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29/08/2023

LUIS E. SABINI FERNÁNDEZ
Israel ahora avasallada: el discurso como inversión de la verdad

Luis E. Sabini Fernández, Revista Futuros, 27-8-2023 

Sumamente ilustrativa es la “reacción moral” que les ha acometido a sionistas escandalizados por las novedosas exigencias de la administración Biden al Estado de  Israel, en lo que atañe a “derechos palestinos”.

 
Últimas encuestas: estado de ánimo antiisraelí en USA
Danziger, The Rutland Herald


Nos tememos que el mismo Biden debe  estar también escandalizado. Pero es expresión de los tiempos que corren, tan democráticos, tan pluralistas, tan antirracistas, tan apegados al “pensamiento correcto”… este “aire de época” ha metido a Biden y a su equipo progre en este berenjenal ideológico y táctico.

Ya no tenemos  un Teddy Roosevelt que elegía la política del garrote para enderezar la fila de naciones satélites, ya no tenemos un Winston Churchill que se vanagloriaba de gasear “negros retobados” o de bombardear sus aldeas; ya no tenemos (por lo menos en la arena política), a un wasp de pura raza que proclame con fundamentos éticos, religiosos y científicos que a la raza  blanca dios le ha encomendado la tarea de guiar y/o domesticar a las otras razas (o quitarlas del medio, si molestan más de la cuenta).

Una escandalizada Caroline lo expresa con todas las letras: “Informe del Dpto. de Estado niega terminantemente que  el estado judío tenga el derecho de imponer sus leyes a los ciudadanos árabes.” [1]

Prosigue Caroline: “Veamos, por ejemplo, la sección del informe acerca de los esfuerzos de Israel  para combatir las tomas ilegales de los beduinos en el sur de Israel. De acuerdo con la oenegé israelí Regavim que documenta las construcciones árabes ilegales: la minoría beduina israelí ha ocupado tierra en la zona del Negev más extensa que Jerusalén, Tel Aviv y Bersheva unidos… Unos 82 mil beduinos  –menos del 1% de la población israelí–  han ocupado unos 150 mil acres [60 mil ha]. El otro 99% de Israel reside en unas 232 mil acres [algo menos de 100 mil ha].” Caroline emplea la comparación de Regavim pero no dice  que lo que habitan los beduinos es un desierto en el cual con minimalismo sobreviven humanos allí, y que los otros millones que habitan Israel lo hacen en otras condiciones radicalmente distintas, urbanas, industriales.

De acuerdo con Hashomer Hadahash, otra oenegé israelí,  “que protege las tierras rurales israelíes del terrorismo agrícola árabe [sic], los beduinos se han convertido en bandoleros que reclaman paga por protección.”

Caroline lleva con empeño el discurso a la inversión de lo que verdaderamente ha acontecido. Si no fuera históricamente deleznable habría que aplaudir la construcción de semejante libreto.

Repasemos: Caroline ve “esfuerzos de Israel para combatir las tomas ilegales de los beduinos en el sur de Israel”. Sin embargo, los beduinos han habitado esa región   –el desierto de Négev– unos cuantos siglos antes de que los sionistas en el s XX decidieran apropiarse de ese territorio. Caroline habla de toma “ilegales” porque los beduinos no han usado el derecho del ocupante; sin duda, el sentido común ancestral jamás les habría aconsejado usar ese derecho, porque el derecho del ocupante no rige para que lo ejerciten los ocupados: los beduinos ocupan porque saben a ciencia cierta o a experiencia vivida con el colonialismo, que los reclamos judiciales de los “originarios” no existen; si existen no son reconocidos.

Así que los palestinos en general, beduinos o no, carecen en Israel de todo amparo legal; por eso a palestinos a quienes se les arrebató la tierra (y generalmente mucho más) no se les ha reconocido derecho alguno en Israel, pese a todas las disposiciones “internacionales” en favor de refugiados, que obligan a los estados a diversos resarcimientos, que Israel jamás ha cumplido.

