Affichage des articles dont le libellé est Colombia. Afficher tous les articles
Affichage des articles dont le libellé est Colombia. Afficher tous les articles

28/12/2021

REINALDO SPITALETTA
La segunda muerte de Lola Vélez

Reinaldo Spitaletta, El Espectador, 28/12/2021

A Lola Vélez (María Dolores Vélez Sierra), que de joven era rubia y espigada, por su belleza sin par y sin mediar ningún concurso la coronaron reina los conductores de Bello, pueblo natal de la muchacha librepensadora que se convertiría en una pintora excepcional de Antioquia. A la señorita Lola, dilecta discípula del muralista mexicano Diego Rivera, como también lo había sido de los maestros Pedro Nel Gómez y Rafael Sáenz, le armaron un escándalo los pacatos godos bellanitas cuando pintó una sensual chica de aquel pueblo de obreros y la bautizó como la Tongolele bellanita.

Lola Vélez, que cuando estudiaba becada en México, no solo aprendía de técnicas del mural, la acuarela y preparación de lienzos, sino que participaba en deliciosas bohemias con Frida Kahlo y Chavela Vargas, tenía una afinidad amorosa con los obreros de Fabricato, a muchos de los cuales les enseñó a apreciar la pintura.


Nacida en Bello en 1925, Lola habitaba cerca de la choza Marco Fidel Suárez, en una casona de 3.600 metros cuadrados, con patio central, jardines, pájaros, árboles frutales, murales y una vasta colección pictórica de su autoría y de otros artistas. Ella, que tras sus estudios en la Escuela La Esmeralda y en la Escuela de Restauración de Chorobusco, en México, con la tutela de Rivera, encontró su propia identidad, se caracterizó por sus colores (existe el color Lola Vélez, así como hay, por ejemplo, el amarillo Van Gogh).

La choza Marco Fidel Suárez

19/10/2021

The U.S. flies Alex Saab out from Cabo Verde without court order or extradition treaty

 Dan Kovalik, COHA, 18/10/2021

On October 16, Colombian businessman and Venezuelan Special Envoy Alex Saab was in practical terms kidnapped for the second time, first by Cabo Verde under pressure from Washington, and now by the U.S., in flagrant violation of international law.


For nearly a year and a half, Saab had been imprisoned on the island nation of Cabo Verde, 400 miles off the northwestern coast of Africa in the Atlantic. As a Bloomberg article explains, “Saab was detained June 12 [2020] when the private plane he was traveling on from Venezuela to Iran made a fuel stop on the Cape Verdean island of Sal.”[1]  What Bloomberg does not mention is that Saab’s plane was forced to land in Cabo Verde because two other nearby nations in mainland Africa, apparently under pressure from the US, refused to let him land.[2]

There is no extradition treaty and there was no Interpol order

The capture of Saab was made without any proper legal basis. While Washington prevailed upon Cabo Verde to seize Saab based upon the pretext that the U.S. wanted to extradite him for alleged crimes, the United States has no extradition treaty with Cabo Verde.[3] Moreover, while Cabo Verde authorities claimed that Saab was detained pursuant to a valid Interpol notice, a regional court in Nigeria found that the detention took place before the Interpol notice was issued, raising huge concerns about the legal validity of Saab’s detention and imprisonment.[4]

The U.N. also demanded the extradition to be suspended...

Read more 

🚩Join the Campaign to Free Alex Saab!

https://i1.wp.com/afgj.org/wp-content/uploads/2021/08/Join-the-campaign-3.jpeg?resize=300%2C300&ssl=1

 

24/06/2021

Colombia’s National Strike in perspective

Juan Diego García, La Pluma, 17/6/2021

Translation by Michael Otto.

The author is a Colombian political analyst living in Spain.

Iván Duque, the Colombian president, has confronted the current protest movement with the same methods used by previous rulers of this Andean country, albeit with less intelligence, bringing him more defeats than victories.  

