con el despiadado trato a perseguidos y el negocio generado con sus vástagos, dio lugar al formidable reclamo de madres y abuelas de desaparecidos y esa resistencia social ha tomado tal empuje como para alcanzar a hijos de desaparecidos y, en una nueva expansión de la conciencia social y moral, a hijos de desaparecedores. Y un reclamo chovinista, por ejemplo, sirvió para finalmente desnudar una dictadura más atroz todavía que anteriores y, a contrario sensu, realzar la conciencia por los derechos humanos y contra los atropellos (por ejemplo, de la oficialidad militar contra los soldados rasos).


Televisión Pública Argentina

En Argentina jamás se avanzó con la investigación de dos acontecimientos atroces; la voladura de la Embajada de Israel (1992) y la de la AMIA (1994); las pistas que tendrían que haberse colectado in situ por la policía local al parecer fueron escasas y poco confiables, y la llegada inmediata de otros organismos de seguridad, israelí, estadounidense, no parece haber aclarado el panorama, antes al contrario…

 Conmemorando el vigesimooctavo aniversario de la voladura de AMIA y la muerte de 85 seres humanos en el derrumbe, fue anunciado un “Foro Latinoamericano de combate al antisemitismo” el 17 y el 18 de julio ppdo. en Buenos Aires, en la sede de AMIA. “Para trabajar juntos contra los discursos de odio”, remarcó Claudio Epelman, uno de los organizadores.

En dicho encuentro, una enviada de EE.UU., Deborah Lipstadt, funcionaria de su Dpto. de Estado, que se presenta como especialista en antisemitismo, definió: “Si el antisemitismo solo afectase judíos […P]ero el antisemitismo es mucho más que eso.” (tal vez este comentario explique el inexplicable “o no judíos” de la definición de antisemitismo de IHRA que pusimos como epígrafe).


 Junto a Lipstadt, se ha presentado su colega temático en la OEA, Fernando Lottenberg. Invitado de primera línea, Jimmy Morales, ex presidente de Guatemala.  También concurrirá la vicecanciller salvadoreña, Adriana Mira, y una jueza de la Corte Constitucional de Colombia, Cristina Pardo. Roy Cortina [Partido socialista] y Victoria Donda [hija de desaparecidos, Directora del Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo, fundadora del partido Somos, integrante del Frente de Todos] lo harán entre los adherentes locales.

El foro fue iniciativa del Congreso Judío Latinoamericano y el Ministerio de Asuntos Exteriores del Estado de Israel, junto con la Latino Coalition for Israel [sic] y Combat Antisemitism Movement (CAM).

La realización de dicho evento nos permite auscultar sus líneas ideológicas más basales; una identificación entre antisemitismo y la defensa del Estado de Israel.

La escasez de datos sobre la atrocidad sufrida en AMIA no nos permite siquiera conocer su naturaleza, si se trató de un acto terrorista y antisemita o fue fruto (podrido) de una geopolítica; un acto antiisraelí (o “todo en uno”).

Mientras se anunciaba este Foro, en esa misma segunda semana de julio, el 14 y el 15, tuvo lugar en Buenos Aires y por zoom un encuentro; “Foro Internacional por Palestina” poniendo sobre el tapete el conflicto más largo de nuestra contemporaneidad –que arranca a fines del s XIX y se continúa, arrastrando al pueblo palestino a una peripecia de casi siglo y medio- a manos del sionismo.

Ambos encuentros, de alcance claramente internacional, fueron paralelos, no hubo cruce, o diríamos geométricamente, se cruzarán en el infinito.

¿Hay motivos para semejante cruce?

Claro que lo hay.

Porque el Foro Latinoamericano contra el Antisemitismo “guarda un muerto en el armario”.


Galit Ronen, embajadora de Israel en Argentina, remarcó la enorme relevancia que tiene para el estado sionista abordar la cuestión del antisemitismo desde una perspectiva multifocal: “este flagelo no es patrimonio de un país […]. Israel trabaja activamente para promover un lenguaje de encuentro sin espacio para la irracionalidad que aun hoy en día la judeofobia expone.”