Hasta el diario israelí Haaretz ha informado que ‘el 95% del agua disponible en la Franja de Gaza no sería potable y estaría mezclada con aguas residuales y plaguicidas’.[2]

¡Cosas veredes, Sancho! Mencionar tantas veces “el terrorismo  árabe” sin señalar los disparadores; lo que ha hecho el sionismo a lo largo de las décadas y ahora ya de los siglos es –precisamente–  ejercer terrorismo sobre la población palestina árabe, para seguir despojándola de sus tierras; arrancando de cuajo naranjos, vides y olivos algunos centenarios; arrojando aguas servidas de sus poblaciones hacia la tierra costera en que vive, por ejemplo, la población de la Franja de Gaza; impidiendo a campesinos y pobladores palestinos atesorar la escasa agua de lluvia y aplicando “torniquetes” por el estilo. Invadiendo sus aldeas, que palestinos mantienen con apego a sus cultivos en pequeña escala tratados con esmero, tan distantes de los proyectos agroindustriales que se impulsa en la moderna Israel, cargados de agrotóxicos.

Esta curiosa invocación a derechos humanos de parte de violadores sistemáticos y de muy larga data es una muestra de lo difícil que es alcanzar acuerdos con cierta justeza, dignidad.[3]

¿Qué es lo que ha disparado esta ola de quejas, advertencias, reconvenciones? Un señalamiento, apenas, del presidente estadounidense Biden sobre procederes israelíes ante los beduinos, por ejemplo, “ignorando su estilo seminómade de vida”.[4]

Hay, empero, otros puntos de fricción, que podrían explicar tanta molestia.

Pramila Jayapal, miembro de la Cámara Baja de EE.UU., ha provocado un cortocircuito cumpliendo el papel del niño pequeño que preguntó en voz alta en el desfile ¿por qué el rey está desnudo? Entonces, la verdad se hizo inevitable, incontenible.

La demócrata de origen indio Jayapal, morocha, dijo una palabra: que Israel era “racista”. Solo eso.

En su cámara salieron muchísimos otros demócratas a negar semejante afirmación y se dedicaron a pasar la mano por el lomo de la entidad, ya no mítica sino bíblica, que han auspiciado y protegido (invirtiendo las relaciones habituales, ese ente bíblico les ha dado de comer a la inmensa mayoría de congresales de EE.UU. bajo la forma de siempre generosas dádivas).

En las huestes demócratas se forjó un cuarteto de mujeres críticas a la conducta  de Israel hace unos pocos años, que ha devenido últimamente de ocho miembros (ahora mixto), bautizados como “la Escuadra”. Pero recordemos que los congresales demócratas en EE.UU. son ahora (que están en minoría) 212. Y que haciendo una simple regla del tres, vemos que la Escuadra” no llega ni al 4% de ese “cuerpo” legislativo…

Patrick Chappatte, Le Temps, Suiza

Pero la indignación de Caroline Glick no tiene freno y eleva el discurso como inversión de la verdad a nuevas alturas.

Sostuvo que: “Biden se ha insertado  en las peleas domésticas israelíes acerca de los procesos judiciales como nunca lo había hecho hasta ahora el gobierno de EE.UU.” [5]

Esta afirmación de Glick es presuntamente cierta; lo que llama la atención es la ceguera militante de la comentarista para siquiera atisbar si los israelíes se han insertado en las peleas domésticas estadounidenses  acerca de una cantidad inmensa de cuestiones; la violencia en países musulmanes, los informes que resultaron falsos sobre armamento en países “no amigos”, los asesinatos del EdI de ciudadanos norteamericanos como Rachel Corrie o la periodista palestino-estadounidense Shireen Abu Akleh; la expansión territorial israelí durante las visitas presidenciales estadounidenses; el control por empresas israelíes de la frontera mexicano-estadounidense, con “la asistencia” de, por ejemplo, el Golan Group,  son apenas unos pocos ejemplos de la incidencia israelí en la vida y las decisiones de EE.UU. y sus habitantes.

Algunos investigadores van mucho más allá y hablan de una verdadera dependencia o sumisión estadounidense a manos de los que toman las decisiones desde Israel. Véase, por ejemplo, el enfoque de Gilad Atzmon, él mismo judío:[6] “Estados Unidos está dispuesto a sacrificar a sus jóvenes soldados, intereses nacionales e incluso su economía por Israel”.  “Los grupos de presión israelíes parecen creer que en realidad son más poderosos y ciertamente más importantes que la constitución estadounidense”. [7]