It is traditional in Colombia that when confronting social and political opposition movements, the authorities typically engage in dragged out and useless negotiations (and what they agree to, they never fulfill). At the same time, the police and military, backed up by paramilitary groups, employ brutal and murderous repression in obedience to a systematic extermination plan.

Apparently, the government has no plan beyond the traditional one, resulting in an impressive plunge in support, according to various polls that measure popular opinion. Duque has had to accept the resignation of several high-ranking officials (including two ministers) and has been unable to cover up dramatic scenes exposing government repression -- leaving his crimes exposed before national and international opinion. 


‘If there is no bread for the poor, there will be no peace for the rich’

Of so-called Colombian democracy, only a memory remains. In spite of the official version that insists on presenting this country as “the oldest democracy on the continent,” the harsh repression shows Colombia looking more like a dictatorial regime and, for many, like a colonial form of fascism.

07/06/2021

Protestas en Colombia, elecciones en Perú y otros caos en los Andes

Jon Lee Anderson, The New Yorker, 4/6/2021
Traducido del inglés por Sinfo Fernández

Jon Lee Anderson (Long Beach, California, 1951) es un reportero de guerra y cronista, colaborador de The New Yorker desde 1998. Es autor, entre otros libros, de la mejor biografía que se ha escrito sobre el Che Guevara, Che Guevara: Una Vida Revolucionaria (1997). Bio-bibliografia

Se desvanecen, nuevamente, las esperanzas de un renacimiento democrático sostenido en las siete naciones andinas.


Una propuesta de aumento de impuestos (llamada reforma tributaria) en Colombia esta primavera provocó una huelga general, protestas masivas y enfrentamientos con la policía. Foto Diego Cuevas/Getty


En los ocho años transcurridos desde la muerte del presidente venezolano Hugo Chávez a la edad de 58 años, su tan cacareada revolución “bolivariana” que unificaría las naciones andinas de América del Sur ha seguido el camino de la mayoría de los sueños febriles. La región sigue en estado de agitación, acosada por diversos grados de caos social, económico y político. Más allá de su compartida geografía, los siete países tienen historias análogas, comenzando con la conquista española. El período colonial terminó, después de las guerras de independencia lideradas por Simón Bolívar y José de San Martín, en una división igualmente sangrienta en Estados-nación. En su mayoría, son aún unos recién llegados a la democracia tras haber soportado períodos de gobierno militar y, en algunos casos, guerra civil, hasta finales del siglo XX. Venezuela y Colombia pusieron fin a sus dictaduras militares a finales de los años cincuenta, pero Argentina, Bolivia, Ecuador y Perú no experimentaron la restauración democrática hasta finales de los setenta y principios de los ochenta, y Chile fue el último en despedir a un dictador, Augusto Pinochet, en 1990.

Ahora las esperanzas de un renacimiento democrático sostenido se han desvanecido, una vez más, ante la desenfrenada corrupción oficial y las desigualdades sociales no resueltas. El populismo, el autoritarismo y la participación militar en la política siguen en boga. (El síndrome también se presenta en vecinos no andinos, especialmente Brasil, así como en las naciones centroamericanas de El Salvador, Nicaragua, Honduras y Guatemala). A lo largo del pasado año, la pandemia del coronavirus ha empeorado la situación. América Latina representa menos del 9% de la población mundial, pero casi un tercio del número de muertos por la pandemia mundial, lo que puede explicarse, en parte, por la torpeza o negligencia de varios gobiernos. En la mayoría de los países, el lanzamiento de la campaña de vacunación ha sido nefasto y, como no sobrevenga una ayuda importante de afuera, la pandemia persistirá mucho tiempo después de que se haya contenido en otros lugares. La recesión económica del año pasado en la región ha sumido a millones de personas en la pobreza. Los malestares sociales, políticos y económicos desatendidos provocaron disturbios sociales en Colombia, Perú, Ecuador, Chile y Bolivia antes de la pandemia. Ahora, como era de esperar, los disturbios han retornado, dándose la situación más grave, hasta ahora, en Colombia.