Ronen procura hacernos creer –ella misma lo cree sin duda–  que la racionalidad guía el comportamiento israelí: pero basta un somero repaso de las acciones del terrorismo sionista durante buena parte de la primera mitad del siglo XX, aplicado para “limpiar la tierra sagrada”: voladura de buses, de hoteles, de vehículos abandonados estratégicamente con explosivos, de mercados con sus pacíficos compradores y vendedores, de negocios palestinos en barrios, siempre con población directamente victimada.

05/02/2022

EVA MENASSE
El debate sobre el antisemitismo en Alemania es un tormento equivocado e histérico

Por qué hay que acabar de una vez con las políticas simbólicas que distraen de la lucha contra el odio y los delitos reales

Un artículo de opinión de Eva Menasse, Die Zeit, Nr°5/2022, 327/1/2022
Traducido por Miguel Álvarez Sánchez, editado por Fausto Giudice, Tlaxcala


La escritora Eva Menasse. Foto Andreas Arnold/dpa

Eva Menasse, nacida en Viena en 1970, es una de las más importantes escritoras en lengua alemana. En 2021 recibió el Premio Bruno Kreisky por su reciente novela Dunkelblum. Ella vive en Berlín. De ella en español se puede leer Viena (Lumen, 2008).

 El debate sobre el antisemitismo en Alemania está lleno de agitadores que se superan en la política simbólica. Todos los demás -el público, que es bastante sensible al respeto, así como los judíos de a pie que no son agentes que desempeñan funciones ni líderes de opinión- hace tiempo que se apartaron con frustración. Puede que a uno u otro ya le hayan dado con el garrote del antisemitismo, eso también le puede pasar a los judíos. Los políticos simbólicos no son, al pasar por la arena, muy cautelosos. ¿Existe el antisemitismo (crudo, brutal, que pone en peligro la vida)? Sí, y no demasiado escaso. Ha crecido exponencialmente, como todo el odio, gracias a los medios antisociales. Si no estuviéramos tan embriagados por las aplicaciones gratuitas que roban datos, tendríamos que preguntarnos por qué estamos soportando un brote de violencia física y psicológica como no ha sido causado por un solo invento desde el invento de la pólvora. Además de los cárteles digitales, son principalmente los guardaespaldas los que se benefician: desde políticos locales hasta profesores universitarios, pasando por cabareteros y virólogos, el grupo de personas que van acompañadas de pistoleros y tienen que mantener sus direcciones en secreto está creciendo rápidamente.

Pero no es sólo el odio multiplicado (que lleva directamente a crímenes como los de Kassel, Hanau, Halle) lo que estalla bajo nuestra mano, sino también un moralismo completamente equivocado de fuentes digitales igualmente turbias. Pequeños grupos de fustigadores rigurosos se han hecho con el control de gran parte del discurso y han contagiado a su público, que ahora tiene un comportamiento inmoderado, implacable y amenazante incluso en nombre de nobles conceptos como la “igualdad”, la “diversidad” o precisamente la "lucha contra el antisemitismo".

El grupúsculo (6 personas) llamado pomposamente Alianza contra el Antisemitismo (Bündnis gegen Antisemitismus) pone la siguiente imagen en el encabezado de su blog, rematada por este texto:
“- Oye, hace poco escribí un ensayo contra Hamás
-¡Grande! Pero preferimos la Fuerza Aérea”.

Entre ellos se encuentra la “Alianza de Kassel contra el antisemitismo”, que ha desatado el supuesto escándalo de la Documenta sobre supuestas actitudes antisemitas entre los artistas invitados a la misma. Su “investigación” fue asumida por medios de comunicación de calidad como DIE ZEIT y ampliamente comentada (ZEIT nº 3/22 21). Ya que es contra los antisemitas, estará más o menos bien, ¿no? En todas partes, incluyendo MeToo y Black Lives Matter, los debates han descarrilado por completo. Muchos participantes se han alejado del enfoque pragmático (“¿Dónde está el problema y cómo se puede resolver?”), pasando a la locura religiosa.