Y dos intelectuales norteamericanos, John J. Mearsheimer y Stephen M. Walt,  se preguntan y nos contestan: “¿Por qué los EE. UU. están dispuestos a dejar de lado su propia seguridad anteponiendo los intereses de otro estado? Podríamos suponer que el vínculo entre los dos países se basa en intereses estratégicos comunes o en imperativos morales muy convincentes. […] sin embargo, ninguna de esas dos explicaciones justifica la importante cantidad de material y apoyo diplomático que los EE. UU. proporcionan a Israel. En lugar de eso, el empuje de la política estadounidense en la región se debe casi totalmente a la política interna de los EE. UU., especialmente a las actividades del «Lobby israelí».” [8]

Con otra carga, decía lo mismo el carnicero Ariel Sharon: “Los judíos controlamos América y los norteamericanos lo saben”. No se equivocaba, aunque asquee tanta franqueza.

Estamos en una era de alta sensibilidad ante el escamoteo de libertades democráticas… propias.

Por eso, nos recuerda dolorido Weinthal, que: “La alegada interferencia de Biden en los asuntos domésticos de Israel ha sido una fuente de angustia entre algunos israelíes y en varios políticos republicanos aspirantes a la presidencia.” (ibíd.)

Biden no puede soportar tanto dolor y vejamen israelí: “le dijo a Herzog que le enviara a Netanyahu la convicción que el compromiso de EE.UU. [America, dijo],  hacia Israel es firme y a prueba de balas.” (ibíd.)

Y para que la reconciliación sea plena, Biden ha prometido un ‘plan nacional contra el antisemitismo’.[9]

La Doble Alianza (que en realidad es una triple, con el Reino Unido) sigue incólume.


Viene del Primer Ministro Netanyahu:
Por favor, respete el derecho del Estado de Israel a existir.
Agradecemos su cooperación mientras lo construimos a sus espaldas.
XO (Besos y abrazos),
Bibi

Viñeta de Christofer Weyant, The Boston Globe


Notas


[1]   Caroline Glick, ”The Biden Adminstration Sinister Turn Against Israel” (El gobierno de Biden hace una siniestra movida contra Israel), Newsweek,  24 marzo 2023.

[3]  La violencia terrorista en Palestina se registra con asesinatos de comandos sionistas desde por lo menos la segunda década del s XX; los primeros atentados de ese tipo llevado a cabo por organizaciones palestinas datan de la séptima década del mismo siglo: durante medio siglo los palestinos fueron solo víctimas en el rubro abominable del “terrorismo”.

[4]  Glick, ibíd.

[6]   No sólo judío sino originariamente sionista y creyente de su abuelo, organizador de violencia contra palestinos. Como conscripto, confiesa, tuvo el sacudón de su vida, porque conoció, entre sonrisas de suficiencia de sus pares, las jaulas –que él había tomado como perreras– en que albergaban a los palestinos más dignos o rebeldes; jaulones donde no se puede permanecer ni acostado ni parado. Y a la vez, conoció personalmente a palestinos encarcelados y muy dignos. Y el sacudón psíquico fue tan fuerte que abandonó primero el ejército, luego el sionismo y finalmente el país y la tribu. Hoy tiene solo la ciudadanía británica.

[7]  La identidad errante, Editorial Canaán, Buenos Aires, 2012.

29/06/2023

HAARETZ
Des journalistes étrangers en Israël fustigent la ministre de la diplomatie publique de Netanyahou pour avoir qualifié leurs reportages de “fake”

Haaretz, 29/6/2023
Traduit par Fausto Giudice, Tlaxcala

La ministre de la diplomatie publique, Galit Distel Atbaryan*, en remet une couche et annonce que “la guerre pour la vérité ne fait que commencer”

Les attaques de la ministre de la diplomatie publique Galit Distel Atbaryan contre la presse internationale “pourraient mettre en danger les reporters en Israë”, a déclaré jeudi l’Association de la presse étrangère en réponse à une vidéo du ministère décriant les “fausses” informations des médias internationaux.

« Le terme "fake" pour décrire la presse est souvent utilisé par des gouvernements peu démocratiques dans le monde entier », a déclaré l’Association de la presse étrangère, qui représente des centaines de correspondants étrangers en Israël, dans un communiqué, affirmant que l’utilisation d’un tel langage « sape les valeurs de la démocratie et d’une presse libre ».

Dans une vidéo publiée sur les comptes Twitter et Youtube du ministère de la diplomatie publique, qui semble avoir été produite en collaboration avec le service de presse du gouvernement, Lital Shemesh, présentatrice du journal télévisé de la chaîne 14, a accusé certains des plus importants journalistes et médias internationaux d’avoir une couverture biaisée et de diffuser délibérément de fausses informations sur Israël.