En abril, el presidente Iván Duque propuso un aumento de impuestos, que fue respondido por una huelga general, protestas masivas y enfrentamientos con la policía que han continuado durante semanas, incluso después de que Duque retirara el aumento. Según las informaciones, unas 50 personas han muerto a causa de los disturbios y cientos han resultado heridas. Tras un año de deterioro económico, en el que el PIB se redujo en casi un 7%, la mayor disminución en medio siglo -se estima que más del 42% de los colombianos vivían en la pobreza-, el aumento de impuestos propuesto, que habría afectado los ingresos de la clase trabajadora al aumentar el coste de los alimentos básicos, fue una iniciativa increíblemente obtusa.

30/05/2021

Consideraciones a propósito del estatuto legal del presidente Iván Duque Márquez así como de las demás personas presuntamente responsables de las violaciones de derechos humanos en la República de Colombia y solicitud de orden internacional de arresto



   NOTA DE PRENSA

   29.05.2021

   pdf


Desde la Fundación Internacional de Derechos Humanos expresamos nuestra preocupación ante la gravedad, intensidad y extensión de las violaciones de derechos humanos registradas en la República de Colombia desde el 28 de abril de 2021, cuando se iniciaron los actos de protesta social en torno al “Paro Nacional”, convocado ante el intento de aprobar a una serie de reformas políticas (tributaria, salud, pensiones, etc.) muy lesivas para las familias trabajadoras de condición social más humilde,

Violaciones de Derechos Humanos que incluyen a mujeres, niños, personas con discapacidad y personas mayores, y que se concretan en: 3.405 casos de violencia policial (uso excesivo de la fuerza); de los 16 asesinatos cometidos por agentes de la autoridad (además de otros 27 casos que todavía se encuentran en proceso de verificación); de los 1.445 arrestos arbitrarios; de las 648 intervenciones tácticas violentas por parte de la Fuerza Pública; de las 47 personas que presentan lesión ocular grave; de los 175 casos de víctimas que presentan heridas por arma de fuego disparadas por agentes de la Policía; y de los 22 casos de violencia sexual (fuente: ONG Temblores, informe de fecha: 27 de mayo de 2021). Así como 179 casos de agresiones contra periodistas (fuente: Fundación para la Libertad de Prensa, FLIP, informe de fecha: 29 de mayo de 2021). Además de 346 desapariciones forzosas (fuente: Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz, INDEPAZ, informe de fecha: 25 de mayo de 2021, con información elaborada a partir de datos de organizaciones sociales en las regiones, el listado de Defensoría del Pueblo, Temblores ONG, la misión de verificación en Cali y otras).

Además de las violaciones de derechos humanos que acabamos de señalar, cabe añadir los siguientes casos documentados por voluntarias de la misión de observación de la propia Fundación Internacional de Derechos Humanos, que, por tipología, comprenden: asesinatos extrajudiciales; uso excesivo de la fuerza; uso de armas de guerra contra manifestantes pacíficos; desapariciones forzadas; torturas y tratos crueles, inhumanos o degradantes; denegación de asistencia letrada a personas detenidas; violencia sexual; uso de personal civil armado (paramilitares); denegación de Habeas Corpus; violación del secreto de las comunicaciones sin control judicial; asalto a domicilios particulares sin mandato judicial; incriminación fraudulenta (montajes policiales); arrestos arbitrarios; censura informativa en grandes medios prensa nacional y redes sociales; atentados de bandera falsa; asesinato selectivo de líderes sociales; no colaboración con organismos internacionales de Derechos Humanos y hostigamiento a defensoras y defensores de Derechos Humanos; ataques a la libertad de Prensa; elaboración de bases de datos secretas con información ideológica sobre la ciudadanía; generación de noticias falsas, compra de bots y usuarios falsos para intoxicar la información en las redes sociales; amenazas de muerte; despidos laborales de activistas sociales, ataques contra personas especialmente vulnerables: infancia, personas de avanzada edad, personas con diversidad funcional; uso de medios militares contra el ejercicio pacífico de las libertades civiles de reunión, expresión, asociación, prensa, cátedra e ideología; utilización de vehículos de instituciones humanitarias para fines incompatibles con su propósito, como el traslado de tropas, secuestrados y municiones; infiltración ilegítima de organizaciones políticas pacíficas; actos de sabotaje; criminalización y deshumanización del adversario y del derecho de protesta pacífica.

