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25/12/2021

BEN KRISHNA
¿Por qué Omicron puede ser la última variante de interés?

 Ben Krishna, Asia Times, 23/12/2021
Traducido del inglés por Sinfo Fernández, Tlaxcala

Aunque la variante altamente contagiosa de la COVID-19 maximizara su potencial, las leyes de la bioquímica muestran que el virus no puede seguir variando indefinidamente.

 Como todos los seres vivientes, los virus, aunque nos resulte controvertido, evolucionan. Este hecho ha quedado muy claro durante la pandemia, ya que cada pocos meses han surgido nuevas y preocupantes variantes.

 

Algunas de estas variantes han sido más hábiles a la hora de propagarse de persona a persona, dominando sobre otras variantes menos trasmisibles del SARS-CoV-2, el virus que causa la COVID-19.

 

Esta mayor capacidad de propagación se ha atribuido a mutaciones en la proteína espiga -las proyecciones en forma de seta de la superficie del virus- que le permiten unirse con más fuerza a los receptores ACE2. Los ACE2 son receptores situados en la superficie de nuestras células, como las que recubren las vías respiratorias, a los que el virus se adhiere para entrar y empezar a replicarse.

 

Estas mutaciones permitieron que la variante Alfa, y luego la variante Delta, se convirtieran en dominantes a nivel mundial. Y los científicos esperan que ocurra lo mismo con Omicron.

 

Sin embargo, el virus no puede seguir evolucionando indefinidamente. Las leyes de la bioquímica implican que el virus evolucione hasta alcanzar una proteína espiga que se adhiera a la ACE2 con la mayor fuerza posible. A partir de ese momento, la capacidad de propagación del SARS-CoV-2 entre las personas no estará limitada por la capacidad del virus para adherirse al exterior de las células.

 

Otros factores limitarán la propagación del virus, como la rapidez con la que el genoma puede replicarse, la rapidez con la que el virus puede entrar en la célula a través de la proteína TMPRSS2 y la cantidad de virus que un humano infectado puede desprender. En principio, todos ellos deberían evolucionar hasta alcanzar el máximo rendimiento.

 

¿Ha alcanzado Omicron este pico? No hay ninguna razón de peso para suponerlo. Los llamados estudios de “ganancia de función”, que analizan qué mutaciones necesita el SARS-CoV-2 para propagarse de forma más eficiente, han identificado un montón de mutaciones que mejoran la capacidad de la proteína espiga para unirse a las células humanas que Omicron no tiene. Además de esto, podrían producirse mejoras en otros aspectos del ciclo vital del virus, como la replicación del genoma, como he mencionado anteriormente.

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06/09/2021

OMAR SABBOUR
Solidaridad S.A.
Una crítica árabe de los “antiimperialistas adolescentes” occidentales

 Omar Sabbour, New Politics, julio-agosto de 2021
Traducido del inglés por Sinfo Fernández, Tlaxcala


 INDICE

 Parte I.- La industrialización de la solidaridad (pág. 2)
Parte II.- Las recetas de los antiimperialistas occidentales para sus homólogos árabes
(pág. 12)
Parte III.- La ausencia de protestas
(pág. 23)

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13/06/2021

Un mundo ingente de pornografía bélica
Cómo amasé toda una enciclopedia de atrocidades de forma accidental

Nick Turse, Tom Dispatch, 10/6/2021
Traducido del inglés por Sinfo Fernández

Nick Turse (1975) es un periodista de investigación, historiador y autor usamericano, jefe de edición de TomDispatch y miembro del Type Media Center. Es autor de “Tomorrow’s Battlefield: U.S. Proxy Wars and Secret Ops in Africa” y “Kill Anything That Moves: The Real American War in Vietnam”; su obra más reciente es “Next Time They’ll Come to Count the Dead: War and Survival in South Sudan”.