"Fight the fake : a quick guide in reading the news about Israel"


Distel Atbaryan avait demandé aux porte-parole des agences de sécurité israéliennes et des ministères de partager la vidéo de relations publiques, ce qui a suscité des réactions négatives de la part des fonctionnaires qui travaillent en étroite collaboration avec la presse.

Les membres de l’unité des porte-parole de Tsahal ont réagi furieusement, avec des commentaires très critiques dans un groupe WhatsApp utilisé pour coordonner les messages en cas de crise, écrivant qu’il était inacceptable que des porte-parole affiliés à des organismes de sécurité ou à des ministères qui travaillent avec ces mêmes médias et journalistes soient invités à “partir en guerre contre les médias internationaux”.

Un porte-parole ayant reçu le message de la ministre a déclaré à Haaretz : « Il est ahurissant que quelqu’un utilise un canal comme celui-ci pour nous faire dire au monde que Christiane Amanpour est une menteuse et que la BBC et le New York Times ne font pas de journalisme ».

Dans sa déclaration, l’Association de la presse étrangère s’est dite « profondément préoccupée par le fait que le GPO [Bureau de presse du gouvernement], qui facilite notre travail en Israël, joue un rôle dans cette vidéo » et que, bien que l’organisation accueille favorablement les “critiques équitables”, « les exemples de titres rectifiés dans la vidéo ne font qu’illustrer l’engagement de ces médias en faveur d’une couverture équitable ».

Demandant le retrait de la vidéo des médias sociaux, l’organisation a déclaré qu’elle « serait heureuse de rencontrer la ministre Distel Atbaryan pour discuter de notre travail ».

En réponse à la demande de l’organisation, Distel Atbaryan en a remis une couche, déclarant : « la vidéo ne sera pas retirée et ma guerre pour le déluge de vérité [sic] ne fait que commencer ».
« Israël est un pays démocratique qui sanctifie la liberté d’expression et d’opinion. Mais en tant que ministre de l’information, je ne laisserai pas la couverture biaisée qui est faite dans notre arrière-cour exister sans une réponse appropriée », a-t-elle gazouillé.

Depuis leur retour au pouvoir, les alliés du Premier ministre Benjamin Netanyahu ont préconisé un certain nombre de mesures visant à faire pression sur les médias indépendants en Israël.
Au début de l’année, le ministre des communications Shlomo Karhi, qui avait menacé de mettre fin au financement public de la publicité dans Haaretz, a annoncé son intention de fermer le radiodiffuseur national Kan - un projet qui a récemment été suspendu pendant que le gouvernement se concentre sur le système judiciaire.

Entre-temps, Boaz Bismuth, député du Likoud, qui a travaillé auparavant comme rédacteur en chef du tabloïd gratuit pro-Netanyahou Israel Hayom, a déposé un projet de loi visant à interdire la publication d’un enregistrement contenant des informations “sensibles” ou “personnelles”.

Une telle loi aurait empêché la publication d’un enregistrement récent du ministre des finances Bezalel Smotrich qualifiant le premier ministre de “menteur fils de menteur” et aurait, selon les critiques, un effet dissuasif sur la capacité des médias à s’engager dans le journalisme d’investigation, en particulier sur les personnes occupant des postes de pouvoir.

Les deux propositions ne font plus l’objet d’une promotion active.

 


 Une vidéo plus ancienne de Mrs. Galit contre une exposition de l’ONU sur la Palestine à New York