02/12/2021

LUIS E. SABINI FERNÁNDEZ
¿Así enfrenta la ADL el “antisemitismo conspiranoico”?

Luis E. Sabini Fernández, Revista Futuros, 28/11/2021

En un trabajo reciente, “Antisemitic Conspiracies About 9/11 Endure 20 Years Later” (Conspiraciones antisemitas acerca del 11 de setiembre de 2001 en Nueva York persisten veinte años después)  la ADL (Anti-Defamation League, Liga contra la Difamación, USA) sale a enfrentar lo que anuncian en el título.

Supuestas caricaturas antisemitas creadas por la ADL para ilustrar su “informe”

¿Qué es lo que espera el lector ante tamaño título? La presentación de pruebas o al menos de argumentos mostrando la inconsistencia de tales intentos de explicación de lo acontecido en el World Trade Center con las dos torres.

Se trata de un trabajo extenso, más de 40 mil espacios estructurado en cuatro capítulos, con lo cual no cabe ninguna disculpa por falta de medios, de espacio o similar.

Sin embargo, salvo la observación inicial de que tales teorías “antisemitas y conspiranoicas*” rechazan “la ampliamente aceptada versión de los hechos”, lo que tenemos es una larga enumeración de personajes calificados así (antisemitas y conspiranoicos) con sus respectivas puntualizaciones en denuncias a los hechos del 11 de setiembre de 2001, el derrumbe en Manhattan y así sumando.

Cabe en primer lugar, un deslinde: ‘la versión ampliamente citada de los hechos’ no es garantía de verdad ni de solvencia; al contrario, diríamos que ante cuestiones complejas e intrincadas, la versión más ampliamente citada no tiene porqué ser la más veraz; en concreto, semejante apelación no garantiza nada, al contrario.

La ADL refuta poco y nada lo que va exponiendo de los respectivos referentes “antisemitas y conspiranoicos”. Como si una afirmación de ADL fuera evidente por sí misma.

Por ejemplo, califica así a Gilad Atzmon, que  ni siquiera abona las meneadas tesis “por carecer de  conocimiento en construcciones y aviación”, según sus declaraciones; igualmente este autor declara adherir a la explicación del atentado tan criticada por ADL; ver lo acontecido como una conspiración, por, aclara Atzmon: “1) la asiduidad con que el Mossad israelí  se dedica a operaciones de falsa bandera; 2) por el principio de cui bono, que nos muestra claramente que Israel ha sido el principal beneficiario de lo acontecido y 3) que el imperio anglonorteamericano  ha estado a cargo de conflictos armadas generados por el sionismo al menos en las últimas dos décadas.”

ADL  ni siquiera intenta comentar tan jugosas como veraces consideraciones. Más aún, no visualizamos el planteo de Atzmon ni como antisemita ni como conspiranoico, sí muy atenido a la realidad.

Tomemos otro ejemplo, no ya de alguien acusado de “antisemita y conspiranoico” (que los son todos) sino de un elemento, presuntamente probatorio de la fuerte implicancia israelí con lo acontecido en Nueva York.

‘Los 5 israelíes danzantes o festejantes’. ADL tipifica como conspiranoico y antisemita cada vez que alguno de sus impugnados menciona el episodio de cinco jóvenes que se estaban fotografiando y festejando en un garaje abierto, que tenía como telón de fondo el derrumbe de una de las torres. Visualizados, con desconcierto e indignación, desde una casa vecina, fueron denunciados a la policía quien prestamente los ubicó y los detuvo.

Resultaron ser cinco jóvenes, y quien parecía tener la voz cantante, atendió el procedimiento policial y les dijo a quienes los detenían y esposaban: "Somos israelíes. No somos su problema. Sus problemas son nuestros problemas. Los palestinos son el problema". Era el conductor de la camioneta, Sivan Kurzberg. Los otros pasajeros eran su hermano Paul Kurzberg, Yaron Shmuel, Oded Ellner y Omer Marmari. La camioneta pertenecía a la empresa Urban Moving Systems.