Hace poco quería mostrarle una foto a mi esposa, así que abrí la aplicación de fotos en mi teléfono y me quedé aterrado cuando vi lo que allí había. No es lo que piensan. Mucha gente se preocupa por lo que pueda acecharles en sus teléfonos inteligentes. Fotos comprometedoras. Mensajes de texto ilícitos. Contactos vergonzosos. Pornografía. Lo que vi fue un video, en la secuencia de fotos entre una imagen de un documento que había enviado a un editor y una toma de mi perro, un clip de un hombre en Burkina Faso al que le cortaban el antebrazo.
Una imagen fija de ese acto ya es bastante dura. Pero el video es mucho peor. La víctima yace en el suelo, suplicando, gritando, mientras otro hombre, blandiendo un machete, lo obliga a colocar su brazo derecho sobre un banco de madera. El atacante está tratando de facilitar la amputación para que le permita hacer un corte más limpio. Pero “facilitar” es un término relativo. El agresor corta, una y otra y otra vez, tomándose tiempo para burlarse de su víctima. Y vas viendo cómo sucede. Lentamente. Ves la angustia en el rostro del hombre cuyo brazo está sangrando, aún casi intacto, que luego cuelga en un ángulo extraño, para finalmente aparecer apenas adherido.
El video dura un minuto y 18 segundos. Parece más largo. Mucho más largo. Escuchas los gritos del torturado. Miras el balanceo final, luego ves a la víctima pateando con las piernas hacia adelante y hacia atrás, retorciéndose agónicamente de dolor en el suelo.
Me estremezco al pensar en cuántos videos e imágenes similares acechan en mi teléfono: guardados entre las fotos, en los archivos, en cadenas de textos de fuentes, de colegas, de personas que reparan cosas, de contactos. Hay uno de un hombre tirado en una calle de la República Democrática del Congo cuando un agresor con un machete intenta cortarle la pierna por debajo de la rodilla. Todavía recuerdo el sonido exacto de sus gritos incluso años después de haberlo visto por primera vez. Está también el video de los combatientes kurdos capturados.
Recuerdo cómo la segunda mujer asesinada, justo antes de que le disparen en la cabeza, observa la ejecución de su camarada. No suplica, no llora, ni siquiera se inmuta. Ni una sola vez.


Fernando Botero, Abu Ghraib 43, 2005

17/05/2021

¡Esto tiene que acabar ya!
Un llamamiento a la acción desde Palestina

Dr. Yasser Abu Jamei ياسر أبو جامع الدكتور, Grassroots International, 14/5/2021
Traducido del inglés por Sinfo Fernández
 

Lettre de Gaza: «Cela doit cesser»

El Dr. Yasser Abu Jamei es un neuropsiquiatra clínico palestino y  el Director General del Programa Comunitario de Salud Mental de Gaza

 

Escribo esta carta viendo cómo mi hijo de 6 años, aterrorizado, sigue tapándose los oídos con las manos tratando de escapar de los sonidos del bombardeo de Israel; miro también a mis dos hijas, de 13 y 10 años, y a mi esposa. Sus rostros muestran la ansiedad de no saber dónde podrían ponerse a salvo ahora. Mis dos hijos mayores, de 16 y 15 años, están sentados atónitos y en silencio y sé que están reviviendo los recuerdos de las tres ofensivas anteriores en la Franja de Gaza y de los miembros que perdimos de la familia. Estos son los sentimientos que experimentan todas las familias de la Franja.

Terrorismo de Estado, por Emad Hajjaj

Los palestinos llevamos viviendo décadas de humillaciones, injusticias y malos tratos. En 1948 fuimos expulsados ​​de nuestra tierra; más de 600 aldeas fueron completamente destruidas; cientos de miles de nosotros fuimos asesinados o desarraigados. Casi 800.000 terminaron viviendo como refugiados en diferentes lugares del mundo.

Todo esto sucedió bajo los ojos de la comunidad internacional, que ha tenido a bien prometernos un Estado soberano en aproximadamente una quinta parte de nuestra patria original. Esa decisión solo fue aceptada en la década de 1990 por los palestinos que creían en una solución de dos Estados.

Veintiséis años después, observamos la situación en el prometido Estado de Palestina y lo que vemos es una Cisjordania dividida y ocupada por cientos de miles de colonos que viven en asentamientos construidos sobre los escombros de las casas palestinas y que están haciendo un infierno de la vida del pueblo palestino.

En la Franja de Gaza llevamos bajo bloqueo más de 14 años, durante los cuales se nos ha ido privando de las condiciones más básicas de vida. Y no solo eso, también hemos sufrido tres grandes ofensivas en esta pequeña zona que mataron, destruyeron y traumatizaron a miles de seres en nuestros pueblos.

