20/11/2025

Coronel Wilkerson: “Israel está detrás de la escalada de Trump contra Venezuela”

India & Global Left, 15-11-2025

Transcrito, resumido y traducido por Tlaxcala

Wilkerson explica por qué USA está intensificando sus acciones contra Venezuela, cuán cerca está Washington de una posible intervención militar y por qué cree que Israel está desempeñando un papel impulsor detrás de la estrategia de Trump hacia Venezuela. También exploramos cuestiones geopolíticas más amplias: • ¿Tiene USA una verdadera gran estrategia después de perder la guerra arancelaria con China? • ¿Se retirará la OTAN de su fallida aventura en Ucrania? • ¿Qué significa para la región la reincorporación efectiva de Siria a la arquitectura usamericana en Oriente Medio? • ¿Está Washington reaccionando a los cambios globales o intensificando ciegamente su postura en múltiples frentes? Si quieres profundizar en el imperio usamericano, la competencia entre grandes potencias y los actores ocultos que dan forma a los conflictos actuales, esta entrevista con el coronel Wilkerson es imprescindible.

 

El episodio se abre con un saludo a los espectadores y un llamado a apoyar el canal mediante suscripciones, membresías o donaciones. El presentador introduce al invitado de la jornada: el coronel Lawrence Wilkerson, coronel retirado del Ejército usamericano y exjefe de gabinete del secretario de Estado Colin Powell. La conversación comienza con un panorama de la escalada usamericana contra Venezuela: el incremento militar en el Caribe, operaciones lanzadas desde Puerto Rico bajo el pretexto de una “guerra contra el narco-terrorismo” y una intensificación de la propaganda. Algunas figuras de la oposición venezolana —como María Corina Machado— son descritas como dispuestas a entregar activos venezolanos a corporaciones gringas, mientras que el presidente Trump expresa abiertamente su deseo de un cambio de régimen en Caracas. La pregunta central planteada a Wilkerson es hasta dónde está dispuesto a llegar Washington.

Wilkerson responde recordando su experiencia en la administración de George W. Bush, señalando que muchas de las prácticas de entonces se están repitiendo ahora con mayor profundidad, amplitud e ilegalidad. Invoca el legado de los juicios de Núremberg y recuerda que su propósito fundamental —expresado por el juez Jackson— era detener las guerras de agresión. Ese principio fue el fundamento moral de Naciones Unidas y de las Convenciones de Ginebra de 1948, destinadas a imponer normas sobre la conducción de la guerra y a establecer el derecho penal internacional. Según Wilkerson, USA está desmantelando hoy —“pieza por pieza, hilo por hilo”— todo el marco jurídico internacional construido tras la Segunda Guerra Mundial. Afirma que USA se ha convertido en el principal perpetrador de guerras de agresión, y Venezuela es su objetivo más reciente.

Explica que la implicación encubierta usamericana se intensificó en 2016, cuando Trump firmó una autorización presidencial que permitía a la CIA operar sobre el terreno. La decisión de Obama en 2015 de declarar a Venezuela una amenaza para la seguridad nacional había preparado el terreno para sanciones y políticas intervencionistas. Wilkerson subraya que no existe diferencia real entre administraciones demócratas y republicanas. Le preocupa, en particular, la elaboración de nuevas justificaciones legales por parte del Departamento de Justicia para los asesinatos extrajudiciales en alta mar —operaciones que ya han dejado decenas de muertos, entre ellos pescadores pobres confundidos con traficantes. En Colombia y Venezuela, algunos pobladores temen salir a pescar por miedo a ser asesinados. Esto ilustra, según él, la destrucción del derecho internacional y del debido proceso.

Consultado sobre la posibilidad de una intervención militar, Wilkerson se declara profundamente alarmado. Asegura que Israel desempeña un papel central en las operaciones de inteligencia usamericanas relacionadas con Venezuela desde al menos 2016. Afirma que Trump recibe información engañosa o manipulada, no de las agencias oficiales, sino de intermediarios como Laura Loomer y personas vinculadas a los servicios israelíes, financiadas por sectores de la oposición venezolana. Esta red paralela elude a la comunidad de inteligencia oficial y alimenta operaciones basadas en agendas externas.

Wilkerson detalla luego el ascenso del Mando de Operaciones Especiales (SOCOM), convertido en una estructura militar semiautónoma estrechamente integrada con la CIA. Este dispositivo permite a la agencia ejecutar operaciones de acción directa sin supervisión estricta del Congreso, ya que formalmente son realizadas por el ejército. Cita ejemplos históricos —Mogadiscio, Afganistán, Irak— donde las fuerzas especiales actuaron al margen del mando regional. Afirma que lo mismo sucede ahora en Venezuela, donde unidades especiales, desplegadas en un “buque nodriza” frente a la costa venezolana, llevan a cabo misiones clandestinas sin el conocimiento del mando convencional del Comando Sur. Define esta situación como una ruptura “increíble” y peligrosa del control civil y militar.

