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01/01/2022

JUAN PABLO CARDENAS
Carta pública al Presidente Boric
Sobre la diversidad informativa

Juan Pablo Cárdenas S., Política y Utopía,31/12/2021

Estimado señor Presidente:

Le escribo como miembro de esa generación de comunicadores que volcó su juventud al esfuerzo de romper el bloqueo informativo impuesto por la dictadura de Pinochet, denunciar las graves violaciones de los derechos humanos y abogar por el advenimiento de la democracia.  Lo hago a título personal, pero confío que lo que le diga sea compartido por aquellos periodistas que ya envejecimos en la convicción de que uno de los pilares fundamentales del ideal republicano es la libertad de expresión y, muy en particular, la diversidad informativa.

Hasta septiembre de 1973 Chile se enorgullecía de la gran cantidad de medios de información que servían a una población apenas la mitad de la actual. Era solo cuestión de acercarse a cualquier quiosco para apreciar la existencia de varios diarios de distinta orientación ideológica, como de innumerables revistas de carácter cultural, político, religioso, deportivo y otros tópicos. Así como comprobar también medios para los jóvenes, las mujeres, los trabajadores y los más variados grupos sociales. Constituíamos un ejemplo en América Latina y el mundo, al tiempo que celebrábamos en compromiso del Estado por impulsar la televisión universitaria y también la lectura con iniciativas tan loables como la Editorial Quimantú que logró que los libros entraran hasta los hogares más modestos del país, a un precio, por supuesto, razonable.

Usted y yo sabemos lo que ocurrió con el Golpe Militar y aquel masivo cierre de medios, la persecución de los periodistas libres y la más pavorosa concentración informativa de nuestra historia. Pese a la existencia de tres o cuatro revistas, un par de emisoras y dos periódicos abiertos, además de los clandestinos, que se propusieron la tarea de poner en conocimiento público los horrores del régimen cívico militar. De esta forma es que los medios que fundamos y en que ejercimos sufrieron las más variadas formas de acoso traducidas en constantes requerimientos judiciales, clausuras arbitrarias, cárceles, exilio y hasta un homicidio feroz como fue el de nuestro compañero de la revista Análisis, José Carrasco Tapia.

Lo que nunca pensamos, entonces, es que cada uno de nuestros medios se verían obligados a cerrar sus páginas durante la posdictadura, después de haber sufrido tantos embates de parte del régimen castrense, los que pudieron haber sido peores de no mediar la solidaridad internacional que se nos prodigó y el enorme arraigo que ganamos entre los chilenos. Quien le escribe tiene el honor de ser uno de los periodistas nacionales más premiados por el mundo, y ademas he recibido el Premio Nacional de Periodismo en el año 2005.

Sin embargo, ya nadie puede repararnos por aquel silencio forzado que se nos impuso con la política de exterminio de nuestros medios puesto en práctica a partir del primer gobierno de la Concertación. Persecución injusta e ingrata que tuvo autores intelectuales y materiales que hemos identificado en centenares de artículos, entrevistas y conferencias, especialmente ante los estudiantes de periodismo de todas las casas de estudio.

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29/12/2021

Sergio Rodríguez Gelfenstein
Chile: “Ante el mal menor, yo elijo el bien mayor”

 Sergio Rodríguez Gelfenstein, 29/12/2021

Una vez celebrada la “fiesta de la democracia” con la que por segunda vez llegó la alegría a Chile y en la que también eligió a su nuevo presidente, es menester hacer algunas reflexiones  de cara al futuro.

Me parece que el tema a debatir tiene relación con la autocrítica que se debería hacer la izquierda por su incapacidad para construir una alternativa de contenido popular que favorezca los intereses de las mayorías. En esa medida, al pueblo se le conmina a aceptar el “mal menor” perpetuando de esta manera la admisión que hizo Patricio Aylwin en el sentido de de que solo era posible que hubiera “verdad y justicia en la medida de lo posible”. Esta propuesta se ha transformado en una doctrina que cercena el espíritu revolucionario del pueblo, constriñe la lucha por sus intereses mediatizando sus objetivos estratégicos y subordinando el combate cotidiano a lo estrictamente electoral en el que se juega con las reglas de la democracia representativa.


Encuentro “franco” del candidato Boric en noviembre con los representantes de las seis ramas de la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC) -Cámara Nacional de Comercio (CNC); Sociedad Nacional de Minería (Sonami); Sociedad de Fomento Fabril (Sofofa); Cámara Chilena de la Construcción (CChC); Asociación de Bancos e Instituciones Financieras (Abif); Sociedad Nacional de Agricultura (SNA): “Tengo claro que para construir un Chile mejor tenemos el deber de conversar con todos y de convocar a todos y en este caso a las grandes empresas, que entregan la mitad del empleo en Chile, tienen que ser parte de este proceso”

En esta medida, el “mal menor” es expresión del facilismo con que la izquierda renuncia a la búsqueda de sus objetivos históricos, cuando en Chile más del 50% de la población no se siente identificada con ese sistema y lo rechaza no sólo desde el punto de vista electoral, sobre todo en la práctica cotidiana de su lucha. El levantamiento popular del 18 de octubre de 2019 es expresión de la capacidad del pueblo de construir una alternativa al margen del status quo, más allá de que “por ahora” (como dijera el Comandante Chávez tras fracasar la rebelión del 4 de febrero de 1992), los objetivos no pudieron ser cumplidos. La incapacidad de los partidos de la izquierda tradicional de dar conducción a ese movimiento no se puede entender como sumisión del pueblo y sometimiento al sistema.

