Fausto Giudice, Tlaxcala , 16/6/2025
Uno de los misiles lanzados sobre Irán por Israel en la noche del 12 al 13 de junio alcanzó un edificio residencial del oeste de Teherán, el complejo Orquídea, en la calle Sattar Jan. El objetivo era el profesor Abdulhamid Minushehr, científico nuclear que enseñaba en la Universidad Beheshti. El misil destruyó las plantas tercera, cuarta y quinta del edificio. Entre las víctimas “colaterales” se encontraba toda la familia Abbasi: Parnia, de 23 años, su hermano Parham, de 16, y sus padres Parviz, profesor jubilado, y Massoumeh, empleada de banca jubilada. Parnia daba clases de inglés, trabajaba en el Bank Melli y era poetisa.
La estrella apagada
Lloré por los dos por ti y para mí
soplas en las estrellas, mis lágrimas
en tu mundo la libertad de la luz en la mía La persecución de las sombras
tú y yo llegaremos a un final en algún lugar el poema más bello del mundo se calla
empiezas en algún lugar para llorar el murmullo de la vida
pero acabaré Me quemo Seré esa estrella apagada En tu cielo
como el humo |
ستارهی خاموش برای هر دو گریستم برای تو و خودم ستارههای اشکم را در آسمانت فوت میکنی در دنیای تو رهایی نور در دنیای من بازی سایهها در جایی من و تو تمام میشویم زیباترین شعر جهان لال میشود در جایی تو شروع میشوی نجوای زندگی را فریاد میکنی در هزار جا من به پایان میرسم میسوزم میشوم ستارهای خاموش که در آسمانت دود میشود. |
Este poema fue publicado por la revista de poesía Vazn-e Donya [El peso del mundo] en un número dedicado a los “poetas de la Generación Z”, resultado de un taller de escritura. Extractos de una entrevista de la revista con la autora:
“Miro todo en mi vida de una manera que me permite escribir sobre ello”
Parnia Abbasi: “Siempre que escribo algo, se lo enseño a mi madre, a mis amigos. Pregunto a los que me rodean qué opinan. Me encanta ver cómo reacciona la gente cuando lee mis poemas, sus expresiones faciales, su respuesta, me fascina. Sinceramente, esto se ha convertido en una gran parte de mi vida. Veo todo lo que me pasa como algo que podría escribir, para expresar el sentimiento que tuve en ese momento a través de la poesía. En ese sentido, escribir me aporta paz. Aunque sólo sea un poco cada noche. Muchos de estos poemas nunca los presentaré ni publicaré en ningún sitio, pero cuando los leo yo misma, siento como si esos sentimientos volvieran a estar vivos dentro de mí, y eso tiene un profundo significado para mí.
Cuando me apunté al taller de poesía, estaba ocupada con el trabajo y la universidad al mismo tiempo, pero, sinceramente, el taller me importaba mucho más que la escuela o cualquier otra cosa. Me emocionaba de antemano, preparaba algo que decir. Conocer a los poetas, buscarlos, eso significaba para mí más que la mayoría de las cosas de la vida. Y lo sigue siendo”.