Traducido por María Piedad Ossaba
El 21 de abril de 2019, Volodymyr Zelensky, de 41 años de edad, fue elegido presidente de Ucrania en la segunda vuelta de la elección con el 73,2% de los votos. Este actor cómico y showman que estudió para ser abogado se hizo famoso con la serie "Servidor del pueblo" y por su participación en un programa del canal de televisión 1+1 del oligarca Ihor Kolomoisky.
Propietario de la productora Kvartal 95, que lo hizo millonario, Zelensky, con 4,2 millones de seguidores en Instagram en 2019 y 6 millones en la actualidad, encarna a la perfección la mutación de la política institucional que se observa en todas partes: los electores votan según sus “me gusta”. Desde el 24 de febrero, el “servidor del pueblo” desempeña un nuevo papel, el de “héroe de la resistencia a la invasión”. Nos pareció interesante volver sobre sus comienzos políticos traduciendo este artículo publicado en mayo de 2019, de la pluma de una investigadora usamericana, especialista en cultura política soviética y postsoviética. -FG/MPO
Actuar en una serie de televisión es más fácil que dirigir un país.
La serie de televisión ucraniana Servidor del Pueblo, emitida de 2015 a 2019 [se puede ver en Arte, NdlT], cuenta la historia de Vasyl Holoborodko, un dedicado profesor de historia de trenta años que vive con sus padres. Su padre es taxista, su madre neuróloga y su hermana conductora de tren. Esta mezcla de profesiones familiares sería sorprendente en un contexto usamericano, pero es perfectamente lógica en Ucrania, donde los médicos del sector público pertenecen, en el mejor de los casos, a la atribulada clase media baja (el salario medio de un médico ucraniano es de unos 200 dólares mensuales).
Vasyl está divorciado, con un hijo pequeño: su matrimonio se destruyó por problemas de dinero. Su padre le dice que pierde el tiempo yendo a trabajar, porque las prestaciones de desempleo son más importantes que el salario de un profesor. La familia posee un clásico apartamento soviético, regalado a la abuela materna de Vasyl en reconocimiento a sus logros como historiadora; se encuentra en una decrépita khrushchevka, uno de los muchos complejos de apartamentos baratos que surgieron como hongos en las afueras de las ciudades soviéticas en la década de 1960.
Volodymyr Zelensky, por James Ferguson
Aunque le paguen mal, Vasyl siente verdadera pasión por su trabajo: se acuesta tarde después de leer a Plutarco y le gusta deleitar a todo el que quiera escucharlo con conferencias sobre historia. En un primer episodio, le vemos enseñando a sus alumnos adolescentes la historia de Mykhailo Hrushevsky, jefe del parlamento revolucionario de 1917-1918, durante el doloroso primer período de la independencia nacional de Ucrania. Antes de que termine la lección sobre Hrushevsky, un funcionario de la escuela llega para decir que la clase está cancelada; los estudiantes deben armar las cabinas de votación para la próxima elección presidencial. Vasyl pierde los estribos y uno de los alumnos filma subrepticiamente su diatriba llena de palabrotas sobre la importancia de la historia, en contraposición a las elecciones, que solo son una farsa que no ofrece ninguna opción significativa ni una salida a la corrupción que asola Ucrania.
El vídeo se vuelve viral, una campaña de crowdfunding produce una maleta llena de dinero para pagar la entrada de Vasyl en la campaña, y antes de darse cuenta, es el nuevo presidente de Ucrania. En un auto negro, en ruta a su primer día de trabajo, se agarra a la manivela de la ventanilla como si estuviera en un tranvía, y se preocupa por saber cuándo tendrá tiempo de pagar el préstamo que pidió para comprar un microondas. Servidor del pueblo está lleno de estos detalles, yuxtaponiendo las preocupaciones financieras del ucraniano de a pie con los absurdos privilegios de los que goza la élite política: el entrenador de Vasyl consigue que se cancele el préstamo y luego le pregunta qué tipo de reloj de lujo preferiría. La serie trata con risible simpatía a la gente corriente que se ve tentada por el atractivo de la corrupción, mientras que los oligarcas son fuertemente caricaturizados que se atiborran de caviar mientras conspiran para manipular y explotar a las masas.
Ver Servidor del pueblo hoy es una experiencia extraña. En abril, Volodymyr Zelensky, el actor que interpreta a Vasyl, fue elegido presidente de Ucrania de forma aplastante, con el 73% de los votos. El impopular presidente saliente, Petro Poroshenko, elegido en 2014 poco después de las protestas del Maidán que destituyeron al presidente Víktor Yanukóvich, obtuvo solo el 24%. El partido recién fundado por Zelensky se llama Servidor del pueblo, y su campaña fue esencialmente una serie derivada de su telenovela. Al principio parecía una broma: Zelensky al fin y al cabo, es un comediante profesional, aunque también es un exitoso hombre de negocios que dirige lo que a menudo se llama un imperio de la comedia. Como Vasyl, no tiene experiencia política previa, pero tiene relaciones que Vasyl nunca podría haber soñado.
Algunos observadores han comparado a Zelensky con Trump. Aparte de lo obvio -los programas de televisión, la confusión entre entretenimiento y política, la explotación del disgusto popular frente a lo que se percibe como una disfunción del gobierno- hay algunos otros rasgos comunes. La famosa frase de Trump en su show The Apprentice (El Aprendiz) era “¡Estás despedido!”. En Servidor del Pueblo, una de las primeras acciones de Vasyl al tomar posesión de su cargo es intentar despedir al 90% de los funcionarios públicos, aunque está motivado por el deseo de pagar los salarios atrasados que se deben a los profesores y otros empleados públicos más útiles. Trump prometió “drenar el pantano” de Washington, mientras que el tema principal de la campaña de Zelensky era la corrupción gubernamental.