Aunque hubo una orden de liberación presta, tanto la CIA como el FBI postergaron el dejarlos en libertad por un total de 71 días en que hubo ceñidos interrogatorios. Al cabo de esos días fueron todos despachados de retorno a Israel, sin cargos. En esos dos largos meses, fueron sometidos a detectores de mentiras muchas veces, aunque Sivan Kurzberg, precisamente, se negó siempre a pasar por el detector.

Opinión generalizada de quienes tuvieron contacto con el episodio fue que al menos Sivan era un agente secreto israelí.

Las oficinas de Urban M. S. fueron allanadas. Y se interrogó a su propietario, Dominik Suter. También israelí. Solo que, pocos días después no resultó posible un segundo interrogatorio pues el propietario de Urban…, 48 horas después del primer interrogatorio, abandonó el país… de regreso a Israel.

ADL no da explicación alguna por el peculiar episodio. Como tampoco la dio Urban Moving Systems.

ADL se limita a  calificar el episodio como perteneciente a la fábula conspiranoica. Como si no hubiera existido.

Vemos la misma modalidad con buena parte de los calificados por ADL. Por cierto que algunos son verdaderamente racistas, antisemitas, supremacistas blancos, porque obviamente ese país, imperial, se fue constituyendo con pobladores colonialistas, genocidas, racistas, mentalidades que les permitieron primero arrebatarle la tierra a los nativoamericanos y luego expandir su poderío alterando fronteras siempre a su favor. Y muchos de esos pobladores privilegiados –núcleo duro del Partido Republicano– no vieron con buenos ojos a recién llegados que les arrebataran el control del imperio “democrático”. 

Las dirigencias sionistas “diplomáticas”, melifluas, tipo Ben Gurión, evitaban mostrar el dominio creciente de las redes judeosionistas dentro de EE.UU., pero con la llegada de dirigentes sionistas de origen fascista (línea histórica Jabotinski), como Ariel Sharon o Beniamin Netanyahu, el descaro de actuar imponiendo condiciones a la administración de EE.UU. ha aumentado. Y eso ha resentido a aquella vieja dirigencia blanca estadounidense, racista, que tiene que tragar ahora la medicina del poder que ellos solían administrar.

Pero que la ADL nos muestre que David Icke, sostenga que ‘la familia Rotschild tiene en sus venas sangre de reptiles humanoides que le permiten controlar el mundo’ nos muestra únicamente un grado de primitivismo conceptual de algunos críticos de Israel. Pero eso no demuestra que todas las críticas a Israel, al sionismo, a los judíos, pertenezcan a ese género de ciencia-ficción, ni siquiera en el mismo Icke.

ADL reproduce, por ejemplo, otras argumentaciones de Icke, hasta cierto punto más descriptivas y menos ideológicas: “Las organizaciones sionistas y archisionistas constituyen una red a lo ancho de todo EE.UU. y el mundo entero dispuesta para manipular e imponer la voluntad del archisionismo y el culto a la muerte [de sectas judías que menciona; fundadas en el s. XVIII, por Sabbatian Zevi].” Llama la atención lo del “culto a la muerte” que menciona Icke, siempre truculento. Y nos choca. Pero por como  la sociedad israelí  mata a cuentagotas (y a veces  “a chorros”) población palestina que está sufriendo el despojo de sus tierras desde hace más de un siglo, me hace pensar que se necesita un subterfugio mental que “legitime” esa amplia tolerancia a la muerte de seres humanos que han tenido la mala fortuna de estar radicados (desde hace siglos o milenios) en un suelo del que una religión ha decidido adueñarse.

La atroz indiferencia con que Israel ejecuta a tiros o a fuego lento a esa población, año a año, día a día, expresa sin duda un tipo de culto a la muerte (ajena, claro).

