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23/12/2021

LUIS E. SABINI FERNÁNDEZ
Censura vergonzosa a Cumbia palestina: El gobierno argentino acata señalizaciones de Israel

 Luis E. Sabini Fernández, 22/12/2021/

Acaba de suceder un acontecimiento político, mejor di/cho un no acontecimiento, que nos revela cómo ha ido imponiéndose, por ejemplo en Argentina, la decisión de la cúpula israeloestadounidense bautizada como “Acuerdo del Siglo” (principios 2020).

Un acuerdo entre EE.UU. e Israel para terminar con la cuestión palestina, en donde, obviamente los palestinos no tuvieron arte ni parte, transformados en puro objeto de la decisión de los que tienen poder (es decir, ratificando exactamente lo que ha estado pasando desde fines del siglo XIX en Palestina, donde sus pobladores ancestrales fueron siempre ignorados como actores o parte política de una cuestión, aunque hayan resistido y procurado defenderse incluso con armas…).

Con el acuerdo, firmado por D. Trump y sus asistentes, Jason Greenblatt y Jared Kushner, con B. Netanyahu, se ha tratado de invisibilizar la cuestión palestina y pulverizar su resistencia, convirtiendo a palestinos en meros receptores de limosnas que el Acuerdo del Siglo brindaría “generosamente” para que los palestinos desaparezcan (como realidad política).

Israel ha avanzado mucho en su labor de erosión en este conflicto, tal vez el más prolongado, sangriento e ininterrumpido que tiene nuestro mundo presente (más de un siglo…).

Ya habían logrado un paso enorme en su conquista instaurando la Autoridad Nacional Palestina; una cuña para empezar a decidir en el nombre de los palestinos.

En verdad, tomando las palabras del médico noruego Mads Gilbert, admirado de la resistencia y resiliencia del tejido social palestino, los palestinos han mostrado ser  uno de los más tenaces pueblos, sociedades del mundo entero.

El Acuerdo del Siglo fue instaurado así a espaldas de los palestinos hace dos años. No sólo represión directa, entonces; siempre violenta, abusiva. También ignorancia sistemática.

Y bien: el gobierno argentino actual, el de los Fernández, sindicado como “populista”, organizando una jornada mayor de honor, defensa y reconocimiento de los derechos humanos (en una fecha muy cara a la sociedad argentina; 10 de diciembre, instaurada por el presidente Raúl Alfonsín a la salida de una dictadura y qué dictadura), ha retirado de los elencos que se iban a presentar en la conmemoración, como por ejemplo Super Ratones, Víctor Heredia, Peteco Carbajal y el ensamble Ráfaga entre otros, a la Orkesta Popular San Bomba, que presentaba en su repertorio una cumbia titulada “Cumbia palestina”.

Una representación muy bien cuidada, con enorme carga simbólica.

 

30/11/2021

ROBERTO PIZARRO HOFER
Chile: El candidato Kast y la Operación Cóndor

Roberto Pizarro Hofer (bio), El Desconcierto, 29/11/2021

Al leer el programa presidencial de Kast retornaron los dolorosos recuerdos personales y familiares que viví en Buenos Aires, hace precisamente 46 años atrás. En el apartado 33 de la página 27 del programa de Kast, bajo el título “Coordinación Internacional Anti-Radicales de Izquierda”, se lee: “Nos coordinaremos con otros gobiernos latinoamericanos para identificar, detener y juzgar agitadores radicalizados”. Fue esa coordinación, de los aparatos represivos de los gobiernos dictatoriales del cono sur, la que favoreció mi injusta detención, tortura y encarcelamiento en Argentina, gracias a lo que posteriormente se conoció como la Operación Cóndor.

Carlos Latuff

En la mañana del 25 de noviembre de 1975, cuatro policías de Coordinación Federal derribaron a patadas la puerta de mi casa, en el barrio de Caballito. Mi esposa y yo fuimos tratados violentamente por estos repentinos visitantes que nos golpeaban, destruían la casa y se robaban el dinero y las escasas cosas de valor que teníamos. Amarrados, nos llevaron a las oficinas centrales de la Policía Argentina, donde estuvimos vendados durante diez días, a pan y agua, con golpes, torturas y amenazas persistente. A la incertidumbre por no saber qué sucedía con mi esposa, se agregaba un dolor intenso por la condición de desamparo en que habían quedado mis hijos Rodrigo y Andrés (de 5 y 7 años), quienes de vuelta de la escuela se encontrarían sin sus padres y con una casa semidestruida.