El presentador señala que las fuerzas armadas venezolanas están fuertemente politizadas e integradas al proceso bolivariano —a diferencia de Chile en 1973—, lo que dificulta enormemente cualquier golpe de Estado. Wilkerson coincide: la institución militar ha permanecido leal, y los intentos usamericanos de soborno o infiltración probablemente han fracasado. Una intervención enfrentaría no solo a un ejército cohesionado sino también a una mayoría social profundamente opuesta a USA. Wilkerson prevé que un intento usamericano de cambio de régimen desembocaría en una guerra de guerrillas prolongada que USA terminaría perdiendo, con graves consecuencias para Venezuela e incluso para Colombia.

La conversación cambia hacia China. Wilkerson sostiene que USA no tiene “ninguna estrategia” frente a Beijing. Describe un conjunto de figuras —como Steve Bannon— convencidas de poseer una visión estratégica, aunque sus ideas carecen de coherencia. Según él, China avanza globalmente no mediante agresión, sino ocupando los vacíos generados por los fracasos catastróficos de la política usamericana, especialmente en América Latina. Los países de la región se acercan a China porque Washington los ha alienado. A juicio de Wilkerson, Trump juzgó erróneamente sus propios encuentros diplomáticos con el presidente chino Xi Jinping, creyendo que las reuniones habían ido bien cuando, en realidad, Xi le había dado gato por liebre.

Wilkerson aborda luego Europa y predice un gran vuelco político en los próximos dieciocho meses. Argumenta que los compromisos militares y la presión económica impulsados por la OTAN provocarán un rechazo masivo de los gobiernos actuales. Las poblaciones, al darse cuenta de que destinar un 5 % del PIB a la Alianza significa sacrificar servicios sociales, educación, agricultura y salud, exigirán cambios profundos. Europa podría regresar a una fragmentación similar a la de entreguerras o intentar construir una nueva arquitectura de seguridad que incluya posiblemente a Rusia, aunque esto sería extremadamente difícil tras años de hostilidad.

La discusión se desplaza hacia Ucrania. Wilkerson afirma que Trump recibe información peligrosamente falsa, sobre todo del senador Lindsey Graham. Este argumenta que el objetivo es “desangrar a Rusia” a cualquier costo, incluso a expensas de vidas ucranianas y de pérdidas territoriales, y que esa presión podría llevar a la caída de Putin. Wilkerson rechaza esta idea: asegura que Putin está sometido principalmente a la presión de la extrema derecha rusa, que exige intensificar la guerra e incluso destruir Ucrania si fuese necesario. Subraya que USA es la única potencia capaz de detener el conflicto, pero se niega a hacerlo. Ucrania albergaría —según él— más de 200.000 militantes de extrema derecha, adeptos de Bandera, que evitan el frente para conservar su fuerza y que podrían dominar el escenario político posterior a la guerra, imposibilitando cualquier paz estable.

Finalmente, la conversación aborda Siria. Wilkerson observa un cambio geopolítico profundo: Siria está siendo reintegrada en la arquitectura estratégica dominada por USA, Israel y los Estados del Golfo. Sitios clave como el puerto de Tartus pasan a manos emiratíes; zonas previamente concertadas con Rusia están siendo reorganizadas; y combatientes extranjeros de ideología takfiri estarían siendo reubicados en la frontera libanesa para enfrentar a Hezbolá. Figuras como Al-Sharaa reciben una mayor acogida en círculos próximos a Washington. Según Wilkerson, esto revela una estrategia más amplia destinada a desmantelar el “Eje de la Resistencia”. Cree que Netanyahu habría alcanzado un entendimiento con Trump: Israel se encargaría de Hezbolá y estabilizaría Siria en una dirección favorable a Washington, mientras USA asumiría el enfrentamiento directo contra Irán.

Wilkerson considera este escenario extremadamente peligroso. Relata haber oído debates que promueven ataques nucleares preventivos contra Irán mediante misiles de crucero lanzados desde submarinos israelíes, con apoyo usamericano. Estos estrategas imaginan reconstruir Israel posteriormente como un Estado judío más seguro, pensando que la destrucción de Irán resolvería los problemas estratégicos de la región. Wilkerson teme que esta lógica conduzca a una guerra nuclear. Añade que algunos comentarios sugieren que la administración Trump no planea abandonar el poder en tres años, ya sea a través de sucesores como Vance o mediante la prolongación indefinida de su dominio político.

La entrevista concluye con una reflexión sobre el intento fallido de 2021 [ataque al Capitolio] de alterar la trayectoria del sistema político usamericano. Wilkerson afirma que el fracaso se debió en parte a que el ejército se negó a participar. Hoy, sostiene, se trabaja deliberadamente para reorganizar las fuerzas armadas de forma que no obstaculicen intentos similares en el futuro. El presentador observa que esto equivale a una toma total del Estado, tal como la imaginan ciertos movimientos de extrema derecha o extrema izquierda. Wilkerson cierra expresando su profunda preocupación por el rumbo del poder usamericano y por el peligro que éste representa para el mundo.

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