Mucho más importante que aquellos escarceos sobre sangre de reptiles ancestrales es, volviendo a la ADL, la falta total de escarceos sobre citas al Plan Yinon, que ADL se permite. Veamos cómo citan a Cynthhia McKinney, legisladora afroambientalista norteamericana: “Sostuvo que Israel estaba detrás de los ataques, tomando como referencias documentos israelíes de línea política como «Clean Break» y el «Plan Yinon».”

No conozco “Clean Break”, pero sí por cierto el Plan Yinon, de principios de la década de los ’80, y el mismo trasunta nítidamente una política imperial israelí sobre las naciones árabes circumvecinas, y algo más: una actitud supremacista para el manejo de los conflictos que precisamente el mismo expansionismo sionista genera, y ha generado desde la primerísima hora de su asentamiento en Palestina (fines del s. XIX). La crítica de ADL a McKinney elude los argumentos que presenta la criticada. Y solo se limita a etiquetarla, de antisemita y conspiranoica.

En consecuencia, ADL parece no tener reparos al Plan Yinon. Lo cual prueba su funcionalidad con el poder sionista, no sólo establecido en Israel sino en EE.UU y en el Reino Unido (allí, el lobby sionista fue decisivo para desmoronar el liderazgo de Jeremy Corbyn, que quería desmarcarse del colonialista y racista papel cumplido por el Reino Unido a lo largo de toda la actividad sionista (y de mucho antes, ciertamente).

Veamos todavía otro (penoso) ejemplo del estilo ADL; La emprende contra GDL, Goyim Defense League (Liga de Defensa de no judíos) que sostiene  que “judíos tienen un poder ilegítimo a través del control de instituciones mayores,  como los grandes medios de comunicación masivos, la economía o el gobierno […].” La cita desbarra porque continúa acusando a judíos individualmente, pero el pasaje transcrito merece una consideración: ¿no es acaso cierto que los judíos están sobrerrepresentados en los medios masivos de comunicación, en la economía, en el gobierno? Eso resulta clarísimo en EE.UU., y no sólo en EE.UU. Y resulta una explicación sobre porqué los israelíes tienen las manos tan libres para abusar de los palestinos. Una explicación que de ningún modo es una justificación. El mundo, mediáticamente hablando, ignora el abuso cotidiano sobre Palestina y los palestinos; el calvario que es ir al trabajo, a estudiar, volver a su vivienda, siempre asediada. Y contar con que la policía, toda legal, tan “occidental”, defiende a los agresores…

Veamos como ADL la emprende contra Kevin Barrett: “El teórico antisemita de la conspiración es un colaborador asiduo  del noticiero iraní de propaganda Press TV que alberga toda una carrada de antisemitas y negadores del Holocausto […] y escribe para Veterans Today y Unz Review, Barrett invoca a menudo teorías de conspiración antisemitas acerca de una supuesta manipulación de los acontecimientos mundiales, afirmando que Occidente no comprende la duplicidad israelí a causa del extendido poder sionista clandestino.”

Está la cita, pero nos quedamos sin saber cómo ADL refuta tales afirmaciones. ¿No hay acaso un extendido poder sionista clandestino?, ¿no hay manipulación de los acontecimientos mundiales? Nos quedamos sin saber la presunta sinrazón de Barrett. ¿Creerá ADL que alcanza una bula de ellos para neutralizar y refutar lo señalado por el acusado (en este caso, Barrett)?

ADL la emprende contra el estadounidense, es subsecretario del Tesoro republicano, Paul Craig Roberts. Lo cita: “Los neoconservadores que dominaban el gobierno de Cheney y Bush identificaron el Cercano Oriente árabe como ‘el enemigo’ e invocaron ‘un nuevo Pearl Harbor’ como necesario para proveer guerras que permitan derribar 7 gobiernos en 5 años… Para obtener ese ‘nuevo Pearl Harbor’ Cheney, los neoconservadores e Israel orquestaron los ataques al WTC y al Pentágono… el 11 de setiembre fue una operación del Estado profundo. Setiembre 2020.”