Todos estos hechos se encuentran ampliamente documentados y difundidos, tanto en medios de comunicación y prensa internacional, como a través de dispositivos de captación de imágenes de decenas de miles de particulares independientes, sin concertación de voluntades ni conexión entre sí.

20/05/2021

El paro y nuestros muertos

Reinaldo Spitaletta, Sombrero de mago, 18/5/2021  

Ahora es la “gente mísera de tropa” la que se va llevando, como la muerte cantada por León de Greiff, a los jóvenes como Brayan Niño, Santiago Murillo, Allison Meléndez, Juan Diego Perdomo, Lucas Villa y tantos más. A Allison, muchacha de Popayán, cuatro policías la tomaron como si fuera un botín de guerra, le bajaron los pantalones y le “manosearon hasta el alma”, según las últimas palabras de la adolescente de 17 años, otra víctima de la violencia oficial. Y ante la infamia y el agravio sin límites, la chica se suicidó.

Y la “señora muerte” que ni siquiera el viejo rapsoda de Medellín pudo exorcizar con sus versos, se va llevando con los disparos de fuerzas estatales y de cierta “gente bien”, a indígenas, líderes sociales, estudiantes, trabajadores, desempleados y otros que, en medio de la agresión gubernamental, sin arredrarse, han alzado la voz contra los desafueros.

Nunca antes en la historia de Colombia se había dado un movimiento cívico-social de tan amplias repercusiones internas y externas, y con una participación masiva, como si se estuviera gestando un nuevo país. Por supuesto, se trata de un formidable estallido popular, de cansancio ante las tropelías de gobierno y sus propuestas desastrosas de vampiro, de chupar la sangre a los más pobres, a las clases medias, a pequeños y medianos empresarios…

19/05/2021

Asesinato del Comandante Jesús Santrich en una emboscada del ejército colombiano


FARC-EP
Segunda Marquetalia

18 de Mayo de 2021
COMANDANTE JESUS SANTRICH,
LA LUCHA SIGUE

COMUNICADO A COLOMBIA Y AL MUNDO:

Informamos a Colombia y al mundo con dolor en el corazón, la triste noticia de la muerte del comandante Jesús Santrich, integrante de la Dirección de las FARC-EP, Segunda Marquetalia, en una emboscada ejecutada por comandos del ejército de Colombia el 17 de mayo.

Sucedió en la Serranía del Perijá, zona binacional fronteriza, entre El Chalet y la vereda Los Laureles, dentro de territorio venezolano. Hasta ese lugar penetraron los comandos colombianos por orden directa del presidente Iván Duque. La camioneta donde viajaba el comandante fue atacada con fuego de fusilería y explosiones de granadas. Consumado el crimen, los asesinos le cercenaron el dedo meñique de su mano izquierda. Unos minutos después, cerca del lugar, rápidamente, los comandos fueron extraídos en un helicóptero de color amarillo rumbo a Colombia.


18/05/2021

Pronunciamiento UCCSNAL sobre reanudación de aspersiones aéreas con herbicidas a base de glifosato en Colombia

, 18/5/2021


La Unión de Científicos Comprometidos con la Sociedad y la Naturaleza en América Latina, quiere expresar su preocupación por el nuevo Decreto 380 del 12 de abril de 2021 expedido por el gobierno colombiano: “Por el cual se regula el control de los riesgos para la salud y el medio ambiente en el marco de la erradicación de cultivos ilícitos mediante el método de aspersión aérea, y se dictan otras disposiciones”, el cual desconoce el principio 15 (principio de precaución) de la Declaración de Río de Janeiro de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo de 1992 y otras normas internacionales sobre ambiente y el derecho a la salud.