Y ahora vemos que Jerusalén Este, con sus lugares igualmente sagrados para musulmanes y cristianos, continúa bajo constante amenaza a medida que los colonos se apoderan de los hogares y barrios palestinos.

25/08/2021

THOMAS KLIKAUER/MEG YOUNG
Los muertos vivientes del calentamiento global

Thomas Klikauer y Meg Young, CounterPunch, 23/8/2021
Traducido del inglés por Sinfo Fernández, Tlaxcala
 

 Thomas Klikauer (Darmstadt, 1962) es profesor titular de Gestión de Recursos Humanos y Relaciones Laborales Estratégicas en la Universidad de Western Sydney, Australia. Es autor de varios libros, entre ellos “Managerialism: A Critique of an Ideology(Palgrave, 2013), y colabora con frecuencia en diversas publicaciones.  

Meg Young es contable en Sídney; le gustan las películas extranjeras y la música y, en su tiempo libre, trabaja en un Máster en Administración de Empresas.

Una vez más, el recientemente publicado Sexto Informe del IPCC (Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático) sobre el calentamiento global pinta un panorama bastante sombrío de nuestro futuro global común. El informe, redactado por 200 científicos y aprobado por 195 países, se publicó en un momento en el que algunas zonas de Turquía, Italia, Siberia y Grecia seguían ardiendo con temperaturas cercanas a los 50ºC. La reciente ola de calor de Canadá también hizo que las temperaturas llegaran a casi 50ºC. Mientras tanto, las pérdidas por las inundaciones de 2021 en Alemania se estimaban en 30.000 millones de euros.

Central eléctrica en la zona inferior del río Columbia, USA (Foto: Jeffrey St. Clair)


Hoy en día, la
NASA puede presentar sus datos sin tener que temer que los políticos conservadores le recorten el presupuesto por utilizar las palabras “calentamiento global”. Sin embargo, los conservadores y los populistas de derechas están demasiado ansiosos por reproducir la lucha de poder entre Galileo Galilei y la Iglesia Católica, en la que el astrónomo más importante del mundo tenía el conocimiento, pero la Iglesia tenía el poder y los instrumentos de tortura.

Como dijo la revista Nature sobre el informe climático del IPCC, la Tierra es más cálida de lo que ha sido en 125.000 años. En conjunto, los 7.900 millones de personas que habitan la Tierra la han llevado a lo que conocemos como Antropoceno, la época geológica que data del momento en que los seres humanos comenzaron a tener un impacto significativo en la geología y los ecosistemas de la Tierra. Algunos fijan la fecha de inicio del Antropoceno en los primeros años de la década de 1950: el comienzo de pruebas atómicas rutinarias en superficie. El Antropoceno significa un calentamiento global desenfrenado.

En 2021 hemos causado estragos en más de la mitad de las tierras libres de hielo de la Tierra y, de forma indirecta, en la otra mitad. Hemos construido presas y redirigido, enderezado y “gestionado” (¡sic!) casi todos los ríos más grandes de la tierra. Hemos construido fábricas gigantescas y plantas de fertilizantes y hemos utilizado sus productos para aumentar las cosechas para alimentar a casi 8.000 millones de personas. Hemos producido más nitrógeno del que nuestros ecosistemas hayan acumulado jamás. Mientras tanto, los aviones, los coches y las centrales eléctricas emiten 100 veces más dióxido de carbono que los volcanes de la Tierra.

Al mismo tiempo, hemos superpoblado el planeta. La biomasa combinada de todas las personas de la Tierra supera a la de todos los animales salvajes, a muchos de los cuales nos hemos empeñado en matar o llevar a la extinción. Nos dirigimos rápidamente hacia la 6ª Extinción Masiva.

Pero es aún peor, por cada animal salvaje que sigue vivo, hay ocho personas en la Tierra. Esto es sencillamente insostenible. Y está empeorando. La biomasa combinada de los seres humanos y el ganado que mantenemos para comer supera a todos los demás animales, con la excepción de los peces. Dado el ritmo actual de sobrepesca, los seres humanos pronto superarán también este espantoso hito.