ADL apenas lo transcribe. Como si la mera presentación de tales consideraciones cayeran por su propio peso. Cuando bien podría ser exactamente lo opuesto.

Leámoslo. El documento a que se refiere Roberts, “Rebuilding America’s Defenses” (setiembre 2000), un manifiesto netamente imperialista y supremacista, firmado por la craneoteca neoconservadora del gobierno de entonces, compuesta primordialmente por judíos (y algunos que no), convoca a “crear” un nuevo Pearl Harbor. Un imperialismo desfachatado.

Dicho documento revela el afán por preservar “la preponderancia” (término acuñado por George Kennan en la década de los ’50); “promover el liderazgo global de EE.UU. [american]. En consonancia promueven “las nuevas fronteras” [en la formación de EE.UU. en el territorio continental norteamericano, “la cuestión de la frontera”, siempre desplazándose, fue muy importante; imprimir en el inconsciente colectivo estadounidense una nueva frontera ahora a lo largo de todo el planeta expresa el alcance imperialista mundial ahora en juego].

Y en ese concierto de control planetario los autores de “Rebuilding…” ven carencias; los servicios de aprovisionamiento no han aumentado el mismo ritmo que los aviones de combate, por ejemplo, el adiestramiento de los marines está atrasado… “En una palabra, una Armada capaz de preservar la preeminencia marítima de EE.UU., va a requerir mucho mayores aumentos de los presupuestos de la Armada […] para preservar la preeminencia militar de EE.UU. en las décadas que vienen el Ministerio de Defensa debe moverse más agresivamente.”

Y nuestra atribulada craneoteca neoconservadora mira con preocupación que “el proceso de transformación, aunque conlleve cambios revolucionarios, probablemente lleve mucho tiempo, faltando un  evento catastrófico y catalizador, como un nuevo Pearl Harbor. La política interna y la industrial tomarán el ritmo y el contenido transformador tanto como lo requieran las misiones militares.

ADL está encandilada con sus propias luces y ha olvidado la capacidad de razonamiento y de abordaje de la realidad, o está persuadida del efecto que tiene la política de ubicar en el Index a determinadas manifestaciones intelectuales críticas o a determinadas personas (fue un sistema que empleó asiduamente la Iglesia Católica hace siglos, pero la “modernidad líquida” ha revelado su total ineficiencia).

Nos preguntamos si el poder sionista pretende gobernar “nuestras almas” con semejantes “verdades” que no necesitan demostración.

En cualquier caso, la denuncia de ADL expresa una total impotencia y pobreza intelectual. O descaro. Demasiada chutzpah***.

NdE

*La voz conspiranoico, ca es un acrónimo humorístico formado a partir de conspira(tivo) y (para)noico.

**A Clean Break : A New Strategy for Securing the Realm ([Una ruptura limpia: Una nueva estrategia para asegurar el reino] comúnmente conocido como el informe "Clean Break") es un documento político que fue preparado en 1996 por un grupo de estudio dirigido por Richard Perle para Benjamin Netanyahu, el entonces Primer Ministro de Israel. El informe explicaba un nuevo enfoque para resolver los problemas de seguridad de Israel en Oriente Medio haciendo hincapié en los "valores occidentales". Desde entonces ha sido criticado por defender una nueva política agresiva que incluía la eliminación del poder de Saddam Hussein en Irak y la contención de Siria mediante una guerra por delegación y destacando su posesión de “armas de destrucción masiva”. Algunas partes de las políticas expuestas en el documento fueron rechazadas por Netanyahu [Wikipedia].

*** Chutzpah: palabra hebrea pasada al yiddish, y de éste al inglés y al alemán, significando descaro, insolencia, chulería o desfachatez. En el hebreo israelí de hoy, ha adquirido un sentido positivo, equivalente de audacia, como componente mayor de una supuesta israelidad.