El levantamiento popular de importantes sectores de la sociedad chilena a partir de octubre de 2019 mostró que a pesar de las insuficiencias organizativas y de conducción, subyace el espíritu y la voluntad de un pueblo que sufrió la pérdida de 34 de sus hijos, además de lo cual hubo alrededor 12.547 heridos que pasaron por urgencia hospitalaria, entre ellos 440 casos de ciudadanos que sufrieron trauma ocular según cifras entregadas por la Fiscalía y del Instituto Nacional de Derechos Humanos.

Un pueblo rendido que acepta el sistema al que está subordinado, no es capaz de protagonizar estas heroicas jornadas que sólo pudieron ser paralizadas por la pandemia por un lado, y por otro, por el acuerdo de las élites en las que tuvo destacada participación el actual presidente electo. La jugada estuvo orientada a impedir que la decisión del pueblo se tomara en las calles para llevarla a los espacios de la democracia representativa donde tiene todas las de perder, habida cuenta de un sistema en el que unánimemente desde los sectores fascistas hasta los de la izquierda que se limita a hacer política “en la medida de lo posible”, esquilmaron la voluntad popular para hacer creer que esta se define en las elecciones.

Nada más falso, la idea de que el nuevo presidente ha sido el más votado de la historia, es parte de la retórica construida para sembrar la idea de mayoría. El presidente Frei sacó 56,09% en elecciones de una sola vuelta. Por comparación, Boric sacó solo el 25,3%. Ese es su apoyo real. El resto acudió a votar por otras razones: los partidos de la Concertación y Marcos Enríquez-Ominami por el oportunismo natural del que hacen gala desde más de tres décadas, cuando aprendieron que esgrimir la bandera del “mal menor” los conduciría a manejar el poder en provecho propio obteniendo pingües ganancias personales, usando la política para ello. Por supuesto, sustentan su doctrina en la suposición de que el pueblo es idiota, fácilmente engañable por lo que cree poder apostar a que ese artificio será eterno.

25/12/2021

LUIS CASADO
El retorno de la inflación (¿Se había ido?)

Luis Casado, 24/12/2021 

"Los bancos centrales frente al temor de la inflación". He ahí los titulares de la prensa mundial. Ahora bien, dice Luis Casado, haríamos bien enterándonos de qué es la inflación. Porque en el tema hay de dulce y de agraz. Y nos pueden pasar otro gol de media cancha. 

 Familia pobre: Es aquella que dado su ingreso y el porcentaje de éste que destina a alimentación no logra satisfacer esta necesidad. El ingreso familiar per-cápita se ubica entre el valor de una y dos canastas de alimentos.

Familia indigente: Es aquella que aunque gastara la totalidad de su ingreso en alimentación, no logra satisfacer esta necesidad. El ingreso familiar per-cápita es inferior al valor de una canasta de alimentos.

 (Glosario económico. UC. Chile) 

Santiago, otoño de 2021. Foto Tamara Merino (Bloomberg)

La prensa financiera internacional, comenzando por el Wall Street Journal de Rupert Murdoch, se inquieta de las señales que indican que el viejo demonio de la inflación está despertando de un largo sueño.

Los bancos centrales (BC) tienen un mandato que suele reducirse a la lucha contra la inflación, y durante las últimas décadas –por razones que no le deben nada a los BC– ésta había desaparecido del mapa. Temiendo la deflación, flagelo aun peor, los BC se auto-fijaron un ‘objetivo de tasa de inflación anual’ del 2%, basados mayormente en el juicio del alquimista suizo Theophrastus Phillippus Aureolus Bombastus von Hohenheim, más conocido como Paracelso (1493-1541), quien inventó eso de: un poquito de veneno no mata.

Ahora bien, ¿Por qué 2%? Buena pregunta a la cual cabe responder: ¿Porqué no?

En economía no hay ‘constantes universales’ invariantes en el espacio-tiempo, como las de Planck, de Boltzmann o de Avogadro. Las nociones arbitrarias, por el contrario, abundan. Su sustento científico es el conocido Principio de L’Oréal: Porque yo lo valgo.

La precisión no forma parte del mundo de la economía: a ningún economista se le ocurriría definir la velocidad de la luz como la distancia que recorre en el vacío durante el tiempo que determinan 9.192.631.770 oscilaciones de un átomo de cesio. Contar las oscilaciones, una por una, para estar seguros del cálculo…. aún menos.

La economía usa y abusa de los constructos, creaciones puras del pensamiento cuya existencia depende de la mente de un economista por muy chiflado que sea.