Sin embargo, seguimos ahogados con la alucinación de que el problema del control de nuestro clima puede solucionarse con más control. Incluso antes de la Primavera Silenciosa de Rachel Carson (1963), nos hemos rodeado de políticos que piensan que el calentamiento global puede eliminarse mediante la consagrada propaganda de las 3D: (de)negar, distraer y disminuir.

30/01/2022

M.K. Bhadrakumar
Occidente coopta a los talibanes
Reflexiones sobre los acontecimientos en Afganistán (40)

M.K. Bhadrakumar, Indian Punchline, 27/01/2022
Traducido del inglés por Sinfo Fernández, Tlaxcala 

M.K. Bhadrakumar es un exdiplomático indio que estuvo destinado, entre otros países, en la antigua URSS, Pakistán, Irán y Afganistán. Fue embajador en Uzbekistán (1995-98) y en Turquía (1998-2001). Amante del mundo de la literatura, la escritura y la política, centra sus trabajos en los eventos de Oriente Medio, Asia Central, Sur de Asia y Asia-Pacífico. @BhadraPunchline

El cónclave de tres días celebrado en Oslo del 23 al 25 de enero para la interacción de un grupo de diplomáticos occidentales con funcionarios talibanes marca una nueva fase en la situación política de Afganistán. Occidente estuvo representado por Estados Unidos, Reino Unido, Alemania, Francia e Italia, así como por la Unión Euopea.

Delegación talibán encabezada por el ministro de Asuntos Exteriores en funciones, Amir Khan Muttaqi, se reúne con diplomáticos occidentales, Oslo, Noruega, 24 de enero de 2022

 Noruega está en una posición única para reconciliar a las partes alienadas. Además de su sólido sistema de inteligencia en Afganistán, Noruega se ha hecho un hueco en la diplomacia internacional en diversos escenarios como Mozambique, Venezuela, Colombia, Filipinas, Israel y los Territorios Palestinos, Siria, Myanmar, Somalia, Sri Lanka y Sudán del Sur.

 A falta de una estación de inteligencia activa en Afganistán, la CIA y el MI6 dependen de las aportaciones del Consejo Noruego para los Refugiados (CNR), que cuenta con una amplia red de miles de trabajadores sobre el terreno. El CNR ha mantenido una envidiable relación de trabajo con los talibanes a lo largo de los años.

 El secretario general del CNR, Jan Egeland, estuvo presente durante el cónclave celebrado a puerta cerrada en el Hotel Soria Moria, en la cima de una colina nevada a las afueras de Oslo, rodeada de bosques, que solía ser un sanatorio para rejuvenecer las mentes heridas y los cuerpos cansados.

 Las declaraciones de Egeland a los medios de comunicación son quizá las que mejor explican lo que ocurrió en el Hotel Soria Moria, rodeado de nieve, donde la delegación talibán y los diplomáticos occidentales pasaron tres días juntos en total reclusión. Egeland argumentó con contundencia:

 “Las sanciones nos frenan. No podemos salvar vidas sin levantar las sanciones. Están perjudicando a los mismos en los que la OTAN gastó miles de millones de dólares en defender hasta agosto”.

16/06/2021

Cuestión de vida o muerte: ¿Va a cerrarse el último punto de entrega de la ayuda de la ONU a Siria?

Kareem Chehayeb, Aljazeera, 14/6/2021
Traducido del inglés por Sinfo Fernández

 

Kareem Chehayeb es un periodista y analista político libanés que colabora con Al Jazeera, Middle East Eye y otros medios. Vive en Beirut.
@chehayebk

Las ONG temen la escasez de médicos y la hambruna de millones de seres en la provincia de Idlib si el Consejo de Seguridad de la ONU no extiende el uso del cruce fronterizo de Bab al-Hawa para la entrada de la ayuda.

 A truck carrying COVID-19 vaccines arrives in Syria's Idlib in April through the Bab al-Hawa crossing on the border with Turkey [Yahya Nemah/EPA-EFE]

Un camión que transportaba vacunas COVID-19 llega en abril a Idlib, Siria, a través del cruce de Bab al-Hawa en la frontera con Turquía [Foto: Yahya Nemah / EPA-EFE].

Una votación crucial en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas en julio puede cerrar el último salvavidas humanitario para unos 4,4 millones de sirios en las zonas controladas por la oposición en el noroeste.