25/11/2021

OMAR KHALIFAH
Israel-Palestina: La metáfora de las “víctimas de las víctimas” no le sirve a nadie

Omar Khalifah, Middle East Eye, 21/11/2021
Traducido del inglés por
Sinfo Fernández, Tlaxcala

Omar Khalifah es profesor asociado de literatura y cultura árabe en la Universidad Georgetown, en Doha, Qatar. Se doctoró en la Universidad de Columbia en 2013. Además de la literatura árabe moderna, los intereses de investigación de Khalifah incluyen los estudios sobre Palestina, la memoria, la literatura mundial, el cine y el nacionalismo en el mundo árabe. Su tesis de doctorado Nasser in the Egyptian Imaginary fue publicada por Edinburgh University Press en 2016, y sus artículos han aparecido en Middle East Critique y Journal of World Literature. Khalifah es también autor de relatos cortos en árabe. Su colección Ka'annani Ana (Como si fuera yo mismo) se publicó en Ammán (Jordania) en 2010.  @OmarKhalifah10

Esta comparación, muy utilizada, confunde falsamente a los sionistas con los judíos, trivializando el carácter anticolonial de la lucha palestina

Un hombre palestino ondea la bandera palestina frente al “puesto avanzado” de colonos judíos de Evyatar en solidaridad con los palestinos cuyas tierras fueron confiscadas por los colonos israelíes el 10 de octubre de 2021 (Foto: AFP)

Tras la invasión de Líbano por parte de Israel en 1982, cuando los combatientes palestinos se vieron obligados a evacuar Beirut, el poeta palestino Mahmoud Darwish puso su pluma sobre el papel. En el desgarrador poema “Madih al-Zil al-Ali” (Alabanzas de la Alta Sombra), escribió sobre los soldados israelíes como “una víctima que mató a su propia víctima; yo heredé su identidad”.

 

Dos décadas más tarde, durante la Segunda Intifada, Darwish volvió a la metáfora en “Halat Hisar” (Estado de sitio): “A un asesino: Si hubieras mirado el rostro de tu víctima y reflexionado detenidamente, podrías haber recordado a tu madre en la cámara de gas, y te habrías liberado del prejuicio del rifle, y habrías cambiado de opinión. Ahora bien, esta no es forma de restaurar una identidad”.

 

Darwish no fue el único en utilizar esta noción de los palestinos como “víctimas de las víctimas”. En las últimas décadas, otros intelectuales palestinos, entre los que destaca Edward Said, la han empleado repetidamente en sus intentos de captar la esencia de la lucha palestina con Israel. Sin embargo, por muy poderosa que sea, la metáfora es falsa, y su uso generalizado, tanto entre los palestinos como entre los no palestinos, es profundamente preocupante en múltiples frentes.

 

Según la comparación, así como los judíos fueron víctimas de los nazis durante el Holocausto  y perseguidos en toda Europa durante siglos con anterioridad, los palestinos son ahora las víctimas. En una tragedia conmovedora, sus victimarios judíos fueron recientemente víctimas ellos mismos.

 

La idea que subyace en estas imágenes es noble, ya que pretende empatizar con los judíos israelíes y reconocer su dolor. Sin embargo, establece un vínculo directo, si no causal, entre el Holocausto e Israel, al tiempo que ignora la historia del proyecto sionista, que comenzó a finales del siglo XIX, mucho antes del genocidio de los judíos europeos.

 

Sin duda, algunos supervivientes del Holocausto se establecieron en Palestina después de la Segunda Guerra Mundial. Pero esto no significa que todos los sionistas que viven en Israel hayan sobrevivido al Holocausto y sean por tanto víctimas.

 

Los padres fundadores de Israel no vivían en Europa durante el Holocausto; la mayoría ni siquiera vivía allí cuando Hitler asumió el poder en Alemania en 1933. Mientras los judíos de Europa experimentaban los horrores del nazismo, un grupo de sionistas ya establecidos en Palestina emprendía un proceso de colonización de la tierra, que culminó en la Nakba de 1948.

 

La metáfora, sin embargo, crea la percepción de que todos los israelíes fueron víctimas del Holocausto.