La pobreza, por ejemplo, es un constructo. Cada cual define la pobreza, o el umbral de pobreza, como le viene en gana. En Chile por ejemplo, definieron una Canasta básica de alimentos:

Tiene un valor de $19.103 [19€] para la zona urbana y $14.720 [14€] para la zona rural (Octubre del 2000). Esto significa que si una familia tiene un ingreso per cápita inferior al valor de una canasta básica, la familia es considerada indigente. Si el ingreso per cápita se encuentra entre el valor de una y dos canastas, la familia es considerada pobre. Si el ingreso per cápita es superior al valor de dos canastas básicas de alimentos, la familia es considerada no pobre.

¿No es bella la ciencia económica?

Con la inflación ocurre más o menos lo mismo. Antes de calcularla, admitiendo que eso sea posible, es necesario definirla. Ahí se lía el tema:

Inflación: Proceso económico provocado por el desequilibrio existente entre la producción y la demanda; causa una subida continuada de los precios de la mayor parte de los productos y servicios, y una pérdida del valor del dinero para poder adquirirlos o hacer uso de ellos.

Si esta definición te parece idiota, no te alarmes, hay peores:

La inflación, en economía, es el aumento generalizado y sostenido de los precios de los bienes y servicios existentes en el mercado durante un período de tiempo, generalmente un año. Cuando el nivel general de precios sube, con cada unidad de moneda se adquieren menos bienes y servicios.

Así, la inflación es un proceso que causa la subida de los precios. Tú, beocio en la materia, piensas que la subida de los precios ES la inflación… Así pues, la inflación provoca el aumento de algunos precios, o de todos los precios (eso es según…), una subida continuada o bien durante un período de tiempo (eso también es según…), cuidando, dice la segunda definición, que se trate de “bienes y servicios existentes en el mercado” visto que los que aun no existen no cuentan. Unos linces: estos tíos son unos linces.

Lo mejor de todo viene al final: la inflación produce “una pérdida del valor del dinero” o, –facilitando las cosas para no entrar en profundidades abisales–, una reducción de su poder adquisitivo.

El tema se lía, ya se dijo (plagio a Daniel Pizarro). No sabes a qué punto.

Pregunta: ¿es el precio de los productos el que aumenta, o el poder adquisitivo del dinero el que baja? ¿O ambos? Te dejo reflexionar sobre el tema algunos minutos. ¡Suerte! La moneda es, por decirlo de algún modo, el metro patrón. No puedes usar la moneda para evaluar la moneda. De tal modo que el ‘valor’ de la moneda se determina con relación a los productos que puede comprar, productos cuyo valor se mide con la moneda… (si te has mareado tómate un anticinetósico…).

¿Qué provoca la inflación? “el desequilibrio existente entre la producción y la demanda.” Ergo, la solución es fácil: hacer lo que el Gosudárstvenny Komitet po Planírovaniyu en la URSS: planificar la producción de un lado y la demanda del otro, para que haya equilibrio (el éxito del Gosplan es de todos conocido). Mas esto hiede a lo que los juristas llaman contradictio in terminis.

Todo el entarimado neoliberal –el liure mercao– reposa en el fascinante modelo de la oferta, que le permite a cada cual producir libremente cualquier vaina, cómo, cuanto y cuando quiera, asumiendo que la oferta crea la demanda. Esta última “Ley” se la debemos a mi compatriota Jean-Baptiste Say (1767-1832), y es conocida como la Loi des Débouchés, Ley de los Mercados o Ley de Say, según la cual no puede haber desequilibrio.

“En economía la Ley de Say es un principio atribuido a Jean-Baptiste Say que indica que la demanda está determinada por la producción, y que solo produciendo se puede generar demanda: Cuantos más bienes se produzcan, más bienes existirán que constituirán a su vez demanda para otros bienes.”

Visto lo cual… ¿el desequilibrio –o sea la inflación– viene de dónde, papi?

(habrás notado de paso que el ecolálico discurso sobre el crecimiento procede en línea directa de las geniales ideas de Jean-Baptiste Say…).

Durante la Revolución Francesa Say fue un girondino, o sea un negociante, una suerte de emprendedor busca-fortuna, en fin, un ‘progresista’, cualidad que le vale ser enseñado en los cenáculos de la economía hasta el día de hoy (si compras azúcar Beghin-Say, consumes un producto heredado de su familia).

En su Tratado de Economía Política (1803) Say expuso lo que ya he contado. Para Say el dinero no tiene ningún impacto en el nivel de producción, lo que para el ‘desequilibrio’ que supuestamente genera la inflación es mortal. Para Say la moneda es solo un velo tras el cual se ocultan las transacciones. El aumento del volumen de moneda en circulación, superior a lo estrictamente necesario para asegurar el intercambio de bienes y servicios, no influye en la economía: se limita a generar inflación.

Esto parece más sensato. Veamos. Si la producción global es de 100 unidades, y se emiten 100 unidades monetarias, cada unidad monetaria representará una unidad de producción. Si el BC emite 1.000 unidades monetarias… cada una de ellas representará solo 1/10 de una unidad de producción. Aritmética simple, segundo año de escuela primaria o doctorado en economía.