En aplicación del principio de precaución, algunos países de la Unión Europea están prohibiendo o endureciendo condiciones para la aplicación del glifosato, incluyendo la prohibición de la aspersión aérea en zonas diferentes a cultivos agroindustriales.

El 24 de junio de 2020, el gigante farmacéutico y agroquímico alemán Bayer anunció que acordó pagar hasta 10.900 millones de dólares en un acuerdo masivo con cerca de 125.000 demandantes estadounidenses (aproximadamente el 75% de los actuales casos de litigación relacionados con Roundup) que dicen que el herbicida, fabricado por la unidad Monsanto, es el causante del cáncer que padecen1.

Por otra parte, un dictamen del Tribunal de Justicia de la UE sobre el principio de precaución y el glifosato definió así el principio de precaución:

Ese principio implica que, cuando exista incertidumbre sobre la existencia o el alcance de los riesgos para la salud humana, podrán adoptarse medidas de protección sin tener que esperar a que la realidad y la gravedad de esos riesgos se hagan plenamente evidentes. Cuando resulta imposible determinar con certeza la existencia o el alcance del presunto riesgo porque los resultados de los estudios realizados no son concluyentes, pero la probabilidad de un daño real a la salud pública persiste en caso de materializarse el riesgo, el principio de precaución justifica la adopción de medidas restrictivas2.

Hay abundante evidencia técnica y científica de la ineficacia de esta herramienta para la lucha contra las drogas y sus impactos en el ambiente y la salud humana3, a lo que se suma el hecho que afrontamos una pandemia global y un confinamiento obligatorio.

El informe del Comité de los Derechos del Niño de la ONU de 2006, expresa su preocupación por “los problemas de salud ambiental que crea el uso de la sustancia glifosato en las campañas de fumigación aérea contra las plantaciones de coca (que forman parte del Plan Colombia), ya que esa práctica afecta la salud de grupos vulnerables, entre ellos niños”4

Seguir leyendo

11/05/2021

Colombia, una democracia paramilitar



Jorge Majfud

Extracto del libro La frontera salvaje. 200 años de fanatismo anglosajón en América latina (febrero 2021) 


I
Dos años antes del nacimiento de las FARC, en febrero de 1962 el teniente general William Yarborough promovió la idea de los grupos paramilitares “entrenadas de forma clandestina para la represión” en América Latina como forma de combatir a los nuevos grupos progresistas y a los activistas sociales sin involucrar ni a Washington ni a los ejércitos nacionales a los que financiaban, ni a los oficiales entrenados y adoctrinados en las escuelas militares de Virginia, Georgia, Panamá y en las propias escuelas militares de los países latinoamericanos. 



En Colombia, esta idea de “special forces” prendió rápidamente porque ya existía en la práctica y en la cultura rural desde las dictaduras de la primera mitad del siglo XX. Desde los años cuarenta, los hacendados financiaban sus propias milicias para extender sus territorios en nombre de la defensa de sus territorios y de la propiedad privada. Con un conocimiento limitado y chueco de El Bogotazo de 1948 que siguió al asesinato del carismático candidato Jorge Eliécer Gaitán, el general estadounidense Yarborough recomendó crear en Colombia “una estructura cívico-militar que pueda ser usada para presionar en favor de reformas a través de la propaganda anticomunista y, en la medida de lo posible, pueda ejecutar acciones paramilitares, sabotajes y actividades terroristas contra cualquier simpatizante comunista. Este plan debe ser apoyado por Estados Unidos”. A continuación, recomendó el envío de US Special Forces Trainers (Fuerzas Especiales de Entrenamiento de Estados Unidos) para facilitar una operación a largo plazo. Todo un éxito.

