Gideon
Levy, Haaretz, 4-12-2025
Traducido por Tlaxcala
Mientras el bando liberal ha estado luchando hasta la última gota de sangre por la cuestión del reclutamiento de los jaredíes [ultraortodoxos] en las Fuerzas de Defensa de Israel, el propio ejército se ha convertido en el ejército de Dios, incluso sin muchos reclutas ultraortodoxos. Al mismo tiempo que cierra la Radio del Ejército, el ejército ha creado una agencia de viajes basada en la fe, IDF Tours, que ofrece una selección de visitas a Dios y a la Tierra Prometida.
Una conferencia de colonos en la Tumba de los Patriarcas ( Mezquita de Ibrahim) en Hebrón/Al Jalil en septiembre. La campaña incluye contenidos presentados por oficiales, soldados, guías turísticos civiles y arqueólogos, así como por figuras políticas de los asentamientos. Foto Itai Ron
¿Era Radio Ejército una anomalía? Espera a oír hablar de
la agencia de viajes del ejército. Con el lanzamiento de la campaña “Por Judea”,
dirigida por la Brigada de Judea, ya no hay duda de que las FDI no solo son el
ejército del pueblo, sino también el ejército de Dios.
¿Y qué pasa con aquellos que no están a favor del Señor?
¿También se les exigirá que se alisten en el ejército de Dios? ¿Qué harán los
jóvenes laicos que no creen en los cuentos de hadas religiosos? ¿Cómo servirán
en Cisjordania?
Estas cuestiones han surgido tras la revelación por Noa
Shpigel y Nir Hasson sobre la nueva campaña
turística de las FDI (Haaretz, 2 de diciembre). La campaña no solo invita a
soldados y civiles a visitar la Cisjordania ocupada y saqueada, ignorando
descaradamente a la mayoría de las personas que viven allí y a quienes
pertenece, sino que también inventa explicaciones para la presencia del
ejército allí que solo aquellos que sufren delirios mesiánicos podrían creer.
La próxima vez que haya un pogromo en Cisjordania y los
soldados se unan a él, sepan que han sido lavados el cerebro por esta campaña y
otras similares. Y no son solo los activistas colonos quienes les lavan el cerebro, sino también sus comandantes y sus adjuntos.
«El objetivo de esto es responder a una pregunta
aparentemente sencilla, pero muy importante: ¿por qué? ¿Por qué estamos aquí?»,
dice el coronel Shahar Barkai, comandante de la Brigada de Judea, como si
estuviera dando su discurso de bar mitzvá. «¿Por qué estamos aquí, en el campo
samaritano?», pregunta su colega Ariel Gonen, comandante de la Brigada de
Samaria.
Les han lavado el cerebro. «Ahora que he hecho la gira,
veo lo estrecho que es el vínculo, y mi capacidad para llevar a cabo la misión
se ve reforzada por una amplia comprensión de lo que es este lugar», dice el
teniente primero Avishag Yonah, comandante de la unidad de información de Judea
y Samaria. Los soldados son más eficaces a la hora de maltratar a los
palestinos en los puestos de control, aún más eficaces a la hora de secuestrar
a padres de sus camas delante de sus hijos y actúan con mayor crueldad hacia
los residentes. Al fin y al cabo, esa es su misión.
Soldados de las FDI detienen a sospechosos durante una redada en Jenin, en Cisjordania, el jueves. Foto AFP/ZAIN JAAFAR
Los textos parecen haber sido escritos para los oficiales
por activistas colonos, y tal vez ese sea el caso. En cualquier caso, la verdad
que se desprende de ellos es cruda: si los soldados creen los cuentos de hadas
que se les presentan —que Nabal el Carmelita se bañó en el hermoso embalse de
la aldea palestina de al-Karmil y, por lo tanto, es nuestro; que la historia
del milagro de Abraham, nuestro antepasado, que vino a completar el minyán en una sinagoga en
el corazón de Hebrón hace cientos de años, es cierta— serán mejores soldados.
Incluso hay lugares recomendados para llevar a tu pareja. ¿Qué te parece?
¿Pasamos una noche en los 56 manantiales palestinos que los colonos tomaron por
la fuerza?
El mensaje es sencillo. Las FDI están ahí porque Nabal el
carmelita estaba ahí. Los soldados pueden matar porque el patriarca Abraham
vagaba por allí. Quizás la mayoría del público no acepte esto, pero un ejército
popular que se ha convertido en el ejército del Señor no está interesado en
mayorías o minorías, en la verdad o la ficción. Lavará el cerebro a los jóvenes
que se alisten.
No hay ni una palabra en la campaña sobre los palestinos,
los habitantes de la tierra. Para las FDI, y esta vez oficialmente, no existen.
Son aire, por lo que se les puede maltratar, torturar y matar. Y así,
generación tras generación, los israelíes envían a sus hijos a matar y a morir
en la Franja de Gaza y a lavarlos el cerebro en Cisjordania.
Barkai, ¿quieres saber por qué estamos allí? Porque
conquistamos la tierra por la fuerza. Porque éramos codiciosos de territorio,
porque somos codiciosos de venganza contra los palestinos, porque creemos en
las tonterías de la campaña que lanzaste. Por eso estamos allí.
NdT
Según una rápida investigación, la campaña «por Judea» tiene un alcance muy limitado: su página de Instagram tiene 149 seguidores, su cuenta de Telegram tiene 70 y su grupo de WhatsApp tiene 573. En resumen, nada del otro mundo.




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