De ahí se agarraron los ‘monetaristas’ para inventar la pomada wirasacha que liquida la inflación: restringir ‘la oferta de moneda’, o el crédito que es lo mismo, reduciendo por ende la demanda. Por eso los BC aumentan las tasas de interés. Claro como el agua de roca.

¿Claro? Aumentar las tasas de interés equivale a aumentar el precio del dinero… o sea la definición misma de inflación. Para luchar contra la inflación los BC generan inflación. Cualquier economista te lo explica en 40 segundos cronometrados, pasándose los cimientos del neoliberalismo por las amígdalas del sur, ¡pobre Jean-Baptiste Say!

Que por años y años los BC hayan hecho exactamente lo contrario de lo que predican, que la FED y el BCE hayan mantenido las tasas de interés en 0% desde hace décadas, que ambos BC hayan emitido billones y billones de dólares y euros sin respaldo durante lustros sin que haya aparecido ni siquiera el principio del comienzo del inicio de las premisas que conducen a un indicio de lo que llaman inflación… hubiese intrigado a Jean-Baptiste Say. ¿A ti no?

Lo cierto es que para medir lo que no pueden definir, los economistas inventaron la noción de ‘tasa de inflación’. Luego, definieron la herramienta para medirla: un grupo de productos que supone representar el consumo tipo de los hogares. Otro constructo. Pero hay un detallito:

En el siglo XVIII el marqués de Condorcet (1743-1794) postuló que no existe una función de elección colectiva indiscutible que permita la traducción de las preferencias individuales en preferencias sociales. Luego, Kenneth Arrow (1921-2017), ‘premio Nobel de economía 1972’, aportó la prueba matemática en lo que conocemos como el Teorema de Imposibilidad de Arrow.

Arrow mostró que no existe absolutamente ningún sistema que asegure la coherencia de las preferencias, fuera de aquel en que la función de elección colectiva coincide con la elección de un único individuo, llamado dictador.

De modo que para medir la ‘tasa de inflación’, noción inventada, los economistas utilizan un instrumento inventado: el IPC, o índice de precios al consumidor. ¿Consumidor de qué? En Chile calculan la evolución del precio de una ‘canasta básica’, llena de productos que harían vomitar a una famélica familia hambreada del Sahel.

Qué quieres… no me gusta la nutella, no fumo, vomito los hot-dogs, el sucedáneo de café me la suda, el pollo plástico y el jurel en conserva me producen erisipela, el queso ‘tipo’ Gauda [variante chilena del Gouda neerlandés, NdE] y aun el Gauda original me son septicémicos, etc. En cuanto al vino, bebo poco, evito el silbido de pitón y habría que ponerme si no un Don Melchor de Concha y Toro, al menos un Lapostolle Cuvée Alexandre de Colchagua.

Algún enterao te dirá que la ‘canasta básica’ NO, que hay otro grupo de productos y servicios más apañado, que incluye coches Lamborghini, vacaciones en la Riviera italiana, el Beluga a la cuchara, algunas noches en el Georges V en París, filete Angus, langosta a voluntad y dos o tres menudencias más, para el caso es lo mismo: no existe una función de elección colectiva indiscutible que permita la traducción de las preferencias individuales en preferencias sociales.

De modo que para saber qué es y cómo medir la inflación habrá que volver más tarde. Paciencia.

21/12/2021

RAFAEL AGACINO
Chile aliviado: ni fascismo ni comunismo sino todo lo contrario…

 Rafael Agacino, Correo de los Trabajadores, 21/12/2021

Rafael Agacino Rojas (1956) es un cientista político, economista y profesor marxista chileno. Apoya y participa activamente en diversas organizaciones sociales ligadas al mundo del trabajo y popular; participa en los Colectivos de Trabajadores, CC.TT..

Gana la casa (patronal): ni espectro del fascismo ni fantasma del comunismo

¿Quién dijo terror? Anoche [domingo 19, Editor CT] en medio de públicos parabienes entre Boric y el “presidente” Piñera, entre Boric y “José-Antonio” Kast y entre los personajes de la elite – las dos derechas y los señoritos del FA, el miedo se disipó de una, y en menos de media hora, no había ni espectro del fascismo ni fantasma del comunismo. La República se había salvado.

Una gran operación mediática que logró atraer a un 5% adicional de electores, sobre todo de sectores populares que sin restricciones gritaron sus anhelos en las calles, así como los sectores medios, aunque en un tono levemente más moderado, se regocijaron, dando un aire de legitimidad al sistema político y su institucionalidad electoral. Notable.

Si no fuera por las franjas capturadas por el miedo, que votaron sin convicción e incluso con nauseas – una buena parte de esos 5 puntos porcentuales adicionales – y un contingente que explícitamente llamó a no votar, se diría que la potencialidad de la Revuelta en la noche de ayer ya fue definitivamente anulada.  Pero no; aunque solo estemos en los prolegómenos de una obra restauradora mayor.