NdT

Mme Galit Distel Atbaryan, née en 1971 de parents iraniens, ancienne pilote de l’armée de l’air, vit dans la colonie illégale de Kfar HaOranim près de Modi’in, où elle tenait une boutique de vêtements appelée “Ma sœur”. Membre du Likoud, elle a d’abord été nommée ministre de l’Information dans le gouvernement de coalition formé en décembre 2022, puis est devenue titulaire du nouveau ministère pour la Diplomatie publique, créé en janvier 2023, dont les tâches étaient auparavant assurées par le ministère des Affaires stratégiques.  Les médias israéliens se sont demandé durant les premiers mois de son ministère à quoi il allait servir. C’est désormais clair : à faire de la hasbara as usual, de la propagande, en ciblant les grands médias anglophones. Mais, dans ce rôle, la concurrence est acharnée entre les 40 ministres et sous-ministres (un effectif pléthorique pour satisfaire les 6 partis de la coalition) du panier de crabes qu’est le 37ème gouvernement israélien, dans lequel chacun et chacune tire dans les pattes de son voisin ou sa voisine. Mais Galit a de la ressource : elle a expliqué en 2021 sur une chaîné de télévision que “l’autisme, ça n’existe pas” : quand son fils avait 3 ans, a-t-elle raconté, elle lui a tiré les cheveux, l’a enfermé dans une chambre, ne lui donnant ni à boire ni à manger, jusqu’à ce qu’il se décide à parler. Heureusement pour eux, ni les Palestiniens ni les grands médias anglophones ne sont autistes.

 


05/06/2023

SERAJ ASSI/ZACHARY FOSTER
“Les Palestiniens, ça n’existe pas”: une affirmation sioniste dans laquelle le fanatisme le dispute à l’ignorance

Seraj Assi et Zachary Foster, Haaretz, 21/3/2023
Traduit par
Fausto Giudice, Tlaxcala

Seraj Assi est un Palestinien né en Israël, titulaire d’un doctorat en études arabes et islamiques de l’université de Georgetown (Washington DC, USA), où il est chercheur invité. Il est professeur adjoint d’arabe à l’université George Mason (Fairfax, Virginie). Il est l’auteur de The History and Politics of the Bedouin. Reimagining Nomadism in Modern Palestine, Routledge 2018. @Srjassi

Zachary Foster est un historien usaméricain de la Palestine et le créateur de Palestine Nexus. @_ZachFoster

Des hommes politiques israéliens comme le ministre des Finances Bezalel Smotrich persistent à nier l’existence d’un peuple palestinien, mais les faits historiques parlent d’eux-mêmes. Smotrich et les conservateurs usaméricains pro-israéliens devraient écouter.

Le ministre israélien des Finances, Bezalel Smotrich, a prononcé en mars à Paris un discours niant l’existence des Palestiniens en tant que peuple, affirmant que “la nation palestinienne n’existe pas” : « Il n’existe pas de nation palestinienne. Il n’y a pas d’histoire palestinienne. Il n’y a pas de langue palestinienne ».


 Smotrich s’est exprimé devant un pupitre drapé d’une image représentant une carte d’Israël incluant la Cisjordanie occupée, la bande de Gaza, la Jordanie et une partie de la Syrie. Il est difficile d’ignorer l’ironie de la situation : un ministre ultranationaliste qui entretient l’idée que les Palestiniens sont un peuple artificiel tout en montrant une carte artificielle d’Israël.

La plus ancienne carte ptolémaïque de la Palestine encore existante. Copie grecque byzantine de la carte de la 4e carte de l’ Asie de Ptolémée [IIème  siècle ap. J-C). Tirée du Codex Vaticanus Urbinas Graecus 82, Constantinople vers 1300. Probablement assemblée par Maximus Planudes ; plus tard en possession de Palla Strozzi (1372-1462) puis de Federico da Montefeltro, duc d’Urbino. Les grandes lettres rouges au centre indiquent en grec : Παλαιστινης ou Palaistinis.


Autre carte de la Palestine de Ptolémée 

 Carte vénitienne de 1300

Abraham Ortelius, Palestinae Sive Totius Terrae Promissionis Nova Descriptio Auctore Tilemanno Stella Sigenens (Une nouvelle description de la Palestine ou de toute la Terre promise par l’auteur Tilemannus Stella Sigenens.), extrait de l’édition allemande de 1572 de son Theatrum Orbis Terrarum, le premier atlas moderne.

Smotrich n’était pas le premier haut responsable israélien à nier l’existence du peuple palestinien. Il faisait clairement écho au fameux dicton de Golda Meir : « Les Palestiniens, ça n’existe pas », ainsi qu’aux remarques plus récentes de la députée du Likoud Anat Berko, qui a affirmé que le peuple palestinien n’existait pas « parce qu’il ne peut pas prononcer la lettre P », une déclaration qui pourrait faire un titre dans The Onion (site satirique].