Colombia, pueblo de leones


Reinaldo Spitaletta, El Espectador, 11/5/2021

Se metieron con los niños sobrevivientes de la Operación Orión (decía una pancarta), con los herederos de las viejas generaciones que en Colombia agitaron calles y plazas en el formidable movimiento estudiantil de 1971 y en la huelga general (paro cívico nacional) de 1977. Los jóvenes de Colombia (“aves que no se asustan de animal ni policía”) activaron otra vez sus atributos de desobediencia civil y oposición a los desafueros oficiales.


 Y han marchado desafiando la “ley de gravedad” de la represión. Alguno se encarama a una elevada cuerda floja y ofrece su cuerpo ágil a los vientos y a los manifestantes. Una muchacha dirige una orquesta juvenil abundosa que interpreta el combativo himno del compositor chileno Sergio Ortega: “El pueblo unido jamás será vencido”. Otros caen ante las balas asesinas del régimen. Y todos siguen cantando. No se asustan, en efecto, de Zapateiros ni de los esmad.

07/05/2021

Colombia en llamas: el fin del neoliberalismo será violento

 Boaventura de Sousa Santos

Colombia está en llamas. Actualmente es uno de los países con más número de muertos por covid-19, ocupando el cuarto lugar en la región después de Estados Unidos, Brasil y México, teniendo hasta la fecha tan solo el 3.5% de la población totalmente vacunada y siendo parte de los países que se niegan a apoyar la solicitud de liberación de las patentes de las vacunas. Es también el país que en 2020 contó con el 42,5% de su población en condición de pobreza monetaria y con el 15,1% de la misma en condición de pobreza monetaria extrema. A estos datos mínimos pero dicientes le podemos sumar que, tras la firma del acuerdo de paz de 2016, se han asesinado entre 700 y 1.100 personas defensores y defensoras de derechos humanos (las cifras varían entre las ONG y las instituciones gubernamentales). Las zonas que antiguamente fueron de dominio de las FARC-EP hoy están en disputa por parte de distintos grupos armados ilegales, los cuales no solo buscan intereses económicos (narcotráfico, minería ilegal) sino que también traen consigo un horrible y sangriento interés por el control sobre la población civil, afectando gravemente el tejido social, dando como resultado que esto es sólo la punta del iceberg del nuevo panorama que atraviesa el país. 

https://lachivaalerta.com/wp-content/uploads/2021/05/IMG-20210503-WA0045-750x322.jpg 

Mural pintado en Medellín el 3 de Mayo de 2021 y borrado por los Servicios de Amnesia Inmediata Organizada

Es en este contexto, y tras casi 3 años bajo el gobierno de una derecha opositora al acuerdo de paz que, en medio de una pandemia que ha matado a miles de personas, el pueblo trabajador ha salido a las calles a levantar su voz en contra de una anunciada reforma tributaria que buscó, bajo la lógica del gobierno, recaudar 23 billones de pesos (algo cercano a 6.300 millones de dólares) para mejorar las finanzas públicas y financiar los programas de asistencia social. Si bien es cierto que el país necesita mejorar su sistema tributario, esta reforma planteaba aumentar el número de personas declarando y pagando impuestos sobre la renta con el aval, la visión y el marco conceptual del Fondo Monetario Internacional (FMI).

06/05/2021

¡¡¡Cesar la Masacre ya!!!
SOS a la comunidad internacional

Comunicado de MANPUP (Mesa Amplia Nacional de Profesores y Profesoras de Universidades Públicas), Colombia, 3 de mayo de 2021

Somos educadores y educadoras de la juventud colombiana, aquella juventud que ha construido un pensamiento crítico y reflexivo y un grado de autonomía lo suficientemente agudo para  comprender que la realidad nacional ha llegado a un punto de inflexión. La nación, el pueblo colombiano no soporta una nueva reforma regresiva sea tributaria, de salud, pensional o laboral. Es claro que esta conduce a profundizar el empobrecimiento y precarización de los sectores populares y de la mal llamada clase media. El costo de la concentración de la riqueza, la corrupción política, la ineficacia administrativa, el gasto de guerra y otros despilfarros del erario público no solo no deberían ser cubiertos con injustos y regresivos tributos que arrebatarían el pan comer a la ciudadanía, sino que deberían suprimirse y llamando a cuentas a sus responsables ante la justicia.