Viene ahora la negociación, composición y duración del primer gabinete de Boric, sobre todo a la luz del boicot del transporte del día de ayer, cual anticipo de las tácticas amenazadoras que el capital puede ensayar para lograr un gabinete amable, pues en caso contrario, ya sabemos: huelga de inversiones, especulación con el dólar, fuga de capitales, apagones de redes digitales, paro del comercio, etc. Este, el capital, operará para conseguir no sólo se acomode el lenguaje si no también las intenciones un poco más allá de lo que, el ahora presidente electo, ya hizo para la segunda vuelta. Y sabemos que Boric -por más que lo remede – no tiene la estatura política de Allende para resistir las amenazas del capital criollo ni menos las del imperialismo…

Capaz que de tumbo en tumbo capitule, primero, en la política exterior – decepcionando al progresismo latinoamericano que lo ha ensalzado – y luego en la política interior, y nos comunique de súbito por cadena nacional que se equivocó y que las cadenas si son necesarias para imponer el orden, y este Gabriel mute en ese otro Gabriel, el González Videla, esta vez el del siglo XXI [1]. Tal vez la primera prueba de fuego sea el Wallmapu – una guerra que le serviría de excusa- para asir la espada, obtener reconocimiento de las FF.AA. y Policías, e inaugurar la nueva temporada de reprimendas y castigos a los pueblos. Es cierto: legitimar la ley anti-barricada y negar el indulto general a los y las presos políticos de la revuelta, no es lo mismo que imponer una nueva “ley maldita” y desencadenar la represión sobre el pueblo, pero ¿quién sabe?

LUIS CASADO
Chile: El teorema de la guitarra…
Elegir un presidente no resuelve nada

Una vez más, como diría Leo Ferré: "Votaron... ¿Y ahí?" Queda por ver si, por una vez, pasa algo. Algo que le interese a la ciudadanía, no a los empresarios. Y no es por tenerle manía a los empresarios -que también- sino que alguna vez nos tiene que tocar a nosotros, los pringaos. Una nota de Luis Casado.
“Un conciliador es alguien que alimenta un cocodrilo esperando que se coma primero a los otros…” (Winston Churchill)

Mis peores temores se confirmaron: las elecciones terminaron eligiendo a uno de los candidatos. Lo he dicho muchas veces y no he cambiado de opinión: entiendo que en Chile las elecciones presidenciales son parte del problema, no de la solución.

 

Tengo la debilidad de pensar que tenemos que cambiar la Constitución, la Ley electoral, la organización territorial, la distribución de los poderes del Estado, renovar las instituciones, recuperar la Soberanía ciudadana, cambiar el “modelo” económico, adoptar otro régimen impositivo, reformar la Educación así como la Salud y el sistema previsional, recuperar la soberanía sobre el mar, el cobre, el litio, el agua y otros bienes públicos, temas que siguen pendientes y han sobrevivido a no menos de siete elecciones presidenciales sin ser tocados ni con el pétalo de una rosa.

Le dejo a los ‘expertos’ la tarea de desmenuzar el voto del domingo, determinando quien votó “por”, quien votó “contra”, quien no votó, y sus respectivas motivaciones. Lo cierto es que ahora Otra cosa es con guitarra: en adelante se trata de poner en práctica el programa, o las proposiciones anunciadas durante la campaña. Sin suponerle malas intenciones a nadie, sigue presente la ‘institucionalidad’ que arrastramos desde la dictadura, esa que ‘hay que respetar’ como a nuestra propia madre y que constituye un lastre fatal.

Ella determina que el Presupuesto de la nación, con el que se encontrará el nuevo presidente y su flamante ministro de Hacienda, fuese diseñado por el actual gobierno de Piñera. Según Hacienda, dicho presupuesto debe permitir “transitar hacia una normalización del gasto, retomar la senda de convergencia de la política fiscal y, al mismo tiempo, iniciar la recomposición de ahorros del país”. En cristiano: se trata de reducir el gasto fiscal –un 22,5% en este ejercicio–, de no gastar más de lo que produce el régimen impositivo, y de estabilizar la tasa de ahorro maltratada por los retiros de los fondos de pensión. Dicho de otro modo: una política de austeridad fiscal.

16/12/2021

JORGE MAJFUD
“El milagro chileno”

Jorge Majfud, mayo de 2021

Extracto del libro La frontera salvaje. 200 años de fanatismo anglosajón en América Latina.

Santiago de Chile. 21 de marzo de 1975—El profesor de la Universidad de Chicago y premio Nobel de Economía, Milton Friedman, visita al general Augusto Pinochet en Santiago. Lo acompaña su colega Arnold Harberger, propagador de la idea del análisis objetivo de la economía y del “uso de las herramientas analíticas aplicadas al mundo real”, ilustrado con su famoso y abstracto Triángulo de Harberger. En otros tiempos, como era el dogma de la época, Harberger había asociado el capitalismo con la democracia, pero ahora, debido a las malas experiencias con el mundo real, queda claro que solo uno de ellos importa de verdad.