Ces dernières années, nier l’existence nationale des Palestiniens est devenu un stéréotype faux-cul populaire parmi les politiciens pro-israéliens en Occident également. Les politiciens conservateurs usaméricains ont nié à plusieurs reprises l’existence des Palestiniens à des fins politiques. Pour Mike Huckabee [ancien gouverneur républicain de l’Arkansas et pasteur baptiste, NdT] : « Les Palestiniens n’existent pas vraiment ». Pour Newt Gingrich, ancien président de la Chambre des représentants : « Il n’y a pas eu d’État palestinien, je pense que le peuple palestinien a été inventé ».

Une fois de plus, les Palestiniens se trouvent dans l’obligation de défendre leur existence même en tant que peuple. Heureusement, les données historiques sont sans ambiguïté et parlent d’elles-mêmes : Les Palestiniens sont connus sous le nom de Palestiniens depuis le XIXe siècle.

 

L’édition du 18 août 1931 du journal Filastin. Photos : Archives Filastin

Les références aux Palestiniens en tant que peuple remontent aux années 1870, lorsque des voyageurs et diplomates usaméricains et européens en Palestine ont commencé à désigner les habitants arabes de la Palestine comme “Palestiniens”. Parmi eux, le consul britannique à Jérusalem, James Finn, le missionnaire protestant allemand Ludwig Schneller et la voyageuse irlando-usaméricaine Adela E. Orpen, qui ont tous appelé les habitants arabes musulmans et chrétiens de la Palestine “Palestiniens”.

C’est avec l’écrivain palestinien Khalil Baydas (1874-1949) que l’appellation “palestinien” s’est imposée en arabe. Baydas a été le premier Arabe à utiliser le terme “palestinien” au sens moderne et national du terme. En 1898, il publie une traduction arabe d’un traité russe populaire, Description de la Terre Sainte. Son objectif était évidemment patriotique. « Les livres arabes de géographie sur le sujet étaient insuffisants », écrit-il dans l’introduction. « Le peuple de Palestine avait besoin d’un livre de géographie sur son pays ». Le reste de l’ouvrage est truffé de références aux Palestiniens en tant que peuple.

Au XXe siècle, après que la révolution constitutionnelle ottomane a assoupli les lois sur la censure de la presse en 1908, des dizaines de périodiques sont apparus en Palestine, et le terme “palestinien” a ainsi gagné en popularité. Entre 1908 et 1914, le terme apparaît quelque 170 fois dans plus de 110 articles de livres et de journaux arabes.

En 1911, Isa al-Isa et Yusif al-Isa, des cousins palestiniens de Jaffa, ont fondé ce qui allait devenir le journal le plus populaire de Palestine, pour lequel ils ont choisi le nom de Filastin. En fait, des années avant la fondation de Filastin, plusieurs autres Palestiniens, dont Ilyas Bawwad à Safed et Yusuf Siddiqi à Hébron, avaient tenté de lancer un journal appelé Palestine ou Filastin, mais aucune de ces tentatives ne s’était concrétisée.

Un sentiment d’identité palestinienne se développe en Palestine et au-delà, et les Palestiniens de l’Est à l’Ouest adoptent rapidement cette identité. Entre 1908 et 1914, une multitude d’associations “palestiniennes” sont créées à Chicago, Beyrouth et Istanbul.

L’occupation britannique de la Palestine pendant la Première Guerre mondiale n’a fait qu’accélérer le rythme d’adoption de l’identité nationale palestinienne. En 1919, craignant la montée du sionisme et de l’immigration juive en Palestine, le premier congrès arabe palestinien se tient à Jérusalem. Le 3 septembre 1921, le journal Filastin déclare : « Nous sommes d’abord des Palestiniens et ensuite des Arabes ».

L’identité palestinienne ne tardera pas à se répandre dans les villes et les villages de Palestine. En 1925, l’éminent éducateur palestinien Khalil Sakakini a parcouru la campagne palestinienne en tant que représentant de la délégation du sixième Congrès arabe palestinien. Il s’en souviendra plus tard : « La nation palestinienne vivait une phase de lune de miel du nationalisme ».

Sixième congrès national palestinien, Jaffa, octobre 1925. Photo : Institute of Palestine Studies.

Même les dirigeants sionistes ont été contraints de reconnaître l’existence d’une identité nationale palestinienne. En 1923, Ze’ev Jabotinsky écrit : « le peuple arabe de Palestine dans son ensemble ne vendra jamais ce patriotisme fervent qu’il garde si jalousement ». En 1929, David Ben-Gourion prévient qu’un mouvement national arabe palestinien est en train de naître.

