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06/02/2023

FAUSTO GIUDICE
Para resistir una invasión rusa, los daneses deberían camellar en vez de rezar

 Fausto Giudice Basta Yekfi, 6-2-2023
Traducido por María Piedad Ossaba

    


Hay algo podrido en el Reino de Dinamarca, eso lo sabemos desde Shakespeare. La Primera Ministra socialdemócrata, Mette Fredriksen, gobierna desde hace algunas semanas con el apoyo de la derecha (liberales y moderados), la primera vez que ocurre en 40 años. Sólo puede contar con una mayoría parlamentaria con los votos del de los yes-men de las colonias (Groenlandia y las Islas Feroe). Neutralizó a la extrema derecha retomando lo esencial  de su programa en materia de inmigración y asilo, que puede resumirse en “cero inmigrantes, cero refugiados”. Al presentar su tambaleante coalición en diciembre, comentó: “Hay muchos compromisos, pero sobre todo muchas ambiciones”. Una de las ambiciones es alcanzar el famoso 2% en 2030.

Explicación: el presupuesto danés de defensa en 2022 fue de 27.000 millones de coronas, aproximadamente  3.600 millones de euros, es decir el 1,34% del PNB. El objetivo que Washington lleva años intentando imponer a los países del protectorado europeo es que dediquen el 2% de su presupuesto a defensa. Dinamarca, fiel perro faldero de la OTAN desde 1945, asume por tanto esta tarea. Para conseguirlo de aquí a 2030, Dinamarca tiene que encontrar el dinero en alguna parte. Basta con  eliminar un día festivo. Si los daneses trabajan 7,4 horas más al año, se recuperarán 3.000 millones de coronas (403 millones de euros). Y la Sra. Fredriksen, cuyo partido lo intentó una vez hace diez años y fracasó, lo vuelve a intentar: suprimamos el Store bededag*, el Gran Día de Oración, algo inventado por la Iglesia Luterana de Estado (a la que pertenece el 79% de los daneses), y que cae el cuarto viernes después de Pascua. A lo largo de los últimos tres siglos y medio, el Store Bededag se ha convertido en parte integrante de la danidad (o danitud): ese día, la gente sale a pasear con sus familias, visita a sus amigos, en definitiva, descansa. Y algunoshasta rezan.

Allí, los daneses se pusieron furiosos, y la confederación sindical FH (Fagbevægelsens Hovedorganisation, 1.287.901 afiliad@s en 2022, incluidos l@s del Sindicato de Soldados) lanzó una petición “Mantengamos el Store bededag”, que hasta ahora ha recogido 466.482 firmas**, y convocó una manifestación el domingo 5 de febrero. Éxito masivo.

Domingo en Copenague. Ver más fotos

 50.000 manifestantes en un país de 5,9 millones de habitantes con una capital de 600.000 almas es realmente una gran manifestación. Mette, ¡no toques los panecillos calientes! Y sigue el consejo de Mogens Glistrup, el difunto truculento luchador contra los impuestos: disuelve el ejército danés y sustitúyelo con un contestador telefónico que diga en ruso: “Nos rendimos, nos rendimos”...

Notas

*El Store Bededag fue instituido en 1686 por Hans Bagger, obispo de Roskilde.  Decidió que, en lugar de celebrar varias pequeñas jornadas de oración a lo largo del año, era mejor agruparlas en un solo día: el Día de la Oración. En este día se prohibía toda actividad para dedicarse exclusivamente al recogimiento y a las ocupaciones espirituales. Los panaderos tomaron entonces la costumbre de hacer panecillos la víspera. Como al día siguiente estaban un poco duros, se recalentaban; se extendió así la costumbre de comer panecillos calientes, varme hveder, el Gran Día de Oración. (Fuente)

** Texto de la petición:

“¡No toquen nuestro día festivo!

La vida no se reduce al trabajo y hojas de cálculo. El día de oración es nuestro día común de descanso, en el que podemos relajarnos o pasar tiempo con nuestra  familia y los amigos. Así deberían ser las cosas en Dinamarca en el futuro. No es normal que el Gobierno suprima los días festivos o libres sobre nuestras cabezas. E incluso suprima la compensación para los salariados que hayan trabajado todo el tiempo en el gran día de oración”. (Fuente)