Chile es un experimento que, sin importar el resultado, será vendido hasta en sus países de origen, Estados Unidos y Gran Bretaña. Las ideas no son novedosas, pero los políticos necesitan ejemplos para citar, frases cortas e imágenes simples. La gran teoría se llama Trickle-down theory (Teoría del goteo) y la imagen se ilustra con una botella de Champagne llenando las copas que están más arriba de la pirámide de copas. El problema de la alegoría es que asume que el cristal de las copas no crece ni se estira de forma ilimitada como la capacidad de los de arriba para acumular lo que nunca chorrea hacia los de abajo. La imagen tampoco considera una figura similar que no existe en inglés y que ningún traductor puede resolver, pero en español se llama “La ley del gallinero”. Lo que gotea no es riqueza, sino mierda de las gallinas de más arriba.

Esta novedosa ideología ya existía a finales del siglo XIX. En medio de la gran recesión de los años 90 y de la extensión del imperialismo estadounidense sobre el mar, el representante por Nebraska y candidato a la presidencia, William Jennings Bryan, en la convención demócrata del 9 de julio de 1896 en Chicago, lo puso en términos por demás claros: “Están aquellos que creen que, si legislamos para hacer que los ricos se vuelvan más ricos, su riqueza goteará hacia los que están abajo. Nuestra idea de demócratas es que, si legislamos para que las masas sean más prósperas, su prosperidad subirá a todas las clases sociales que se encuentran por encima”. Bryan acusó a los legisladores de ser abogados de los “business-men (hombres de negocios)” y, según el Chicago Tribune del día siguiente, la asistencia aplaudió sus palabras de forma masiva y continua “como nunca antes… durante 25 minutos”. Bryan perdió las elecciones con McKinley en 1896 y en 1900, las primeras dos elecciones donde las donaciones millonarias de las grandes corporaciones decidieron los resultados a pesar de la mayor crisis económica desde la fundación del país. 

En 1964, el profesor e ideólogo Milton Friedman había visitado una de las tantas dictaduras latinoamericanas apoyadas por Washington, Brasil, y había propuesto el mismo plan de privatizaciones y desmantelamiento del Estado. En aquella oportunidad, el nuevo dogma ideológico del neoliberalismo todavía no se había consolidado ni en las dictaduras ni en las democracias latinoamericanas y Brasilia decidió no seguir las sugerencias del célebre profesor estadounidense, sino el camino contrario de la industrialización nacional del economista argentino Raúl Prebisch y, de alguna forma también, del peronismo argentino y del indeseado izquierdoso Getúlio Vargas en Brasil. Por entonces, las universidades latinoamericanas no eran marxistas (como eran acusadas por la CIA y por la oligarquía criolla) sino keynesianas, tanto como el mismo Franklin Roosevelt. El keynesianismo era el enemigo número uno de una nueva ola que tenía a Friedman y Hayek como sus dos mesías.

14/12/2021

SERGIO RODRÍGUEZ GELFENSTEIN
De Venezuela a Chile, de Caldera a Boric: Un solo Chávez y un solo Salvador


 Sergio Rodríguez Gelfenstein, 14/12/2021

La situación actual de Chile se me hace cada vez más asombrosamente similar a la de comienzos de la década de los 90 del siglo pasado en Venezuela. En ese instante, aquí –al igual que en Chile hoy- se vivían 30 años de pos dictadura. Los dos países –en su momento- fueron presentados como “modelo de democracia a seguir” y “ejemplo para el mundo” a partir del “éxito” del sistema de democracia representativa bipartidista en el que la economía se puso al servicio de un sector minoritario de la población.

Venezuela, Siglo XX

“No son treinta pesos, son treinta años” hubieran podido exclamar las decenas de miles de manifestantes que protagonizaron el “caracazo” del 27 y 28 de febrero de 1989, movimiento popular de protesta que se expresó en forma masiva como expresión del rechazo a las medidas de corte neoliberal implementadas por el presidente Carlos Andrés Pérez. En el quinto mayor productor y exportador de petróleo del mundo, había un 51% de pobreza. El destino de Pérez (contumaz corrupto como quedó demostrado pocos años después) y de la falsa democracia, quedaron sellados para siempre. Miles de muertos y desaparecidos -hasta hoy- fueron la respuesta del gobierno a la vibrante acción popular.


Chile, Siglo XXI

Pero ambas situaciones también tienen diferencias, una de ellas muy relevante. Ante el clamor multitudinario de la ciudadanía y la reprobación del sistema ante la inactividad, pasividad y complicidad de los políticos, un grupo de militares patriotas, atentos a la situación creada, produjeron dos alzamientos durante el año 1992 para manifestar su apoyo al sentir popular. El primero de ellos, realizado el 4 de febrero bajo la conducción de Hugo Chávez Frías, un desconocido teniente coronel de Fuerzas Especiales, elevó el espíritu de lucha, señaló un camino distinto y colocó a Chávez en el pedestal de las futuras batallas que habrían de sobrevenir. Como nunca antes en la historia de Venezuela un líder asumió la responsabilidad por un fracaso, pero esta vez,  la derrota “por ahora” del movimiento le imprimió un derrotero de victoria a lo que ese día había significado una derrota.

