Marco Bersani, Attac Italia, 2-10-2025
Traducido por Tlaxcala

Un día se escribirá: hicimos lo que los gobiernos no hicieron, llenar los barcos con vida en lugar de armas
La interceptación de los barcos de la Flotilla, llevado a cabo manu militari por el
ejército israelí en la noche, constituye un crimen de guerra. No tan trágico
—esperemos— como los que se producen a diario en Gaza (más de 70 muertos solo hoy
al amanecer), pero idéntico desde el punto de vista jurídico internacional:
Israel ha asaltado en aguas internacionales a una flota de barcos desarmados
con personas de 44 países que transportaban alimentos y medicinas.
Un
crimen contra el que todo gobierno democrático debería rebelarse con fuerza y
determinación.
No es el caso de Italia, donde los máximos representantes del gobierno compiten
por ver quién se comporta de manera más indigna.
Empecemos
por la presidenta del Consejo, Giorgia Meloni, que tras dar luz verde
ideológica a Israel (« Los de la Flotilla son irresponsables ») y tras hacer
declaraciones delirantes (« Están poniendo en riesgo el plan de paz de mi amigo
Donald »), lleva más de 24 horas muda como un pez. Evidentemente atónita al
comprobar cómo las plazas del país se llenaron espontáneamente ya ayer por la
noche, listas para desbordarse hoy, bloquearlo todo mañana y converger el
sábado por Palestina.