Gideon Levy, Haaretz, 19/11/2025
Traducido por Tlaxcala
Las buenas noticias caen sobre nosotros como regalos del
cielo. Mientras que en los medios todo se presenta como derrotas y desastres,
hacía mucho tiempo que no veíamos un cambio capaz de augurar esperanza.
He aquí la lista: israelíes y palestinos están
experimentando una internacionalización acelerada del conflicto; el Consejo de
Seguridad de las Naciones Unidas ha aprobado una resolución que va en la
dirección correcta; Israel está siendo devuelto a sus verdaderas dimensiones a
una velocidad alentadora, y el destino de los palestinos está siendo retirado
cada vez más de su control exclusivo. Es difícil pedir más. Lo que en Israel se
presentó como una serie de humillantes derrotas es, en realidad, un conjunto de
avances alentadores.
El más importante de ellos es el retorno de Israel a sus
verdaderas dimensiones. La superpotencia ha vuelto a ser una superpotencia, y
su Estado-cliente ha regresado a su lugar natural. La situación en la que era
difícil saber quién estaba en el bolsillo de quién, la difuminación de los
roles entre la superpotencia y su Estado-cliente, que duró décadas, ha llegado
a su fin. Es una buena noticia para Israel.
La megalomanía ha muerto; el delirio de grandeza y de
omnipotencia del Estado ha terminado. Y eso es algo bueno. Israel ya no puede
hacer lo que le plazca. El genocidio en Gaza tenía que terminar —no porque el
primer ministro Netanyahu lo quisiera, sino porque el presidente usamericano
Donald Trump lo ordenó. Si no fuera por él, la matanza habría continuado.
La “derrota” en forma del acuerdo para suministrar cazas
F-35 a Arabia Saudí tampoco es necesariamente una derrota. La descentralización
de armas en la región podría conducir a contener a Israel, que hasta ahora ha
actuado como el matón del barrio al que todos temen: bombardeando y asesinando
por toda la región, violando toda soberanía posible, al que todo se le permitía
y por nada se le castigaba.
Esto se ha acabado, y es algo bueno para Israel, porque
muchos de los desastres que le han sobrevenido fueron consecuencia directa de
su arrogancia y agresividad, como si no existiera aquí ningún otro país. Ahora
lo hay. Ya no será el único en el vecindario con el avión de combate más
avanzado del mundo; esa arma ya no estará exclusivamente en sus manos, y tendrá
que pensárselo antes de su próxima salida de bombardeo en la región.
La apropiación por parte de USA de lo que ocurre en Gaza
también es un avance positivo. Durante décadas, y especialmente en los últimos
dos años, hemos visto lo que Israel sabe hacer en la Franja. El resultado: Gaza
es un cementerio. Hay un chico nuevo en el barrio; veamos qué puede hacer. No
puede ser peor que lo que Israel ha hecho.
Retirar el control a Israel podría llevar a un proceso
similar en Cisjordania. Asume ya dimensiones de sueño. La entrada de una fuerza
multinacional en Cisjordania podría poner fin a una situación en la que una
nación vive allí indefensa y sin derechos, mientras otra la maltrata sin cesar.
Sigue siendo una visión lejana, pero podría hacerse realidad.
Mientras tanto, USA está fortaleciendo sus lazos con
Arabia Saudí. ¿En qué perjudica exactamente esto a Israel? Israel ya exige
compensación por la pérdida de su “ventaja militar cualitativa”, como si esta
le hubiera sido concedida por una promesa divina junto con sus derechos
exclusivos sobre esta tierra. ¿Con qué fundamento piensa Israel que solo él
merece y tiene derecho a armarse hasta los dientes?
Ataques cada vez que algo no le gusta, violaciones
flagrantes de alto el fuego, asesinatos y actos de terror: Israel no solo cree
que todo le está permitido, sino que también está convencido de que a nadie más
se le permite nada.
Esta mentalidad lo ha corrompido, y quizá ahora llegue a
su fin. Un Israel más modesto en sus ambiciones y menos armado con medios
ofensivos podría tener una oportunidad de ser más aceptado en la región.
En 1970, el historiador israelí Shabtai Teveth publicó las versiones hebrea e inglesa de su libro sobre el alto precio que Israel pagó por su victoria en la Guerra de los Seis Días de 1967, La bendición maldita: la historia de la ocupación israelí de Cisjordania. Ahora ha llegado el momento de “la maldición bendita”: no son maldiciones las que caen sobre nosotros, sino quizá bendiciones que marcarán el fin de la era del mesianismo y de la arrogancia hacia todos. El inicio del retorno a la realidad.



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