Grâce au Grand soulèvement palestinien, qui a duré de 1936 à 1939, le terme “palestinien” était tout simplement omniprésent dans la presse à la fin des années 1930. De nombreux écrivains palestiniens, par exemple, tenaient à souligner que des familles “non palestiniennes”, notamment les Sursuq (ou Sursock), avaient vendu des “terres palestiniennes” aux sionistes. Les écrivains arabes ont également invoqué le terme pour faire l’éloge des “Palestiniens” qui ont joué un rôle clé dans le mouvement littéraire arabe d’avant-guerre, ou de ceux qui ont rejoint la Grande Révolte arabe, dirigée par l’émir Faysal Ier  pendant la Première Guerre mondiale.

Tout cela montre que les Arabes de Palestine sont connus sous le nom de Palestiniens depuis [au moins] le dix-neuvième siècle et qu’ils se sont toujours identifiés comme Palestiniens.

Alors pourquoi les propagandistes racistes comme Smotrich ressentent-ils constamment le besoin de nier l’existence des Palestiniens ? Parce que la notion même de peuple palestinien rappelle constamment que l’entreprise sioniste a été fondée sur l’effacement de l’identité nationale des Palestiniens. Mais l’histoire nous enseigne que le peuple palestinien existait bien avant la création de l’État d’Israël, et même avant le mouvement sioniste moderne.

 NdT
La palme de l'infamie revient sans doute à Shmuel Trigano, dans l'article Le passé historique du mot « Palestine » – Peleshet/Philistie, Plishtim/ Philistins/Envahisseurs (2021). Il écrit :
C’est le KGB qui en 1964 réécrivit l’histoire pour les « idiots utiles » d’Occident, la gauche socialiste, communiste, tiers mondiste, en faisant de la guerre des Arabes contre les Juifs (ce que fut excactement la guerre de 1948 rassemblant plusieurs pays arabes contre Israël, une guerre semi nationaliste, semi djihadique), une guerre nationale palestinienne contre le colonialisme occidental.” [sic]

 

 

 

05/10/2022

BARBARA CROSSETTE
Une campagne israélienne en Allemagne bloque l'attribution d'un prix à Navi Pillay, une défenseure renommée des droits humains

Barbara Crossette , PassBlue, 2/10/2022
Traduit par
Fausto Giudice, Tlaxcala

Il devait s'agir d'une cérémonie grandiose organisée par l'Association allemande pour les Nations unies (Deutsche Gesellschaft für die Vereinten Nationen e.V.) pour décerner la médaille de la paix Otto Hahn, décernée tous les deux ans, à Navi Pillay, en reconnaissance de ses décennies de travail novateur dans le domaine des droits humains et du droit pénal international, notamment dans le cadre des Nations unies.


La cérémonie du 28 septembre devait avoir pour cadre l'Hôtel de ville rouge (Rotes Rathaus) de Berlin, datant du XIXe siècle, ainsi nommé en raison de sa façade en briques. L'hôtel, endommagé pendant la Seconde Guerre mondiale, a été reconstruit et est devenu un point de repère symbolique dans la capitale allemande.

L'ANU-Allemagne s'attendait à une salle comble pour la remise du prix, les réponses positives aux invitations ayant afflué. La mairesse élue de Berlin, Franziska Giffey, devait présider la cérémonie.

Rien de tout cela n'est arrivé.

Si la chronologie exacte de la mise en place d'une campagne israélienne contestant l'attribution du prix à Pillay en Allemagne laisse certaines questions sans réponse, la cause et l'effet ne sont pas contestés.

« Le maire de Berlin torpille l'événement honorant le chef de l'enquête de l'ONU sur Israël », peut-on lire à la une du Times of Israel, un journal en ligne publié en anglais et dans d'autres langues occidentales et du Moyen- Orient. Il a commencé à fonctionner en 2012.

Publiquement, la campagne de lobbying en faveur d'Israël a débuté par un article paru dans le tabloïd allemand pro-israélien Bild, qui reprenait des allégations israéliennes de longue date selon lesquelles Mme Pillay, ancienne haut-commissaire des Nations unies aux droits de l'homme et juge sud-africaine, était pro-palestinienne - ou, du moins, qu'elle critiquait les politiques et actions israéliennes en Cisjordanie et à Gaza, ainsi qu'à Jérusalem-Est.