El cruce fronterizo de Bab al-Hawa, en la frontera entre Turquía y Siria, es el último cruce con mandato de la ONU que permite que la ayuda se entregue directamente a las regiones necesitadas sin pasar por el gobierno de Asad en Damasco. Cada mes entran unos 1.000 camiones que transportan ayuda humanitaria.

“Dependemos completamente de la ayuda”, dijo a Al Jazeera el Dr. Hamzeh Hassan, del Hospital Bab al-Hawa, el centro médico más grande de la zona. “Carecemos de medicamentos y equipos quirúrgicos, todo lo que conseguimos nos llega a través del paso de Bab al-Hawa”.

En julio de 2014, el Consejo de Seguridad estableció cuatro cruces fronterizos humanitarios hacia la Siria devastada por la guerra, pero en las renovaciones posteriores de ese mandato, Rusia y China, aliados de Asad, redujeron su número y para ello hicieron uso de sus poderes de veto y suspendieron tres cruces: al- Ramtha, cerca de la frontera con Jordania, al-Yarubia, en el noreste entre Iraq y la provincia de al-Hasakeh, controlada por los kurdos, y el cruce de Bab al-Salam entre Turquía y el norte de Siria.

“Estamos ahora en la segunda ola de la COVID y los casos están creciendo exponencialmente”, dijo el Dr. Hassan, que espera ayuda médica para poder salvar a más pacientes. “Deberían llegar pronto más equipo y medicamentos, pero si la frontera se cierra, se producirá una catástrofe humana”.

El lanzamiento de la vacuna en Idlib ha sido también lento. “Están vacunadas poco más de 17.000 personas, en su mayoría trabajadores de primera línea”, dijo a Al Jazeera el Dr. Fadi Hakim de la Fundación de la Sociedad Médica USA-Siria (SAMS, por sus siglas en inglés). “Si alcanzamos un pico, Dios no lo quiera, no podremos afrontarlo”.

Durante la última década, cientos de miles de sirios murieron y millones se vieron forzados a desplazarse. Idlib es hoy el último bastión de la oposición de Siria, bajo el control de antiguos afiliados de al-Qaida, Hay'et Tahrir al-Sham (HTS) y grupos rebeldes respaldados por Turquía.

Las fuerzas sirias y rusas han atacado Idlib en los últimos años para recuperar la provincia, bombardeando habitualmente hospitales, escuelas, mercados y hogares, provocando una grave crisis humanitaria. La pandemia de COVID-19 también ha empeorado una situación que ya era nefasta.

18/10/2021

MODASER ISLAMI
A pan y agua: La dieta del hambre de los niños afganos

 

Modaser Islami, Asia Times, 14/10/2021
Traducido del inglés por Sinfo Fernández, Tlaxcala

Modaser Islami es un periodista independiente afgano que vive actualmente en Kabul. Centra sus trabajos en Afganistán y el Sur de Asia. @mmodaser

Sin ayuda humanitaria y los precios por las nubes, millones de familias se enfrentan a la pobreza y al hambre bajo los talibanes.

  Un niño en grave estado de desnutrición recibe tratamiento en un hospital de Kandahar
(Foto: Murteza Khaliqi/Agencia Anadolu)

El jornalero Mohammad Zia y su familia son los rostros de la hambruna que asola Afganistán desde que los talibanes tomaron el poder y la economía empezó a implosionar.

Zia dice que lleva semanas sin encontrar trabajo y sin poder comprar comida.

“Hace unos dos meses que no llevo carne o comida adecuada a casa”, dijo. “Mis hijos y yo solo nos llenamos el estómago con pan y agua”.

La historia es similar para Nayiba, una viuda de 41 años cuya familia tuvo que desplazarse a causa del conflicto en el norte del país.

Nayiba declaró a Asia Times que tenían un litro de aceite para cocinar, pero que llevan 17 días sin poder utilizarlo por temor a que les lleguen invitados. “Sólo hemos tenido agua hervida y pan todo este tiempo”.

Las familias desplazadas en Kabul contaron que no podían comprar leche ni medicinas para sus bebés y niños enfermos.

Mohammad Yasir, residente en Kabul y antiguo empleado del gobierno, dijo que su familia solo puede permitirse algunos alimentos.