30/11/2021

ROBERTO PIZARRO HOFER
Chile: El candidato Kast y la Operación Cóndor

Roberto Pizarro Hofer (bio), El Desconcierto, 29/11/2021

Al leer el programa presidencial de Kast retornaron los dolorosos recuerdos personales y familiares que viví en Buenos Aires, hace precisamente 46 años atrás. En el apartado 33 de la página 27 del programa de Kast, bajo el título “Coordinación Internacional Anti-Radicales de Izquierda”, se lee: “Nos coordinaremos con otros gobiernos latinoamericanos para identificar, detener y juzgar agitadores radicalizados”. Fue esa coordinación, de los aparatos represivos de los gobiernos dictatoriales del cono sur, la que favoreció mi injusta detención, tortura y encarcelamiento en Argentina, gracias a lo que posteriormente se conoció como la Operación Cóndor.

Carlos Latuff

En la mañana del 25 de noviembre de 1975, cuatro policías de Coordinación Federal derribaron a patadas la puerta de mi casa, en el barrio de Caballito. Mi esposa y yo fuimos tratados violentamente por estos repentinos visitantes que nos golpeaban, destruían la casa y se robaban el dinero y las escasas cosas de valor que teníamos. Amarrados, nos llevaron a las oficinas centrales de la Policía Argentina, donde estuvimos vendados durante diez días, a pan y agua, con golpes, torturas y amenazas persistente. A la incertidumbre por no saber qué sucedía con mi esposa, se agregaba un dolor intenso por la condición de desamparo en que habían quedado mis hijos Rodrigo y Andrés (de 5 y 7 años), quienes de vuelta de la escuela se encontrarían sin sus padres y con una casa semidestruida.

Me atreví, entonces, a preguntar a uno de los represores el motivo de la detención y nuestro futuro próximo. Me respondió que, a petición de la DINA, era buscado y que sería enviado inmediatamente a Santiago. Cuando pregunté, con sorpresa, qué tenía que ver la policía argentina con un profesional chileno que trabajaba en las oficinas del INTAL (organismo internacional dependiente del BID), se me respondió al mejor estilo porteño: “¿Sos gil o te hacés? Podemos tener diferencias con el Estado chileno, pero ninguna en el entendimiento y colaboración para aplastar a terroristas, marxistas, izquierdistas y quienes los ayudan”. Recordé, en ese momento, que aparte de mi trabajo profesional, apoyaba un programa del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO), para reubicar en países solidarios con el exilio chileno a estudiantes y académicos que se encontraban detenidos en campos de concentración o que habían quedado sin trabajo en Chile.

29/11/2021

JUAN PABLO CÁRDENAS S.
Chile: Kast o Boric

 Juan Pablo Cárdenas S., Política y Utopía, 28/11/2021

 

Si con tantos candidatos presidenciales en la primera ronda electoral fue más alta la abstención que la cantidad de votantes, nada presagia que ahora la situación pudiera cambiar y no sean todavía más los que se resistan a votar por cualquiera de las dos opciones en carrera. Esto es, por José Antonio Kast o Gabriel Boric. Seguramente se va a confirmar aquello que el que resulte elegido como presidente de la República no reúna más allá de un 20 o 25 por ciento del total de ciudadanos.

De esta forma, será la democracia la más afectada en estas elecciones. Es incuestionable que al país le importan mucho más los temas de seguridad y las demandas socioeconómicas que la estabilidad de un régimen que en cuarenta años, además, no ha logrado los estándares democráticos que existen en otras naciones del mundo. Allí donde se constata mayor igualdad social, diversidad de prensa y una más plena institucionalidad. En que los poderes del estado, por ejemplo, tengan real autonomía, el presidencialismo no sea tan asfixiante y en el Parlamento como en el Poder Judicial reine la probidad y la transparencia. 

Un país asolado por el miedo a la delincuencia común, por el creciente fenómeno del narcotráfico y las acciones desquiciadas de la violencia política, difícilmente puede consolidar paz social, cual es la gran aspiración del pueblo. Junto, por supuesto, con el derecho al trabajo, a sueldos y pensiones dignas y en que cesen las prácticas de discriminación, xenofobia y racismo como, sin duda, se expresan en nuestra tensa convivencia social. No solo en la Araucanía, sino en todo el territorio.

Al candidato Kast le resultará muy difícil sacudirse de su pasado pinochetista, de su recio conservadurismo y de los tantos temores que representa su posición de extrema derecha. Más le costará todavía separar aguas de algunos de esos adherentes que no trepidan en justificar las graves violaciones de los Derechos Humanos y, para colmo, abogan por liberar a los genocidas y torturadores condenados por los  tribunales chilenos e internacionales. 

Al candidato Boric le complicará, asimismo, deslindarse de sus propias declaraciones como aquella de propiciar la amnistía o indulto de quienes en la época del Estallido Social cometieron graves desmanes y llegaran a incendiar estaciones del Metro y algunos templos. Aunque éstos se encuentren por tanto tiempo arbitrariamente detenidos a la espera de ser absueltos o ejecutoriados. 