Cependant, depuis 1975, Mme Pillay est également présidente du conseil consultatif de l'Académie internationale des principes de Nuremberg, une fondation allemande qui promeut le droit pénal mondial. Son rôle indique que tous les Allemands ne sont pas d'accord sur son bilan présumé, comme le confirmerait le prix décerné par l'ANU-Allemagne.

Le papier du Bild se concentrait principalement sur le poste le plus récent de Mme Pillay à la tête de la Commission internationale indépendante d'enquête sur Israël et le territoire palestinien occupé, y compris Jérusalem-Est, composée de trois membres. Cette commission a été créée par le Conseil des droits de l'homme des Nations unies.

La cible actuelle de l'ire israélienne est dirigée vers les remarques sévères d'un des membres du panel sur Israël. Dans une interview accordée en juillet à Mondoweiss, un journal d'actualités et d'opinions sur la Palestine, Israël et les USA, le membre, Miloon Kothari (Inde), un militant des droits humains spécialisé dans les droits au logement et à la terre, qui a fait rapport au Conseil des droits de l'homme sur l'occupation israélienne du territoire palestinien, a déclaré :

« J'irais même jusqu'à me demander pourquoi [Israël] est membre des Nations unies. ... le gouvernement israélien ne respecte pas ses propres obligations en tant qu'État membre de l'ONU [parce que], en fait, il essaie constamment, soit directement, soit par l'intermédiaire des USA, de saper les mécanismes de l'ONU ». Il a fait référence à un “lobby juif” et à des ONG non précisées comme supervisant les opinions pro-israéliennes.

Pillay, éminente juriste sud-africaine d'origine indienne, est également accusée par les Israéliens, sans preuve, de faire partie du mouvement Boycott-Divestment-Sanctions (BDS), une initiative palestinienne visant à miner l'économie israélienne. Lorsque le mouvement BDS de 2017 a attiré l'attention en Allemagne, où il a été dénoncé comme antisémite, certains gouvernements locaux ont tenté de l'arrêter par des moyens répressifs ou punitifs. Un habitant de Munich, soutenu par les défenseurs de la liberté d'expression, a intenté une action contre le conseil municipal, qui est finalement arrivée devant un tribunal fédéral malgré les premiers revers.

Au début de l'année, le 20 janvier, le tribunal administratif fédéral de Leipzig a statué que la loi allemande « garantit à chacun le droit d'exprimer et de diffuser librement son opinion ». Le tribunal a ajouté que le conseil municipal de Munich ne pouvait pas violer ce droit en refusant l'autorisation d'un événement parce qu'il n'était pas d'accord avec les opinions exprimées dans le cadre de la campagne BDS.

Le Conseil des droits de l'homme, basé à Genève, n'est pas - malgré ce que le grand public peut penser - une partie intégrante de l'organisation des Nations unies ou sous le contrôle du secrétaire général. Il a été créé en tant qu'organe indépendant en 2005-2006 pour remplacer la Commission des droits de l'homme, discréditée. Les 47 nations membres du Conseil sont nommées par les gouvernements au niveau régional. Sa présidence tourne autour des blocs géographiques désignés par l'ONU.

Le Conseil nomme des dizaines d'observateurs et de groupes d'experts sur toute une série de sujets liés aux droits. La commission d'enquête sur Israël et la Palestine occupée s'inscrit grosso modo dans ce système. Il s'agit de l'action controversée la plus récente concernant Israël, qui a suscité des divisions souvent amères entre les nations et les régions.

Peu après la publication du papier de Bild en septembre, une semaine à peine avant la cérémonie de remise des prix prévue, l'ambassadeur d'Israël en Allemagne, Ron Prosor, a demandé à Giffey, la mairesse de Berlin - membre du parti social-démocrate - d'annuler la cérémonie, ce qu'elle a fait. Elle a également interdit à l'association UNA-Allemagne d'utiliser l'Hôtel de ville rouge pour sa cérémonie.


Franziska Giffey à son retour d’un voyage en Israël en 2018, lors qu’elle était ministre des Affaires familiales, des personnes âgées, des femmes et des jeunes. Ella a démissionné de ce poste en juin 2021, après avoir vu son doctorat de 2010 annulé par l’Université libre de Berlin pour plagiat. Mais notre blonde a rebondi : six mois plus tard, elle était élue mairesse de la capitale.