13/11/2021

ROBIN LEVINSON KING
Mujeres de USA son encarceladas por abortar de forma espontánea

Robin Levinson King, BBC News, 12/11/2021
Traducido del inglés por
Sinfo Fernández, Tlaxcala

 

Robin Levinson King es una periodista usamericana que vive en Canadá. Es productora en la sección de América del Norte de BBC News desde Toronto. @robinlevinson

 

Cuando una mujer nativa usamericana de 21 años de Oklahoma fue condenada por homicidio involuntario tras sufrir un aborto espontáneo, la gente se indignó. Pero no fue la única en sufrir condena.

Brittney Poolaw ha sido sentenciada a cuatro años de prisión

Brittney Poolaw estaba embarazada de apenas cuatro meses cuando perdió a su bebé en el hospital en enero de 2020.


Este octubre, fue declarada culpable y condenada a cuatro años de prisión por el homicidio en primer grado de su hijo no nacido.


La forma en que pasó de sufrir un aborto espontáneo a ser encarcelada por matar a su feto se ha convertido en objeto de gran debate en Internet y en la prensa. Algunos en las redes sociales señalaron que fue condenada durante el mes de concienciación sobre la pérdida del embarazo en USA. Otros compararon el caso con la novela distópica de Margaret Atwood “El cuento de la criada”.


Cuando llegó al hospital en busca de tratamiento, Poolaw admitió haber consumido drogas ilícitas mientras estaba embarazada.


Más tarde, el informe del médico forense, obtenido por la BBC, halló rastros de metanfetamina en el hígado y el cerebro de su hijo no nacido.


El médico no determinó la causa de la muerte del feto, señalando que la anomalía genética, el desprendimiento de la placenta o el consumo de metanfetamina por parte de la madre podrían haber sido factores contribuyentes.


Los abogados de Poolaw dicen que apelarán su condena. El fiscal que llevó su caso a los tribunales se ha negado a hacer comentarios mientras el proceso continúa.


Sin embargo, la historia de Poolaw es sólo la punta del iceberg, según Dana Sussman, subdirectora ejecutiva de National Advocates of Pregnant Women (NAPW), un grupo de defensa del derecho a decidir.


“El caso de Britney tocó realmente la fibra sensible”, dijo la Sra. Sussman. “No es tan infrecuente como la gente suponía”.


La organización está colaborando con el llamamiento de Poolaw, y ha estado siguiendo las detenciones y los casos de “intervención forzosa” contra mujeres embarazadas en Estados Unidos.


Entre 1973 y 2020, el NAPW ha registrado 1.600 casos de este tipo, de los cuales unos 1.200 se produjeron solo en los últimos 15 años.


Aunque en algunos casos se trataba de mujeres detenidas por cosas como caerse o dar a luz en casa, la gran mayoría estaban relacionadas con las drogas, y las mujeres de color estaban sobrerrepresentadas.


La reciente explosión de casos penales forma parte de un “fenómeno exclusivamente usamericana” en la encrucijada de la “guerra contra las drogas” de Estados Unidos y el movimiento a favor del reconocimiento del feto como persona [personhood], dijo Sussman.

 

Dos manifestantes a favor del aborto vestidas de rojo como las criadas de la novela de Atwood son rodeadas por manifestantes antiabortistas a las puertas del Tribunal Supremo el 1 de noviembre de 2021, cuando el tribunal estudiaba la ley restrictiva del aborto de Texas. Foto Drew Angerer/Getty Images

25/11/2021

MEDEA BENJAMIN/NICK DAVIES
¿Qué es lo que está en juego en el enfrentamiento entre USA y Rusia por Ucrania?

 Medea Benjamin y Nicolas J.S. Davies, CODEPINK, 21/11/202
Traducido del inglés por Sinfo Fernández, Tlaxcala

 

Un informe de la revista Covert Action desde la autoproclamada República Popular de Donetsk, en el este de Ucrania, describe graves temores de una nueva ofensiva de las fuerzas gubernamentales ucranianas tras el aumento de los bombardeos, el ataque de un avión no tripulado de fabricación turca y el ataque a Staromaryevka, una aldea dentro de la zona de amortiguación establecida por los Acuerdos de Minsk de 2014-15. 