23/11/2021

LUIS CASADO
Chile: Esos polvos trajeron estos lodos (2º capítulo)

Luis Casado, Politika, 22/11/2021

Las riquezas, por la virtud de una ley inmanente, le pertenecen a quien las conquista (…) Esto es conforme a las leyes de la Naturaleza (…) La ley de la selección justifica esta lucha incesante que le permite sobrevivir a los mejores”. Adolf Hitler

Visto lo visto, uno no puede sino felicitar a la Abstención, primera mayoría en todo el país, hecho incontrovertible e incontrovertido que todo dios decidió esconder debajo de la alfombra, como las suciedades vergonzantes.


Pinochet y su sucesor "democrático" (y cristiano) Patricio Alwyn

No es para menos: en el mejor de los casos el pinche presidente sería elegido por menos del 25% de los electores. Uno se pregunta qué legitimidad tiene un magistrado al que de entrada, más del 75% de la ciudadanía ignora, rechaza, se opone.

El fenómeno no es nuevo: en el año 2013 escribí un ensayo –“De la desgana de votar”– en el que expuse las raíces profundas de la desafección por un ritual devaluado: ni las elecciones ni los electos resuelven nada: todo está en manos de la omnisciencia y el equilibrio espontáneo del mercado.

De paso, el modelo exhibe uno de sus mayores logros: dejar afuera a la inmensa mayoría de la población, limpiándose con el muy antiguo aforismo jurídico que proclama Quod omnis tangit ab omnibus tractari et approbari debet (QOT): Lo que le concierne a todos, debe ser debatido y aprobado por todos.

Descaradamente, el gobierno y la prensa exhiben el 46,7% de participación como un triunfo. Hace una semana afirmé que estas elecciones serían una payasada. ¡Menuda perspicacia!

19/11/2021

LUIS CASADO
Persisto y firmo: la elección presidencial chilena no es sino una megagaláctica payasada

 Luis Casado (bio), 19/11/2021

Más de una vez Luis Casado recordó esos versos de Leo Ferré: "Votaron... ¿Y ahora qué?" El tema es recurrente. ¿De qué va la próxima elección? ¿Qué está en juego? No mucho... visto lo que hemos visto.

Hace algunos meses afirmé que el dichoso “Acuerdo” cocinero no tenía otro objetivo que detener y desarmar el movimiento insurreccional nacido el 18 de octubre de 2019. Claramente, el plebiscito y luego la Convención Constitucional no fueron, en su origen, sino un intento de darle largas al asunto para mantener, hasta donde fuese posible, incólume el ‘modelo’ económico-político.

Lo sucedido después es conocido: no todo salió a pedir de bocas y la pugna por consolidar la tambaleante y delicuescente institucionalidad sigue ahí. Poco a poco la Convención Constitucional empieza a formar parte del paisaje y, hasta donde sé, el Artículo 1º de la tan esquiva nueva Constitución sigue en el limbo.

La política, como dicen en Europa, se ha gasificado.

Henos aquí –una vez más– frente a la cuestión de saber si las mismas causas producen los mismos efectos. Lo cierto es que surgen fenómenos similares en diversos puntos del globo y Chile no solo no es una excepción, sino que funge de señero experimento de laboratorio.

La imposición de un liberalismo ultramontano a partir de los años 1980 tuvo, entre otras, la consecuencia de atomizar la sociedad, su desagregación, como una suerte de acreción al revés que en vez de formar un planeta lo disuelve en corpúsculos elementales, en polvo interestelar.


22/10/2021

JOSEFINA SALOMÓN
Pinochet la encarceló. Ahora ella está demoliendo su legado: Alejandra Flores Carlos

Josefina Salomón, OZY, 15/9/2021
Traducido por
Fausto Giudice, Tlaxcala

Nacida en Buenos Aires en una familia con con raíces libanesas, pero habiendo pasado la mitad de su vida en el Reino Unido con largas temporadas en Hong Kong, México y ahora en Melbourne, Josefina es ahora una experta en descifrar los husos horarios. Ha pasado las dos últimas décadas viajando por el mundo, especialmente por América Latina, documentando e informando sobre derechos humanos y cuestiones de seguridad para medios de comunicación y ONG internacionales. Recientemente se ha incorporado a la plantilla de la revista usamericana OZY. @josefinasalomon

  •  Alejandra Flores Carlos es una de l@s 17 miembr@s indígenas elegid@s en la Convención encargada de reescribir la Constitución de la época de Pinochet en Chile.

  •  Durante décadas, Chile ha sido un bastión de las políticas económicas neoliberales. Ahora, un movimiento popular de protesta está poniendo patas arriba la política del país.

 

En 1986, cuando era una joven activista estudiantil, Alejandra Flores Carlos fue detenida y pasó por las tristemente célebres prisiones del dictador chileno Augusto Pinochet. Ahora, 35 años después, Flores Carlos es una de las pocas personas elegidas por el pueblo de su país para desmantelar el mismo marco legal que justificaba aquel régimen autoritario.

Indígena aymara, esta profesora de español y activista social es una de las 155 personas elegidas en mayo para redactar una nueva Constitución que podría sustituir a la promulgada durante la brutal dictadura de extrema derecha de Pinochet en 1973. Es un cambio que hubiera parecido imposible hace sólo dos años.