El paro nacional que se desarrolla desde el 28 de abril es un movimiento masivo y multisectorial de la población colombiana que está cansada de los abusos de una clase política que ha dado claras muestras de autoritarismo, de un talante antidemocrático y de falta de gobernabilidad. Entre las expresiones de la pérdida de  las garantías ciudadanas es la orden inconstitucional de prohibir la protesta social, y más grave aún la orden directa de hacer uso de las armas y atentar contra la vida e integridad de quienes protestan defendiendo sus derechos y el futuro de las generaciones venideras.

Como profesoras y profesores, partícipes de una academia crítica y comprometida con la construcción de una vida digna para todos hacemos un enérgico y urgente llamado a todas las organizaciones internacionales de derechos humanos para interceder e intervenir ante la grave violación de DDHH que se vive en este momento en Colombia.  Cientos de miles de personas han salido a protestar en diversos escenarios  del territorio nacional debido a la miserable pretensión del gobierno de imponer una nueva  reforma tributaria que empobrecería a la población y traería una miseria nunca antes vista. Es irracional que tal exabrupto se geste en uno de los países más  afectados por la pandemia global, sea por la ineficacia de las políticas públicas en salud, por la improvisación estatal o por la desviación de recursos. Lo cierto es que el despilfarro gubernamental no puede ser asumido por un pueblo que tiene amenazada su supervivencia por la pandemia, el desempleo, la violencia y la presión migratoria.

La protesta social es un derecho constitucional, hace parte de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, es libertad de pensamiento y expresión. Un Estado Social de Derecho garantiza a su población este preciado baluarte de la democracia.  Pero en Colombia, como respuesta a estas justas exigencias ha retumbado  el tuit  del tirano tras el poder y se ha dado orden presidencial para militarizar las calles y plazas públicas con una desproporción de fuerza contra los manifestantes, bajo la cuestionable figura de “asistencia militar” . De este modo infame se ha disfrazado, bajo la falacia de la “seguridad ciudadana”, una guerra abierta contra la ciudadanía, enfrentando así militares armados y entrenados contra población civil desarmada.

Donde hay  un colectivo reunido en ejercicio del derecho a la  protesta, hay democracia participativa y ciudadanía.  La concentración en las ciudades capitales ha estado empañada  con el atentado a  decenas de jóvenes que están siendo abaleados y asesinados a mansalva, hay suficiente evidencia documental que demuestra como uniformados, o personas de civil que los acompañan, disparan directamente sobre la humanidad de los manifestantes, los golpean o los retienen forzosamente.  El saldo aún sin precisar de esta barbarie se acerca a las 20 muertes, 500 retenciones, en su mayoría arbitrarias, 200 heridos, 18 con lesiones oculares, 42 abusos y agresiones contra reporteros y personal de DDHH y 10 casos de violencia sexual y de género. La situación más grave se da en la ciudad de Cali, Valle. Donde la represión policiva empezó tempranamente con una orden sin presunción de legalidad dada por el rector de la Universidad del Valle y por la Gobernadora para desalojar violentamente y con fuerzas especiales a un colectivo de estudiantes que permanecían en el Campus en la espera de negociar condiciones para la academia en tiempos de pandemia. Situación que se ha escalado en Puerto Resistencia, en el Puente del Comercio y en Llanogrande (Palmira), con víctimas lamentables. En nuestro país no hay credibilidad ni confianza en los entes garantes del bienestar ciudadano,  como defensorías o personarías, pues tales organismos están cooptados por un gobierno criminal, que ordena disparar sin piedad a nuestro pueblo y asesina a nuestros jóvenes, ciudadanos movilizados en primera línea en defensa de la democracia. Por todo lo anterior, rechazamos  enfáticamente la activación de los mecanismos represivos del Estado, exigimos justicia frente a las víctimas y, de forma vehemente, levantamos nuestra voz de oposición a las reformas regresivas que el Gobierno tramita o pretende presentar ante el Congreso de la República en materia tributaria, de salud, pensional y laboral. Hacemos, por tanto, un llamado de urgencia a la comunidad internacional por la protección efectiva de los Derechos Humanos de los y las manifestantes.