 

Las Repúblicas Populares de Donetsk (RPD) y Lugansk (RPL), que declararon su independencia en respuesta al golpe de Estado respaldado por Estados Unidos en Ucrania en 2014, se han convertido de nuevo en puntos álgidos de la intensificación de la Guerra Fría entre Estados Unidos y Rusia. Estados Unidos y la OTAN parecen apoyar plenamente una nueva ofensiva gubernamental contra estos enclaves respaldados por Rusia, ofensiva que podría escalar rápidamente hasta un conflicto militar internacional en toda regla.

 

Frontera entre Ucrania y las Repúblicas Populares de Donetsk y Luhansk tras el golpe de Estado, basada en los Acuerdos de Minsk.(Mapa: Wikipedia)

 

La última vez que esta zona se convirtió en un polvorín internacional fue en abril, cuando el gobierno antirruso de Ucrania amenazó con una ofensiva contra Donetsk y Luhansk, y Rusia estacionó miles de tropas a lo largo de la frontera oriental de Ucrania.

 

En aquella ocasión, Ucrania y la OTAN ni se inmutaron y se canceló la ofensiva. Esta vez, Rusia ha vuelto a reunir unos 90.000 soldados cerca de su frontera con Ucrania. ¿Se disuadirá a Rusia una vez más de una escalada bélica, o se están preparando seriamente Ucrania, Estados Unidos y la OTAN para seguir adelante con el riesgo de una guerra con Rusia?

 

Desde abril, Estados Unidos y sus aliados han intensificado su apoyo militar a Ucrania. Tras el anuncio en marzo de una ayuda militar de 125 millones de dólares, que incluía lanchas patrulleras costeras armadas y equipos de radar, Estados Unidos entregó a Ucrania otro paquete de 150 millones de dólares en junio. Dicho paquete incluía equipos de radar, comunicaciones y guerra electrónica para la Fuerza Aérea ucraniana, con lo que el total de la ayuda militar a Ucrania desde el golpe de Estado respaldado por Estados Unidos en 2014 asciende a 2.500 millones de dólares. Este último paquete parece incluir el despliegue de personal de entrenamiento estadounidense en las bases aéreas ucranianas.

 

Turquía suministra a Ucrania los mismos drones que proporcionó a Azerbaiyán en su guerra con Armenia por el disputado territorio de Nagorno-Karabaj en 2020. Esa guerra mató al menos a 6.000 personas y ha vuelto a estallar recientemente, un año después del alto el fuego mediado por Rusia. Los drones turcos causaron estragos tanto en las tropas armenias como en la población civil de Nagorno-Karabaj, y su uso en Ucrania supondría una horrible escalada de violencia contra la población de Donetsk y Luhansk.

 

El aumento del apoyo de Estados Unidos y la OTAN a las fuerzas gubernamentales en la guerra civil de Ucrania está teniendo consecuencias diplomáticas cada vez más graves. A principios de octubre, la OTAN expulsó a ocho oficiales de enlace rusos de su sede en Bruselas, acusándolos de espionaje. La subsecretaria de Estado Victoria Nuland, gestora del golpe de Estado de 2014 en Ucrania, fue enviada a Moscú en octubre, en apariencia para calmar las tensiones. Nuland fracasó tan estrepitosamente que, solo una semana después, Rusia puso fin a 30 años de compromiso con la OTAN y ordenó el cierre de sus oficinas en Moscú.

 

Al parecer, Nuland trató de asegurar a Moscú que Estados Unidos y la OTAN seguían comprometidos con los Acuerdos de Minsk de 2014 y 2015 sobre Ucrania, que incluyen la prohibición de operaciones militares ofensivas y la promesa de una mayor autonomía para Donetsk y Luhansk dentro de Ucrania. Pero sus garantías fueron desmentidas por el secretario de Defensa Austin cuando se reunió con el presidente ucraniano Zelensky en Kiev el 18 de octubre, reiterando el apoyo de Estados Unidos al futuro ingreso de Ucrania en la OTAN, prometiendo más apoyo militar y culpando a Rusia de “perpetuar la guerra en el este de Ucrania”.

 

Más extraordinaria, aunque confiemos en que más exitosa, fue la visita a Moscú  del director de la CIA, William Burns,  los días 2 y 3 de noviembre, durante la cual se reunió con altos cargos militares y de inteligencia rusos y habló por teléfono con el presidente Putin.