Me atreví, entonces, a preguntar a uno de los represores el motivo de la detención y nuestro futuro próximo. Me respondió que, a petición de la DINA, era buscado y que sería enviado inmediatamente a Santiago. Cuando pregunté, con sorpresa, qué tenía que ver la policía argentina con un profesional chileno que trabajaba en las oficinas del INTAL (organismo internacional dependiente del BID), se me respondió al mejor estilo porteño: “¿Sos gil o te hacés? Podemos tener diferencias con el Estado chileno, pero ninguna en el entendimiento y colaboración para aplastar a terroristas, marxistas, izquierdistas y quienes los ayudan”. Recordé, en ese momento, que aparte de mi trabajo profesional, apoyaba un programa del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO), para reubicar en países solidarios con el exilio chileno a estudiantes y académicos que se encontraban detenidos en campos de concentración o que habían quedado sin trabajo en Chile.

07/06/2021

Protestas en Colombia, elecciones en Perú y otros caos en los Andes

Jon Lee Anderson, The New Yorker, 4/6/2021
Traducido del inglés por Sinfo Fernández

Jon Lee Anderson (Long Beach, California, 1951) es un reportero de guerra y cronista, colaborador de The New Yorker desde 1998. Es autor, entre otros libros, de la mejor biografía que se ha escrito sobre el Che Guevara, Che Guevara: Una Vida Revolucionaria (1997). Bio-bibliografia

Se desvanecen, nuevamente, las esperanzas de un renacimiento democrático sostenido en las siete naciones andinas.


Una propuesta de aumento de impuestos (llamada reforma tributaria) en Colombia esta primavera provocó una huelga general, protestas masivas y enfrentamientos con la policía. Foto Diego Cuevas/Getty


En los ocho años transcurridos desde la muerte del presidente venezolano Hugo Chávez a la edad de 58 años, su tan cacareada revolución “bolivariana” que unificaría las naciones andinas de América del Sur ha seguido el camino de la mayoría de los sueños febriles. La región sigue en estado de agitación, acosada por diversos grados de caos social, económico y político. Más allá de su compartida geografía, los siete países tienen historias análogas, comenzando con la conquista española. El período colonial terminó, después de las guerras de independencia lideradas por Simón Bolívar y José de San Martín, en una división igualmente sangrienta en Estados-nación. En su mayoría, son aún unos recién llegados a la democracia tras haber soportado períodos de gobierno militar y, en algunos casos, guerra civil, hasta finales del siglo XX. Venezuela y Colombia pusieron fin a sus dictaduras militares a finales de los años cincuenta, pero Argentina, Bolivia, Ecuador y Perú no experimentaron la restauración democrática hasta finales de los setenta y principios de los ochenta, y Chile fue el último en despedir a un dictador, Augusto Pinochet, en 1990.

Ahora las esperanzas de un renacimiento democrático sostenido se han desvanecido, una vez más, ante la desenfrenada corrupción oficial y las desigualdades sociales no resueltas. El populismo, el autoritarismo y la participación militar en la política siguen en boga. (El síndrome también se presenta en vecinos no andinos, especialmente Brasil, así como en las naciones centroamericanas de El Salvador, Nicaragua, Honduras y Guatemala). A lo largo del pasado año, la pandemia del coronavirus ha empeorado la situación. América Latina representa menos del 9% de la población mundial, pero casi un tercio del número de muertos por la pandemia mundial, lo que puede explicarse, en parte, por la torpeza o negligencia de varios gobiernos. En la mayoría de los países, el lanzamiento de la campaña de vacunación ha sido nefasto y, como no sobrevenga una ayuda importante de afuera, la pandemia persistirá mucho tiempo después de que se haya contenido en otros lugares. La recesión económica del año pasado en la región ha sumido a millones de personas en la pobreza. Los malestares sociales, políticos y económicos desatendidos provocaron disturbios sociales en Colombia, Perú, Ecuador, Chile y Bolivia antes de la pandemia. Ahora, como era de esperar, los disturbios han retornado, dándose la situación más grave, hasta ahora, en Colombia.

En abril, el presidente Iván Duque propuso un aumento de impuestos, que fue respondido por una huelga general, protestas masivas y enfrentamientos con la policía que han continuado durante semanas, incluso después de que Duque retirara el aumento. Según las informaciones, unas 50 personas han muerto a causa de los disturbios y cientos han resultado heridas. Tras un año de deterioro económico, en el que el PIB se redujo en casi un 7%, la mayor disminución en medio siglo -se estima que más del 42% de los colombianos vivían en la pobreza-, el aumento de impuestos propuesto, que habría afectado los ingresos de la clase trabajadora al aumentar el coste de los alimentos básicos, fue una iniciativa increíblemente obtusa.