 

Que el último apague la luz/Let the last one turn off the light

 Sergio Rodríguez Gelfenstein, 5/5/2021 

Mi apreciado amigo Luis Casado me ha dicho varias veces que los títulos de mis artículos no se corresponden con su contenido. Razón no le ha faltado, reconozco que es una habilidad que no tengo. Al contrario, los escritos de Luis dicen mucho desde su propio enunciado. Uno de sus textos recientes fue denominado “Salvar el negocio” y tal vez no haya mejor forma de expresar los avatares que atraviesa el sistema neoliberal de democracia representativa para sostener el poder a cualquier precio, inclusive haciendo maquillajes para que “todo cambie sin que nada cambie” con el objetivo de mantener privilegios a costa de la exclusión y represión de las mayorías con uno de los pocos recursos que les va quedando: el de la fuerza. 

Al hacer un recorrido por algunos países de América Latina se puede percibir tal situación. Al escribir estas líneas, Colombia entra en su octavo día de manifestaciones populares de rechazo a la reforma tributaria que trató de imponer el gobierno de Iván Duque. Después de 31 ciudadanos asesinados por las fuerzas militares y policiales, 124 heridos, 13 personas con daños oculares, 6 hechos de agresión sexual, 726 detenciones arbitrarias, 45 defensores de derechos humanos detenidos o limitados para realizar sus funciones y 1089 casos de violencia policial, las manifestaciones han continuado y las demandas han crecido mientras se hacen desesperados llamados a que cese la masacre. Como respuesta, el jefe del ejército hablando como si estuviera en guerra informó que “480 hombres orgánicos, que son 16 pelotones tengo en este momento desplegados” (sic). A continuación explicó que eso es solo para cumplir la primera orden del presidente de la república. Y para la segunda, tiene helicópteros tanto de la policía como del ejército “que ya están dispuestos allá”, refiriéndose a la ciudad de Cali. Seguir leyendo

https://e00-co-marca.uecdn.es/claro/assets/multimedia/imagenes/2021/05/02/16199239457442.jpg

My dear friend Luis Casado has told me several times that the titles of my articles do not correspond to their content. Reason has not lacked, I recognize that it is a skill that I do not have. On the contrary, Luis's writings say a lot from his own statement. One of his recent texts was called “Saving the business” and perhaps there is no better way to express the vicissitudes that the neoliberal system of representative democracy is going through to sustain power at any price, even making makeup so that “everything changes without anything change ”with the aim of maintaining privileges at the cost of exclusion and repression of the majority with one of the few resources that they have left: that of force.

When taking a tour of some Latin American countries, such a situation can be perceived. As of this writing, Colombia enters its eighth day of popular demonstrations of rejection of the tax reform that the government of Iván Duque tried to impose. After 31 citizens murdered by the military and police forces, 124 injured, 13 people with eye damage, 6 acts of sexual assault, 726 arbitrary arrests, 45 human rights defenders detained or restricted to carry out their duties and 1089 cases of police violence, the demonstrations have continued and the demands have grown as desperate calls are made for an end to the massacre. In response, the army chief, speaking as if he were at war, reported that "480 organic men, which are 16 platoons, I have at this time deployed" (sic). He then explained that this is only to fulfill the first order of the president of the republic. And for the second, it has helicopters from both the police and the army "that are already ready there", referring to the city of Cali. Read more

https://desinformemonos.org/wp-content/uploads/2019/10/AQ2BEURLNBG7FBV3HNGTXEM7DM.jpg