 

29/09/2021

HOWARD FRENCH
Enemigos del progreso: hechos y fechorías de la Franciáfrica

 La obsesión de Francia por mantener su influencia sobre sus antiguas colonias de África Occidental ha propiciado  dictaduras brutales en Burkina Faso y el Chad

Howard W. French, The New York Review of Books, 7/10/2021
Traducido del inglés por
Sinfo Fernández, Tlaxcala

Libros reseñados :

Thomas Sankara: A Revolutionary in Cold War Africa

por Brian J. Peterson

Indiana University Press, 333 pp., $90.00; $35.00 (paper)

 

France’s Wars in Chad: Military Intervention and Decolonization in Africa

por Nathaniel K. Powell

Cambridge University Press, 360 pp., $99.99

 

Living by the Gun in Chad: Combatants, Impunity and State Formation
por Marielle Debos, traducido del francés (
Le métier des armes au Tchad. Le gouvernement de l'entre-guerres) by Andrew Brown

Zed, 239 pp., $95.00; $29.95 (paper)

 

The Trial of Hissène Habré: How the People of Chad Brought a Tyrant to Justice

por Celeste Hicks

Zed, 217 pp., $95.00; $24.95 (paper)

En algún momento de finales de 1983, o muy a principios de 1984, viajé a Uagadugú, la capital de un país de África Occidental llamado entonces Alto Volta, para hacerme una idea sobre un hombre cuyo reciente ascenso al poder era ya una sensación en todo el continente. Yo era un reportero inexperto; a decir verdad, ni siquiera era un periodista hecho y derecho. A los treinta y tres años, casi una década mayor que yo, Thomas Sankara acababa de convertirse en presidente de un país sin salida al mar  afectado por la sequía, que se había independizado de Francia en 1960 y seguía siendo uno de los lugares más pobres del mundo y la definición casi perfecta de un remanso político.

Thomas Sankara, presidente de Burkina Faso, y el presidente francés François Mitterrand, Ouagadougou, noviembre 1986.
Foto
Patrick Aventurier/Gamma-Rapho/Getty Images

Conocí a Sankara por casualidad, poco después de llegar a Uagadugú en tren desde Abiyán, en Costa de Marfil, donde yo vivía. De alguna manera me enteré de una reunión pública que iba a celebrar en un barrio tranquilo de la ciudad, y llegué a tiempo para encontrarlo sentado en un lugar a la sombra de un árbol entablando una conversación relajada con un grupo de ciudadanos de a pie. Al ser el único extranjero presente, y bastante alto, llamé pronto la atención de Sankara. Me pidió que me presentara y le dije que era un periodista estadounidense. Sankara me preguntó qué opinaba Estados Unidos de la nueva revolución de su país, lo que me hizo tropezar torpemente con una respuesta no preparada. Luego, sonriendo, me instó a sentarme y, dirigiéndose tanto a la multitud que murmuraba como a mí, dijo que, como “amigo” extranjero, era bienvenido.

Sankara había puesto a su pequeño país en las noticias y había empezado a agitar su región al no ejecutar a sus oponentes, ni expulsar a las comunidades comerciales de emigrantes de continentes lejanos, ni declararse emperador, presidente vitalicio o mariscal de campo, como estaba ocurriendo por esas fechas en otros países africanos. En cambio, dejó claro que no iba a tolerar el enriquecimiento personal de los funcionarios y prohibió el uso de limusinas a los altos cargos de su gobierno. Incluso rechazó la idea de promoverse a sí mismo desde el rango de capitán del ejército.

Sankara, que era un lector voraz y un joven oficial intelectualmente ágil que había sido entrenado por el ejército francés en Madagascar y había vivido un tiempo breve en París, se había convertido en un héroe nacional a los veinticinco años en una breve e inútil guerra fronteriza con Mali, pero esto fue tanto por su abierto pacifismo como por cualquier acción en la batalla. El impopular gobierno, tratando de aprovechar su fama, lo nombró primer ministro en 1983, para detenerlo unos meses después por su abierto progresismo. Se había convertido en presidente pocos meses antes de mi visita, tras un golpe militar organizado por uno de sus mejores amigos, el capitán del ejército Blaise Compaoré.

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